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Agricultura, sociedad y desarrollo

versión impresa ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.10 no.1 Texcoco ene./mar. 2013

 

La construcción social de la identidad campesina en dos localidades del Municipio de Tlaxco, Tlaxcala, México

 

Social construction of peasant identity in two localities of the Municipality of Tlaxco, Tlaxcala, Mexico

 

Adriana Vázquez-García1*, Enrique Ortiz-Torres1, Fernando Zárate-Temoltzi2, Ignacio Carranza-Cerda1

 

1 Colegio de Postgraduados, Campus Puebla. Km 125.5 Carretera Federal México-Puebla, Santiago Momoxpan, San Pedro Cholula, Puebla, México. 72760.

2 Universidad Politécnica de Tlaxcala, Región Poniente Km 85, Carretera Federal Libre México—Veracruz, Hueyotlipan, Tlaxcala, México. 90240. (pinkandblue_08@hotmail.com)

* Autor responsable

 

Recibido: julio, 2012.
Aprobado: noviembre, 2012.

 

Resumen

Abordar la identidad de los campesinos desde su propia perspectiva, requiere el reconocimiento del sujeto como ente analítico, de manera que aquella se edifique a partir de sus narraciones o discursos. El propósito de esta investigación fue determinar cómo construyen socialmente su identidad los campesinos de las localidades: "Unión Ejidal Tierra y Libertad", y "San José Atotonilco", pertenecientes al Municipio de Tlaxco, Tlaxcala. Para ello, se realizaron entrevistas de historias de vida a campesinos originarios de cada lugar. Estas entrevistas muestran cómo es que las personas se describen a partir de sus propios discursos. El análisis fue con base en dos ejes o rasgos identitarios: la familia campesina y la actividad agrícola como profesión. La familia es importante al ser el primer grupo social donde interactúa el individuo al nacer, sentando las bases para su socialización. La actividad desempeñada en el campo es considerada una profesión, al permitir el sustento del campesino y de su familia; al ser el campesino un profesional, muestra cómo es que éste se concibe a sí mismo.

Palabras clave: discurso, narrativa, percepción, socialización, vida cotidiana.

 

Abstract

Approaching the identity of peasants from their own perspective requires the recognition of subjects as analytical entities, so that identity can be identified from their narrations or discourses. The purpose of this study was to determine how peasants of the following localities "Unión Ejidal Tierra y Libertad" and "San José Atotonilco", in the municipality of Tlaxco, Tlaxcala, socially construct their identity. To this end, interviews were carried out about the life histories of peasants from each place. These interviews show how it is that people describe themselves from their own discourses. The analysis was based on two axes or identity features: peasant family and agricultural activity as a profession. The family is important since it is the first social group where the individual interacts after being born, establishing the bases for his/her socialization. The activity carried out in the field is considered a profession, by providing sustenance for the peasant and his family; since the peasant is a professional, this shows how it is that he conceives himself.

Keywords: discourse, narrative, perception, socialization, daily life.

 

Introducción

La importancia de la práctica agrícola es tal que existen numerosos estudios orientados a dar cuenta del medio rural. Sin embargo, parte de las investigaciones que se han realizado acerca de la agricultura no consideran la perspectiva de los campesinos, por lo que es necesario realizar estudios donde los sujetos se construyan e identifiquen como tales a partir de sus propias narraciones, "por contraste a las excesivas abstracciones y a la deshumanización del cientificismo positivista" (Pujadas Muñoz, 1992:7). En la actividad agrícola existe un desconocimiento sobre cómo se identifican los campesinos; en esta investigación el reconocimiento del sujeto como unidad de análisis es fundamental, al tratarse de un estudio donde los fenómenos sociales son explicados desde la visión de quienes se sitúan en ellos. Con este trabajo se espera hacer un aporte sobre la construcción social de la identidad campesina desde los actores mismos que la conforman.

Una manera de conocer cómo se perciben los campesinos es mediante sus propias narraciones o discurso. Según Gergen (1996), el discurso es el medio por el cual los individuos se hacen inteligibles al identificarse (con otros y consigo mismo), y describirse en un tiempo y en un espacio determinado; así crea un discurso acerca de sí mismo, producto de sus intercambios sociales. Después de todo "se cuenta la vida como relatos, y se viven las relaciones con los otros de una forma narrativa" (Gergen, 1996: 32). Este mismo autor manifiesta que hay especialistas que sostienen que las narraciones tienen el potencial de transmitir la verdad, mientras que existen otros que sostienen que las narraciones no reflejan, sino que construyen la realidad. "Las historias personales no son meramente un modo de contar a alguien la propia vida, sino los medios a través de los cuales las identidades pueden ser moldeadas" (Gergen, 1996:240). Asimismo, la realidad pasa a ser construida a partir de lo que las personas hablan y escriben acerca de ella, por lo que el discurso, y más específicamente el análisis retórico, ofensivo y defensivo, de las descripciones, constituyen la base para la comprensión de los relatos factuales que dan cuenta de las acciones y producciones humanas (Potter, 1998).

Por tanto, abordar los problemas sociales desde la perspectiva de quien se sitúa en ellos, es una manera de hacer investigación en ciencias sociales. La meta en este tipo de ciencias es "conocer el fenómeno social" (Hernández et al., 2003: 9), y entender el punto vista del sujeto, su ambiente sociocultural, y sus experiencias. Después de todo, la realidad es una construcción social hecha por los sujetos como resultado de la compartición colectiva de creencias, valores y estilos de comportamiento y de la aprehensión de esquemas tipificadores (como construcciones mentales) adquiridos de la misma sociedad, que le son útiles al individuo para dar cuenta del mundo (Berger y Luckmann, 1968). Lo anterior puede ser explicado de la siguiente manera "la sociedad es un producto humano. La sociedad es una realidad objetiva. El hombre es un producto social" (Ibíd: 84). La sociedad es un producto humano, al ser un proceso de construcción social por los individuos respecto a un "aquí" y un "ahora"; la sociedad es una realidad objetiva, porque dichas creencias, valores y estilos de comportamiento han sido solidificados o institucionalizados mediante un continuo de prácticas reflejadas en los hábitos y rutinas; finalmente el individuo es un producto social, al ser capaz de aprender e interpretar el mundo ya construido a través de la socialización y contacto con sus semejantes.

La identidad, al igual que un individuo, es un producto social; debido a que la construcción de la misma se dará conforme éste interactúe en sociedad. Definirla no es algo simple; sin embargo, algunas características que permiten conceptualizar tal término con mayor precisión requieren considerar que: a) la identidad es compuesta: cada cultura o subcultura transportan valores e indicadores de acciones, de pensamientos y sentimientos; b) es dinámica: los comportamientos, ideas y sentimientos cambian según las transformaciones del contexto familiar, institucional y social en el cual se vive; y c) la identidad es dialéctica: su construcción no es un trabajo solitario e individual, requiere de la presencia de otros individuos (CIP-FUHEM, 2002). Para Vasilachis de Gialdino (2003), epistemológicamente la identidad posee dos componentes: el esencial y el existencial. El primero constituye un elemento común, que identifica a los hombres/mujeres como hombres/ mujeres, y los iguala; mientras que el segundo constituye un aspecto diferencial, que distingue a cada hombre/mujer de los otros hombres/mujeres y lo hace únicos (as). Por lo que la construcción de la identidad tendrá lugar dentro de contextos sociales específicos, y estará ligada a la percepción que se tenga de sí mismo y de la forma de actuar, a fin de prevalecer en las expectativas de los demás (Brandth y Haugen, 2011). De manera simple, para Berger y Luckmann (1968), la identidad es la ubicación o lugar específico que tiene un individuo en un mundo determinado y puede asumírsela de manera subjetiva sólo junto con ese mundo.

Con base en lo anterior, "identidad" puede ser entendida como: el conjunto de rasgos físicos y sociales (sistema de símbolos y valores) que determina, de manera específica, la personalidad del individuo. Este conjunto específico de características, que establecen quién y qué es una persona, es el resultado de la interacción colectiva (con los individuos), y de la internalización de pautas de comportamiento, formas de pensar, sentir y actuar adquiridos en sociedad. La identidad de un individuo no es estática, tenderá a cambiar con el trascurso de la vida; sin embargo habrá rasgos sedimentados en la vida del individuo que lo harán identificarse según su nacionalidad, grupo étnico, entre otros factores.

El término "campesino" también ocupa un papel importante en esta investigación. Calva (1988), lo visualiza de tres formas: la primera, en el sentido estricto, como un cultivador del suelo que obtiene sus medios de sustento de la tierra que posee y trabaja por su cuenta (solo o asociado); la segunda en el sentido lato, trabajador agrícola, que incluye tanto al labriego (cultiva por su cuenta a la tierra), como al asalariado agrícola, con o sin tierra; y la tercer forma, en el sentido más extenso, habitante del campo, aldeano o rústico (pescador, artesano). Asimismo, establece que ante la multitud de definiciones y conceptos de campesino, la diversidad y complejidad, no puede abarcar a todos los campesinos en una sola definición; ante este hecho ha considerado sustituir el problema de esta definición por el de la clasificación de los hombres del campo (Calva,1988). Por otro lado, Wolf (1971), desde una visión antropológica, delimita al campesinado como labradores y ganaderos rurales, los cuales recogen sus cosechas y crían su ganado en el campo. Tampoco se trata de granjeros (empresarios agrícolas). Argumenta que el campesino no opera como una empresa en el sentido económico, pero es a la vez agente económico y jefe de una familia; su arriendo es una unidad económica y un hogar; es decir, el campesino no sólo dirige la producción, también la consume y facilita este servicio a otras personas. Así, los campesinos tienden a tener conciencia del costo del trabajo que realizan, y de las variantes en el mercado; su supervivencia económica y social depende de ello.

Otro aspecto a considerar para definir el término "campesino" tiene relación con el conocimiento etnobotánico local; con la utilización, mantenimiento y preservación de ecosistemas naturales (bosques, praderas, lagos, laderas, arroyos, pantanos, etcétera) dentro o adjunto a sus propiedades, áreas de las cuales recogen suplementos alimenticios importantes, materiales de construcción, medicinas, fertilizantes orgánicos, combustibles, objetos religiosos, etcétera (Toledo, 1980).

De acuerdo con lo planteado, y para los fines que conciernen a esta investigación, por campesino debe entenderse: persona que vive en el medio rural, la cual se encarga de cultivar el suelo y criar su ganado en el campo. Su supervivencia económica y social depende de la tierra que posee y trabaja. El cuidado, uso eficiente y conservación del medio ambiente, forman parte de la práctica y conocimientos adquiridos y trasmitidos.

 

Materiales y Métodos

El área de estudio

La investigación se llevó a cabo en dos localidades pertenecientes al municipio de Tlaxco, Tlaxcala: "Unión Ejidal Tierra y Libertad", y "San José Atotonilco". La elección de dicho municipio y de ambas localidades se debe a su representatividad histórica, económica y social de la práctica agropecuaria reflejada en la labor y tradición campesina. Unión Ejidal Tierra y Libertad está situada a 2512 msnm, sus coordenadas geográficas son 19° 39' 27'' N y 98° 20' 15'' O. Tiene una población de 2210 habitantes; de estos, 1095 (49.55 %) son hombres y 1115 (50.45 %) mujeres. Por su parte, San José Atotonilco se ubica a 2755 msnm, sus coordenadas geográficas son: 19° 35' 53'' N y 98° 03' 16'' O. El total de sus habitantes es de 3220, de los cuales, 1545 son hombres (47.98 %) y 1675 mujeres (52.02 %). De la población ocupada en Tlaxco (13 942 personas), 37.84 %, se desempeña en el sector económico primario, un 31.99 % en el sector secundario, 10.74 % en el sector comercio y 19.14 % en los servicios (INEGI, 2010).

Diseño del estudio

Para este estudio se hizo uso de un enfoque cualitativo como recurso metodológico. Según Hernández et al. (2003), dicha perspectiva no busca medir el fenómeno, sino comprenderlo en su ambiente usual, tomando en consideración cómo vive, se comporta, actúa, piensa y cuáles son las actitudes de la gente; se adquiere un punto de vista interno al abordar el fenómeno de estudio desde adentro; por lo que el sujeto social es el referente más importante. Dentro de esta perspectiva, el método más apropiado fue el biográfico. La información se obtuvo mediante entrevistas de historias de vida, entendida esta como "el relato autobiográfico obtenido por el investigador mediante entrevistas sucesivas, en las que el objetivo es mostrar el testimonio subjetivo de una persona, en la que se recojan tanto los acontecimientos, como las valoraciones que dicha persona hace de su propia existencia" (Pujadas Muñoz, 1992: 47).

Para la aplicación de las historias de vida se elaboró un guion de entrevista con base en las categorías de análisis retomadas de Galeski (1977). A su vez, cada una de las categorías de análisis estuvo integrada por preguntas clave que permitieron conocer la vida de los campesinos.

Para la selección de los entrevistados se realizó una visita de reconocimiento a los lugares de trabajo. Se identificó a un informante clave que permitió dar cuenta de la estructura campesina de cada localidad. La persona idónea fue el Presidente del Comisariado Ejidal. A los campesinos identificados se les hizo una invitación a participar en esta investigación mediante la recopilación de sus testimonios. En total se integraron nueve historias de vida, de las cuales se seleccionaron seis por su mayor contenido temático3. Los criterios que permitieron la selección de los campesinos entrevistados responden a aspectos como: origen de residencia (tiempo y forma de vida en la localidad); edad (personas mayores de cuarenta años); actividades realizadas (labranza del suelo y cría de ganado); trabajo primordial (en oposición a trabajos eventuales); motivos de trabajo (autoconsumo, económicos e ideológicos); práctica campesina (trasmisión de conocimiento familiares y experiencia acumulada). El trabajo en campo abarcó más de dos meses. La herramienta utilizada en las entrevistas fue una grabadora digital, esta permite registrar fidedignamente todas las interacciones verbales entre entrevistador y entrevistado (Rodríguez et al., 1996).

Una vez obtenidas las historias de vida se procedió a su captura y análisis de acuerdo con las categorías. Para la captura de las entrevistas Pujadas Muñoz (1992) propone respetar la literalidad de las mismas; manteniendo todas las expresiones, jerga y giros idiosincráticos (temperamento y carácter del individuo), así como las pausas, énfasis, dudas y cualquier otro tipo de expresividad oral4. Sobre la trascripción se realizaron tres copias: un registro original que es la trascripción literal de todas las entrevistas; un registro cronológico en el que se ordenó la información de acuerdo con las etapas sucesivas de la vida del campesino (desde su infancia hasta el momento presente); y el registro temático, donde se agrupó la información con base en las categorías. Para el análisis e interpretación de las narrativas biográficas se usó un análisis de discurso en tratamientos cualitativos. Este tipo de exploración permitió la comprensión de fenómenos sociales a partir categorías analíticas abstractas (Pujadas Muñoz, 1992). Se realizó un análisis de contenido, de manera objetiva y descriptiva de textos extraídos de las entrevistas.

Para este escrito se tomó en consideración dos categorías, a las cuales se les ha llamado rasgos identitarios (la familia campesina y la actividad agrícola como profesión). Ambos elementos permiten describir la vida cotidiana del campesino, la primera de estas porque es ahí donde el campesino da pie a su socialización y la segunda porque muestra directamente la percepción que tiene de sí mismo.

 

Resultados y discusión

Rasgos identitarios

Atrapar el significado de lo que los campesinos hablan o dicen por medio del lenguaje y en torno a su forma de vida, fue la tarea fundamental de este trabajo. Para ello se ha hecho uso particular de narraciones o relatos, ya que el lenguaje tiene una expresividad tan flexible que permite objetivar una gran variedad de experiencias que se dan con el paso del tiempo. Huertas y Villegas (2009) reconocen a las narrativas como la posibilidad de estar y comprender el mundo rural, permitiendo el reconocimiento de la diversidad de voces que habitan los espacios rurales. Según estos autores, "al narrar, las personas dan cuenta de su existencia y de sus relaciones con el mundo" (Ibíd: 166).

El origen de los entrevistados es de familias cuya situación económica, social y cultural marcó su forma de vida, perfilando trabajar en el campo desde temprana edad; las oportunidades de acceder a una institución educativa eran escasas, y las condiciones socioeconómicas de los entrevistados influyeron sustantivamente.

La actividad agrícola como profesión

Etimológicamente la palabra profesión proviene del latín professio, onis, que significa acción y efecto de profesar (Fernández, 2001). Este término encierra en sí mismo una idea de desinterés, ya que profesar no significa solamente ejercer un saber o una habilidad, sino también creer o confesar públicamente una creencia (Gómez y Tenti, 1989). Recientemente el término "profesión" se ha asociado con el hecho de estudiar en una institución de educación superior, pero su concepción va mas allá del ámbito escolar, puesto que su desarrollo ha estado ligado a la evolución de las sociedades (Fernández Pérez, 2001). "En este sentido, profesión puede definirse como una actividad permanente que sirve de medio de vida y que determina el ingreso a un grupo profesional determinado" (Ibídem: 2001). Galeski (1977) la define como un grupo de actividades ejecutadas regularmente al servicio de otros individuos a cambio de medios de subsistencia. Otra acepción se refiere al empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por el que recibe una retribución5. Como se puede observar, se trata de una actividad especializada y diferenciada de otras; por lo que toda aquella persona que brinde un servicio, o elabore un bien, se considera un profesional. Por ello, la labor campesina puede reconocerse como una profesión, al tratarse de una actividad reconocible y habitualmente desempeñada. Concentra una serie de elementos que no sólo permiten visualizar la forma en cómo el individuo resuelve y da sentido a su vida, también el cómo se percibe así mismo como campesino. Los siguientes testimonios recogen estas ideas:

"Un campesino es, lo que le decía, ¡eh!... tener... primero saber cultivar el campo, lo que son las tierras, saber sembrar, saber poner líquidos, para sacar mejores este... producciones. Y luego también, cómo tener animales como vacas, como borregos, como cerdos, como caballos, como su yunta de uno de acémilas, pollos, todo eso. ese es un agricultor, para mí ese es ser un agricultor del campo" (Roberto, 52 años).

"Un campesino es, un hombre responsable, que está atenido a lo que la naturaleza le da, el que está comprometido con el país, a sembrar su tierra pá que haya comida pá el pueblo ¡esa es la labor de un campesino!, el que dice ser un campesino es porque está comprometido con el país y naturalmente con el campo, porque sin el campo no hay nada de comida" (Antonio, 63 años).

La percepción de los entrevistados ofrece no sólo una definición respecto al término campesino, también refleja que esta definición va en función de su modo de vida en relación con la práctica agrícola. Si bien trabajar el campo no es una situación reciente en la vida de los campesinos, sus historias biográficas permiten comprender que su condición de vida en la infancia influyó y perfiló la continuidad de cultivar la tierra. De manera que la adquisición de conocimientos respecto a las actividades agropecuarias tiene que ver directamente con la manera de trabajo familiar y con las habilidades adquiridas en el trascurso del tiempo. Sus experiencias son vitales para producir lo mejor posible y seguir garantizando su existencia y la de su familia. Así, la labor campesina como profesión, implica tener noción amplia de cómo trabajar la tierra o cultivar el campo, lo que requiere de la especialización de todo lo que involucra el proceso de hacer producir el campo: saber preparar la tierra, saber sembrar, cuidar y cosechar.

Como uno de los campesinos explicaba:

"A hoy muchos dicen que son campesinos pero nomás de palabra, ¡porque no saben también ni cuándo se debe de sembrar y cuando no! Las siembras buenas se deben hacer cuando uno prepara la tierra bien, ¡y en qué tiempo ¡eh!, y en que luna!, la luna que este recia, no que este tierna; porque la semilla nace muy débil si la siembra uno en luna tierna, la siembra uno el luna recia y le sale a usted una milpa fuerte, o cebada. O siega usted la mazorca en luna tierna y se apalomilla, se echa a perder, la siega usted en luna recia y se protege un maíz vidrioso, bueno" (Roberto, 52 años).

Las actividades que componen el trabajo agrícola son amplias y básicas, así que la labor campesina también requiere de la extensión de sus conocimientos. Galeski (1977), señala que el trabajo del agricultor constituye la comunión de otras profesiones o especialidades agrícolas, como el ser ganadero, horticultor u organizador de la producción, entre otros. Gracias a las narrativas se comprueba lo anterior. Los entrevistados reconocen la práctica adicional e importancia de poseer y criar animales de traspatio para subsistir, o criar animales de carga para apoyarse y facilitar las labores agrícolas; así que no sólo se limitan a saber cultivar el campo, también al cuidado de animales como bovinos de leche, ovinos, aves de postura, porcinos y equinos, entre otros. La importancia de criar animales puede ser visualizada como una forma de supervivencia. Particularmente, los entrevistados externan que las condiciones climáticas o la presencia de plagas han afectado y mermado la producción agrícola; de manera que si la cosecha no se da óptimamente el vender un animal, o algún producto derivado, resulta ventajoso y de gran ayuda, no sólo para la mantención y existencia de los campesinos y la de sus familias, también para garantizar el cultivo del siguiente año. Obsérvense los siguientes discursos:

"Se van este... acabando las tierras. Ve que ahora, ya hay hartas plagas, y de ahí a parte de las plagas, este. pos ya no son iguales los años que antes, ya van cambiando los años. Ya es menos, es menos las lluvias, antes llovía mucho. Aunque helaba más fuerte, pero... llovía harto, si... y ora ya es menos las lluvias. A eso se debe, por que no llueve mucho ya se levanta menos cosecha" (José Erasmo, 65 años).

"¡A mí siempre me han gustado los animales!, cuidar las vacas, sí; ¡porque es una fuente de trabajo!, teniendo animales pos este... por ejemplo las vacas te dan la leche, dan el abono, te dan crías y pos de allí va uno viviendo..." (José, 72 años).

"Entonces de todo lo que yo produzco, una parte es de autoconsumo y otra parte es para comercializarlo, y forraje, que es el que ocupa uno para los animales, pero pos es muy poco, es muy poco, la mayoría casi siempre lo comercializa uno, y de ahí yo tengo recursos para volver a producir y para mantenerme, así es" (Heliodoro, 55 años).

Lo anterior muestra la versatilidad y habilidad de desarrollar otro tipo de actividades íntimamente relacionadas al campo; actividades que pautan su trabajo como profesión y que influyen directamente en identificarse como hombres campesinos. El sentirse libres, el ser dueños de su tiempo y de sus propios medios de trabajo, el no estar sujetos a estrés laboral, por trabajar directamente con la naturaleza a su propio ritmo, el sentirse felices y orgullos de lo que hacen, son elementos que integran la identidad del campesino, como lo muestra el siguiente caso:

"Lo bueno acá es que... por ejemplo, somos libres, hasta ahorita todavía somos libres, en el sentido de que acá... si somos responsables de uno mismo, haga de cuenta que dice: bueno. trabajo, por ejemplo, cinco días y un día a lo mejor nada más arreglo mis vaquitas, arreglo mis borregos o los cerdos y descanso. ¡Eh...! y se siente uno feliz, porque nadie lo manda, y nada más uno es responsable sobre de lo que uno tiene para vivir. Y sin embargo, si trabajáramos en industrias, pues si llego tarde, ya me quitaron el trabajo y...entonces ¡de que voy a vivir!" (Roberto, 52 años).

Otro punto a considerar es la particularidad e importancia del trabajo que los entrevistados hacen como servidores del campo. Galeski (Ibídem), hace hincapié en que la sociedad no podría existir si el agricultor no ejerciera su profesión, y de igual manera la vida del agricultor sería difícil sin la presencia de otras profesiones, pero podría sobrevivir. Particularmente un hombre puntualiza la importancia de la labor campesina como eje fundamental para el sustento de la sociedad, al referir que el sector agrícola no sólo provee de alimentos para la subsistencia, también es un medio para la obtención de ingresos económicos.

"¡Es que nosotros los campesinos somos los responsables para mantener a toda la nación! Porque sin el campo no hay nada, como orita que se heló este... pos hasta el comercio esta... anda mal; porque el campo es el eje que menea todo. Entonces del trabajo del campesino, de acá del rancho va todo para la cuidad. Con el trabajo del campesino se mantiene todos, todos, así sea el Presidente de la Republica, ¡come del campo, bebe del campo, viste del campo! De ser campesino, ¡ah! pos yo me siento contento porque, le digo nosotros trabajamos el campo porque ¡es un compromiso!" (José, 72 años).

La autonomía del trabajo campesino puede ser corroborada de la manera siguiente:

"¿Cómo me siento de ser campesino?... ¡ah, pues es una maravilla!, porque mire ahorita ya va a empezar la primavera, ya va haber nopales, quelites, ya va haber cosas nuevas en el campo, no necesitamos comprar, el campo nos provee de muchas cosas" (Antonio, 63 años).

"Me gusta vivir aquí, pos porque estamos al aire libre, no tenemos contaminaciones, este... no dependemos de nadie, más que de nosotros mismos y de nuestro trabajo..." (Heliodoro, 55 años).

De manera que, "campesino" es más que una palabra que se ha convertido en la mínima expresión de todo lo que implica el trabajo agrícola como profesión. Detrás de su simpleza encierra los vínculos afectivos más íntimos entre hombre y naturaleza. Es el saberse productores de su propio alimento, asumiendo la responsabilidad de lo que implica ser a la vez patrón y trabajador. Son los desánimos inevitables ante una inclemencia climática o plaga que afecta el esfuerzo y trabajo de horas y meses. Es el compromiso, el considerarse importantes e indispensables para la sociedad. Después de todo, ser campesino no es porque algún sujeto se haga nombrar así o porque se posean tierras: es saber trabajar el campo respetando las creencias y tiempos para cultivar, es vivir de lo que la tierra brinda.

Importancia de la familia campesina

A lo largo del tiempo el hombre ha vivido en compañía o presencia de otros hombres; la necesidad de interaccionar, relacionarse y establecer vínculos afectivos es de vital importancia para su desarrollo y crecimiento como ser humano. Vivir en familia es un ejemplo de la consolidación de este tipo de relaciones afectivas. Para Moto (2002:161) "la familia es la célula social, es decir, el grupo humano más elemental, sobre el que descansa la organización de las sociedades modernas. El hombre nace perteneciendo a una familia, y su desarrollo, en los primeros años, lo realiza al amparo de la misma". Este mismo autor reconoce que el individuo establece las primeras relaciones con su propia familia, al ser esta la primera agrupación a la que pertenece; lo cual es cierto y puede ser explicado gracias a Berger y Luckmann (1968), quienes mencionan que los individuos no nacen siendo miembros de una sociedad, más bien nacen con la predisposición a la socialidad, posteriormente el individuo formara parte de esa sociedad con base en la aprehensión o interpretación de lo ya establecido mediante un proceso denominado socialización, y puede definirse como "la inducción amplia y coherente de un individuo en el mundo objetivo de una sociedad o en un sector de él" (Ibid:166). Para que esto ocurra, el primer acercamiento que tiene un individuo en sociedad es gracias a la familia, lo que los autores llaman socialización primaria (etapa de la niñez); donde el individuo aprende conceptos básicos, como el utilizar objetos y por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad.

De manera que la importancia de la familia, como institución, es vital para sentar las bases de concomimiento del individuo. Particularmente en la familia campesina, el proceso de socialización es imprescindible, en ella descansa la responsabilidad de iniciar a sus descendientes en la práctica agropecuaria. En el caso de los entrevistados, el papel que juega la familia puede visualizarse en dos momentos importantes de su vida; el primero hace referencia a la niñez y tiene que ver con los conocimientos compartidos de parte de sus padres hacia ellos; el segundo momento es la adultez y muestra lo indispensable de la familia campesina para el productor, ya no cómo receptor, más bien cómo emisor con sus hijos. El papel desempeñado por el padre tiene que ver con la ejecución del trabajo en el campo; las actividades realizadas durante la niñez de los campesinos descansaban sobre predominio del mismo. Galeski (1977) manifiesta que los miembros de la familia y la explotación misma están sujetos a la autoridad del padre. Es él quien decide los cambios a efectuar, así como el trabajo que se debe hacer y cuando; esto puede ser visualizado en el siguiente relato:

"El campo yo lo empecé a trabajar desde los... diez años, a los diez años me daba mi papá ¡eh... ! (a los grandes les daban diez varas de ancho por doscientas largo) y yo nada más me daban diez varas por cien de largo; era media tarea, es lo que podía yo hacer, estaba yo chamaquillo. Ya cuando estuve de unos catorce, quince, diecisiete años ya me hacía yo mi tarea completa de diez por doscientas de largo, y ya me ganaba yo cinco pesos que daban por la tarea" (Roberto, 52).

Aprender a desarrollar actividades agrícolas desde la infancia es ejemplo evidente del tipo de relaciones interpersonales establecidas dentro del círculo familiar. El guiar, enseñar e inculcar hábitos a un individuo, llámese campesino, descansa en la socialización con los miembros de la misma. Respecto a la autoridad del padre en la explotación se debe en gran medida a que es este el encargado de dirigir la propiedad, y más aún el dueño. En los seis casos la presencia patriarcal es notoria; no sólo durante la niñez, también en la actualidad la explotación familiar está regida por el padre, esto se debe a que posee los conocimientos y experiencias necesitarías para cultivar el campo, por una parte transmitidas de su padres y por otra aprendidas a partir de la práctica cotidiana.

Ahora bien, la familia campesina es imprescindible por las funciones que desempeña; Galeski (1977), hace referencia a la función: biológica, económica, educativa y cultural. En los seis casos la función biológica no sólo se determina por el vínculo matrimonial, el tener descendientes, es otro elemento característico, "...regular el trato carnal y la reproducción" Galeski (1977:108). El tipo de hogar predominante es nuclear; se trata de una familia conformada por padres e hijos (va de cuatro a siete descendientes), el número de personas que la integran varía. Si bien es cierto que en el caso de los entrevistados su situación como familia es así, resultados ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI, 2010), muestran que de la población total en San José Atotonilco (3220), 1389 personas mayores de doce años viven con su pareja en unión libre, casadas por lo civil, casadas religiosamente o están casadas civil y religiosamente. En el caso de Unión Ejidal Tierra y Libertad son 919 personas de sus 2210 habitantes. En Tlaxco, a nivel general, de la población mayor de 12 años, 18.3 % vive en unión libre, casada 38.73 %, un 35.53 % es soltera, 2.69 % es separada y 4 % viuda (INEGI, 2010).

Moto (2002) subraya la importancia social del matrimonio, estableciendo que la familia misma se origina gracias a este vínculo. Al considerar los datos anteriores se puede establecer que usualmente no es así. Ante esta configuración, emplear el compuesto sistema de parentesco "como abreviatura de sistema de parentesco y matrimonio, o parentesco y afinidad" (Radcliffe-Brown, 1986:65), resulta idóneo. La unidad de estructura que fundamenta un sistema de parentesco es el grupo, llamado familia elemental, y está formado por un hombre, una mujer y su hijo o hijos, vivan o no juntos (Radcliffe-Brown, 1986). En el caso de la familia campesina la relación entre sus integrantes se sustenta en el papel que ocupa cada uno, así como por sus funciones. Por lo que, al formar una familia, surge la necesidad de propiciar el bienestar de la misma; de modo que otro tipo de función social es la económica. En los relatos se puede apreciar que esta tiene que ver con obtener los medios de subsistencia para sus integrantes; los cuales dependen del trabajo campesino, al tratar lo producido como valor de uso (satisfacer necesidades de índole alimenticia, el aprovechar semilla y granos así como el forraje para la cría de animales) o como valor de cambio6 (obtención de ganancias, generadas a partir de lo que el productor vende: granos, semillas, animales o productos derivados de éstos), según el destino que le quiera dar. La finalidad de comercializar lo cultivado o algún animal se debe a que el campesino demanda satisfacer otro tipo de necesidades que directamente el campo no le puede proveer, como vestimenta, salud, educación, entre otras; obsérvense los discursos:

"A mí me gusta ser campesino ¡ah claro que sí!, esa es mi vida porque se vive. se vive de manera ¡muy rústica!, de manera muy provisional, pero con la esperanza de que vamos a cosechar y que vamos a tener algo para. para comer y vestir, y caminar, porque también hay que ir a conocer otros lugares de nuestro lindo México" (Antonio, 63 años).

"Es parte del sustento para nuestra familia, porque si no lo trabajamos no tenemos de ahí para comer, para subsistir o para este... tener dineros para todo, para vestir, para medicinas, para este... para pagar los estudios de los hijos y todo." (Heliodoro, 55 años).

Conforme los hijos crezcan o la familia se amplié las necesidades también lo harán; de ahí que su sustento conlleve a aumentar el trabajo; así los hijos empiezan a participar con mayor intensidad en las labores agrícolas. De modo que otro tipo de función económica apreciada en la familia campesina es la de dirigir la economía doméstica (Galeski, 1977); en estos casos es la explotación de las tierras que trabajan, para lo cual la presencia de hijos (as) y pareja en la vida de los entrevistados es de suma importancia, como se muestra en las siguientes narraciones:

"Sin mi familia no haría yo nada, se imagina usted, sino este. me apoyara mi familia simplemente quien me haría las tortillas para que me diera de comer, y luego pues mis hijos también, por ejemplo, quien me apoyaría, por ejemplo, en el sentido de trabajos, también, porque por ejemplo, mis muchachos también ya me apoyan a agarrar el tractor, a regar cebada, a echar fertilizante, ¡ah!, todas las actividades en el campo; mi esposa también le entra, o sea, le entramos todos ¡parejo! Entonces para mí, mi familia es muy importante" (Roberto, 52 años).

"Sí considero importante la ayuda de mis hijos para trabajar el campo ¡claro que si!, pos porque siguen el mismo ramo ¡del campesino!, porque le digo, nosotros los campesinos somos los responsables para sostener a la nación." (José, 72 años).

Como se puede apreciar, el campesino determina su condición de vida en relación con la presencia familiar, lo que comprueba que el modo de explotación campesino se efectúa bajo el trabajo de la misma. La satisfacción de las necesidades demandadas por cada uno de sus miembros, es el elemento más obvio para desarrollar esta actividad. Tanto los hijos e hijas, como la pareja, poseen un rol específico dentro de la familia campesina, de ahí que el aporte de cada uno de sus integrantes sea indispensable.

Pero las obligaciones de la familia campesina son variadas, y el educar es otra función. En un primer momento el instruir a los hijos tiene que ver con su socialización, el transmitir ciertos conocimientos, para la ejecución de normas y valores que pauten el comportamiento de los integrantes, no sólo dentro de la familia, también dentro del medio local y social en general. En la familia campesina no basta con aprender ese tipo de normas y valores, inculcar el hábito de trabajar el campo mediante la instrucción de conocimientos de padres a hijos es inherente a la educación de los mismos; esto puede ser ejemplificado con los siguientes diálogos:

"Me enseñaron a mí y yo tengo que enseñar a mis hijos; y algunos pues la verdad ya crecieron, ya se casaron, ya se fueron, ya no los tengo aquí, ya nada más orita tengo dos." (Cupertino, 59 años).

"Ah, claro que sí, me gusta enseñarle porque si no al rato pos uno se muere ¡usted sabe que la vida no la tenemos comprada, es pasajera!, tiene uno que enseñarles, que inculcarles de que bueno... pos este... de ahí es de donde comemos, bebemos, vestimos, y bueno pos obviamente tienen que enseñarse a trabajar también las tierras; por muchas razones, porque luego, muchas veces, aunque son profesionistas, no tienen luego empleo o no consiguen o lo que usted quiera. Más ahora en la actualidad que se ha escaseado tanto, entonces luego está critico si no sabes hacer otra cosa" (Heliodoro, 55 años).

A mi si me gustaba enseñarle a mis hijos, ¡ah, claro que sí!, ¡se hace así, y fíjate bien, porque cuando seas grande si eres campesino también vas a tener que hacerlo. Sí, todos los trabajos, enseñarles a leer y escribir, enseñarles manuscrita, enseñarles los romanos, enseñarles cuentas, enseñarles también varias cosas, que es la obligación de los padres enseñarles a los hijos (Antonio, 63 años).

Perpetuar las prácticas agrícolas, refleja el compromiso que el campesino siente de transmitir a sus hijos lo que alguna vez sus padres le enseñaron, como lo muestra el señor Cupertino o como lo expresa el señor Heliodoro, ejercer la profesión de campesino como una forma de autoempleo ante la decadencia del sector formal de trabajo. Sin embargo, la función educativa no le es delegada únicamente al medio familiar, dice Galeski (1977:130) "las funciones educativas de la familia campesina también han sufrido cambios básicos", esto no es más que la asistencia de los hijos a instituciones educativa, que en palabras de Berger y Luckmann (1968) es insertarse en otros sectores de la realidad, a un contexto diferente al de la familia (donde ocurre la denominada socialización secundaria). La relación estrecha que tiene la función económica con la educativa es inobjetable, el tratar lo producido como valor de cambio va a permitir que los descendientes tengan acceso a este tipo de instituciones sociales. El asistir a una escuela no quiere decir que la educación sea delegada a ésta, la influencia de los padres es básica e indispensable para la socialización del individuo como lo muestra el relato del señor Antonio, el cual hace hincapié en participar en la alfabetización de los niños. Sin embargo, entre más acceso tenga un hijo a instituciones fuera de la familia o lugar de residencia, su cúmulo general de conocimiento será más amplio e influirá en la conformación de su identidad. Lo cual es notorio en los casos de los entrevistados que tienen hijos en alguna institución educativa en grado de formación superior.

Tanto las instituciones como la interacción con la familia campesina y los habitantes del medio local forman parte de la función cultural y van en estrecha relación. En el seno familiar se hace partícipe el compartimiento de costumbres y tradiciones vigentes en el medio de vida. Pero al igual que la educación, la identidad de los individuos se complementa en ámbitos fuera del hogar y del lugar de origen; por lo que la función cultural, al igual que la educativa, dependen de la función económica; el conocer otro tipo de lugares, donde el individuo pueda ampliar su aprendizaje y acceder a áreas de esparcimiento, depende de poseer recursos económicos.

Las necesidades y funciones de la familia campesina pueden ser explicadas desde el punto de vista de Maslow (1991). Este autor formuló una jerarquía de las necesidades humanas que consta de cinco niveles: las necesidades fisiológicas: es la más importante, son de origen biológico y están orientadas a la supervivencia del hombre; la necesidad de seguridad: cuando las necesidades fisiológicas están relativamente satisfechas surge la necesidad de seguridad personal (estabilidad, orden etcétera); las necesidades de pertenecía afecto y amor: las personas anhelan relacionarse con personas en general, a fin de superar sentimientos de soledad; las necesidades de estima: respeto por sí mismo y estima de otros; y las necesidades de autorrealización: son las más elevadas en la jerarquía, es el desarrollo de lo que el individuo es apto para hacer. Los cuatro primeros niveles pueden ser agrupados como necesidades del déficit y al nivel superior se le denomina como una necesidad del ser. Como se puede apreciar, los elementos mencionados figuran dentro de cualquier vida familiar y no sólo de la familia campesina en particular.

 

Conclusiones

Algunas conclusiones derivadas de este trabajo de investigación son:

De los rasgos identitarios:

• Considerar el trabajo agrícola como profesión permite a los campesinos adjudicarse un conjunto de características y percibirse como trabajadores del campo, conocedores de las formas de trabajo agrícola, productores de alimento para ellos y otros. También el desarrollar otro tipo de actividades relacionadas, como criar anímales. Su compromiso de seguir perpetuando las actividades agrícolas deriva no sólo del sentimiento de pertenencia como campesinos, se debe en gran medida a la libertad de la cual gozan respecto a la práctica de dicha actividad como medio de subsistencia, en comparación con otras profesiones u oficios.

• La importancia que la familia tiene para el campesino es inobjetable. El campesino determina su vida en relación a la presencia de ésta. Las funciones desempeñadas por cada uno de sus miembros son indispensables y reconocidas por él mismo.

• Otorgar valor de uso y valor de cambio a lo que el campesino cultiva permite garantizar la satisfacción de necesidades familiares. Sin embargo, no siempre el escenario en que se encuentra inmerso el campesino es favorable, por lo que la crianza de animales de traspatio (de fácil reproducción) es vista estratégicamente y resulta ser una alternativa que garantiza la supervivencia de éstos.

La propuesta conceptual para determinar la construcción social de la identidad de los campesinos en la localidad de Unión Ejidal Tierra y Libertad, y San José Atotonilco:

• Campesino: individuo social que vive en el medio rural y comparte un sistema de signos socioculturales con los habitantes del mismo; es trabajador de tierra agrícolas y poseedor de los conocimientos y experiencias necesarias para hacer fructificar el campo. De modo que la actividad primordial consiste en la labranza o cultivo de la tierra; así como de la cría de animales. Su principal medio de subsistencia consiste en tratar lo producido como valor de uso o como valor de cambio.

• Identidad campesina: es el conjunto de rasgos o cualidades adquiridas socialmente, que hacen distinguir o determinar quién y qué es un campesino. Las características comprenden elementos de índole material, intelectual, incluyendo los conocimientos, creencias, derechos, usos y costumbres, y todos los hábitos y aptitudes adquiridos por los campesinos en sus condiciones de miembros de la sociedad.

Se puede establecer, a manera de reflexión, en complemento de esta conclusión que:

• Gracias al lenguaje las personas construyen su mundo a partir de las descripciones, lo cual permite ahondar en el proceso de construcción de la personalidad o identidad social del sujeto.

Son las representaciones sociales disponibles, mediante las cuales los propios sujetos construyen su identidad, por lo que se ha reconocido la importancia de los relatos como formas de identificación personal y con los otros.

La identidad de un individuo es socialmente construida a partir de los procesos de socialización, lo que indica que la identidad se construye día a día, conforme un aquí y un ahora, el cual va en relación con los otros con los que se interactúa.

 

Literatura Citada

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Notas

3 Frank et al., (2011), señalan que los métodos cualitativos utilizados en una pequeña muestra para el análisis exploratorio, son ideales al evaluar e identificar aspectos de la identidad social. Esto se debe a que los estudios cualitativos no pretenden generalizar intrínsecamente los resultados a poblaciones más amplias, ni necesariamente obtener muestras representativas; más bien se fundamentan en un proceso inductivo, exploran y describen, y luego generan perspectivas teóricas (Hernández et al., 2003).

4 Para la trascripción de las expresividades orales se hizo uso de un glosario de términos, para ubicar las expresiones y términos generales del texto, este es un elemento sugerido por Pujadas Muñoz (1992). En los fragmentos de las entrevistas, las letras en negrita indican que la emisión o la palabra es enunciada con intensidad en relación con aquellas que le preceden o las siguen.

5 Real Academia Española - Vigésima segunda edición en CD-ROM (RAE).

6 Marx (1946: 3 y 4) plantea "la mercancía es, en primer término, un objeto externo, una cosa apta para satisfacer necesidades humanas, de cualquier clase que ellas sean". Por tanto, todo objeto útil puede considerarse desde dos puntos de vista: atendiendo a su calidad o a su cantidad. La utilidad de un objeto lo convierte en valor de uso; por su parte, la relación cuantitativa que se le pueda otorgar a cualquier mercancía es vista como un valor de cambio.

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