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Península

Print version ISSN 1870-5766

Península vol.1 n.1 Mérida Mar./Jun. 2006

 

Reseñas

 

Gabriel Angelotti Pasteur, Artesanía prohibida

 

Verónica Garza Navejas

 

Zamora: El Colegio de Michoacán, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Instituto Nacional de Antropología e Historia y Universidad Autónoma de Yucatán, 2004, 233 pp.

 

UACSHUM, CH, UNAM.

 

El trabajo de Gabriel Angelotti tiene como antecedente un estudio sobre la cohetería de Halachó, Yucatán, por el cual obtuvo el premio "Fray Bernardino de Sahagún", otorgado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia a la mejor tesis de licenciatura en el 2001.1 Con la reciente publicación de una obra complementaria bajo el título de Artesanía prohibida, el autor muestra su interés por conocer y documentar la problemática de producción que enfrentan en la actualidad los artesanos mexicanos, a diferencia de las investigaciones que enfatizan el papel de las asociaciones productivas al margen del control del Estado, así como el de aquéllas que reivindican el valor de los productos artesanales basándose en la denominación de origen y en el mercado de la distinción. Aunque estos últimos tratamientos han sido comunes y de gran relevancia para entender el estado actual de los productos artesanales, han pasado por alto el estudio de la problemática concreta de los productores en tanto grupos sociales sujetos a legislaciones y circunstancias específicas.

Contrario a ello, el trabajo de Angelotti va más allá de una explicación de los productos artesanales en términos de su belleza o de las formas de organización de sus productores, y a cambio de ello busca profundizar el análisis de las condiciones de vida de los actores sociales y de la importancia de las artesanías en sus prácticas culturales.

El autor analiza el doble carácter de la producción pirotécnica en México, ya que por un lado ésta es una actividad artesanal fundamental en la noción de fiesta popular mexicana desde hace 400 años y, al mismo tiempo, es también una actividad regulada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedeña) a través de la Ley de Armas y Explosivos de 1972, con lo cual, algunos rasgos de su práctica caen en los terrenos de la ilegalidad y la convienen en un asunto clandestino.

Como bien señala Angelotti, existen muy pocos trabajos que den cuenta de la pirotecnia en México, y las investigaciones que abordan el tema dan mayor importancia a la función que éstos juegan como parte de las festividades de diversos pueblos, soslayando la problemática concreta de sus productores. A través de Artesanía Prohibida, el autor nos permite reconocer los recovecos que hay detrás de la producción de los llamados fuegos artificiales que identifican el festejo popular en nuestro país. De esta manera, Angelotti refiere la represión que sufren los coheteros (decomisos, saqueos, cierre de talleres e incluso el encarcelamiento) por producir su artesanía al margen de los requisitos exigidos por el Estado mexicano, mismos que están por encima de las capacidades económicas de los artesanos. Asimismo, documenta la serie de interminables trámites burocráticos a los que deben someterse, así como el incremento de los controles gubernamentales a que se les obliga cuando se presenta un accidente por el mal manejo de la pólvora. Así tenemos que alrededor de 48,000 coheteros se ven afectados en todo el país de manera cotidiana, y pesar de ello la pirotecnia sigue siendo una importante actividad productiva y continúa jugando un papel relevante en las prácticas culturales de nuestro país, con lo que nos enfrentamos a un conflicto entre la continuidad de una tradición o su desaparición en razón de un criterio hegemónico de legalidad.

Para explicar esta problemática, el autor realiza un estudio sobre la pirotecnia en México, utilizando criterios etnográficos y fuentes documentales que le permiten analizar el caso de Halachó, localidad del estado de Yucatán que goza del mayor reconocimiento local por su producción cohetera a nivel peninsular. A través de este estudio de caso se muestra la situación económica, social y cultural que encierra la actividad pirotécnica en esa localidad, donde los fuegos artificiales que se elaboran (cohetes, voladores, palomitas, cascadas, toritos, etc.), son producidos básicamente para las fiestas religiosas de los pueblos de Yucatán, sobre todo fiestas patronales, teniendo como mercados alternos a los estados de Campeche, Tabasco y Veracruz.

Angelotti nos explica —después de una revisión bibliográfica sobre las artesanías desde la época colonial hasta el siglo XX— por qué la cohetería en Halachó debe ser analizada como una artesanía tradicional. Así, siguiendo a Victoria Novelo y Néstor García Canclini, señala que la cohetería cae en esa categoría, ya que su elaboración se basa en la antigua forma de producir en el taller del maestro artesano, donde el trabajo se realiza de principio a fin por e\ propio productor, utilizan fundamentalmente herramientas de uso manual. Otro de los aspectos que le dan un carácter tradicional a esta actividad es que la distribución y el consumo se establecen dentro del mismo grupo social, es decir, van dirigidos personas con las que el productor comparte lenguaje, historia, cosmovisión y religiosidad. Este rasgo marca una de las principales diferencias entre la cohetería y gran parte de las artesanías que se elaboran en México cuyo destinatario final es fundamentalmente el turista, sobre todo el extranjero. A este respecto cabe señalar que la pirotecnia no es la única actividad artesanal que se realiza en Halachó; otras actividades asimismo tradicionales son de importancia básica para la población, las cuales son mencionadas someramente en d texto como la producción manufacturera a domicilio de ropa bordada típica (huipiles y batas) y el trabajo de numerosos grupos familiares que se dedican a la producción de artesanías de palma de huano (sombreros, canastas y juguetería).2

Por otro lado, el autor sostiene que la definición de las artesanías en México también debe tomar en cuenta el uso que se le da al objeto artesanal. En función de su uso, la pirotecnia queda definida como una artesanía ritual; de este modo, y siguiendo a Marina Anguiano, el autor señala que las artesanías rituales se caracterizan, más que por las técnicas y materiales de producción que son muy variados, por el uso que de ellas se hace en las fiestas religiosas o profanas, y las diversas ceremonias de una sociedad, pues su uso constituye una forma de materialización de la vida ritual tradicional, a partir de los espacios donde tales rituales acontecen (los hogares, los recintos religiosos, las calles, los espacios gremiales, etc.).

La pirotecnia, entendida entonces como artesanía ritual, es utilizada en el marco de las fiestas religiosas populares del Estado de Yucatán como "demarcador del tiempo festivo" pues, además de formar parte de la diversión y el entretenimiento público, indica el comienzo, desarrollo y fin de la peregrinación de los gremios, sirve para convocar y reunir a los socios de las agrupaciones, indica el comienzo de la actividades festivas (como corridas de toros) o el ingreso y la salida de gremios particulares a la iglesia, advierte también el comienzo o culminación de las mañanitas dedicadas al santo patrón y marca el fin de los festejos (p. 47). Esta característica de la pirotecnia deja muy en claro que las artesanías no sólo se definen por sus materiales y por los procesos productivos que encierran, sino por el uso que le dan los consumidores y lo que para ellos significa su adquisición.

Las historias de vida de los maestros artesanos permiten a Angelotti explicar el origen de la pirotecnia en Halachó, misma que cuenta con cien años de existencia; posibilitan también el describir los procesos productivos, así como el modo en que los artesanos se apropian —en palabras del autor —del "saber hacer" que se va transmitiendo de generación en generación. Este trabajo nos permite reconocer también que los maestros coheteros poseen un importante conocimiento empírico sobre las fórmulas químicas para la elaboración de los productos pirotécnicos, a través de la descripción del proceso por el que pasan las artesanías pirotécnicas desde el taller del artesano hasta su consumo en el acto festivo. A diferencia de gran parte de los productos artesanales de la región, la pirotecnia de Halachó carece de intermediarios, pues son los maestros artesanos quienes se desplazan con su mercancía hasta el lugar de consumo, o sea, la fiesta. En el trayecto enfrentan la amenaza constante de decomisos en las carreteras y la consecuente extorsión. Los maestros y sus ayudantes se trasladan al evento para ser ellos quienes enciendan a la parafernalia, ya que la mercancía requiere un delicado trato: cualquier movimiento en falso puede terminar en una explosión. Además, el pago no se recibe hasta que los fuegos pirotécnicos hayan sido quemados.

Como parte de su trabajo etnográfico, el autor realiza una descripción nítida de las fiestas patronales, destacando la importancia que tiene para los pueblos de Yucatán la presencia de los fuegos artificiales. Analiza las fiestas como una forma de diversión y comunicación colectiva, en donde la pirotecnia es protagonista. Señala que las fiestas, aparte de ser fechas especiales en el calendario de los pueblos, deben entenderse como una ficción, una representación figurada y escenificada, una dramatización de la realidad construida por una comunidad con la única finalidad de llamar la atención para sí misma (Reyes, en Angelotti 2004: 188), dando cuenta, al mismo tiempo, de aquellos límites y ambigüedades que la componen. En este sentido, los productos pirotécnicos superan la categoría de objetos explosivos peligrosos para convertirse en medios de comunicación y expresión de la comunidad en estado de fiesta (p. 145).

En cuanto a la investigación histórica, el autor explica la introducción de la pólvora a México durante el Virreinato y su relación con los fuegos artificiales, ya que desde la época colonial el Gobierno controla la producción de explosivos (fabricación de pólvora y cohetes a través del sistema de arrendamiento y ordenanzas), por lo cual, desde ese tiempo, los objetos pirotécnicos han estado reglamentados por las autoridades. Asimismo, presenta descripciones de cronistas de la Colonia y viajeros del siglo xix para explicar la trascendencia histórica del uso de la pirotecnia tanto en festividades religiosas como de carácter cívico en Yucatán.

A través del trabajo hemerográfico se aborda la problemática de los coheteros con la información periodística de los sucesos ocurridos durante el siglo XX (en su mayoría accidentes pirotécnicos) que llevaron a la elaboración, en 1972, de la Ley de Armas de Fuego y Explosivos, cuyas disposiciones han provocado que sólo 2000 coheteros, de 50,000 dedicados a la pirotecnia en el país, hayan logrado regular sus talleres. Pero lo más interesante es la opinión de los maestros artesanos coheteros de Halachó, quienes no entienden por qué existe tanto control alrededor de una actividad que practicaban sus padres y sus abuelos, y que resulta tan importante en sus fiestas.

Respecto a las prohibiciones emitidas por el Gobierno federal, uno de los maestros artesanos expresaba:

Constantemente observamos en las noticias periodísticas que se producen numerosos accidentes automovilísticos en las carreteras, donde se mueren muchas personas. Estos accidentes, en su gran mayoría son productos de la negligencia de los conductores, por errores en el manejo y otras causas como fallas mecánicas. Sin embargo, pese a lo trágico que son tales sucesos, nunca a las autoridades se les ocurriría prohibir la fabricación de vehículos. Bueno, lo contrario sucede con la cohetería, apenas sucede un accidente pirotécnico, las autoridades prohíben la producción y con ello creen que reducirán los accidentes en la cohetería. Además, siempre que ocurre un accidente cohetero la primera víctima es el cohetero. ¿Usted se imagina que uno va a estar exponiendo su vida así porque sí? Los cohetes no son como los carros (pp. 188-189).

Definitivamente, los coheteros de Halachó se encuentran ante una disyuntiva irreductible: por un lado, la demanda de los consumidores que estimula la producción de los ruegos artificiales por razones de orden cultural y por otro, la presión que ejercen sobre ellos las autoridades federales (p. 206).

En el trabajo de Angelotti podemos constatar una vez más que las artesanías en México han sido promovidas por el Estado y reivindicadas como elementos culturales, siempre y cuando no representen algún problema social. De hecho, el Estado ha apoyado la elaboración de artesanías por décadas (adquisición de materias primas, producción y comercialización), sobre todo aquellas artesanías reconocidas por su valor artístico, colocándolas en museos y galerías, e introduciéndolas, además, en el discurso nacionalista;3 en contraste, la pirotecnia tradicional no sólo ha sido prohibida, si no que sus productores sufren constantes acosos y persecuciones.

Después de la lectura de Artesanía prohibida, uno no puede menos que preguntarse: ¿le interesa al Gobierno federal la seguridad de las personas que pueden ser afectadas por un accidente pirotécnico, o está protegiendo una vez más a los productores "legales" y a los industriales en el ramo? ¿Se aplica la Ley de Explosivos para frenar el contrabando de fuegos artificiales procedentes de China? ¿Por qué no se les proporciona a los coheteros apoyo económico para regularizar sus talleres y asesoría técnica para evitar las explosiones e incendios?

Considero este estudio de la cohetería en Halachó un buen punto de partida de futuras investigaciones enfocadas al estudio de otras artesanías prohibidas, como es el caso de aquellas producidas a partir de animales en peligro de extinción, o de materiales como el coral y el carey, o bien el bejuco y el huayacán, con los que se realizan numerosos objetos decorativos para el mercado local y turístico.

No cabe la menor duda de que el texto de Angelotti es una contribución a la disciplina antropológica y su lectura es obligada para aquellos a quienes les interese conocer la historia y situación actual de la cohetería en el país, así como su importancia en las prácticas culturales de una región. Este trabajo muestra que las investigaciones realizadas como tesis de licenciatura siguen ofreciendo aportaciones de relevancia a los estudios sociales, al conjugar diversos tipos y técnicas de investigación con una preocupación legítima por entender la realidad sociocultural de una región o de un grupo social específico.

 

Notas

1 Gabriel Angelotti, La cohetería de Halachó, Yucatán: de cómo lo tradicional se convirtió en clandestino, tesis de licenciatura en Antropología, Universidad Autónoma de Yucatán.         [ Links ]

2 Véase: Terán, Silvia y Christian Rasmussen, (1981), Artesanías de Yucatán, PESIP/ Arte y comunicación. Dirección General de Culturas Populares/ SEP, Mérida, Yucatán, México,         [ Links ] y Villanueva Villanueva, Nancy, (1992), Crisis agraria y producción de artesanías, Folleto de Investigación, núm. 4, UADY, Mérida, Yucatán.         [ Links ]

3 Véase Novelo, Victoria (1993), Las artesanías en México, Gobierno del Estado de Chiapas. Instituto Chiapaneco de Cultura, Tuxtla Gutiérrez.         [ Links ]

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