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Península

versión impresa ISSN 1870-5766

Península vol.10 no.2 Mérida jul./dic. 2015

https://doi.org/10.1016/j.pnsla.2015.08.001 

Artículos

Participación de las mujeres en las prácticas socioeconómicas del proyecto de ecoturismo de la reserva de la biosfera Ría Celestún

Women's participation in the socio-economic practices of the project ecotourism in the biosphere reserve Ria Celestun

Danahe Casais Molinaa  b 

Rocío Leticia Cortés Camposa  b 

Marlene Martín Méndeza  b 

Manuel Pinkus Rendóna  b 

Miguel Pinkus Rendóna  b 

aUniversidad Autónoma de Yucatán (UADY), danahe81@hotmail.com, rocio.cortes@uady.mx, marlene.martin@uady.mx, yucpinkus@yahoo.com.mx

bCentro Peninsular en Humanidades y en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (CEPHICS-UNAM), cdcaronte@hotmail.com.


RESUMEN

Las mujeres de Celestún están conscientes de su papel en la vida económica y social en su comunidad, particularmente como fuente de ingreso, pues su aporte económico representa un fuerte apoyo al mantenimiento familiar y en algunos casos son el principal sostén. Saben que si bien su actividad no es tan importante económicamente para la comunidad, como en el caso de los lancheros de la reserva de la biosfera o los pescadores, reconocen el papel significativo de su trabajo para el rubro turístico como servicio complementario, sobre todo de parte de las artesanas y las mujeres dedicadas a la hotelería. Este trabajo tiene por objetivo explorar la participación económica y social desde una perspectiva de género y con el enfoque de la economía ecológica sobre las prácticas económicas de las mujeres en el proyecto ecoturístico de esta localidad.

Palabras clave mujeres; ecoturismo; economía ecológica; Celestún

ABSTRACT

Celestun women are really aware of their value in the economic and social life of their community, they play an important role as a revenue source for their families, sometimes they are the leading source an some other times they mean the only source of the household income. they realize that even if their activity is not as economically important for the community, as it is that of the boatmen of the biosphere reserve or even the fishermen, it can be acknowledged that their job has a significant role as a supplementary service for tourism, specially the labor of the craftswomen and of those women which work in the hospitality business. The aim of this paper is to probe the social and economical involvement from a gender perspective, with the scope of the ecological economy on the women's economic praxis in the ecotourism project of Celestún.

Keywords women; ecotourism; ecological economics; celestun

INTRODUCCIÓN

El desarrollo que la humanidad ha vivido en su historia reciente se reviste de una compleja serie de fenómenos sociales y económicos (Castells 2006, 27-39). En la actualidad, el municipio de Celestún Yucatán vive una realidad económica y social principalmente dedicada a la actividad pesquera y en cierta medida a la explotación -a través del turismo- de sus atractivos naturales, por su posesión de especies endógenas de interés para los ajenos (Córdoba 2012, 200-201). En este sentido, los discursos sobre desarrollo y sustentabilidad que provienen de finales del siglo pasado presentan el concepto denominado ecoturismo , que pretende contextualizar la actividad económica que aprovecha el atractivo natural de una zona geográfica sin dañar las condiciones de preservación de las especies naturales que le dan origen. Bajo este contexto es que se enmarcan las iniciativas gubernamentales de los proyectos de desarrollo y crecimiento (SEMARNAT 2003, s. p.) a los que se ha sometido la comunidad de Celestún, precisamente por la riqueza de sus recursos ecológicos.

Flores Núñez explica que el ecoturismo, también llamado turismo ecológico , procura el fomento de actividades turísticas en el marco de la sustentabilidad, con fines de ocio y tiempo libre: "es una estrategia para la protección de las formas naturales, para la promoción de la cultura y para generar el desarrollo económico a nivel regional o microregional" (2004, s. p.).

La presencia de las mujeres en Celestún es activa y demuestra interés en el cuidado de su riqueza natural, esto se observa en distintas actividades como su participación en los comités de vigilancia contra la depredación de las especies en veda, en los cuales desempeñan un papel importante al realizar rondines dentro de su comunidad para apoyar el cuidado de las principales áreas donde se explota el producto marino (Córdoba 2012, 214).

En relación con las actividades económicas que se realizan en la entidad se encontró que el sector secundario abarca un 12.44%, dedicado a la industria transformadora del pescado, y el 40.28% restante se dedicaba al sector terciario, el cual se conforma por la prestación de servicios (INEGI 2003). Cabe mencionar que la pesca es una actividad que se ha realizado de manera familiar en Celestún, ya que los hombres desarrollan la actividad extractiva, mientras que las mujeres y niños se dedican a limpiar las especies capturadas y a filetear el pescado ya limpio (Córdoba et al. 2004, 57-63).

Existen también otros indicadores que justifican el interés en el tema de este proyecto, uno de ellos es el crecimiento poblacional. Celestún ha sido el segundo municipio con mayor crecimiento en el estado de 1970 a 2000. En un primer período (que comprende los primeros veinte años del lapso señalado), la tasa de crecimiento medio anual fue de 5.52%; en la última década, la tasa fue de 3.2%. En contraste, para esos mismos años la tasa estatal promedio fue de 2.97% y 1.98% respectivamente (Córdoba et al. 2004).

En lo que respecta a la distribución por género, el censo poblacional de 2000 registró una población femenina en Celestún equivalente al 48.64% del total de habitantes. Para 2010, el INEGI identificó que de 1 808 hogares, 303 estaban bajo la jefatura femenina, es decir, el 16.75%.

Córdoba (2012, 212-213) explica que la estructura sociodemográfica de la población en el municipio de referencia está claramente marcada por los procesos migratorios. Para 1990, la tasa de inmigración que recibió el puerto alcanzó un 80.6%, mientras que para el año 2000 llegó al 112.9%, habiéndose registrado un incremento porcentual de la inmigración al puerto en un 88.7% entre 1990 y 2000.

Esto ha implicado cambios en las estructuras sociales y económicas al interior de la comunidad. Por ejemplo, la población ha ido modificando su ocupación, ya que en 1990, la pesca ocupaba al 65.02% de la población, y una década más tarde, para 2000, este porcentaje se había reducido al 46.29%. Para los mismos años, el sector terciario presentó que fueron del 25.44% al 40.28%, respectivamente. La ocupación en este sector prácticamente está asociada con el turismo, hoteles, restaurantes y diferentes prestadores de servicios turísticos, como por ejemplo los lancheros dedicados a los paseos por la ría y la costa (Córdoba 2012, 202-203). Sin embargo, la pesca repuntó en la última década, como en otras localidades del estado, a partir de la explotación del pepino de mar (Quintal, Burgos y Lagunés 2013, 39-40).

En este contexto, el objetivo de este trabajo es conocer el tipo de participación que tiene la mujer en el sector económico terciario, particularmente en el área de servicios relacionados con el ecoturismo, en específico en los sectores hotelero y artesanal.

De igual forma se pretende demostrar las congruencias y revelar las inconsistencias de las prácticas discursivas y las acciones de las dependencias públicas y organizaciones no gubernamentales en torno al uso del suelo y a la conservación del nicho ecológico que conforma el hábitat de la Biosfera ría Celestún, así como determinar si el desarrollo de la actividad turística (ecoturismo y gran turismo) es una iniciativa viable para el desarrollo económico y fuente de ocupación para la fuerza económicamente activa de las poblaciones objeto de estudio.

DEL GÉNERO A LA ECONOMÍA ECOLÓGICA: APROXIMACIONES CONCEPTUALES

Puesto que el papel de las mujeres se ha modificado con el tiempo, este nuevo paradigma de género, en palabras de Lagarde (2012, 28) implica cambios radicales que abarcan el modo de vida de mujeres y hombres, los contenidos de la cultura, la conformación y distribución de los poderes sociales entre los géneros y entre las personas. La participación en los distintos sectores productivos es uno de los aspectos en los que las mujeres han incursionado para generar desarrollo económico al interior de sus familias y comunidades a la par que los hombres.

Sin embargo, su papel se ve restringido por sus propias características físicas y culturales de género.

Lamas (1999, 84) refiere que el género es el conjunto de ideas, representaciones, prácticas y prescripciones sociales que una cultura desarrolla desde la diferencia anatómica entre los sexos, para simbolizar y construir socialmente lo que es "propio" de los hombres (lo masculino ) y lo que es "propio" de las mujeres (lo femenino ). Esta diferencia sexual (Lamas 1994, 8) marca la percepción del entorno: lo social, lo político, lo religioso, lo cotidiano e incluso lo económico. De tal manera que comprender el esquema cultural de género lleva a desentrañar la red de interrelaciones e interacciones sociales del orden simbólico vigente.

En estas representaciones sociales de género son importantes los roles , tareas asignadas y asumidas en situaciones cotidianas familiares así como en el plano del sector productivo. Buitrago, Cabrera y Guevara (2009, 65) reportan que para la mujer las actividades que sobresalen son las relacionadas con las labores domésticas y el cuidado de la familia, mientras que para los hombres son aquellas en las que existe un mayor esfuerzo físico o actividad fuera del hogar, de tal forma que los roles se encuentran asociados a los espacios de interacción permitidos o socialmente aceptados para hombres y mujeres.

En el contexto yucateco aunque el papel de la mujer respecto al hombre sigue manteniendo un lugar subordinado, han existido cambios sociales y económicos que han obligado a una modificación de la posición del poder económico al interior de las familias, en donde el papel de las mujeres se ha convertido no sólo en apoyo, sino incluso en el sostén y proveedora única de la familia (Guzmán 2005, 198).

Quintal (2007, 7) refiere que efectivamente las mujeres ya cuentan con posibilidades materiales y simbólicas que les permiten desarrollar un sentido de apropiación, de autonomía y toma de decisiones, de responsabilidad, de integridad corporal y de resistencia, a partir de lo cual se espera que ellas sean elementos activos de participación social y económica en sus distintos contextos. Sin embargo, esos contextos sociales y económicos que envuelven a los individuos varían dependiendo de la zona en la cual se ubiquen y, principalmente, de los recursos naturales, económicos o productivos que tengan a su alcance.

Para este estudio interesa la relación entre las mujeres con algunos de los sectores productivos de Celestún, que por sus características propias como reserva de la Biosfera, trae consigo elementos distintivos y propios de la zona, a partir de los cuales las actividades productivas tienen la doble tarea de obtener un beneficio económico y preservar y cuidar los recursos naturales.

Esta relación puede ser analizada desde múltiples perspectivas (la antropología ecológica, la ecología cultural, etc.), pero por su interrelación tan estrecha con la economía de las familias y de la comunidad se analizará desde la postura de la economía ecológica, la cual cuestiona entre otros aspectos ¿cómo han sido aprovechados los recursos en términos económicos y sociales? y ¿cuáles son los costos-beneficios de la actividad humana en el medio ambiente?

Economía Ecológica Y Ecoturismo

La relación entre economía y ecología no es realmente nueva, pues existen viejas discusiones de autores como Karl Marx y David Ricardo respecto a los impactos de la producción sobre el ambiente. fue a partir de la década de los años setenta del siglo pasado que los economistas realizan investigaciones sistematizadas en torno al impacto de las distintas actividades económicas sobre el medio ambiente, en particular cuando se presentó la llamada crisis del petróleo (Aguilera y Alcántara 2011, 17).

Durante esa época se desarrolló la economía ambiental, misma que se enfocó a la dimensión crítica del capital natural y la sostenibilidad del planeta, en este sentido dicha disciplina intentó desarrollar métodos capaces de corregir algunos desequilibrios que se presentaban en el mercado y que definió como externalidades ambientales negativas, donde éstas se entienden como costos sociales no compensados a terceros, ya que se sostiene que no se puede mejorar el bienestar de un individuo sin empeorar el de otro (Hartley 2008, 56).

Para poder establecer una transacción mercantil, se requiere de la existencia de un precio y es a través de este como se asignan los recursos escasos a la sociedad, es así como la economía ambiental propone asignar precios a los bienes y servicios ambientales, sin embargo enfatiza que dichos factores carecen de precio por la ausencia de derechos de propiedad ya que estos últimos tienden a variar según la percepción de las personas, por lo que se requiere definir los derechos sobre el medio ambiente a favor de algún individuo (Hartley 2008, 56-57).

La economía ecológica, explica Castiblanco (2007, 9), surge debido a la necesidad de confrontar a la economía convencional mediante la creación de instrumentos y conceptos que analicen y expliquen el impacto de las actividades humanas sobre el entorno, desde una perspectiva interdisciplinaria. La economía ecológica procura utilizar un enfoque sistémico que reconozca los aportes ofrecidos por otras ciencias. uno de sus grandes logros es que incorpora el concepto de complejidad para explicar "el comportamiento no lineal de los sistemas, así como la incertidumbre y la irreversibilidad que caracteriza a algunos procesos de los sistemas vivos".

La relación costo-beneficio es un tema que no puede estar ausente cuando se habla de economía ecológica, sobre todo desde un enfoque sistémico, como explica Leimpert (2011, 155) al referir que el daño medioambiental que ocasionan los procesos de producción conlleva efectos negativos de impacto considerable tanto para la naturaleza como para la sociedad. Así, algunas de las cuestiones permanentes que presenta la economía ecológica es si la depredación de un ecosistema con fines productivos realmente vale la pena en términos sociales, económicos y ambientales.

Sin embargo la economía ecológica no se limita a los costos de transacción que requieren establecerse para definir una relación de costo-beneficio, es más el resultado de una evolución compleja de las respuestas dadas a la problemática ambiental, es un conjunto dinámico y transdisciplinario que pretende una visión diferente de la actividad científica, centrada en el diálogo y la solución conjunta de problemas. La economía ecológica se basa en principios éticos como la solidaridad y la cooperación, y se ocupa de la satisfacción de necesidades vitales y de cómo estas afectan a los ecosistemas (Hartley 2008, 60-61).

Por su ubicación geográfica, la Biosfera ría Celestún ha permitido la aparición de tres principales actividades económicas: la pesca, la explotación salinera y el turismo, que se han desarrollado no sin pocos problemas sociopolíticos, económicos y ecológicos. En ese sentido, la perspectiva de la economía ecológica puede ofrecer importantes aportes en torno a cómo los habitantes (o los empresarios) han aprovechado la ubicación geográfica de la región con fines económicos

Y aunque pueden realizarse diversas investigaciones en torno a estos fenómenos, el área principal en que se enfoca este trabajo es en la del turismo, especialmente en el sector de servicios hoteleros y artesanales, y sobre todo en la inserción y participación del género femenino como agentes activos en la vida económica de Celestún. Y en este sentido para comprender la complejidad de los fenómenos sociales y económicos que se viven en Celestún, es fundamental presentar una idea clara de qué es el ecoturismo, contexto en que se enmarcan los discursos gubernamentales de los proyectos de desarrollo y crecimiento a los que se ha sometido la comunidad precisamente por la riqueza de sus recursos ecológicos. Araújo et al. (2013, 643) refieren que el ecoturismo es una herramienta para el desarrollo económico y social que debe promover el involucramiento activo de diversos sectores como son las autoridades públicas, comunidades locales, así como administradores de áreas naturales protegidas (ANP). Estos autores describen seis principios a cumplirse para llevar proyectos de esta índole hacia buenos resultados: la minimización del impacto sobre los recursos naturales, involucramiento de actores, generación de recursos para los habitantes de las comunidades, así como para la conservación de las ANP, respeto a la cultura y tradiciones, y concientización sobre la importancia de la conservación.

Es bajo perspectivas como las anteriores que los gobiernos de las últimas décadas han desarrollado programas de aprovechamiento de recursos naturales en el marco de un constructo llamado desarrollo sustentable. El discurso de muchos de estos programas supuestamente apunta, como señala Flores (2004, 28) , a la preservación de los recursos naturales, en armonía con los procesos productivos y de consumo, procurando aprovechar dichos recursos y cuidando de reducir el impacto ambiental de la actividad productiva en el ecosistema.

Un estudio realizado por Sánchez y Montoya (2012, 74-75) en materia de ecoturismo sobre un proyecto desarrollado en el municipio de Oxchuc, Chiapas, evidenció el proceso denominado "revaloración y reapropiación de recursos naturales", donde se reveló que los pobladores de las comunidades pueden relacionarse con la naturaleza sin percatarse del valor de esta, para que ello ocurra se tiene que percibir una función socioeconómica del recurso natural y posteriormente una dimensión ambiental. Una vez dado el cambio de postura en este sentido, la población podrá desplegar estrategias de trabajo conjunto y mecanismos de re-cohesión social, entre otras; este cambio debe darse sin abandonar sus actividades económicas habituales.

Picón (2010, 103) tomando como referencia un estudio realizado en Manzanillo, Puntarenas en el Golfo de Nicoya, propone que un verdadero desarrollo local con enfoque de sustentabilidad debe contener: educación ambiental transformadora, una educación para la construcción y defensa del estilo de vida sustentable y la creación de imagen objetivo con claro florecimiento de las personas debido al valor cultural capturado y arraigado.

Por otra parte Rivera et al. (2012, 297), refieren que en el estado de San Luis Potosí, en las regiones de Media, altiplano y Huasteca, la promoción del turismo y ecoturismo implica la necesidad de promover estrategias encaminadas a promover el trabajo coordinado entre las diversas autoridades relacionadas (federal, estatal y municipal), ya que se notó como una debilidad la poca coordinación entre los distintos niveles de decisión político-administrativa del estado y los municipios, así como que cada actor involucrado terminaba realizando una parte significativa de sus actividades de forma individual y fragmentada, sin existir medidas de conservación de áreas naturales.

MÉTODO

Este trabajo se llevó a cabo dentro de un proyecto mayor titulado: impactos del desarrollo ecoturístico en la economía, sociedad, cultura y medio ambiente de los pobladores mayas de la reserva de la Biosfera ría Celestún; los casos que conciernen a Celestún, Yucatán e Isla Arena Campeche, aprobado por el consejo nacional de ciencia y tecnología (CONACYT). La metodología empleada en este trabajo fue de corte cualitativo, toda vez que la investigación buscó aprovechar la riqueza del diálogo con otros saberes, es decir, el de los individuos que conviven de manera cotidiana con un fenómeno específico.

De acuerdo con Fernández y Pértegas (2002, 1), la investigación cualitativa busca identificar el sistema de relaciones y estructura dinámica de las sociedades con la mayor profundidad posible. El método cualitativo se interesa por analizar la complejidad del problema, a diferencia del método cuantitativo que busca generalizaciones y tendencias de fenómenos sociales. de Pelekais (2000, 350) explica que el método cualitativo debe emplearse cuando la investigación procura comprender significados en torno a la interacción de las personas, así como sus motivaciones y expectativas (entre otros), en contextos sociales determinados, como sucede en este artículo. Para Mejía (2004, 1), una de las virtudes principales del método cualitativo es que permite mayor cercanía con el sujeto y una mejor aproximación de la forma en la que los individuos construyen su realidad social.

En este sentido, se aplicaron 15 entrevistas a mujeres dedicadas a dos ramas del sector turístico en reserva de la Biosfera ría Celestún de Yucatán; de las cuales ocho se desempeñaban en el servicio de hotelería, y siete como artesanas. El periodo en que se llevó a cabo el levantamiento de la información fue en noviembre de 2013. Esta aplicación de entrevistas estandarizadas abiertas permitió profundizar el análisis de las opiniones vertidas por las informantes; la narración en viva voz permitió indagar en las ideas y concepciones de las participantes con respecto de las formas y prácticas de intervención de las mujeres en la economía de la ría Celestún.

Para recopilar la información se acudió a los lugares de trabajo y directamente se les informó del proyecto de investigación que se estaba realizando; se solicitó su colaboración en él a través de la concesión de ser entrevistadas y se enfatizó que el proyecto era de tipo académico, por lo que se garantizó su confidencialidad y anonimato. Las entrevistas fueron realizadas en los espacios de trabajo de cada una, es decir, en puntos de venta para las artesanías y en las áreas proporcionadas en los hoteles. Se tuvo una primera visita de exploración a la zona para conocer los sitios de trabajo de las mujeres, su dinámica de operación y para establecer citas.

El instrumento se integró en cuatro secciones: la primera se enfocó a la obtención de datos generales y socioeconómicos de las participantes; su intención fue obtener información que permitiera la caracterización de las mismas; la segunda sección, denominada "actividades económicas", incluyó preguntas para conocer las actividades de la región desde la perspectiva de las participantes, así como determinar cuáles ven como propias y cuáles consideran mejor remuneradas. La tercera sección del instrumento se orientó a conocer la propia actividad de las mujeres entrevistadas, su sentir sobre ella y el impacto de la misma en su propia vida. El último apartado de la guía se avocó a saber la perspectiva social y económica de las participantes en relación con vivir en una localidad que forma parte de una reserva de la biósfera y en la que el ecoturismo se ha planteado como una fuente de recursos económicos para la población.

VALIDACIÓN DEL INSTRUMENTO

Previo a la validación se realizó un trabajo de empatía con las artesanas, mediante la visita a sus establecimientos. De esta manera se logró el acercamiento y se pudo acceder a la primera entrevista solicitando la participación voluntaria de una de ellas como medio para validar el instrumento.

Se aplicó el instrumento por primera vez para verificar orden, secuencia y claridad en las preguntas. Llegando a la conclusión de que se realizaría efectivamente como una entrevista estandarizada abierta, en donde las preguntas se harían conforme a dirección de la conversación con la participante creando con ella la confianza para abrirse y comentar acerca de su situación.

Derivado de lo anterior se decidió que la pregunta relacionada con el ingreso mensual, se haría en función al gasto familiar, para luego cerrar con la obtención del dato del ingreso. Así como que las preguntas de la dimensión "su propia actividad" se pasaría al segundo punto después de datos generales y socioeconómicos.

CONTEXTO DE LAS PARTICIPANTES

Las artesanas se encontraban organizadas en seis cooperativas, de las cuales cuatro tienen sus puntos de venta en la zona de la playa y dos en el área del embarcadero turístico. Los productos que comercializan en el área de playa son bisuterías y ornamentos para decoración en el hogar. Parte de sus insumos provienen del mar como son: las conchas, caracoles y arena; otros son tallados en madera y provienen de municipios cercanos a la localidad. Las artesanas del embarcadero comercializan los productos anteriores e incorporan a sus artículos para la venta, playeras, gorras y juguetes, entre otros. fotografía 1

Fotografía 1 Collares elaborados por las artesanas de la comunidad. Fotografía propia. 

Para la actividad hotelera se identificaron dos dinámicas diferentes, dependiendo de los lugares donde estuvieran ubicados los hoteles: los del centro y los de la playa. En los del centro se ve una menor inversión económica que se aprecia en una infraestructura más sencilla, orientada al alojamiento y no al esparcimiento (fotografías 2a y 2b). no así en el caso de los hoteles en la playa, cuya fachada principal está en la playa, cuentan con piscina, servicios tipo ama de llaves, recepción y la infraestructura muestra mayor hospitalidad misma que se precia tanto en instalaciones como en el personal. cabe mencionar que estos hoteles emplean entre una o dos personas en su mayoría, variando esto de acuerdo al número de habitaciones, dimensión del hotel y la temporada. fotografía 3 y 4

Fotografías 2 a y 2b Hotel San Julio. Imágenes del frente y de la entrada desde la playa. Fotografías propias. 

Fotografía 3 Hotel Sofía. Fotografía propia. 

Fotografía 4 Hotel Manglares. Fotografía propia. 

RESULTADOS

Datos generales y socioeconómicos

Las edades de las informantes fueron diversas, de los 19 y hasta los 73 años, ubicándose la mayoría alrededor de los 40 años. Su lugar de origen variaba desde nativas de Celestún hasta inmigrantes de zonas cercanas, que llegaron a edades muy tempranas. La mayoría de ellas son madres con hijos en edades escolares y laborales, y trabajan para mantener a sus familias ya que han tenido dificultades y se han separado de sus parejas, refiriendo problemas como el alcoholismo y el consumo de sexo servicio por parte de sus maridos. Los oficios de estos últimos eran pescadores y lancheros. Las mujeres que están en hotelería ganan el salario mínimo y las artesanas tienen un ingreso variado dependiendo de la temporada. Entre los apoyos económicos disponibles para ellas, se encuentran el programa de oportunidades que proporciona becas a hijos en edad escolar obligatoria y el seguro Popular.

Su propia actividad

Dependiendo de sí la actividad es del servicio de hotelería o artesanal, la jornada laboral es aproximadamente de 8 horas diarias. La actividad artesanal organizada en cooperativas tiene en el puerto cerca de 16 años. Las artesanas tienen distintas antigüedades en estas asociaciones. Asimismo se denota organización familiar entre las integrantes de cada cooperativa, en particular de las informantes entrevistadas que tenían relaciones de parentesco entre sí (suegra y cuñada). Anteriormente algunas tenían ya una actividad económica como limpieza de casas, venta de mercería y de productos por catálogo, y repostería; otras solo se dedicaban a las labores domésticas. Bajo este contexto algunas de ellas se fueron organizando y crearon las cooperativas con apoyos gubernamentales.

Las encargadas de los servicios de hotelería (recepción y mucama) fueron en su mayoría mujeres jóvenes cuyas edades variaban de 19 a 30 años, a excepción de tres de ellas que tenían más de 40 años de edad, y sus puestos eran administradoras o propietarias de los hoteles.

Durante las entrevistas todas las informantes fueron conscientes de la importancia de su labor e ingreso diario para la economía familiar, ya que de no trabajar, solo contarían con la contribución del esposo. Al respecto es importante destacar que aunque reportan que en sus distintos ambientes ocupacionales (artesanas y servicios de hotelería) sí existen las condiciones para su actividad, ellas necesitan y solicitan más apoyos en función del área en la que se desempeñan. Las artesanas expresaron que necesitaban un mayor apoyo gubernamental como préstamos y ayudas económicos para la compra y elaboración de sus productos. Por su parte, las del servicio hotelero mencionaron desear tener mejores ingresos económicos y cuidar la imagen de la comunidad para atraer más turismo como por ejemplo calles limpias, seguridad y pavimentación.

Las mujeres reconocen que su participación es importante no sólo para la vida familiar sino también para el crecimiento y desarrollo de Celestún; esto en las diversas actividades que reconocen como propias de las mujeres: artesanía, hotelería, restaurantes y bodegas (empaquetado y fileteo de especies marinas).

Perspectiva social y económica

Se reportó que las actividades mejor pagadas de la comunidad son los servicios de lancheros y la pesca; sin embargo según las participantes, esta última se ha visto restringida por las vedas impuestas. Las labores más apropiadas en términos de seguridad y disponibilidad de tiempo para la atención de la familia fueron las artesanías, la hotelería y el trabajo en restaurantes.

El concepto de ecoturismo como el cuidado del ambiente con fines turísticos para desarrollo económico sustentable, no fue identificado por la comunidad como tal, pero sí reconocieron actividades que han venido realizando con los diversos visitantes que acuden a la localidad para conocer y convivir con las especies endémicas tanto de flora como de fauna mediante los paseos en lancha por la zona de los manglares y la costa.

El término reserva de la Biosfera, trae consigo muchas contradicciones pues las mujeres de Celestún reconocieron los beneficios ecológicos de vivir en ella, pero también sus limitantes: las negociaciones políticas del gobierno y la imposición de vedas a recursos marítimos, como las especies de escama (mero, chacchí, canané, entre otros), camarón, langosta y el pepino de mar. La queja principal es debida a que la actividad económica prioritaria del puerto es la pesca, y la imposición de la veda en diferentes temporadas ha limitado, desde su parecer, las distintas actividades productivas y su propia supervivencia.

Por otro lado, las artesanas opinaron que si bien Celestún es un lugar adecuado para establecerse, ha empeorado su calidad de vida debido a la limitación de los recursos económicos provenientes de la pesca y a la competencia surgida con otros comerciantes ambulantes de la zona, principalmente las vendedoras de origen chiapaneco.

En relación con las expectativas hacia las acciones del gobierno, las mujeres tienen varias observaciones como ampliar el periodo de pesca y disminuir los tiempos de veda de las especies. Mencionan que no hay diversificación laboral, las actividades se centran en la pesca y los paseos en lancha, y dado que son actividades estacionales no representan una estabilidad económica para la subsistencia. Ante esto manifiestan la necesidad de empleos transitorios, para las épocas en que la pesca y el turismo no son suficientes para dotar de recursos a la población.

También existe incertidumbre en ellas respecto a los proyectos que el gobierno emprende, ya que según esto favorecen a ciertos grupos o personas cercanos a la administración en turno. De igual forma, solicitan mejores servicios en hospitales, escuelas, seguridad, vialidades y pavimentación así como alumbrado público. En los hospitales refieren la existencia de médicos generales y carencia de especialistas, falta de equipo técnico de diagnóstico y dificultades para el traslado a Mérida en casos de urgencia. En el caso de las escuelas, se sugiere el cambio del turno vespertino al matutino para el nivel secundaria así como la presencia de actividades deportivas y recreativas para contrarrestar la presencia de la drogadicción y alcoholismo al menos entre la población joven.

Acerca del papel de la comunidad para mejorar la calidad de vida y maximizar sus recursos, ellas refieren la importancia de la participación de la gente en distintas actividades que se organizan, ya que se reconoce el poco interés en formar parte de estas debido a actitudes como indiferencia, apatía, conformismo, con una dependencia hacia las acciones asistenciales del gobierno. En este sentido se reporta que debiera existir un mayor compromiso entre todos los habitantes para realizar actividades en conjunto, ya que por el contrario reportan mucha competencia y sentimientos de rivalidad.

DISCUSIÓN

Después de la presentación de los resultados obtenidos en las entrevistas a las participantes, destacan una serie de observaciones importantes que no deben dejar de apuntarse porque impactan directamente en el desarrollo del proyecto ecoturístico de la ría Celestún.

Las informantes refirieron que los recursos económicos que corresponden a la población endógena, la mayoría de las ocasiones es captado por personas ajenas a Celestún, sobre todo por los vendedores ambulantes que provienen de otros municipios e incluso estados. Entre estos destacan comunidades cercanas como Dzidantún, Dzilam de Bravo y Hunucmá; así como de otros estados de la República principalmente Tabasco y Chiapas. Se observa que esta condición es constantemente utilizada en su discurso como justificación para evadir su propia responsabilidad en el crecimiento social y económico de la comunidad. Este tipo de declaraciones que estuvieron presentes tanto en el discurso del personal femenino de los hoteles, como en el de las mujeres artesanas, pudiera tipificarse bajo el concepto de xenofobia.

En el caso particular de las artesanas, se observó una fuerte problemática con las vendedoras ambulantes de origen chiapaneco, estas últimas se dedican principalmente a la venta de prendas de vestir típicas de su región (blusas bordadas) por lo que dado el tipo de productos que comercializan ambos grupos de mujeres, no existe posibilidad de competencia ya que estos no son competidores pues no satisfacen las mismas necesidades (blusa versus collar) y ni siquiera son sustitutos como podría ser si ambos grupos comercializasen diferentes tipos de prendas de vestir.

Tras esta gran molestia de las mujeres de Celestún hacia las migrantes chiapanecas, se pudiese enmascarar la falta de una adecuada técnica de ventas por parte de las lugareñas, ya que ellas permanecen fijas en sus puestos sin salir en busca de posibles clientes, además de que cuando estos llegan hasta ellas, no son atendidos apropiadamente; no se les ofrece el producto, ni se hace labor de venta, simplemente despachan lo que la persona decide libremente comprar, se le dice el precio, se pone en una bolsa lo que va a llevarse, se le cobra y entrega el producto, sin mayor interacción con él. Por su parte las chiapanecas deambulan por los restaurantes de la playa, por lo que van hacia los posibles compradores, los abordan les muestran sus productos, les ofrecen alternativas diferentes de compra, les permiten probarse las prendas de su interés, dan su opinión respecto de ellas y cuando ya la persona se muestra interesada por algún artículo le informan el precio y le dan otras opciones para realizar su elección. consecuentemente ellas venden sus productos porque logran captar el interés de los visitantes hacia estos.

Es evidente que ante tal diferencia de labor de venta que existe entre las artesanas locales y las vendedoras chiapanecas, los visitantes de Celestún destinen sus recursos a adquirir productos que no son de la localidad con el consecuente desvío del beneficio económico.

Otro de los aspectos que fue reportado reiteradamente fue la desintegración familiar y el clima de descomposición social que imperan en la comunidad. Las informantes señalaban que había alta incidencia de separaciones y madres solteras, sumado a prácticas como drogadicción, alcoholismo, el consumo del sexo servicio por parte de los hombres y la inseguridad pública. Un aspecto que influyó en las respuestas dadas por las participantes fue la edad, ya que las menores de 30 años expresan una mayor afectación por los problemas arriba descritos. Mientras que las de mayor edad se muestran conformes a esta realidad; y aunque proponen mejoras y cambios no reportan datos de drogadicción y dificultad social en la comunidad tan significativos, a diferencia de las informantes más jóvenes.

Ante este clima de descomposición las mujeres se han visto en la necesidad de dejar las labores domésticas en un segundo plano y asumir roles de actividad económica dentro de los distintos sectores productivos a su alcance. Lo que refuerza la importancia de la participación de la mujer en el desarrollo económico y social de la comunidad, más allá de la dedicación exclusiva al cuidado de la familia o las labores domésticas, en concordancia con lo señalado por Buitrago, Cabrera y Guevara (2009, 65-68). Esto demuestra un mayor empoderamiento al interior de los hogares, y aunque los recursos económicos que aportan son limitados, estos han permitido que ellas hagan frente a las necesidades más demandantes en sus familias, lo que coincide con las observaciones de Guzmán (2005, 198-199) con respecto a la participación de la mujer en la economía de las familias yucatecas y, por ende, un mayor empoderamiento, como señalaba Quintal (2007, 7).

El proyecto ecoturístico de Celestún se enmarca en este cuadro de inconformidades y contradicciones que, en palabras de las propias informantes, limitan y desgastan las potencialidades del aprovechamiento de los recursos que puede ofrecer la situación geográfica de la comunidad, especialmente para el sector turístico. Esto debido a que el atractivo principal de la zona, se ve afectado por un ambiente social en constante tensión y pugna en los diferentes sectores.

El asunto de las vedas es, sin duda, uno de los aspectos más importantes en el discurso de las entrevistadas. Si bien ninguna de ellas se dedica a la pesca directamente, sus esposos, hijos, hermanos y seres queridos cercanos sí lo hacen, y son constantemente afectados por el acoso de las autoridades. En varias ocasiones se mencionaron casos de pescadores presos y multas impuestas por extracción de especies en veda como el camarón y sobre todo, el pepino de mar.

Uno de los aspectos que desarrolla la economía ecológica es la relación costo-beneficio del aprovechamiento, muchas veces indebido, de los recursos, enfatizando la creación social y destrucción de los sistemas ecológicos (Hartley 2008, 56). Esta idea parece estar ausente en los testimonios de las informantes, especialmente en el asunto de las vedas pues al opinar sobre este tema, las mujeres demuestran principal preocupación por el beneficio económico propio sin considerar las afectaciones que la depredación causa al ambiente, como por ejemplo la extinción de especies.

Además de la depredación hay que considerar que el recurso económico no llega en su totalidad al pescador, sino que las bodegas y empacadoras son las que se llevan el mayor beneficio pues adquieren los productos a precios muy bajos que no compensan el sacrificio y riesgo que conlleva la labor pesquera. Cabe destacar que los pescadores, debido a su situación de escasos recursos, no cuentan con los insumos necesarios para realizar su trabajo (barco, combustible, carnada, redes) por lo que reciben ayudas por parte de las propias bodegas y empacadoras, y éstas les cobran dichos insumos posteriormente.

Otra problemática que se enmarca dentro de la postura de la economía ecológica es precisamente que en las personas no hay una conciencia clara de que los recursos se agotan y que la extinción de una especie trae consigo la desaparición de otras que conforman una misma red trófica, afectando al desarrollo económico, social y ecológico de la zona, ya que sólo se reconoce el beneficio económico inmediato de esta explotación. Es el caso precisamente de Celestún en donde el discurso de las informantes incluso refiere que las especies que prevalecen en la zona son capaces de perpetuar su especie por sí mismas y sin la intervención de organismos humanos que establezcan periodos de cuidado y preservación.

La economía ecológica reconoce los costos sociales no compensados a terceros, esto se refiere a que no se puede mejorar el bienestar de un individuo sin empeorar el de otro, por lo que se requiere de propuestas para el análisis de economía ambiente que permita aportar soluciones viables a problemáticas sociales y ambientales (Hartley 2008, 56). En Celestún se refiere poca organización y cooperación social para el desarrollo de la actividad económica que viene desde la cabecera municipal hacia todos los servidores públicos y la sociedad en general. Esto va en contra de un desarrollo local exitoso, de acuerdo con la perspectiva de Picon (2010, 103) previamente referida. Un ejemplo de esto es que los programas sociales no cumplen con su papel de desarrollo económico en la comunidad ya que hay dificultades en las asignaciones por parte del gobierno o en la aplicación que de los recursos hacen los beneficiarios de programas asistenciales. Es decir, tampoco se presenta concordancia en acciones entre el gobierno y los agentes, tal como refiere Rivera et al. (2012, 296-297).

Como consecuencia de este estudio realizado, se reconoce que las mujeres de Celestún son individuos que tienen una participación activa y con iniciativa en el desarrollo económico de la región, pero aún se necesita una mayor educación y conciencia ecológica para preservar el entorno que armonice el desarrollo económico con la preservación del ambiente en su comunidad. Dicha participación ha cambiado sus roles tradicionales de vida, dejando de ser el hogar y el cuidado de la familia su principal actividad; su percepción las conduce a sentir que requieren trabajar para lograr el sustento económico, que no reciben el apoyo suficiente para sus actividades por parte de los distintos actores del sector público y que su situación social ha ido desmejorándose sin que exista una solución posible a su alcance.

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Recibido: 28 de Agosto de 2014; Aprobado: 21 de Octubre de 2014

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