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Agricultura, sociedad y desarrollo

versión impresa ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.13 no.2 Texcoco abr./jun. 2016

 

Artículos

Opciones de política ambiental para garantizar la sustentabilidad de la agroindustria azucarera en Puebla, México

José R. Pérez-Cruz1  * 

Susana E. Rappo-Miguez2 

1 FEBUAP. México.(neburzerep@hotmail.com).

2 CEDES BUAP. México.(susanarappo@hotmail.com)


Resumen:

Con la finalidad de avanzar en el análisis de su huella ecológica, se exponen aspectos que conforman la cadena productiva y de valor de la Agroindustria Azucarera en Puebla, que se inicia con la producción de caña de azúcar en los ejidos dedicados a su cultivo, hasta la obtención del azúcar, mediante el proceso de transformación en los ingenios, con el fin de presentar la problemática ambiental en los diferentes momentos de la cadena de producción, y de esta manera visualizar las opciones de política ambiental tendientes a garantizar la sustentabilidad de la agroindustria.

Palabras clave: azúcar; cadena productiva; políticas públicas; problemática ambiental

Abstract:

With the aim of advancing in the analysis of its ecological footprint, aspects that make up the productive and value chain of the Sugar Agroindustry in Puebla are exposed, which begins with sugar cane production in the ejidos devoted to its cultivation, until obtaining sugar through the transformation process in sugar plants. This, with the aim of presenting the environmental problematic in the different moments of the production chain, and therefore visualize the options of environmental policy that tend to guarantee the sustainability of the agroindustry.

Keywords: sugar; productive chain; public policies; environmental problematic

Introducción

Este ensayo tiene el objetivo de plantear opciones de política ambiental para garantizar la sustentabilidad de la Agroindustria Azucarera (AIA) en el estado de Puebla, a partir de analizar sintéticamente el conjunto de actividades que conforma la cadena productiva y de valor que se inicia con la producción de la caña de azúcar en los ejidos dedicados a su cultivo, el transporte y la transformación en los ingenios hasta la obtención del azúcar en sus distintas presentaciones. El concepto de sustentabilidad ha pasado de ser uno de aceptación casi general a ubicarse dentro de un fuerte debate; nos adherimos a la aspiración de arribar a una sustentabilidad súper-fuerte, que sostiene que el ambiente debe ser valorado de manera económica, pero incorporando también los valores culturales, sociales y ecológicos de los pueblos originales; apoyándose en una nueva ética, que rompa con la idea del crecimiento económico como motor del desarrollo, y ponga el acento en la calidad de vida.

La problemática ambiental de la AIA se encuentra asociada a los patrones de producción imperantes en los diferentes momentos de la cadena productiva, que requiere el uso de fertilizantes químicos, pesticidas, alto consumo de agua en los campos de cultivo; la roza practicada durante la zafra, que incluye el desgaste de los suelos y la emisión de CO2 a la atmósfera, (aunado a los riesgos laborales); y, en el ámbito de la industria, el gran impacto en el recurso agua, por el uso de grandes cantidades en el proceso productivo y la generación de residuos que se descargan a corrientes de aguas superficiales, además de otras emisiones de gases y partículas al ambiente, por el uso de combustibles fósiles.

El análisis de la cadena productiva de la AIA nos permite ubicar las actividades de alto impacto ambiental que persisten en una agroindustria con patrones de producción que datan de muchas décadas, en la que está presente también la creación de valor, que no considera la reparación de los daños al ambiente generados por los productores y también por los empresarios que participan en ella.

Planteamos que la implementación de procesos productivos sustentables en la AIA implica el análisis y revisión de la cadena, acorde con la normatividad ambiental mexicana vigente. También reflexionamos sobre las políticas ambientales que apuntan hacia la sustentabilidad súper-fuerte de la misma.

Características fundamentales de las políticas ambientales en México

La autoridad ambiental en México es la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), cuya función es atender de manera integral la agenda ambiental, en la que se incluyen tanto la gestión de los recursos naturales renovables como el cuidado del medio ambiente; de esta Secretaría dependen dos organismos desconcentrados, el Instituto Nacional de Ecología (INE) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA)

El INE fue creado en el contexto de la integración de México a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), con la encomienda de instrumentar una estrategia ambiental para la industria mexicana en la que se planteaba el logro de la competitividad, así como la protección del empleo y la salud.

Las funciones del INE son la planeación ecológica, la normatividad ambiental, el aprovechamiento ecológico de los recursos naturales, la investigación y desarrollo tecnológico con fines ambientales; asume tareas regulatorias, normativas y de gestión ambiental que lo convierten en una entidad prioritaria.

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) tiene asignadas las actividades de inspección, vigilancia en el uso, protección y aprovechamiento de los recursos naturales y ordenamiento ecológico de competencia federal, además tiene las facultades de control y de atención ciudadana, como son vigilar y evaluar el cumplimiento de la normatividad aplicable y las disposiciones jurídicas aplicables a la prevención y control de la contaminación ambiental, así como en materia de impacto ambiental, y descargas de aguas residuales a cuerpos de aguas nacionales, imponer las medidas de seguridad y sanciones que resulten procedentes, la atención de emergencias y contingencias ambientales, la denuncia y coadyuvancia penal, así como la acción ante tribunales por daños a la vida silvestre y su hábitat.

En lo que respecta a las acciones de la PROFEPA en el ámbito industrial, que es uno de los objetivos de nuestra investigación, éstas tienen dos vertientes. Una, la auditoría ambiental; otra, la verificación normativa. La primera es un programa dirigido a las empresas que, por sus procesos de producción, así como por el sector de actividad en que se encuentran, representan riesgos al medio ambiente. Una característica fundamental es que las empresas lo adoptan de manera voluntaria y a iniciativa propia; no hay una obligatoriedad.

Las auditorías ambientales se han aplicado principalmente a las grandes empresas privadas, las paraestatales de gran tamaño y en una pequeña proporción a las empresas de menor tamaño. Mediante éstas, la Procuraduría verifica el grado de cumplimiento de las diversas normas en el conjunto de las operaciones de la empresa, tales como prevención y control de la contaminación ambiental, riesgo e higiene industrial, así como medidas de seguridad en el establecimiento industrial. Una vez detectadas las deficiencias se dictan medidas preventivas que son monitoreadas por la PROFEPA a través de la firma del plan de acción con la empresa que ha sido auditada. Es importante señalar que la inmensa mayoría de las empresas (medianas, pequeñas y micro) no participan en el programa de auditorías ambientales. Es necesario mencionar que la mayoría de los ingenios participan de manera voluntaria en las auditorías ambientales.

En lo que respecta a la verificación normativa, esta se ejerce mediante visitas de inspección que dan lugar a sanciones administrativas o a que se dicten medidas técnicas para la corrección de los problemas detectados.

El antecedente más lejano de la aplicación de lo que puede llamarse regulación o política ambiental en la actividad económica de la AIA, lo encontramos en la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), que es el instrumento fundamental de la operación de la política ambiental. Sus aspectos básicos en lo referente a la Industria fueron establecer disposiciones para el control de la contaminación de la atmósfera, del suelo, del agua, el control de materiales y residuos peligrosos, la clasificación de las fuentes de contaminación y las sanciones para quienes violaran la Ley.

En México, la política ambiental dirigida hacia la industria parte del principio de no utilizar acciones regulatorias directas, más bien se diseñó para que las empresas llegaran a una autorregulación voluntaria, que contenga un carácter preventivo más que correctivo. Se pretende racionalizar el uso de instrumentos de los que dispone la política ambiental, siguiendo el principio de la estandarización de los instrumentos, por consiguiente son pocos los instrumentos utilizados, descartándose en particular la aplicación de impuestos ecológicos. La autoridad ambiental en México promueve con fuerza la utilización de instrumentos de política ambiental de tipo voluntario, con la finalidad de promover las acciones de autorregulación de las empresas, como son los convenios de concertación entre la industria y la autoridad, las auditorías ambientales y la certificación ISO 14001.

Importancia de la agroindustria azucarera en la economía mexicana y en la región de Puebla

El análisis de la Agroindustria Azucarera mexicana es relevante en más de un sentido: por ser una de las actividades productivas más antiguas del país, por su importancia económica, productora de un bien de la canasta básica, por su entrelazamiento entre agricultura e industria y por su impacto regional, que le ha permitido tener influencias en el terreno social muy relevantes. Es una industria representativa de la vieja agricultura de contrato dominada por la industria, históricamente asociada al proceso de distribución de la tierra y porque determina la vida económica en amplias regiones del país (Rappo Miguez, 2002).

México se encuentra entre los primeros 10 países productores y consumidores de azúcar; la AIA genera aproximadamente 300 000 empleos de manera directa, en quince estados de la República, con 60 ingenios azucareros agrupados en once consorcios empresariales. Esta agroindustria presenta innumerables encadenamientos; integra actividades primarias, industriales, comerciales y de servicios, con lo cual aparece un efecto multiplicador del empleo que impacta en tres millones de personas (Hernández Barajas, 2000:21).

Sin embargo, también la AIA enfrenta dificultades históricas, que impiden un patrón de crecimiento sostenido, que cae en situaciones de crisis recurrentes de carácter prolongado1. Son diversas las facetas que adopta esta crisis, puede hablarse de una crisis de descapitalización, una crisis de rezago tecnológico, una crisis de productividad, una crisis de competitividad en el ámbito internacional, una crisis financiera, una crisis laboral y una crisis ambiental, entre otras.

Las dificultades que presenta la AIA nacional pueden sintetizarse así:

  • Los patrones de consumo de la población mexicana, que han incidido en aumentos en la demanda nacional del azúcar y sus derivados, junto a los procesos de liberalización a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio de America del Norte (TLCAN), que si bien han sido un fuerte estímulo para que en los años recientes se hayan presentado incrementos en la producción de azúcar, también se han incrementado las importaciones de sus sustitutos, en especial el jarabe de alta fructuosa, que en los últimos años ha tenido un crecimiento exponencial en su cuota de importación, con una tendencia a incrementarse.

  • El mercado internacional del azúcar, altamente protegido y dominado por los Estados Unidos, quienes inciden en los bajos precios internacionales del azúcar, han desestimulado las exportaciones mexicanas del dulce, y han alentado el aumento del consumo nacional, lo que explica la ausencia de inversiones en la agroindustria; los que hubieran mejorado su productividad e incorporado procesos técnicos modernos, más limpios y sustentables.

  • Heterogeneidad productiva de los ingenios mexicanos: el tema de la productividad es un referente obligado, desde un comparativo tanto en el contexto internacional de las nuevas tendencias mundiales de la agroindustria azucarera. En los años recientes se observa el ascenso de países como Brasil, India y China, que encabezan la lista de productores del mundo, tanto en volumen de la producción como en exportaciones, gracias, en gran medida, a que incorporan tecnologías que elevan su productividad e inciden en el mejoramiento ambiental y en un menor uso de los recursos naturales. En el caso de México, encontramos una gran heterogeneidad en los niveles de productividad de la AIA (Aguilar 2011)

En lo que se refiere a tipologías para las zonas cañeras y las agroindustrias, Arguello (2009: 169-171), presenta algunas metodologías al respecto.

La tipología más utilizada en México, compara los rendimientos de campo; toneladas caña/azúcar producida. Encontramos ingenios con altos rendimientos de campo que coexisten con unidades con rendimientos menores a la media nacional; lo que resulta de una marcada heterogeneidad productiva. Sin duda es un elemento fundamental a considerar en el estudio de la agroindustria. La heterogeneidad productiva es un elemento para explicar los problemas de competitividad internacional, que a su vez determinan su situación técnica y financiera, lo que repercute en problemas de escasa ocupación, incumplimiento con los productores cañeros, problemas de financiamiento, y diferenciales de rentabilidad, entre otros.

Se puede deducir que dicha problemática repercute en el aspecto ambiental, lo que se traduce en los problemas de contaminación de ríos por los materiales que utilizan los ingenios azucareros, que ha convertido a la AIA mexicana en una de las actividades con mayor impacto negativo sobre el ambiente en la industria nacional; se observa también la ausencia de industrialización de muchos subproductos de la caña, que terminan como desechos industriales, como es el caso del bagazo, arrojado a los ríos o a la atmósfera como cenizas y CO2, cuando es utilizado como combustible.

Importancia de la región puebla en la ALA nacional

Históricamente la región cañera del Estado de Puebla, México, ha tenido una gran importancia económica tanto a nivel local como nacional, por ser una las zonas más productivas del país, básicamente la zona colindante con el Estado de Morelos que conforma un territorio de enorme potencial agroecológico, que permita incrementos en los rendimientos del cultivo sustentable de la caña de azúcar sin deteriorar el entorno.

A partir de los datos del Cuadro 1 podemos ver que Puebla contribuye con 4.2 % de la caña producida para los ingenios nacionales y con 4.7 % de la producción nacional de azúcar, a pesar de que solamente aporta 1.6 % de la superficie cultivada y 1.8 % de la superficie industrializada, por lo que su productividad es de las más elevadas del país sus rendimientos de caña y azúcar por hectárea son de 160 % y 170 % superiores a la media nacional.

Fuente: Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013).

Cuadro 1 México y Puebla: Producción de Azúcar de Caña. (Zafra 2010/2011). 

El factor de heterogeneidad de los ingenios mexicanos según Aguilar (2011), ubica a Calipam entre los ingenios de mediana productividad (está moderadamente arriba de la media nacional, y a Atencingo en los ingenios de alta productividad con rendimientos por encima de la media nacional. Sin embargo, Puebla representa un ejemplo claro de la heterogeneidad de los ingenios nacionales, ya que aunque operan únicamente dos (Atencingo y Calipam) estos son diferentes, como lo podemos ver en el Cuadro 2.

Fuente: Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013).

Cuadro 2 Comparativo entre los ingenios de Puebla, México. (zafra 2010/2011). 

La productividad en ambos ingenios es mayor a la media nacional, y si nuestra referencia es la caña por hectárea y el azúcar por hectárea producida en ambos ingenios, Atencingo tiene un rendimiento mayor de casi 80 % y 60% respectivamente en relación a Calipam en cada uno de estos aspectos. Es relevante el hecho de que ambos ingenios de Puebla, tienen un rendimiento de caña por hectárea y azúcar por hectárea mayor que la media nacional.

Patrón de producción, cadena productiva e impacto ambiental: hacia la construcción de la huella ecológica de la AIA región Puebla

De manera somera, la cadena productiva de la AIA corresponde a dos grandes procesos: 1) la producción de la caña de azúcar, que junto con el agua, es el insumo fundamental en esta agroindustria que se ubica en el sector primario; y 2) el proceso derivado de la producción de azúcar en planta del sector industrial.

La caña de azúcar es un cultivo perenne, que se explota en un ciclo de plantilla por lo menos uno de soca2 y tres de resoca. El ciclo de la plantilla implica la preparación del terreno para su cultivo y abastecimiento de abundante agua, labores de deshierbe para optimizar el desarrollo de la planta y facilitar la penetración del agua; es necesario aplicar abono o fertilizante3 y combatir las plagas utilizando pesticidas. Los ciclos de soca y resoca se realizan después de la primera zafra, a partir de los tallos que permanecen en campo y que constituyen la base de los nuevos brotes que conformarán los tallos molederos del siguiente ciclo. Se eliminan troncones y hojarasca para evitar el desarrollo de insectos dañinos o bien picarlos e integrarlos al suelo simultáneamente con insecticidas y fertilizantes adecuados; la fertilización se efectúa con dosis de abono y fertilizante similares a las de plantillas (Servín, 2003).

La zafra la llevan a cabo los productores a partir de la supervisión que el ingenio lleva a cabo, éste controla el paquete tecnológico de la producción agrícola, así como los tiempos de abastecimiento; en México es de uso generalizado hacer una quema o roza a la plantación previa al corte de la caña con la finalidad de facilitar dicha tarea, y eliminar las malezas, ya que el ingenio exige la entrega de caña sin hojas ni punta, lista para moler. La zafra o recolección de la caña se hace a mano, aunque se realizaron ensayos con varias máquinas y se tuvo cierto éxito. La principal razón de esta práctica es que el dueño tiene que absorber los costos de la zafra, y a los productores les resulta más económico pagar muy bajos salarios a cuadrillas de cortadores. Además, hablamos de pequeños productores agobiados financieramente, y con cada vez menor capacidad de contratar financiamiento, en un país que desapareció la banca de desarrollo, y donde las tasas de interés imperantes se vuelven restrictivas para cualquier actividad económica. Otro factor que limita el trabajo en campo es la migración en las regiones cañeras, que dificulta la contratación de mano de obra.

Se procura que la caña cortada no permanezca en campo más de 24 horas, para que no pierda peso y calidad industrial, debe llegar fresca al ingenio; la quema y el corte de la caña inician un proceso de degradación que disminuye el contenido de sacarosa.

Esta investigación no pretende determinar la huella ecológica en la agroindustria azucarera de la región de Puebla de manera cuantitativa, tal como lo determina su metodología, más bien y dados nuestros limitados recursos, se planteó avanzar en su búsqueda, con los resultados que presentamos del análisis de la huella ecológica en región cañera de Puebla, no se puede afirmar que su abordaje esté terminado, dada la complejidad de evaluarla cuantitativamente.

La búsqueda de la huella ecológica4 se inicia en la fase del cultivo de caña de azúcar, que demanda gran cantidad de nutrientes: sin prácticas agroecológicas se inicia el agotamiento del suelo, dado el carácter monopsónico del cultivo de la caña en nuestro país, dada la condición del ingenio como centro productivo, que es abastecido por los cañaverales. Las exigencias propias del uso implican un fuerte deterioro de los suelos, especialmente por su característica de monocultivo a lo largo de muchos años.

Fuente: elaboración propia.

Cuadro 3 Consumo de agua en el proceso de elaboración de azúcar. 

Además, el patrón tecnológico asociado a las variedades y a la utilización de fertilizantes y plaguicidas, son altamente contaminantes, van generando efectos negativos sobre el ciclo de sustancias debido a la compactación y salinización del suelo, drenaje, estragos entre los microorganismos. Esta situación es provocada por la alta extracción de nutrientes por una parte, y por la baja incorporación de los mismos por la otra: para enfrentar esta situación se recomienda utilizar composta a partir de cachaza y bagazo/cachaza (la cachaza y el bagazo son residuos del proceso productivo del ingenio).

El empleo de este tipo de fertilizantes debe ser alentado ya que actúan como mejoradores de suelo (la cachaza es rica en nutrientes), incrementan la producción y su empleo amplio y permanente puede constituirse como generador de empleos (Servín, 2003).

La producción de caña de azúcar implica la disposición de agua o la existencia de suelos húmedos (Cuadro 4). Se tienen problemas en el manejo del agua, en la infraestructura hidráulica, en el intervalo y láminas de riego. Se han puesto en marcha proyectos de riego por goteo, que no han avanzado debido a la falta de recursos propios y por la carencia de financiamiento. Algunas fuentes señalan que plagas y enfermedades provocan daños del 10 %5.

Fuente: elaboración propia.

Cuadro 4 Principales fuentes de agua residual en la elaboración de azúcar. 

En términos generales, como actividad previa al corte se realiza la quema6 del cultivo, con ello se eliminan punta (cogollo) y hoja. Las partes de la caña que se eliminan con la roza son de un alto contenido de nutrientes, en particular la punta o cogollo que se utiliza como forraje. Hasta la fecha, el uso de los residuos agrícolas de la cosecha es muy bajo y poco se les aprovecha, prefiriéndose su quema en la cosecha de caña, debido a que la utilización de los residuos cañeros con fines de diversificación no está generalizada, ya que depende de ciertos factores, entre los que se destaca la ausencia de una estimulación económica, que se refleja en la falta de empresas de procesamiento y compradores, la cultura tecnológica, no existe una cadena productiva o un mercado de los residuos de la agroindustria de la caña de azúcar que permita elevar su desempeño a pesar de existir derivados potenciales, basados en su composición.

La quema implica también una serie de problemas ambientales como son la contaminación del aire aumentando los índices de emisiones de gases a la atmósfera que provocan el efecto invernadero, también afecta el suelo y a la salud de los que viven cerca de estos lugares y de los cortadores de caña.

De igual manera la ceniza y el humo generado afecta a los animales, a la vez que contamina ríos y lagos cercanos a la quema.

Con respecto al traslado de la caña cortada al ingenio; de acuerdo a los datos de Palacios (2011), los costos del transporte corren a cargo de los productores de caña y no de los ingenios, lo que implica una carga en los costos de producción, y por ende una pérdida de eficiencia. Los ingenios mexicanos no son dueños ni co-propietarios de los camiones y no muestran interés en modernizar y hacer más eficiente el transporte. El traslado de la caña al ingenio implica una gran carga ambiental dada la obsolescencia de los camiones que la trasladan, lo que genera un mayor consumo de combustible y lubricantes con las consiguientes emisiones de carburantes y CO2 a la atmósfera.

Se utilizan transportes que tienen una antigüedad media de 31.2 años. El número promedio de viajes diarios que realiza cada camión es muy reducido: 0.8 y de manera optimista 2; estas cifras muestran que el transportista de las zonas cañeras mexicanas se ve obligado, ante la obsolescencia de la tecnología del ingenio, a realizar un número muy pequeño de viajes, dado que los patios de la factoría son insuficientes para recibir la caña de los camiones en espera, lo que se refleja en un reducido ingreso para ellos. Este hecho se origina por los llamados tiempos muertos o de espera para que el transportista pueda descargar la caña. Éstos varían de 3 hasta 10 horas.

El gran número de camiones estacionados en el batey en todo momento representa una pérdida monetaria para los dueños de los camiones, que no pueden realizar otros viajes y por consiguiente, sus percepciones son menores y no pueden destinar fondos para mantenimiento preventivo de sus vehículos.

Palacios (2011) agrega que el parque vehicular en cada ingenio es excesivo, pues los camiones son utilizados por los ingenios para almacenamiento temporal, lo que incide en la pérdida de frescura de la caña y, por consiguiente, en menor productividad por pérdidas de sacarosa. Este hecho repercute en los ingresos de los productores de caña y los transportistas originada por las dificultades de almacenamiento, administración y procesos de trabajo de los ingenios. La reducción de los tiempos de espera en batey permitiría una regularización uniforme del arribo de los camiones al ingenio, sin altas y bajas durante toda la jornada de trabajo. Supondría un mayor compromiso por parte de los ingenios: agilizar los trámites y el registro de la caña que reciben, mejorando los procesos administrativos que repercuten en la productividad y por ende en los ingresos de productores y transportistas. Los ingenios deberán invertir en instalaciones para hacer más ágil el acopio de la caña entregada, mejorar los procesos técnicos e inmiscuirse en reducir los tiempos de espera. Esto también repercutiría, como se ha visto, en una mejora ambiental.

Impacto ambiental en ingenio: el uso del agua en los ingenios mexicanos

La caña y el agua son los insumos fundamentales en la cadena productiva de la AIA, en el campo y en el ingenio azucarero (pueblo o ciudad). Los altos volúmenes del agua utilizada, así como en las enormes descargas de contaminantes que arroja a los depósitos naturales de agua, implica una fuerte presión sobre los mantos freáticos y las vertientes terrestres. A diferencia de la caña de azúcar que tiene un costo monetario, el agua, a pesar de ser una materia prima esencial en la producción de azúcar, representa un costo muy reducido para los administradores de un ingenio, dada su abundancia y disposición. Sin embargo, el costo ambiental derivado del uso irracional del líquido ha sido poco visibilizado.

Las políticas ambientales no han mejorado el aprovechamiento racional del agua en los ingenios nacionales, dado que su consumo no ha tenido una reducción sustancial; si le agregamos la disminución de las reservas acuíferas en el país y que las descargas de aguas residuales siguen siendo muy altas:

“El consumo de agua en los ingenios es muy elevado, sigue sin reutilizarse el agua de los procesos productivos, si bien el cierre de ingenios y la adopción de medidas anticontaminantes han permitido una mejora en este rubro. En el año 2000 los ingenios generaron 5.6 millones de m3 de aguas residuales, lo cual significó alrededor de 41 % del total de las descargas de la industria. En contraste, en 2005, sólo había 57 ingenios y ellos significaron 28 % de la carga orgánica en los ríos del país. Esto es, se disminuyó el volumen de las descargas residuales al pasar de 49 m3/s a 23.6 m3/s” (Arreguín, 2011)

En los últimos años la gestión y la disponibilidad de agua en México se han convertido en uno de los temas más relevantes de la agenda ambiental. La problemática en torno a este recurso7 se ha agravado debido a su sobreexplotación, la gran contaminación de los mantos acuíferos y las erróneas políticas ambientales al respecto. Incluso la alerta hídrica en México ha comenzado a tocar a las zonas con mayor disposición, incluidas las cañeras.

Esta problemática ambiental es resultado de que la AIA mantiene esencialmente los mismos patrones de producción desde hace varias décadas, que se reflejen en una escasa innovación de los procesos productivos y del patrón tecnológico.

Poco se ha avanzado en alcanzar un uso sustentable del líquido, los procesos productivos del azúcar de caña se siguen dando a partir de un consumo muy alto de agua, que además debe ser limpia: en la mayoría de las fases del proceso productivo el uso de agua es indispensable.

Es recomendable que esta agua utilizada en los ingenios se devuelva limpia al sistema hídrico, se reutilice y no se presione a las fuentes de abasto, lo que supone que los ingenios dispongan de terreno para estanques con aspersión, y grandes inversiones en torres de refrigeración. El agua condensada excedente enfriada y el agua de caída pueden utilizarse por completo en el lavado, en lugar de agua fresca, de este modo se reducen tanto el consumo de agua de la fábrica como la contaminación de las aguas residuales.

Es imperioso invertir en investigación para desarrollar tecnologías que ahorren agua. Existen experiencias de otros países, especialmente Australia (Palacios et al., 2011) que logró ahorros sustanciales de agua al dejar de usarla en procesos como el lavado y por la reutilización del líquido en otras fases de la elaboración del producto.

Descarga de aguas residuales de los ingenios

La gestión y el manejo de las descargas de aguas residuales debe ser un asunto fundamental en la operación de los ingenios; sus actividades producen este tipo de descargas como las que provienen del agua para desenlodamiento de las calderas, de la purificación del extracto en las estaciones de evaporación y cocción (condensado sobrante y agua de limpieza), de la refinación (agua de regeneración de los intercambiadores iónicos), de la producción de alcohol, levadura, papel o tablero aglomerado (si la melaza y el bagazo se transforman en la propia empresa), de la limpieza de los patios y de las precipitaciones y de los sanitarios y baños de los trabajadores. Todo lo cual requiere la adopción y creación de tecnologías limpias referentes al agua.

El problema de la contaminación del aire

Las principales descargas de residuos sólidos proceden de la preparación de la materia prima (tierra, restos de plantas), de los generadores de vapor (ceniza) y de la purificación del extracto (lodo de filtros), celulósicos (bagazo), lodos de proceso (cachaza diluida), Hidróxido de calcio “cal” (Tiraderos), polvos de azúcar, grasas y aceites empleados en los motores del ingenio y para lubricar la maquinaria.

En tanto que la emisión de gases tóxicos, emisiones al aire proceden del sistema de calderas (gases de humo de los procesos de combustión de materiales sólidos, líquidos y gaseosos) sustancias volátiles (hollín y ceniza), de la preparación de la materia prima, de la extracción, de la purificación del jugo y de su espesamiento (amoníaco) así como de reacciones bioquímicas de los componentes orgánicos de las aguas residuales en los estanques estratificados (amoniaco y ácido sulfúrico) que implican la generación en exceso de SO2 y SO3.

Las emisiones de las plantas de producción de energía y de secado pueden limitarse aplicando las técnicas de purificación desarrolladas. Especialmente en el caso de utilizar bagazo como combustible hay que contar con filtros importantes de hollín y cenizas.

Un indicador importante a tomar en cuenta es el de consumo de petróleo por tonelada de azúcar producida, que de acuerdo a la Unión Nacional de Cañeros (2013), en los ingenios de Puebla se redujo. En el ingenio de Calipam la disminución fue de 1b443b785 litros en la zafra de 2012-2013 a 1b001b844 en el ciclo 2013-2014 y en Atencingo de 747 7271litros en la zafra de 2012-2013 a 322 343 en el ciclo 2013-2014. Dicho ahorro se debe a la sustitución de petróleo por el bagazo como combustible utilizado en sus calderas, que han permitido generar 2 089 800 KHZ y 31 021 700 KHZ de energía en el ciclo 2013-2014, en los ingenios de Calipam y Atencingo respectivamente (Unión Nacional de Cañeros, 2013).

Sin embargo, el uso de bagazo, aunque representa un ahorro pecuniario para los ingenios y ha mejorado su imagen ecológica al argumentar que se usan energías alternativas a los combustibles fósiles, no está exenta de tener un impacto en el ambiente, ya que la combustión del bagazo en las calderas produce una gran contaminación por todo el tizne emitido y por el CO2, ya que es quemado con una gran humedad, contribuyendo al calentamiento global. Las partículas de carbón y cenizas también generan importantes daños como la contaminación de cuerpos de agua, contaminación de suelo e intoxicación de flora y fauna. También son responsables de enfermedades de índole respiratoria y ocular que padecen los trabajadores y los habitantes que viven cerca de los ingenios.

Políticas ambientales en la agroindustria azucarera

Debido a las características de la política ambiental, los instrumentos de regulación ambiental utilizados por los ingenios son las auditorías ambientales, que se han hecho de manera voluntaria. Éstas se llevaron a cabo a iniciativa de las empresas, aceptando que la PROFEPA revisara sus procesos productivos y conociera las condiciones de contaminación y riesgo con que operan, así como las instalaciones; para a partir de ahí, determinar el grado de cumplimiento de la normatividad ambiental, de los estándares internacionales y de buenas prácticas de operación e ingenierías aplicables y la elaboración conjunta, ingenio y PROFEPA en las que se plantearan las medidas preventivas y correctivas (Plan de Acción) para proteger el medio ambiente. Sin embargo, los resultados de las auditorías ambientales no son públicos.

Es de señalar que la mayoría de ingenios del país han aceptado que se realicen auditorías ambientales voluntarias. Algunos autores como Argüello (2009), señalan que esto ha sido en beneficio del ambiente, ya que éstas han obligado a algunas empresas a hacer algunas modificaciones en sus instalaciones industriales, también señala que existen otras formas de certificación de la calidad ambiental en los ingenios azucareros, tal como el ISO 14000, que han logrado algunos ingenios.

Un segundo instrumento de regulación ambiental lo ubica Argüello (2009) en los artículos 28 y 29 de la LGEEPA, donde se ubica a varias industrias, y de manera particular a la Industria Azucarera como sujeta a evaluación de impacto ambiental por parte del gobierno Federal a través de la Secretaría destinada al cuidado del ambiente (SEMARNAT). Para la autoridad ambiental, la evaluación de impacto ambiental es el proceso orientado a establecer las condiciones a las que se deben sujetar la realización de obras o actividades que puedan causar desequilibrio ecológico o rebasar los límites para proteger el ambiente y preservar y restaurar los ecosistemas, y que se aplica a fin de reducir al mínimo sus efectos negativos sobre el ambiente.

Un tercer referente en la regulación ambiental de la AIA se encuentra en las Normas Oficiales Mexicanas Ecológicas (NOM-ECOL), que se orientan de una manera más explícita hacia el logro de objetivos ambientales precisos, de tal manera que en éstas se establecen los siguientes rangos de contaminantes que no puede rebasar la actividad productiva. El Cuadro 5 presenta las NOM-ECOL que se aplican a las actividades derivadas de la AIA mexicana.

Para Arguello (2009), la política ambiental en el sector cañero-azucarero logró en sus inicios algunos avances, pues se identificaron los problemas ambientales y se sancionaron algunas empresas, que cambiaron sus sistemas y métodos productivos.

Desde la perspectiva de la normatividad, la autoridad ambiental mexicana dispone del siguiente instrumental que se presenta a continuación:

El Programa para el cumplimiento de la NOM-001-SEMARNAT-1996: a partir de 2000, se ha dado a la tarea de realizar visitas de verificación a los usuarios obligados a cumplir con la NOM, en las que se toman muestras de las descargas y se analizan en laboratorios acreditados por EMA (Entidad Mexicana de Acreditación) (Cuadro 6) (Garduño, 2003).

DBO: Demanda Bioquímica de Oxígeno. Fuente: Garduño (2003).

Cuadro 6 NOM-001-SEMARNAT-1996. Calendario gradual de cumplimiento. 

Durante el periodo 2000-2001 se visitaron a 226 usuarios industriales, comerciales y de servicios, se detectó que de los 168 usuarios detectados por no cumplir la NOM, 54 correspondían a los ingenios azucareros (Figura 1). Si tomamos en cuenta un universo un poco mayor a 60, podemos observar que cerca de 90 % de los ingenios mexicanos no cumplían con las NOM, por lo que se constituye como una de las actividades económicas que más contaminan a los ríos y los depósitos de aguas nacionales. La situación reciente de acuerdo a Morales Trujillo (2011) puede resumirse en:

Fuente: Garduño (2003).

Figura 1 Usuarios por tipo de industria que no cumplieron con la NOM-001-SEMARNAT-1996 en 2000. 

“El uso del agua en un Ingenio Azucarero es sinónimo de contaminación ya que pocos ingenios tratan sus aguas, solamente la almacenan y posteriormente la depositan en los ríos cercanos a este, provocando grandes cantidades de contaminación para la flora, fauna y seres vivos aledaños al Ingenio Azucarero”.

“Esta alta contaminación nos lleva a pensar y decidir en los cambios o prácticas necesarias para mitigar o eliminar la contaminación del agua, es un gran reto pero no es un imposible ya que día con día se van generando y actualizando las técnicas y maquinarias para lograr esto”.

El ordenamiento de la gestión del agua en un ingenio debe tener como objetivo que la cantidad de agua contaminada que tenga que verterse o tratarse sea la mínima posible y su contenido cumpla con las Normas Oficiales (NOM). De las medidas a tomar a nivel interno de la empresa, la recuperación del agua debería ocupar el primer lugar

La descarga de aguas residuales puede reducirse a un mínimo optimizando el diseño de los circuitos internos del agua y aplicando métodos de depuración de eficacia comprobada instalando plantas tratadoras de agua y laboratorio de análisis de aguas residuales. Esto último es imperioso en algunos ingenios que aún no disponen de estas instalaciones, que las plantas de tratamiento sean constantemente monitoreadas por las autoridad ambiental correspondiente, así como hacer eficientes los sistemas de control de calidad de aguas residuales y realizar las obras necesarias para la separación de los drenajes de fábrica y pluvial.

Elena Gonzalo (2007) señala que es necesario dar pasos para racionalizar el uso del agua en la AIA, a partir de su clasificación, de acuerdo a la calidad de estas, almacenamiento, conseguir modificar el proceso substituyendo las operaciones realizadas por vía húmeda para otras de vía seca, modificando la maquinaria o bien renovando la tecnología, otro tanto debe hacerse con las aguas de descarga. Todo lo anterior implica un costo adicional que los propietarios y administradores de los ingenios deben asumir conscientemente.

Situación productiva ambiental de la región Puebla

El Cuadro 7 compara dos ingenios ubicados en el Estado de Puebla, a partir de la información disponible. Se puede observar que el ingenio de Atencingo se ha comportado recientemente como una economía de escala, lo que le ha permitido la reducción en sus costos unitarios, la expansión de su capacidad instalada y consecuentemente una relativa modernización de su maquinaria, que se espera genere un menor impacto ambiental; al menos se ha avanzado en rubros como una creciente mecanización de la cosecha, un menor tiempo perdido en fábrica, una reducción sustancial en el consumo de petróleo en fábrica, y un menor consumo de energía eléctrica.

Fuente: Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013).

Cuadro 7 Indicadores ambientales de ingenios de Puebla, México. (Zafra 2011/2012). 

El Cuadro 7 nos permite ubicar la presencia de procesos productivos que marcan diferencias, derivados de diferentes realidades de productividad y de solvencia económicas en ambos ingenios.

Calipam enfrenta serios problemas de índole financiera que no le han permitido solventar las liquidaciones a los cañeros y por esa razón muchos de ellos han llevado su caña a otros ingenios, ubicados a mayor distancia, con la consiguiente pérdida de una buena parte de sus ingresos; lo que ha empeorado la situación productiva de la región cañera en que se ubica dicho ingenio, que a pesar de contar con la ventaja competitiva de que se ha producido azúcar a partir de caña orgánica; este proyecto, que puede ser alentador, por cuestiones de insolvencia del ingenio ha sido abandonado.

Se puede encontrar vínculos entre la problemática financiera -productiva con lo ambiental, ya que de acuerdo a un estudio, este ingenio no ha modernizado su equipo y la región ya tiene serios problemas de abastecimiento de agua, por lo que se han realizado reuniones entre cañeros y autoridades del ingenio para compartir y racionalizar su uso.

Una situación muy diferente priva en Atencingo, que vive un momento de inversión y modernización, que de acuerdo a SAGARPA:

“ha aplicado recientemente una tecnología de mejoramiento de variedades, combate de plagas y uso adecuado de agua, así como una estrategia coordinada entre productores para realizar la zafra, en 2010-2011...mediante la incorporación de tecnología, variedades mejoradas, sistemas de riego por goteo ...gerentes del Ingenio informaron que tienen en marcha un Plan Estratégico para la zafra 2015-2016 que les permitirá obtener una producción de 1.7 millones de toneladas de caña, superior a la actual de alrededor de 1.5 millones. ...se realiza un uso eficiente del agua mediante la incorporación de sistemas de riego tecnificado y prácticas de manejo, como trabajos de revestimiento o entubamiento de canales, multicompuertas, surco alterno, aspersión y pivote central y riego por goteo. ...Además, labores de fertilización dirigida, que comprende la realización del análisis de suelo y puesta en práctica de recomendaciones de aplicación de abonos químicos y orgánicos a nivel parcelario. Con estas acciones, en el sector se avanza hacia la agricultura de precisión y sustentabilidad, destacaron. Otro factor es el mejoramiento de la fertilidad del suelo por medio de la producción de composta, lombricomposta e incorporación de residuos de cosecha para incrementar el contenido de la materia orgánica, lo cual permite conservar la humedad y mejorar la estructura de la tierra fértil” (SAGARPA, 2013)

Conclusiones

  • Es necesario que la autoridad verifique los impactos ambientales de la AIA de nuestro país, avance en la difusión de los resultados de las verificaciones normativas y de las auditorías ambientales. Además de su integración al sistema de Nacional de indicadores ambientales a cargo de SEMARNAT, que lo organiza de manera global e incompleta.

  • Se debe avanzar en la integración de un Sistema Nacional de Estadística Ambiental con la información de todas las dependencias gubernamentales (INEGI, SEMARNAT, SAGARPA, Nivel Federal, Estatal y Municipal).

  • Continuar con las auditorías ambientales en la Industria en general y en la Industria Azucarera en particular, las que deben dejar de ser voluntarias y a iniciativa de las empresas; y que participen todas (algo parecido a la verificación vehicular). Una vez insertados en este terreno la política ambiental podría disponer de muchos instrumentos de política ambiental que no ha querido utilizar, como son los instrumentos fiscales de apoyo a la innovación tecnológica, los impuestos ambientales a las descargas y a las emisiones, etc.

  • En los mismos términos, y haciendo uso al derecho a la información, la PROFEPA debe presentar las medidas concretas que se han tomado o se tomarán para evitar que las actividades productivas de la AIA rebasen las Normas Oficiales permitidas.

  • A pesar de que los fundamentos teóricos del neoliberalismo han influido de manera determinante en el diseño de las políticas públicas, van aumentando las opiniones de la necesidad de un retorno a la intervención estatal para enfrentar los daños al ambiente provocados por el aumento de las actividades humanas y económicas. Este debate se irá acentuando. Derivado de lo anterior, se cuestiona también la eficacia del mercado como única vía para corregir las externalidades ambientales y la posibilidad de exacerbar el conflicto social, se ha propuesto la inclusión de nuevos actores en la toma de decisiones ambientales, no únicamente a los que participan en el mercado, también que la sociedad civil e instituciones no gubernamentales se incorporen en la discusión de la viabilidad de políticas públicas actuales y en la instrumentación de nuevas propuestas, que se aumente la descentralización hacia los ámbitos estatales y municipales, de manera que tengan mayores facultades para decidir sobre su entorno inmediato y los recursos de que disponen.

Literatura citada

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1Este concepto de “crisis” de la AIAM es motivo de una discusión más amplia, ya que su carácter es cíclico, en los que históricamente tiene distintas fases: momentos de crecimiento, de estancamiento, con sus respectivas especificidades y sus influencias internas y externas. Sin embargo, los alcances de sus procesos de acumulación son limitados y enfrentan grandes problemas, por lo que se puede hablar de ese concepto de “crisis” estructural dado el carácter subordinado y dependiente del patrón de acumulación de la industria mexicana en general. Véase Rappo [2002]; Argüello [2009], Hernández Barajas [2000].

2Es el segundo corte que recibe la planta mientras que resoca 1, resoca 2, son los sucesivos cortes, en función de los que permita la planta, acorde a su calidad.

3En la mayoría de los campos se usa la fertilización química para aportar los nutrientes al suelo que requiere la caña, en la AIA los fertilizantes químicos son producidos por empresas trasnacionales y no existe generación y transferencia de tecnología para establecer los tratamientos que consideren las necesidades específicas del cultivo, ciclo y suelo, que permitiría aprovechar de mayor forma el potencial agroecológico que posee la región. La cachaza, que es un residuo de los ingenios se utiliza como fertilizante, con óptimos resultados, sin embargo no se ha avanzado mucho en la utilización de dicho subproducto de la AIA como abono. Estimular la Investigación y Desarrollo en la AIA es una de las tareas prioritarias para mejorar la productividad, pero también para mitigar su impacto ambiental.

4 Martínez Alier (1998) señala a la huella ecológica como la capacidad de sustentación absorbida o el espacio ecológico que permite la apropiación humana de la producción primaria neta de biomasa, por encima o por debajo de lo que las distintas regiones del mundo generan, ésta tiene que ver con la cantidad de recursos utilizados para la producción de un bien, (materias primas, energía, mano de obra, agua, materias físicas, etcétera) que debe poder ser cuantificable, tanto en el bien útil de la que el hombre se apropia (no crea) de la naturaleza, como en los desechos y en los daños que se generan al entorno. En cada uno de estos procesos de la cadena productiva, la economía ecológica pone énfasis en determinar el impacto ecológico que dichas actividades implican y que al respecto diversos autores han denominado como huella ecológica, un concepto que desde nuestro punto de vista puede contribuir al análisis.

5Aunque la opinión de los encuestados durante el trabajo de campo que estamos realizando consensa la afirmación en cuanto a las enfermedades, que no provocan daños significativos en términos económicos, empero afectan el rendimiento y la calidad industrial del producto: disminuye el brix, sacarosa, pureza de los jugos y el azúcar recuperable.

6La quema facilita la realización del corte, aumenta la visibilidad del cortador, reduce los accidentes por picaduras de víboras o alacranes, aunque otros efectos de la misma son: disminución de la humedad del suelo, incidencia de malezas, descenso de la materia orgánica original del suelo, pérdida de nitrógeno, incremento de la erosión, dado que se disminuye la población de microorganismos y el material orgánico del suelo, pérdida de cepas, deterioro de la fertilidad, contaminación ambiental, deterioro de la caña y dis minución de la calidad de la caña que ingresa al ingenio, destrucción de la biodiversidad (Servín, 2003).

7A nivel nacional, la disposición de agua potable se ha agravado en los últimos años, de acuerdo a Aboites et al. (2008), México tenía una disponibilidad promedio del agua de 4416 m3/habitante en 2007, el 63 % provenía de fuentes superficiales y 37 % restante de subterráneas; su uso se distribuía de la siguiente manera: 76.8 % para la agricultura, 13.9 % para abastecimiento público, 3.8 % para la industria y 5.4 % para termoeléctricas; Estas cifras promedio no reflejan la presencia de monopolios agrícolas, industriales y municipales que se han beneficiado de las concesiones para el usufructo del agua, y han sobreexplotado las reservas acuíferas en las regiones con menor disponibilidad del recurso (Centro y norte), dejando sin el vital líquido a importantes sectores de población. En contraste, en las regiones del Sur-Sureste (que tiene la mayor concentración de los ingenios nacionales), y a pesar de que existe una mayor disposición del recurso, existen comunidades con una menor cobertura en el servicio de agua potable.

Recibido: Marzo de 2014; Aprobado: Enero de 2016

* Autor responsable: neburzerep@hotmail.com

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