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Agricultura, sociedad y desarrollo

versão impressa ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.13 no.4 Texcoco Out./Dez. 2016

 

Artículos

El ecoturismo de Sierra Norte, Oaxaca desde la comunalidad y la economía solidaria

Mara Rosas-Baños1  * 

David A. Correa-Holguín2 

1Instituto Politécnico Nacional, Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales (CIECAS). Lauro Aguirre 120, Colonia Agricultura, Delegación Miguel Hidalgo. México. 63105. (mrosasb@ipn.mx).

2Universidad Autónoma de Durango. Calle Madero N° 59 Col. Centro. 34635. Santiago Papasquiaro, Durango (davidelloney@hotmail.com)


Resumen:

Los centros de ecoturismo comunitarios indígenas, que a través de prácticas de compartencia, organización comunitaria y economía solidaria generan alternativas de empleo para su población, evidencian una evolución en las formas de organización productiva de raíz campesina. En este documento se analizan el surgimiento, las estrategias de permanencia y las transformaciones que han tenido los once centros de ecoturismo de la Sierra Norte Oaxaca en México, además del papel de las dos redes de ecoturismo que existen en Sierra Norte, bajo la perspectiva de la comunalidad y la economía solidaria. La metodología consta de información documental, observación participante, entrevistas semi-estructuradas a los encargados de los centros de ecoturismo, y análisis de redes para mostrar la interacción con actores externos. Se concluye que la comunalidad y la economía solidaria son esenciales; pueden explicar la dinámica de estos centros de ecoturismo, y que su desarrollo depende del compromiso de la comunidad con el proyecto.

Palabras clave: comunalidad; economía solidaria; ecoturismo; redes y sustentabilidad

Abstract:

The indigenous community ecotourism centers, which through practices of sharing, community organization and solidary economy generate employment alternatives for their population, make evident an evolution in the manners of productive organization with peasant roots. In this document, the emergence, permanence strategies and transformations that eleven ecotourism centers in Sierra Norte, Oaxaca, México, have undergone are analyzed, in addition to the role of the two ecotourism networks present in Sierra Norte, under the perspective of communality and solidary economy. The methodology consists of documentary information, participant information, semi-structured interviews with those in charge of the ecotourism centers, and network analysis to show the interaction with external actors. It is concluded that communality and solidary economy are essential; they can explain the dynamics of these ecotourism centers and that their development depends on the commitment of the community with the project.

Key words: communality; solidary economy; ecotourism; networks and sustainability

Introducción

El ecoturismo surge como estrategia de aminoramiento de impacto ecológico de la actividad turística y como vía de disminución de pobreza (Goodwin, 2008); sin embargo, el desarrollo teórico que se sustenta en una amplia gama de conceptos ha tenido pocos resultados en términos del análisis sobre su alcance, criterios, puesta en marcha y planificación (Diamantis, 1999). De acuerdo con Ceballos-Lascurain (1998), el ecoturismo es una modalidad turística ambientalmente responsable consistente en viajar o visitar áreas naturales relativamente sin alterar; esta actividad ha crecido a tasas anuales de 10 a 12 %, tres veces más rápido que la industria turística en su conjunto, y ha sido adoptado por muchos países en desarrollo, que son el hogar de especies raras y amenazadas (Coria y Calfucura, 2012). No obstante, se esperaba que los vínculos entre conservación de la biodiversidad y desarrollo comunitario asumidos en el turismo de naturaleza y gestionado por comunidades indígenas se traducirían no solo en conservación, sino también en un mayor desarrollo, pero esto no ha sucedido al nivel de las expectativas.

De acuerdo con Coria y Calfucura (2012), el ecoturismo no ha logrado contribuir al desarrollo de las comunidades rurales debido a una combinación de factores, tales como escasez de dotaciones de capital humano, financiero y social dentro de la comunidad, así como falta de mecanismos para una efectiva distribución de beneficios económicos derivados del ecoturismo, la tierra y la inseguridad.

Para Okazaki (2008) las razones están vinculadas a factores como: carencia de educación, capacitación en los procesos de diferente índole para recibir al turismo nacional e internacional, y financiamiento para infraestructura y mantenimiento de los espacios de hospedaje. No obstante, Pérez-Ramírez y Zizumbo Villareal (2014) identifican razones que van más allá de la carencia de recursos financieros, infraestructura y capacitación, usando como marco de aproximación la comunalidad; exploran la forma en la que se impulsa el ecoturismo por parte de organismos internacionales, dependencias de gobierno, empresas privadas y organizaciones de la sociedad civil, y concluyen que estos pueden generar un debilitamiento en las estructuras organizativas, la dinámica interna de trabajo, la reciprocidad, e incluso, la transformación de elementos culturales propios; estos últimos son identificados desde la comunalidad. Por otro lado, desde la comunalidad, Fuente y Ramos (2013) analizan la economía solidaria y ecológica en el caso del ecoturismo de la Sierra Norte de Oaxaca y explican que el fomento del ecoturismo desde las instituciones de gobierno de manera explícita o implícita se caracteriza por impulsar la lógica económica de mercado en las comunidades rurales, y las coloca en el dilema sobre la utilización del patrimonio biocultural como una mercancía, debilitando así la cohesión social necesaria en la operación de este tipo de proyectos. En este mismo sentido, Pérez-Ramírez et al. (2012) señalan la existencia de una confrontación entre la lógica económica de mercado que domina en los impulsores internacionales y nacionales del turismo en las comunidades rurales, y el interés de las comunidades rurales por asumir un protagonismo en la gestión de su patrimonio natural y su desarrollo.

La forma en la que el ecoturismo puede o no contribuir al fortalecimiento de la vida comunitaria y a impulsar un desarrollo propio en términos generales tiene que ver con el comportamiento de elementos analíticos que la comunalidad posiciona como centrales, tales como la “propiedad colectiva de los recursos, la organización comunitaria, el trabajo y colaboración mutua, además de aspectos culturales” (Pérez-Ramírez et al., 2012:3). El objetivo de este documento es mostrar que cuando los proyectos turísticos surgen desde las comunidades rurales, la interacción con actores externos no impide que el ecoturismo se convierta en una actividad económica capaz de impulsar un desarrollo propio en las mismas. En este documento se presentan 11 casos ecoturísticos en la Sierra Norte de Oaxaca, México, en los que se analizan el surgimiento de las iniciativas, las razones de su creación, las características de la población y de la organización para la gestión del ecoturismo, y los actores externos a la comunidad con los que estos centros de ecoturismo han interactuado desde las perspectivas de la comunalidad y la economía solidaria. Se utiliza la investigación cualitativa y el análisis de redes sociales.

Los resultados muestran un proceso constante de avances en el mejoramiento de la actividad ecoturística en la Sierra Norte del estado de Oaxaca. Encontramos que las comunidades indígenas han desarrollado capacidades de interacción con actores externos tanto públicos como privados para favorecer la infraestructura y los servicios que ofertan los centros de ecoturismo. Se describe la forma de organización de los comités de ecoturismo, los cuales se encuentran inmersos en la totalidad de la vida comunitaria y depende de una participación activa de las autoridades y la población en general. Además, la forma de distribución de los beneficios derivados de esa actividad va constituyendo fuentes de empleo que se espera puedan ser sustentadas más allá de periodos vacacionales. Se muestra una lógica de compartencia, concepto que utiliza Martínez-Luna (2010) como opuesto al de competencia, que caracteriza a las redes de ecoturismo que se han creado para impulsar la actividad.

Comunalidad y economía solidaria

Maldonado (2002:73) apunta que la comunalidad es la lógica con la que se define y articula la vida social de una comunidad. Esta se encuentra en numerosas comunidades rurales que se rigen por la reciprocidad, que tienen sistemas de cargo, asamblea y trabajo colectivo. El término lo acuñan dos indígenas oaxaqueños, Floriberto Díaz (2003) y Jaime Martínez Luna (2002); el primero, mixe y el segundo, zapoteco, en un contexto socio-histórico de lucha por la defensa de su patrimonio natural y de su forma de vida (Fuente y Ramos, 2013).

La autodeterminación es condición inherente a la comunalidad y esta a su vez genera las condiciones para la autonomía y ha constituido una lucha constante para las comunidades rurales; en algunos casos la autodeterminación fue eliminada a través de lo que Martínez-Luna (2002) denomina como homicidio cultural, pero en muchas otras subyace en todos los ámbitos de la vida comunitaria. En el político a través de la existencia de la asamblea, máxima institución de autoridad en la que se toman acuerdos por consenso, esta dinámica obliga a una participación política activa; además, posibilita la existencia de la comunalidad en la vida social. De acuerdo con Korsbaek (2009: 118), los elementos materialmente estratégicos son el territorio, el trabajo y el poder político comunal; estos posibilitan también la autoderminación en el ámbito territorial. El territorio “constituye la base de la reproducción física y social de cualquier pueblo” (Martínez-Luna, 2002:3). Este tipo de autoderminación ha sido una de las más difíciles de sostener y está completamente vinculada a la posibilidad de la económica. No obstante, para alcanzar esta es necesario primero pasar por la autodeterminación territorial, ya que desde la comunalidad se reconoce que sin territorio no hay pueblo (Martínez-Luna, 2010).

La autodeterminación es un elemento central también en la economía solidaria, explica la existencia de formas de racionalidad alternas que son capaces de construir alternativas económicas propias (Rosas et al., 2013). Como menciona Quijano (2000: 14), en las más recientes prácticas de crecientes sectores sociales atrapados por los procesos de polarización social, la reorientación hacia la solidaridad y resistencia se muestra como una alternativa a la imposición del colonialismo impuesto por el capitalismo. En términos generales, el tipo de sociedad que delinea la economía solidaria plantea que la armonía entre la reproducción natural y social puede lograrse a través de la cooperación humana para la apropiación, utilización, intercambio y desarrollo de las condiciones sociales y materiales. También implica una participación activa en la toma de decisiones políticas, sociales y económicas que derive en un control cooperativo-democrático consciente. El concepto de totalidad de las relaciones naturaleza-sociedad como unidad contradictoria material y social, objetivo y subjetivo, explotador y explotados, permite tener presentes las fuentes de tensión y de crisis en la producción humana.

Siguiendo a Polanyi, Laville (s.f.) plantea cuatro principios para una economía solidaria: 1) el principio de administración doméstica, que consiste en satisfacer sus propias necesidades y las de su grupo; 2) el principio de reciprocidad, que corresponde a las donaciones entre individuos y grupos, en el caso de las comunidades rurales el tequio constituye un trabajo no pagado monetariamente, pero sí retribuido en función del prestigio social; 3) el principio de mercado, que permite el encuentro entre una oferta y una demanda de bienes y servicios intercambiados mediante la fijación de precios; y 4) el principio de la redistribución, en el cual parte de la producción se entrega a una autoridad central que tiene la responsabilidad de distribuirla, lo que supone la existencia de reglas y procedimientos que rigen esta redistribución. Se propone que las organizaciones en la economía solidaria poseen dos características fundamentales: “1) La hibridación de los recursos, que consiste en la combinación de recursos provenientes de diferentes fuentes: donaciones y voluntariado (principio de reciprocidad), financiamiento público (principio de redistribución) y venta de bienes y servicios (principio de mercado); 2) La construcción conjunta de la oferta y la demanda, donde los miembros y usuarios participan en la definición de los servicios en función de las necesidades de los usuarios” (Bastidas-Delgado y Richer, 2001:13,14).

Materiales y métodos

Se seleccionaron once centros ecoturísticos de la Sierra Norte de Oaxaca y dos redes creadas por las propias comunidades para fortalecer la actividad, a fin de analizar el surgimiento y las características de la población y de la organización para la gestión del ecoturismo. A partir de un marco analítico que combinó aspectos de la economía solidaria y la comunalidad se privilegiaron los siguientes aspectos que suelen ser soslayados por la economía convencional: a) Origen y motivos de la actividad ecoturística; b) Organización administrativa del centro de ecoturismo; c) Toma de decisiones y régimen de propiedad; y d) Actores externos y capacidad de generación y gestión de recursos diversos.

Los instrumentos metodológicos que se utilizaron en el diseño y la recopilación de la información fueron:

  1. Observación participante efectuada durante los meses de mayo, junio y julio de 2012.

  2. Once entrevistas semi-estructuradas realizadas a informantes clave (Cuadro 1) durante los meses de octubre y noviembre de 2012.

  3. Mapeo de actores externos (Clark, 2006).

  4. Análisis de redes sociales (ARS) mediante el software UCINET (Borgatti, Everett y Freeman, 2002). Se utilizó la centralidad de intermediación, que es un indicador de la capacidad de ejercer un liderazgo como intermediario (Machin, 2011: 69); se aplicó específicamente para analizar la distribución de los recursos, como capacitación, promoción, infraestructura y logística, que son los más importantes para el desarrollo de los centros y su permanencia en el tiempo (Juárez y Ramírez, 2010).

Fuente: elaboración propia.

Cuadro 1 Informantes clave por centro ecoturístico. 

La información se complementó con datos socioeconómicos proveniente de la Comisión Nacional de Población (CONAPO) y la Secretaría de Turismo del estado de Oaxaca.

Resultados y discusión

La Sierra Norte, ubicada en el norte del estado de Oaxaca, está compuesta por dos distritos políticos, Ixtlán y Villa Alta. El primero cuenta con 51 municipios donde predominan bosques templados, y la Chinantla (14 municipios), con predominio de selvas húmedas y bosques mesófilos. Aquí habitan dos de los grupos étnicos más importantes de Oaxaca: los zapotecos y los chinantecos. De acuerdo con la World Wildlife Fund for Nature (WWF, 2012), este territorio posee gran biodiversidad, ya que no solo tiene la superficie de selvas altas perennifolias más importante de Oaxaca después de Chimalapas, sino que es la más importante de México de bosque mesófilo de montaña; alberga 26 especies en peligro de extinción: cinco de flora, 13 de aves y ocho de mamíferos. 3 Los pobladores dependen del aprovechamiento de productos forestales no maderables, el cultivo de café y la extracción de maderas tropicales. En esta zona también se encuentran Empresas Forestales Comunitarias que son reconocidas a nivel internacional por su buen manejo de bosque certificado por Forest Stewardship Council4

De las 68 comunidades de la Sierra Norte de Oaxaca, alrededor de 80 % presenta índices de marginación alta y muy alta (CONAPO, 2010). La zona de estudio comprende cinco municipios en los que se ubican los centros ecoturísticos, Ecoturixtlan, en Ixtlán de Juárez; Capulalpam de Méndez, en el municipio del mismo nombre; Amatlán, Cuajimolollas y Llano Grande, correspondientes a San Miguel Amatlán; El Punto y Nexicho, en el de Santa Catarina Ixtepeji; Latuvi, Lachatao, Benito Juárez y La Nevería, en Santa Catarina Lachatao (Figura 1).

Figura 1 Ubicación de la zona de estudio (Google-INEGI, 2012). 

De acuerdo con el objetivo del ecoturismo (Coria y Calfucura, 2012) se esperaría que las comunidades que realizan esta actividad estuvieran en mejores condiciones que el resto; sin embargo, esto se cumple parcialmente. De acuerdo con el Cuadro 2, haciendo una comparación entre los índices de marginación de 2005 y 2010, de acuerdo con CONAPO (2010), diez de las once comunidades mantuvieron sus índices de marginación y solo una pasó de medio a alto. El 63 % de las comunidades se encuentran con un índice de marginación entre bajo y medio en un estado como el de Oaxaca que tiene más de 70 % de sus municipios en condiciones de alta y muy alta marginación (CONAPO, 2010); estos índices muestran que los municipios en los que se realiza el ecoturismo están mejor que el promedio.

Fuente: índice de marginación por localidad, CONAPO 2010.

Cuadro 2 Estadísticas socioeconómicas de zona de estudio 

Origen y motivos de la adopción de la actividad ecoturística

En 1986 los pueblos mancomunados estipularon una serie de proyectos a corto, mediano y largo plazo a partir de un plan de desarrollo local, donde se planteó la idea de crear ecoturismo. En 1992 se inicia el sexenio del gobernador del estado, Diódoro Carrasco, quien incorpora como Secretario de Turismo al arquitecto Martín Ruíz Camino, un antiguo amigo de la comunidad de Benito Juárez, quien conocía del plan de desarrollo de los pueblos mancomunados y, a partir de una serie de reuniones con los comuneros, dan inicio a las gestiones para el arranque de los proyectos de ecoturismo.

La primera comunidad que se incorporó a la actividad fue Benito Juárez, con caminatas a las zonas forestales y hacia las comunidades de La Nevería y Cuajimolollas; de acuerdo al informante clave:

“Cuando se inició con la actividad no se cobraba; se les decía “Ahí lo que usted vea”, o sea, lo que quería el pueblo es que se atendiera bien el visitante y ya lo de los costos hasta después se vio. Cuando ya vinieron los cursos, los talleres, todo eso, de ahí ya nos dijeron: “bueno, ya cobren tanto”, porque ya no deben de decir ahí nomás.

Ese mismo año se recibieron recursos en pro de la conservación del Fondo Canadá y de la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte, los cuales se utilizaron para el ecoturismo en Benito Juárez y Cuajimolollas; esta última se incorporaría a esta actividad en 1994 (Figura 2).

Figura 2 Cronología de los centros ecoturísticos de la Sierra Norte de Oaxaca.  

“Bueno, aquí llegaban visitantes, pero invitados por los paisanos que radican en diferentes lugares de la República Mexicana, entonces pues nos damos cuenta de que a estas personas les gustaba el lugar y, bueno, la idea era más que nada el mirador que tenemos aquí, la vista, que es el Ya-cuetzi (nombre zapoteco de la comunidad), pues entonces todavía ni siquiera sabíamos qué era ecoturismo”

Los pueblos mancomunados instan a Ixtlán a elaborar su proyecto de ecoturismo y, derivado de la relación de amistad y de trabajo en el aprovechamiento forestal, en 1996 se crea el Centro Ecoturístico Ecoturixtlán (Figura 2).

En 1998, en la comunidad de La Cumbre, en el municipio de Santa Catarina Ixtepejí, surge otro centro ecoturístico (Figura 2); se hace uso de las cabañas que fueron utilizadas décadas pasadas por la extinta Fábrica de Papel Tuxtepec. La creación del centro ecoturístico también buscaba proporcionar educación ambiental a los visitantes.

Paralelamente, en 1998 se formaliza el centro ecoturístico de La Nevería y se crea Expediciones Sierra Norte (Figura 2), que fungiría como la tour operadora oficial de todos los centros ecoturísticos de los Pueblos Mancomunados. Al año siguiente se formaliza el centro ecoturistico de Latuvi y para el 2000 el de Llano Grande (Figura 2), los dos también de Pueblos Mancomunados. En ese mismo año, a través de las gestiones de Juan Manuel Miñon, un reportero de Televisa originario de la comunidad de San Pedro Nexicho, se accede a un proyecto de SEDESOL con el que se construyen cabañas para dar servicio de hospedaje a los visitantes de la zona, siendo estas administradas por grupos de ciudadanos de esta comunidad, dando origen al centro ecoturístico de Nexicho (Figura 3).

Figura 3 Red de vínculos entre actores incorporados al ecoturismo. 

En 2001 la comunidad de Santa Catarina Lachatao recibe apoyo de lachatenses radicados en la Ciudad de México y Los Angeles, California para crear “La Casa del Turista”, sentando las bases para lo que posteriormente se convertiría en Expediciones Lachatao (Figura 2). Posteriormente, en 2002 la comunidad de San Miguel Amatlán, que también forma parte de Pueblos Mancomunados, se integra formalmente al ecoturismo (Figura 3) y a la operadora Expediciones Sierra Norte.

“Nos han comentado que el proyecto comenzó con la comunidad de Benito Juárez; ahí inició con uno que se llamaba Turist Yu, y ahí vieron que sí funcionó, así que posteriormente comenzaron a hacer cabañas también en otras comunidades de los pueblos mancomunados. Posteriormente, también se incluyó a Amatlán porque vieron que si teníamos actividades qué ofrecerle al cliente, gracias al bosque que tenemos, y fue así que surgió el ecoturismo en la comunidad. Aquí el proyecto se hizo para que ya no emigre la gente”.

En 2004 se crea Turismo Ecológico Comunitario “Capulálpam Mágico” (Figura 2) en la comunidad de Capulálpam de Méndez, a partir de un proyecto que contemplaba el aprovechamiento de la riqueza natural y la generación de empleos.

En 2003 se discutió en la asamblea y de ahí se aprobó que se hiciera todo el proyecto para que se viera la posibilidad de echar a andar el proyecto ya en 2004. A finales de 2003 se elaboró el proyecto y a inicios de 2005 se bajó el recurso y se construyó para que en marzo de 2005 se pusiera en marcha.

En términos generales, el Cuadro 3 muestra las inquietudes de cada comunidad por construir sus centros de ecoturismo; estas giran alrededor de la creación de empleo para aminorar el problema de la migración.

Fuente: elaboración propia con información proporcionada por los entrevistados, 2012.

Cuadro 3 Objetivos iniciales de creación de centros ecoturísticos. 

La comunalidad en la organización del ecoturismo

Una de las características del ecoturismo es la participación activa de los habitantes en los procesos de diseño y puesta en marcha de los mismos. “La participación no solo tiene que ver con lograr la mejor eficiencia y distribución equitativa de los recursos materiales, sino con compartir el conocimiento y la transformación del proceso de aprendizaje en el del servicio de la gente que está desarrollándose a sí misma”5 (Okazaki, 2008).

Los centros ecoturísticos de la Sierra Norte funcionan sin excepción bajo el control de la comunidad a través de la asamblea general comunitaria, que es el espacio donde se deciden los puestos de los comités de ecoturismo o el consejo de administración (caso de Ecoturixtlán). En la asamblea general de comuneros se toman las decisiones estratégicas, es decir, las que tienen que ver con la planeación a futuro, incorporación de nuevas áreas, servicios e infraestructura, mientras que los comités de ecoturismo se encargan de áreas como la gestión y operatividad de los centros de ecoturísticos y también son ellos los responsables de seleccionar al personal laboral, que por lo general son personas de la comunidad.

El ecoturismo en las comunidades indígenas está enmarcado en largos procesos de consenso porque “[l]a comunidad [...] se dirige por el interés del todo” Villoro (2003). Esta mirada hace que los diálogos sean largos y que para la prisa del mundo moderno parecieran eternos. Esta eternidad aparente se debe a que “cada individuo se considera a sí mismo un elemento perteneciente a una totalidad, de manera que lo que le afecta a esta le afecta a él: al buscar su propio bien busca el bien de todo” Villoro (2003:25).

El trabajo de los comités de ecoturismo se basa en el sistema de cargos, que consiste en una serie de responsabilidades comunitarias. Quienes las realizan son personas reconocidas y respetadas por los miembros de la comunidad; los cargos se turnan entre los miembros adultos de la comunidad y generalmente son hombres, aunque también participan las mujeres6 (Cuadro 4). La operación de los centros de ecoturismo está a cargo del comité de ecoturismo, personal laboral permanente y voluntarios. La presencia de mujeres es importante, con una representación de 41 %, sobre todo en trabajos de preparación de alimentos, como camaristas y recepcionistas. Los cargos se van rotando generalmente al cumplir un año, aunque en algunas comunidades estos son cada tres años, los cargos no son remunerados y pueden absorber entre la mitad y la totalidad de las horas laborales (Carlsen, 1999). Sin embargo, en la estructura de los centros de acuerdo con el nivel de afluencia de visitantes, algunos cargos ya son remunerados, fundamentalmente los de las mujeres.

Fuente: elaboración propia con información proporcionada por los entrevistados, 2012.

Cuadro 4 Tipos de cargos y remuneración en los centros ecoturísticos. 

La rotación de los comités de ecoturismo en la Sierra Norte se encuentra determinada por la duración de los cargos, los cuales van de uno a tres años en la mayoría de los casos. El Cuadro 5 muestra un comportamiento heterogéneo de los tiempos y la percepción de ingresos en los centros ecoturísticos.

Fuente: elaboración propia.

Cuadro 5 Características del trabajo en los comités de ecoturismo 

De acuerdo con Okasaki (2008), la participación comunitaria en el proceso de planificación del ecoturismo es necesaria en la implementación de un turismo sostenible. Las características del régimen de propiedad y la organización social de las comunidades indígenas, especialmente en Oaxaca, generan una economía encaminada al autoconsumo como objetivo fundamental, pero también a la acumulación para la compartencia con los demás miembros de la comunidad, en la cual no se tiene un espíritu empresarial capitalista, de acuerdo con Martínez-Luna (2010).

Los centros ecoturísticos de la Sierra Norte cuentan con una gran variedad de infraestructura de servicios como cabañas, restaurantes, salones de usos múltiples, temazcales, tirolesas, museos comunitarios y granjas de truchas, donde a los visitantes se les ofrecen actividades recreativas extremas, como tirolesa, rapel, ciclismo de montaña, hasta otras más relajantes, como caminata, cabalgata, observación de aves, agroturismo, talleres de educación ambiental y acampado al aire libre. Cada uno de estos servicios y actividades se han incorporado a través del tiempo con las participaciones comunitarias a través del tequio, mismas que han surgido como el resultado de la interacción con otros actores externos dentro de un proceso de colaboración y participación con las comunidades.

Incorporación de actores externos e hibridación de recursos

La combinación entre comunalidad y desenvolvimiento del ecoturismo da sentido a una forma de economía que puede estudiarse a través de la economía solidaria; esta se enfoca al estudio de prácticas económicas, resultado de formas de racionalidad económica no capitalista, e identifica elementos como la solidaridad y la reciprocidad en la reorientación de las relaciones sociales y económicas. Laville propone que las organizaciones en la economía solidaria poseen dos características fundamentales: “1) La hibridación de los recursos, que consiste en la combinación de recursos provenientes de diferentes fuentes: donaciones y voluntariado (principio de reciprocidad), financiamiento público (principio de redistribución) y venta de bienes y servicios (principio de mercado); 2) La construcción conjunta de la oferta y la demanda, donde los miembros y usuarios participan en la definición de los servicios en función de las necesidades de los usuarios” (Bastidas-Delgado y Richer, 2001).

De acuerdo con esta perspectiva, a lo largo de la historia de los centros ecoturísticos de la Sierra Norte se incorporaron (y lo siguen haciendo) diversos actores para la generación de servicios. Estos actores (Cuadro 6) han proveído recursos materiales, financieros e intelectuales y otros igualmente valiosos para el desarrollo del ecoturismo, como la gestoría y el cabildeo con las mismas comunidades.

Cuadro 6 Actores identificados. 

En la Figura 3 se puede apreciar la gran cantidad de actores externos que han colaborado para la generación de los servicios ecoturísticos en las comunidades de la Sierra Norte. El tamaño de las figuras representa la cantidad de actores conectados; es decir, las más grandes son los centros ecoturísticos o actores externos con más conexiones y viceversa.El tamaño de las líneas va en proporción a las interacciones; mientras más gruesa la línea, mayor el número de interacciones entre centros ecoturísticos y actores externos, y viceversa.

Instituciones gubernamentales de los tres niveles de gobierno han proveído financiamiento para infraestructura, capacitación y promoción. Prácticamente todos los centros ecoturísticos de Sierra Norte han recibido algún tipo de financiamiento por parte de las instituciones. Las que mayor participación han tenido son la Secretaría de Turismo del Estado de Oaxaca (SEDETUR), la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) y la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) (Figura 3). Le siguen en importancia la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), la Secretaría de Desarrollo Rural (SEDER) y la Secretaría de Economía (Figura 3).

También, diversas instituciones educativas han aportado a los centros ecoturísticos a través de estudios, material intelectual, señalizaciones, anuncios y elaboración de revistas mismas que han servido como promoción. La Nevería es el centro ecoturístico que mayor interacción con instituciones educativas ha tenido, e incluso, ha sido objeto de colaboración con universidades del extranjero como las de Texas y Wisconsin (Figura 3). Las organizaciones no gubernamentales (ONG) han aportado fondos, principalmente para el inicio de los proyectos de ecoturismo y asesoría. Destaca la Fundación Canadá (Figura 3), quien en 1996 fue una de las primeras en apoyar el ecoturismo en la Sierra Norte, fortaleciendo los recién creados centros ecoturísticos de Benito Juárez, La Nevería y Cuajimolollas, y fue la punta de lanza para que se creara Ecoturixtlán. También, el Wold Wild Found (WWF) (Figura 3) ha apoyado al ecoturismo desde la perspectiva de la conservación. La organización religiosa Congregación Mariana Trinitaria (Figura 3) también ha tenido una participación importante al apoyar a cuatro centros ecoturísticos de la Sierra Norte. Algunas empresas privadas han mantenido acuerdos para la promoción de ecoturismo y facilitar acceso a los turistas (Figura 3), aunque el interés ha sido más comercial; estas les han ayudado a fortalecer áreas de la organización, como la información de los mercados.

Las redes de ecoturismo

De acuerdo con Martínez-Luna (2010), la comunalidad se entiende como una forma de vida que se construye por la necesidad de un redescubrimiento y reinvensión social: “somos comunalidad, lo opuesto a la individualidad, somos territorio comunal, no propiedad privada; somos compartencia, no competencia; somos politeísmo, no monoteísmo. Somos intercambio, no negocio; diversidad, no igualdad, aunque a nombre de la igualdad también se nos oprima. Somos independientes, no libres” (Martínez-Luna, 2010:17).

Estos elementos caracterizan la constitución de las dos redes de ecoturismo; estas actúan como operadoras: promocionan, gestionan y dan identidad corporativa a los centros ecoturísticos. Son un ejemplo de las relaciones de cooperación y reciprocidad que caracterizan a la economía solidaria, además de ser un medio de gestión colectiva de los apoyos que brindan las diversas dependencias de gobierno. Las redes son: Expediciones Sierra Norte7 y la Red Integradora de Ecoturismo Sierra Juárez de Oaxaca (RESDJO)8 (Figura 4).

Figura 4 Vinculación de las redes de ecoturismo. 

Expediciones Sierra Norte es una Sociedad de Solidaridad Social (S.S.S.) creada en 1998 para ser la tour operadora oficial de Pueblos Mancomunados: Benito Juárez, La Nevería, Cuajimoloyas, Llano Grande, Amatlán y Latuvi. Las operaciones que en ella se realizan consisten en dar información acerca de los servicios que se ofrecen en los diferentes destinos de Pueblos Mancomunados, sirviendo así como un medio de promoción para las seis comunidades y las rutas que las interconectan.

Expediciones Sierra Norte da personalidad jurídica ante la ley e identidad corporativa, sin perder la autonomía de cada centro de ecoturismo. También es a través de Expediciones Sierra Norte que los centros han realizado gestiones para la mejora de los servicios, como recientemente lo hicieron al certificarse en la Norma Mexicana de Ecoturismo NMX-133 y la obtención del distintivo “M” de calidad en servicios de turismo. Expediciones Sierra Norte forma parte de la estructura orgánica de las empresas de los Pueblos Mancomundados; el responsable de la coordinación general es un puesto que la Asamblea General de Comuneros designa como cargo remunerado, el cual tiene una duración de tres años. También cuenta con personal administrativo que se compone de una secretaria, dos auxiliares y un asesor jurídico, puestos que son ocupados por personas de los Pueblos Mancomunados y que son aprobados también por las autoridades comunitarias.

Conclusiones

Los resultados evidencian la existencia de dinámicas económicas que están lejos de la racionalidad económica, que vislumbra la economía convencional y muestra que la participación de la comunidad en la construcción de los centros de ecoturismo es fundamental para determinar el rumbo de la actividad. Los alcances del ecoturismo dependen de la forma en la que se gestione cada centro y de la existencia de comunalidad. La interacción con actores externos se encuentra fuertemente ligada a la forma en la que en estas comunidades se adoptó esta actividad; en términos generales, la autodeterminación de la que habla la comunalidad se encuentra en cada uno de los 11 casos a través de la determinación de la asamblea general.

La existencia del ecoturismo en las comunidades indígenas estudiadas está vinculada a la necesidad de tener opciones de empleo para disminuir la migración; se busca una opción para que permanezca la comunidad en el tiempo. La sujeción de la actividad ecoturística a la Asamblea General de Comuneros es parte de la dinámica social que se vive en estas comunidades, a través de las decisiones estratégicas consensuadas, el rumbo de esta actividad económica de conservación asegura la vinculación de lo social, lo económico y lo ecológico. La comunalidad es una manera de vivir, pensar y hacer que determina el rumbo de estas pequeñas sociedades. El tipo de trabajo no remunerado también es parte de la comunalidad, pero también evidencia la existencia de una economía solidaria.

En todos los casos el ecoturismo nació con el trabajo no remunerado de los fundadores de la actividad y se mantiene todavía con aproximadamente 60 % de los centros de ecoturismo estudiados sin remuneración económica. Un cambio importante en las comunidades tiene que ver con la participación de la mujer, puesto que anteriormente solo los hombres podían detentar cargos.

La capacidad que han desarrollado las comunidades para interactuar con diversos actores externos muestra un proceso de aprendizaje que los ha llevado a mantenerse en este sector. Este ha sido uno de los elementos de discusión al momento del análisis de los alcances del ecoturismo (Coria y Calfucura, 2012 y Okazaki, 2008). De los once casos analizados, el nivel de desarrollo de la actividad difiere y esto tiene que ver con la perspectiva con la que la comunidad maneja la actividad, si realmente la concibe como una alternativa o como una actividad más de subsistencia; en este sentido, la lógica campesina juega un papel determinante. No obstante, además de mostrar la capacidad de organización y la cooperación entre los diferentes centros, los cuales no compiten entre sí, la existencia de las dos redes de ecoturismo potencializan las diferencias entre ellos y benefician a todos los participantes.

La economía solidaria puede ayudar a explicar la necesidad de obtención de recursos externos para realizar dicha actividad y nos informa de la existencia de una economía que no se rige por la perspectiva convencional.

Agradecimientos

Agradecemos las facilidades y la información que las autoridades comunales de las once comunidades rurales, los comités de ecoturismo y las redes de ecoturismo: Expediciones Sierra Norte y la Red Integradora de Ecoturismo Sierra Juárez de Oaxaca nos hicieron favor de proporcionar.

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5Traducción libre de los autores

6En algunas comunidades indígenas de México las mujeres llevan a cabo cargos y forman parte funda mental de las decisiones, ante la ausencia de los hom bres por la migración.

7Expediciones Sierra Norte es la operadora turística de los seis centros ecoturísticos de los Pueblos Man comunados: Benito Juárez, La Nevería, Cuajimolo yas, Llano Grande, Amatlán y Latuvi.

8La REDSJO es la red de ecoturismo que conjunta los centros ecoturisticos de la Sierra Norte: Capulal pam, Ecoturixtlan, Lachatao, La Cumbre Ixtepeji y San Pedro Nexicho.

Recibido: 01 de Octubre de 2014; Aprobado: 01 de Enero de 2016

*Autor responsable

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