SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.13 issue2Potential and restrictions of backyard poultry production for food security in Guerrero, MéxicoEvaluation (with gender perspective) of the SEMARNAT equality program 2013 in México author indexsubject indexsearch form
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Agricultura, sociedad y desarrollo

Print version ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.13 n.2 Texcoco Apr./Jun. 2016

 

Artículos

El linaje K'ulub cambia de estrategia. Diversificación productiva en la zona cafetalera de Oxchuc, Chiapas

P. Pablo Ramos-Pérez1  * 

M. Roberto Parra-Vázquez2 

Javier Fortanelli-Martínez3 

Miguel Aguilar-Robledo4 

1 Programas Multidisciplinarios de Posgrado en Ciencias Ambientales. Universidad Autónoma de San Luis Potosí. México (ppablo_ramos@hotmail.com).

2 El Colegio de la Frontera Sur, carretera Panamericana y periférico sur s/n; San Cristóbal de las casas, Chiapas. México. 29200. (mparra@ ecosur.mx).

3 Instituto de Investigación de Zonas Desérticas, Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Altair no. 200, Colonia del Llano, San Luis Potosí. México. 78377. (fortanel@uaslp.mx).

4 Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Av. Industrias 101-A, Frac. Talleres, San Luis Potosí, San Luis Potosí. México. 78494. (aguilarm@uaslp.mx).


Resumen:

Se analiza un caso de innovación socioambiental exitosa en un contexto de deterioro generalizado de las condiciones de vida y de trabajo de los campesinos mexicanos. Se describe la lógica aplicada por los miembros del linaje K ́ulub (Oxchuc, Chiapas), para lograr un cambio en su estrategia de vida. Se aplicó el método de estudios de caso para observar el comportamiento del linaje K ́ulub durante el periodo 2007-2014. El marco de Medios de Vida permitió analizar el proceso de cambio de estrategia del linaje. El estudio de los ciclos de la política pública permitió comprender la forma en que el líder del linaje K ́ulub interactúa con las dependencias gubernamentales. Los resultados muestran que el gestor del linaje (Wolwanej) participó en diversos talleres que le permitieron hacer el diagnóstico de su situación, buscar y elegir alternativas de solución deseables, movilizar sus propios recursos y gestionar los faltantes (principalmente capital físico y financiero), y ejecutar su idea de proyecto, con un éxito notable. Aunque en el proceso se involucraron varias dependencias y actores locales, el Wolwanej siempre mantuvo su autonomía. Se concluye que en las comunidades indígenas existen formas de organización y prácticas organizativas que permiten la introducción y persistencia de innovaciones socioambientales.

Palabras clave: campesinos tseltales; estrategia productiva; innovación socioambiental; modos de vida; políticas públicas

Abstract:

A successful case of socio-environmental innovation is analyzed within a context of generalized deterioration of the life and work conditions of Mexican peasants. The logic applied by members of the K’ulub lineage (Oxchuc, Chiapas) to achieve a change in their life strategy, is described. The method of case studies was applied to observe the behavior of the K’ulub lineage during the 2007-2014 period. The Livelihood framework allowed analyzing the process of strategy change in the lineage. The study of the cycles of public policy allowed understanding the way in which the leader of the K’ulub lineage interacts with government offices. The results show that the lineage agent (Wolwanej) participated in various workshops that allowed him to make the diagnosis of his situation, seeking and choosing desirable alternatives for solution, mobilizing his own resources and managing the ones lacking (primarily physical and financial capital), and executing his idea for a project, with remarkable success. Although during the process several local offices and actors were involved, the Wolwanej always maintained his autonomy. It is concluded that in the indigenous communities there are forms of organization and organizational practices that allow the introduction and persistence of socio-environmental innovations.

Keywords: Ttseltal peasants; productive strategy; socioenvironmental innovation; livelihood; public policies

Introducción

La pobreza es uno de los elementos importantes en la definición de las políticas públicas desde lo global, y su implementación a nivel mundial parece agudizarse. De acuerdo con Chen y Ravallion (2008) para 1981 la cantidad de pobres en el mundo era de 1500 millones de personas que vivían por debajo de la línea internacional de pobreza de US$1 al día. Las cifras para 2005 indican que vivían por debajo de la línea de la pobreza 1385 millones de personas, más de lo que se pensaba a partir de la línea internacional de pobreza de US$1.25 al día.

Una de las principales estrategias adoptadas en el mundo para combatir la pobreza son los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los cuales representan el esfuerzo global más importante de la historia reciente para elevar la calidad de vida de la humanidad.

En México, de los 24 millones de habitantes que viven en pobreza extrema (pobreza alimentaria), 16 millones (60 %) corresponden a la población rural. En Chiapas, la población rural es de 2 460 380 (50.32 % de la población total) (INEGI 2010). El esfuerzo de la política pública se orienta a buscar el desarrollo de los pueblos indígenas rurales, centrándose en ofrecer programas de asistencia social y mejoramiento de la infraestructura pública (Gómez, 2008).

Se ha aplicado una amplia gama de programas gubernamentales para enfrentar la marginación, la pobreza y la inseguridad alimentaria (Solano, 2013). Sin embargo, algunos autores concluyen que la política agroalimentaria aplicada en México durante los últimos 25 años ha contribuido a una mayor vulnerabilidad alimentaria de la población mexicana en el corto y mediano plazo (González y Macías, 2007).

Por su parte Scherr (2000) sostiene que existe una gran heterogeneidad en el manejo ambiental por la población rural pobre, así como en su capacidad para adaptarse a los cambios ambientales y la eficiencia de las políticas públicas. Scherr encuentra que bajo la presión demográfica o de los mercados la población sufre el deterioro de sus recursos y de su bienestar. Pero una mayor degradación puede, en algunos casos, disparar la búsqueda de innovaciones para estabilizar o mejorar su base de recursos. De manera que para explorar las interacciones entre pobreza, agricultura y ambiente, Scherr plantea las siguientes preguntas: “¿Qué factores determinan cuándo los agricultores pueden responder a las presiones ambientales con miras a mejorar la seguridad de sus medios de vida y la calidad de sus recursos ambientales? y ¿Cómo pueden las políticas fortalecer esas respuestas positivas?”

En el mismo sentido Shane (2013) encuentra que los campesinos de Los Andes Peruanos tienen su propia lógica de conservación, la cual difiere de la visión epistémica de las organizaciones de cooperación internacional. Lo mismo parece ocurrir con las políticas públicas aplicadas en México. En este artículo se analiza la experiencia exitosa de innovación socio-ambiental de un campesino tseltal1 en el periodo 2007-2014. El análisis a micro-escala muestra cómo, para enfrentar el deterioro ambiental, económico y tecnológico, una familia moviliza sus recursos y cambia de estrategia productiva, mediante la diversificación de su producción y la reorganización de sus vínculos con el mercado. La familia estudiada se caracteriza por su fuerte organización tradicional, a partir de la cual ha gestionado el apoyo de diversas dependencias gubernamentales para conocer alternativas productivas exitosas desarrolladas por campesinos indígenas en diversas regiones. Con base en sus objetivos ha tomado decisiones autónomas para cambiar su estrategia de vida, consiguiendo mejorar sus condiciones de vida y de trabajo.

El municipio y la organización comunitaria

El municipio de Oxchuc (Figura 1) se encuentra dentro de la región “Altos de Chiapas” y pertenece al grupo étnico tseltal. En sus 147 localidades cuenta con 43 350 habitantes de los cuales 21 844 son hombres y 21 506 mujeres, con un promedio de 103.7 habitantes, por km2 y 16 043 habitantes económicamente activos. Su extensión territorial es de 418km2 (INEGI, 2010). Predomina el sustrato calizo y las geoformas cársticas con suelos de los tipos: cambisol, litosol y rendzina (Mariaca, 2007). Su altitud varía de 1000 hasta 2500 m. En las altitudes de 1000 a 1500 m se presenta el clima A(C) (m) y en las altitudes mayores de 1500 m el tipo climático es (A) Cw. En la zona baja se intercalan cafetales entre la milpa, y en la zona alta se encuentran maíz y frutales.

Figura 1 El municipio de Oxchuc. 

Las familias de este municipio han recurrido a varias alternativas para producir alimentos. Por cientos de años, la producción de maíz bajo el sistema de milpa mantuvo a la unidad familiar. Sin embargo, en un estudio en la región Altos de Chiapas, Parra y Moguel (1998) encuentran que existió una crisis de abasto de alimentos a partir de la década de los años sesenta del siglo pasado. Este momento de crisis abrió la puerta a la variación, es decir, a la búsqueda de alternativas para asegurar sus alimentos.

El cambio en los sistemas agrícolas se pudo observar claramente en la zona donde las condiciones físicas y ambientales permitieron el establecimiento del cafeto, proceso apoyado por el Instituto Mexicano del Café (INMECAFE). Sin embargo, esto no ocurrió en todo el municipio; en la tierra fría los productores intensificaron la producción de maíz, y parcelaron las tierras para que los jóvenes tuvieran acceso a ellas., Asimismo, la migración temporal permitió a los productores conocer nuevos cultivos y probarlos en las parcelas, como fue el caso de algunos frutales (Ramos et al., 2009).

La situación se agrava en relación con el uso de la tierra; el Banco Mundial (1999), ha documentado que en el agro mexicano sólo 44 % del ingreso total es propiamente agropecuario. De Janvry y Sadoulet (2000) reportan que, sin ingresos ajenos al predio se requerirían al menos 25 hectáreas de temporal para salir de la pobreza en las condiciones institucionales y de precios vigentes. La CEPAL (1999) menciona que en México las familias que tienen menos de dos hectáreas de tierra para la producción agrícola, obtienen ingresos anuales de los cuales sólo 10 % proviene de las actividades agrícolas. A partir de los datos estadísticos del INEGI se estima que en 2008 un productor de Oxchuc tenía acceso a media hectárea de tierra de labor para la producción.

En cada una de las localidades del municipio de Oxchuc existen formas características de organización y apropiación del territorio (Sántiz, 2012); una de ellas, el linaje2, da sentido a las acciones individuales y colectivas dentro de los espacios de acción local. De esta manera, en las comunidades existen varios linajes, y cada uno de ellos recibe el nombre de Ts ́umbal y es representado por medio de un apellido en Tseltal y un ancestro que da origen a la apropiación de los espacios en el territorio. La tierra del linaje es nombrada k ́inal. Así entonces, en las localidades existen varios linajes (ts ́umbal), cada uno con su territorio (k ́inal). En el mismo sentido, la comunidad asigna “cargos” a diversas personas, práctica que permite la organización de tareas y la definición de los espacios de interacción del linaje con las dependencias gubernamentales. Dentro del linaje existen personas denominadas Wolwanej, quienes tienen la función de gestionar, experimentar y validar acciones que repercutan en el manejo de los medios de vida del linaje. Este nivel de organización difícilmente es conocido y reconocido por las dependencias gubernamentales, y no es considerado para la implementación de políticas públicas.

El proceso de innovación socioambiental

En la tercera edición del Manual de Oslo (Gómez, 2013) el concepto de innovación se define como “la introducción de un nuevo, o significativamente mejorado, producto (bien o servicio), de un proceso, de un nuevo método de comercialización o de un nuevo método organizativo, en las prácticas internas de la empresa, la organización del lugar de trabajo o las relaciones exteriores. (...) Es una sucesión de intentos, donde se pretende hacerlo bien a la primera, pero que no siempre se consigue; muchos intentos son fallidos, pero todos son pensados, analizados, planificados; la innovación contiene algunos momentos de creatividad pero no ha de confundirse con ella”. Y tiene un carácter socioambiental porque reconoce los elementos del entorno social, cultural y natural de los actores.

En la localidad de Oxchuc este proceso comenzó, en un primer momento, con la oportunidad de incidir en la agenda política del presidente municipal electo en 2007, cuando este solicitó al Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) elaborar el plan de desarrollo agropecuario municipal. Para tal fin se concertó la colaboración entre el grupo académico Modos de Vida e Innovación Territorial (MOVIT) del ECOSUR, estudiantes del posgrado de la Universidad Autónoma Chapingo y el ECOSUR, y la dirección de proyectos productivos del Ayuntamiento de Oxchuc. A la par se desarrollaron tres trabajos de tesis de maestría que tenían la finalidad de conocer a profundidad la funcionalidad de las familias de Oxchuc.

Una vez firmado el acuerdo de colaboración entre los participantes, se pasó a la siguiente fase del ciclo de política: la elaboración del diagnóstico municipal. Para esto se tomó la decisión de realizar talleres de diagnóstico microregionales con el enfoque de medios de vida, en los cuales participaron los representantes de las localidades. De esta manera, los representantes de las comunidades identificaron como “ideas de cambio” el cultivo de árboles frutales de aguacate de la variedad Hass y duraznero de la variedad Diamante. Se estableció la oportunidad política y académica de poner en práctica un proceso de innovación socioambiental que contempló, a lo largo del periodo 2008-2014, las siguientes etapas: planeación participativa; capacitación y seguimiento; formación de capacidades y recursos humanos (tesistas); gestión de recursos para continuidad, e intercambio de experiencias locales y nacionales; y evaluación del proceso.

Para activar el proceso, el Grupo de Acción Local (GAL, definido como el grupo de actores que se organizan para tomar decisiones con tareas y metas particulares y que animan a la población a trabajar por un objetivo común) acordó realizar un ejercicio de toma de decisiones entre las autoridades municipales, la dirección de proyectos productivos del municipio, los representantes de las localidades elegidas por el presidente municipal y los académicos. Para ello, los actores mencionados realizaron intercambios de experiencias con productores exitosos de la región, así como recorridos por las zonas para caracterizar la región, con base en un análisis de potencial agroclimático para estos cultivos.

A partir de que el cabildo aprobó la realización del proyecto de Diversificación Productiva y aportó una parte de los recursos necesarios, el GAL gestionó ante la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) el financiamiento para la asistencia técnica y la compra de plantas de aguacate Hass y durazno Diamante.

Metodología

Esta investigación constituye un estudio de caso (Arzaluz, 2005) mediante el cual se busca entender una situación tipo, para conocer las posibilidades de mejoramiento de los agroecosistemas y de los modos de vida de los campesinos indígenas Se realizó en la comunidad de El Tzay, donde el linaje chapulín (Ts ́umbal K ́ulub) demostró mayor organización y adopción del proceso de innovación socioambiental a partir de la activa participación del Wolwanej Salvador Gómez López, quien ha transformado su entorno exitosamente para mejorar sus condiciones de vida. Se asumió el enfoque de investigación-acción (Greenwood, 2000), lo que ha significado acompañar desde 2007al Tsúmbal Kúlub en sus procesos de cambio.

Durante la primera etapa, se aplicó la metodología de modos de vida sostenible (Parra et al., 2011), basada en el marco teórico propuesto por Chambers y Conway (1999), adaptado para aplicarlo en talleres de diagnóstico participativo. Es importante destacar que se han realizado adaptaciones de esta metodología a las condiciones de México para comprender, bajo diferentes contextos, la situación de vida de las familias rurales (Ramos et al., 2009; Pat et al., 2011; Liscovsky et al., 2012).

Se realizaron talleres de diagnóstico comunitario en 2008, 2011 y 2013 por ECOSUR a través del equipo de trabajo MOVIT, en el marco del proyecto de diversificación productiva iniciado en 2008, mediante un convenio con el Ayuntamiento de Oxchuc. A esta actividad se le ha dado continuidad mediante un segundo proyecto de innovación socioambiental financiado por el CONACYT y bajo un convenio de colaboración con la administración municipal durante 2011; actualmente se colabora con el linaje k ́ulub con acompañamiento de ECOSUR mediante un trabajo doctoral.

En la segunda etapa se efectuó un análisis organizativo, así como talleres de diagnóstico, gestión gubernamental, viajes de intercambio de experiencias, cursos de capacitación, formación de cooperativas, y formación de cajas de ahorro (Arzaluz, 2005; Giménez 2012). En estas actividades participó el Wolwanej, quién tuvo la tarea de replicar en su comunidad y en su linaje lo aprendido. Se adoptó un enfoque centrado en las prácticas familiares (Hernández X, 1979; Craviotti, 2012).

Resultados

Los medios de vida del linaje k ́ulub

Un modo de vida está compuesto por los activos (naturales, físicos, humanos, financieros y sociales) así como por el acceso a estos (mediado por instituciones y relaciones sociales) los cuales en conjunto determinan la forma de vivir de los individuos o del hogar (DFID, 1999). Específicamente, los medios de vida están integrados por activos conformados por cinco tipos de capital: natural (el cual está integrado por los recursos naturales como agua, suelo, vegetación, fauna y flora locales que, en su conjunto, son aprovechados o brindan servicios a las comunidades), humano (conjunto de habilidades, conocimientos, aptitudes, actitudes, cultura y buena salud), social (redes sociales, organizaciones, instituciones, normas comunitarias, relaciones de confianza y poder), físico (infraestructura como casas, caminos, escuelas, hospitales, bodegas y servicios básicos: energía eléctrica, agua potable, drenaje, caminos, entre otros) y financiero (dinero disponible en forma de ahorros, préstamos, créditos, financiamiento, remesas, pensiones, etcétera).

La influencia mutua entre los activos, dentro de un contexto de vulnerabilidad, y la acción reguladora y normativa de las estructuras y procesos transformadores, conducen a la definición de una serie de estrategias cuyo resultado son las metas o logros que definen el modo de vida de las familias y comunidades locales. Estas metas y logros pueden variar con las prioridades y necesidades de la población rural (DFDI, 1999). Por lo tanto, el modo de vida es una categoría económica, cultural, social e histórica, que representa a la actividad vital, socializada y sistemática que realizan los seres humanos para la satisfacción de sus necesidades en sus distintos niveles de interacción social y grupal (no individual) condicionados por la formación socioeconómica imperante (Gonzáles, 2005).

Capital humano

La forma de transmisión de capacidades dentro del linaje pasa por la herencia y selección de atributos de servicio de varios integrantes en diferentes momentos para mantener la funcionalidad de las familias del ts ́umbal mediante la asignación de cargos. Para alcanzar el cargo de Wolwanej, los aspirantes deben cumplir una serie de criterios que son observados durante el crecimiento de la persona: ser honrado y justo, tener facilidad de comunicación y cumplir con las tareas propias de los cargos asignados al interior de la comunidad, como el de policía, presidente del patronato de educación, de caminos o salud, y agente municipal, entre otros. Cuando una persona cumple satisfactoriamente con todos los cargos comunitarios es considerado un principal, el cual tiene la función de aconsejar a la comunidad y de asignar los futuros cargos.

El linaje k ́ulub ha reproducido su sistema social mediante la formación de nuevas familias, como se observa en la siguiente genealogía reportada por Gómez (2011). Según dicho autor, tres miembros3 de Ts’umbal K’ulub mencionaron que hace más de 100 años existieron de tres a cuatro Mamaletik (ancestros) ‘mayores de edad’ que llegaron a poblar el paraje Tzay. Esto nos indica que el Ts’umbal K’ulub no proviene de un Wol naj sino de varios Wol naj (Un Wol naj está integrado por una pareja, hombre y mujer, y los hijos(as); así entonces, no provienen de un mismo ancestro aunque comparten el apellido en la lengua Tseltal y en español. Los miembros de este Ts’umbal son conocidos como los K’ulubetik en Tseltal, o los Gómez en español, y ésto los identifica respecto de otro Ts’umbal dentro y fuera del paraje El Tzay (Figura 2).

Figura 2 Árbol Genealógico del Ts’umbal K’ulub

Este Ts’umbal tiene sus propias normas y reglas, las cuales son similares a las de los otros Ts’umbaletik; una de ellas está relacionada con la transmisión de la herencia y el no casamiento entre hombres y mujeres del mismo Ts’umbal, y la no venta de tierras a miembros de otro Ts’umbal. La transmisión de la herencia en el Ts’umbal K’ulub ocurre de manera unilineal, pues sólo a los hijos varones se les hereda la tierra. Sin embargo, cuando los hijos varones emigran a otros lugares, pueden perder su derecho sobre la tierra.

A partir del ya mencionado proceso de innovación socioambiental implementado en la comunidad, el Wolwanej del Ts’umbal K’ulub ha transmitido a su familia las capacidades y conocimientos que ha adquirido mediante su participación en el proyecto de diversificación productiva de Oxchuc y su relación con las instituciones para tratar de responder a la principal preocupación que es: ¿cómo producir mejores condiciones de vida a los integrantes del ts ́umbal K ́ulub y generar los medios de vida que necesitarán los hijos para reproducir su modo de vida, ante la falta de tierras para replicar un modelo extensivo de producción?

La educación es uno de los componentes esenciales del capital humano. Por ello, los ingresos provenientes de la producción del café, aguacates y hortalizas, más las transferencias gubernamentales, son empleados en la búsqueda de acceso a la educación preescolar, primaria, tele-secundaria y preparatoria, pues se persigue el objetivo de que los miembros educados de la familia cuenten con un empleo no agrícola. En la cabecera municipal está ubicada la universidad intercultural, la cual ofrece la oportunidad de continuar los estudios; sin embargo, las posibilidades económicas para sostener los estudios universitarios de los hijos son bastante limitadas. Por tanto, el Wolwanej se ha fijado como objetivo capacitar empíricamente a sus hijos para generar un trabajo remunerado ligado a la tierra y obtener así los ingresos necesarios (Ortiz et al., 2013).

Capital Natural

Como ya se ha venido mencionando, uno de los principales problemas que enfrenta el linaje K ́ulub es la falta de tierras; en promedio una persona económicamente activa puede contar con 0.5 ha (Ramos et al., 2009). De esta manera observamos que bajo las condiciones actuales es imposible mantener una agricultura como la de roza-tumba y quema, la cual era funcional cuando “la milpa caminaba” y los procesos de restauración de los acahuales eran de largo tiempo. Así entonces, las nuevas y restrictivas condiciones han dado paso a la intensificación.

En términos generales la extensión del K’inal de los K’ulubetik, según don Manuel K’ulub de 80 años, quien vive en la cabecera municipal, suma un total de 600 ha (Gómez 2011). El K’inal se ubica entre los 1300 a 1400 m, por lo que se caracteriza como zona templada (K’ixin K’inal en la lengua tzeltal). Actualmente la tierra se ha fraccionado y los integrantes de la 5a y 6a generación del Ts ́umbal k ́ulub se han apropiado el territorio, fraccionándolo y dando diversos usos al suelo. Este es el espacio de acción del Wolwanej (Figura 3).

Figura 3 Territorio del linaje K ́ulub, 5a y 6a generación. 

El asegurar la titularidad sobre los medios de reproducción del linaje y fortalecer el ejercicio de la gobernanza son cruciales para su reproducción, según Munro (2012). Para el linaje k ́ulub es vital su adhesión a las normas de los bienes comunales de Oxchuc, puesto que establecen sistemas de regulación fuertes que permiten mantener la estrategia productiva a la vez que posibilitan su cambio.

Las normas que se han establecido entre los diversos ts ́umbales son las siguientes: los límites entre individuos y comunidades están claramente definidos, y en la comunidad existe la figura del agente comunitario y a nivel municipal el agente de bienes comunales quienes resuelven los problemas cuando no se respeta un límite; en la definición de las reglas que rigen a la comunidad participa un comité designado por la comunidad y éstas se aprueban en la asamblea, aunque en la decisión de su aplicación sólo participan los cooperantes; y ante la falta cometida por una persona se reúne un consejo/grupo quien decide la sanción; asimismo, ante cualquier conflicto grave se reúne el consejo de la comunidad y en dependencia de la magnitud del problema se da aviso a las autoridades municipales o estatales; de tal manera que las formas de organización local y los reglamentos que se aplican son respetados y apoyados por las autoridades gubernamentales externas.

Ante la falta de espacio para las nuevas generaciones se ha iniciado un proceso de intensificación del uso de la tierra. Para esto se han incorporado nuevas prácticas de manejo de la tierra, como la construcción de terrazas, lo que ha permitido retener suelo para los árboles frutales de aguacate Hass y durazno Diamante, así como tener un medio propicio para la introducción de hortalizas. Asimismo se han incorporado sistemas de captación de agua de lluvia para dar riegos de auxilio a los cultivos.

La incorporación del trabajo de los hijos a los procesos de intensificación requiere mayor conocimiento técnico en el manejo de los cultivos; ante ello, los intercambios de experiencia entre campesinos tienen éxito, pero no satisfacen las necesidades reales técnicas. Por tal razón, una opción generada al interior del ts ́umbal es migrar para conseguir trabajo en la producción de alguna de las hortalizas de interés, como el caso del jitomate; esto permite al joven aprender de manera práctica la actividad y hacerse de recursos para comprar tierras en la localidad. D‘Amico et al., (2013) reportan cómo las unidades domésticas, al satisfacer sus necesidades cotidianas, conforman su reproducción social, construyen territorio y configuran así una red que se articula en torno a la familia.

Capital Social

Frente a la privatización y posible pérdida de la tierra originada por los procesos globales como la migración y el cambio climático, la organización del linaje por Ts ́umbales sigue siendo la alternativa preferencial en todo el territorio (K’inal) de Oxchuc.

Así entonces, el líder del linaje se convierte en el vínculo con el exterior y constituye la base social fundamental; de esta manera se comienza a articular la red de relaciones con el exterior y se propicia la oportunidad de intercambiar o adquirir conocimientos, recursos, mercancías, asesoría, experiencia y derechos. Por ello, los principales actores que interactúan en el ts ́umbal son de crucial importancia para movilizar los recursos y para acceder a financiamientos.

Observamos en la comunidad y en el ts ́umbal k ́ulub que los actores externos que colaboran más cercanamente a la comunidad son la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), dependencia que en los últimos años ha sido el principal financiador. En ese nivel también aparece ECOSUR, organización que ha participado en la formación de capacidades y habilidades comunitarias. En un segundo nivel se muestran los actores que permiten mantener relaciones intracomunitarias: el comité de educación, el agente auxiliar municipal, y SEDESOL con proyectos productivos y el pago de oportunidades. Con los actores de este nivel, el Wolwanej gestiona y establece relaciones con el exterior para obtener los recursos que fortalecen sus medios de vida. En un tercer nivel (actores que participan de manera circunstancial y no son tan cercanos) encontramos al Instituto Tecnológico de Comitán, que ha participado en el acompañamiento técnico, y al CONCAFE con proyectos de viveros comunitarios y renovación de cafetales ante la roya; en un cuarto nivel (actores que participan de manera intermitente y lejana) se ubica la SAGARPA mediante el pago del PROCAMPO y apoyos para el café, y en el último nivel se encuentra el Ayuntamiento, (2012-2015); en este caso la comunidad no simpatizó políticamente con el presidente municipal electo, lo que significó su exclusión. En este mismo grupo se ubica el Instituto Nacional de Economía Social (INAES), cuyos representantes se han acercado a la comunidad, más no han concretado ninguna colaboración.

Capital Físico

El capital físico se convierte en un instrumento para mejorar la calidad productiva y aumentar la intensidad de la producción. El k ́inal se ha modificado para acceder a procesos de intensificación territoriales. A partir de 2010, entró en operación el programa de la CDI para el mejoramiento de la infraestructura con la pavimentación, en dos etapas (2011 y 2013), de la carretera que conecta a la cabecera municipal; asimismo, las autoridades comunitarias han gestionado la instalación de una preparatoria (Colegio de Bachilleres); otros programas complementarios de SEDESOL han sido el piso firme y la construcción de techos. En la primera etapa del año 2014 la CDI, mediante su programa de mejoramiento de la infraestructura, introdujo tanques para la captación de agua de lluvia para el consumo humano; todas estas obras han estado acompañadas de la gestión del Wolwanej.

Estas modificaciones han representado para el linaje k ́ulub la oportunidad de equipar los sistemas de producción para mantener un uso más intensivo de la producción, utilizando los tanques de ferrocemento para el riego de auxilio de los frutales y hortalizas. Asimismo el Wolwanej actualmente gestiona recursos para tener herramientas que les permitan construir las nuevas obras de diseño territorial mediante las terrazas, equipamiento para riegos por goteo y microaspersión; todo lo anterior, en su conjunto, está permitiendo articular el capital físico territorial a los medios de producción y a la fuerza de trabajo familiar del ts ́umbal k ́ulub.

Capital financiero

La disposición de capital financiero permite conseguir tierra, herramientas, insumos, alimentos, y satisfactores de las necesidades básicas de salud, educación y vestido. Si el gobierno entrega el apoyo en especie, éste se vende para adquirir lo que realmente requiere el productor, por tanto la función del gestor del linaje tiene como objetivo principal la negociación con el gobierno. Para el año 2008 la comunidad de El Tzay se encontraba en una condición de pobreza alimentaria y era fuertemente dependiente de las trasferencias gubernamentales y la migración para su sostenimiento (Ramos et al., 2009). Los ingresos en los cinco últimos años por venta de café (Cuadro 1) han mostrado una tendencia a la alza; para 2014 el rendimiento bajó y el precio aumentó por problemas de broca; se considera que para 2015 los rendimientos se verán disminuidos.

Cuadro 1 Precio del café para la comunidad de El Tzay. 

Para el caso de los productores de aguacate de El Tzay en el año 2008, los costos de la innovación por productor fueron de $2617.00, provenientes de la mezcla de recursos entre CDI y el municipio. Si a ello se suman los costos de capacitación y seguimiento durante los años 2008 a 2011 ($138.10 por productor), se obtiene un total de costos para introducir la innovación por productor de aguacate de $2756.00; si este valor se compara con los ingresos por la producción de aguacate en el primer año de ensayo 2013 de $6000.00, se puede concluir que esta producción, con sus limitantes técnicas y de mercado, desde su primer año pagó los costos de inversión del proyecto.

Los ingresos del linaje para 2013 se conformaron (Figura 4) en su mayor parte por transferencias gubernamentales (43.33 %); el ingreso agrícola ascendió a 35.15 % y los ingresos por jornales y préstamos a 21.52 %. El ingreso agrícola se ha incrementado por encima del 10%. Bajo la perspectiva de la FAO, las familias tienen posibilidades de incrementar sus ingresos a partir de procesos de intensificación del uso del suelo y sin incrementar la superficie. Por otra parte, la posibilidad de obtener mejor calidad y precio de la producción de aguacate puede incrementar los ingreso productivos; por ejemplo, la estimación anterior se realizó con el precio de venta de la fruta en la comunidad de 3 piezas por 10 pesos, cuando el promedio regional por kilogramo es de $35.00 (cada aguacate pesa en promedio 350 g), es decir, la venta en mercados regionales tiene el potencial de triplicar el ingreso.

Figura 4 Ingresos productivos y anuales de la comunidad de Tzay 2013. 

Cambio de estrategia

El predominio de modelos de desarrollo orientados al sector empresarial, la liberalización de los mercados y las nuevas formas de competencia en el sector alimentario, han originado cambios sustanciales en la vida económica y social de las pequeñas comunidades generando su marginación (Marañon, 2013). Actualmente se percibe en varias de las pequeñas comunidades rurales el predominio de modelos agroindustriales de producción, crisis recurrentes en la agricultura de pequeña escala, concentración de los recursos productivos en pocos actores, proletarización de la mano de obra, diversificación en las actividades productivas y en las fuentes de ingreso de las familias, creciente movilidad poblacional, temporal y permanente, redefinición de lo rural más allá de su identificación con la agricultura, así como cambios en las preferencias y prácticas de consumo (Macías, 2013).

Bajo este contexto, la innovación socioambiental en las pequeñas explotaciones de Oxchuc, reconoce a la propiedad común del linaje como la base de la organización y gestión de los recursos naturales. Una titularidad robusta sobre sus medios de vida permite la gestión de los ecosistemas mediante el uso sostenible de sus activos y genera un proceso de desarrollo basado en la intensificación del uso de la tierra. La anterior estrategia del linaje K ́ulub de Don Salvador Gómez, basada en la producción de maíz y café, evolucionó de la siguiente manera: se dio un proceso de innovación, basado principalmente en la adquisición de conocimiento de campesino a campesino. Para ello, el intercambio de experiencias a corta y larga distancia fue fundamental (Sántiz, 2012; Ramos et al., 2009; Parra 2012). El fortalecimiento de sus capitales y una alta inversión de trabajo familiar (Pool, 1997; Dixon et al., 2001), se tradujo en acciones puntuales que intensificaron el uso de los recursos naturales, como la construcción de terrazas, invernaderos rústicos y sistemas de riego. Igualmente, los sistemas de cultivo se diversificaron con la introducción de frutas y hortalizas, lo que generó el enriquecimiento de los capitales, es decir el cambio de estrategia.

La agricultura de autoconsumo, en crisis desde hace varios años, demanda cada vez más la venta de fuerza de trabajo y la compra de insumos del exterior para satisfacer las necesidades familiares, especialmente las de alimentación. Apostar por la producción para el mercado internacional no es la solución, ya que genera problemas de dependencia y se requieren mayores capacidades y tecnologías para llegar a ser competitivos. Ante ello, la venta local tiene mayores posibilidades de lograr la sustentabilidad. En el caso estudiado, Salvador ha resuelto sus problemas mediante una venta local diversificada con productos como col, jitomate, brócoli, coliflor, aguacate y durazno, lo que ha repercutido en el incremento de sus ingresos por producción. En 2008 la venta de café y la producción de autoabasto de su milpa representaron 15 %, y para 2013 el ingreso agrícola fue de 35.15 % (18.01 % de café, 4.34 % de milpa y 12.8 % de frutales y hortalizas). Estos últimos aportaron una cantidad casi equivalente al ingreso por la venta de café en una hectárea de superficie en el año 2008. Lo anterior evidencia que el cambio de estrategia tiene oportunidades de aportar mejoras en las condiciones de vida a cambio de un incremento en la inversión de fuerza de trabajo del Ts ́umbal.

Política de desarrollo o política asistencial

El enfoque neoliberal del desarrollo excluye a los pequeños productores puesto que, de entrada, las reglas de operación y los mecanismos para acceder a los financiamientos requiere de la capacidad para escribir un proyecto o un resumen ejecutivo, condición difícil de cumplir para indígenas que apenas cuentan con el nivel de primaria, y que, por lo tanto, deben recurrir al apoyo de un prestador de servicios profesionales o de un despacho especializado.

Por otra parte el enfoque asistencial permite a las familias tener ingresos anuales por transferencias gubernamentales que oscilan, para el caso de linaje k ́ulub, entre 40 % y 50 %. Esta dependencia se refleja en una fuerte inversión de tiempo del Wolwanej para gestionar todos los recursos y apoyos sociales posibles como OPORTUNIDADES, PROCAMPO, compensación al precio del café, entre otros. Así entonces, el enfoque asistencial, aunque intenta paliar el problema alimentario, no lo resuelve y sí, en cambio, promueve la dependencia.

Como ya se ha mencionado, para que el Wolwanej del grupo pueda ser elegido, debe tener la capacidad de relacionarse con los actores que ofrecen recursos a la comunidad. En el caso de El Tzay, el Wolwanej también ha gestionado obras de beneficio comunitario, como el techado de la plaza cívica; la construcción y mejoramiento de los caminos, y la implementación de un COBACH en la comunidad; asimismo, de forma concomitante con la gestión comunitaria, el Wolwanej del linaje k ́ulub busca los recursos para la producción y la capitalización de los suyos. De esta manera, Don Salvador apuesta por esta estrategia cuya solución exitosa será que las innovaciones que ha introducido, orientadas a la diversificación productiva, funcionen, que se logre capitalizar cierta cantidad de recursos, y, en consecuencia, que el linaje reduzca su dependencia del gobierno.

Vulnerabilidad

Existen varios factores puntuales que afectan la vulnerabilidad de las familias de la comunidad y del linaje; estas son ocasionadas por las tendencias fluctuantes en los precios internacionales del café, las cuales se reflejan en la falta de certidumbre en el precio de compra; igualmente, los periodos prolongados de sequía disminuyen las posibilidades de producción; en el caso contrario, los años húmedos generan las condiciones ideales para el desarrollo de plagas como la roya, la cual, a principios de 2014 afectó fuertemente los cafetales.

Ante ello, las innovaciones comunitarias han permitido generar una mayor adaptación a los cambios globales; puesto que el introducir sistemas de captación de agua de lluvia para el consumo humano y riego les ha permitido afrontar con mayor seguridad los momentos de sequía y aprovechar las lluvias que oscilan en promedio en los 2000 mm anuales. La diversificación de los cafetales con otras alternativas productivas ha permitido mantener otras opciones de ingresos ante los problemas ocasionados por la roya, pues un cuarto de hectárea con frutales y hortalizas puede generar ingresos productivos mayores a los de una hectárea de café; esto adquiere mucha importancia ya que para la cosecha 2015 de café, la diversidad de cultivos permitirá soportar de mejor manera los problemas ocasionados por la falta de producción originada por la roya.

Discusión

La función del Wolwanej dentro del Ts ́umbal en esencia es proteger a su linaje de los disturbios de tipo ecológico, económico y social generados desde el exterior y aprovechar en beneficio del mismo las oportunidades que de forma fortuita o sistemática pudiesen presentarse. Para ello, construye las relaciones que le otorgan estabilidad dentro del territorio, subsana las necesidades de capacitación mediante el intercambio de experiencias y conocimientos técnicos, diseña la forma de experimentación y réplica de la innovación, y da seguimiento al mejoramiento técnico de las parcelas fortaleciendo su capital natural, dando paso a la adaptación, transitando de una agricultura limitada hacia una transformación de su entorno. Por ello, es crucial la capacidad de gestión y negociación del Wolwanej frente a los agentes encargados de aplicar localmente las políticas públicas, pues, en dependencia de aquella, estas políticas podrán repercutir, positiva o negativamente, en la calidad de sus medios de vida; por lo tanto, el Wolwanej es el gestor sistémico y funciona como el catalizador dentro del sistema de innovación generando procesos interactivos y de aprendizaje social para ajustar los procesos microestructurales como plantean Klerkx et al., (2009) dentro del linaje.

En un contexto de fuerte pobreza y marginación, ¿puede la producción campesina ser redituable y responder favorablemente a procesos de innovación y diversificación?; los ingresos reportados por la producción de Aguacate Hass de $6000, aun sin ser bajos, pueden incrementarse si se busca otro tipo de mercados para darle un valor diferenciado a la producción. Bajo la lógica imperante, posicionarse en el mercado regional permitiría incrementar la relación beneficio costo tan sólo por la triplicación de ingresos ya mencionada.

Las alternativas que ofrece el mercado son de índole variada. Por ejemplo, la venta de los servicios ecosistémicos de las tierras y sistemas de cultivo de los productores locales, puede favorecer la imagen corporativa de las empresas (Bonnelli, 2011), pero, en cambio, impone a los campesinos condiciones externas y no claras sobre el bien que están ofertando y se les está pagando, lo cual pone en riesgo las titularidades del linaje y de sus familias. Estos nuevos retos de mercado escapan del alcance del Wolwanej y de la estructura dl Ts ́umbal. Sin embargo, existen otros enfoques más amigables. Un ejemplo podría ser el que plantea Gudynas (2011), quien parte de una economía social y humana que plantea en su objetivo central el buen vivir y reconoce la funcionalidad del sistema desde los valores culturales, sociales y humanos, sin basarse estrictamente en una valoración económica. A partir de él, se abre paso a los mercados solidarios, en donde existen otros valores de intercambio, los cuales no son necesariamente económicos.

Sin embargo, la urgente necesidad de mejorar las posibilidades de reproducción digna de la vida en las comunidades indígenas ha generado o legitimado políticas públicas bajo el título de Economía Social o Solidaria, dirigidas a lograr gobernabilidad en una sociedad de mercado con niveles masivos de exclusión y empobrecimiento. Estas políticas han generado una alta dependencia de las comunidades pobres y marginadas hacia las transferencias sociales; bajo este contexto, se observa en el caso de estudio que los ingresos por transferencias equivalen actualmente a 40 % de las entradas anuales familiares para el linaje k ́ulub, lo cual genera una alta dependencia y, en cambio, se invierten recursos insuficientes para lograr un cambio que se geste desde el ámbito productivo.

La lógica que perciben las familias del linaje k úlub para asegurar la reproducción social y productiva es similar a la vida sin salario que plantea Denning, (2006). Así, ante este escenario, la estrategia debería ser acumular trabajo en vez de acumular capital mediante la ocupación de la mano de obra no asalariada para el emprendimiento de las alternativas productivas relacionadas con la intensificación y diversificación de los sistemas de cultivo. Ante la demanda de asegurar recursos para obtener seguridad alimentaria para los pobladores que viven bajo condiciones adversas dentro del paradigma de crecimiento económico imperante, la política pública (dentro de la funcionalidad del linaje) presenta limitaciones; esto se debe a que responde a planes regionales, estatales, nacionales e internacionales que buscan mejorar la infraestructura, vivienda, salud, educación), pero que no están enfrentando el problema de la autosuficiencia alimentaria desde el ámbito de los sistemas locales de producción; mucho menos están considerando con la atención debida a las estructuras organizativas locales. La lógica de medir la suficiencia alimentaria desde los indicadores de pobreza, marginación, desarrollo humano y bienestar, entre otros, no logra captar la funcionalidad de estructuras sociales locales, como lo ejemplifica en este estudio la conformación de la estrategia territorial del linaje.

El proceso de innovación transitó de la transferencia de técnicas y conocimientos ajustados a reglas de operación de un programa y a un periodo municipal, a un proceso de innovación socioambiental; esto va más allá del concepto convencional de innovación (Gómez, 2011) explicado por la oportunidad coyuntural de mezclar recursos municipales y de la CDI. Así, se generó innovación al introducir un cultivo de frutales, se cambió la transferencia de conocimientos por el acompañamiento y la facilitación de información técnica a lo largo del proceso, de investigar observando a investigar desde la acción para comprender la lógica del actuar de la gente dentro de su territorio. La acción convirtió al acompañante en un vinculador entre los proveedores de financiamiento, gobierno, academia y las necesidades locales. Asimismo, se recurrió al intercambio de experiencias como un proceso de animación y retroalimentación de la diversificación productiva.

En un escenario en el que la falta de alternativas para satisfacer las necesidades alimentarias propicia la aparición de brotes de violencia (Bohle, 2013) e incrementa tanto la vulnerabilidad ante el cambio climático y las crisis de mercado, como la dependencia de la ayuda gubernamental (Bohle, 2007), el Ts ́umbal K ́ulub ha mostrado adaptabilidad y resiliencia (Valenciano, 2010). La estrategia de vida familiar del linaje apostó a la producción del café a pesar de las fluctuaciones de los precios y del abandono institucional, en espera de que en algún momento el incremento del precio demuestre la efectividad de esta estrategia; para ello, las familias han optado por la pluriactividad (Parra y Moguel, 1998; Rello, 2000) e incorporado ocupaciones no agrícolas, la gestión de apoyos gubernamentales, y la diversificación con frutales como una actividad orientada a los mercados locales y regionales.

El nivel tecnológico de estos sistemas de producción es similar a un sistema mesoamericano, pues existe una gran diversidad de especies que tienen diferentes funciones ecológicas y etnobotánicas (Franco, 2013); asimismo son abiertos y flexibles, pues permiten la introducción de prácticas agroecológicas que favorecen la resiliencia y adaptabilidad de los sistemas productivos (Villanueva et al., 2011) ante los embates continuos de la globalización y mercantilización de los recursos naturales. Bajo esta lógica la agricultura tradicional replica sus conocimientos (Ramos et al., 2013), y los modifica y adecua a las condiciones cambiantes (Rodríguez, 2011). En el caso estudiado, el Wolwanej diseña estrategias de adaptabilidad, para lograr la transmisión y persistencia del conocimiento local, experimentado y validado dentro del linaje K ́ulub. Sin embargo, para asegurar respuestas eficientes en el menor tiempo posible, es de suma importancia que el Wowanej cuente con capacitación y asesoría técnica puesto que hay nuevos elementos que deben considerarse (Orozco et al., 2011). Por otra parte, el sistema de reproducción social ha dado un giro repentino con la incorporación de las mujeres del linaje en la implementación de alternativas productivas; este nuevo atributo puede brindarle mayor salud al sistema (Zuloaga, 2009).

Conclusiones

A fin de cuentas, si se desecha el concepto de desarrollo y en su lugar se plantea el del buen vivir (Gudynas, 2011), ¿Cómo hacer para que los campesinos participen en el mercado sin comprometer su autonomía ni las condiciones de organización y apropiación de su territorio? Para ello concretamos que las acciones que deberían efectuarse para el caso del linaje K ́ulub son: Incentivar la participación del estado sin politizar los procesos de asignación de financiamiento; fortalecer la capacidad de negociación del Wolwanej en el linaje y frente a los actores externos, buscando siempre mantener la conexión con su raíz y aprender de su entorno global los elementos que le ayuden a negociar con el exterior; acompañar los procesos de capacitación con el enfoque de campesino a campesino y aportar los elementos técnicos que sean pertinentes; buscar la inclusión en las políticas públicas de las formas de organización locales (en este caso del ts ́umbal) para la asignación y ministración de los recursos en las reglas de operación. El caso estudiado evidencia las bondades de generar proyectos de innovación centrados en organizaciones familiares bajo la gestión y el liderazgo de uno de sus integrantes.

Literatura citada

Arzaluz, S. 2005. La utilización del estudio de caso en el análisis local. Región y Sociedad. Vol. XVII. Número 32. EL Colegio de Sonora. 38 p. [ Links ]

Bohle, H. 2007. Living with vulnerability livelihoods and human security in risky environment. Interdisciplinary security connections. Publication series of UNU-EHS. No. 6/2007 [ Links ]

Bohle, H. 2013. Governance as a crosscutting theme in human dimensions science. Magazine of the International Human Dimensions Programme on Global Environmental Change. In: In: http://www.ihdp.unu.edu , acceso: 09 de abril, 2014. [ Links ]

Bonelli, V. 2011. Inclusive business for sustainable livelihoods. Field Actions Science Reports. Vol. 5. pp: 1-67. [ Links ]

CEPAL. 1999. Centroamérica: Cambio institucional y desarrollo organizativo de las pequeñas unidades de producción rural. CEPAL. Santiago de Chile. pp: 10-15. [ Links ]

Chambers R., y R. Conway.1991.Sustainable rural livelihoods: practical concepts for the 21st century. Institute of Development Studies. IDS Discussion Paper 296. pp: 29-35. [ Links ]

Chen, S., y M. Ravallion. 2008. The developing world is poorer than we thought, but no less successful in the fight against poverty. The World Bank Development Research Group. In: http://elibrary.worldbank.org/doi/pdf/10.1596/1813-94504703. [ Links ]

Craviotti, C. 2012. Los enfoques centrados en las prácticas de los productores familiares. Una discusión de perspectivas para la investigación en sociología rural. Revista Internacional de Sociología (RIS). Vol. 70, no 3, Septiembre-Diciembre. pp: 643-664. [ Links ]

D’Amico, P., S. Moreno, D. Pessolano, y C. Accorinti. 2013. Territorio y reproducción social: herramientas conceptuales para repensar el desierto de Lavalle (Argentina). Ambiente y Desarrollo. 17(33): 57-70. [ Links ]

Denning, M. 2006. La vida sin salario tras la crisis del capitalismo y los nuevos movimientos de los trabajadores. In: P. Chaves, C. Giraldo y R. Ramírez. Crisis del capitalismo neoliberal, poder constituyente y democracia real. Traficantes de sueños. Mapas. pp: 1-454. [ Links ]

Dixon, J., A. Gulliver, y D. Gibbon. 2001. Sistemas de producción agropecuaria y pobreza. Cómo mejorar los medios de subsistencia de los pequeños agricultores en un mundo cambiante. (Compendio) FAO y Banco Mundial. Roma y Washington, DC. 50 p. [ Links ]

DFID. 1999. Environmental guide. Department for International Development. United Kingdom Government. In: http://www.livelihoods.org/iisd1.iisd.ca/communities.htmLinks ]

De Janvry, A., and E. Sadoulet. 2000. New Approaches to Rural Development in Latin America. Santiago, Chile: FAOCEPAL. [ Links ]

Franco, F. 2013. Etnobotánica con enfoque agroecológico asociada al agroecosistema café en Risaralda (Colombia). Tesis. Maestría en agroecología. Un enfoque para la sustentabilidad rural. Universidad Internacional de Andalucía. Diciembre 2011. pp: 36-46. [ Links ]

Giménez, G. 2012. El problema de la generalización en los estudios de caso. Cultura y representaciones sociales. Año 7, núm. 13, septiembre 2012. pp: 40-62. [ Links ]

Gómez, I. 2011. La organización territorial por linajes en Oxchuc, Chiapas.Tesis. Ecosur. San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, Junio 2011. pp: 45-60. [ Links ]

Gudynas, E. 2011. Buen vivir: Germinando alternativas al desarrollo. América Latina en movimiento. ALAI. Febrero 2011, Quito. pp: 1-20. [ Links ]

Gonzáles, P. U. 2005. El modo de vida en la comunidad y la conducta cotidiana de las personas. Revista Cubana de Salud Pública [online]. Vol.31, núm. 2. [ Links ]

Gómez, L. 2008. La crisis alimentaria mundial y su incidencia en México. Agricultura, sociedad y desarrollo. Julio-diciembre, 2008. 27 p. [ Links ]

Gómez, T. 2013. Redes sociales y desarrollo de innovaciones: una aproximación a localidades de la meseta comiteca. Revista Mexicana de Agronegocios. Sexta Época, Año XVII, Volumen 32. Enero-junio de 2013. [ Links ]

González, H., y A. Macías. 2007.Vulnerabilidad alimentaria y política agroalimentaria en México. Desacatos. Núm. 25, septiembre-diciembre 2007. pp: 47-78. [ Links ]

Greenwood, D. 2000. De la observación a la investigación-acción participativa: Una visión crítica de las prácticas Antropológicas. Revista de Antropología Social. Año/Vol 9. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, España. pp: 27-49. [ Links ]

Hernández X., E. 1979. La investigación científica y el desarrollo de tecnología relevante en América Latina. En: Memorias de la X reunión de la ALCA. Acapulco, México. 22-28 de abril de 1979. pp. 61-64. [ Links ]

INEGI (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática) 2010. XIV Censo de Población y Vivienda 2010. Estados Unidos Mexicanos. Tabulados Básicos. Aguascalientes, Aguascalientes, México. [ Links ]

Klerkx, L., A. Hall, and C. Leeuwis. 2009. Strengthening agricultural innovation capacity: are innovation brokers the answer? Int. J. Agricultural Resources, Governance and Ecology. 8 (5/6):409-438. [ Links ]

Liscovsky, I., M. Parra, E. Bello, y A. Arce. 2012. Discurso territorial y práctica sectorial de las políticas socioambientales: un análisis del ecoturismo. El Colegio Mexiquense, A.C. México. Economía, Sociedad y Territorio. Vol. XII, Núm. 39, mayo-agosto, 2012. pp: 359-402. [ Links ]

Macías, A. 2013. Pequeños agricultores y nueva ruralidad en el occidente de México. Cuadernos de Desarrollo Rural, 10 (71): 187-207. [ Links ]

Marañon, B. 2013. La economía solidaria en México. UNAM, Instituto de Investigaciones Económicas. México, D.F. pp: 1-67. [ Links ]

Mariaca, R. 2007. La milpa tzotzil de los Altos de Chiapas y sus recursos genéticos. El Colegio de la Frontera Sur y Universidad Intercultural de Chiapas, México. pp: 45-60. [ Links ]

Mera, L. 1989. Condiciones naturales para la producción. In: El subdesarrollo agrícola en Los Altos de Chiapas. Colección de Cuadernos Universitarios Serie Agronómica Núm.18. Universidad Autónoma de Chapingo. México. pp: 25-30. [ Links ]

Munro, P. 2012. Una visión general de las directrices voluntarias sobre la gobernanza de la tenencia de la tierra. Revista sobre la Tenencia de la Tierra. pp: 5-17. [ Links ]

Ortiz, B., L. Jiménez, M. Morales, A. Quispe, A. Turrent, G. Rendon, y R. Rendon. 2013. Nivel de adopción de tecnologías para la producción de jitomate en productores de pequeña escala en el estado de Oaxaca. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas. Vol. 4, Núm.3, 01 de abril 15 de mayo, 2013. pp: 447-460. [ Links ]

Orozco, C., J. Bautista, D. Huato, F. Barbosa, B. Gutierrez, y F. Ariza. 2011. Impactos del conocimiento tecnológico sobre la disponibilidad alimentaria de campesinos indígenas en el sureste mexicano. Archivos Alimentarios de Nutrición. Vol. 61.Núm.1. pp: 1-7. [ Links ]

Parra, M., y V. Moguel. 1998. La emergencia de organizaciones no gubernamentales de cafeticultores indígenas en Chiapas. Estrategias frente a las políticas agrícolas. Publicado. In: José Luis Méndez, (coord) Organizaciones civiles y políticas públicas en México y Centroamérica. México. Porrúa/ISTR/Academia mexicana de Investigación en Políticas Públicas. pp: 321-367. [ Links ]

Parra, M. 2012. Desarrollo de sistemas socioambientales localizados basado en investigación socialmente distribuida. In: E. Bello, E. Naranjo y E. Vandame La otra innovación para el ambiente y la sociedad en la frontera sur de México. [ Links ]

Parra, M., I. Liskovsky, P. Ramos, y B. Herrera. 2011. Manual de planeación comunitaria con el enfoque de modos de vida sustentable. El Colegio de la Frontera Sur. Red de Espacios para la Innovación Socioambiental, Chiapas, México. [ Links ]

Pat, J., J. Nahed, M. Parra, L. García, A. Nazar, y E. Bello. 2011. Influencia de las estrategias de ingresos y las políticas públicas sobre la seguridad alimentaria en comunidades rurales mayas del norte de Campeche, México. Tropical and Subtropical Agroecosystems 14: 77-89. [ Links ]

Pool, L. N. 1997. Intensificación de la agricultura tradicional y cambios en el uso del suelo. In: Los Altos de Chiapas: Agricultura y crisis rural. ECOSUR. pp: 2-22. [ Links ]

Ramos, P., M. Parra, S. Hernández, B. Herrera, y J. Nahed. 2009. Estrategias de vida, sistemas agrícolas e innovación en el municipio de Oxchuc, Chiapas. Revista de Geografía Agrícola. Núm: 42, Enero-Junio 2009. Universidad Autónoma de Chapingo, México. pp: 83-106. [ Links ]

Ramos, G., J. Jaramillo, F. Parra, y G. González. 2013. Factores que determinan la persistencia de la producción campesina de maíz; el caso del municipio de Libres, Puebla. Ra Ximhai. Enero-Abril, año/vol.9. Núm. 1. pp: 15-28. [ Links ]

Rello, F. 2000. Making investment in the rural poor into good business. New perspectives for rural development in Latin America. California University. California, USA. [ Links ]

Rodríguez, G. 2011. Tecnologías tradicionales aplicadas por comunidades locales para su seguridad alimentaria. Actas Iberoamericanas de Conservación Animal. Instituto de Estudios Indígenas. Universidad Autónoma de Chiapas. pp: 25-32. [ Links ]

Sántiz, A.; M. Parra. 2010. Gobernanza, política pública y desarrollo local de Oxchuc, Chiapas. Revista de Geografía Agrícola, Núm 44. Universidad Autónoma de Chapingo. Texcoco, México. pp: 71-90. [ Links ]

Sántiz, A. 2012. Innovación rural campesina y diversificación de cultivos de Oxchuc, Chiapas. Temas Antropológicos. Revista Científica de Investigaciones Regionales, Vol. 34, núm. 1. pp: 37-62. [ Links ]

Solano, A. 2013. Programas de Apoyo y Financiamiento a la Seguridad Alimentaria. Tesis. Universidad Veracruzana. México. pp: 9-16. [ Links ]

Scherr, J. S. 2000. A downward spiral? Research evidence on the relationship between poverty and natural resource degradation. Elsevier Science. pp: 481-482. [ Links ]

Shane, N. 2013. Campesino justification for self-initiated conservation actions: a challenge to mainstream conservation. Journal of Political Ecology Vol. 20. 414 p. [ Links ]

Valenciano, J. 2010. Adaptabilidad de las familias agrícolas ante presiones económicas y ecológicas: un caso de café de altura en León Cortés, Costa Rica. Economía y Sociedad, Núm. 37 y 38. Enero-Diciembre de 2010. pp: 81-102. [ Links ]

Villanueva, C., C. Sepúlveda, y M. Ibrahim. 2011. Manejo agroecológico como ruta para lograr la sostenibilidad de fincas con café y ganadería. Serie Técnica. CATIE. Informe Técnico Núm. 387. pp: 1-225. [ Links ]

Zuloaga, G. 2009. Las mujeres campesinas producen y conservan agrodiversidad en Colombia. Dossier. Letras Verdes. Iniciativas locales frente a problemas locales. Núm.5, diciembre. pp: 15-17. [ Links ]

1Wolwanej del Ts’umbal K’ulub (el gestor y que enseña con su ejemplo del territorio-linaje Kúlub (chapulin) en la comunidad El Tzay, municipio de Oxchuc, Chiapas. La información se obtuvo mediante diagnósticos participativos tomando como base la familia dentro de su estructura organizacional, que es el linaje.

2Linaje: grupo de personas emparentadas a partir de lazos sanguíneos.

3

- Don Manuel de 80 años de edad ocupó cargos como agente municipal y fue diputado, entre otras.

- Don Enrique de 69 años ocupó cargos como agente municipal, comité de educación y policía entre otras.

- Don Salvador de 45 años de edad, secretario de educación, actualmente es representante de un grupo de productores de aguacate hass en el paraje Tz ́ay.

Recibido: Julio de 2014; Aprobado: Enero de 2016

* Autor responsable: ppablo_ramos@hotmail.com

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons