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Agricultura, sociedad y desarrollo

versión impresa ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.13 no.2 Texcoco abr./jun. 2016

 

Artículos

Evaluación (con perspectiva de género) del programa de igualdad de la SEMARNAT 2013 en México

B. Gilliana Alcaraz-Vargas1 

M. Aidé Núñez-Vera2 

J. Antonio Hernández-Moreno3 

1 Centro Regional Centro Occidente, Universidad Autónoma Chapingo. Reforma No. 11, Tulantongo, Texcoco, Estado de México. México. 56217. (alcarazbg@gmail.com).

2 Centro Regional Centro Occidente, Universidad Autónoma Chapingo. Periférico paseo de la república No. 1000, Col. Lomas del Valle, Morelia, Michoacán. México. 58000. (miri_nuve@yahoo.com.mx).

3 Ciencias Forestales, Colegio de Posgraduados Campus Montecillo. Carretera México-Texcoco Km 36.5, Montecillo, Texcoco, Estado de México. México. 56230. (tecnobiosfera@gmail.com)


Resumen:

Las políticas públicas para mujeres en México se centran en la inclusión de la perspectiva de género en los programas y proyectos gubernamentales que promueven el desarrollo. Su estrategia es la transversalización de la equidad de género. Una de las instituciones de gobierno que tiene este mandato es la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, mediante el programa de Igualdad de Género y Sustentabilidad Ambiental. El presente trabajo aborda un análisis del nivel de incorporación de esta perspectiva en el diseño, operación y ejecución del programa de referencia, mediante la implementación de una metodología de verificación de género para programas sociales. La política de Igualdad de Género en el sector medio ambiente se enfoca en las necesidades prácticas de las mujeres, por lo que atiende las actividades para el sustento familiar; es una estrategia que requiere integrarlas en el proceso de planeación y aplicación de la política pública, con el apoyo de los diferentes actores sociales.

Palabras clave: medio ambiente; políticas públicas; transversalidad

Abstract:

Public policies for women in México are centered on the inclusion of the gender perspective in the government programs and projects that promote development. Their strategy is the mainstreaming of gender equality. One of the government institutions that have this mandate is the Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, through the Gender Equality and Environmental Sustainability program. This study approaches the analysis of the level of incorporation of this perspective in the design, operation and execution of the program of reference, through the implementation of a methodology of gender verification for social programs. The policy of Gender Equality in the environmental sector is focused on the practical needs of women, which is why it addresses the activities for family sustenance; it is a strategy that requires integrating them into the process of planning and implementation of the public policy, with the support of different social actors.

Keywords: environment; public policies; mainstreaming

Introducción

El debate sobre mujer y medio ambiente comenzó a incluirse en la agenda política durante los años noventa del siglo XX, como tarea para todos los gobiernos del mundo, emanada de cumbres internacionales. El acelerado proceso de degradación ambiental impulsó la necesidad de analizar el impacto actual que genera de manera diferenciada el modelo económico en mujeres y hombres. Esta discusión se sustenta en un debate que a nivel mundial se inicia en los años setenta, con la demanda de incluir la categoría de género en el análisis público. Hasta entonces la diferencia sexual no era abordada como una forma de comprender la realidad, y el sexo se consideraba únicamente como una categoría descriptiva de la población (Incháustegui, 2012). A partir de la presión social que representó el movimiento feminista a nivel mundial y a los estudios que se basan en el análisis de la organización social de la diferencia sexual, se describe y reconoce una nueva forma de desigualdad social.

La categoría género ha tenido el objetivo de contribuir a mejorar la equidad entre mujeres y hombres e impulsar su ciudadanía plena. Esta iniciativa demanda un enfoque integrado por poderosos componentes político-institucionales que reviertan la distorsionada distribución de oportunidades por género. Hombres y mujeres tienen condiciones, situaciones y necesidades diferentes, que deben considerarse y reflejarse en las políticas públicas (Incháustegui, 1999).

En este sentido las políticas públicas deben considerar la inclusión del enfoque de género en todos aquellos programas de gobierno que promueven el desarrollo humano. A esta estrategia se le conoce como Transversalidad1 de género. Una de las dependencias de gobierno en México que tienen este mandato es la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), mediante el programa de Igualdad de Género y Sustentabilidad Ambiental. Su principal objetivo es: “Institucionalizar la perspectiva de género en las políticas públicas de la Secretaría y de sus órganos sectorizados, y asegurar la transversalidad de la misma en el marco de sus atribuciones, a fin de garantizar el adelanto de las mujeres y la igualdad de género en cada uno de los ámbitos y retos de la agenda ambiental” (SEMARNAT, 2008).

Según Ruiz y López (2003), el surgimiento de esta iniciativa comienza en México en 1998 con la participación de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP), la Comisión Nacional de la Mujer (CONMUJER) y la Red Mujer y Medio Ambiente, quienes fueron un detonador que delineó los pasos a seguir para la adopción del enfoque de género en las políticas públicas ambientales en México. Posteriormente se concretó, entre otras cosas: La Declaración para la Equidad de Género y el Plan de Acción o Programa de Trabajo de Equidad de Género de la SEMARNAP; la creación de una Dirección de Equidad de Género y Medio Ambiente (dentro de la Unidad Coordinadora de Participación Social y Transparencia) y finalmente el Programa Especial de Equidad de Género, Medio Ambiente y Sustentabilidad (2000-2006) de la SEMARNAT (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales). El programa continuó en el periodo administrativo 2007-2012; finalmente en 2013 aunque con algunos cambios significativos, el proyecto continúa.

Con la adopción de la estrategia de Transversalidad de Género en México, el Programa de Igualdad de la SEMARNAT, es una de tantas iniciativas que se han implementado a nivel institucional. Menciona Aranda (1993) que las mujeres han sido sujeto de muchos programas y acciones implementados a través de diversos planes sectoriales, pero sin un diagnóstico y una política general que planifique y oriente el conjunto de las acciones del sector público hacia la transformación de su situación. En evaluaciones anteriores se ha demostrado que las políticas de género planteadas en México, distan mucho de ser un instrumento que verdaderamente ataque de fondo la situación que viven las mujeres, puesto que se cree que el desarrollo es igual para todos los individuos y se proponen políticas que las afectan negativamente y reproducen los roles de género (Núñez, 2007).

La evaluación de política pública con perspectiva de género cobra importancia, ya que al evaluar los programas desde esta perspectiva se podrán modificar sus estructuras, de tal manera que se identifiquen las diferentes necesidades de ambos sexos, y así se puedan conseguir mejores resultados al otorgar a cada uno lo que realmente necesita, logrando con ello hacer eficiente el uso de los recursos del Estado (Zamudio y Núñez, 2011). La perspectiva de género debe ser incorporada en todo el ciclo del desarrollo de programas, planes y proyectos gubernamentales (planeación, seguimiento y ejercicio presupuestal), a fin de evaluar los posibles efectos que pueden tener estas acciones en los grupos vulnerables y tomar medidas adecuadas para su disminución, siempre tomando en cuenta los diferentes roles, necesidades y responsabilidades de mujeres y hombres. Lo anterior es indispensable, dado que la falta de consideración de la dimensión de género puede ocurrir tanto a la hora de diseñar las políticas como en el momento de traducir las mismas en un reparto concreto de los recursos entre las diferentes necesidades sociales (Zamudio y Núñez, 2011).

Para la realización del presente trabajo de investigación se plantearon los siguientes supuestos: 1) La incorporación de la perspectiva de género al programa de Igualdad de la SEMARNAT es una estrategia que atiende las demandas prácticas de las mujeres sin integrarlas en el proceso de planeación y aplicación de la política pública; 2) La instrumentación de la perspectiva de género en la Secretaría es un mecanismo que redujo las desigualdades laborales entre mujeres y hombres; 3) El diseño del programa de Igualdad de género con que cuenta la SEMARNAT no contó con la participación de los diferentes actores sociales para proponer, desde cada una de sus perspectivas, las demandas y necesidades sociales.

En este sentido el objetivo general del trabajo fue: Evaluar desde la perspectiva de género la eficiencia y eficacia2 en la planeación, seguimiento y ejercicio presupuestal del programa de Igualdad de Género de la SEMARNAT (2008), a través de una metodología de verificación de género en programas sociales. Para ello, se realizó una valoración del grado de incorporación de la perspectiva de género en cada una de las etapas antes mencionadas, una evaluación comparativa y analítica de la estructura laboral vigente de la SEMARNAT, en la Delegación del estado de Michoacán y finalmente se elaboró una propuesta de política ambiental en materia de equidad de género, que incorpore la participación de la sociedad civil, el sector académico y las instituciones involucradas en el tema.

Capítulo Descriptivo y Metodológico

Programa sujeto de estudio

En el año 2002, se formuló el programa Equidad de Género, Medio Ambiente y Sustentabilidad, posteriormente en 2007 se integró el Programa Hacia la Igualdad de Género y Sustentabilidad Ambiental 2007-2012, a partir del cual en 2008 se operó un programa de subsidios. Éste programa se operó a través de Lineamientos, con recursos exclusivos para el otorgamiento de apoyos a grupos formados mayormente por mujeres. En 2013 el programa tuvo cambios. Para entonces se fusionaron la Dirección de equidad de género, la Dirección de Pueblos Indígenas y el Área de Jóvenes Hacia la Sustentabilidad Ambiental para operar, las tres anteriores, con Lineamientos únicos.

El objetivo principal del programa es: apoyar a grupos de mujeres, pueblos indígenas y jóvenes, a través de subsidios de capacitación o inversión para proyectos de conservación y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales orientados a determinar y revertir el deterioro ambiental y la pérdida de biodiversidad ocasionado por los efectos del cambio climático, así como, desde la perspectiva de género, promover su desarrollo humano y la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.

Los subsidios se otorgan para operar proyectos de capacitación, inversión o una combinación de ambos:

  • Capacitación: apoyo económico destinado al fortalecimiento y desarrollo de las capacidades de las y los beneficiarios, para la administración, gestión y organización de proyectos de conservación, aprovechamiento sustentable y conservación de los recursos naturales. Los gastos relacionados con este concepto son para facilitar la impartición de la capacitación, viáticos y transporte de los técnicos o expertas (os) especializadas (os) en el tema asociado al proyecto.

  • Inversión: Apoyo económico destinado a la compra de materiales, herramientas, maquinaria o construcción de infraestructura necesaria para la ejecución del proyecto o para dar continuidad a proyectos que, por sus características, requieran de inversión específica.

Las categorías técnicas de apoyo se agrupan en dos: adaptación, con la que se otorgan proyectos encaminados al manejo integral del agua, conservación y restauración de suelos, y suficiencia alimentaria; y mitigación, principalmente con proyectos relacionados con el consumo eficiente de energía y el tratamiento de residuos sólidos. Así mismo se apoyan proyectos para el fortalecimiento de procesos organizativos y de gestión.

Como complemento y parte de las acciones de capacitación, se lleva a cabo una estrategia de sensibilización sobre derechos humanos, género y masculinidad en el contexto del desarrollo sustentable, dirigida a los grupos de mujeres y pueblos indígenas. Ésta será impartida por una organización de la sociedad civil seleccionada por la SEMARNAT, con base en la publicación de una convocatoria y la realización de un proceso de selección y dictaminación que llevará a cabo la Unidad Coordinadora de Participación Social y Transparencia (UCPAST), conforme a los Lineamientos para el otorgamiento de subsidios a organizaciones de la sociedad civil publicados en la página web de la SEMARNAT.

De acuerdo al Programa, el problema que se busca atacar está relacionado con el limitado e inequitativo acceso que tienen las mujeres rurales a: los recursos productivos y tecnológicos, a la disponibilidad de fuentes de financiamiento, a la asesoría técnica y a la capacitación, a la información sobre procesos organizativos y de acercamiento a los programas de desarrollo y, entre otras cosas, a la participación en los órganos de decisión comunitaria y social. Estas limitaciones, aumentan la vulnerabilidad de las mujeres ante la amenaza que representan los efectos ambientales del cambio climático; ya que sus consecuencias, tales como el deterioro ambiental y la pérdida de la biodiversidad, intensifican la problemática social, económica y ambiental.

Metodología de análisis

La metodología de estudio fue la propuesta por Zamudio y Núñez (2011) para la verificación de Género en Programas Sociales, y cuyo marco referencial es el enfoque de género. De acuerdo con su planteamiento, esta metodología permite verificar si los proyectos y programas sociales cuentan con, o instrumentan la perspectiva de género. Para ello se propone la incorporación de indicadores que permitan identificar si se incluye e integra esta perspectiva en las diferentes etapas.

Para conocer la transversalización de la perspectiva de género en la Secretaría y en el programa de subsidios, se analizaron tres fases: planeación, seguimiento y asignación presupuestal del programa de Igualdad, sobre cuatro aspectos fundamentales del enfoque de género: condición, posición, acceso y control de los recursos. Se realizó un análisis de la perspectiva de género en el programa; un análisis de la estructura laboral y de sueldos en la SEMARNAT Delegación Michoacán, en la que se incluyó además un análisis de la percepción de género en las trabajadoras y los trabajadores. Finalmente con base en un análisis teórico, se concluyó una propuesta de política ambiental con equidad de género para México.

Para realizar el análisis de la perspectiva de género en el programa se aplicaron, para cada fase mencionada, un conjunto de indicadores que permitieron evidenciar los cambios que el programa pudo generar sobre la condición y posición de las mujeres y hombres. Para ello se construyó una matriz de verificación de Género, misma que se presenta en el Cuadro 1.

Cuadro 1 Matriz de Verificación de Género para evaluación del programa de igualdad de la SEMARNAT. 

Perspectiva de género Condición (necesidades prácticas) Posición (necesidades estratégicas) Acceso a los recursos Control de los recursos
Planeación ¿Son contempladas las necesidades y especificidades de las mujeres en la definición y planeación del Programa? ¿El Programa está dirigido a atender algunas de las siguientes necesidades básicas de las mujeres: alimentación, salud, empleo, agua, combustible, cuidado de los hijos, educación, tecnología mejorada, capacitación, vivienda, ejercicio de derechos, medidas en contra de la violencia, disminución de la carga de trabajo, entre otras? ¿El programa considera que las organizaciones que asesoran los proyectos estén integradas por especialistas en cuestiones de género? ¿El Programa tiene mecanismos para medir el impacto en las mujeres? ¿Qué mecanismos se han empleado para verificar si se ha propiciado un cambio en el conocimiento de las necesidades prácticas y estratégicas de las mujeres así como en las relaciones de poder? ¿Cuáles? ¿Qué resultado se ha obtenido? ¿Qué mecanismos se han empleado para verificar si se ha modificado la situación en el acceso, uso y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, así como en la correcta formación en materia de igualdad de género y su vinculación con la conservación y el manejo sustentable de los recursos naturales entre mujeres y hombres? ¿Las mujeres especialistas en género se han involucrado en el diseño, planeación y ejecución del Programa desde las concepciones de la perspectiva de género? ¿Se atiende a modificar los roles y estereotipos de género? ¿El Programa estimula el reconocimiento económico y social de las mujeres, toma de decisiones sobre sí mismas y en la familia, comunidad y región, acceso a la propiedad de la tierra, representación política, entre otras? ¿Los proyectos de capacitación consideran la inequidad entre las mujeres y hombres y la no discriminación en el acceso y uso de los recursos? ¿De qué manera las mujeres participan en los proyectos? ¿las mujeres tienen acceso a los recursos? ¿Para la planeación de los proyectos, se toma en cuenta el trabajo productivo y reproductivo que realizan las mujeres dentro y fuera del hogar? En el diseño del proyecto ¿se tienen definidas acciones para que las mujeres accedan a las opciones de desarrollo y a las posibilidades de hacer uso de sus capacidades y decidir sobre los recursos?
Seguimiento Si las mujeres participan activamente en los proyectos ¿Qué mecanismos se han empleado para verificar si se han redistribuido las labores que hacen diariamente (sea trabajo reproductivo y productivo) y cómo lo hacen? ¿Cómo se verifica el impacto de las mujeres después de recibir el apoyo? ¿Cómo se verifica que haya mejorado la calidad de vida de las mujeres y sus familias? ¿Cómo se verifica que se atiendan las necesidades reales de las mujeres rurales en México? ¿Cuánto tiempo les lleva a las mujeres implementar el proyecto? ¿Qué le implica hacer o dejar de hacer en sus actividades diarias para llevarlo a cabo? ¿Se cuenta con procedimientos para medir el impacto de los proyectos en mujeres y hombres? Si no se logra obtener el o los impactos deseados, ¿Se toman acciones para revertir este resultado? ¿Cómo se hace para conocer qué piensan los familiares (hijos, parejas, padres, etc.) de las actividades que hacen las mujeres en los proyectos? ¿Cómo se verifica qué ventajas y desventajas ha traído para las mujeres participar en el programa? ¿Qué mecanismos se siguen para certificar cuáles son las decisiones más importantes que las mujeres han tenido que tomar? ¿Con el programa, las mujeres han podido acceder a más tierra, recursos forestales, entre otros? ¿Cómo se verifica? ¿Cómo se verifica la distribución del tiempo de las mujeres que participan en los proyectos? Han aumentado o disminuido sus jornadas de trabajo? ¿Cuánto tiempo? ¿Cómo se verifica? ¿En qué actividades ha aumentado o disminuido? ¿Cómo se verifica? ¿Qué mecanismos hay para verificar que las mujeres comprendieron, asimilaron e hicieron consciente la información recibida? ¿Qué seguimiento se da para conocer si los proyectos han permitido a las mujeres tomar decisiones en la familia y en la comunidad? ¿Las mujeres reciben capacitación para el impulso a proyectos productivos, administración, comercialización? ¿Cómo se verifica?
Asignación presupuestal ¿Qué porcentaje del presupuesto de SEMARNAT representa el programa de Igualdad de Género? ¿Cómo ha ido cambiando históricamente el presupuesto del programa desde sus inicios? ¿Qué presupuesto se ha asignado al programa de igualdad en el estado de Michoacán? ¿Qué porcentaje del presupuesto asignado es utilizado para crear una conciencia sobre las necesidades prácticas y estratégicas de las mujeres? ¿El presupuesto asignado ha sido suficiente? ¿Qué porcentaje del presupuesto asignado es utilizado para proyectos de capacitación que identifiquen las necesidades reales de las mujeres? ¿Qué porcentaje del dinero asignado a la Dirección de Equidad de Género es utilizado para incorporar en él la perspectiva de género por medio de la participación de especialistas en el tema? ¿Qué cantidad de dinero se ha invertido para que las mujeres aprendan a tomar decisiones frente a los grupos de capacitación, en sus familias y en la comunidad? ¿Qué cantidad de dinero se ha invertido para que las mujeres aprendan a tomar decisiones frente al acceso, uso y conservación de los recursos naturales de su comunidad? ¿Qué cantidad de dinero se invierte en cada mujer capacitada? ¿Es suficiente el monto asignado para que los proyectos sean exitosos? ¿Los resultados obtenidos han tenido impactos positivos en su persona, familia y comunidad? ¿Cuáles han sido los proyectos más exitosos? ¿Cuánto dinero reciben? ¿En qué municipios del estado de Michoacán se encuentran? ¿Cuántas mujeres agrupan? ¿Qué cantidad de dinero se invierte para dar continuidad a los proyectos? ¿Con los proyectos de capacitación, las mujeres logran identificar sus necesidades reales y acceder a los medios y recursos para cubrirlas? ¿Con los proyectos ofertados por el programa, las mujeres logran tener acceso y control sobre los recursos naturales de su comunidad?

Para responder a las interrogantes planteadas en la Matriz de Verificación de Género, en un primer momento se realizó un análisis documental, que incluyó, entre otras cosas, explorar las siguientes fuentes:

  • Lineamientos para el otorgamiento de subsidios a grupos de mujeres, pueblos indígenas y jóvenes, con perspectiva de género, así como Lineamientos de subsidio a Organizaciones de la Sociedad Civil; ambos correspondientes al ejercicio 2013 y publicados en la página electrónica de la SEMARNAT.

  • Anexos Técnicos de los Lineamientos, tanto para el subsidio a Grupos como a Organizaciones. Anexos respecto a la “Mecánica de Operación de los Lineamientos para el Otorgamiento de Subsidios para Grupos de Mujeres, Pueblos Indígenas y Jóvenes con Perspectiva de Género”;

  • Listado de Grupos Beneficiarios de proyectos de los subsidios para grupos y Organizaciones, ejercicio 2013.

  • Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio 2013.

Posteriormente se aplicó una entrevista semiestructurada a un funcionario de la SEMARNAT, con quien se pudo sondear la etapa de diseño del programa. En cuanto al análisis de la estructura laboral y de sueldos, así como la percepción de género de las y los trabajadores de la delegación, se realizó a través de la aplicación de un cuestionario con preguntas semiabiertas y abiertas, que permite recabar información segregada por sexo sobre las características del personal. La encuesta abarcó datos generales como: lugar donde radican, estado civil, nivel de escolaridad y profesión; también se pudo indagar sobre el área, puesto y nivel que ocupan mujeres y hombres dentro de la Secretaría. Otro apartado cuestiona el nivel de acceso a los recursos en mujeres y hombres, sus capacidades y las actividades que realizan, la capacitación que reciben y reconocimientos o estímulos por el trabajo. Finalmente, con el cuestionario se indagó sobre posibles reconocimientos o reclamos recibidos por su desempeño laboral, así como en los ámbitos personal y familiar.

Finalmente, la propuesta de política ambiental para mujeres se realizó considerando los resultados obtenidos, y se hizo una revisión teórica de algunos estudios que han realizado proposiciones similares a fin de cotejar información.

Resultados y Discusión

Verificación de género en el programa de igualdad de la SEMARNAT para el ejercicio 2013

En este apartado se presentan textualmente los resultados obtenidos con la Matriz de verificación de Género. Respecto a la etapa de planeación, el análisis cualitativo valoró que no se cuenta con una perspectiva de género, ya que atiende al modelo de Mujeres en el Desarrollo (MED), en el cual se integran a las mujeres a los procesos definidos del sistema económico mundial sin considerar sus necesidades. Es un programa que no considera las necesidades reales de las mujeres y las sigue tratando como si fueran un elemento aislado de la sociedad. Las relaciones sociales son relaciones de género, por lo que no se puede tomar de forma aislada a las mujeres, puesto que viven dentro de una sociedad con tradiciones, estereotipos y roles de género que han sido asignados, y en donde se deben tomar en cuenta las relaciones intra e intergénero para lograr modificaciones en el entorno social que no permitan su segregación, y así lograr una mayor equidad.

La incorporación de la perspectiva de género al Programa de Igualdad de la SEMARNAT, es una estrategia que atiende las demandas prácticas de las mujeres sin integrarlas en el proceso de planeación y aplicación de la política pública. Los programas planteados desde el MED se enfocan en la atención de aquellas necesidades que mujeres y hombres experimentan desde su rol asignado, y que son fruto de responsabilidades cotidianas, como una respuesta a las condiciones materiales inmediatas.

Los principales temas de los proyectos apoyados con el programa tienen que ver con: el consumo eficiente de energía (estufas ahorradoras de leña); el manejo integral del agua (construcción de cisternas de ferro cemento para captación de agua pluvial); la seguridad alimentaria (construcción de huertos orgánicos); tratamientos de residuos sólidos; conservación y restauración del suelo; y el fortalecimiento a la organización y gestión comunitaria. Estas acciones atienden sólo necesidades prácticas que no son exclusivamente de las mujeres; sin embargo, debido a la construcción social que existe al respecto, se identifican como necesidades y actividades de ellas.

Un aspecto importante que se identificó fue el caso de la integración de los grupos beneficiados. El programa propone la participación de mujeres y hombres para la integración de los grupos; sin embargo, esta acción podría estar sesgando algunos aspectos como el interés, colaboración, intervención, incluso toma de decisiones de las mujeres en el programa, por lo que resulta necesario un estudio en particular respecto a la incidencia de la participación de varones en grupos de mujeres.

En términos ambientales el programa, con su escasa asignación de presupuesto, procura detener y revertir el deterioro de los recursos naturales y la pérdida de la biodiversidad, causados por los efectos del cambio climático, que a su vez, estos se han propiciado con el modelo económico actual; lo anterior a través del desarrollo humano y la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. En este sentido, se intenta trabajar con las mujeres rurales y las actividades sociales que tienen asignadas con base en roles, a fin de intervenir con proyectos de conservación y protección de los recursos naturales. Sin embargo, aunque se conoce que las mujeres tienen un triple rol (pues ellas realizan labores en el hogar, en el traspatio o incluso en la parcela, labores en la comunidad, y muchas veces también labores productivas o en el trabajo asalariado), el Programa de Igualdad no considera, por ejemplo ¿qué acciones se tomarán para evitar que haya un aumento en las cargas de trabajo?, o ¿qué acciones se tomarán con los varones para que ellos cambien sus esquemas y estereotipos de género? El programa contempla a las mujeres como administradoras eficientes de los recursos y fuente inagotable de trabajo.

Por otro lado, se considera que el programa impone mayores exigencias a las mujeres frente a los nuevos compromisos que adquieren y a los conocimientos que deben tener (en los casos de proyectos con infraestructura), con lo que se les imponen mayores cargas de trabajo, sin cambiar sus condiciones económicas y sociales.

Respecto a la capacitación, el programa destina alrededor de 30 % del recurso total aprobado en este rubro. A través de organizaciones de la sociedad civil, se llevan proyectos de formación a los grupos beneficiados, en los que se tocan los siguientes temas: derechos humanos de mujeres y hombres; género (equidad, igualdad y empoderamiento); masculinidad (relación de los hombres con los recursos naturales a partir de su construcción de género y relación de poder y violencia); y desarrollo sustentable (acceso, uso, manejo de los recursos naturales y las relaciones de género); huella ecológica de hombres y mujeres; Impactos ambientales, sociales y económicos derivados del cambio climático, analizados desde la perspectiva de género). Sin embargo, esta acción no contempla estrategias que impliquen medidas tendientes a que las mujeres campesinas discutan, comprendan y se organicen para transformar el origen y los efectos de la desigualdad sexual.

Otro punto importante es la cuestión del seguimiento y la verificación de los apoyos. Con el análisis realizado a través de la matriz de verificación de género se pudo observar que no existen mecanismos de revisión en campo ni mecanismos de verificación que den cuenta de los impactos sociales que el Programa está presentando. Por ejemplo, ¿qué ventajas o desventajas ha tenido para las mujeres la implementación de los proyectos?, ¿las mujeres están comprendiendo y asimilando la información recibida?, o ¿en qué medida ha aumentado o disminuido sus cargas de trabajo? Es necesaria la implementación de una etapa de verificación a corto, mediano y largo plazo, que confronte y dé cuenta del avance o empeoramiento en la implementación del programa.

En cuanto a la asignación presupuestal, el Presupuesto de Egresos de la Federación 2013, el Sector Medio Ambiente y Recursos Naturales correspondiente al Ramo Administrativo No.16, tuvo un presupuesto de 56 471.2 millones de pesos, de los cuales la SEMARNAT (Sector Central) recibió la cantidad de 5610 millones de pesos. De esta cantidad, al Programa de Igualdad le correspondió apenas 0.6 % equivalente a 35 millones de pesos.

Un análisis histórico de los recursos asignados de 2008 hasta 2014, muestra que la tendencia general durante este periodo fue de aumento. En el primer año el presupuesto asignado fue de 9.7 millones de pesos; para 2011 este presupuesto se duplicó y alcanzó los 18.6 millones de pesos; en 2012 y 2013 tuvo nuevamente un aumento significativo con alrededor de 30 millones de pesos; para 2014 la tendencia cambió, puesto que el presupuesto logrado en los años anteriores presenta una caída drástica prácticamente a la mitad de los dos años anteriores, a 14 millones de pesos.

La cantidad proporcional invertida en cada integrante de grupo varía considerablemente, pues aunque es un monto fijo, el número de participantes va entre 15 y 30. Si hacemos un análisis del recurso total asignado a los grupos de mujeres y lo dividimos entre las mujeres beneficiadas, un promedio aproximado es de 5 mil pesos por persona. Cabe recordar que este recurso no lo reciben individualmente, pues está destinado a inversión, asistencia técnica y sensibilización.

Respecto al presupuesto que se asigna para sensibilización y formación de grupos, del total de presupuesto asignado a través de Lineamientos, tanto para los grupos de mujeres como para Organizaciones de la Sociedad Civil en el ejercicio 2013, alrededor de 9 % fue asignado para este fin lo que a nivel nacional representa casi 3 millones de pesos.

La cobertura del programa se extiende a los 31 estados de la República Mexicana (Figura 1); atiende ejidos, comunidades, localidades y municipios, preferentemente aquellos que forman parte de los 400 municipios del sistema Nacional para la Cruzada Nacional contra el Hambre (CNCH) (estrategia de inclusión y bienestar social, cuyo propósito es la con servación de los activos naturales de la población en general y la generación de oportunidades productivas enfocadas al aseguramiento de su alimentación, prin cipalmente), listado publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 22 de enero de 2013. La población objetivo del programa son mujeres y hom bres, pueblos indígenas y jóvenes.

Fuente: elaboración propia a partir de información tomada del Listado de grupos beneficiarios de proyectos de los subsidios para grupos de mujeres, pueblos indígenas y jóvenes, ejercicio 2013. SEMARNAT.

Figura 1 Distribución de proyectos aprobados por el programa de Igualdad de la SEMARNAT a nivel nacional, para el ejercicio 2013. 

Los proyectos con mayor demanda fueron aquellos que apoyan actividades para la reproducción familiar, que se refiere al consumo eficiente de energía a través del uso de estufas ahorradoras de leña (Figura 2). Estos resultados exhiben la poca disminución de la desigualdad de género que existe en el medio rural con estos proyectos, ya que como lo menciona Núñez (2007), propicia una destreza mayor de las mujeres en las tareas del ámbito doméstico.

Fuente: elaboración propia a partir de información tomada del Listado de grupos beneficiarios de proyectos de los subsidios para grupos de mujeres, pueblos indígenas y jóvenes, ejercicio 2013, SEMARNAT.

Figura 2 Distribución porcentual de los proyectos aprobados a nivel nacional, según giro. Ejercicio 2013. 

Estructura laboral y de sueldos de trabajadoras (y trabajadores) de la SEMARNAT, Delegación Michoacán, así como percepción de género

La Delegación de la SEMARNAT en Michoacán está integrada por 32 empleados con puesto de confianza, 10 mujeres y 19 hombres (3 vacantes hasta la fecha de consulta). Considerando la percepción neta de las y los funcionarios en esta Delegación, se hizo una categorización para conocer la composición de género de los puestos con ingreso más bajo a los puestos con ingreso mayor. Se encuentró que 3 % pertenece a la categoría de funcionarios, 53 % a mandos medios, y 44 % a operativos (no se están considerando empleados que tienen un ingreso menor a 7000, y que también son trabajadores operativos de la delegación, debido a que esta información no nos fue proporcionada) (Figura 3).

Fuente: elaboración propia con información del Directorio Institucional de la SEMARNAT y la Información disponible en el Portal de Obligaciones de Transparencia del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (ifai).

Figura 3 Participación de mujeres y hombres por puesto de trabajo en la Delegación Michoacán de la SEMARNAT, 2014. 

Los puestos en los que se concentran las mujeres corresponden a los más bajos. Por su parte los varones estan distribuidos en la totalidad de los puestos, incluyendo las coordinaciones y subdelegaciones, donde están los puestos mejor remunerados (Figura 4).

Fuente: elaboración propia con información del Directorio Institucional de la SEMARNAT y la Información disponible en el Portal de Obligaciones de Transparencia del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (ifai).

Figura 4 Distribución porcentual de hombres y mujeres que trabajan en la Delegación Michoacán de la SEMARNAT, según puesto ocupado, 2014.  

De acuerdo con Zamudio y Núñez (2011), no es raro encontrar a las mujeres, dentro de las dependencias gubernamentales, tradicionalmente en puestos de secretarias y asistentes, debido a que son considerados puestos idóneos para ellas por ser buenas administradoras; lo que refleja cómo la dinámica y estructura del ámbito doméstico se reproduce dentro del ámbito público en instituciones, organizaciones, etcétera.

Con respecto a la capacitación con que cuentan o han recibido los empleados de la Delegación, las mujeres entrevistadas refirieron que en su mayoría (6) sí han recibido algún tipo de capacitación y una respondió que no. En cuanto a los varones, el total de los encuestados (13) aseguraron recibir capacitación dentro de la Delegación. Para ambos géneros, los principales temas han sido sobre cuestiones técnicas y de operación, dependiendo de las áreas en las que se desarrollan. Sin embargo reciben en común temas sobre administración, desarrollo personal y temas jurídicos. Así mismo manifestaron que el mayor impacto que han tenido las personas capacitadas ha sido en el ámbito laboral, y en segundo lugar en el ámbito personal.

Para tener una referencia del proceso de sensibilización sobre el tema de género que tiene el personal de la Delegación como parte del proceso de transversalidad, se inquirió sobre las capacitaciones recibidas en este tema. Sorprende el hecho de que en relación a las mujeres, ninguna de ellas declaró haber recibido capacitación al respecto, mientras que de los varones sólo tres de ellos han recibido al menos una capacitación; dos de ellos son empleados con nivel de jefatura y uno con nivel de Coordinador de área.

Al preguntar al personal encuestado si tenían conocimiento acerca de la perspectiva de género, todas las mujeres y hombres declararon que sí sabían a qué se refería. Algunas respuestas fueron: “Que haya igualdad de oportunidades, de desarrollo y de mejora sin distinción de género”, “Considerar que en el desempeño de las funciones que tienen los puestos de trabajo, pueden participar indistintamente mujeres y hombres”, “Enfoque con igualdad de derechos entre hombres y mujeres”, “Estrategia social, igualdad de oportunidades y responsabilidades”, “Es un movimiento que busca que no existan o que terminen las desigualdades de género”, “Se refiere a la necesidad de acabar con las desigualdades de trato a mujeres y a sus oportunidades en razón del sexo”. Con ello se refleja que el personal tiene un acercamiento a lo que implica la perspectiva de género.

Desafío de las políticas públicas ambientales para México.

En general, una política pública que pretenda conseguir la igualdad de oportunidades para las mujeres en todos los órdenes, no es posible mientras prevalezca una política económica general que propicia la marginación, la pobreza y el constante deterioro de las condiciones de vida (Aranda, 1993). Las mujeres no requieren del diseño de políticas particulares que pretendan resolver los efectos de las desigualdades existentes. Se requiere una política que ataque el origen de la desigualdad económica y genérica, y que reconozca las causas principales de la desigualdad sexual, con la consecuente asignación de recursos que permita una atención planificada y coordinada de sus planteamientos y acciones (Núñez, 2008).

Siguiendo a Núñez, una política integral necesita partir de la premisa fundamental de que las y los sujetos a los que va dirigido son diversos. Aquí es donde cobra relevancia la diferenciación de necesidades y visiones de mujeres y hombres, en la que se desarticulen las causas de la desigualdad entre los sexos.

En el campo de la política ambiental, se sigue suponiendo que en las comunidades hay una homogeneidad de intereses. Joekes et al. (2004) mencionan los signos reveladores que distinguen la política ambiental actual con respecto a la equidad de género: 1) se centra en los roles de sustento de las mujeres; 2) no toman en cuenta la interacción entre papeles femeninos y masculinos; 3) ven a las mujeres como administradoras eficientes de los recursos y fuente inagotable de trabajo; 4) suponen que la participación en un proyecto de manejo de recursos naturales por sí mismo beneficiará a las mujeres; y 5) asumen la homogeneidad de intereses entre las mujeres.

En el presente estudio, se encontraron diversas situaciones que coinciden con los aspectos encontrados por Joekes et al. (2004) y que evidencian una planeación errónea de la política, ya que representan un atraso para las mujeres. Considerando nuestro contexto, se plantean los siguientes puntos:

  1. La planeación, seguimiento y asignación presupuestal de los programas y proyectos de política pública para mujeres requiere de su participación, involucramiento, y coordinación, tanto con el sector académico como con las organizaciones civiles de mujeres.

  2. Quienes generan políticas, y diseñan e implementan las intervenciones del desarrollo, deben asegurarse de que las propuestas no priven a las mujeres del control sobre los recursos, ya sea de modo absoluto o en relación con los hombres.

  3. Se deben tener en cuenta los derechos de propiedad de las mujeres, ya que esta realidad debe ser comprendida desde el inicio de un proyecto y supervisado activamente durante el desarrollo del mismo. Es fundamental proteger o mejorar el acceso de las mujeres a recursos clave para su vida productiva y reproductiva (tierra y agua).

  4. Se debe considerar que los intereses e incentivos de mujeres y hombres en el manejo de los recursos naturales difieren de muchas formas. Si se indaga con las mujeres y los hombres de las comunidades qué entienden por deterioro ambiental o desarrollo sustentable, seguramente las opiniones serán diferentes. Este ejercicio podría ser útil, ya que seguramente también tendrá propuestas de mejora diferentes, y con ello se podrán identificar las diferencias de género en el acceso a los recursos ambientales, y las limitaciones materiales y sociales.

  5. Se debe considerar un pago para las mujeres por cualquier contribución laboral que realicen a un proyecto en los mismos términos que a los hombres. Vázquez-García (2011) menciona la necesidad de evitar suponer que la participación de las mujeres en actividades de proyectos es equivalente a obtener beneficios, puesto que pueden existir casos en los que la desviación no remunerada del esfuerzo laboral de las mujeres reduzca su acceso a un ingreso propio. Debe evitarse involucrar a las mujeres en trabajos adicionales a sus obligaciones, si esto les produce un conflicto con sus horas de trabajo.

  6. Respecto a la participación, quienes generan las políticas deben prestar particular atención a las relaciones de poder en que se basa la participación, que a menudo muestran una jerarquía de género, y se menosprecian los intereses de las mujeres. Debe asegurarse la representación femenina en todos los espacios (Vázquez-García, 2011). Por su parte Núñez (2008), menciona que las políticas de equidad de género requieren garantizar la participación de las mujeres en el ámbito público, lo que implica la revisión de los marcos legales, a fin de eliminar las desigualdades en el ámbito económico, político y social. Un primer paso es la participación igualitaria de mujeres y hombres en política.

  7. Para complementar la política pública, se debe ampliar el espectro de opciones de subsistencia de las personas, especialmente de las mujeres, aunque no necesariamente implique una intervención que abarque actividades del medio ambiente. Mencionan Joekes et al. (2004), que en algunas situaciones el manejo ambiental sustentable y productivo puede lograrse mejor si se asegura la disponibilidad de empleos e ingresos alternativos, in situ, o en otras partes, para así disminuir la dependencia de las personas de los recursos ambientales.

Algunas acciones adicionales que deben emprenderse en política pública son: reducir la migración masculina hacia el exterior del país, ya que ella obliga a las mujeres a asumir las distintas responsabilidades del núcleo familiar; el problema de la feminización de la pobreza como consecuencia del proceso de globalización; el reconocimiento al trabajo de las mujeres; y la violencia familiar y sexual. La incorporación de las mujeres al mercado de trabajo plantea acciones tendentes a evitar las descalificaciones de las actividades que realizan debido a las desigualdades genéricas. Es fundamental cambiar la concepción del trabajo femenino en una sociedad que las margina y discrimina, el cumplimiento de derechos laborales, apoyo en labores domésticas y necesidades básicas.

Conclusiones

Después del análisis realizado al Programa de Igualdad de la SEMARNAT, se considera que, aunque tiene algunos elementos sensibles al género, no cuenta con esta perspectiva, ya que es un programa que no considera las necesidades reales de las mujeres. El programa se orienta a generar una mayor destreza de las mujeres en las tareas del ámbito doméstico; no se formulan estrategias que impliquen acciones o medidas tendentes a que las mujeres campesinas discutan, comprendan y se organicen para transformar el origen y los efectos de la desigualdad sexual. Es un programa que aún tiene limitaciones para las condiciones en que viven las mujeres rurales en México. Impone mayores exigencias a las mujeres frente a los nuevos compromisos que adquieren, y a los conocimientos que deben tener.

Respecto al análisis realizado a la estructura laboral y percepción de las y los trabajadores, se concluye que las mujeres se encuentran desfavorecidas tanto en sueldos como en puestos de trabajo, puesto que los varones tienen los mayores salarios y los puestos de trabajo con mayor rango. Adicionalmente, los varones tienen una mayor diversificación en los puestos de trabajo, pudiéndose encontrar tanto en puestos operativos como en altos mandos, mientras que a las mujeres se les encuentra únicamente en puestos de jefatura y operativos. Es un mecanismo que no ha reducido del todo las desigualdades laborales entre mujeres y hombresEl personal que opera en la Delegación ha tenido casi nula capacitación respecto a la perspectiva de género, y quienes han accedido a ella han sido aquellos que operan en los mandos altos. Los encuestados manifestaron tener poco conocimiento respecto a la transversalización de la perspectiva de género y sus conceptos básicos; incluso se les pidió que emitieran sus recomendaciones para que la Secretaría implementara mecanismos para lograr mayor equidad en la Secretaría y mejorar las relaciones laborales. Los resultados reflejan una falta de instrumentación del enfoque de género en esta Delegación, ya que incluso no existe en este nivel un área que opere la estrategia y sus programas.

Aunque a nivel central la Unidad Coordinadora de Participación Social y Transparencia cuenta con una vasta estructura operativa en la que se incluye una Dirección de Equidad de Género, esta organización no se refleja en las Delegaciones Federales de la Secretaría (particularmente en el estado de Michoacán), puesto que no existe un enlace con esta figura que tenga la capacitación y las funciones exclusivas para operar únicamente esta área. Esta problemática tiene que ver con el presupuesto asignado, ya que en México el monto autorizado para los programas que involucran la perspectiva de género es mínimo en relación con el Presupuesto de Egresos de la Federación. Por ello se carece de personal operativo, logística y Reglas específicas de operación.

Aunado al recurso tan limitado y poco significativo del gasto etiquetado para este rubro, es más grave el hecho de que existen pocos análisis, estudios o evaluaciones que den cuenta de la calidad de ese gasto; es decir, hasta dónde efectivamente se incluye la perspectiva de género en las políticas y programas, y hasta dónde ayudan a reducir las desigualdades por género.

El sector ambiental, a través del Programa de Igualdad de Género de la SEMARNAT, tiene un gran reto, ya que la conservación y restauración de los recursos naturales no se logrará únicamente a través de programas y proyectos que se basen en cuestiones técnicas. Para el diseño de una política pública se deben considerar los planes de conservación ambiental, y el ataque a otros problemas sociales que están propiciando este deterioro; entre ellos la pobreza y las desigualdades. Adicionalmente se ha de luchar por los recursos económicos que permitan la aplicación de acciones, así como el involucramiento y coordinación tanto con el sector académico como con las organizaciones civiles de mujeres, para el planteamiento y diseño de los programas y proyectos.

Literatura citada

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1El término Transversalidad de Género viene del Inglés “Gender mainstreaming”, lo que significa cuestionar la corriente principal de las políticas públicas e instalar la cuestión de género en ellas. En 1990 el Consejo de Europa lo definió como la incorporación y aplicación del principio de igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres a las Políticas Públicas, de modo que se garantice el acceso a todos los recursos en igualdad de condiciones, se planifiquen las políticas públicas teniendo en cuenta las desigualdades existentes, y se identifiquen y evalúen los resultados e impactos producidos por éstas en el avance de la igualdad real.

2Entre menor sea la inequidad entre mujeres y hombres, mayor será la eficiencia en el ejercicio de la asignación presupuestal del programa, ya que se podrían aplicar de mejor manera los recursos y se podría obtener el máximo de resultados. Zamudio y Núñez (2011) mencionan que, si los programas son planteados tomando en cuenta las necesidades de mujeres y hombres de manera diferenciada, éstos atenderán de manera más eficaz las prioridades de unas y otros (con un nivel de capacitación más adecuado), y por tanto, el presupuesto ejercido será eficiente.

Recibido: Septiembre de 2014; Aprobado: Diciembre de 2015

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