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Agricultura, sociedad y desarrollo

versión impresa ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.11 no.4 Texcoco oct./dic. 2014

 

Índice de diversificación de la agroindustria azucarera en México

 

Diversification index of the sugar agroindustry in Mexico

 

Noé Aguilar-Rivera*

 

Universidad Veracruzana. Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias. Km. 1 Carretera Peñuela Amatlán de los Reyes. S/N. 94945. Córdoba, Veracruz, México. (naguilar@uv.mx) * Autor responsable.

 

Recibido: enero, 2013.
Aprobado: julio, 2014.

 

Resumen

El objetivo del presente trabajo fue determinar un índice de diversificación de las zonas de abasto cañero y de las fábricas de azúcar de México mediante la metodología multi-criterio de Proceso Analítico Jerárquico (PAJ), en un ambiente de Sistemas de Información Geográfica. Al incorporar criterios o factores tecnológicos y socioeconómicos relacionados con el balance material y energético de las fábricas de azúcar y derivados, y de productividad de los campos cañeros, fue posible determinar, mediante la resolución de la matriz de Saaty, que el rendimiento de campo y el acceso a riego y crédito, y el rendimiento de fábrica, número de bienes producidos y calidad de materia prima directamente en los ingenios y en municipios cañeros determinan 76 % y 78 %, respectivamente, de la capacidad de diversificación de la agroindustria azucarera.

Palabras clave: diversificación productiva, PAJ, zona de abasto cañero.

 

Abstract

The objective of this study was to determine a diversification index of the sugar cane supply zones and of sugar factories in México, through the Analytic Hierarchy Process (AHP) multi-criteria methodology, in an environment of Geographic Information Systems. When incorporating technological and socioeconomic criteria or factors related to the material and energetic balance of the sugar and byproduct factories, and of productivity from the sugar cane fields, it was possible to determine through the resolution of the Saaty matrix, that the field yield and access to irrigation and credit, and the factory yield, number of goods produced and quality of the raw materials directly from the sugar factories and the sugar-producing municipalities determine 76 % and 78 % of the diversification capital of the sugar agroindustry, respectively.

Key words: productive diversification, PAJ sugar cane supply zone.

 

Introducción

En este artículo se empleó el análisis o evaluación multi-criterio (EMC) de Jerarquías Analíticas como marco metodológico para la construcción de un índice de diversificación o indicador compuesto, en un contexto en que la reconversión de la agroindustria azucarera es el resultado de una secuencia de decisiones por diversos actores y su implementación como estrategia local de supervivencia o competitividad, debe llevarse a cabo analizando a priori el peso específico y la interacción entre criterios o factores tecnológicos, ambientales y socioeconómicos que condicionan su implementación.

La evaluación multi-criterio se basa en indicadores económicos y ambientales, así como en la teoría de la decisión de sistemas complejos, para la formulación de índices requeridos en la toma de decisiones, mediante la ponderación individual y el cálculo de la importancia relativa o peso específico para cada criterio o factor y su conjunto multivariable, desde un punto de vista holístico multidisciplinario. Permite obtener mapas temáticos individuales y de aptitud al integrarse a un Sistema de Información Geográfica (SIG) que expresan espacial y temporalmente, mediante una jerarquía, el potencial diferenciado para diversos usos del suelo o los sistemas productivos agroindustriales y el ordenamiento del territorio, tomando en cuenta diversos criterios y múltiples objetivos (Mendoza y Martins, 2006; Díaz y Blanco, 2000).

En este sentido, a nivel mundial, por razones ambientales, económicas y sociales, la agroindustria azucarera, como un sistema complejo, se enfrenta al reto de transitar hacia la reconversión a biorefinerías y la diversificación productiva para garantizar su sostenibilidad como sistema productivo socioeconómico, derivado del inestable mercado azucarero, la alta tasa de adopción de Jarabes de Maíz de Alta Fructosa (JMAF) y otros edulcorantes no calóricos en la industria de alimentos. Sin embargo, la caña de azúcar (Saccharum spp.), materia prima de la agroindustria azucarera, es una planta C4 altamente eficiente en la conversión a biomasa. La naturaleza orgánica de los coproductos y subproductos de su procesamiento y las cantidades generadas cada temporada (zafra) son sus ventajas de potencialidad de reutilización y creación de nuevas cadenas productivas, como las biorefinerías o biofábricas en las áreas de alimentos, energía, materias primas, biocombustibles y tecnología de reciclaje y enriquecimiento para su posterior utilización como alimento animal (Gómez-Merino et al., 2014). Es decir, tienen la ventaja biológica de ser precursores abundantes, generados de una agroindustria establecida, que pueden ser modificados mediante ligeros cambios físicos, químicos o biológicos, y la energía para su transformación puede satisfacerse utilizando el bagazo de caña o los residuos de cosecha. Esta situación cambió la perspectiva de la caña de azúcar y permitió alcanzar una dimensión nueva y superior para generar un ciclo de nuevas empresas, derivadas de productos tradicionales y nuevos. Desde la década de 1920 diversas sociedades, como la Asociación Internacional de Técnicos de la Caña de Azúcar (ISSCT), el Grupo de Países Latinoamericanos y de El Caribe Productores y Exportadores de Azúcar (GEPLACEA) y el Instituto Cubano de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar (ICIDCA), entre otros, junto a gobiernos, investigadores y empresarios, han promovido el uso diversificado de la agroindustria azucarera, basado en: 1) la diversificación agrícola, que es la implementación de cultivos alternativos mediante la intercalación y rotación de los mismos en las áreas cañeras; y 2) la diversificación industrial en el ingenio azucarero, que comprende el uso alternativo de la caña de azúcar y el aprovechamiento integral de la materia prima y los subproductos que se generan, tanto en la cosecha de la caña como en el procesamiento de la misma en la producción de azúcares, vapor y energía eléctrica, etanol, tableros, celulosa y papel, entre otros (Figura 1).

 

La estrategia de diversificación

En 1957 Davis y Goldberg definieron el agronegocio como la suma total de operaciones involucradas en la transformación y distribución de la oferta del agro, operaciones de producción, almacenamiento, procesamiento y distribución de las mercancías agrícolas y artículos producidos a partir de ellos. Más tarde la diversificación surge como un tópico central de investigación en economía y otras ciencias. Los trabajos iniciales de Ansoff (1965) concluyeron que existen dos grandes alternativas con respecto al crecimiento de una empresa: la estrategia de expansión y la de diversificación. Mediante la primera, la empresa sigue compitiendo en los mismos mercados y con los mismos productos con los que lo hacía anteriormente. En la segunda, la empresa se adentra en nuevos negocios a través de nuevos productos y mercados. Asimismo, se consideró a la diversificación como la entrada de la empresa en nuevos mercados con nuevos productos de manera simultánea, y considera cuatro tipos de estrategias de diversificación: a) horizontal, cuando en los nuevos mercados la empresa vende productos semejantes a los tradicionales; b) vertical o integración vertical, la cual busca asegurar la colocación de los productos relacionados con el ciclo completo de explotación del sector base de la empresa matriz, dentro de la propia unidad económica; de modo que la empresa se convierte en su propio proveedor o cliente y emprende actividades que antes eran cubiertas con operaciones de mercado; c) concentrada, cuando la empresa produce nuevos productos relacionados con el proceso tradicional y los vende en nuevos mercados o en el tradicional; y d) conglomerada, cuando los nuevos productos y mercados no están relacionados con los productos y mercados habituales de la empresa.

Rumelt (1982) consideró dos tipos de diversificación a) diversificación relacionada, cuando existen recursos compartidos entre los negocios, canales de distribución semejantes, mercados comunes, tecnologías compartidas o, en definitiva, cualquier intento tangible de explotar de forma conjunta factores de producción; y b) diversificación no relacionada cuando implica un mayor grado de ruptura, puesto que los nuevos productos y mercados no mantienen relación alguna con los tradicionales de la empresa de origen.

Ramanujam (1989) definió a la diversificación como la incursión del negocio base en nuevas líneas de negocios o empresas, a través de un proceso interno de desarrollo de nuevos productos o mediante fusiones y adquisiciones, lo que resulta en cambios en la estructura de producción y gestión de la empresa.

Pope y Prescott (1980) y Ellis (2000) evaluaron los factores que determinan y conducen a los agricultores a iniciar un proceso de diversificación y consideraron que aspectos como tamaño de la unidad productiva, tenencia de la tierra, educación, edad del productor y experiencia en nuevos proyectos son los más importantes.

Osorio (2009) y Martin y Sayrak (2003) reportaron una revisión sobre los temas de la diversificación de la empresa durante la última década, debido a que en la actualidad la literatura sobre este tema no solo involucra una gran variedad de perspectivas teóricas y disciplinas que justifican la diversificación de las empresas, sino que genera también un amplio rango de preguntas y temas de investigación de cómo es conceptualizada y medida.

Huerta-Riveros (2004, 2009) mencionó que la diversificación con el enfoque de la Teoría de Recursos y Capacidades trata de explicar los motivos por los cuales las empresas, que desarrollan su actividad en el mismo entorno competitivo y que estarían sujetas a los mismos factores de éxito identificados en el sector económico, obtienen niveles de rentabilidad diferenciados. Por tanto, el propósito es determinar el potencial de la empresa para establecer ventajas competitivas mediante la identificación y valoración de los recursos y habilidades que posee o a los que puede acceder.

 

La agroindustria azucarera nacional

En México, la producción de azúcar y la materia prima constituyen un sector productivo que presenta una dinámica fuerte, basada en su carácter social, económico y político de la agroindustria nacional. Al igual que la agroindustria azucarera, las zonas de abasto cañero, los ingenios azucareros, las destilerías, los grupos empresariales y los productores de caña de azúcar se encuentran distribuidos en seis regiones y 15 estados: Región Noroeste (Sinaloa), Región Pacifico (Nayarit, Colima, Jalisco y Michoacán), Región Centro (Morelos y Puebla), Región Noreste (Tamaulipas y San Luis Potosí), Región Golfo (Veracruz Tabasco y Oaxaca) y Región Sureste (Campeche, Chiapas y Quintana Roo), donde se produce y se procesa caña de azúcar, aunque su presencia se localiza en más de 230 municipios (Cuadro 1 y Figura 2).

A nivel nacional, la producción para la zafra 2013/2014 la producción fue de 54 324 936 toneladas de caña, en un área cosechada de 789 490 ha, con producción de azúcar total de 6 016 578 t. El estado de Veracruz ocupa el primer lugar nacional en cuanto a producción de caña de azúcar (37.7 %), superficie sembrada y cosechada (40.85 %) y, junto con Jalisco (13.2 %) y San Luis Potosí (9.03 %), cubre 59.92 % de la oferta nacional; no obstante, los mayores rendimientos por hectárea se obtuvieron en los estados de Puebla (112.36 t ha-1), Morelos (109.76 tlha-1), Jalisco (96.48 ha-1), Michoacán (93.24 t ha-1) y Chiapas (90.05 t ha-1), con un promedio nacional de 68.79 t ha-1 (INFOCAÑA, 2014).

En México, la estrategia de diversificación y el desarrollo tecnológico en campo y fábrica y las limitantes socioeconómicas y ecológicas de la agroindustria azucarera han sido reportadas por Sentíes-Herrera et al., (2014) y Aguilar Rivera et al. (2012). Sin embargo, como en muchos otros países latinoamericanos, la mayoría de los estudios se han llevado al cabo solamente considerando las conclusiones y recomendaciones técnicas (Gálvez, 1990); de diversificación y las políticas relacionadas con la agroindustria azucarera (GEPLACEA, 1990; Paturau, 1989), han surgido desde las perspectivas de universalizar los criterios económicos del modelo agroindustrial, basados en los principios neoliberales de productividad de mercancías y producción a gran escala, y la fuerte aplicación de soluciones tecnológicas e insumos (principalmente agroquímicos, maquinaria y combustibles fósiles) para obtener resultados de alta producción (según el modelo farmer norteamericano) y responder a la considerable presión sobre la industria y las regiones para adaptarse a la globalización (Gerritsen, 2008). Por tanto, los estudios de la potencial diversificación relacionada y no relacionada en regiones cañeras, unidades productivas e ingenios azucareros, no han sido abordados metodológicamente con un modelo nacional que a priori permita inventariar, evaluar y planificar los recursos por medio del análisis de factores o criterios que expliquen el potencial para llevar a cabo la agricultura diversificada, la propagación de nuevos cultivos y otros proyectos en el ingenio azucarero, como la biorefinería (azúcares, alimentos pecuarios, compostas, energía eléctrica y etanol, entre otros). Es decir, la agroindustria azucarera a nivel regional y local necesita identificar el potencial mediante la valoración de los recursos y capacidades que posee o a los que puede acceder (tamaño y tipo de explotación y productores, ubicación geográfica, variedades comerciales mejoradas, acceso a crédito y riego, tecnología de extracción, experiencia en producciones diversificadas etcétera). Al considerar estos factores y su peso específico en el proceso diversificador podrían visualizarse escenarios locales y regionales para maximizar los factores de producción, tales como capital, mano de obra, la tierra y la tecnología disponibles para utilizar sus recursos, su experiencia y sus sinergias, con un impacto positivo en la rentabilidad y viabilidad económica actual y futura, con la creación de nuevos empleos en el sector rural y las empresas, conservar recursos no renovables, y ambiental por mitigación de gases de efecto invernadero (GEI's) en la cadena de valor de la agroindustria azucarera, de acuerdo con la experiencia de otros países, como fue reportado por Renouf et al. (2013); Renouf (2011); Solomon (2011); Birch, (2007); Higgins et al., (2007), Roebeling et al., (2006) y Mirkov et al. (2006).

El objetivo del presente trabajo fue determinar el índice de diversificación de los municipios cañeros e ingenios azucareros de México, como indicador de su capacidad para diversificar su producción base (caña y azúcar), mediante el uso del método multicriterio AHP (Jerarquías Analíticas) en un ambiente de Sistemas de Información Geográfica.

 

Materiales y Métodos

La hipótesis de este trabajo plantea que es posible determinar la capacidad de diversificación (potencialidad) de la agroindustria azucarera en función de la integración de factores o indicadores individuales tecnológicos y socioeconómicos de productividad en los ingenios azucareros y del campo cañero (municipios productores) en un solo indicador compuesto, mediante la evaluación multi-criterio de toma de decisiones.

El área de estudio comprendió 57 ingenios azucareros de México y 220 municipios productores de caña de azúcar y los indicadores convencionales de campo y fábrica. La selección de los criterios o factores empleados, por nivel jerárquico y umbral productivo (Cuadro 2), se determinaron mediante la entrevista a ocho expertos de la Universidad Veracruzana con experiencia en investigación y desarrollo de la producción de caña de azúcar y su procesamiento, el análisis de los reportes de los estándares internacionales de competitividad para la industria azucarera de la Organización Internacional del Azúcar (ISO, 2005), los datos del Manual Azucarero Mexicano 2000 a 2011 (CNIAA, 2013), los diagnósticos agroindustriales del sector azucarero de Ahumada (2009), y los reportes de producción de la Confederación Nacional de Propietarios Cañeros para las zafras 2000/2011 (CNPR 2014). Para los municipios cañeros los datos se obtuvieron del Padrón de Productores de Caña de Azúcar (Zafra 2006-2007) (Siazúcar 2014), Manual Azucarero Mexicano 2000 a 2011 y los resultados de las zafras 2000/2011 (CNPR; 2014), considerando para su análisis el marco metodológico de construcción de indicadores compuestos con AHP de los trabajos de Rivera (2013); Oliveira et al. (2012); Aguilar et al. (2012); Eakin et al. (2011); Gómez-Limón y Sanchez-Fernandez (2010); Tienwong et al. (2009); Nagesha y Balachandra (2006) y Nardo et al. (2005).

Estos factores proporcionan información a priori sobre la capacidad de diversificación del sector. Se puede considerar en conjunto como índices óptimos para análisis comparativos (benchmarking) y son el único conjunto de datos coherentes, disponibles y reconocidos actualmente a nivel internacional para investigaciones de la dinámica del sector, y permiten ponderar la importancia relativa de cada uno de los criterios que entran en juego en el análisis del proceso diversificador, como fueron reportados en las conclusiones de Renouf (2011); Achabou y Tozanli (2009), Alonso-Pippo (2006) y Vlosky et al. (2005).

El procedimiento de ponderación y comparación de los factores se llevó a cabo utilizando el método de evaluación multicriterio de Jerarquías Analíticas (PAJ) desarrollado por Saaty en 1977. En este método de decisión se descompone un problema multifactorial complejo en una estructura jerárquica (Figura 3); para formalizar el proceso de decisión se utilizan matrices y álgebra lineal. PAJ determina el peso específico de cada alternativa, utilizando la teoría de eigenvalores y eigenvectores; consta de tres etapas fundamentales: a) la estructuración de un problema extremadamente complejo como una jerarquía de objetivos, criterios y alternativas; b) la comparación por pares de los elementos en cada nivel de la jerarquía con respecto a cada elemento en el nivel anterior, mediante una matriz de Saaty para priorizar factores; y c) la síntesis vertical de los juicios sobre los distintos niveles de la jerarquía (Toledo et al., 2011).

Los procedimientos y los algoritmos disponibles en el módulo PAJ del software ESRI ArcGis 10.1 se utilizaron para calcular o priorizar los pesos de los niveles de los factores, de los indicadores convencionales de campo y fábrica, mediante la matriz de Saaty de nueve jerarquías de escala continua, importancia relativa, seguido por la normalización de los criterios o los factores resultantes, de acuerdo con su ponderación y el desarrollo de la representación espacial del índice de diversificación.

Obtenidas las prioridades totales de las alternativas, PAJ permitió evaluar la inconsistencia de la interacción de los factores por el índice de consistencia (IC) o error de una matriz pareada; si es menor a 0.1 el error se considera aceptable (Saaty, 1990).

 

Resultados y Discusión

En los Cuadros 3 y 4 se presenta la matriz de comparación por pares a partir de la evaluación con la técnica multicriterio aplicada en el módulo PAJ de ESRI ArcGis 10.1 para ingenios azucareros y municipios cañeros.

Al resolver las matrices se determinaron los pesos específicos de cada criterio o factor (Cuadro 5).

Para ingenios azucareros se determinó que los criterios o factores: Rendimiento de fábrica y Bienes producidos de la caña de azúcar (azúcar estándar, blanco popular, mascabado, refinado, etanol, compostas y otros) son los que tienen mayor peso o incidencia en la capacidad para la producción diversificada potencial; de acuerdo con Wijesinghe et al. (2010); Oliverio et al. (2010) y Contreras et al. (2009), representan una mayor capacidad tecnológica, conocimiento técnico y experiencia del personal técnico del ingenio azucarero para transformar la materia prima y los subproductos (melaza, bagazo, cachazas, cenizas, vinazas) en sacarosa, energéticos o generar otros productos finales (cogeneración, etanol, compostas, refinado, mascabado, orgánico, etcétera). Para Calidad de caña (% sacarosa y % fibra), Eficiencia de fábrica (%) y Tiempos perdidos (%) su importancia se explica fundamentalmente por la cantidad de sacarosa y fibra que posea la materia prima, y tiene relación directa con los procesos de producción de caña de azúcar en el campo cañero, sistemas de manejo del cultivo y la tecnología necesaria para procesarla. En segundo lugar, la eficiencia de fábrica, al ser representativo de la cantidad de productos generados respecto a los insumos consumidos y la cantidad de tiempos totales perdidos en fábricas por diversos factores, lo cual está directamente relacionado con el grado de tecnificación u obsolescencia de los equipos de proceso (Kumar y Hasan, 2011). El resto: Consumo de electricidad externo (CFE) y Consumo de combustible externo (PEMEX), ambos por tonelada de caña, reflejan la independencia energética del ingenio en relación con combustibles externos y por lo tanto, la capacidad de tener energía (vapor y electricidad) para su autoconsumo, proyectos de diversificación y excedentes en una posible comercialización.

Para los municipios productores de caña de azúcar, las variables rendimiento de campo y agroindustrial, acceso a crédito y riego son las que presentan mayor prioridad en la potencial diversificación en los predios cañeros hacia otros cultivos o actividades agropecuarias productivas extras al ingreso cañero (caña para piloncillo, meladura o semilla, producción de otros cultivos agrícolas, cría y explotación de animales, explotación forestal, pesca, etcétera). Este resultado es consistente con los preportado por Waclawovsky et al. (2010), que concluyeron que la obtención de altos rendimientos es clave para evitar la competencia con la producción de alimentos (sacarosa). Sin embargo, Renouf et al. (2013) establecieron que, si bien la productividad creciente cañera es un requisito para proyectos de diversificación, deben considerarse los efectos derivados del uso de tierra adicional, agua, semilla cañera, agroquímicos y la maquinaria agrícola e industrial y los potenciales efectos de eutrofización, acidificación y contaminantes del aire y la ecotoxicidad por el uso de herbicidas y plaguicidas. El resto de factores: ciclo resoca, diversificación del ingreso cañero, tamaño de la unidad productiva y tenencia ejidal se relacionan, de acuerdo con Higgins et al. (2007); Pérez (2007) y Windle y Rolfe (2003), como efectos a nivel micro en la potencial diversificación, y tienen que ver con las condiciones sociales, económicas y aun culturales de los productores y su comunidad, características físicas de la unidad productiva, insumos utilizados, fuentes de ingresos no agrícolas, infraestructura, acceso a servicios, como educación, capacitación, extensión y asistencia técnica, así como los atributos específicos del proyecto de diversificación en proceso o potencial a desarrollar en su mejor condición agroecológica y socioeconómica.

Al ponderar y normalizar en escala 0 a 1 cada uno de los niveles de los criterios o factores de acuerdo con los valores del Cuadro 5 y su estructura jerárquica, se obtuvo el instrumento de evaluación que permitió calificar cada indicador convencional por ingenio azucarero (57) y municipio productor (220) en su capacidad potencial o aptitud (alta, media, baja y muy baja) para proyectos de diversificación (Cuadros 6, 7 y 8) y obtener una nueva base de datos que al incorporarse en el SIG generó un mapa de salida de su ubicación espacial por aptitud (Figuras 4 y 5). Este instrumento puede determinar la dinámica de la capacidad de ingenios azucareros y municipios para diversificarse al variar los resultados o indicadores en cada zafra, partiendo de variables reconocidas a nivel internacional.

Los ingenios azucareros de alta y media potencialidad (24), que representan 42 % nacional, se agrupan principalmente en 100 % de las fábricas de azúcar de Oaxaca (3), Morelos (2), Nayarit (2) y Colima (1); 50 % de Puebla y 41 % de Veracruz (9). El 58 % restante (33) no tiene esa capacidad, bien sea por problemas de ineficiencia, obsolescencia o inexperiencia en proyectos de diversificación y que se caracterizan por tener una estructura monoproductiva.

Los municipios productores que presentan alta y media potencialidad (116) están localizados principalmente en los estados de Sinaloa, Jalisco, Michoacán, Norte de Veracruz y Morelos. En primer lugar esta capacidad permitiría que el productor continuara, potencialmente, con la entrega de caña al ingenio y, en segundo, participar con otras producciones alternativas, al tener excedentes de la materia prima (caña de azúcar) en cantidad y calidad.

En el resto de los municipios productores, pero con baja capacidad (99), se requieren acciones diferenciadas tecnológicas y socioeconómicas (desarrollo de variedades, eliminación paulatina de cosecha con quema de cañaverales, incremento de materia orgánica del suelo con compostas, compactación de superficies de aptitud agroecológica y ambientes productivos similares, riego, mecanización, sobre todo la cosecha, fertilizantes, gestión de plagas y los procesos gerenciales) que permitan en su caso, en primer lugar, incrementar la productividad cañera y, en segundo, establecer cultivos intercalados o en rotación locales, es decir, promover una cultura de desarrollo específico por sitio, que contribuya a acercar la producción real de cada unidad productiva a su potencial.

Del total de la agroindustria azucarera mexicana, solamente ocho empresas presentan capacidad para diversificarse y cuentan a su vez con un campo productivo (Atencingo, La Gloria, Pujiltic, Melchor Ocampo, San Miguel del Naranjo, Tamazula, Aaron Sáenz y Emiliano Zapata), además de que podrían llevar a cabo acciones diversificativas de forma inmediata, por los motivos ya expuestos en este trabajo.

 

Conclusiones

El marco metodológico PAJ aplicado a los subsistemas campo y fábrica de la agroindustria azucarera nacional permitió comprobar la hipótesis del trabajo, al generarse una medida o parámetro síntesis (índice de diversificación) a través del agrupamiento de indicadores o criterios convencionales y conocidos; asimismo, el parámetro que surge no es una simple agregación, sino que se determinó para cada ingenio y municipio al ponderar o calificar a cada uno de ellos de acuerdo con la importancia relativa de los mismos obtenida al resolver la matriz de Saaty con IC<0.1.

Los resultados establecieron que 42 % de los ingenios (24) tienen capacidad de media a alta para diversificar su producción básica (azúcar estándar) hacia otros derivados de la caña, mientras que el 58 % (33) restante no tiene esa capacidad, debido a problemas de eficiencia, obsolescencia o nula experiencia en proyectos de diversificación, y se caracterizan por tener una estructura monoproductiva (azúcar). Los factores: rendimiento de fábrica (%) y número de bienes producidos de la caña de azúcar en el ingenio, basados en subproductos como cachazas, bagazo, melazas o vinazas, o experiencia en proyectos de diversificación relacionada, explican 66 % de dicha capacidad o potencialidad.

Para los municipios cañeros, con una media nacional de 0.634, 114 (52. 3 %) presentan capacidad de media a alta para diversificar la mono producción cañera y el resto, 104 (47.7 %), baja o muy baja. Los factores: rendimiento de campo y agroindustrial, acceso a crédito y disponibilidad de riego, explican 76 % de esa capacidad. Por lo tanto, para la diversificación de la agroindustria es necesario generar conocimiento nacional de los procesos tecnológicos de transformación de materia prima, balance energético, producción de etanol y cogeneración. Asimismo, de los agroecosistemas regionales cañeros para incrementar la productividad y el cluster agroindustrial, hoy llamado biorefineria, para optimizar la logística de transporte de materia prima, insumos y materiales y la gestión del cultivo, su diversidad de prácticas agrícolas, los propósitos de producción y la asociación de factores que determinan el rendimiento (limitantes ecológicos, económicos, sociales y político-culturales), que generarán problemas multidimensionales por el cambio de usos del suelo para expandir áreas cañeras y la gestión del agua, pero considerando las condiciones locales y regionales y escenarios de cambio climático.

 

Literatura Citada

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