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Agricultura, sociedad y desarrollo

versão impressa ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.10 no.1 Texcoco Jan./Mar. 2013

 

Caracterización campesina del manejo y uso de la diversidad de maíces en San Felipe del Progreso, Estado de México

 

Peasant characterization of management and use of maize diversity in San Felipe del Progreso, Estado de México

 

Jesús Castillo-Nonato*, Cristina Chávez-Mejía

 

Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales (ICAR). Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMEX) Km 14.5 Carretera Toluca-Atlacomulco, San Cayetano, Cayetano, Toluca, México. 50200. (canj19732007@yahoo.com.mx) (crischa_11@hotmail.com) * Autor responsable

 

Recibido: octubre, 2012.
Aprobado: noviembre, 2012.

 

Resumen

La diversidad de maíz en México es parte de la cultura e identidad de los mexicanos y constituye un elemento importante de la alimentación nacional. La diversidad de los sistemas agrícolas es importante para la producción de alimentos con base en un conocimiento local, e integran el patrimonio de los campesinos mexicanos, que día con día conservan recursos genéticos mediante su cultivo. El objetivo de este estudio fue identificar y caracterizar el manejo campesino de maíces locales cultivados bajo riego y en condiciones de temporal, en dos ejidos con población mazahua de San Felipe del Progreso, Estado de México. El estudio fue de carácter etnográfico, con base en entrevistas a 200 campesinos durante el año 2011. Se encontró que los campesinos cultivan variedades locales de maíz, que ellos mismos han mejorado empíricamente: entre ellas se encuentran las de grano blanco (ciclo largo), amarillo, pinto y negro (ciclo intermedio), y rojo y rosado (ciclos corto) las cuales perteneces al grupo cónico. El cultivo de maíces locales se relaciona con la disponibilidad de agua para riego, régimen de lluvias, tipo de suelo y usos de los diferentes tipos de maíz.

Palabras clave: campesinos, sistemas agrícolas, maíz de riego y de temporal, suelo.

 

Abstract

Maize diversity in México is part of the culture and identity of Mexicans and constitutes an important element in the national diet. The diversity of agricultural systems is important for food production based on local knowledge, and it integrates the heritage of Mexican peasants, who day by day conserve genetic resources through their cultivation. The objective of this study was to identify and characterize the peasant management of local corns cultivated under irrigation and rainfed conditions, in two ejidos with Mazahua population in San Felipe del Progreso, Estado de México. The study was of ethnographic nature, based on interviews with 200 peasants during 2011. It was found that peasants cultivate local maize varieties that they have improved empirically: among them, there are those with white grains (long cycle), yellow, spotted and black (intermediate cycle), and red and pink (short cycle), which belong to the conic group. Cultivation of local corns is related with the availability of water for irrigation, the rainfed regime, the type of soil and the uses of different types of maize.

Key words: peasants, agricultural systems, irrigation and rainfed maize, soil.

 

Introducción

En México el maíz (Zea mays) es parte de la cultura e identidad de sus habitantes, así como un elemento importante en la dieta diaria, sobre todo en el medio rural. La adaptación del grano a los distintos ambientes (desde el nivel del mar hasta 3500 m) ha resultado en una gran diversidad genética del grano (64 razas) (CONABIO, 2012), logro de hombres y mujeres campesinos que mediante su cultivo lo diversifican y conservan. Los campesinos, para su reproducción social, hacen uso de su conocimiento para manejar los recursos naturales y producir alimentos bajo diversos agroecosistemas, modelados no solo por cuestiones ambientales, sino también por condiciones socioeconómicas locales y externas (Altieri, 1993; Mettrick, 1999; Pérez, 2008). De esta manera, los campesinos en México manejan, conservan e incrementan la diversidad de cultivos (Bellón y Brush, 1994; Aguirre-Gómez et al., 2000; Bellon y Hellin, 2001; Arias et al, 2004; Brush y Perales, 2007).

La diversidad de maíces en el territorio nacional es parte del patrimonio biocultural de las sociedades mesoamericanas, el cual es custodiado por agricultores campesinos e indígenas (Smale y Bellon, 2001; Boege, 2008; Toledo y Barrera-Bassols, 2008). Éstos han seleccionado y seleccionan las mejores plantas y semillas, las cuales en un largo proceso se han adaptado a condiciones ambientales diversas y adversas (Altieri y Nicholls, 2000; Blanco 2006; Pérez, 2008).

La agricultura campesina, con todos sus problemas, continúa representando un sector social muy importante, porque los alimentos que produce constituyen una fuente importante para la subsistencia de las comunidades en el medio rural. En diversas partes del mundo, y en regiones específicas de América Latina, África y México, los campesinos que siembran variedades tradicionales, con esta actividad ponen en práctica y conservan la diversidad de las plantas que cultivan.

El manejo campesino de la diversidad de cultivos se basa en su conocimiento local. Actualmente el conocimiento campesino es una fuente de información importante y se integra al patrimonio biocultural (Boege, 2008; Toledo y Barrera-Bassols, 2008), que se sustenta en la experiencia sobre el manejo de los sistemas de producción tradicional que resultan en la domesticación y conservación de numerosos recursos genéticos como el maíz (Díaz y Herrera, 2004).

Es también el manejo campesino, un producto de la experimentación constante en la búsqueda y mejora del cultivo, cuya orientación es la adaptación de plantas a espacios de cultivo, con el propósito de superar las limitaciones biológicas y socioeconómicas (Toledo, 1991; FAO, 1996).

Actualmente, el conocimiento campesino es una fuente de información importante, que tiene su sustento en la experiencia sobre el manejo de los sistemas de producción tradicional, observándose también que ha permitido el uso, manejo y conservación de numerosos recursos genéticos. Es por consiguiente un proceso dinámico de exploración, búsqueda y experimentación (Díaz y Herrera, 2004; Ruíz et al., 2006). Se fundamenta en creencias y costumbres que tienen consistencia interna y lógica para el campesino. A pesar de estar presente entre ellos, no se encuentra distribuido de manera uniforme, es decir, depende de la transmisión generacional (padre a hijo) para que sea enseñado, dando paso al aprendizaje y apropiación por parte de quien lo recibe como enseñanza a través de la actividad agrícola, resultando en renovación y distribución del conocimiento (Duch, 1995; Ferrington y Martín, 1989, Hernández, 1981). El conocimiento desarrollado por los campesinos está encaminado también a la superación de las limitaciones biológicas y socieconómicas para producir en sistemas de cultivo. (FAO, 1996; Toledo, 1991)

El cultivo de dos o más especies en un mismo espacio es una característica del manejo de los recursos naturales por campesinos para, entre otros objetivos, contar con alimentos a lo largo del año (Aguilar et al, 2003). La práctica de la actividad agrícola por campesinos, que en México representan un gran porcentaje de la población, genera una agricultura que se lleva a cabo con ciertos usos y manejos particulares y con sistemas agrícolas que permiten tanto la conservación de especies como una dieta variada para ellos durante todo el año.

Tomando en cuenta la relevancia social y ambiental de la agricultura campesina y su dinámica, los estudios sobre ella serán siempre necesarios para documentar y entender esta actividad, ante la importancia de conservar tanto la riqueza biológica como cultural (lo que se ha llamado patrimonio biocultural) (Boege, 2008; Toledo y Barrera-Bassols, 2008). Es importante analizar los procesos de construcción del patrimonio y tomar las medidas necesarias para fomentar su conservación. En cuanto al maíz, se ha documentado su diversidad por sistemas de cultivo, altitud, cuestiones de etnicidad, de relaciones de género, entre otros aspectos (Hernández,1981; Ortega-Paczka 2003; Brush y Perales, 2007; Loutte y Smale, 1996; Bellon y Hellin, 2011). Por ello es relevante documentar la diversidad de sistemas de cultivo del maíz y su relación con la diversidad genética y cultural de la especie. El presente estudio intenta contribuir al estudio de la diversidad de sistemas agrícolas para su cultivo. Se analiza el uso y manejo campesino del maíz en condiciones de riego y de temporal en ejidos mazahuas del estado de México.

 

Materiales y Métodos

Área de estudio

La presente investigación se realizó en dos ejidos del municipio de San Felipe del Progreso, durante el ciclo agrícola 2011. Estos ejidos son San Pedro el Alto (SPA) y San Pablo Tlalchichilpa (SPT), que se localizan respectivamente en la parte noroeste y sureste del municipio (su ubicación en el contexto municipal se observa en la Figura 1) SPA a una altura de 2550 m y SPT a 2750 m. La temperatura anual varía de 12 a 18°C, con una mínima de 2° y una máxima de 28°. La máxima incidencia de lluvias es en julio, fluctuando entre 150 y 160 mm anuales, y el período de sequía va de diciembre a abril con una precipitación menor de 10 mm (Gobierno del Estado de México, 2005).

Técnicas de investigación

El estudio se basó en la información que se obtuvo de 200 entrevistas a igual número de campesinos. A partir de la identificación del marco de muestreo, se procedió a seleccionar una muestra mediante el muestreo dirigido, que consiste en la selección informal de sujetos típicos, con el método conocido como bola de nieve. En el ejido de San Pablo Tlalchichilpa se cultiva el maíz en condiciones de temporal y en el de San Pedro el Alto en condiciones de riego. La aplicación de las entrevistas permitió obtener información de los siguientes aspectos: variedades de maíz, cultivos asociados, manejo de la diversidad en la milpa, en función de la disponibilidad de agua y tipo de suelo.

De las entrevistas, se identifican algunas de las características de los campesinos, que resultaron relevantes para la investigación: los campesinos son 95 % hombres. Sólo 10 % tiene como actividad principal la agricultura en la milpa, mientras que 90 % realiza otra actividad, como las de comerciantes, obreros, albañiles; en el caso de las mujeres, además del trabajo doméstico en su hogar, se emplean como trabajadoras domésticas en Atlacomulco, Ixtlahuaxa y la ciudad de México.

La edad de los campesinos está entre 45 y 82 años. Respecto a los recursos que utilizan para la actividad agrícola; 100 % de los entrevistados es propietario de su terreno de cultivo, con una superficie de entre tres y cuatro hectáreas (50 %), seguido por 25 % con dos a tres hectáreas, 10 % cuenta con una hectárea y el restante 15 % cuenta con superficies de 0.25 a 0.5 ha. En relación con la ubicación de las milpas, 50 % se encuentran en el denominado Valle Ixtlahuaca, en condiciones que permiten el empleo de maquinaria agrícola y todos los campesinos utilizan riego de punta. El otro 50 % cuenta con terrenos de cultivo que se ubican en zona de pendientes y laderas, lo que incide en el empleo de yunta de acémilas, que efectúan la mayoría de las actividades agrícolas.

 

Resultados y Discusión

La diversidad de maíz en San Pedro el Alto y San Pablo Tlalchichilpa

El maíz cultivado en ambos ejidos pertenece al grupo cónico; con base en el color del grano los campesinos identifican varios tipos. En San Pedro el Alto reconocen siete tipos, incluyendo el híbrido, mientras que en San Pablo Tlalchichilpa reconocen cinco tipos y no cultivan híbrido.

La presencia de maíz híbrido en San Pedro el Alto se explica por la promoción de empresas productoras y vendedoras de semillas, la disponibilidad de agua para riego, superficies planas para su cultivo y el interés de los campesinos por obtener mayor rendimiento del grano. Empresas productoras y vendedoras de semillas proveen los insumos necesarios para el desarrollo del cultivo (fertilizantes inorgánicos, herbicidas y pesticidas) a campesinos que cuenten con punta de riego y cuyo terreno del cultivo se encuentre a la orilla de caminos o carreteras con el fin de establecer parcelas de demostrativas. Los híbridos tienen la ventaja de que la planta no se acama, se obtiene mayor rendimiento, y debido a que para su desarrollo se aplica herbicida, al momento de la cosecha (que es manual) no hay arvenses, de manera que se facilita el trabajo. Sin embargo, de acuerdo con los campesinos, el grano del maíz híbrido no es apropiado para las tortillas; es un maíz duro, no tiene buen sabor y las tortillas se hacen duras; por lo anterior, comparan el maíz híbrido con el amarillo que se usa principalmente para alimentar a los animales. Además de esta desventaja, los campesinos no cuentan con la solvencia económica para comprar semilla de híbridos año tras año, ni para adquirir insumos necesarios para su buen desarrollo; como fertilizantes foliares y herbicidas, por lo que prefieren no cultivar híbridos. Sin embargo, en el ejido se localizó campesinos que cuentan con entre tres y cuatro hectáreas, poseen tractor, cultivan híbridos, y compran semilla de éstos año tras año.

En cuanto a los maíces criollos, los campesinos de San Pedro el Alto reconocen diversidad por cada tipo de maíz (Cuadro 1), y año con año lo siembran para conservar esta diversidad.

El maíz blanco es el que más se cultiva bajo un arreglo particular de acuerdo con la extensión de tierra disponible (entre 3 y 5 o entre 1 y 2 ha). Los campesinos que cuentan con una superficie cultivable de entre 3 y 5 ha (90 %) cultivan maíz blanco en un mismo terreno, o lo siembran con otros como negro o amarillo. Por ejemplo, en una parcela se siembra la mitad con blanco y la otra con negro o amarillo. Los campesinos que tienen de 1 a 2 ha (10 %) también siembran maíz blanco y de color. Cultivan el blanco en un solo terreno; mientras que los granos de color se establecen en este arreglo: mitad del terreno con maíz negro y la otra mitad con maíz rojo, rosado o pinto.

Respecto a la diversidad de maíz, en San Pablo Tlalchichilpa se conforma de maíces criollos y no se cultivan híbridos (sus ventajas y desventajas se presentan en el Cuadro 2). Los campesinos que cultivan maíz blanco cuentan con una superficie cultivable de entre 1 y 2 ha (80 %); y siembran maíz blanco (la otra mitad) con negro o amarillo (mitad del terreno). Otro 20 % cuenta con una superficie de cultivo de menos de una hectárea, cultivan la mayor parte de su terreno con maíz blanco, y los maíces de color los siembran en las orillas de las milpas (de 15 a 20 surcos).

Criterios para la conservación de la diversidad del maíz

A partir de la diversidad de maíces presentes en San Pedro el Alto y San Pablo Tlalchichilpa se identificaron tres factores de elección para la siembra de maíces en riego y temporal: a) el aspecto cultural relacionado con los usos en la preparación de alimentos, b) las características de la mazorca para la elección de la semilla y, c) tipo de suelo en función del riego y condiciones de temporal.

Aspectos culturales

Los aspectos culturales sobresalientes relacionados con la diversidad de maíz, son la preparación de alimentos cotidianos para la familia y para festividades familiares y comunitarias. En la vida cotidiana, los maíces locales están presentes en el desayuno, comida y cena; se consumen tortillas de diferente color, de acuerdo con las preferencias de la familia; y también se prepara atole, tamales, etcétera. La diversidad de uso del maíz en la comida diaria y en celebraciones, se aborda ampliamente más adelante.

Características de la mazorca

Las características de la mazorca que los campesinos toman en cuenta para seleccionar y obtener el mejor grano (semilla) que será empleada en la siembra son: color, peso y tamaño del grano; longitud y brillo de la mazorca, que el olote sea delgado y que la mazorca esté libre de plagas. En el proceso de selección de la semilla intervienen principalmente mujeres, aunque los hombres también participan, pero la responsabilidad de tener lista la semilla para la siembra es de la mujer.

Tipo de suelo, disponibilidad de riego

En ambos ejidos los campesinos tienen un amplio conocimiento del suelo, al cual clasifican tomando en cuenta varias características que le atribuyen. Se identificó una relación entre el tipo de suelo y el tipo de maíz cultivado (Cuadro 3).

Otros estudios indican que el tipo de suelo no condiciona el tipo de maíz a cultivar (Chávez Me-jía, 2007). Si bien unos suelos guardan humedad, como la tierra suave, los campesinos de San Pedro el Alto riegan todos los tipos de suelo para asegurar que la semilla tenga humedad y germine, de manera que pueden sembrar todos los tipos de suelo en marzo si cultivan maíz de ciclo largo (blanco o híbrido) o maíces de ciclo corto como el rosado y rojo. Mientras que los campesinos de San Pablo Tlalchichilpa pueden sembrar maíz de ciclo largo sólo en los suelos que guardan humedad y en los demás tipos de suelo hasta que ocurran las primeras lluvias y éstos tengan humedad suficiente para la germinación de la semilla.

Cultivo de las variedades de maíz

En esta sección abordamos el cultivo de los diferentes tipos de maíz en los dos ejidos. Con respecto a San Pedro el Alto, en donde se cuenta con punta de riego para el cultivo de maíz, el ciclo de cultivo se inicia con el barbecho y posteriormente el riego por inundación. El agua para riego proviene de la presa Tepetitlán, que beneficia a las comunidades y ejidos de los municipios de San Felipe del Progreso, Jocotitlan e Ixtlahuaca (Figura 2).

Posteriormente al riego, la siembra de maíz se inicia a partir del 15 de marzo y termina en abril en tres periodos de siembra. 1) los regantes cuyas milpas se encuentran ubicadas cerca del canal general de riego cuentan con un calendario de riego que va del 1 al 15 de marzo; estos campesinos siembran maíz de ciclo largo, es decir el de grano blanco; el híbrido, conocido localmente como "cuatero", además de maíces de ciclo intermedio como el de grano amarillo y negro.

Los campesinos que cuentan con milpas que se encuentran en la parte intermedia del canal, cuyo riego se inicia del 16 al 31de marzo, optan por la siembra de maíz amarillo, conocido localmente como abrileño; también siembran el maíz rosado.

Los campesinos que cuentan con terrenos ubicados al final del canal y cuyo se riego inicia en la última semana de marzo y las dos primeras de abril, siembran preferentemente maíces de ciclo corto, entre ellos el rojo, rosado y pinto. Las variedades de maíces sembrados y las fechas de riego en San Pedro el Alto se presentan en el Cuadro 4. De esta manera, aunque el ejido de San Pablo cuenta con riego, la fecha de siembra y tipo de maíz cultivado depende de la ubicación de su terreno respecto a los canales de riego.

En San Pablo Tlalchichilpa el cultivo de maíz depende totalmente del agua de lluvia, y existen también periodos de siembra de acuerdo con el tipo de maíz que se cultive y el tipo de suelo (si guarda o no humedad), de manera que el periodo de siembra abarca de marzo a mayo. Si hay humedad en el suelo, la siembra se inicia a partir del 3 de marzo (Cuadro 5).

Usos de la diversidad de maíz en San Pedro el Alto y San Pablo Tlalchichilpa

Entre los usos de las variedades de maíz destaca la preparación de la comida diaria y para festividades familiares y comunitarias por mujeres. Las tortillas se preparan diariamente, y frecuentemente se preparan atole y tamales dulces y salados. Cabe destacar que en la elaboración de tamales se usan algunos cultivos asociados al del maíz, como haba, frijol y calabaza (se usan sus flores), así como especies silvestres o toleradas como capulín (se usan sus frutos maduros). Los tamales de haba y frijol se preparan con los frutos maduros y secos de estas especies, de manera que se pueden preparar tamales de haba y frijol durante todo el año; los tamales de haba tienen la particularidad de que se envuelven en brácteas secas de la planta (a las que popularmente se llama hojas) o con hojas verdes de maíz, lo cual les da un sabor particular (si es así, solo se pueden hacer tamales de haba en hojas de maíz en verano, cuando las hojas de maíz están verdes). Mientras que los tamales de flor de calabaza y capulín se preparan en verano, que es la época en que están disponibles.

Los atoles son preparados con masa de maíz blanco, agua, o leche y si prefiere preparar atoles de sabor se agrega alguna fruta como la guayaba. En los ejidos se sigue preparando un atole ritual que es el atole agrío (Morales, 2000) que se prepara a base de maíz negro o rojo (las mujeres adultas y ancianas son quienes lo preparan.

Finalmente, el maíz también se usa para alimentar a los animales domésticos. En ambos ejidos hay aves de corral (pollos y guajolotes), caballos, mulas, machos, borregos, cerdos y vacas. Estos animales son multipropósito; por ejemplo, los équidos son para trabajar la tierra, sirven de medio de transporte y carga, y son también un recurso en momentos de apremio económico o de enfermedad.

En la parcela de cultivo del maíz crecen arvenses con diferentes usos; sin embargo, solo en San Pablo Tlalchichilpa se les recolecta. En San Pedro el Alto, el uso constante de herbicidas ha incidido en la disminución de arvenses para consumo humano; mientras que en San Pablo Tlalchichilpa se encuentran aún quelites, nabos, malvas, quintoniles, que son consumidos como verdura fresca o son utilizadas en la preparación de platillos locales (Cuadro 6).

 

Conclusiones

El manejo y uso de la diversidad de maíz en San Pablo Tlalchichilpa (SPT) y San Pedro el Alto (SPA), se relacionan con la disponibilidad de agua para riego y las condiciones del régimen de lluvias; características de la mazorca y usos de la diversidad de maíz. En San Pablo Tlalchichilpa el manejo del cultivo de maíz se relaciona con las características del suelo y condiciones del temporal. Estas condiciones ambientales locales influyen en que los campesinos cultiven diferentes tipos de maíz, tanto de ciclo largo como corto.

En San Pedro el Alto cuentan con agua para riego de punta y auxiliar, lo que les permite, además de cultivar maíces locales (a los cuales se les da diversos usos), como maíz híbrido. Sin embargo, éste no ha sido utilizado como alimento de la familia campesina, que solamente lo utiliza para alimentar a los animales y no lo emplean para preparar los alimentos tradicionales; de manera que es probable que se conserven en el futuro aquellos maíces que tienen usos diversos.

El uso de las variedades de maíz también está relacionado con el gusto de los campesinos por consumir ciertos tipo, en la comida diaria y en ocasiones festivas familiares y comunitarias. Por tanto, el maíz y su diversidad son importantes para los campesinos de los ejidos de SPT y SPA porque representa para ellos parte de su seguridad alimentaria.

En ambos ejidos se prefiere cultivar maíz blanco debido a su mayor número de usos; sin embargo también los maíces de otros colores se cultivan, aunque en menor escala. Todos los tipos de maíz reciben un uso (alimenticio, como forraje, etcétera), por lo que su uso se relaciona con su conservación.

El estudio del cultivo de los maíces locales, así como sus usos diversos, reflejan el conocimiento campesino sobre ellos. En cuanto a la preparación de alimentos tradicionales como el atole agrío, que es de uso ceremonial, las mujeres mantienen y transmiten el conocimiento para su preparación; la preparación de alimentos tradicionales a base de maíz implica la conservación de la diversidad del maíz y el conocimiento local asociado a tal diversidad. Asimismo, el uso de cultivos asociados al maíz, como frijol y haba, y el uso de plantas silvestres como el capulín en la preparación de alimentos tradicionales, indica que el manejo y uso local del maíz está relacionado con otros cultivos y rebasa los límites de la parcela agrícola, lo que en términos de la conservación de la cultura del maíz está relacionado con otros elementos de los recursos naturales de los campesinos. Debido a que en San Pedro el Alto ha disminuido la disponibilidad de quelites por el uso constante de herbicidas, la gente no dispone de esta fuente de alimento, situación contraria a la de San Pablo Tlalchichilpa, en donde la gente todavía recolecta quelites para consumo familiar. Por ello la gente de SPT, por una parte, conservará su conocimiento sobre donde crece cada especie de quelite y su época de recolección. Por ejemplo; mientras que este conocimiento podría perderse en SPA, habrá que hacer estudios al respecto; sin embargo la tradición de consumir quelites continúa en ambos ejidos.

La diversidad de maíz cultivada por campesinos mazahuas de San Pablo Tlalchichilpa y San Pedro el Alto en diferentes tipos de suelo, indica que los campesinos disponen de varias parcelas de cultivo para producir maíz (que a la fecha sigue siendo parte importante de su dieta). Habría que analizar esta situación de propiedad y accesibilidad a la tierra ante una situación de nueva ruralidad, en la cual la agricultura es una de tantas actividades, y no de las más importantes, unos años más adelante. Podría ser que ante la disminución de la importancia del cultivo de la tierra, ocurra la venta y renta legal de tierras o su abandono, lo que implicaría la pérdida de maíces locales debido a esa relación tipo de suelo-diversidad de maíz.

 

Literatura Citada

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