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Península

versión impresa ISSN 1870-5766

Península vol.3 no.1 Mérida ene. 2008

 

Reseñas

 

Ernesto Vargas y Antonio Benavides (coordinadores), El patrimonio arqueológico maya en Campeche. Novedades, afectaciones, soluciones

 

Tomás Pérez Suárez

 

México: UNAM, IIFL. Cuadernos del Centro de Estudios Mayas, Núm. 35, 236 pp., figuras, fotos, mapas, gráficas. 2007.

 

Centro de Estudios Mayas Instituto de Investigaciones Filológicas, UNAM.

 

El título da perfecta cuenta del contenido de este interesante libro editado por el Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Identificado con el número 35, forma parte de la serie Cuadernos del Centro de Estudios Mayas de dicho Instituto.

La edición de los ocho trabajos que integran este libro, de 236 páginas, fue coordinada por los arqueólogos Ernesto Vargas Pacheco, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Antonio Benavides Castillo, del Centro Campeche del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Ambos investigadores, con una larga experiencia de campo, un amplio conocimiento y una fructífera obra publicada sobre la arqueología de Campeche, Quintana Roo, Yucatán y Tabasco.

Los trabajos fueron originalmente presentados como ponencias durante el 6° Congreso Internacional de Mayistas, evento académico organizado por el Centro de Estudios Mayas durante el mes de julio de 2004 en la ciudad de Villahermosa, Tabasco. Todos formaron parte del simposio, con el mismo nombre que ahora lleva el libro, El patrimonio arqueológico maya en Campeche: novedades, afectaciones y soluciones, organizado por los coordinadores de la publicación, quienes también fungieron como moderadores de las presentaciones y discusiones de las ponencias. Además de ser autores de sus respectivas contribuciones, escribieron una breve pero sustanciosa presentación del libro, donde nos brindan datos y pormenores de cada uno de los trabajos que dan cuerpo a esta publicación.

Los coordinadores señalan que las ocho contribuciones reunidas brindan al lector un panorama general del quehacer arqueológico reciente, desarrollado en varias regiones de la geografía campechana. Así, los trabajos transitan desde la región Puuc, en la parte noroeste del estado, hasta su porción sur, donde se localiza El Tigre, en la cuenca del río Candelaria. En ese recorrido se pasa por sitios como Acanmul, con sus tempranas expresiones de arquitectura Puuc; la isla de Jaina conocida más por sus figurillas que por su importancia como asentamiento y capital regional; el puerto de Champotón, varias veces citado en las fuentes coloniales en la migración de los itzáes, pero ocupado ininterrumpidamente los últimos dos mil años. La producción cerámica de la gran capital del estado regional de la serpiente, que ahora denominamos Calakmul también se analiza, y finalmente se aborda la región denominada Río Bec, con su peculiar estilo arquitectónico de torres, simulando templos, y las elaboradas portadas zoomorfas, sin dejar de lado su original organización política y espacial.

Sin duda la importancia del libro radica en este punto, el de un análisis y enfoque regional de una región, válgase la redundancia. Estos trabajos nos muestran las particularidades de la dinámica cultural en cada uno de los espacios que integran el área maya, y permiten desterrar la idea de un área maya homogénea como se creía antaño.

El primer trabajo es de Pierre Becquelin y se titula "La sociedad Puuc en la región de las colinas: Una síntesis tentativa". Organizado en cuatro apartados, con el objetivo de elaborar un modelo de organización sociopolítica, el ensayo inicia con un panorama de las características físicas, arqueológicas y cronológicas de la región Puuc Occidental, desde Sayil, Yucatán, hasta Xcalumkín, Campeche. Nos muestra que las notables diferencias que existen en cuanto a la topografía y disposición de recursos entre el distrito de Santa Elena y el de Bolonchén se reflejan en el patrón de asentamiento y frecuencia de los sitios, así como en las expresiones arquitectónicas.

El segundo apartado se enfoca en el nivel de precisión de los datos, según los trabajos arqueológicos realizados en la porción suroccidental de la región del Puuc. Estas investigaciones son agrupadas en tres categorías acordes al enfoque de cada una de ellas. El primer nivel es el del estudio regional con trabajos donde se trata de registrar, con la mayor precisión posible, la totalidad de las estructuras observables. El segundo está representado por los trabajos de recorridos de superficie donde la representación de las estructuras es de tipo convencional. Finalmente, el tercer nivel, con menor confiabilidad para explicar la totalidad de los asentamientos, es el de los trabajos enfocados sólo al reconocimiento arquitectónico de los edificios parcial o casi totalmente preservados.

El tercer apartado de esta primera contribución atañe al nivel del enfoque, desde la estructura arquitectónica única, hasta el nivel de región, pasando por conjuntos arquitectónicos, grupos de conjuntos y lo que puede considerarse un sitio arqueológico, en el sentido tradicional de la palabra, provisto de plazas centrales.

El trabajo concluye con una interpretación general y unas consideraciones finales donde después de enumerar los diferentes modelos de organización política para los diversos asentamientos de las Tierras Bajas Mayas, como son el de ciudad estado, "estado segmentario", entidades galácticas, ciudades hegemónicas, teorías del lugar central, feudalidad en cuanto al modo de producción, o conceptos tomados de las fuentes coloniales yucatecas como cuchkabaly batabil, el autor considera que todos estos modelos presentan ventajas e inconvenientes, por lo que la discusión en cuanto a la naturaleza política de estos centros de poder, en la región Puuc de Campeche, todavía sigue abierta.

La segunda contribución de este libro, con el título "Exploraciones arqueológicas en el sitio de Acanmul, Campeche", es de Heber Ojeda Mas, investigador del Centro del INAH Campeche. En este trabajo se brindan resultados de los trabajos de exploración y consolidación que desde 1999 hasta 2004 se han realizado en este importante sitio con arquitectura estilo Puuc, localizado a 25 kms al noreste de la actual ciudad de Campeche y a 20 de la costa del Golfo de México. Es una ciudad maya del periodo Clásico poco conocida, pero con una relevante importancia para entender la fase Puuc temprana en esta región. Tiempos en que el sitio fue un importante centro económico, político y religioso.

Concretamente el trabajo da cuenta de las exploraciones de las seis estructuras que hasta ese entonces habían sido intervenidas. Dentro de ellas destaca la identificada con el número 1, estructura piramidal de dos pisos, también conocida como El Palacio, uno de los edificios de mayores dimensiones del sitio, resultado de diversas etapas constructivas tanto en el plano horizontal como en el vertical. Los datos recuperados en las subestructuras de este edificio como en la Estructura 3 son no sólo relevantes para establecer una secuencia de las fases arquitectónicas del sitio, sino de utilidad para conocer los inicios del estilo Puuc Temprano en esta región campechana. Asimismo se brinda información sobre tres estructuras del Posclásico, que indican una reocupación del sitio en esos tiempos.

En los comentarios finales el autor asienta que las exploraciones hasta ese momento realizadas en Acanmul han permitido hallar estructuras tempranas que hace pensar en un estilo local, que refleja concentración de poder y riqueza, así como el dominio que Acanmul ejercía sobre asentamientos circunvecinos. Además, su cercanía con la costa debió ser relevante en las rutas comerciales que se internaban tierra adentro a los sitios Puuc de Yucatán.

Antonio Benavides Castillo, uno de los coordinadores de la publicación, nos presenta una interesante y distinta imagen de la isla de Jaina, afamada por la calidad expresiva de sus numerosas figurillas, presentes en muchos museos y colecciones de México y del extranjero, así como por su supuesto carácter único de sitio necrópolis.

Después de varios años de trabajo en la isla, en esta ocasión Antonio Benavides nos presenta su trabajo titulado "Jaina, Campeche: Temporada 2003. Los hallazgos y el futuro próximo". De entrada nos dice que la temporada de campo efectuada en 2003 permitió terminar la excavación, consolidación y restauración de cuatro edificios más, dos de ellos corresponden al juego de pelota. Igualmente señala que los vestigios cerámicos y arquitectónicos confirman una secuencia de ocupación que comenzó en el Preclásico Tardío, tuvo su auge en el Clásico Terminal y finalizó en el Posclásico Tardío. Dato relevante, que confirman los pozos estratigráficos, es que la mayor parte de la isla fue creada artificialmente mediante el acarreo de miles de toneladas de piedras y el característico material calizo de la península denominado sascab. Esta información puede no ser novedosa para especialistas de la arqueología maya, pues como el autor honestamente reconoce, otros investigadores ya habían postulado la hipótesis de que la isla de Jaina había sido formada por la mano del hombre, al igual que otras islas como Uaymil e Isla Cerritos. Lo novedoso del asunto es que se proponen cálculos interesantes del volumen de tierra transportado para esta proeza constructiva: 524 270 m3, cifra menor que el volumen de la plataforma de K'inich K'ak M'o de Izamal, Yucatán, pero mayor que el de la Gran Plataforma de Cobá, Quintana Roo.

Novedoso también es el análisis de los textos jeroglíficos de varios sitios de la región y los recuperados en Jaina, que nos hablan del nombre de una dinastía y un glifo emblema propio para una entidad política autónoma con sede en la isla. Pero no menos interesantes son las reflexiones finales del autor donde se pregunta cuál es el futuro del sitio cuando próximamente se abra al público, y la afluencia de visitantes traiga, junto con la "derrama económica", el vandalismo y la depredación de tan valioso patrimonio.

Un equipo de ocho investigadores (William Folan, Abel Morales López, Raymundo González Heredia, José Antonio Hernández Trujeque, Lynda Florey Folan, David Bolles, Joel D. Gunn y María del Rosario Domínguez Carrasco) coordinados por el Dr. Folan, del Centro de Investigaciones Históricas y Sociales de la Universidad Autónoma de Campeche, nos presenta un interesante resumen de un amplio proyecto de investigación multidisciplinaria que sin duda resalta la importancia arqueológica de Champotón, sitio frecuentemente mencionado en las crónicas y documentos del siglo XVI como un importante centro comercial y pesquero, situación que hasta el presente ostenta.

Con el título de "La ciudad-puerto de Champotón (Chakan Putun), Campeche, México: Un centro de poder mayor, desde el Preclásico Medio hasta el Posclásico Tardío en la costa occidental de la península de Yucatán", esta contribución, presentada en inglés, contiene interesantes datos sobre la larga secuencia de ocupación del sitio y las evidencias arquitectónicas respectivas, entre las que destacan las de estilo Petén y las expresión constructiva denominada megalítica. También se analizan las variaciones climáticas y las fluctuaciones del nivel del mar a lo largo de su historia.

Una serie de entierros, excavados en contextos del periodo Posclásico Tardío, revelaron datos valiosos sobre el tratamiento post mortem de algunos cuerpos, que quizá reflejen influencias del centro de México como es el caso de los desollamientos en las ceremonias en honor a la deidad Xipe Totec.

De la costa nos movemos a la selva, hacia Calakmul, la gran metrópoli, capital de un poderoso centro de poder en el Petén campechano con más de cien estelas, cuyo glifo emblema, el de la cabeza de serpiente, es mencionado en numerosos sitios del periodo Clásico. Sobre este lugar, María del Rosario Domínguez Carrasco, de la Universidad Autónoma de Campeche, y Manuel Espino Pesqueira, del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, nos presentan el trabajo "Producción cerámica en el estado regional de Calakmul, Campeche: modelos de especialización y organización productiva".

Esta contribución nos introduce en el tema con una revisión de los planteamientos teóricos y metodológicos que se han propuesto para analizar y explicar la dinámica cultural en la producción alfarera. Después de años investigando la cerámica de Calakmul y apoyados en los estudios de composición de las pastas, los autores reconocen la existencia de talleres especializados, dada la estandarización observada en la producción de vasijas y figurillas del lugar. Interesantes sin duda son los señalamientos respecto a la distinción entre la producción de bienes utilitarios y bienes de prestigio.

Los primeros, los utilitarios, se supone fueron manufacturados por especialistas independientes, cuyos bienes se obtuvieron dentro de un sistema de reciprocidad social establecida entre los productores y los distribuidores, o a través de un mercado. Mientras que los segundos, los de prestigio, fueron producidos política y socialmente para determinados miembros de la nobleza, que pretendían mantener su poder y reforzar las distinciones sociales a través del intercambio o distribución de esos mismos productos.

Con estas premisas los autores reconocen que el grupo cerámico policromo, denominado Chimbote, considerado una expresión alfarera del Estado de Calakmul, fue producido por especialistas de una escuela local.

Las dos siguientes contribuciones desplazan nuestro centro de interés hacia el este del estado de Campeche, a la región Río Bec, ya en la frontera con el de Quintana Roo. El primero de ellos, firmado por los franceses Dominique Michelet, Marie Charlotte Arnauld y Philippe Nondédéo, lleva por nombre "Río Bec, Campeche, al cabo de tres temporadas de investigaciones en el campo (2002-2004): datos preliminares", y comienza planteándonos el interés del proyecto arqueológico "Sociedad y economía de Río Bec en su apogeo", por interpretar las particularidades arquitectónicas, iconográficas, epigráficas y de patrón de asentamiento que se aprecian en lo que siempre se ha considerado un sitio y sus alrededores inmediatos.

Los autores apuntan que uno de los problemas mayores en esta región reside en la forma de organización sociopolítica adoptada por estas comunidades, el auge de cuyo singular estilo arquitectónico ocurrió entre 600 y 1 000 d. C. A la fecha, en el sitio denominado Río Bec, se conocen 72 grupos arquitectónicos en un área de 100 kms2. Lo peculiar del caso es que ninguno de ellos parece dominar a los demás por su organización espacial, el número de sus estructuras o su monumentalidad. Tampoco puede establecerse la presencia de un lugar central a partir del cual el asentamiento haya crecido. Patrón de asentamiento que sin duda es reflejo de una forma de organización política distinta a la observada en otros sitios de las Tierras Bajas del área maya.

Si bien hasta fechas recientes se aludía a una escasa presencia de textos jeroglíficos en la región, esta investigación ha permitido documentar un mayor uso de la escritura de lo que se pensaba. Finalmente los autores apuntan que aún pendiente, en otro renglón, queda esclarecer las bases económicas que permitieron el auge, crecimiento demográfico y el reparto de los habitantes en este espacio.

Con el título de "Iconografía del poder en la región Río Bec: representaciones y primeras interpretaciones", Philippe Nondédéo y Julie Patrois nos presentan una extraordinaria síntesis de sus investigaciones tendientes a encontrar las peculiaridades de la expresión del poder en el corpus iconográfico de 156 grupos o sitios arqueológicos de esta interesante región, donde el patrón de asentamiento es tan disperso y descentralizado que muchas veces es difícil definir los límites de un sitio con respecto a su periferia. Ellos consideran que a tan singular disposición espacial del hábitat debe corresponder un modelo original de organización del poder, y que éste, a su vez, se refleja en la producción y usos de imágenes en monumentos y edificios asociados con sedes del poder.

Para realizar esta labor recurrieron al análisis de diversos elementos decorativos, a fin de localizar e identificar motivos, símbolos o temas generalmente considerados o relacionados con el poder. En concreto analizaron cuatro tipos de soportes en los que estos temas son frecuentemente expresados: las estelas, las decoraciones de fachadas, las portadas zoomorfas y las cresterías de varios edificios.

Después de presentarnos un amplio corpus de imágenes, nos brindan un rico apartado de análisis e interpretaciones donde se discute sobre los temas representados, la localización de la decoración, los edificios del poder y la distribución del poder en la zona Río Bec. Este estudio establece la presencia de dos tipos de representaciones del poder, los cuales parecen haber coexistido a escala local: uno, personificado a través de la imagen del soberano con influencias del centro del Petén, y otro simbólico y no individualizado, como una expresión local.

Por último, pero no por ello menos importante, Ernesto Vargas, el otro coordinador de la edición de este libro, y Angélica Delgado Salgado, nos presentan el texto "Las grandes remodelaciones en El Tigre, Campeche. Contextos rituales de inicio y/o terminación", un análisis e interpretación de las ofrendas exploradas en la Estructura 1, una de las tres mayores construcciones que delimitan la plaza principal de de este sitio, localizado en la región donde Cuauhtemoc, el último tlatoani de la afamada México Tenochtitlan, fue ajusticiado por Hernán Cortés.

Como el nombre de la contribución nos aclara, el objetivo de los autores es el de desentrañar los rituales de ofrendas en ceremonias de dedicación y/o terminación, o sea la actividad que da inicio o finaliza las funciones y características originales de los edificios, y prepara el camino para la sustitución por nuevas características e instalaciones, o bien para su abandono. Tras postular una serie de observaciones teóricas sobre el significado y función de las ofrendas y realizar una amplia revisión de varios contextos con ofrendas en otros importantes sitios arqueológicos del área maya, nos brindan una explicación acerca de los 314 elementos recuperados en las ofrendas hasta ahora exploradas en diversos lugares de la Gran Estructura 1, en especial grandes concentraciones de cuchillos de pedernal.

Concluyen señalando la multifuncionalidad de los patrones de ofrendas, ya que pueden referirse a rituales de dedicación, designación de herederos, entrega de insignias, sacrificio, muerte, guerra, ascenso al trono o terminación ritual de un edificio. Además debe añadirse que, dependiendo de la temporalidad del hallazgo, también pueden cambiar su significado y su sentido.

Todos y cada uno de los ocho trabajos que integran este libro reúnen las características necesarias de originalidad y aportación de conocimientos objetivos, que día a día nos presentan la diversidad de las expresiones del tenaz pueblo maya.

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