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Agricultura, sociedad y desarrollo

versión impresa ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.14 no.1 Texcoco ene./mar. 2017

 

Artículos

Proveedores e industrias de destino de maíz en México

Miguel Á. Ortiz-Rosales1  * 

Orsohe Ramírez-Abarca2 

1 Colegio de Postgraduados. Km. 36.5 Carretera México-Texcoco, Montecillo, México. 56230. (ortizma@colpos.mx).

2 Universidad Autónoma del Estado de México. Km 8.5 carretera Texcoco-Los Reyes la Paz. Av. Jardín Zumpango S/N Fraccionamiento el Tejocote, Estado de México. México. (orsohe@yahoo.com).


Resumen:

El objetivo de este trabajo fue analizar la oferta, la demanda y las industrias de destino del maíz, desde la perspectiva de las relaciones de compra y venta que establecen los almacenes en México. Se procede con Análisis de Redes Sociales (ARS), para lo cual se utiliza Microsoft Excel para la construcción de matrices, y Ucinet 6 - NetDraw 2.097 para el análisis y representación gráfica. Los resultados muestran que en el abasto de maíz a los almacenes predominan los productores individuales como proveedores, los principales compradores son empresas nacionales y los principales destinos son las industrias de la masa y la tortilla y de alimentos balanceados.

Palabras clave: almacenes de granos; comercialización de maíz; redes sociales

Abstract:

The objective of this study was to analyze the offer, the demand and the destination industries of maize, from the perspective of the relationships of purchase and sale established by storehouses in México. Social Network Analysis is carried out, for which Microsoft Excel was used for the construction of matrices, and Ucinet 6 - NetDraw 2.097 for the graphic analysis and representation. Results show that in the supply of maize to storehouses individual producers predominate as suppliers, the main buyers are domestic companies, and the main destinations are the industries of dough and tortilla and of balanced meals.

Key words: grain storehouses; maize commercialization; social networks

Introducción

La preocupación por la suficiencia de alimentos para la población se remonta a 1798, cuando Robert Malthus expuso por primera vez que mientras la producción de alimentos aumentaba aritméticamente, la población crecía exponencialmente (Malthus, 1978). Actualmente, la garantía de una población para contar con suficientes alimentos se explica con el concepto de seguridad alimentaria, que conjuga producción, disponibilidad, acceso físico y económico, inocuidad y preferencias culturales (FAO, 2011).

En México, la principal fuente de energía en la alimentación es el maíz, pues representa 32 % del contenido energético que aporta la canasta básica rural y 16 % en el sector urbano (CONEVAL, 2014). El cultivo del maíz abarca 47 % de la superficie agrícola cosechada y 36 % del valor de la producción agrícola (SIACON, 2012).

El consumo per cápita anual de maíz en el país es de 120.5 kg al año, comparado con el promedio mundial de 17 kg (FAOSTAT, 2014). Esta cifra explica que en México la población consume más platillos derivados del maíz que en cualquier otra parte del mundo, pudiéndose comparar en este aspecto únicamente con Guatemala. Se ha dicho que somos “las mujeres y hombres del maíz” (Brambila, 2011).

A los usos tradicionales de maíz blanco para la alimentación humana, principalmente con la elaboración de tortillas, y amarillo para el consumo animal, hoy en día se suman una gran diversidad de productos que pueden obtenerse al procesar el maíz a nivel industrial, lo que implica diversidad de posibilidades en el destino final del grano.

De la proteína y las fibras del grano se elaboran alimentos balanceados; la dextrosa se utiliza para botanas, panificación, bebidas, sueros, lisina, ácido cítrico y antibióticos; el etanol para alcoholes industriales, bebidas alcohólicas y combustibles; el jarabe de alta fructosa se utiliza como edulcorante de refrescos, jugos, mermeladas, dulces, postres, vinos y endulzantes; el aceite se usa para cocinar y en alimentos para bebé; el almidón para elaborar pan, atole, alimentos infantiles, cerveza, cartón corrugado y papel; la glucosa para fabricar dulces, caramelos y chicles; las maltodextrinas para hacer leche en polvo, embutidos, chocolate en polvo y alimentos en polvo; como colorante se utiliza en refrescos, cerveza, licores, embutidos y panificación; y el sorbitol se usa en la pasta de dientes y la confitería (Secretaría de Economía, 2012).

De acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en 2013 la oferta de maíz blanco fue de 23.9 millones de toneladas, de las cuales 17 % correspondía a existencias iniciales; 81 %, a producción nacional; y solo 2 % a importaciones.

En cuanto a destinos se refiere, durante 2009-2013, en promedio, 49.5 % de la oferta de maíz blanco es para consumo humano; 22.2 %, para autoconsumo; 15.9 %, superávit; 7.3 %, para uso pecuario; y en el 5 % restante se incluyen mermas, exportaciones y semilla para siembra.

Asimismo, se ofrecieron 11.7 millones de toneladas de maíz amarillo, pero en este caso 60 % correspondió a importaciones, 22 % a existencias iniciales y sólo 18 % a producción nacional. Los principales destinos de maíz amarillo son: 54.5 % en uso pecuario, 19.9 % en industria almidonera, 19.4 % representa superávit y 6.2 % se compone de consumo humano, autoconsumo y merma.

Así, el maíz es el cultivo más importante en el país desde varias perspectivas; la oferta refleja una gran cantidad de productores y otros actores sociales que dependen de su producción, la demanda evidencia el papel de este grano en la seguridad alimentaria del país, y los usos alternativos muestran las posibilidades a nivel industrial.

Ahora bien, la importancia del maíz para nuestro país no necesariamente refleja posibilidades de crecimiento y bienestar para todos aquellos que se dedican a este cultivo. Actualmente se sabe que la producción suficiente de granos básicos no necesariamente es el factor principal para lograr la seguridad alimentaria, ya que la disponibilidad para consumo depende en gran medida de la comercialización, distribución y usos alternativos; sin embargo, son solo las empresas más grandes, dinámicas, innovadoras y con alianzas establecidas aquellas que pueden competir y permanecer en el mercado (Rendón y Morales, 2008).

En vez de medir la eficiencia de los productores basándose solo en su producción de grano, una estrategia que reconozca que el maíz es un cultivo con el que se genera una gran cantidad de productos que se venden en muchos mercados daría un mejor respaldo a las estrategias agrarias y de sustento que los productores ya practican, con el fin de aumentar al máximo sus utilidades por hectárea (Keleman y Hellin, 2013).

En este contexto, en el presente trabajo se utiliza la metodología de redes sociales para analizar la oferta y la demanda de maíz desde la perspectiva de las relaciones de compra y venta que establecen los almacenes de maíz en México.

Mediante redes sociales es posible valorar el desempeño de empresas, dependencias públicas, organizaciones y demás actores o grupos de actores; esto permite analizar no solo a los productores entrevistados, sino además a los que se relacionan con ellos. De un análisis de redes se obtiene una perspectiva del grupo analizado y del grupo de actores sociales del entorno (Rendón et al., 2007).

De los proveedores de grano a los almacenes depende que la oferta disponible sea suficiente para abastecer al mercado; por su parte, los compradores del maíz almacenado tienen en sus manos el destino del uso del grano, lo que influye directamente en el abasto, la seguridad alimentaria y las posibilidades de innovación a nivel industrial.

Metodología

La información utilizada en el presente trabajo fue proporcionada por el Servicio INFOMEX del Gobierno Federal a través de la solicitud de información pública número 0833100006413.

La base de datos incluye 442 almacenes ubicados en 25 estados de la República Mexicana. Los estados no incluidos son: Baja California, Baja California Sur, Ciudad de México, Estado de México, Morelos, Quintana Roo y Tabasco; sin embargo, se pueden encontrar proveedores y compradores ubicados en estas entidades.

La metodología empleada fue el análisis de redes sociales, mismo que hace referencia a un grupo de individuos que, en forma grupal o individual, se relacionan con otros con un fin específico, caracterizado por la existencia de flujos de información (Velázquez y Aguilar, 2005).

Este tipo de análisis permite representar, de forma simplificada, la complejidad y la diversidad de las relaciones entre actores, tales como: interdependencia de los actores, reciprocidad de las relaciones, posición central de un actor o la existencia de lazos fuertes frente a lazos débiles (Mercanti-Guérin, 2010).

De acuerdo con Hanneman (2001), el primer elemento para obtener una red son los nodos o actores (node), definidos como personas o grupos de personas que se encuentran en torno a un objetivo común.

Nodo o actor: ni (1)

El segundo elemento son los vínculos o relaciones, entendidos como los lazos que existen entre dos o más nodos. Cuando se trata de relaciones que los actores dicen tener con el resto hablamos de grados de salida (out-degree).

Grados de salida: do(ni) (2)

Por su parte, cuando se trata de las relaciones referidas hacia un actor por otros actores, hablamos de grados de entrada (in-degree).

Grados de entrada: dI(ni) (3)

El número de líneas que unen a los nodos expresan el grado de centralidad del actor.

Grado de centralidad: CD =d(ni) (4)

En particular, un nodo con alto grado de entrada se denomina actor de prestigio (degree prestige).

Actor de prestigio: PD(ni)=dI(ni) (5)

El número total de nodos en la red define el tamaño de la misma (network size).

Tamaño de la red: ni (6)

Asimismo, el porcentaje de las relaciones existentes en relación con las posibles se define como densidad de la red (network density).

Densidad de la red =d(ni)Max d(ni) (7)

La densidad varía en función de las capacidades relacionales de los actores, del entorno socioeconómico prevaleciente, del tamaño de la red, entre otros (Muñoz et al., 2004).

De esta manera, en la metodología de redes los actores se describen a través de sus relaciones, no de sus atributos, y las relaciones en sí mismas son tan fundamentales como los actores que se conectan a través de ellas (Hanneman, 2001). Cuando se conforma una base de datos a partir de la cual van a analizarse los atributos de los actores, generalmente se conforma una matriz en la que las filas suelen representar a la población en estudio y las columnas cada uno de los atributos. En el caso de la metodología de redes, para plasmar las relaciones entre actores se conforman matrices en las cuales se presenta a los nodos de salida como filas y a los nodos de entrada como columnas.

En este trabajo los nodos de entrada son los principales actores sociales referidos por los almacenes, ya sea como proveedores del maíz almacenado, como compradores del mismo, o como industrias de destino final del grano.

El procedimiento para plasmar dichas relaciones partió de la conformación de tres matrices principales en el programa Excel, correspondientes a las relaciones entre almacenes y proveedores, compradores e industrias de destino del grano almacenado, donde se presenta a los almacenes como filas y al resto de los actores como columnas.

Las variables utilizadas fueron: 1) tipo de proveedor (productores individuales, grupos de productores, empresas nacionales e internacionales, y socios del almacén), 2) tipo de comprador (personas físicas, grupos de productores, empresas nacionales e internacionales, exportaciones y socios del almacén); y 3) destinos del grano (industria de la masa y la tortilla, industria de alimentos balanceados, venta a otro almacenador, industria harinera, transformación en la misma empresa, industria aceitera).

Cada una de estas matrices se importó al programa Ucinet, con lo cual quedaron conformadas las matrices en este software y se obtuvo el indicador de densidad (density) a partir de la instrucción: Network >> Cohesion >> Density >> (new) Density Overall.

Posteriormente, cada una de las matrices de Ucinet se abrió con el software NetDraw para representar gráficamente las relaciones, obtener los indicadores de grado de entrada (in-degree) y grado de salida (out-degree), y proseguir con el análisis.

Las matrices de relaciones se tradujeron en diagramas gráficos, donde los almacenes se representaron con puntos, los tipos de proveedores, compradores o destinos con rombos, y la existencia de vínculos entre almacenes y destinos con líneas. En todos los casos se utilizó el tipo estructural “spring embedding”, con 100 iteraciones y distancias geodésicas de 10 puntos entre componentes.

La representación gráfica se basó en la centralidad de grado, que muestra la capacidad de cada miembro para establecer relaciones con otros actores; reflejando así su importancia estructural y dependencia con el resto de los actores (Freeman, 1979; Snijders, 1981; Wasserman y Faust, 1994).

Para que el tamaño de cada nodo en las redes correspondiera con su indicador de grado se utilizó la instrucción en NetDraw: Analysis >> Centrality Measures >> Set Node Size by Degree.

Con la finalidad de considerar en el presente análisis la heterogeneidad y diversidad de centros de acopio de maíz se utiliza la tipología de almacenes de maíz en México elaborada por Ortiz et al. (2015).

En dicha clasificación se demostró, a través de métodos estadísticos multivariados, que el sistema de almacenamiento de maíz en México es heterogéneo, dado que tiene desde silos altamente tecnificados y con gran capacidad de compra, hasta centros de acopio que básicamente poseen báscula y se ven en la necesidad de almacenar el producto en el suelo y lo cubren con lonas para evitar que se deteriore durante las épocas de lluvia.

Las variables consideradas en la elaboración de dicha tipología fueron el material principal de construcción y la capacidad instalada, así como indicadores de equipamiento para el manejo de grano, de laboratorio, de transporte y de registros administrativos (Cuadro 1).

Nota: los índices de equipamiento se refieren al porcentaje promedio de equipamiento por almacén, considerando: 1/ básculas, bazookas, tractores, cribadoras, bandas transportadoras, cosedoras, sondas de muestreo y de profundidad, aireadores, cangilones, secadoras y estibadores. 2/ determinadores de humedad, balanza granataria, zarandas, sondas de alveolos, sondas de profundidad, boerner, horno o estufa de desecamiento y aflatex. 3/ vehículos de carga, patios de maniobras de al menos 50 metros cuadrados, rampas de vaciado, espuela de ferrocarril y puerto para realizar cabotaje. 4/ entradas y salidas de grano, registros de pagos, compras, inventarios, facturación, programas de movilización del grano, registros de sanidad y programas de cómputo especializado para el manejo del grano.

Fuente: elaboración propia con base en Ortiz et al. (2015).

Cuadro 1 Tipología de almacenes de maíz en México. 

Así, una vez que los almacenes de maíz en México se encuentran clasificados, caracterizados y ubicados geográficamente en función de sus particularidades, el análisis de redes sociales permite explicar el origen y destino del grano almacenado a partir de las relaciones sociales que establecen con proveedores, compradores e industrias de destino desde los almacenes más grandes y tecnificados hasta aquellos cuyas condiciones son más precarias.

Resultados y Discusión

En este trabajo se representan tres tipos de relaciones: 1) Tipo de proveedores que abastecen de grano a los almacenes de maíz en México; 2) Tipo de compradores que adquieren el maíz almacenado; y 3) Industrias de destino del grano almacenado. En todos los casos se muestran redes en las que los actores sociales referidos por los almacenes son los que estos consideran principales y se representan con rombos azules, cuyo tamaño se define en función del grado de entrada o nivel de centralidad.

Por su parte, los almacenes se representan con círculos de cinco colores distintos, asignados conforme a la tipología de almacenes realizada por Ortiz et al. (2015) que, como se describió anteriormente, refleja diferencias de infraestructura, capacidad y niveles de equipamiento entre los diferentes tipos de almacenes.

Las flechas con dirección a tipos de proveedores representan la compra de grano y con dirección a los tipos de compradores o industrias de destino representan la venta del grano. De esta manera, el número de flechas en cada red muestra la cantidad de relaciones establecidas entre almacenes y sus principales proveedores o compradores; a su vez, el número de relaciones representan el grado de cada tipo de actor social.

El tamaño de cada uno de los rombos que representa proveedores, compradores e industrias de destino se obtiene en función del grado de salida o entrada en la red; así, rombos más grandes significan mayor número de relaciones y, por lo tanto, mayor nivel de centralidad.

Abastecimiento de maíz a los almacenes

La red de proveedores muestra a 442 almacenes de maíz en México y las relaciones de compra de grano se establecen con cinco tipos de proveedores, entre los que se encuentran aquellos que los almacenes consideran principales. Estos proveedores se muestran clasificados como: productores individuales, grupos de productores, empresas nacionales, empresas internacionales y socios del almacén. Dichos actores representan una red con tamaño de 447 nodos (Figura 1).

Fuente: elaboración propia con base en Borgatti (2002) y Borgatti et al. (2002).

Figura 1 Principales proveedores de maíz a los almacenes. 

La densidad de la red tiene un valor de 0.50045, es decir, las conexiones representan la mitad de las posibles, lo cual se explica por un grado de salida promedio de los almacenes de 2.5 actores referidos.

El grado de entrada por cada tipo de proveedor es el atributo principal de análisis en esta red, ya que define su nivel de centralidad, por lo que su dimensión se observa en el tamaño de cada rombo. Así, podemos notar que el tipo de proveedor más importante y que en el lenguaje de redes se define como actor de prestigio por su alto nivel de centralidad (Hanneman, 2001) son los productores individuales, con un grado de entrada que significa 78.3 % de las relaciones.

El resto de los actores muestran grados de entrada muy bajos que significan 8.7% para grupos de productores, 7.0 % empresas nacionales, 5.3 % socios del almacén y solo 0.7 % empresas internacionales.

El hecho de que los productores de maíz sean el principal tipo de proveedor para todo tipo de almacenes muestra en principio la importancia de este tipo de actores en el abastecimiento de maíz en el mercado. Sin embargo, al no encontrarse organizados o como socios de los almacenes, es decir, al no encontrarse conformados en alguna figura jurídica o como grupos de productores, se encuentran en desventaja, ya que los precios a pesar de ser establecidos en la bolsa de Chicago es posible que sean deprimidos ante las decisiones que establecen tanto intermediarios como grandes empresas (Castañeda et al., 2014).

Como lo indican Modrego y Sanclemente (2007), los pequeños productores no tienen ninguna posibilidad de participar en los segmentos más dinámicos y rentables de la red de comercialización, mientras su producto no cumpla con las condiciones de costo, calidad e inocuidad exigidas por los mercados a través de los actores centrales de la red de comercialización.

Esto es aún más claro entre almacenes Tipo C y D, carentes de infraestructura y predominantes en el estado de Chiapas, donde prácticamente todos son productores individuales y los grupos de productores o socios del almacén simplemente no figuran como proveedores.

En contraste, entre los almacenes que se abastecen de grano de los socios se encuentran los tipos E y B. El primer tipo de relación se observa en estados como Puebla, Veracruz, Guerrero, Zacatecas, Durango y Nuevo León, donde los productores se agrupan y constituyen legalmente para almacenar sus cosechas en un espacio pequeño en capacidad y nivel de equipamiento.

El segundo tipo de relación, de Almacenes Tipo B, cuyo grano ingresa por parte de los socios, se observa en almacenes como: “Productores Unidos del Valle de Serdán”, en Puebla; “Sociedad Cooperativa de Productores de Maíz del Valle del Nazas”, en Durango; “Sociedad Cooperativa de Consumo Los Fresnillenses”, en Zacatecas; “Centro de Recepción Joaquín Miguel Gutiérrez”, en Chiapas; y “Procesadora de Semilla”, en Chihuahua. En estos casos se trata de organizaciones más fuertes al contar con mayor capacidad de acopio y posibilidad de dar valor agregado al grano, dado el nivel de equipamiento de los almacenes.

Por otro lado, en la red se observa que en los almacenes más grandes en infraestructura, capacidad y equipamiento (Tipo A) los proveedores principales son productores y grupos de productores, lo que confirma la dependencia que tienen los productores en la toma de decisiones por parte de las grandes empresas, quienes tienen tanto la decisión final en el valor agregado como el destino que se da al grano almacenado. Estos almacenes son característicos de los estados de Sinaloa y Jalisco; algunos ejemplos son: Almacenadora Mercader, Bachoco, Cargill y MINSA.

Ahora bien, la relación de empresas referidas como proveedores principales de los almacenes se da con mayor frecuencia en los estados de Chiapas, Guerrero e Hidalgo, donde se abastecen de empresas como Inagro del Sur, Granera Montes, Gramosa y Asgrow.

La distancia a la que se ubica cada tipo de proveedor y el tiempo que permanece almacenado el maíz son aspectos que permiten complementar el análisis de la red cuando se comparan tipos de proveedores y de almacenes. En la Figura 2 se observa que los más grandes del país (Tipo A) y los del sureste, que aunque no tienen infraestructura almacenan cantidades importantes de grano (Tipo C), se abastecen de proveedores que se ubican a distancias cortas, independientemente del tipo de proveedor. En los demás grupos de almacenes las empresas nacionales representan el proveedor más lejano, principalmente en los Tipo E.

Fuente: elaboración propia con información proporcionada por el Servicio Infomex.

Figura 2 Distancia promedio entre almacenes y proveedores principales. 

Observando ahora el tiempo promedio de almacenamiento del maíz por tipo de proveedor y de almacén se tiene que precisamente en aquellos que se abastecen a distancias más cortas es en los que el grano permanece más tiempo almacenado (Tipo A y C). En el caso de los de Tipo B y E que, como se vio antes, se abastecen principalmente de productores y empresas nacionales, las distancias con proveedores son similares, pero el tiempo de almacenamiento es menor en los más pequeños y menos tecnificados (Tipo E), lo cual puede estar asociado tanto al nivel de equipamiento para manejo del grano con el que cuenta cada tipo de almacén como a la capacidad de transformación y valor agregado que tienen los Tipo B, en mayor medida que los Tipo E (Figura 3).

Fuente: elaboración propia con información proporcionada por el Servicio Infomex.

Figura 3 Tiempo de almacenamiento promedio. 

Hasta este momento el análisis de la red de proveedores principales muestra la dependencia que tienen los almacenes de abastecerse de los productores locales; sin embargo, estos también dependen de las decisiones de las empresas al no encontrarse, en su mayoría, agrupados y constituidos legalmente, dejando entonces el encadenamiento del proceso productivo, el control del precio pagado por el maíz y la posibilidad de acceder a apoyos gubernamentales, en los almacenes más grandes o en las empresas proveedoras.

Si se observa ahora no solo a los proveedores referidos como principales, sino al total de los de maíz en cada tipo de almacén se confirma el peso de los productores individuales en el abastecimiento de grano a los almacenes, pues 72.8 % de estos compran grano a este tipo de actores sociales y la proporción es muy elevada, independientemente del tipo de almacén del que se trate.

En contraste, los grupos de productores y empresas internacionales son más representativos como proveedores de almacenes tipo A y B; empresas nacionales de almacenes tipo B y C; y socios del almacén de los tipo B y E (Cuadro 2).

Fuente: elaboración propia con información proporcionada por el Servicio Infomex.

Cuadro 2 Almacenes que se abastecen de cada tipo de proveedor. 

La cantidad de grano que adquieren los almacenes de cada tipo de proveedor hace aún más evidente la importancia de los productores individuales en el abastecimiento de grano. En los Tipo A, de 9.5 millones de toneladas de compras al año, 5.7 millones provienen de productores individuales; en los tipo B, 1.5 millones de 2.6 millones; y en los Tipo C, cerca de 110 mil de 170 mil. En el caso de los Tipo D, prácticamente todo el grano se adquiere de productores individuales y únicamente en los Tipo E la proporción de grano que se compra a productores individuales disminuye debido a la importancia que tienen los socios como proveedores (Cuadro 3).

Fuente: elaboración propia con información proporcionada por el Servicio Infomex.

Cuadro 3 Total de maíz adquirido por tipo de proveedor (toneladas/año). 

El segundo tipo de proveedor en importancia, tanto por la proporción de almacenes que se abastece de ellos como por la cantidad de grano que representa en las compras de los almacenes son los grupos de productores que por número de relaciones son importantes principalmente en almacenes Tipo A pero, por la cantidad de grano vendida en cada uno, son relevantes en todos, con excepción de los Tipo D donde, como se mencionó anteriormente, solo se establece relación con productores individuales.

Por otro lado, las empresas nacionales tienen mayor relevancia como proveedores de almacenes Tipo B y C, y las internacionales son significativas solo en los Tipo A.

Principales compradores del maíz almacenado

Una vez que se han observado y discutido las relaciones que establecen los almacenes para la compra del grano se analiza el tipo de compradores de maíz que estos refieren como principales, así como los destinos del grano almacenado para cada tipo de almacén.

Primero, la red de principales compradores de maíz a los almacenes tiene un tamaño de 442 nodos, donde 436 son almacenes y seis son tipos de compradores, agrupados como: personas físicas, grupos de productores, empresas nacionales e internacionales, exportaciones y socios del almacén. En este caso, los almacenes tienen un grado de salida promedio de 1.7 actores referidos, lo que arroja una densidad de la red con valor de 0.28937, e indica que al momento de la venta del grano los almacenes identifican a menos actores principales que en el abastecimiento del mismo (Figura 4).

Fuente: elaboración propia con base en Borgatti (2002) y Borgatti et al. (2002).

Figura 4 Principales compradores de maíz a los almacenes. 

Además de menos densidad, en esta red resalta un menor nivel de centralización que en la de tipo de proveedores, ya que muestra una estructura compartida entre dos tipos de actores que, debido al grado de entrada, pueden considerarse de prestigio (Hanneman, 2001); estos son: personas físicas, con 33.6 % de las conexiones y empresas nacionales, con 52.4 %. El resto de los actores tienen grados de entrada que significan 6.1 % para grupos de productores; 3.2 %, socios del almacén; y 2.4 %, tanto empresas internacionales como exportaciones.

Observando en la red cuáles son los compradores referidos por tipo de almacén se tiene que las empresas nacionales representan el único tipo de comprador en varios almacenes de todo tipo, pero cuando se trata de un solo tipo de comprador para almacenes Tipo E predominan las personas físicas (Cuadro 4).

Fuente: elaboración propia con información proporcionada por el Servicio Infomex.

Cuadro 4 Relaciones de venta de grano por tipo de almacén y de comprador. 

Asimismo, en almacenes Tipo A B, C y D, la proporción de relaciones que se establece con compradores es mayoritariamente con empresas nacionales; la excepción son los Tipo E, que establecen una mayor proporción de relaciones con personas físicas.

Por otro lado, resalta que los almacenes con menores niveles de capacidad y equipamiento (Tipo D y E) refieren exportar grano; sin embargo, esto explica por qué en todos los casos estos se ubican en Chiapas y venden el grano en la frontera entre México y Guatemala.

Ahora bien, cuando el comprador del grano es una empresa internacional sí se observan solo los almacenes más grandes y tecnificados (Tipo A) en la red. Esta relación de compra-venta se observa en los estados de Jalisco y Sinaloa, donde Grupos Agropecuarios, Comercializadoras e Integradoras venden a Cargill, Maseca o Grains & Ancillary.

El tipo de comprador que resalta para cada tipo de almacén permite sugerir que los almacenes con los indicadores de infraestructura, capacidad y/o equipamiento más bajos distribuyen cantidades pequeñas acordes a su capacidad de almacenamiento, por lo que representan los principales distribuidores de tortilleros, forrajeras y comerciantes locales y regionales, así como de otros almacenadores con capacidad de transformación del grano.

Por su parte, los almacenes más grandes y tecnificados son los encargados de vender el maíz a empresas nacionales e internacionales, con capacidad para dar valor agregado al grano, así como de definir el destino final en función de las variables de oferta y demanda en el mercado.

Estos datos coinciden con la distancia y el tiempo promedio de traslado entre almacenes y compradores. Más de la mitad de los Tipo E, es decir, los más frecuentes a nivel nacional, pero con menor capacidad de almacenamiento y niveles de equipamiento, abastecen a compradores que se ubican a distancias muy cortas, de 17 km en promedio, cuyo destino del grano es la industria de la masa y la tortilla, la de alimentos balanceados o la venta a otros almacenadores.

En contraste, 40 % de los almacenes más grandes y tecnificados (Tipo A) venden el grano a compradores regionales o interestatales, ubicados a una distancia promedio de 793 km. En este caso, nuevamente se encuentran almacenes ubicados en su mayoría en Sinaloa, y los compradores más referidos son GRUMA, en Nuevo León, Ciudad de México, Jalisco y Guanajuato; MINSA, en Estado de México y Jalisco; Molinos La Conchita, en la Ciudad de México; y Mister Pollo, S.A. de C.V, en Jalisco (Figura 5).

Fuente: elaboración propia con información proporcionada por el Servicio Infomex.

Figura 5 Distancia promedio entre almacenes y compradores principales. 

En almacenes Tipo B se observa otra situación; una tercera parte de los compradores se ubican a 39 km en promedio, pero a diferencia de los almacenes Tipo E no sobresalen las personas físicas como compradores. En este caso, tienen como compradores locales a asociaciones, como Grupo Sonqui, S.P.R. de R.L. en Sonora, y a empresas nacionales, como Nutrigafer S.A. de C.V. y Alimentos Concentrados de Delicias S.A. de C.V., en Chihuahua, y socios del almacén Productores Unidos del Valle de Serdán en Puebla.

Asimismo, la mayoría de los compradores que se ubican entre una y dos horas de los almacenes Tipo B son empresas nacionales, entre las que se encuentran todos los destinos del grano aquí descritos. Algunos ejemplos son: en la Industria de la masa y la tortilla, Productores Maiceros del Valle de Edzna en Campeche, que venden a SUMASA en Yucatán; en la Industria de alimentos balanceados, Sociedad Cooperativa de Productores de Maíz del Valle de Nazas en Durango, que vende a Ferrogranos, en Coahuila; en la Industria aceitera, Almacenes de Zacatecas, que venden a Almidones Mexicanos en Jalisco; en la Venta a otro almacenador, Unión de Ejidos de Ahualulco de Mercado Jalisco, que vende a DICONSA en Nayarit. Además, en entidades con mayor superficie territorial, como Chihuahua o Chiapas, la venta de grano a socios del almacén se ubica también entre una y dos horas.

Por su parte, los Tipo C venden principalmente a empresas nacionales que se ubican a distancias mayores a dos horas; en este caso se encuentran principalmente los de Chiapas, que venden a GRUMA, ubicada en Ocozautla de Espinoza, dentro del mismo estado, ya sea para la industria de la masa y la tortilla o para la harinera; en este último destino todos los almacenes se denominan Centros de acopio.

En los Tipo D, que de igual manera se ubican principalmente en Chiapas, pero acopian de manera más rústica y menores cantidades de grano, además de GRUMA sobresalen el Grupo Agropecuario Plan de Ayala; Almacenadora Mercader S.A. de C.V, así como varias personas físicas referidas en más de una ocasión por distintos almacenes, en la mayoría de los casos, con el destino final de la industria de la masa y la tortilla.

Industrias de destino del maíz almacenado

Al igual que la red de compradores principales de maíz, la de industrias de destino se compone de 442 nodos, de los cuales 436 son almacenes y seis son los posibles destinos del grano: industria de la masa y la tortilla, industria de alimentos balanceados, venta a otro almacenador, industria harinera, transformación en el mismo almacén e industria aceitera.

Debido a que cada comprador referido por los almacenes significa un destino, la densidad de la red es también la misma; los que difieren son los grados de entrada. En este caso, el principal actor de prestigio es la industria de la masa y la tortilla, que representa 49 % de las relaciones referidas por los almacenes; en segundo lugar de importancia se encuentra la industria de alimentos balanceados, referida en 25 % de los casos (Figura 6).

Fuente: elaboración propia con base en Borgatti (2002) y Borgatti et al. (2002).

Figura 6 Principales destinos del maíz almacenado. 

Por su parte, la venta a otros almacenadores también es un nodo importante, pues significa 11.9 % de las relaciones; la industria harinera, que contempla la harina de maíz empleada para elaborar tortillas y otros alimentos tradicionales, como tamales, representa 7.4 %; la transformación del grano dentro del mismo almacén, 5.9 %; y la industria aceitera, 0.8 %.

Ahora bien, considerando de forma conjunta la industria de destino y el tipo de comprador, tanto en la industria de la masa y la tortilla como en la de alimentos balanceados, las conexiones principales son entre almacenes y personas físicas o empresas nacionales.

Sin embargo, los almacenes Tipo A, B y C, que son los que cuentan con mejores indicadores de capacidad y equipamiento, abastecen principalmente a empresas nacionales; y los Tipo E son los principales abastecedores de grano entre personas físicas, entre las que se encuentran principalmente tortilleros.

Es importante decir que entre las empresas nacionales que compran maíz para destinarlo a la industria de la masa y la tortilla, GRUMA concentra 41 % de las menciones, ya sea con el nombre de MASECA o CONALSA. Otras que sobresalen, aunque no con el mismo nivel de centralización, son: DICONSA (6 %), MINSA (5 %) y SIACOMEX (4 %).

En la industria harinera la venta se encuentra centralizada también en empresas nacionales y nuevamente GRUMA representa 41 % de las referidas, ya sea con el nombre de MASECA o de CONALSA. Otro 26 % corresponde a MINSA y 11 % a Almacenadora Mercader S.A. de C.V, resaltando que en este destino los almacenes Tipo E tienen poca participación.

Cabe resaltar la estrategia de GRUMA a la que hacen referencia Chauvet y González (2001) cuando indican que el liderazgo de esta empresa se basa en su integración vertical desde el acopio del maíz, su transformación en harina, la fabricación de maquinaria para la industria de la tortilla, la producción de tortillas y el reparto masivo hasta el último detalle.

Ahora bien, cuando se trata de venta de grano para la elaboración de alimentos balanceados, si bien se tiene también a personas físicas y empresas nacionales como compradores principales, hay menor nivel de centralización, tanto por el tipo de actor social que aparece en la compra del grano como por el tipo de almacén.

Un actor de prestigio en este caso es el Grupo Agropecuario Plan de Ayala, que representa 17 % de las menciones de empresas nacionales, pero en todos los casos corresponde únicamente a almacenes del estado de Chiapas. Otros compradores que destinan el grano a la elaboración de alimentos balanceados referidos en varias ocasiones son Cargill, Alimentos Balanceados Chihuahua, ALCODESA, Nutrigrafer, S.A. de C.V. y Mister Pollo, S.A. de C.V.

En la venta a otro almacenador, los compradores son principalmente empresas nacionales o internacionales cuando la venta proviene de los almacenes con mejores características y personas físicas cuando el grano proviene de almacenes Tipo D y E. Algunos de los compradores en este destino del grano son Cargill, Diconsa, SIACOMEX y Agroproductores del Estado de Veracruz, S.A. de C.V.

De manera similar, la industria aceitera como destino final del grano se observa únicamente cuando los compradores son empresas nacionales y los almacenes son Tipo A o B. En este caso, la mitad de las menciones corresponden a la empresa Almidones Mexicanos.

Finalmente, cuando el destino del maíz es la transformación del grano dentro del mismo almacén, los Tipo E venden principalmente a personas físicas y los Tipo B a empresas nacionales. Ejemplos de estos compradores son la Unión Agrícola Regional de Productores de Maíz (UNIPRO), Bachoco, CPI Ingredientes y Nuestro Campo S.C.

Conclusiones

Los productores individuales son actores sociales determinantes en el abastecimiento de maíz en los almacenes de México, pues representan el mayor número de relaciones que se establecen con proveedores. Sin embargo, se requiere una gran cantidad de productores para equiparar la cantidad de maíz que una sola empresa vende a los almacenes lo que, aunado a la ausencia de una figura jurídica, los pone en desventaja en situaciones como la dependencia de intermediarios, el precio pagado por el grano en la entrada al almacén, o el acceso a financiamiento y apoyos gubernamentales.

El tiempo de almacenamiento, de acuerdo con el tipo de proveedor y de almacén, muestra que los almacenes más frecuentes en el país (Tipo E) son los que carecen de equipo para mantener o transformar el grano, lo que dificulta la posibilidad de contar con una reserva de maíz en periodos de escasez.

Al momento de la salida del maíz de los almacenes resalta que los más pequeños (Tipo D y E) distribuyen menores cantidades, acordes a su capacidad de almacenamiento, y a distancias muy cortas, por lo que representan los principales distribuidores de tortilleros, forrajeras y comerciantes locales y regionales, así como de otros almacenadores con capacidad de transformación del grano.

Por su parte, los más grandes (Tipo A y B) son los encargados de vender el maíz almacenado a empresas nacionales e internacionales ubicadas a distancias que sugieren intercambios interestatales, con capacidad para dar valor agregado al grano y definir el destino final, en función de las variables de oferta y demanda en el mercado.

Las industrias de la masa y la tortilla y harinera, que son las que influyen de forma más directa en la seguridad alimentaria, se encuentran altamente centralizadas, pues GRUMA es referido cuatro de cada 10 ocasiones como comprador principal a los almacenes, ya sea con el nombre de MASECA o CONALSA, situación que marca una elevada dependencia de las decisiones de una sola empresa, tanto para proveedores de grano como para almacenadores y el resto de compradores.

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Recibido: Agosto de 2014; Aprobado: Mayo de 2016

* Autor responsable: ortizma@colpos.mx

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