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Agricultura, sociedad y desarrollo

versión impresa ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.13 no.4 Texcoco oct./dic. 2016

 

Artículos

Programa pensión adultos mayores en dos comunidades rurales: Santa María Tecuanulco y San Jerónimo Amanalco, Texcoco, México

Eduardo J. De La O Romero1 

Leobardo Jiménez-Sánchez1 

Mercedes A. Jiménez-Velazquez1  * 

J. C. Jorge Cortes Carreño2 

1Colegio de Posgraduados. Campus Montecillo. Desarrollo Rural. Carretera México-Texcoco, Km. 36.5. Montecillo, Texcoco, Estado de México. 56230. (eduardo.delao@colpos.mx) (ljs@ colpos.mx) (mjimenez@colpos.mx).

2Universidad Autónoma Chapingo. Preparatoria. km 38.5 carretera. México-Texcoco. Chapingo, Estado de México. 56230. (hiperbóreo_jorge@hotmail.com)


Resumen:

El programa federal Pensión para Adultos Mayores se analiza en dos comunidades rurales del municipio de Texcoco, Estado de México: Santa María Tecuanulco y San Jerónimo Amanalco. Se indaga sobre el adulto mayor (AM), su condición física, social y económica, y se identifica la problemática del programa, sus causas y consecuencias. Los principales problemas del AM son que no cuenta con pensión y su incapacidad de conseguir ingresos suficientes para tener una vida digna, expresada en bajos ingresos y deterioro de su salud. Estos factores se manifiestan en un limitado ejercicio de sus derechos sociales, dependencia económica y funcional de terceros, y una baja autoestima (depresión). La investigación utiliza el método mixto: cualitativo y cuantitativo; se aplican técnicas de investigación social, observación y observación participativa; la información se obtuvo a través de un cuestionario con 58 preguntas, entrevistando a 78 AM. Los resultados muestran que el programa federal proporciona un ingreso para mejorar su calidad de vida, pero no cumple con necesidades y expectativas del AM. La falta de documentos solicitados para ser considerado parte del programa es fecuente; la mayoría no tiene acta de nacimiento, el programa los rechaza sin ofrecer otra alternativa y no son incorporados, hay poca empatía al atender a esta población.

Palabras clave: adulto mayor; calidad de vida; comunidad rural; pensión

Abstract:

The federal Pension Program for the Elderly is analyzed in two rural communities of the municipality of Texcoco, Estado de México: Santa María Tecuanulco and San Jerónimo Amanalco. The senior citizen (SC) and his/her physical, social and economic condition are studied, and the difficulties of the program are identified, as well as their causes and consequences. The main problems for the SC are that he/she doesn’t have a pension and is incapable of attaining sufficient income for a dignified life, expressed in low income and health deterioration. These factors are manifested in a limited exercise of his/her social rights, economic and functional dependence on third parties, and low self-esteem (depression). The research uses the mixed method: qualitative and quantitative; techniques of social research, observation and participant observation are applied; the information was obtained through a questionnaire with 58 questions, interviewing 78 SCs. The results show that the federal program provides income to improve their quality of life, but does not fulfill the needs and expectations of the SC. The lack of documents requested to be considered part of the program is frequent; most SCs do not have a birth certificate, and the program rejects them without offering a different alternative, so they are not incorporated, and there is scarce empathy when catering to this population.

Key words: senior citizen; quality of life; rural community; pension

Introducción

Al igual que otras naciones, México está en un proceso de envejecimiento con base en proyecciones demográficas y se anticipa que el número y proporción de personas mayores se incrementará con respecto a otros grupos de población más joven, lo cual significa un desafío para las políticas de desarrollo social y económico, así como para los programas de reducción de la pobreza. Los factores que contribuyen a dicho proceso son la reducción de las tasas de mortalidad y el decremento de la tasa de fecundidad; los avances tecnológicos y médicos influyen en la esperanza de vida (Rubio y Garfias, 2010; Cervantes, 2013).

El envejecimiento demográfico se entiende con el crecimiento absoluto y porcentual de la población en edades avanzadas, y es un proceso dinámico a través del tiempo y el espacio que adquiere dimensiones sociales, económicas, políticas e institucionales. En diversos estudios se considera como límite de edad de la etapa de la tercera edad o adulto mayor a partir de 65 años (Jasso-Salas et al., 2011)

La vulnerabilidad de los adultos mayores debería mitigarse con el acceso a la seguridad social. Sin embargo las pensiones que son instrumentos de ahorro vinculados al salario del individuo durante su vida laboral contribuyen a contener la disminución del ingreso en la vejez, pero no llegan a toda esta población; de siete millones de AM, solo 1.3 de ellos son pensionados o jubilados y 5.7 millones no perciben ingresos (INEGI, 2010).

No obstante, en México existe una compleja multiplicidad de sistemas de pensiones; incluye sistemas especiales para trabajadores privados y empleados de los gobiernos federal y estatal, y empresas paraestatales, así como regímenes especiales para las universidades públicas, la banca de desarrollo y los municipios. Esta situación se presenta en el mercado laboral formal, contrastando con amplios sectores de población que trabajan en la informalidad.

La Organización Internacional del Trabajo reporta en 39 % la participación de personas AM. Las tasas de participación de trabajadores mayores en países de la OCDE promediaron 63 % (2008) y reportan diferencias entre países, incluyendo Japón y los Estados Unidos. La razón principal por la que este grupo está activo en el mercado es el crecimiento de la participación femenina en la fuerza de trabajo, aunque sigue existiendo gran diferencia entre los sexos (OCDE, 2012).

Según indicadores demográficos, en las zonas rurales el envejecimiento de la población disminuye; mientras tanto, el AM (2000) en área urbana aumenta 26 % y 74 %, respectivamente. De tal forma, proyecciones (2030) muestran que en regiones rurales se reducirá a 18 % y el ámbito urbano alcanzará 82% (CONAPO, 2012). Ante esta situación, el estado mexicano a través de las políticas de desarrollo social establece programas de atención a este grupo específico por medio de diversas acciones; entre ellas están la promoción del empleo, establecido por el Instituto Nacional de las Personas Adultos Mayores (INAPAM); Programa de Capacitación para el Trabajo y Ocupación del Tiempo Libre, Tercera Edad y el Programa Pensión para Adultos Mayores.

Una consecuencia directa de este envejecimiento es el aumento gradual en la edad promedio de la población mexicana, de 28 años en 2005 a 30 en 2010; según proyecciones, la tendencia será de 42.7 años en 2050 (CONAPO, 2012). También se espera que para 2030 el porcentaje de personas mayores sea de 12.5 %, aumentando a 22.6 % para 2050 (Cervantes, 2013). Cuadros 1 y 2.

Fuente: Con base en Delegación y DIF municipal, INEGI (2010).

Cuadro 1 Población base AM por comunidad. Comunidades de estudios 

Fuente: con base en datos Delegación, DIF municipal e INEGI (2010).

Cuadro 2 Tamaño de muestra: Santa María Tecuanulco y Amanalco. 

Esta situación se debe en parte a la disminución de la mortalidad que origina un progresivo aumento en la esperanza de vida; un número cada vez mayor de personas alcanza edades avanzadas. Por otra parte, decrece la fecundidad que se refleja a mediano plazo, tanto en un número menor de nacimientos como en una reducción sistemática de la proporción de niños y jóvenes en la población total. La combinación de ambas tendencias conduce al envejecimiento demográfico, hecho expresado en un estrechamiento de la base y una ampliación de la punta en la pirámide poblacional. (Rubio y Garfias, 2010).

De acuerdo con las pirámides poblacionales, en México cada año hay más adultos mayores; el crecimiento se refleja más en el grupo de mujeres (porque son más longevas que los varones). Uno de los riesgos más preocupantes del envejecimiento demográfico está acompañado de otros fenómenos de carácter social y relativo empobrecimiento. El riesgo, asociado a la reducción de oportunidades laborales a las personas de edad avanzada, paulatina pérdida de salud, insuficiente cobertura del sistema de seguridad nacional y mayor dependencia de sus familiares (Brambila, 2006).

La población de AM se encuentra vulnerable debido a la caída del ingreso económico, al final de su vida productiva con el deterioro en su salud, resultado de las enfermedades crónicas. El problema se agrava más en las comunidades rurales y marginadas, pues el sistema de pensiones deja fuera a un número importante de AM, quienes no cuentan con acceso a los beneficios que otorgan las instituciones de seguridad social (Rubio y Garfias, 2010).

El AM es una persona que se caracteriza porque pertenece al grupo que tiene más de 65 años de edad; hoy en día juega un papel muy importante en la sociedad, aunque no se le reconozca su relevancia. Por esta situación, las acciones pueden estar orientadas a atender una necesidad determinada: curar y proteger a aquellas personas que necesitan de la atención gubernamental o de instituciones privadas que complementan el quehacer del estado (Chossudovsky, 2002).

Al ser considerado un AM, una persona que puede ofrecer sus conocimientos a la sociedad o al grupo humano que la compone, sea niño, joven o personas mayores en actividad, las tareas que se organicen en función del adulto mayor adquieren otro sentido.

Según Linton (1992), la tarea que juegan los AM al interior de la familia y en la interacción social cotidiana, representa a todos los grupos de edad y sexo que tienen bastantes limitaciones al interior de la familia y sociedad, por lo cual estos no son la excepción.

En este contexto se plantea la siguiente interrogante ¿cuál es la calidad de vida que buscan los AM? Así, cuando se refiere a su condición, no solo se hace referencia a prestar servicios, sino también a entender el alto nivel de bienestar, satisfacción, y autoestima y, a su vez, fomenta su independencia y desarrollo personal. El concepto “calidad de vida” toma especial relevancia cuando se trata del AM, debido a que los servicios recibidos están limitados a niveles asistenciales, solo cubriendo necesidades básicas en lugar de considerar a la persona como un ser integral, a tener los derechos de acceso a recursos en la búsqueda de su bienestar (Sen, 1992).

Por esta situación, el principal problema de la persona que no cuenta con una pensión está en la incapacidad de conseguir mayores beneficios para cubrir sus necesidades básicas y tener una vida digna. A su vez, estos factores se manifiestan en un limitado ejercicio de sus derechos sociales, una dependencia económica, así como una baja autoestima y depresión (Fierro, 1999).

La Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) instituyó el programa Pensión para Adultos Mayores (antes 70 y más). Uno de sus propósitos es otorgar ayuda económica a quienes no cuentan con una pensión o jubilación; sin embargo, la práctica indica que dicha ayuda no llega a quienes lo necesitan o es insuficiente para cubrir las necesidades básicas del AM. El programa considera a un AM de 65 a 75 años y personas de 76 años en adelante, pues no se puede considerar que las capacidades laborales, físicas, sociales y el estado de salud sean las mismas de una persona de 65 años (SEDESOL, 2014).

Área de estudio: localidades del Municipio de Texcoco, Estado de México

El municipio de Texcoco forma parte del Estado de México, entidad de la República Mexicana que tiene el mayor número de personas con 60 años y más (7.7 % de la población total, 2010), situación que puede suponer que, aproximadamente, uno de cuatro hogares en la entidad tiene un adulto mayor (INEGI, 2010).

Las comunidades en estudio forman parte de las 54 localidades que integran el Municipio y se ubican en la zona montañosa del mismo. Se eligieron debido a una serie de razones, principalmente por sus características concretas de localización geográfica (poblados de la montaña), comparten técnicas agrícolas (terrazas), están dedicadas a sembrar productos agrícolas (flores, frutos y granos básicos); además, comparten tradiciones y actividades sociales y comunales (faenas o ayuda mutua), entre otras consideraciones (Sokolosky, 2010). Además, cuentan con los programas sociales a nivel federal, que es el Programa Pensión para los Adultos Mayores, estatal y municipal; este último otorga despensas.

La población AM en las dos comunidades aumenta siguiendo la tendencia nacional, estatal y municipal. En ambas localidades el crecimiento de este sector de población se duplicó en solo una década de 2020 al 2030 (INEGI, 2010). El trabajo plantea como objetivo analizar el Programa Federal Pensión para Adultos Mayores en las comunidades de Santa María Tecuanulco y San Jerónimo Amanalco del municipio de Texcoco, Estado de México. En el proceso de investigación los habitantes de ambos pueblos accedieron a participar, respondiendo con un trato amable y cordial.

En las comunidades, el índice de AM con un plan de pensiones es muy bajo, incluso menor a la media nacional (8 %), lo que refleja que existen zonas rurales económicamente marginadas en el oriente del estado de México (Gemeren, 2010).

Al hacer la división por género, la encuesta muestra que 29 % son hombres y 71 % mujeres; la información refleja que por un hombre hay 2.25 mujeres y la tendencia nacional es que la población femenina es mayor porque las mujeres viven más que los hombres, por lo que hay una feminización de la población.

Metodología

En la investigación se utilizó un método mixto: cualitativo y cuantitativo. En el cualitativo se aplicaron técnicas de investigación social: observación y observación participativa; es descriptivo porque se llevó a cabo a través del análisis de la información de campo (Hernández et al., 2010). Se inicia con la revisión documental: material bibliográfico, hemerográfico, consulta en internet, datos operativos administrativos y estadísticas del Programa Pensión para los Adultos Mayores de SEDESOL, con el propósito de comprender el estado físico, económico y social del AM en las dos comunidades. También se realizó un análisis comparativo de las personas que cuentan con el apoyo del programa y aquellas que no están inscritas en el mismo.

Para el enfoque cuantitativo se diseñó un cuestionario con 58 preguntas, distribuidas en seis secciones que integran: aspectos socio-demográficos, estado físico del adulto mayor, estado económico, programa pensión para adultos mayores, características de su vivienda y actividades recreativas. La información se obtuvo entrevistando a 78 adultos mayores.

Con la autorización de autoridades locales y municipales de las comunidades de estudio y del DIF del H. Ayuntamiento de Texcoco, Estado de México, se lleva a cabo la investigación participativa. En cuanto a la incorporación que integra a los adultos mayores rurales, el investigador como observador participante se incorpora reuniones y talleres que autoriza el DIF municipal.

La población de AM que reside en las dos comunidades, según la Delegación de cada comunidad y DIF municipal suman 722 personas, considerando a los inscritos (AMIP) y no (AMI) incorporados al Programa Pensión para Adultos Mayores. (Cuadro 1).

La muestra para recopilar la información en campo se realizó a través del muestreo aleatorio simple. Después de precisar la muestra se aplicó la encuesta para obtener los datos y estimar los parámetros para su interpretación. Se planteó la hipótesis: las comunidades rurales del área de estudio siguen la tendencia demográfica nacional de que la población está envejeciendo; cada vez hay más AM, por lo que los programas sociales dedicados a este sector de la población son necesarios para quienes no cuentan con alguna pensión o jubilación.

Los valores de la muestra fueron obtenidos con la información que proporciona el listado activo del Programa Pensión para los Adultos Mayores, así como el Conteo de las dos comunidades de AM y padrón del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM, 2010). Se tiene un tamaño de muestra o población (N) de 722 adultos mayores que residen en Santa María Tecuanulco y San Jerónimo Amanalco, Municipio de Texcoco, Estado de México.

La última parte correspondió a la creación de la base de datos, análisis de información y presentación de resultados, usando gráficas y tablas elaboradas en Microsoft Excel 2010; incluyen estadísticos descriptivos: media, desviación estándar, moda, distribución de frecuencias y gráficas (Infante y Zarate, 2005).

Resultados y dIscusIón

De acuerdo con la información obtenida en campo, la edad promedio de los entrevistados es 74 años y la desviación estándar es 5, lo que significa que la mayoría de las edades se encuentran en el intervalo (69, 79). Por eso, las más repetitivas son 76 años; asimismo, la menor edad del AM reporta 65 años, mientras la mayor alcanzada es de 90 años. (Cuadro 3).

Fuente: investigación directa, verano de 2014.

Cuadro 3 Características del Adulto Mayor en comunidades estudiadas. 

La mayoría de los entrevistados de las dos comunidades son pequeños productores de autoconsumo, campesinos pobres y son los más envejecidos; sin embargo, a través del Club de la Tercera Edad, conjuntamente llevan a cabo diversas actividades recreativas en la delegación local; entre ellas destacan ejercicios físicos de acuerdo con su edad, actividades manuales y reuniones sociales donde comparten alimentos, música y baile; principalmente destaca la convivencia armónica con cordialidad y cooperación entre el grupo.

De acuerdo con la población por género existen más mujeres mayores de 71 y más en comparación con los hombres; representan 71 % de los entrevistados, lo que indica que la población femenina es de más del doble con respecto a la población masculina y que tienen una mayor esperanza de vida. Las mujeres ancianas en este grupo de AM no reciben ingresos. Debido a los roles de género tradicionales, destinadas a las labores del hogar y a contribuir al sustento doméstico familiar, las mujeres tienen menos probabilidad de trabajar para generar ingresos y ahorros que les permitan solventar sus necesidades económicas en la vejez.

Los antecedentes históricos de las dos comunidades de estudio son de origen prehispánico. Por esa causa, se toma en cuenta la lengua originaria: 82 % de los adultos mayores hablan náhuatl además del idioma español, mientras que 18 % solo habla español, situación que indica que por cada AM que solo habla español existen 4.6 AM que se expresan en español y náhuatl. Esto indica la transmisión de la lengua; aún conservan algunas tradiciones de sus ancestros como hablar en su idioma natal (Sokolosky, 2010).

Por otra parte, en Santa María Tecuanulco se tiene una escuela primaria bilingüe; su propósito es la transmisión y conservación del idioma náhuatl. El ámbito de atención se extiende a otros poblados de la región, y en San Jerónimo Amanalco reside el grupo mayor de habla náhuatl. Es importante destacar que estas localidades de la montaña tienen una tradición musical; un grupo importante de jóvenes y de edad media se dedican a tocar instrumentos de música de viento y participan en grupos musicales, orquestas y sinfónicas en la ciudad de México y en fiestas regionales.

Al considerar el grado de escolaridad alcanzado es educación incompleta; reportan que aprendían los conocimientos básicos porque deberían ir a trabajar para ayudar a la manutención familiar. Se tiene que 72 % de los adultos mayores saben leer y escribir; en contraste, 28 % no sabe leer. Por ello, de cada AM que no sabe leer, 2.5 personas manifiestan que sí pueden hacerlo.

En relación con el estado civil de la población entrevistada, 51% reportan que son viudos, 37 % están casados, 8 % viven en unión libre, 3 % divorciados y un soltero (1 %). En las mujeres ancianas predominan las viudas porque tienen una mayor esperanza de vida que los varones y rápidamente tienden a adaptarse a su situación de vivir solas, acompañadas con hijos, nietos u otros familiares. En algunos casos esta situación puede implicar abusos, violencia, otro tipo de amenazas y riegos para su salud y bienestar. Los hombres viven casados en el grupo de adultos mayores en edad media y avanzada (Wong y González, 2011).

Respecto a la vivienda, se tiene un promedio de cuatro personas por familia entrevistada lo que muestra que la mayoría de personas viven en una sola vivienda con una frecuencia de 16 casos. Asimismo, se encontraron AM que viven solos; sin embargo, otros viven con su familia, y reportan hasta 10 integrantes (familia extensa) en una misma vivienda, y conviven con jóvenes, niños y adultos, formando lo que se conoce como hogares multigeneracionales Es relevante mencionar que en ambas comunidades los AM cuentan con casa de su propiedad.

Las principales fuentes de ingreso de los AM son generadas por actividades realizadas en el campo, basadas en el autoabasto y complementando su ingreso en actividades no agrícolas. Aún son familias campesinas, poseen un predio y experiencia en labores de la finca donde trabajan para el consumo familiar (Magdaleno et al., 2014); cultivan granos básicos (49%): maíz blanco (Zea mays L.) y frijol (Phaseolus vulgaris, Lin). Los campesinos mayores que se dedican a cultivar su tierra algunas veces han recibido algún apoyo para el cultivo de su tierra por parte del gobierno estatal (Zarazúa y Alberto, 2011).

Otras actividades son el comercio (17 %), empleados domésticos (5 %), oficios en maquilas (3 %) y construcción (1). Los entrevistados que no tienen trabajo (26 %) solicitan apoyo económico y manutención a familiares y amigos. Las características de estas ocupaciones permiten un retiro gradual del trabajo o prolongarlo hasta que su salud se lo permita, conservando el control de sus recursos productivos. No obstante, para los dedicados a la agricultura la tierra representa su patrimonio y su producción contribuye al abasto alimenticio familiar.

De acuerdo con las enfermedades más frecuentes de las personas en la zona de estudio es importante considerar la salud porque con el transcurso del tiempo se presenta paulatinamente un declive en el estado fisiológico de las personas. En las comunidades de estudio existe AM con diabetes (29), hipertensión arterial (19), casos de depresión (7), cáncer (1) y se muestran como personas sanas (22). Del total de enfermos (87 %), si reciben tratamiento médico, en comparación con quienes no reciben asistencia médica (13 %). La diabetes es la enfermedad crónica que ocupa el primer lugar, coincidiendo este dato con la tendencia nacional (Ham-Chande, 2011). (Figura 1).

Fuente: investigación directa, verano de 2014.

Figura 1 Enfermedades crónicas más frecuentes. 

Algunas de las limitaciones físicas encontradas en los AM entrevistados son: que no caminan (6 %), no puede ver (1 %) y tienen problemas de sordera (5%); la gran mayoría (87 %) no presenta limitaciones físicas. Se observa en campo que en el caso de los campesinos mayores de las dos comunidades, el retiro en su actividad no está marcado por la edad (vejez) en términos cronológicos. Se mantienen activos, mientras no existan limitaciones físicas que impidan su independencia.

En relación con la seguridad social, la mayoría de los AM tiene seguro popular; 88 % corresponde a la población de estudio, solo 5 % tiene IMSS y 6 % de los entrevistados no cuentan con ningún tipo de seguridad social. Estos datos indican que la mayoría de AM a nivel comunidad no cuenta con seguridad social, situación reflejada más en localidades rurales. En su etapa laboral esta población no cuenta con empleos formales, sino que se dedican más a la agricultura, pequeño comercio y autoempleo.

De la población de estudio, únicamente 5 % cuenta con un plan de jubilación que ofrece el IMSS, mientras que 95 % no tiene ninguna pensión o jubilación, por lo que deben de conseguir ingresos por sus propios medios. La mayoría de los AM de las comunidades de estudio inscritos al Programa Pensión para Adultos Mayores son 77 personas; solo un caso de los encuestados no está inscrito, debido a que se encuentra pensionado por el IMSS con un monto mensual mayor al permitido ($1090.00).

Al considerar la Integración de documentos para el programa pensión para adultos mayores: 95 % AM de las comunidades de estudio cuentan con documentos oficiales necesarios para incorporarse al programa; el 5 % restante no cuenta con esos papeles. Esta situación indica que cuando un adulto mayor no está inscrito al programa, principalmente se debe a que no es elegible por alguna ineficiencia del sistema de operación o por estar inscrito en otro programa vigente (PROSPERA, despensas, otros). (Figura 2).

Fuente: investigación directa, verano de 2014.

Notas: AC: acta de nacimiento; IFE: credencial de elector; INAPAM: credencial de adulto mayor; CD: comprobante de domicilio; CURP: cédula única de registro de población.

Figura 2 Integración de documentos programa adultos mayores. 

Los AM (96 %) destinan la ayuda otorgada por el programa para alimentación y compra de medicamentos; esto significa que no hacen mal uso del recurso recibido porque lo invierten en necesidades básicas. El monto del Programa Pensión para los Adultos Mayores es de $1160 bimestrales, es decir, $580 mensuales, que corresponde a 29 % del salario mínimo general mensual ($2019) o $19.3 diario, lo que demuestra que dicho monto es insuficiente para el sustento del AM.

El programa apenas puede cubrir parte de las necesidades básicas del AM, como la compra de alimentos; cuando no llega la ayuda recurren a sembrar cultivos para su autoconsumo. Así, muchos de ellos no tienen una alimentación equilibrada y es frecuente que solo coman dos veces al día.

Respecto a la satisfacción del programa, 92 % de los adultos mayores no están satisfechos con él; las principales razones reportadas son: a) el primer apoyo tardó por lo menos seis meses en llegar; b) existen muchos atrasos en los pagos; c) las reactivaciones se deben tramitar como alta de primera vez; d) las instrucciones sobre el manejo de tarjetas de pago son poco claras; y e) el monto de pago es insuficiente para cubrir sus necesidades básicas.

Conclusiones

Las características de los Adultos Mayores entrevistados, considerando la información sociodemográfica obtenida en las dos comunidades son las siguientes:

La edad promedio de los AM es de 74 años. Al hacer la división por género: 29 % son hombres y 71%, mujeres. Esta situación refleja que hay 2.25 mujeres por cada hombre, lo cual muestra la tendencia nacional que destaca la feminización de la población adulta.

Los AM (82 %) hablan náhuatl, un menor grupo se expresa en español (18%). Por esa razón se aprecia que por cada persona mayor que habla este idioma, 4.6 AM pueden comunicarse en ambas lenguas. El grado de escolaridad es primaria incompleta: 72 % AM saben leer y escribir, y 28 % no sabe leer; 2.5 personas expresan poder leer, por una que no lo hace.

Respecto al estado civil, 51 % de los entrevistados son viudos, 37 % están casados y el porcentaje restante vive en unión libre o son divorciados. Las mujeres tienden a ser viudas porque su esperanza de vida es mayor a la de los varones.

Destaca la propiedad de la vivienda del AM; la mayoría vive en familia, con un promedio de cuatro miembros. También hay hogares con familias extensas donde cohabitan abuelos, padres, hijos, nueras, nietos y bisnietos que son solidarios y colaboradores con el AM. Por esas causas, la familia continúa siendo la principal institución responsable del cuidado e integración del AM.

En relación con el programa de pensión o jubilación:

A nivel comunidad la mayoría de AM no cuenta con seguridad social, pero tiene la atención del seguro popular (88 %) y el IMSS (6 %); otras personas mayores no cuentan con esos servicios (6 %).

La mayoría de los entrevistados (95 %) no tienen ningún tipo de jubilación, pero están inscritos al Programa Pensión para Adulto Mayor; algunos (5 %) cuentan con un plan de pensiones que ofrece el IMSS.

Los AM inscritos al Programa cuentan con los documentos oficiales necesarios para su atención; los no inscritos se debe a la ineficiencia del programa de operación, carecen de documentos oficiales, o bien, están inscritos en otros apoyos, entre ellos PROSPERA, distribución de despensa y otros.

De la ayuda recibida del Programa, 96 % de los AM la destinan para su alimentación y la compra de medicamentos. Cuando la ayuda no llega, con frecuencia recurren a satisfacer la alimentación familiar con la producción que generan de la agricultura.

Los AM (92 %) reportan no estar satisfechos con el programa porque la ayuda viene con retrasos, el manejo de tarjetas se les complica y el monto recibido es insuficiente para cubrir sus necesidades básicas; además del despotismo e indiferencia de los empleados públicos, los AM invierten hasta dos horas para aclaraciones o dudas del programa.

El programa corresponde a una planeación y diseño de escritorio para ganar popularidad; sin embargo, esto no ayuda a mejorar la calidad de vida del AM en el ámbito rural.

No obstante su edad y a que están enfermos deben seguir trabajando para su manutención, para la mayoría de los AM de las comunidades su principal fuente de ingreso es la agricultura.

Las comunidades rurales estudiadas siguen la tendencia demográfica nacional sobre el envejecimiento de la población. Por ello, los programas sociales dedicados a este sector son necesarios para quienes no cuentan con alguna pensión o jubilación, aunque los mismos requieren cambios significativos para su buen funcionamiento.

Los programas sociales en México aportan lo que el gobierno dictamina (políticas públicas), sin llevar a cabo un estudio de necesidades de la población, sin lograr objetivos de los programas sociales, que es el desarrollo social y económico de uno de los sectores más vulnerables.

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Recibido: 01 de Febrero de 2015; Aprobado: 01 de Febrero de 2016

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