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Península

versión impresa ISSN 1870-5766

Península vol.5 no.1 Mérida ene. 2010

 

Artículos

 

José Revueltas: humillado y ofendido (recepción inicial de Los errores, 1964-1966)

 

Sonia Adriana Peña

 

Fecha de recepción: 11 de enero de 2011.
Fecha de dictamen: 21 de febrero de 2011.

 

Resumen

En 1964 el Fondo de Cultura Económica publica Los errores, sexta novela de José Revueltas. La edición muestra cierta negligencia editorial que se traduce en un gran número de erratas. La recepción crítica no es muy indulgente con el autor, quien se convierte en blanco de burlas y sarcasmos.

En su mayoría, quienes atacaron la obra lo hicieron más por la postura ideológica de la misma que por los supuestos "descuidos estilísticos". En esta novela Revueltas arremete una vez más contra el dogmatismo del Partido Comunista Mexicano, con la variante de que aquí introduce el mundo del hampa y de los bajos fondos de la ciudad de México, colocándolos al mismo nivel de la dirigencia partidaria. Este ensayo intenta explicar la actitud negativa de la crítica durante los dos primeros años de la publicación de la obra.

Palabras claves: recepción, paratexto, edición, crítica.

 

Abstract

In 1964 the publishing house, Fondo de Cultura Económica, released Los errores, the sixth novel by José Revueltas. The edition shows certain editorial negligence that resulted in a great number of printer's errors.

As a result the critical reception of the work was not very kind to the author, who became the target of mockery and sarcasm. The majority of those who attack the work did so from an ideological posture rather than consider the "stylistic oversights." In this novel Revueltas once again attacks the dogmatism of the Mexican Communist Party, with the variation here being his introduction of the criminal underworld of Mexico City who he places at the same level as the party leadership. This essay will attempt to explain the negative attitude the novel invoked during the first two years of its appearance.

Key words: José Revueltas, paratext, edition, criticism.

 

El lunes 29 de junio de 1964 se publica Los errores, sexta novela de José Revueltas, según consta en el colofón.1 La primera reseña que se escribe es la que Mauricio de la Selva publica en Diorama de la Cultura, suplemento cultural de Excélsior.2 En este trabajo el autor califica a la obra como "buena novela" y "relato precioso", sin dejar de advertir que el suspense creado por el robo al usurero debería mantenerse hasta el final, puesto que la incorporación de la trama política produce una brusca caída del ritmo. Lo cierto es que desde que comienza a circular Los errores, la crítica se divide entre quienes se escandalizan por sus cuestionamientos políticos y unos pocos que la juzgan la mejor novela de Revueltas. Voy a detenerme en algunos juicios de Mauricio de la Selva por tratarse de la reseña que inaugura la crítica respecto a Los errores.

Para la estética de la recepción el crítico es un "lector privilegiado", su opinión se hace pública y por lo tanto su postura con respecto a una obra puede llegar a influir en las preferencias de lectura de las masas. Muchas veces las reseñas en tono negativo sólo ayudan a que los lectores quieran comprobar por sí mismos el valor de un texto. La primera recensión de Los errores no escatima elogios, pero tampoco deja de señalar sus desaciertos; un dato interesante es que el mismo reseñista publica en septiembre de ese año otro escrito donde amplía sus conceptos.3

En la primera reseña Mauricio de la Selva confiesa su desconcierto por la trama policiaca desplegada por Revueltas. La relación del autor con el ambiente policiaco no es desconocida para nadie, basta recordar su labor como cronista de nota roja entre los años 1938 y 1943 desde las páginas de El Popular. El crítico finaliza su primer acercamiento al texto aclarando que: "Lo escrito hasta aquí respecto a Los errores, digámoslo para ser justos y sinceros, no se aproxima siquiera a la importancia de sus páginas como buena novela, como relato precioso".4

El primer adelanto de la novela ya había aparecido cuatro años antes de su publicación en México en la Cultura, suplemento de Novedades 5 es un fragmento del capítulo III. El segundo se publica en La Cultura en México, y es el capítulo XI completo, aquí se incluye un comentario de Revueltas titulado "Novela e ideología", donde se detiene en los cuestionamientos políticos de su obra, a la que define como "esencialmente ideológica", y más adelante agrega que: "Todas las novelas —u obras de arte— son ideológicas en sí mismas, así no se lo proponga el autor".6 Este tipo de declaraciones, previas a la publicación de la obra, ayudó a un horizonte de expectativas sustentado en la filiación política del novelista, sumémosle a esto el antecedente de Los días terrenales (1949).

De agosto a diciembre de 1964 se escribieron aproximadamente once reseñas, un número considerable en escasos meses. En algunos de los escritos se observa el énfasis en señalar a Revueltas como un ex militante a quien le ganó el rencor a la hora de escribir su sexta novela. Tal es el juicio emitido en la sección "Los libros al día. Por Federico Álvarez y Huberto Batis" en La Cultura en México.7 Allí se afirma que: "Revueltas pretende retratar al comunista mexicano de los años treinta, y responde de paso, agria y rencorosamente, a su propia expulsión del partido comunista. ¿No es la venganza el placer de los dioses? Pero la pasión le ciega, y la caricatura predomina sobre el retrato".8 El trabajo se acerca más a una discusión entre camaradas que a una reseña literaria. En otro pasaje se lee:

Para Revueltas, el comunismo bueno es el expulsado, o aquel a quien denomina, con armas tomadas del arsenal vaticanista, 'comunista del silencio'. Los demás son asesinos. Así lo dice, con pretendida desazón objetiva en boca de su personaje favorito: 'comunistas, anarquistas, revolucionarios, asesinos políticos en suma'. Esta concepción ideológica se manifiesta claramente en la elaboración misma de la narración novelesca.9

El texto se detiene en las erratas de la novela, no sin antes advertir que la misma "da pie para un análisis estilístico nada halagador", y concluye: "El estilo resulta espeso, sobresaturado; se mueve a fuerza de renovar las situaciones tensas. La supuesta vivacidad de su novela estriba en no dar reposo al lector".10 Me detengo en dos observaciones a este texto: por un lado se percibe en él cierto tono de malestar por la situación política planteada por Revueltas; por otro, el análisis literario se limita a las líneas antes señaladas. Resulta poco convincente el argumento de un Revueltas cincuentón que dedica seis años de su vida a escribir una novela de más de trescientas páginas para vengarse de su expulsión del PCM, sobre todo si se tiene en cuenta que cuando se publica la obra hacía rato que había sido expulsado del partido y hasta de la Liga Leninista Espartaco, fundada por él.

Si bien en gran parte de los trabajos que se publican inmediatamente después de la edición de Los errores hay un tono de malestar hacia Revueltas, algunos de ellos comparten la opinión de que la obra posee grandes aciertos literarios: la construcción de personajes "convividos, palpados, reales",11 la estructura que entreteje dos historias paralelas que por momentos se rozan y que terminan anudándose en el epílogo, y la acertada descripción de la ciudad de México que la acerca a la narrativa de Luis Spota y de Carlos Fuentes, en opinión de Mauricio de la Selva. Estos fueron algunos de los dictámenes favorables el año de su publicación. De las intervenciones negativas de entonces destaca la anónima reseña publicada en La revista de la semana, suplemento de El Universal.12 Aquí hay una alusión al horizonte de expectativas del lector desde las primeras líneas del escrito, el concepto de "horizonte de expectativas" es sumamente importante para la teoría de la recepción, pues en él se concentran las opiniones, deseos y prejuicios del lector real al momento de enfrentarse a un texto.13 Esta reseña deja ver desde el título la postura del comentarista: "Desconcierta la nueva novela de Revueltas", el verbo implica confusión y perplejidad, efecto que remata con la frase inicial: "Esperada por años, la nueva novela del autor de 'El luto humano' y de 'Los días terrenales' o de 'Los muros de agua', dudamos que satisfaga por completo las esperanzas que en ella habían puesto quienes admiran a José Revueltas". La acumulación de los títulos publicados hasta 1964 en la historia novelística de Revueltas destaca los mejores para finalizar insinuando que Los errores se encuentra lejos de alcanzarlos. El reseñista habla de "esperanzas", término que va más allá de la simple "expectativa", pues la esperanza lleva implícita la idea de salvación. ¿Acaso esto significa que con Los errores Revueltas pierde una vez más la oportunidad de "salvar" su literatura? Mas adelante se afirma que esta novela no pasará inadvertida para cierto público: "Desconcertará a muchos y, lo tememos mucho [sic], contentará a pocos, aunque no dejará de asustar a algunos". Es evidente que los términos "muchos, pocos y algunos" agrupan de manera indirecta a los sectores políticos involucrados en la trama.

En otro pasaje se lee: "Se llama el libro 'Los errores' y el título le conviene, pues son muchos los que el autor comete, además de los que reseña; es el volumen n° 78 de la colección 'Letras Mexicanas', con la que tan firmes éxitos se ha anotado el Fondo de Cultura Económica". Hay aquí una referencia directa al prestigio de la colección bajo la cual se publica la novela, es decir a la "institución Literaria", concepto que reúne a varios intermediarios que ayudan a la difusión de la obra desde su edición hasta el momento en que llega a las manos del receptor: opiniones de críticos y de escritores de renombre (lectores privilegiados), editoriales, publicaciones literarias, academias de lengua y literatura, congresos, premios, institutos de investigación y colecciones de libros, como por ejemplo la de "Letras Mexicanas" que contaba con gran prestigio entre los lectores de los años sesenta, y donde se habían publicado Pedro Páramo, Balún-Canán, Las buenas conciencias y La región más transparente, entre otras. Un claro ejemplo del peso de la "Institución Literaria" o de la "Literatura como Institución" es el Premio Juan Rulfo otorgado a Tomás Segovia en el año 2005, cuyo escándalo desatado por las declaraciones del premiado llevó a los involucrados hasta la Justicia.

La alusión a "los éxitos" que la Colección Letras Mexicanas se había ganado hasta entonces es, más que un halago, un reproche. Y de paso se señalan algunas inconsistencias. Respecto a las erratas, entre las que destaca la confusión de nombres de tres personajes, cabe señalar que un cotejo en el archivo de José Revueltas ha permitido comprobar que dos se tratan de cambios de último momento realizados sobre el mecanuscrito entregado al FCE, y el tercero es ajeno al autor, pues tanto en el manuscrito que se encuentra en el archivo, como en el mecanuscrito que conserva el FCE, el nombre del personaje en cuestión está correctamente escrito. El comentarista aventura que en estos descuidos se puede corroborar que: "Revueltas no relee lo que escribe, que no se corrige, que no se cuida", y por lo visto tampoco sus colegas se cuidan, incluso los más revueltianos comenten algún desliz literario.14 La afirmación no se corresponde con el cotejo realizado en el archivo personal del escritor, quien introdujo copiosas modificaciones al texto.15

Pero el sensor se ensaña: "El libro es un caos; se extiende todo como mancha de aceite [...], después de iniciarse la novela con una escena digna de Raskolnikoff, el autor deja ¡por más de cien páginas! a un enano olvidado dentro de una maleta". Este olvido que tanto le preocupa forma parte de un paréntesis necesario para extender el suspenso en la trama policiaca, aunque no se trata de un olvido precisamente, puesto que el enano está presente en la novela (implícita o explícitamente) desde el inicio hasta el final. Así, el especialista no cuenta el tiempo como parte de la historia fragmentada que presenta el narrador, sino por el número de páginas en el que aparece cada protagonista. Según este parámetro, podríamos decir que Dostoyevski olvida en un capítulo completo al menor de los Karamazov. Cabe agregar que la técnica empleada por Revueltas no constituía una novedad al momento de publicar. El relato fragmentado ya se había incorporado a gran parte de la narrativa latinoamericana, no tendría por qué sorprender entonces el uso de este recurso.

Para finalizar con esta reseña me detengo en otras apreciaciones del incógnito articulista, quien afirma que Revueltas: "Se emborracha de sangre en una orgía bestial [...], el libro entero está escrito 'con brutalidad repugnante, con sevicia vil' [...] o, para volver a usar palabras del autor (de entre las pocas que en un periódico pueden usarse) se trata de una novela 'inobjetablemente monstruosa, bárbara y sangrienta'". El prejuicio idiomático (puritano) apunta a determinado tipo de lectores cuando afirma:

(...) si todavía se usaran aquellos puntos suspensivos con que en las ediciones anteriores a la existencia del Fondo se suplían las palabras fuertes, algunos párrafos presentarían el aspecto del siguiente: 'Al., viejas., jijas de la.'; así hablan todos los personajes, y el autor también, cuando viene al caso.

En este texto hay una clara intención de influir en el horizonte de expectativas cuando el autor remata: "No es Los errores la gran novela que de José Revueltas esperábamos, y que él sabría escribir, si tomara un poco más en serio su profesión de escritor, y cuidara su estilo". Para el crítico, la obra de Revueltas no logra satisfacer las expectativas creadas, observación que basa en su juicio (nunca manifiesto) de lo que debería ser una "gran" novela. La alusión a la profesión y al estilo de Revueltas es injusta si se tiene en cuenta el compromiso del escritor con el quehacer literario y el cuidado del estilo que lo llevaron a realizar considerable número de cambios a lo largo del texto.

Entre 1965 y 1966 se escribieron seis reseñas referidas a Los errores; en este periodo rescato el comentario de Emmanuel Carballo, cuando al referirse a la última obra de Revueltas sostiene: "Quien afirme que es una novela anticomunista cometerá una gruesa equivocación: es una novela anticonformista que señala, de acuerdo a los puntos de vista del autor, ciertos defectos del Partido y de algunos comunistas".16 Para Carballo, Los errores es una "novela política" con personajes que el autor sólo logra "caricaturizar", éste es uno de los motivos que enumera para concluir que no es una "buena" novela. Según él, Revueltas comete el error de: "Demostrar tesis en lugar de mostrar hechos de los que se desprendan dichas tesis". Su juicio, respecto a la forma, difiere del punto de vista de sus colegas cuando señala como "defecto narrativo" la estructura de la novela, a la cual califica de "innecesariamente caótica"; sin embargo, concuerda en la afirmación de que de las dos historias que se narran: "La más convincente y bella es la que cuenta la vida de varios personajes del hampa y la prostitución". En la conclusión sostiene que Revueltas: "Como en sus novelas anteriores, es pródigo en aciertos y caídas". Carballo publica un año después (1966) la misma reseña y añade a la observación final: "Que no se olvide, cuando Revueltas acierta se convierte en un gran poeta".17 Según el juicio de uno de los críticos más influyentes dentro del ámbito literario mexicano, Los errores no es la gran obra que de José Revueltas se esperaba. En el horizonte de expectativas este concepto es un tanto ambiguo, puesto que muchas veces la opinión del lector privilegiado se contradice con las preferencias del público. En ocasiones la intervención mediática y las reseñas literarias consagran un título como la gran novela de determinado escritor, pero el público percibe la experiencia inversa a la hora de sumergirse en la lectura. Estos textos suelen ser de vida breve, "llamarada de petate", es la frase que en el lenguaje coloquial mexicano sirve para ilustrar su fugacidad. Me detengo en esta idea porque a pesar de que una gran parte de los lectores privilegiados de los años sesenta pronosticaron a Los errores una vida breve, es evidente que ésta ha permanecido en las letras mexicanas por casi medio siglo como una obra fundamental del autor de Dios en la tierra.

En 1965 destaca el comentario de Marco Antonio Millán titulado "Horror y hermosura en Los errores de José Revueltas".18 El juego de opuestos desplegado en el título logra condensar el estilo revueltiano; sin embargo, a la hora del análisis le gana el sarcasmo y el lector tiene la impresión de que Millán se refiere a la obra de un escritor novato y no a la de un autor de la talla de José Revueltas, pues escribe frases como: "Debe tenerse en cuenta en despejado balance generoso que el enjuiciado es —aunque ya no mucho— joven todavía, con aptitudes, emoción y fuerza bastantes para poder llevar muy lejos aún el desenvolvimiento de sus letras". En 1964 Revueltas ya contaba con dos libros de cuentos, cinco novelas, innumerables artículos periodísticos y dos libros de ensayos publicados, además de haber obtenido el Premio de Literatura por su obra El luto humano (1943), gracias a lo cual se había ganado un destacado lugar en el mundo de las Letras. En conclusión, el autor no necesitaba de la protección paternalista de críticos que, como Millán, lo justificaran argumentando que: "Merece en conclusión el empeñoso y ardiente literato, saludos de aliento y demostraciones de comprensión en la marcha vocacional que persigue". La mordaz utilización de los términos "empeñoso literato", "saludos de aliento", "demostraciones de comprensión" y "marcha vocacional", cualquiera creería que Millán se refiere a alguno de los jóvenes de "la onda" que empezaban a publicar entonces, y no a un hombre de 50 años que había dedicado a la literatura la mitad de su vida, aportando hasta ese momento valiosos títulos a las letras mexicanas.19

Aunque me aleje del periodo elegido para este análisis, vale la pena señalar que en la década de los ochenta, 16 años después de la primera edición de la obra, Marco Antonio Campos escribe un artículo titulado "Los errores: la mejor novela mexicana".20 El título, radical, propone un replanteamiento crítico sobre la novela de Revueltas, a quien compara con Baudelaire y Sartre, porque como ellos: "Tuvo esa sangrienta conciencia del Mal, y como ellos quiso —y muchas veces supo— observar y reproducir la dualidad o diversidad de emociones y reflexiones que había en ciertos actos".21 Campos coloca a Los errores en la categoría de indispensable en el historial novelístico de su autor: "Se puede prescindir si se quiere de la mayoría de los libros de Revueltas; no de Los días terrenales ni de Los errores".22

Un acercamiento al referente paratextual de esta novela puede ayudar a comprender mejor su recepción, para ello tomo en cuenta los conceptos de Gérard Genette respecto al término "paratexto", al que define como: "Un discurso fundamentalmente heterónomo, auxiliar; al servicio de otra cosa que constituye su razón de ser: el texto".23

 

El Título

El título de la novela que me ocupa da pie para que algunos se deleiten en un juego satírico y hablen de los errores de Revueltas, sin mayúsculas ni cursivas, aludiendo a la gran cantidad de erratas que se le adjudicó al autor.24 El papel de la crítica al respecto suele ser cruel a veces. Cuando el argentino Roberto Arlt publicó Los siete locos (1929), el desconcierto de los comentaristas llevó a algunos a llamar al autor "el octavo paranoico".25 En 1966, José Agustín publica De perfil, Huberto Batis reseña el libro y acompaña su escrito con la figura de un burro, debajo se lee: "José Agustín: De perfil".26 Aquí el juego es similar al que se realiza con Los errores, aunque mucho más explícito, pues al título sin cursivas se suma la figura de un asno. En estos casos, los títulos elegidos por los creadores se transforman en armas de las que se valen sus detractores. En realidad, lo que molestó a quienes tomaban partido en el escándalo desatado por Los errores fue la insinuación de que dicho título aludía a las faltas cometidas por el Partido Comunista (soviético y mexicano).

Según el manuscrito fechado entre 1958 y 1964, Revueltas pensaba titular a la obra Los errores (Los monstruos del bien), el subtítulo —que finalmente elimina— tiene su referente en el capítulo x, y se desprende del discurso de Jacobo Ponce, quien imagina que su camarada, Ismael Cabrera, votó a favor de su expulsión del PCM: "Del mismo modo y con el mismo aire contrito, llegado el caso, daría la orden de que lo fusilaran. Era un inquisidor justo. Uno de los monstruos del Bien".27 Esos "monstruos del bien" son los mismos "fariseos" o "curas rojos" cuyo antecedente se encuentra en el personaje Fidel de Los días terrenales. Al eliminar el subtítulo el autor concentra en sólo dos palabras un mensaje cuyos ecos políticos no se hacen esperar, pues el título es lacónico y a la vez sugerente.

En la literatura de Revueltas se podrían agrupar las obras de acuerdo a sus títulos. Hay un parentesco semántico entre Dormir en tierra, Los días terrenales y Dios en la tierra; a la vez que éste último se relaciona con Los motivos de Caín, En algún valle de lágrimas y El luto humano por la referencia bíblica; entre Los muros de agua y El apando es evidente la mención al sistema carcelario; Los errores se mantiene solitario, pero su antecedente quizás haya que buscarlo en el Ensayo sobre un proletariado sin cabeza,28 pero saldríamos entonces del terreno puramente narrativo para entrar al del ensayo político, esta idea no es del todo descabellada si se tiene en cuenta que el nombre de la novela está sugerido por el ensayo sobre "el ser erróneo" que Jacobo Ponce se encuentra redactando al iniciar el capítulo VII.

La decisión del autor de eliminar el subtítulo y dejar sólo estas dos palabras con las que bautiza su sexta novela ayuda al sarcasmo y a la burla de una crítica reaccionaria que se exasperó, más por la sugerencia política implícita que por el supuesto descuido estilístico de la obra, a esta recepción ayudó otro segmento inmediato.

 

La dedicatoria

Las dedicatorias son cortesías, reconocimientos dirigidos a alguien, pero hay que distinguir entre la dedicatoria de obra y la de ejemplar. El origen de la dedicatoria hay que buscarlo en la antigua Roma, allí se gesta la costumbre de rendir homenaje al protector que ayudó para la escritura o publicación de un texto, o que podría hacerlo gracias a dicha dedicatoria, a este régimen dará nombre Mecenas, consejero de Augusto (69 a. C.).29

La dedicatoria de obra, que es la que interesa aquí, tiene por objeto rendir homenaje a una persona, a un grupo o a cualquier otra entidad. Genette distingue entre dos tipos de dedicatarios, el privado y el público, el primero es: "Una persona conocida o no por el público a quien es dedicada una obra en nombre de una relación personal: de amistad, familiar u otra [...]. El dedicatario público es una persona más o menos conocida con quien el autor manifiesta tener, por su dedicatoria, una relación de orden público: intelectual, artístico, político u otros".30 Un repaso de las dedicatorias de José Revueltas en sus obras anteriores a Los errores31 deja en claro que en su mayor parte son de índole privada. En El luto humano se lee: "Para un amigo entrañable, que está a mi lado", quizás ese amigo entrañable remite a su hermano Silvestre, a quien el autor estimaba como a un padre, y cuya muerte había ocurrido dos años antes de la publicación de esta novela, homenaje que hará explícito en uno de sus libros de cuentos, Dormir en tierra: "A la memoria de Silvestre Revueltas";32 En algún valle de lágrimas está dedicado "Para el ingeniero Carlos Villela", y Los días terrenales a su hermana Rosaura, su hija Andrea y su segunda esposa, María Teresa Retes.

En la dedicatoria de Los errores se lee: "A Imre Nagy, el gran luchador húngaro". Nagy es el político comunista que protagonizó el intento de establecer la democracia y liberar al país de la tutela soviética en 1956, opositor a la política de Stalin. La muerte de éste le permite a Nagy dirigir la apertura del régimen húngaro como jefe de gobierno (1953-1955). Emprende entonces una liberalización de la autocracia comunista. La vieja guardia estalinista lo derroca en 1955 pese a su popularidad, pero es llevado nuevamente al poder para calmar a las masas durante la insurrección anticomunista de 1956. Tras el aplastamiento del movimiento por el ejército soviético, Nagy, que se había refugiado en la embajada yugoslava, se entregó confiando en las garantías que se le prometieron; sin embargo fue condenado a muerte y ejecutado dos años después. Es necesaria esta breve información para analizar la recepción política desde el principio, pues lo primero que aparece luego del título (importantísimo) es la dedicatoria. Esto hace que el lector privilegiado relacione un segmento con otro. La conclusión se deduce antes de comenzar la lectura: Yo (autor real), ex militante comunista, les voy a mostrar Los errores que ha cometido y comete el partido comunista dentro (Revueltas expulsado) y fuera (Nagy asesinado) de México. Obsérvese la estructura de la dedicatoria: Imre Nagy no es un militante, ni un camarada, ni un compañero, sino un "gran luchador", término que acerca a Revueltas a su propia concepción militante y que a su vez toma de Carlos Marx: "Mi concepto de la felicidad es la lucha".33 En la elección del sustantivo y del adjetivo queda en claro su postura, ya insinuada en Los días terrenales.

Ahora bien, esto es a lo que se enfrenta el lector al que la estética de la recepción denomina privilegiado. Pero ¿qué pasa con el lector común? Esta es una hipótesis difícil de corroborar, puesto que sólo se podrían manejar suposiciones por el número de tiraje de una obra. En el caso de Los errores fue de 4000 ejemplares, la primera edición es imposible de conseguir en la actualidad, pero esto tampoco es razón suficiente para hablar de su éxito en ventas. Tal vez el lector común y corriente (que ignoraba los conflictos políticos del escritor) se dejase atraer por la trama meramente policiaca del texto y, pasando por alto la dedicatoria, relacionase el título no con los errores del PC, sino con la serie de traspiés que cometen los personajes encargados del asalto al usurero. En Los errores hay una dedicatoria pública que aproxima al autor con el dedicatario, con quien manifiesta tener cierta afinidad política: la oposición al dogma stalinista, y lo reafirma en sus declaraciones.34

 

El Epígrafe

Los epígrafes son la antesala donde el autor recibe al lector y se encarga de prevenirlo, le hace un guiño antes de que inicie la lectura. Genette define el epígrafe como la cita que se encuentra fuera, "al borde de la obra, generalmente cerca del texto, después de la dedicatoria, si la hubiera".35 Este segmento es el responsable del diálogo de los textos. En el epígrafe hay una presencia "al borde" que advierte sobre el contenido del texto.

En la literatura de José Revueltas es frecuente el uso de epígrafes, esto puede observarse en: El luto humano, Dios en la tierra, Los motivos de Caín y Los días terrenales, de los cuatro títulos aludidos, dos tienen epígrafes bíblicos: del Génesis uno (Los motivos de Caín), y del Apocalipsis el otro (último capítulo de Los días terrenales); los restantes pertenecen a Dostoyevski (Dios en la tierra), a Rostand (inicio de Los días terrenales), y a Alberto Quintero Álvarez (El luto humano). Como se puede ver, en las elecciones de Revueltas están presentes dos de sus lecturas predilectas: la Biblia y Dostoyevski, la relación bíblica es evidente en Los motivos de Caín; en Los días terrenales es casi inevitable el hecho de que cierre la novela con una cita apocalíptica, si se tiene en cuenta el inicio: "En el principio había sido el Caos".36 En todos los ejemplos mencionados hay un diálogo de textos propiciado por el autor para guiar al lector en su propósito.

Revueltas se refiere a los epígrafes en una entrevista de 1968, allí afirma que: "En México se usan como una especie de clavel en la solapa, y se llega incluso a la jactancia provinciana de poner epígrafes en francés —y ahora en inglés— para demostrar que se ha leído a los escritores extranjeros en su propia tinta idiomática".37 El entrevistador agrega que: "Para Revueltas, usar un epígrafe equivale a identificarse con un autor, a recoger su sentido y reafirmarlo".38

En Los errores el autor prescinde de este tipo de comunicación, le basta con la dedicatoria a "el gran luchador húngaro", parecería que después de este segmento no hay que dar más rodeos para entrar de lleno en sus páginas. El lacónico título se relaciona con el segmento más cercano y entrega al lector privilegiado material suficiente para formarse, desde el principio, un (pre) juicio político sobre la nueva novela.

Como se ha podido observar, dos fueron los motivos principales que ayudaron a una recepción negativa de Los errores: por un lado, la filiación política de su autor, y por otro los referentes paratextuales que contribuyeron en gran medida a esa recepción. En la actualidad perdura esa actitud aún entre los jóvenes investigadores, ejemplo de ello es el ensayo de Ignacio Sánchez Prado "'Bienaventurados los marginados porque ellos recibirán la redención': José Revueltas y el vaciamiento literario del marxismo". Sánchez Prado se refiere a Los errores "en su profunda incapacidad de imaginar una alternativa revolucionaria más allá del carnaval del estalinismo".39 Y aquí cabe preguntarse si importa realmente eso, cuando el aporte de esta obra es su "profunda capacidad" de revolucionar las formas. Se sigue juzgando a Revueltas como si el texto fuera un tratado histórico-político y no ficción; desde esta perspectiva se dejan de lado cuestiones fundamentales, por ejemplo, en los últimos años de la década del cincuenta,40 Revueltas introduce una serie de recursos que en cierta medida pregonará lo que luego se llamó boom latinoamericano. Algunos estudiosos sitúan este fenómeno en el año 1962,41 otros en 196442 y otros en 1967,43 con la publicación de Cien años de soledad. El boom logra atraer la mirada hacia Latinoamérica, se empiezan a reeditar las obras de sus representantes: Cortázar, Fuentes, García Márquez, Vargas Llosa; se comienza a leer autores que habían publicado con anterioridad (Rulfo, Borges, Onetti, Sábato). Hubo un enorme reconocimiento pero también una enorme exclusión, y "José Revueltas personifica, para decirlo con palabras de Cortázar, la 'ignorancia vergonzosa' que ha producido gran parte de ese reconocimiento".44

Lo cierto es que quienes hicieron pública su opinión sobre Los errores se encarnizaron contra el escritor por considerar radical su postura respecto al PCM. Unos, simpatizantes del marxismo, ven en Revueltas un escritor resentido que usa la literatura para venganzas personales, recuerdo que la novela se publica cuando la mayor parte de los intelectuales latinoamericanos se encuentran en pleno idilio con la Revolución Cubana. Tampoco quienes ensalzaron la trama policiaca lo hicieron desde una postura sincera, puesto que alabar el hampa y el arrabal era una manera implícita de descalificar la tesis política y de colocar al mismo nivel a delincuentes y a militantes.

Quizá quienes conceptuaron Los errores sin mayores prejuicios fueron los jóvenes de "la onda".45 Ellos apreciaron recursos literarios que Revueltas introducía por primera vez en su narrativa. Estos jovencitos, ávidos de nuevas formas, se percataron del valor de esta obra en la cual observaban la capacidad creativa de un novelista maduro. Al dejar de lado la polémica partidista los nuevos narradores se concentraron en el ambiente, la descripción de los bajos fondos de la ciudad de México, la caracterización de los personajes, la construcción de dos tramas paralelas y el ágil estilo cinematográfico de la novela.

El lacónico aparato paratextual ayudó en gran medida a una lectura política, dando origen a los comentarios sarcásticos aquí señalados. A pesar de la acogida poco favorable que tuvo la novela en la década del sesenta, muchos críticos actuales coinciden en que con Los errores la narrativa revueltiana se consolida cabalmente.46 Esta novela —más criticada que estudiada— ha permanecido por mucho tiempo relegada,47 en la actualidad, resulta gratificante saber que jóvenes investigadores se ha dedicado a recuperarla desde una óptica que, si bien no excluye la desgastada lectura política, ha emprendido otras realmente talentosas.48 Esto demuestra que a escasos cuatro años de cumplir medio siglo de vida, Los errores perdura como sólo las grandes obras pueden hacerlo: sobreviviendo a la indiferencia y a la marginación.

 

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Notas

1 Lo más probable es que la obra viera la luz muchos días después, tal como indica el número de julio de ese año de la Gaceta del Fondo de Cultura Económica: "Capítulo de la novela: Los errores de José Revueltas, que por estos días editaremos con el número 78 en la Colección Letras Mexicanas" (n° 119, 1964, p. 4). Aquí se reproduce un fragmento del capítulo XXII.

2 16 de agosto de 1964, p. 4.

3 "José Revueltas. Los errores", Cuadernos Americanos, n° 5, septiembre-octubre de 1964, pp. 277-280.

4 Op. cit., p. 4.

5 N° 589, 26 de junio de 1960, p. 4.

6 N° 30, 12 de septiembre de 1962, p. XIII.

7 Número 135, 16 de septiembre de 1964, p. XVI.

8 Idem.

9 Idem.

10 Idem.

11 Mauricio de la Selva, op. cit., p. 4.

12 6 de septiembre de 1964, p. 3.

13 Hans Robert Jauss. Experiencia estética y hermenéutica literaria. Ensayos en el campo de la experiencia estética. Madrid: Taurus, 1986.

14 Demetrio Aguilera Malta escribe que a Revueltas aprendió a apreciarlo por sus "cuentos" (?) Los muros de agua" (El Gallo Ilustrado, 23 de agosto de 1964, p. 4). Parménides García Saldaña se refiere al libro Los "hijos" (?) de Caín (Diorama de la Cultura, 26 de junio de 1981, p. 6).

15 Quien tuvo bajo su responsabilidad el cuidado de edición fue Augusto Monterroso. Son muchas las erratas que se pudieron evitar de haber existido un verdadero "cuidado editorial".

16 La Cultura en México, n° 151, 6 de enero de 1965, p. III.

17 Diorama de la Cultura, 23 de octubre de 1966, p. 4.

18 El libro y el pueblo, n° 3, abril de 1965, pp. 14-18.

19 Los muros de agua (1941), El luto humano (1943), Dios en la tierra (1944), Los días terrenales (1949), México: una democracia bárbara (1958), Dormir en tierra (1960), Ensayo sobre un proletariado sin cabeza (1962).

20 Proceso, n° 172, 18 de febrero de 1980, pp. 55-57.

21 Op. cit., p. 55.

22 Op. cit., p. 57.

23 Umbrales. México: Siglo XXI, 2001, p. 16.

24 Jorge Ruffinelli comenta este hecho en José Revueltas. Ficción, política y verdad. México: Universidad Veracruzana, 1977, p. 103.

25 Raúl Larra. Roberto Arlt, el torturado. Buenos Aires: Ameghino, 1998, p. 71.

26 El Heraldo Cultural, n° 49, 16 de octubre de 1966, p. 16.

27 José Revueltas. Los errores. México: FCE, 1964, p. 105.

28 La palabra "error" se puede leer infinidad de veces a lo largo de todo el Ensayo sobre un proletariado sin cabeza, por ejemplo: "Resultaría extraordinariamente prolijo enumerar la lista de errores y vaivenes, oportunistas, y sectarios, hacia la derecha y hacia la izquierda, en que incurre el PCM a lo largo de su historia" (México: Era, 1987, p. 241). El argumento central de este libro es la necesidad de un "verdadero" PCM que sea la cabeza visible del proletariado, tesis que con otros argumentos plantea el personaje Jacobo Ponce desde sus escritos y desde las críticas al partido, gracias a lo cual es expulsado del mismo.

29 G. Genette, op. cit., p. 113.

30 Idem.

31 Aquí hablo exclusivamente de novelas y volúmenes de cuentos, no de textos autónomos, puesto que Revueltas también acostumbraba dedicar sus relatos.

32 Aunque el compositor Silvestre Revueltas era una figura pública, la dedicatoria entra en el ámbito de lo privado por la relación fraternal con el autor.

33 Carmen Rosenzweig. "Revueltas". El Rehilete, n° 17, septiembre de 1966, pp. 6-8.

34 "Esta vez no pienso sacar el libro de circulación" le dice Revueltas a Rosa Castro en obvia alusión a lo sucedido con Los días terrenales. "Galería del mundo: Los errores. Entrevista con su autor. José Revueltas". El Día, año III, n° 833, 16 de octubre de 1964, p. 10.

35 Op. cit., p. 123.

36 J. Revueltas. Los días terrenales. México: Stylo, 1949, p. 7.

37 Javier Molina. "Revueltas-Eutushenko". El Día, 14 de febrero de 1968, p. 9.

38 Idem.

39 En Francisco Ramírez Santacruz, Martín Oyata (editores). El terreno de los días. Homenaje a José Revueltas. México: BUAP/UNAM/Porrúa, 2007, p. 167. El énfasis es mío.

40 Los primeros capítulos del manuscrito de Los errores está fechado en 1958.

41 Adrián Curiel Rivera. Novela española y boom hispanoamericano. México: UNAM, 2006. Curiel sostiene que la aparición de Cien años de soledad marca "el tercer momento del boom", el primero es la publicación de La ciudad y los perros (1962) de Mario Vargas Llosa, obra que obtiene el Premio Biblioteca Breve, acontecimiento clave para que Europa comience a mirar hacia la producción literaria latinoamericana.

42 Ángel Rama. "El 'boom' en perspectiva", en Más allá de boom. Literatura y mercado. México: Marcha, 1981, pp. 51-110.

43 José Donoso. Historia personal del boom. Barcelona: Anagrama, 1972.

44 Jorge Aguilar Mora, "Sobre el lado moridor de la 'nueva narrativa' hispanoamericana", en Más allá de boom, op. cit. , p. 254.

45 Véase Gustavo Sáinz México en la Cultura, 23 de agosto de 1964, p. 7; Miguel Donoso Pareja. Ovaciones, 30 de agosto de 1964, p. 6; Mauricio de la Selva. Cuadernos Americanos, septiembre-octubre de 1964, pp. 277-280; Sadot Fabila Hernández. El Día, 12 de diciembre de 1964, p. 11; Demetrio Aguilera Malta. El Gallo Ilustrado, 23 agosto de 1964, p. 4.

46 Cfr. Frank Loveland. "El último Revueltas: el margen como totalidad" en El terreno de los días, op. cit., pp. 190-203. El crítico considera que a partir de Los errores la producción literaria de Revueltas "siguió otros caminos, y entre ellos, el más fecundo fue abierto por la historia delincuencial de esta novela. Tanto El apando, considerado casi por unanimidad su mejor texto, como los cuentos 'Cama 11' y el sorprendente 'Hegel y yo' de su último libro Material de los sueños (1974), son textos de temática típicamente revueltiana, pero de organización productiva muy diferente de la mayor parte de su obra restante" (p. 202).

47 En la Biblioteca Central de la UNAM hay 35 tesis dedicadas a Revueltas, cifra bastante pobre si se tiene en cuenta que la primera data de 1977 y la última de 2006; entre ellas sólo dos se ocupan de Los errores.

48 El joven crítico Francisco Ramírez Santacruz ha escrito un excelente ensayo respecto a la probable significación de las ratas que atacan a Olegario en su huida de la cárcel. Cfr. "De ratas, rateros y antropofagia inquisitorial: Los errores, una historia de horror", en El terreno de los días, op. cit., pp. 315- 343.

 

Información sobre la autora

Mexicana. Maestra en Letras Mexicanas por la universidad Nacional Autónoma de México y Doctora en Letras por la misma Universidad. Ha sido profesora-investigadora de tiempo completo en la Licenciatura y en la Maestría en Literatura Hispanomexicana de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (2009) e impartido los cursos de verano de Literatura Latinoamericana a estudiantes de universidad Estatal de California durante dos periodos consecutivos (2003-2004).

Ha publicado en revistas de Argentina, Brasil, México y Estados unidos. Es coeditora junto a Alberto Vital del libro retales. Selección de Juan Rulfo (UNAM y Editorial Terracota, 2008). Compiladora del libro de reseñas Luis Cardoza y Aragón. Crónicas cinematográficas, con introducción y notas de Eduardo Serrato Córdova (UNAM, 2010). Fundadora y editora de la revista cultural La oveja negra, que se publica desde 2001 en Trelew, Patagonia argentina, declarada de interés cultural por el Ministerio de Cultura de la Provincia del Chubut. Actualmente es becaria del Programa de Becas Posdoctorales de la UNAM en el Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales, con el proyecto "Arlt/Revueltas: una estética de lo marginal". sonia-pena@hotmail.com

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