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Agricultura, sociedad y desarrollo

versión impresa ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.10 no.1 Texcoco ene./mar. 2013

 

Las comunidades en la administración de sistemas de agua potable: región de los volcanes, Estado de México

 

Communities in the management of drinking water systems: volcano region, Estado de México

 

Sara M. López-Villamar*, Tomás Martínez-Saldaña, Jacinta Palerm-Viqueira

 

Estudios del Desarrollo Rural. Campus Montecillo. Colegio de Postgraduados 56230. Montecillo, Estado de México (ssarah_lopez@yahoo.com), (tms@colpos.mx), (jpalerm@colpos.rnx) * Autor responsable

 

Recibido: octubre, 2012.
Aprobado: noviembre, 2012.

 

Resumen

En la región de los volcanes en el Estado de México existen controversias entre el municipio y las comunidades sobre quién debe administrar sus recursos; entre ellos seis sistemas de abastecimiento de agua para consumo doméstico proveniente del deshielo de los volcanes. Actualmente los seis sistemas conducen agua por gravedad a 12 comunidades, cuya primera administración estuvo a cargo de la Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) durante los años 50 y posteriormente se transfiriera a Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (CEAS) / Comisión del Agua del Estado de México (CAEM), en la década de los 80. Durante estas tres décadas la distribución local consistía en cuatro tomas públicas por comunidad. A partir de 1980, debido al incremento de la población, cada comunidad invirtió en su red de distribución para toma domiciliaria y conformó su propia figura organizativa. Por cambios en la legislación nacional el municipio debe administrar las redes de distribución, cobrar las cuotas y pagarle a CAEM el agua que consume. No obstante, las comunidades se han negado a dejar la administración de sus propias redes de distribución y para ello se han constituido bajo diversas figuras jurídicas: Comité de Bienes Comunales, Comité de Ejidatarios, Delegado Municipal o asociación civil. La conformación de estas figuras jurídicas corresponde a un vacío jurídico que dé legalidad a organizaciones comunitarias que realizan una administración y operación eficiente en el manejo de sus recursos.

Palabras clave: agua de deshielo, agua en Amecameca, autogestión, organización comunitaria, organización multicomunitaria.

 

Abstract

In the volcano region in Estado de México, there are controversies between the municipality and the communities about who should manage their resources; among them, six water supply systems for domestic consumption from ice-melt from the volcanoes. Currently the six systems conduct water by gravity to 12 communities, whose first management were in charge of the Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) during the 1950s, and was later transferred to the Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (CEAS) / Comisión del Agua del Estado de México (CEAM), in the 1980s. During these three decades the local distribution consisted in four public taps per community. Starting in 1980, due to the increase in population, each community invested in its distribution network for household taps and defined its own organizational figure. Because of changes in the national legislation, the municipality must manage the distribution networks, charge fees and pay CAEM for the water it consumes. However, the communities have refused to hand over the management of their own distribution networks and for that purpose they have become constituted into various legal figures: Communal Goods Committee (Comité de Bienes Comunales), Ejidatarios Committee (Comité de Ejidatarios), Municipal Delegate (Delegado Municipal) or civil association. The conformation of these legal figures corresponds to a legal void that could afford legality to community organizations that carry out an efficient management and operation of their resources.

Key words: ice-melt water, water in Amecameca, self-management, community organization, multi-community organization.

 

Introducción

La controversia que existe entre el municipio y las comunidades sobre quién debe administrar los sistemas de agua de uso doméstico (Galindo Escamilla y Palerm Viqueira, 2007; 2012) se manifiesta en la región de los volcanes en el estado de México. En esta región, sobre las laderas de los volcanes, hay obras de captación de agua para uso doméstico que se conduce por tubería (línea central) hasta cajas de almacenamiento para cada comunidad. Se consideraron las seis líneas centrales que abastecen principalmente a comunidades del municipio de Amecameca. Las líneas centrales conducen el agua por gravedad a un total de 12 comunidades, que se ubican en los municipios de Amecameca, Tlalmanalco y Ayapango; es decir, son multimunicipales. Las líneas centrales pueden ser comunitarias o multicomunitarias (el sistema Morelos en sus inicios abastecía a 12 comunidades) Cada comunidad tiene su propia red de distribución interna para abastecer de agua a sus habitantes.

Las líneas centrales multicomunitarias fueron construidas con la participación de la Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH), gobiernos municipales y las comunidades, con aportación equitativa de asesoría técnica, aportación económica y mano de obra. Una vez concluida la obra, la administración de las líneas centrales quedaría a cargo de la SRH.

La administración de las líneas centrales multicomunitarias, construidas en la década de 1950 y administradas por la Secretaria de Recursos Hidráulicos, para la década de 1980 debía descentralizarse de acuerdo con los intereses de la política nacional de entonces. Para recibir la administración de estas y otras obras, se creó la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (CEAS), en el estado de México. En principio, en esta región, la CEAS tomaría la administración de las líneas centrales multicomunitarias y multimunicipales. A su vez, el municipio respectivo debía operar las redes de distribución comunitarias, cobrar las cuotas y pagarle a la CEAS por el agua consumida (SAHOP 1981). En los casos de líneas centrales ubicadas en un solo municipio, en principio, éste debería ser el administrador. El organigrama oficial de administración: CEAS y municipios u organismo operador del municipio, no acababa de coincidir con la situación local. La "anomalía" consiste en la importancia de la participación de las comunidades en la construcción y gestión tanto de las líneas centrales, como de las redes de distribución comunitarias.

Como señala Pineda (2002), la principal característica del actual modelo de transferencia del sector agua potable es que se dirige a la consolidación de "organismos operadores autónomos y manejados como empresas". Esta visión mercantil de eficiencia financiera y obtención de utilidades que predomina en el nuevo contexto de la gestión del agua choca con los mecanismos comunitarios de reciprocidad, como la ayuda mutua, el tequio o los cargos honoríficos; arreglos sociales característicos de comunidades campesinas e indígenas bajo los cuales no es difícil suponer que se han estructurado las instituciones que garantizan el abasto de agua en comunidades campesinas e indígenas.

Las redes de distribución son las redes internas de cada comunidad que abastecen a la toma doméstica. En la mayoría de las comunidades los vecinos se organizaron para colocar el tubo principal del cual se pudieran derivar las tomas hacia cada casa, por lo cual prácticamente las redes de distribución local de todas estas comunidades fueron construidas por los propios habitantes.

Muchas comunidades han preferido administrar ellos mismos las redes de distribución. Tanto los funcionarios de la institución encargada del manejo del agua a nivel estatal (CEAS), como aquellos del organismo operador descentralizado del municipio de Amecameca (por sus siglas ASA: Agua y Saneamiento de Amecameca) afirman que las comunidades han "secuestrado" los sistemas, y que no hacen bien su trabajo, ni tienen las capacidades para dotar a la población de agua o hacer un manejo eficiente de los sistemas, sobre todo porque lo hacen fuera de la ley.

El propósito de este artículo es señalar la participación de las comunidades en la gestión de las líneas centrales multicomunitarias, su participación en la construcción y administración de las líneas centrales comunitarias, así como en la construcción y administración de las redes de distribución local. Si las comunidades tienen la capacidad para realizar estas labores de manera eficiente, ¿por qué la legislación no les otorga un reconocimiento legal?

Los sistemas de captación de aguas de deshielo

En la zona de los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl, en la vertiente que corresponde al Estado de México, existen sistemas comunitarios y multicomunitarios que aprovechan las aguas de deshielo para el abastecimiento de uso doméstico y para riego. Bajo estudio, se encuentran tres de tipo multicomunitario, y tres de tipo comunitario, dedicados al abastecimiento de agua para uso doméstico. Esta selección coincide con el abastecimiento a las comunidades del municipio de Amecameca principalmente (Figura 1).

En la primera mitad del siglo XX las aguas para uso doméstico se tomaban de los arroyos, y existían acuerdos sobre su aprovechamiento de los ríos de deshielo en la región, de acuerdo con la información recabada en entrevistas a los habitantes de las comunidades. El agua de las primeras horas del día se destinaba para consumo humano, y, por tanto, estaba estrictamente prohibido lavar la ropa o abrevar a los animales. A razón del medio día, el agua era destinada al consumo de los animales y, finalmente, ya por la tarde, el agua podía usarse para lavar la ropa o para otras actividades. Así, el agua del río corría lo suficiente durante la noche para que la misma rutina se pudiera repetir al día siguiente. Estos acuerdos posiblemente duraron hasta la década de 1950, fecha en la que las comunidades comenzaron a organizarse para gestionar la construcción de infraestructura.

Las comunidades gestionaron ante el Gobierno Federal el apoyo para la construcción de líneas de conducción para abastecer tanto a las comunidades ubicadas cuenca arriba como las de abajo. El resultado fue la construcción de los sistemas multicomunitarios Morelos, Gabriel Ramos Millán y Alfredo del Mazo, construidos a principios de la década de 1950. Fue en esta misma fecha en que se construyó el sistema comunitario de El Salto, el cual abastece sólo a la localidad de Amecameca, que es cabecera municipal.

La infraestructura de los sistemas de agua de uso doméstico consistió, en una primera fase, en la construcción de una caja que capturaba los escurrimientos del deshielo y de los ameyales (pequeños ojos de agua) que se forman en las laderas de los volcanes, así como en la instalación de tubería que corresponde a la línea central, y la construcción de cajas de almacenamiento para cada localidad. Desde la caja de almacenamiento, una tubería conducía el agua a la localidad con algunos hidrantes o tomas públicas, a partir de las cuales la población acarreaba el agua hasta sus casas. En el caso de las localidades más pequeñas se podía compartir una caja, o incluso había una única toma directa de la línea central al poblado.

El costo de la obra en cada sistema, según la memoria de los usuarios, así como por las placas conmemorativas que aún se conservan en los poblados, fue dividido en tres partes: la primera fue cubierta por la Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH), la cual apoyó además con la dirección técnica; la segunda parte fue cubierta por los gobiernos municipales de Amecameca, Ayapango, Tenango del Aire y Ozumba, a los cuales corresponden las localidades, y, finalmente, la tercer parte fue cubierta por las comunidades, que, además, aportaron mano de obra. (Cuadro 1).

Durante la realización de las obras se constituyeron comités para cada uno de los sistemas (SRH, 1956). Estos comités estaban integrados por un presidente, un secretario, un tesorero y vocales, cuyos cargos eran ocupados por los representantes de cada comunidad que, a su vez, eran elegidos en asamblea general en cada pueblo. Los comités sirvieron como enlace entre la SRH y las comunidades, y su función era la de coordinar la distribución del trabajo entre las familias en el tramo correspondiente a cada comunidad, así como verificar que también cumplieran con el pago de la cuota.

Cuando se construyeron los sistemas, la Ley Federal de Ingeniería Sanitaria, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 3 de enero de 1948 (SAHOP, 1981) establecía que, cuando las obras respectivas se hubiesen construido total o parcialmente con fondos del erario federal o con fondos obtenidos con el aval o garantía del gobierno de la República, la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos administraría los sistemas de agua potable y los de alcantarillado, directamente o en la forma en que dicha dependencia determinara en cada caso concreto, debiendo entregar dichos sistemas a las "autoridades locales" una vez que el gobierno federal hubiera recuperado totalmente las inversiones aplicadas a dichas obras.

En 1971, el Estado de México creó la Comisión de Agua y Saneamiento como organismo dependiente del Poder Ejecutivo del Gobierno del Estado de México (Gaceta del Gobierno, 2008), y, en 1974, expidió la ley que crea el Organismo Público Descentralizado, denominado "Comisión Estatal de Agua y Saneamiento" (CEAS), cuyo propósito, según señala la ley, es construir, conservar, mantener, operar y administrar sistemas de agua potable y alcantarillado, así como ejecutar estudios y proyectos para dotar, ampliar y mejorar el suministro de agua potable y alcantarillado, e intervenir en la prevención y control de la contaminación ambiental en beneficio de las comunidades urbanas y rurales del Estado.

A partir de la expedición de esta ley, y con la creación de este organismo, la SRH cedió el manejo del agua de los sistemas a CEAS (en 1999, CEAS cambia de nombre, tomando el de 'Comisión de Aguas del Estado de México: CAEM). Desde 1974, las líneas centrales multicomunitarias han sido operadas por CEAS/CAEM, a excepción del sistema Gabriel Ramos Millán, el cual fue entregado al Comité de Bienes Comunales de Amecameca para su administración y operación en la década de 1970. De acuerdo con los comuneros, la fuente de abastecimiento del sistema se encuentra dentro de los límites de bienes comunales, y, por ser tierras comunales, a ellos les correspondía "todo aquello que estuviera dentro de los límites de los bienes comunales", incluyendo el agua. En cuanto al sistema comunitario de El Salto que abastece a la cabecera municipal Amecameca, éste fue aparentemente administrado por el mismo municipio desde un inicio.

Redes de distribución

Hasta la década de 1980 los sistemas abastecían únicamente a través de hidrantes públicos. En esa década, cada comunidad comenzó a colocar su propia red de distribución local, y la población se benefició con tomas domiciliarias. De acuerdo con la información recabada en entrevistas, en todas las comunidades la población financió y aportó mano de obra para la introducción de la red. En algunos casos el municipio cubrió parte del costo del material o, también, las comunidades aprovecharon algún programa de gobierno; la asesoría técnica provino del municipio o de CEAS/CAEM, aunque también hubo poblados que lo hicieron sin dicha asesoría, como la comunidad de Santiago Cuautenco. La administración de las redes de distribución quedó en manos de las comunidades que las habían construido.

En las décadas de 1980 y 1990, el gobierno mexicano emitió tres disposiciones que hicieron obligatoria la injerencia de los ayuntamientos en el manejo de los sistemas de agua potable localizados en su jurisdicción territorial: en 1980 se emitió un decreto con el Acuerdo presidencial para transferirle a los gobiernos estatales y municipales esa atribución. En 1983, una reforma al Artículo 115 constitucional, y en 1992, la emisión de la Ley de aguas nacionales (Galindo y Palerm, 2012). A nivel local, esto significaba que la administración de agua de uso doméstico debía pasar de una administración comunitaria a una municipal.

Los sistemas multicomunitarios Morelos y Alfredo del Mazo administrados por CEAS/CAEM, abastecen en su mayor parte a localidades del municipio de Amecameca. Para la administración de los sistemas de abasto de agua de uso doméstico en este municipio, el 25 de agosto de 1995 se publicó un decreto sobre la creación del Organismo Público Descentralizado para la Prestación de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento en la gaceta del gobierno del Estado de México. Este decreto señala que las atribuciones, organización y patrimonio se ajustarán a lo establecido en la "Ley de organismos públicos descentralizados de carácter municipal para la prestación de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento", a su vez publicada en 1991 (Gaceta del gobierno del Estado de México, 2011).

Finalmente, en el año 2000, el municipio de Amecameca constituyó el Organismo Descentralizado para la prestación de servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento: Agua y Saneamiento de Amecameca (ASA). Desde su creación, los funcionarios de ASA argumentan que son ellos quienes deben administrar y operar las redes de distribución de las comunidades ubicadas en el municipio.

En el caso de los municipios de Ayapango y Tlalmanalco no se han conformado organismos operadores, pero, de acuerdo con la legislación, consideran que las redes de distribución de las comunidades deben ser administradas por el ayuntamiento.

La propuesta administrativa es que CAEM opere la línea central (captación, tubería, cajas de almacenamiento), y que los municipios u organismos operadores municipales operen las redes de distribución.

Sin embargo, algunas comunidades se niegan a ceder la administración y operación de sus redes locales, pues argumentan que si ellos aportaron su mano de obra y, en algunos casos, también el material, esas redes son "suyas", y no hay razón para que el municipio u otra institución las maneje y después les quiera cobrar los costos de administración y operación. Hoy en día, de las 12 comunidades conectadas a las líneas centrales, seis prefieren administrar y operar ellos mismos su red de distribución local, mientras que los otros seis poblados están dispuestos a negociar la administración u operación de sus redes por parte del municipio. La administración comunitaria está bajo varias figuras legales: comités de bienes comunales, asociaciones civiles y comités de ejidatarios (Cuadro 2). Dichos comités comunitarios, sin importar la figura legal, coinciden en que todos están integrados por un presidente, un secretario, un tesorero, un comisariado de vigilancia y vocales. Todos los cargos son honoríficos, y su elección se realiza en asamblea general del pueblo, cambiando cada tres años, con la posibilidad de ser reelegidos si cumplen con su trabajo. Los comités comunitarios hacen rendición de cuentas de manera pública, presentan informes anuales y al final de su mandato a la asamblea del pueblo. Los comités establecen el precio de la cuota anual en asamblea general; pero eximen a la población de la tercera edad, viudas o madres solteras y personas en condiciones de pobreza extrema; convocan a la población a realizar faenas cuando se requiere (ya sea por secciones, barrios, colonias o a toda la comunidad), pasan lista de los asistentes, y, en caso de que alguien no asista, se le pide una cuota correspondiente, ya sea en dinero, alimentos y bebidas, o en transporte para quienes sí van a las faenas. Hay sanciones a la población que no cumple. La colocación de nuevas tomas se realiza únicamente sí el interesado ha cumplido con otros deberes con la comunidad, como es participar en las fiestas del pueblo, colaborar con la comunidad cuando se requiere, etcétera. Hay una tarifa distinta para la población que es de ahí y para la gente recién llegada.

En cuanto a la operación, los integrantes del comité (cargos ocupados a título honorífico) hacen recorridos por las redes para verificar el buen funcionamiento, y, en caso de requerirlo, ellos mismos realizan las labores de fontanería, como es cambio de válvulas o tuberías. Realizan también, cuando es necesario, el tandeo entre sectores de la red de distribución ya sea por barrios, cuadras o secciones.

Otras comunidades, sin embargo, aceptaron entregar la administración al municipio respectivo y, en el caso de Amecameca, al organismo operador (ASA). Las comunidades de Aldea de los Reyes, Zentlalpan, Poxtla, San Diego Huehuecalco y San Pedro Nexapa aceptaron que ASA o el municipio de Ayapango administre y operare sus redes de distribución. En el caso del municipio de Tlalmanalco, no se da ningún caso de administración por el municipio. Así, las administraciones municipales tienen la función de hacer recorridos para verificar el buen funcionamiento, y, en caso de necesitarlo, reparar fugas y cambiar válvulas y tuberías. De acuerdo con el plan de desarrollo municipal, amplían la red y, en caso de ser obras de mayor tamaño, contratan a empresas que realicen la construcción. También establecen la tarifa anual por toma (Cuadro 2).

Ahora bien, a pesar de haber entregado la administración, las comunidades están organizadas para llenar los vacíos que el ayuntamiento o el organismo operador tienen en la administración y operación de las redes locales de distribución, como ocurre con respecto a la cantidad de personal suficiente para abrir y cerrar válvulas en cada localidad, o tandear el agua al interior de cada comunidad. Así, por ejemplo, algunas comunidades, como es el caso de Zentlalpan y de Poxtla, han conformado su propio Comité de Aguas como parte del equipo de trabajo del Delegado Municipal. Estos comités están integrados por una o dos personas.

En la localidad de Zentlalpan, perteneciente al sistema Morelos, hay una persona que conoce el nivel de agua que debe haber durante cada época del año y en caso de que no les esté cayendo la cantidad suficiente, informa al delegado. Ambas personas acuden entonces al Comité de Vigilancia de la línea central para informarse de la situación, y, en caso de requerirlo, acuden a la CAEM para solicitar apoyo. En cuanto a la operación de la red de distribución, esta misma persona se encarga de abrir y cerrar válvulas para tandear el agua entre los barrios. En caso de reparación de fugas, el afectado debe acudir directamente a ASA para resolverlo. El comité de esta comunidad dá el visto bueno para cualquier obra de ampliación, rehabilitación o mantenimiento que se le dé a la red, incluyendo la asignación de nuevas tomas.

La exigencia legal de que los municipios deban ser los administradores de las redes de distribución crea un problema de pagos, ya que los municipios deben pagar a CEAS/CAEM a partir de las cuotas que debieran cobrar por la administración de las líneas centrales. Sin embargo, las comunidades que auto-administran su propia red de distribución no pagan cuotas al municipio, y CEAS/CAEM carece de un mecanismo para cobrar directamente a las comunidades.

Las comunidades no efectúan ningún tipo de pago directo a CAEM por la administración y operación de las líneas centrales. Es el municipio, o ASA en su caso, quienes le pagan a CAEM por el consumo de agua en bloque que tienen estas comunidades. Por ejemplo, en el caso de Ayapango, según señaló el regidor, el municipio le paga a CAEM por el agua que consumen todas sus delegaciones en conjunto (Ayapango, que es cabecera municipal y se abastece el sistema sureste que funciona por rebombeo de agua, Poxtla, que se abastece del sistema Morelos, Pahuacan y Mihuacán, que se abastecen del sistema Gabriel Ramos Millán), pese a que no todas las delegaciones pagan sus cuotas al municipio.

Participación de las comunidades en la gestión de los sistemas de captación multicomunitarios

Los sistemas de captación con líneas centrales multicomunitarios: Morelos y Alfredo del Mazo, fueron administrados por la SRH, y, posteriormente, por CEAS/CAEM. De acuerdo con los empleados de esta institución, las labores que CAEM realiza sobre la línea central de los sistemas bajo su mando son: limpiar las cajas de captación de agua y 200 metros más arriba de estas, verificar el buen funcionamiento de la tubería de la línea central, así como de las cajas de agua de cada comunidad, asignar la cantidad de agua a cada comunidad en función de la cantidad de población y de la época del año, y hacer trabajos de ampliación, rehabilitación y mantenimiento.

De acuerdo con la información recabada en campo, las comunidades tuvieron una importante participación en la construcción, pero posteriormente han estado formalmente al margen de las instituciones que administran las líneas centrales multicomunitarias. No obstante, en las comunidades que administran sus redes, y sin importar el tipo de figura bajo la cual están constituidos, el personal de los comités de cada comunidad realiza recorridos mensuales por todo el sistema. Es decir, desde la zona de los glaciares, la zona de escurrimientos, los cauces principales y la línea central. En caso de encontrar algún bloqueo de los ríos por árboles caídos, desviación de cauces, etcétera, los comités convocan a la población para realizar faenas de limpieza o mantenimiento de los cauces, y, en caso de encontrar algún mal funcionamiento de la línea central, dan aviso a la CAEM para que repare el daño. El personal de la CAEM no realiza recorridos por la zona de captación de agua, ya que limita sus funciones únicamente a la infraestructura de la línea central.

Caso sistema de captación multicomunitario Morelos

En el caso del sistema multicomunitario Morelos, la supervisión de las comunidades sobre la línea central se ha incrementado. En 2003, los seis poblados pertenecientes al sistema Morelos se reunieron para conformar, ante notario público, el Comité de Vigilancia del sistema Morelos. Este comité está integrado por un presidente, un secretario, tesorero y vocales que representan a las comunidades involucradas, y que, a su vez, fueron elegidos en asamblea en cada pueblo.

El Comité de Vigilancia del sistema Morelos tiene la función de vigilar las labores de rehabilitación de la línea central que realiza CAEM, porque, al decir de los beneficiarios del sistema, los trabajos que hizo esta institución en 2003 no funcionan bien. Por ejemplo, hay zonas que tienen fugas de agua, el diámetro del tubo para alimentar las cajas de almacenamiento de algunos poblados no es el adecuado y reciben menos agua que la que les corresponde, faltan por rehabilitar dos cajas de almacenamiento. El Comité, desde que se conformó, realiza recorridos a los que acude por lo menos un representante de cada comunidad para verificar el funcionamiento del sistema en su conjunto, particularmente durante la época de estiaje o cuando se dan cuenta que el nivel del agua no corresponde al volumen ya conocido para cada época del año (Cuadro 2).

La diferencia entre el actual Comité de Vigilancia y la forma en que operaban las comunidades antes de la década de 1980, cuando participaba de manera aislada cada comunidad, es que, con la actual figura ya reconocida ante notario público, los usuarios tienen una estructura de autoridades en común en la que participa un representante de cada localidad, todos bajo cargos honoríficos. Como Comité, los representantes tienen la obligación de hacer recorridos de manera conjunta por todo el sistema, así como verificar que la cantidad de agua que cae en la caja de almacenamiento de cada localidad sea la que por acuerdo le corresponde, y organizar faenas con la participación equitativa de los habitantes de cada localidad para la limpieza de todo el cauce (desde el glaciar hasta la caja de captación).

Caso sistema de captación multicomunitario Gabriel Ramos Millán

El sistema Gabriel Ramos Millán tiene una historia algo distinta a las de los otros dos sistemas multicomunitarios, debido a que la administración del sistema pasó de la SRH al Comité de Bienes Comunales de Amecameca. La localidad de Amecameca es abastecida por dos líneas centrales: el sistema el Salto y el sistema Gabriel Ramos Millán. El primero abastece siete barrios en la localidad, el segundo solo al barrio de Atenco. Cada barrio tiene su propia organización de comuneros.

Según cuentan los entrevistados, el Comité de Bienes Comunales de Amecameca, perteneciente al Barrio de Atenco, solicitó la administración, argumentando que la Ley Agraria dice que "todo lo que tienen dentro de los límites de sus posesiones comunales es de ellos".

Las faenas de mantenimiento de las cajas de agua eran realizadas de manera independiente. Así, cada comunidad las realizaba cuando las consideraba necesarias. La población de Juchitepec, en particular, hacia estas faenas dos o tres veces al año, convocando para ello a gran parte de su población, y subiendo con camiones de volteo para hacer limpieza no sólo de las cajas de agua, sino de todo el cauce. En entrevista con algunos ex integrantes del Comité de Bienes Comunales, estos mencionan que al administrar la línea central el Comité cobraba una cuota a cada poblado por el agua.

En 2002, ASA (el organismo operador del municipio) solicitó al Comité de bienes comunales la entrega del padrón de usuarios del barrio de Atenco, el cual aceptó el ofrecimiento a cambio de que los comuneros pudieran ocupar cargos y recibir un salario dentro del organismo operador.

No obstante, en 2003 los habitantes del barrio de Atenco en general decidieron desconocer a ASA y a CAEM para la administración y operación de la línea central, y conformaron la Comisión de Aguas de Deshielo de los Volcanes de Amecameca AC, ante notario público para administrar y operar la línea central, y para coordinar estas funciones en las redes de distribución de las comunidades pertenecientes a este sistema. La Comisión quedó integrada por un presidente, un secretario, un tesorero y un comisariado de vigilancia, este último verifica que se cumplan los acuerdos establecidos.

La Comisión de Aguas de Deshielo de los Volcanes de Amecameca que actualmente administra la línea central, está conformada únicamente por habitantes del barrio de Atenco, sin hacer distinción entre comuneros y habitantes. Esta Comisión realiza labores como el cobro de una cuota anual para las comunidades de Pahuacan y Mihuacán, la administración y operación de la red de distribución del barrio de Atenco, y la coordinación de las labores de operación con el resto de las comunidades.

Para la operación de la línea central del sistema Gabriel Ramos Millán, cuya obra son las cajas de captación ubicadas en el paraje de Tomacoco, así como la línea central y las cajas de almacenamiento de cada poblado, la Comisión de Aguas de Deshielo de los Volcanes de Amecameca AC convoca al barrio de Atenco, así como a los pueblos de Pahuacan y Mihuacán para subir a hacer limpieza. Estas faenas se realizan dos veces al año, y la convocatoria para los tres poblados se hace colocando carteles en las oficinas de cada delegación municipal y en los principales centros de reunión o de paso de la comunidad. En estos carteles se menciona el día y la hora.

Todas las personas ya saben que para poder asistir necesitan llevar por lo menos una herramienta de trabajo, ya sea picos, palas, o cualquier otra herramienta, y de preferencia llevar también botas de trabajo de hule para poder meterse al agua helada. El lugar de encuentro es en las cajas de captación, en las cuales se asignan las tareas que realizará cada poblado. El comisariado de vigilancia se encarga de pasar lista a todos los asistentes, y es así como llevan el control de quiénes sí han cumplido. El comisariado también vigila que todas las personas que acudieron en verdad estén trabajando, y no "nomás estén jugando". Cuando alguien no acude a las faenas, mencionan que en realidad no pueden obligarlo porque la asistencia es voluntaria, pero después, en las asambleas locales y, particularmente cuando hacen una reclamación, se mencionan los nombres de quienes no han asistido a las faenas, además no tienen voz ni voto en las asambleas o para quejarse de la falta de agua.

Los días de faena son en realidad días de un gran convivio entre los asistentes. La gente es convocada alrededor de las nueve de la mañana del domingo previsto para reunirse en las cajas de aguas. En general, suele haber una asistencia de 70 personas, entre las que se procura repartir el trabajo equitativamente. El comisariado de vigilancia de la Comisión de Aguas de Deshielo de los Volcanes de Amecameca asigna las funciones más urgentes a realizar, y el orden en que se irán limpiando las cajas. Al principio, todos participan en la limpieza de la primera caja, pues esta suele ser la más sucia, pero conforme el trabajo va avanzando, las personas se van distribuyendo entre la limpieza de la segunda caja y los canales a cielo abierto que las conectan. Aunque el verificar que todos estén trabajando es la tarea del comisariado de vigilancia, la verdad es que todos los usuarios se están vigilando entre ellos, y verificando que todos trabajen por igual.

Para la limpieza de la tercera caja, todos se reúnen a trabajar al mismo tiempo, pues, a pesar de que suele estar casi completamente limpia, la caja tiene el doble de dimensiones que las otras dos. Al concluir la faena alrededor de las cinco de la tarde, el presidente de la Comisión de Aguas de Deshielo lleva comida, bebidas y en algunos casos una bebida alcohólica para agradecer a los usuarios por su colaboración, y extendiendo el convivio por una o dos horas más. Este tiempo es aprovechado para comentar las necesidades del sistema en cuanto a reparaciones, distribución o ampliación de la infraestructura.

La administración y operación de las redes locales de distribución en las comunidades de Pahuacan y Mihuacán está a cargo de los Comités de Agua Comunitarios. Su función es cobrar una tarifa anual por toma, y destinar una parte del dinero recaudado para el pago correspondiente a la Comisión de Aguas de Deshielo por el derecho al uso de agua. También vigilan y dan mantenimiento a la red, y, en caso de ser necesario, acuden al 3er regidor en el municipio de Ayapango para que los apoye con pipas de agua durante la temporada de estiaje.

Por lo que se sabe de esta línea central, la administración ha sido encabezada por una de las comunidades de aguas arriba. Este caso es semejante al del canal Coyahualco de La Cañada de Huamuxtitlán, en el que, en lugar de tener una institución en común, una de las comunidades es la que coordina (Rodriguez Herrera et al., 2012)

El sistema abastecía anteriormente a otras dos comunidades; es decir, cinco comunidades en total. El número de comunidades no parece haber sido un problema para la gestión. La salida de las dos comunidades al final del sistema tiene que ver con el crecimiento de población en todas las comunidades, y con una nueva oferta de agua basada en el bombeo.

Expansión de la demanda y la oferta: nuevos sistemas

Con la expansión de la demanda se dieron dos respuestas en la región. Una de ellas fue la inversión en más sistemas de captación, construidas y administradas por las mismas comunidades. La otra respuesta vino directamente de CAEM, con la construcción de un sistema basado en el bombeo. En la década de 1980, CAEM inicio la construcción del Sistema Sureste, el cual funciona por la extracción de agua de 4 pozos ubicados en el municipio de Tenango del Aire y se extiende alrededor de 52 km cuesta arriba por medio de un sistema de re-bombeo de agua.

Sistemas comunitarios de captación de agua

Las comunidades de Santiago Cuautenco y Santa Isabel Chalma construyeron cada una su sistema de captación y conducción en la década de 1980, con el fin de complementar el abasto de agua del Sistema Morelos. De acuerdo con las autoridades comunitarias de estas poblaciones, los sistemas fueron construidos con la aportación económica y de mano de obra de su población; aunque también recibieron asesoría técnica y algunos apoyos de CAEM y del municipio. No obstante, la recaudación de fondos y organización del trabajo tuvieron que hacerla ellos mismos. El costo de la obra se dividió entre el número de familias de la comunidad, en proporción al nivel económico de cada una. Así, aquellos que no podían cubrir su cuota en dinero podían hacerlo con trabajo extra al ya asignado. La administración de las líneas centrales comunitarias quedó en manos de las comunidades que las construyeron (Cuadro 2). Los sistemas comunitarios utilizan la red de distribución existente en cada localidad.

La administración de las líneas centrales comunitarias de Santiago Cuautenco y Santa Isabel Chalma está a cargo del Comité de Bienes Comunales de Cuautenco, y Aguas de Tlalcuilulco AC para la comunidad de Santa Isabel Chalma. Las autoridades comunitarias comentan que ambas comunidades mantienen un estricto control para la administración y operación de sus sistemas (las líneas centrales comunitarias), y no están dispuestas a ceder su manejo a CAEM o ASA por ningún motivo, argumentando que si ellos invirtieron dinero y mano de obra en la construcción de los sistemas, éstos son suyos, y no tienen por qué otorgarles ese derecho.

Por su parte, tanto CAEM como ASA han evitado cualquier intento por obtener el manejo de estos sistemas. En entrevista con el subdirector de ASA, éste mencionó que ninguna autoridad se ha atrevido a siquiera tocar el tema ante los comités, ya que eso les generaría demasiados conflictos con la población, y mejor prefieren "dejarlo así".

Sistema por bombeo

Durante la misma década de 1980, CAEM inició la construcción del sistema sureste, el cual funciona gracias a la extracción de agua de cuatro pozos ubicados en el municipio de Tenango del Aire, y se extiende alrededor de 52 km cuesta arriba por medio de un sistema de re-bombeo de agua. Algunas de las comunidades pertenecientes a los sistemas de deshielo, particularmente aquellas que se ubicaban al final de los sistemas de deshielo, se adhirieron al nuevo sistema, ya que, al aumentar la población en las comunidades de arriba, el agua ya no alcanzaba a abastecer a las comunidades de abajo.

Conforme las comunidades se iban conectando al sistema sureste, la CAEM tomó la decisión de desconectarlos de los sistemas de deshielo en las líneas centrales que maneja. En el caso del sistema Gabriel Ramos Millán las comunidades de Juchitepec y Cuijingo decidieron por sí mismas desconectarse de la línea central de abastecimiento por deshielo. Así, los sistemas de deshielo multicomunitarios pasaron de abastecer a 12 comunidades de las originales 24.

 

Conclusiones

Las comunidades han tenido y siguen teniendo un papel destacado en la gestión de los sistemas de agua de uso doméstico. Han invertido recursos, mano de obra, administran sus propias redes o complementan la administración municipal, gestionan las líneas centrales comunitarias, complementan la administración de CAEM de las líneas centrales multicomunitarias y, en un caso, la administran.

Las comunidades son capaces de establecer formas de trabajo equitativas entre la población, establecer sistemas de sanciones para todo aquel que no cumpla con las reglas, establecer sistemas de rendición de cuentas públicas eficientes para determinar el buen o mal funcionamiento de las autoridades y, en caso de que este no cumpla, sancionarlo en la misma medida de que si lo hace bien obtiene el reconocimiento de la gente. Mediante estos esquemas, la población está más involucrada en los problemas de abastecimiento de agua, porque cada año, al subir a hacer faenas, se da cuenta de los tipos de problemas que existen.

La falta de disposición del gobierno para darle reconocimiento jurídico a la autonomía de estas instituciones va de la mano con la intromisión del gobierno para administrar este recurso, sobrevalorando el trabajo que se hace desde las estructuras burocráticas, y menospreciando la capacidad de las comunidades para organizarse y denotando su trabajo al asegurar que los hacen "fuera de la ley". Es una realidad que estas organizaciones locales han logrado mantenerse por más de medio siglo, entre otras cosas han desarrollado estrategias para darle sostenibilidad a sus instituciones.

Destaca la participación de las comunidades no sólo en construir y operar por su cuenta, sino también en complementar la gestión por los organismos operadores, los municipios, la Comisión de Aguas del estado de México CAEM, y la SRH. El aspecto de complementariedad a la gestión oficial por el organismo operador o el ayuntamiento, marca los límites a la expansión de la administración más centralizada y los espacios de continuidad de la participación comunitaria, pero con el carácter de informal e invisible.

 

Agradecimientos

Investigación realizada con el apoyo del proyecto CONACYT número 79201 "Juntas de aguas, unidades de riego y otras organizaciones de regantes. Impacto de los cambios en la legislación sobre las capacidades autogestivas de los regantes".

 

Literatura Citada

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