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Agricultura, sociedad y desarrollo

versión impresa ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.9 no.4 Texcoco oct./dic. 2012

 

Procedimientos excluyentes en la construcción del fenómeno algodonero chaqueño en Argentina

 

Procedures that exclude in the construction of the chaqueño cotton production phenomenom in Argentina

 

Manuelita Núñez*

 

Instituto de Investigaciones de Geohistoria. Av. Castelli 930. 3500. Argentina. (manuelitan@conicet.gov.ar) * Autor responsable.

 

Recibido: junio, 2012.
Aprobado: octubre, 2012.

 

Resumen

En este artículo se aborda el aspecto semiótico de la conformación de la identidad de Pequeños Algodoneros Chaqueños (Argentina). Desde el análisis crítico del discurso, y analizando la dimensión comunicativa del fenómeno, se propone reconocer marcas de exclusión y abuso de poder por parte de aquellos que poseen mayor capacidad de producir, reproducir y hacer circular sus discursos, quienes proponen y definen constantemente los campos de interlocución y sus reglas, excluyendo, mediante procedimientos discursivos, a aquellos grupos que no poseen la capacidad de reproducir sus discursos de forma masiva como lo es el de los pequeños algodoneros chaqueños. Se considera que desentrañar los mecanismos comunicacionales y la naturaleza de las relaciones comunicativas entre distintos actores sociales es un camino posible a la resolución de conflictos y de situaciones de exclusión, como las vividas por pequeños productores de esta región.

Palabras clave: campos de interlocución, discurso, identidad, pequeños productores algodoneros.

 

Abstract

In this article, the semiotic aspect of the identity conformation of Chaqueño Small Cotton Producers (Argentina) is tackled. From the critical analysis of discourse, and analyzing the communicative dimension of the phenomenon, we suggest recognizing marks of exclusion and abuse of power by those who have greater capacity for producing, reproducing and circulating their discourses, who constantly propose and define the fields of dialogue and their rules, excluding, through discourse procedures, those groups that do not have the capacity to reproduce their discourses in a massive way, such as the Chaqueño small cotton producers. It is considered that unraveling the communication mechanisms and the nature of communicative relations among different social actors is a possible path to the resolution of conflicts and situations of exclusion, such as those experienced by small producers in this region.

Key words: dialogue fields, discourse, identity, small cotton producers.

 

Introducción

La falta de problematización sobre la situación de los pequeños productores algodoneros1 del Chaco fue lo que motivó este trabajo. La identidad de los Pequeños Algodoneros Chaqueños (PPA) y su lugar dentro del mapa social conforma una problemática relevante. Si bien, dentro de la cadena productiva algodonera se ubican primero según su función, aquí interesa caracterizar al PPA como sujeto social dotado de identidad.

La crisis algodonera argentina del año 2005 estuvo caracterizada por tres puntos clave: la baja de precios, el estado de grave endeudamiento de los PPA y la necesidad urgente de crear el Fondo Compensador Algodonero. Todo esto propició la aparición del discurso de los PPA, que ante el peligro inminente de verse expulsados del sistema productivo, hicieron oír su voz de diversas maneras. Accedieron al ámbito periodístico y social, a través de manifiestos, asambleas públicas, cortes de ruta, acampamientos en la plaza central de la capital provincial, etcétera.

A partir de la existencia de estos discursos 'nuevos', surgieron los interrogantes acerca de cómo se conforma la identidad discursiva del grupo. Porque, en una primera lectura de sus manifestaciones durante una época muy crítica (como lo fue el fin de campaña del 2005), aparecieron como un grupo homogéneamente organizado para la búsqueda de la concreción de sus objetivos, sin embargo su identidad resultaba definida de manera poco clara.

Durante el año 2008, en la llamada 'guerra del campo2, nos encontramos otra vez en una situación crítica en la que un gran grupo de personas se hizo oír poniendo el cuerpo en el espacio público. Aquella vez no se trató de un grupo identificado por su producción o rentabilidad, sino de la unión de diferentes tipos de productores, donde lo que se puso en discusión es la participación de la economía primaria o real en la construcción del país. Esta presencia de la ruralidad en los espacios públicos, hizo también que se quebrara la histórica dicotomía rural/urbano, transformándose ésta en un continuum semiótico donde las semiosis pertenecientes a "lo rural" se hicieron presentes en los espacios urbanos.

Esto engendró una lucha discursiva sin precedentes por construir el fenómeno "campo" que hasta ese entonces pertenecía como un 'otro' que estaba allí, en otro lugar, como masa amorfa en la que no se reconocían identidades. Si algo positivo debemos observar de esos más de 100 días de disputa fue el obligado reconocimiento —por parte de aquellos que poseen mayor poder semiótico para construir los fenómenos—, de las diferencias entre los grupos e individuos pertenecientes a lo que se denominaba "campo". El reconocimiento de las diferencias hace surgir las identidades.

Como sucedió en el conflicto de 2008, tampoco en 2005 se problematizó la situación de los grupos más vulnerables, tanto económica como semióticamente. La falta de poder económico de grupos como los minifundistas o pequeños campesinos es directamente proporcional a la debilidad que tienen para reproducir sus discursos, y para autodefinir su identidad dentro de esa gran semiosis denominada 'campo'.

Desde el análisis crítico del discurso, y analizando la dimensión comunicativa del fenómeno, se propuso reconocer marcas de exclusión (Foucault, 2004) y abuso de poder por parte de aquellos que sí poseen entidad de 'interlocutores válidos', quienes proponen y definen constantemente los campos de interlocución y sus reglas, excluyendo, mediante procedimientos discursivos, a aquellos grupos que no poseen la capacidad de reproducir sus discursos de forma masiva.

Las hipótesis planteadas en este trabajo estuvieron dirigidas a conocer de qué manera está construida discursivamente la identidad de un grupo que no pareciera tener voz propia ni constituirse en problema por parte de discursos circulantes.

Desde la concepción relacional del análisis se pueden prever algunas situaciones:

•Hay una relación complementaria entre distintos actores de la cadena algodonera, siendo los PPA los que quedan en situaciones de inferioridad en la lucha por ser constructores válidos del fenómeno algodonero.

•Existe la intención, por parte de algunos funcionarios (nacionales y provinciales) del área productiva, de 'no comunicarse' con los PPA, buscando con ello silenciar algunos temas clave.

•El grupo de los PPA es receptor de constantes 'instrucciones paradójicas' por parte de los responsables del área, respecto de sus acciones, tanto productivas como cívicas.

De acuerdo con lo anterior, los objetivos del trabajo fueron determinar cómo se construye discursivamente la identidad del pequeño productor algodonero, y describir de qué manera su problemática y su falta de presencia discursiva dentro del fenómeno algodonero en general, es tratada por los discursos de otros actores tales como las organizaciones relacionadas con la actividad productiva, la prensa, los poderes gubernamentales, etcétera.

En este sentido, se analizaron los procedimientos por los cuales se invalidan las manifestaciones indiciales del grupo, y se excluye su discurso por falta de adecuación pragmática al campo de interlocución 'impuesto' por otros actores. Finalmente, se intenta proponer una explicación sobre cómo se representa esta ausencia discursiva —por medio de la aceptabilidad— en tanto fenómeno social.

 

Marco teórico y Método

El punto de vista crítico del análisis del discurso se ocupa especialmente de desmontar las estrategias de manipulación, exclusión, legitimación y creación de consenso, que se nos dan de maneras poco obvias o hasta ocultas.

El punto de partida de todo análisis crítico del discurso está necesariamente en aquellos problemas sociales trascendentes para una sociedad. La perspectiva del analista se ubica generalmente del lado de los grupos minoritarios, quienes son los que más sufren abusos de poder por parte de los grupos que poseen la responsabilidad y la capacidad de resolver aquellos problemas (Woodak, 2003; Van Dijk, 1980; 1987; 2000; 2003).

Haciendo propia esta perspectiva, en este escrito se considera el lenguaje como práctica social y el contexto de uso del lenguaje como crucial para dar cuenta de las relaciones de lucha y conflicto. Asimismo la postura crítica es indispensable para hacer visible la interacción oculta de las relaciones involucradas en los problemas sociales.

Atendiendo al objetivo de describir la construcción de la identidad de los PPA, se retoma lo dicho por Grimson: "Las adscripciones identitarias no son 'naturales', no están determinadas ni por 'la sangre' ni por el 'lugar de nacimiento' y son productos de incesantes construcciones, imaginaciones e invenciones." (Grimson, 2000:34). Esa construcción es de naturaleza discursiva.

La construcción de categorías identitarias se produce en lo que el autor llama 'campos de interlocución'. Se trata de espacios —de lugar y tiempo determinados— donde los grupos se interrelacionan mediante una lucha de poder por definir las categorías que forman estos campos, y así también por los significados de cada categoría. Los grupos luchan por adscribir a aquellas categorías que les permitan ser interlocutores válidos en una relación desigual de poder: "Casi todo nuevo movimiento o actor social busca producir una modificación en el campo para lograr constituirse como un interlocutor legítimo." (Grimson, 2000:42)

Para analizar la dimensión comunicativa de la construcción de la identidad de los PPA se usan algunos conceptos de Watzlawick et al. (1989) y Bateson (1991) en sus teorías de la comunicación, como por ejemplo el de Instrucción Paradójica: es un tipo de paradoja que afecta a la conducta, y por eso interesa a la teoría de la comunicación. Esta se da en un marco de:

1.Una fuerte relación complementaria. En la complementariedad existe una posición 'superior' o 'primaria' y una 'inferior' o 'secundaria', donde ningún miembro de la relación le impone al otro tal o cual posición.

2.Dentro de esa relación se da la instrucción que se debe obedecer, pero también desobedecer para obedecerla. Es decir, dos tipos de mensajes en el cual uno niega al otro.

3.La persona que ocupa la posición de inferioridad en esa relación no puede salir fuera del marco y resolver así la paradoja haciendo un comentario sobre ella, es decir, metacomunicando acerca de ella.

La forma más frecuente en la que la paradoja interviene en la pragmática de la comunicación humana, es a través de una instrucción que exige una conducta específica que por su misma naturaleza sólo puede ser espontánea. Todo aquel que enfrenta a la instrucción de "sé espontáneo" se encuentra en una posición insostenible, pues para obedecerlo tendría que ser espontáneo dentro de un marco de sometimiento, de no-espontaneidad.

En términos de simetría y complementariedad, estas instrucciones son paradójicas porque exigen simetría dentro del marco de una relación definida como complementaria.

Siguiendo a Magariños de Morentín (1996), se entiende que las ciencias sociales estudian los modos de representación/interpretación social de cualquier tipo de fenómeno. En este sentido, en este trabajo se intenta explicar cómo y por qué a un determinado fenómeno se le representa/interpreta de una cierta manera en determinado momento de una sociedad.

Las operaciones utilizadas en este trabajo fueron:

• La analítica identificadora: su aplicación depende del supuesto en el que se afirma que ciertas marcas —y no otras— son las productoras de representaciones/interpretaciones con las cuales una sociedad dada le otorga significado a un determinado fenómeno en un momento dado. Esto quiere decir que en los textos seleccionados pertenecientes a un determinado discurso, se identifican huellas o marcas de los modos de representación del fenómeno social estudiado.

• La analítica contrastativa: se confrontan las marcas de un discurso (por ejemplo el de los PPA) con las marcas del discurso de otros actores sociales (por ejemplo el proveniente de los distintos integrantes de la cadena algodonera).

Esta operación se realiza a los fines de detectar las diferencias que dan significado a las marcas de cada discurso3.

 

Categorías analizadas

La primera categoría que surgió con fuerza de los textos mismos en los primeros análisis realizados fue la de Elección del cultivo. Se refiere a por qué el PPA elige cultivar algodón año tras año en condiciones muchas veces desfavorables. La gran significación de los textos en los que aparece esta categoría está dada por quiénes son los hablantes, y qué grado de responsabilidad tienen con respecto a lo que dicen y con respecto a la problemática en sí.

Aquí se analizaron los discursos del Poder Ejecutivo Provincial (PEP) y de los PPA. Se encontraron dos formaciones discursivas contradictorias basadas en la oposición querer cultivar/poder cultivar que, en muchas ocasiones y, como lo veremos más adelante, transmuta en poder decidir/deber decidir.

En el discurso de PEP se construye una imagen del PPA hacia fuera en el marco de una disputa con el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) (por el aporte de dinero al fondo algodonero) donde se afirma que el PPA es aquel que es lo que es porque no tiene otra opción. De esta manera se categoriza al PPA como aquel que no puede elegir y mucho menos puede decidir. El emisor (en este caso el Ministro de la Producción) reconoce la existencia de factores externos a la voluntad del productor, que limitan su capacidad de diversificación productiva: 'va a haber pequeños y medianos productores que van a seguir haciendo algodón porque no tienen otra solución'.

Cuando el hablante se encuentra frente a interlocutores de nivel nacional el grupo de los que no pueden elegir libremente el cultivo se amplía hasta llegar al grupo de los medianos productores, como se puede apreciar en el fragmento citado.

Cuando el Ministro de la Producción de la Provincia debe hablar a representantes del gobierno nacional o a sectores poderosos industriales, pide apoyo en nombre de la imposibilidad de los productores de realizar otro cultivo, no sólo habla de los PPA sino que incluye el grupo de los medianos productores y se amplía el conjunto de gente que no puede dedicarse a otro cultivo: "Sabemos que los pequeños productores muchas alternativas productivas no tienen, por lo que debemos prepararnos con semillas y combustible como Ministerio de la Producción, porque sabemos que va a haber una demanda importante en ese sentido."

Esto le sirve para crear una imagen positiva del nosotros: donde apoya al PPA porque el mismo no tiene otra opción, y resalta constantemente "no incentivamos". El argumento de la incapacidad del PPA para elegir otro cultivo es utilizado como base en la disputa provincia/nación.

Mientras que cuando los funcionarios provinciales se dirigen a interlocutores locales, se construye al PPA de manera diferente: "también esto tiene que ver con el anticipo del primer tramo de ayuda con combustible que vamos a realizar durante este año para los pequeños productores que deseen sembrar algodón. Esa es una decisión que la deben tomar ellos". "Vamos a tener también tiempo para acompañar las decisiones de quienes quieran sembrar algodón". "Se asistirá a productores que demuestren interés en encarar nuevamente el cultivo del algodón, y sea de su exclusiva decisión llevar adelante la actividad".

Cuando se dice 'para los pequeños productores que deseen sembrar algodón' se está instalando la posibilidad de que haya otros pequeños productores que puedan no desear sembrar algodón. Queda planteada así la oposición 'PPA que desean/no desean sembrar algodón'. Esta implicación nos lleva además a la premisa de que el PPA —que lo desee— puede tomar la decisión de sembrar, así el PPA se transforma en sujeto dotado con la cualidad de poder elegir libremente su cultivo.

En la proposición 'es una decisión que deben tomar ellos' la oposición querer/no querer se transforma con la inclusión del modalizante deber. Ahora el PPA no sólo puede elegir su cultivo sino que debe decidir, de esta manera se impone la oposición 'los PPA pueden/deben elegir', y se categoriza al PPA como sujeto dotado con la cualidad de deber decidir sobre la elección de su cultivo.

En el discurso de los PPA se ponen en juego los términos poder/querer en sentido inverso: 'hoy no podemos sembrar ni cien hectáreas, y no es porque no queremos hacerlo sino porque no podemos y no tenemos recursos'.

Aquí el productor es aquel que quiere pero no puede porque está limitado por factores externos como el tipo de tierra, el clima y hasta los movimientos del mercado internacional en la fija de precios. En este discurso aparecen entonces otros factores que influyen en la elección del cultivo: agroecológicos, económicos, tradición, etcétera.

Aquí se les quita la cualidad de poder decidir sobre su cultivo. Además se afirma que al productor no le alcanza con querer. Se categoriza a los productores como aquellos que quieren pero no pueden volver a sembrar. No se le otorga la cualidad de poder decidir sobre su cultivo, sino que se hace hincapié en la cualidad de querer —cultivar algodón—.

Atendiendo a la relación comunicativa de los PPA y el PEP, estas formaciones discursivas forman parte de una comunicación paradójica cuyas características son:

1.La existencia de dos participantes: en este caso se encuentra en posición de superioridad el grupo que representa los intereses del sector estatal, ya que su discurso circula y se reproduce de forma masiva, imponiendo una determinada manera de construir el fenómeno que nos ocupa. El interlocutor que se encuentra en una situación de inferioridad es el grupo de los PPA, cuyos discursos son menos eficaces en la conformación del fenómeno debido a su escasa circulación y reproducción, se encuentran siempre en la posición de infringir una instrucción;

2.La presencia de instrucciones contradictorias referidas a la capacidad de decisión en la elección del cultivo por parte de los PPA, provenientes de funcionarios del PEP:

•Mensaje de apoyo "vamos a acompañar" (además del mensaje indicial: entrega de semillas y combustible).

•Mensaje de no apoyo "no alentamos, la decisión es exclusiva del PPA".

3.Clausura de la comunicación mediante la desvalorización del interlocutor: la desvalorización está dada por la falta de claridad para referirse a los PPA, en el ir y venir de una clasificación a otra, anula al otro como sujeto dotado de identidad. No sabemos nunca de quiénes está hablando.

4.La imposibilidad de reaccionar de forma coherente por parte del que se encuentra en posición de inferioridad, ya que el marco comunicacional propuesto por el otro es incoherente en sí mismo.

El PPA se encuentra en una relación insostenible en dos sentidos: por un lado, le es fácticamente muy difícil —o imposible en algunos casos— sembrar sin ayuda estatal, y por otro, le es muy difícil resolver el mensaje paradójico de los funcionarios enfrentándose al mismo y, a la vez, percibiendo gestos fácticos como la entrega de combustible o semilla, que se traducen como incentivos para la toma de la decisión.

Podemos apreciar cómo, desde un discurso hegemónico y con gran poder de circulación, se atribuye un 'modo de identificación' a un grupo que, por su falta de representatividad en discursos masivos, no tiene todavía el status de interlocutor válido. En el discurso de los funcionarios varía su modo de identificar a un gran grupo de personas —PPA— según cambie el 'campo de interlocución': "Un campo de interlocución es un marco dentro del cual ciertos modos de identificación son posibles mientras otros quedan excluidos. Entre los modos posibles de identificación, existe una distribución desigual de poder." (Grimson, 2000:41). Esta distribución desigual de poder se traduce en la conformación del fenómeno, con la exclusión de los PPA como interlocutores válidos y como sujetos capaces de construir su identidad y el fenómeno del que son parte. Y en la práctica cotidiana se traduce en la falta de medidas concretas para salvaguardar la calidad y el modo de vida de un gran grupo de gente que depende de esta actividad histórica en la región como es el cultivo del algodón.

El hecho de que el acceso a la reproducción masiva de los discursos no sólo permita instalar una característica identitaria del grupo, sino que además permita variar esa característica según el contexto con fines estratégicos, constituye una manipulación que tiende a:

1.No reconocer la actividad productiva como cualidad esencial en la conformación de la identidad de un productor.

2.Excluir la representación de sí mismo que propone el otro.

3.Imponer una característica identitaria arbitrariamente frente a otros discursos que no tienen la posibilidad de reproducirse masivamente y se mantienen, por ahora, como una semiosis de escasa manifestación mediática que le da al PPA la cualidad de poder/no poder decidir. Esto sostiene lo que en una de las hipótesis expresé como 'intención de no comunicarse', por parte de los funcionarios, ya que quitarle entidad a nuestro interlocutor es negarnos a comunicarnos con él.

De esta manera se mantiene fuera de discusión la situación social de los PPA. Si se los categoriza como capaces de elegir entre una actividad u otra sin contemplar ninguna consecuencia, es porque no se advierte ningún problema en ello. No se tiene en cuenta que para un productor agropecuario ser productor es —mucho más que una actividad— un modo de vida.

Antes de comenzar el análisis en este escrito se propone como categoría a analizar la de Valores y Normas. De los textos analizados surgieron dos categorías que conforman la de valores y normas que son: la oposición campo/ciudad, y trabajo.

El temor de los PPA de quedar fuera del sistema productivo se manifestó en repetidas ocasiones mediante la defensa y la exaltación de su modo de vida. Pudimos dar cuenta de una formación discursiva en la que, a través de la oposición campo/ciudad, se destacan los valores de los PPA y de su vida en el campo.

En el discurso de los PPA el procedimiento más frecuente fue destacar los aspectos positivos del campo y los aspectos negativos de la ciudad.

Así es como se categoriza a las ciudades como un lugar donde no se encuentra trabajo, donde los hijos de los productores terminarían pidiendo limosna, mientras que el campo, además de ser el lugar donde viven, es un lugar de trabajo, un lugar donde se produce: los productores son "los que siempre mantuvimos el piso de la producción algodonera y no queremos irnos del campo a las villas de las ciudades".

En estos discursos aparecen, directamente relacionadas con la ciudad, las "villas miseria"4 con toda la representación negativa que los hablantes poseen respecto de ellas. Mientras que las villas miseria quedan caracterizadas por la pobreza, la delincuencia y la falta de trabajo; el campo se caracteriza por valores como la responsabilidad del trabajo, el esfuerzo que implica la vida en el campo y, sobre todas las cosas, el sentirse productivos.

En cambio, la ciudad representa el lugar donde se concentran el poder y la toma de decisiones. Esto tiene varias implicaciones para los PPA cuya vida se mantiene alejada, en el campo. Las ciudades capitales representan los ámbitos de interlocución indiscutiblemente válidos de aquellos que poseen el poder de tomar las decisiones. En esos campos de interlocución raramente se encuentra la voz de los PPA o su representación en voces de otros actores de la cadena algodonera. El ejemplo paradigmático es el de la Cámara Algodonera Argentina, que nuclea a toda la cadena algodonera, pero funciona en la ciudad capital de Argentina, a mil kilómetros de la zona algodonera del país, y cuyos miembros más representados son intermediarios o textiles, es decir, los más poderosos tanto económica como semióticamente. Esto aumenta la distancia que existe entre los PPA y los responsables de las decisiones que deben resolver esa problemática. Esta distancia de naturaleza discursiva se instala como un aspecto negativo más en el discurso de los PPA: mientras allá lejos otros discuten sobre 'nuestros' problemas, 'nosotros' seguimos trabajando y produciendo aquí en el campo sin ser consultados.

Los discursos del PEP, en diálogo con el gobierno nacional, agregan un aspecto negativo a las ciudades utilizando el argumento de que los PPA trasladados a las ciudades se convertirían en mano de obra desocupada y en beneficiarios de planes sociales, contraponiendo esto a que mantenerlos en el campo es una buena inversión para el gobierno nacional: "El gobierno nacional debe entender que todo aporte que haga a la producción algodonera será una excelente inversión social por todo lo que significa este cultivo en el desarrollo económico de la región, y se ahorrará de tener que darle a esa gente que vive del textil, planes sociales y albergarlos en las villas miserias de las grandes ciudades acrecentando la inseguridad y todos los problemas que viven en las grandes urbes."

Mediante el análisis correspondiente, en un nivel más profundo, apreciamos una clara estrategia para perjudicar la imagen del gobierno nacional en el marco de la contienda antes mencionada entre funcionarios provinciales y nacionales. Aquí se maneja la oposición campo/ciudad, pero sólo se refiere a una posible relocalización del grupo y no se especifica cuáles son las consecuencias reales para el mismo. La única consecuencia que se advierte es la del cambio de lugar, eso es una mitigación de consecuencias más profundas como un verdadero cambio de identidad de los PPA: el abandono de su modo de vida y de su actividad productiva pasando de ser productores a asistidos, desocupados, villeros, etcétera. En su posición de superioridad dentro de la relación comunicativa, no aceptan la imagen que de ellos mismos proponen los productores. Esta conducta discursiva afecta directamente a la relación entre los participantes de la misma, y a la percepción y reconocimiento que uno y otro tienen sobre sí mismos y sobre los otros.

Otro valor que aparece reiteradas veces en los discursos de los PPA es el valor del trabajo. Los PPA resaltan que lo que quieren a cambio de su trabajo es lo que les corresponde: "Sí somos partidarios de poner mucha fuerza en exigir, no en pedir, que nos den el lugar que corresponde dentro del ámbito nacional tal cual se lo han dado a la economía patagónica o a la vitivinícola".

En su discurso está implícito que los PPA no tienen lugar en la política productiva nacional, por eso eligen exigir (pedir imperiosamente algo a lo que se tiene derecho). Se exige un cambio en la política del gobierno nacional para obtener las mismas condiciones de competitividad respecto de otras zonas del país.

Aparece el valor de tener lo propio y esperar que eso dé el resultado que su trabajo se merece. Aparece aquí también el valor de pertenencia, lo que le pertenece es lo que su trabajo vale. "Trabajo lo mío, vendo lo mío, cobro lo que me pertenece... "

También apareció el trabajo como valor moral. Un informante dice: "a mí no me encontraban en un boliche sentado jugando al truco". Su autorrepresentación positiva se da —en principio— por una negación, para luego exaltar su forma de vida que es dedicarse al trabajo. Su forma de ser es ser trabajador, esto implica además que hay otras formas de ser que no se centran en esa cualidad.

Otra informante dice sobre la ciudad: "y si... ¿qué voy a hacer si no tengo otra profesión? Ir a lavar platos a Villa Ángela5 no me quiero ir..." Aquí opone su actividad productiva, lo que hizo durante toda su vida, a un ejemplo de vida en la ciudad que es 'lavar platos'. Se advierte el menosprecio del emisor por lo que podría llegar a suceder en el caso de tener que irse a la ciudad.

Sin embargo, en los textos de PEP/PEN hay falta de tratamiento del tema de la condición social de los PPA, y de la importancia que tiene para los actores el mantenerse dentro de este grupo. Se puede observar cómo en este tratamiento del tema basado en la oposición campo/ciudad sigue sin aparecer en primer plano una característica identitaria tan importante como lo es el trabajo, el ser trabajador, en el caso de este grupo; para quienes no es una simple actividad, sino una forma de vida que se vería absolutamente mutilada en el caso de dejar los lugares de producción.

En la interacción entre el grupo de los PPA y los funcionarios estatales, se lleva al cabo una lucha de poder por la significación atribuida a la actividad del grupo. Mientras que en los discursos de los PPA la significación que se le da a la actividad productiva es de característica esencial en su forma de vida, en los discursos de los funcionarios del área la significación está acotada a una política que, lejos de contemplar la importancia identitaria que puede tener la actividad en la persona que la realiza, está enfocada simplemente a evitar el movimiento de personas del campo a la ciudad. Desde el enfoque relacional, silenciar un tema de importancia, o una característica identitaria necesaria para el otro al momento de enfrentar determinados conflictos ("en esta relación [comunicativa] soy productor y no otra cosa") implica un rechazo por parte de un participante a reconocer la imagen que el otro propone sobre sí mismo.

No se advierte en los discursos de circulación masiva una verdadera comprensión de los alcances que puede tener el abandono de la actividad productiva para los PPA. La importancia pragmática de esto reside en que: "La 'incomprensión' puede constituirse en políticas de Estado" (Grimson, 2002:129) Esto nos lleva a alertarnos sobre la posibilidad de que este gran grupo de personas deje de ser 'productiva' y pase a ser 'asistida'.

La hipótesis principal es que hay ausencia del discurso de los PPA en la construcción del fenómeno algodonero y abuso de poder por parte de aquellos interlocutores que detentan la cualidad de 'válidos' y cuyos discursos poseen una gran circulación.

Estos discursos que sí construyen los fenómenos también construyen en gran parte las identidades de los sujetos intervinientes en esos fenómenos. Y, en primera instancia, contribuyen a darle entidad de interlocutores válidos, o no, a determinados actores sociales. A la luz de los alcances pragmáticos que pueden adquirir estos discursos es que consideramos importante desentrañar aquellos procedimientos que ayudan a construir parcialmente algunos fenómenos.

A modo de ejemplo analizamos aquí declaraciones del Subsecretario de Agricultura de la Nación, durante el año 2005:

"No abandonamos nunca a los algodoneros"

El subsecretario de Agricultura de la Nación, se declaró ayer "asombrado" por las críticas de los productores algodoneros hacia el gobierno nacional, y sostuvo que "nunca los abandonamos a su suerte". (...) aseguró que "se trabaja intensamente en buscar soluciones", y por eso se declaró "asombrado, por algunas expresiones que por ahí escucho, donde se dice que hemos abandonado a su suerte a la producción algodonera. Estamos en un sistema democrático, en un sistema de opinión libre, pero preocupa a veces que se diga que el gobierno nacional no se ocupa", afirmó.

"Se avanzó en seguir viendo esta realidad, aunque algunos piensan por ahí que no se está trabajando en esto, pero permanentemente se está analizando esta situación".

(...) Eso no es serio, porque somos respetuosos de las opiniones y de las acciones de la gente, y no creemos que esto se pueda resolver en el marco de reacciones violentas, de cortes de rutas y demás". "Estamos en un sistema democrático, en un sistema de opinión libre, pero preocupa a veces que se diga que el gobierno nacional no se ocupa", afirmó, y volvió a mencionar que las provincias algodoneras fueron recibidas "por las máximas autoridades del gobierno nacional. Debería haber comprensión de que quienes estamos en función de gobierno estamos trabajando en esto". (Diario Norte, 26/02/2005).

El responsable de la Subsecretaría de Agricultura de la Nación —dependiente del Ministerio de Economía y Producción de la Nación—, realiza estas declaraciones en el marco de las protestas de los productores algodoneros en el año 2005.

En el texto abundan expresiones del tipo: "se trabaja intensamente en buscar soluciones", "algunos piensan por ahí que no se está trabajando en esto, pero permanentemente se está analizando esta situación", "No quiero adelantar medidas, pero estamos empeñados en encontrar soluciones", "ya hay avances importantes, no es que no se esté haciendo nada, y se agilizaron fondos que estaban demorados". Estas expresiones le dan al texto un tono de justificación y de actitud defensiva por parte del hablante, quien en vez de profundizar en el problema real, reiteradamente 'explica' qué es lo que él, como funcionario, está haciendo. Pero paradójicamente no enumera medidas específicas, sino buenas intenciones: se 'buscan soluciones', 'se está analizando el tema', se dice 'empeñado' en lo que está haciendo, etcétera.

Los cambios de tema, las tangencializaciones, el estilo oscuro que surge de esta reiteración de proposiciones y algunas incongruencias son algunas de las características de la descalificación en la interacción comunicativa (Waztlawick et al., 1989). Este comportamiento comunicativo es característico de aquellas personas que no desean comunicarse, pero por un motivo de fuerza mayor están obligados a hacerlo (como en el caso del funcionario), de esta manera el hablante evita todo tipo de compromiso con lo que está diciendo y con lo que calla.

Analizando el cuadrado ideológico del discurso del subsecretario podemos ver que: el énfasis puesto por el hablante en la información positiva sobre él mismo (la enumeración de buenas intenciones y buenas actitudes) busca resaltar su imagen positiva. Por otro lado, el emisor evita expresarse sobre el problema real y sobre soluciones posibles, esta falta de precisión en las respuestas forma parte de la estrategia del hablante para resaltar su imagen positiva y, al mismo tiempo, alejarse de la responsabilidad de dar respuestas certeras a la problemática. De esta manera queda mitigado el aspecto negativo que tiene su discurso, que es precisamente el silenciamiento de ciertos temas.

En cambio, para el subsecretario, el discurso de los otros 'preocupa'. Cuando el emisor se declara 'sorprendido' por las críticas, está implicando que las críticas no están dentro de las manifestaciones 'normales' que se pueden esperar sobre la gestión del gobierno nacional. Creando —discursivamente— un mundo posible donde las críticas a su gestión son algo inconcebible, está invalidando el discurso que critica y quitándole adecuación, que es uno de los requisitos para que un acto de habla sea considerado como tal. Así, el discurso de los productores descontentos queda descalificado por la falta de adecuación otorgada por el emisor. Esta invalidez e inadecuación forma el aspecto negativo del 'otro' en el discurso del subsecretario. Es, además, un claro rechazo a la comunicación,6 que tiene como base la supuesta equivocación y falta de pertinencia del otro.

En lo que respecta a lo estrictamente discursivo, ubicar el foco de atención en la preocupación del emisor sobre si es adecuado o no criticar al gobierno nacional es un procedimiento para desvalorizar a sus interlocutores por su inadecuación en la interacción comunicativa. Una vez descalificado el interlocutor por falta de adecuación, el emisor no siente la necesidad de expresarse sobre las ideas planteadas como 'contenido', lo que comúnmente llamamos el 'fondo de la cuestión' queda automáticamente vaciado de valor. Aquí se ve claramente la importancia del nivel meta-comunicativo en el que se definen las relaciones: ¿quién puede decir qué cosa?

Las consecuencias pragmáticas de este procedimiento en el caso que nos ocupa son, en principio, la falta de discusión de las políticas que se aplican para solucionar los problemas de los PPA. Además se deja afuera —de una posible discusión—, al grupo de los PPA como interlocutores válidos.

Al final del texto dice: "Estamos en un sistema democrático, en un sistema de opinión libre, pero preocupa a veces que se diga que el gobierno nacional no se ocupa". Es decir, el 'sistema democrático de opinión libre' en el que 'estamos', construido por el emisor, no considera en su normal funcionamiento las críticas. La preocupación y el asombro por discursos críticos hacen que los actores productores de los mismos queden fuera del ámbito 'válido' de interlocución y, a la vez, fuera de 'nuestro' sistema democrático.

Mientras que los productores chaqueños tienen un requisito muy claro en cuanto a las respuestas que necesitan y quieren recibir: "El mensaje fue que no permitirán que "llegue para escuchar y hacer otro diagnóstico sobre la situación del campo, porque ya hablamos miles de veces con [el subsecretario] y él sabe perfectamente el estado de los productores chaqueños. Tiene que traer una respuesta", fue la opinión de las Mujeres en Lucha que fue una de las voces más combativas en la reunión." (Norte 04/02/2005).

En el discurso de los productores está implícito que ya han oído en otras ocasiones al funcionario hacer diagnósticos sobre el problema. Se explicita que las respuestas del funcionario del tipo de 'se está analizando', 'se está hablando', 'son varios temas los que se están evaluando', etcétera. no responden a los requisitos de los PPA. Aquí los PPA logran hacer una meta-reflexión sobre las condiciones en las que el otro pretende establecer la relación comunicativa, pudiendo también —como emisores— erigirse en una postura de descalificación hacia su interlocutor (el subsecretario). Esta capacidad metacomunicativa, manifiesta en la disconformidad respecto del discurso del funcionario, hace que el campo de interlocución se vuelva complejo y vulnerable en cierto sentido, lo cual resulta positivo para el interlocutor que ocupa el lugar de inferioridad en la relación ya que el espacio se abre y emerge la posibilidad de plantear nuevas reglas.7

Frente a los urgentes pedidos de soluciones por parte de los productores algodoneros, el máximo funcionario en el área a nivel nacional responde que lo más importante es que 'hay preocupación': "Creo que lo más importante es que hay preocupación en todos los sectores de que esto encuentre algún mecanismo a futuro, a mediano y largo plazo, para afrontar las dificultades cíclicas". Aquí podemos apreciar claramente la distancia que hay entre unos y otros actores en el espacio de interlocución. Existe una situación comunicativa 'anómala', donde la pregunta de algunos no encuentra validez en la respuesta del otro, y viceversa.

Otra característica destacable del discurso del funcionario es la descalificación de la protesta popular: "El subsecretario (.) se declaró 'asombrado, por algunas expresiones que por ahí escucho, donde se dice que hemos abandonado a su suerte a la producción algodonera. Eso no es serio, porque somos respetuosos de las opiniones y de las acciones de la gente, y no creemos que esto se pueda resolver en el marco de reacciones violentas, de cortes de rutas y demás'".

Aquí se categoriza a la protesta —manifestación popular— como una reacción violenta. La acción de sus interlocutores (los PPA) queda invalidada, (como su discurso), por crear un marco o 'campo de interlocución', violento.

Más arriba analizamos los procedimientos por los cuales queda invalidado el discurso de los PPA por falta de adecuación pragmática al campo de interlocución 'propuesto' por el funcionario. Y aquí podemos observar cómo se invalidan las manifestaciones indiciales del grupo cuestionando la 'construcción' de un campo de interlocución.

La falta de respuestas y de consideración a los reclamos de los PPA hizo que en varias ocasiones ellos mismos se expresaran, no ya sobre el tema productivo, sino sobre su participación en las instancias de tomas de decisiones. Es decir, comenzaron a cuestionar el lugar que se les otorga en los ámbitos de interlocución. En un artículo periodístico del diario Norte del 18/06/05 pequeños productores aborígenes dicen lo siguiente: "Los que menos necesitan (empresarios) son los que tuvieron participación en una comisión y nosotros no". "No nos dejaron participar de la comisión que conformaron para discutir el subsidio algodonero y el precio sostén, por eso me retiré". "Nosotros somos los que mantenemos la economía de la provincia con nuestra producción, pero en ningún momento nos tienen en cuenta".

La categorización que hace el emisor sobre sí mismo está marcadamente definida por la definición del 'otro'. Categoriza a los empresarios como los que participan y como 'los que menos necesitan'. Por oposición a los primeros, los PPA, que resultan ser los que no participan y los que menos tienen.

Además se categoriza como 'los que mantenemos la economía de la provincia' y como a los que 'en ningún momento nos tienen en cuenta'.

La categorización de sí mismos como los que son dejados fuera del ámbito de discusión del problema que los tiene como protagonistas, revela un estado de situación: la ausencia discursiva de los PPA en la conformación del fenómeno social algodonero.

No reconocer el discurso de los otros como legítimo, no reconocerlos como interlocutores válidos, en este caso redunda en no reconocer los cuestionamientos de un gran grupo de personas —como son los PPA—, como válidos. El no responder con precisión a los cuestionamientos del otro es negarle su calidad de interlocutores y, en este caso, de interpelantes —como pueden serlo los representados de sus representantes—. Esto nos lleva una vez más a la conclusión de Grimson (2000) referida a que cuando la institución es parte de la lucha de poder sobre la validez de la interlocución, la sedimentación de posiciones fijas y la falta de comprensión del otro se convierten en políticas de Estado que tienden a no reconocer la identidad del otro.

 

Conclusiones

Se pudieron corroborar las hipótesis planteadas al comienzo del trabajo: existe una relación complementaria entre los funcionarios provinciales y nacionales del área de la producción y los PPA, siendo éstos los que quedan en situaciones de inferioridad en la lucha por ser constructores válidos del fenómeno algodonero. Además existe la intención, por parte de algunos funcionarios (nacionales y provinciales) del área productiva de 'no comunicarse' con los PPA, buscando con ello silenciar algunos temas clave. Y también resulta explícito que el grupo de los PPA es receptor de constantes 'instrucciones paradójicas' por parte de los responsables del área, respecto de sus acciones tanto productivas como cívicas.

El análisis crítico del discurso permitió desentrañar las estrategias de manipulación, legitimación y creación de consenso que se dan siempre de manera poco obvia en la construcción de los campos de interlocución y profundizan la exclusión discursiva de grupos de la construcción de la realidad. La postura crítica proporciona una mirada sobre los problemas sociales diferente de la manera en que se muestran normalmente.

El grupo de los PPA sigue intentando proponer una nueva semiosis que brega por lograr eficacia en la conformación del fenómeno del que se sienten protagonistas, sin serlo todavía en la construcción discursiva vigente.

La aparición de los PPA a través de sus manifestaciones públicas en el año 2005 fue el origen de la inquietud en la que se basó el proyecto de investigación que dio marco a este trabajo. Lo que primero fue una intuición respecto de la ausencia discursiva de este grupo en la conformación del fenómeno algodonero, pudo convertirse en certeza durante el desarrollo del análisis crítico. Sólo a partir de una crisis pudo oírse la voz de un grupo de personas del que en escasas ocasiones se habla en el ámbito público y en ámbitos estrechamente relacionados a ellos.

A partir del 'grito' de este grupo comenzó a vulnerarse el campo de interlocución definido por aquellos que ocupan la posición de superioridad en la relación comunicativa. A pesar de la poca circulación de los discursos de los PPA, pudimos observar que su capacidad metacomunicativa puede desestabilizar las reglas de dicho campo.

La ausencia de los PPA en la conformación del fenómeno que paradójicamente los tiene como protagonistas, se explica a través de la aceptabilidad social basada en una construcción del fenómeno sostenida en los procedimientos de exclusión mencionados arriba. Dicha construcción goza de la masividad en la circulación de los discursos que la conforman, hace una utilización manipulatoria de categorías que homogeneizan a la vez que esconden diferencias y somete a la desvalorización y descalificación a los sujetos con menos poder semiótico, lo cual redunda en una anulación de las características identitarias de los mismos.

Con este trabajo se pretende colaborar en la construcción de conocimiento sobre los pequeños productores algodoneros cuya situación social sigue siendo muy problemática. Creemos que el análisis de las categorías elegidas constituye un aporte más al conocimiento que tiene la sociedad entera sobre los PPA.

Consideramos que es necesario darles entidad de interlocutores válidos a estas personas que no tienen espacio en los campos de interlocución y mucho menos en los ámbitos de toma de decisiones. Desentrañar los mecanismos comunicacionales y la naturaleza de las relaciones comunicativas entre distintos actores sociales es un camino posible a la resolución de conflictos y de situaciones de exclusión.

Es imprescindible tomar conciencia de que los otros también son constructores válidos de los fenómenos sociales, y de que debemos ir más allá de la naturalidad con que las cosas se nos presentan cotidianamente ante nuestra mirada.

 

Literatura Citada

Bateson G. 1991. Pasos hacia una ecología de la mente. Buenos Aires. Ed. Planeta-Carlos Lohlé S.A.         [ Links ]

Foucault, M. 2004. El orden del discurso. Discurso Inaugural. Procedimientos de exclusión. Barcelona, Tusquets. Ed.         [ Links ]

Grimson. 2000. Interculturalidad y comunicación. Buenos Aires. Grupo Editorial Norma.         [ Links ]

Magariños de Morentín. 1996. Fundamentos lógicos de la semiótica. Buenos Aires. EDICIAL.         [ Links ]

Van Dijk, T. 1980. Estructuras y funciones del discurso. México. Siglo Veintiuno Editores.         [ Links ]

Van Dijk, T. 1987. Análisis Crítico de los medios. Barcelona. Ed. Paidós.         [ Links ]

Van Dijk, T. 2000. Ideología. Una aproximación multidisciplinaria. Barcelona. Gedisa.         [ Links ]

Van Dijk, T. 2003. La multidisciplinariedad del análisis crítico del discurso: un alegato a favor de la diversidad. In: Métodos de análisis crítico del discurso. R. Wodak y M. Meyer. Barcelona. Gedisa.         [ Links ]

Watzlawick, P., Beavin, J., y Jackson, D. 1989. Teoría de la comunicación humana. Barcelona. Ed. Herder.         [ Links ]

Woodak, R. 2003. De qué trata el análisis crítico del discurso. Resumen de su historia, sus conceptos fundamentales y sus desarrollos. In: Métodos de Análisis del Discurso. R. Wodak y M. Meyer (eds). Barcelona. Ed. Gedisa.         [ Links ]

 

Notas

1En este escrito se considera como pequeño productor a aquel que posee más de cinco y menos de 100 ha. Los factores para definir esta clasificación son: la escasa rentabilidad de la tierra debido a factores agroecológicos y climáticos, la imposibilidad de emplear trabajadores (excepto en época de cosecha, en la que pueden contratar algunos trabajadores temporarios por día), no poseen herramientas propias (deben alquilarlas), deben financiar su cosecha por medios alternativos (es decir, no acceden a créditos bancarios oficiales, sino que son financiados por los intermediarios que luego le comprarán el algodón en bruto), trabajan junto con su grupo familiar, y la unidad económica suele coincidir con la unidad familiar.

2Se refiere al conflicto entre el Gobierno Argentino y las cuatro principales entidades que nuclean a los sectores agrícolas, a raíz de la resolución 125/8 que establecía un aumento de las retenciones a las exportaciones de soja y girasol.

3Las marcas sólo adquieren significado a través de la confrontación.

4Se trata de aglomerados urbanos a las afueras de las ciudades, en las que se asientan personas sin vivienda o inmigrados de zonas rurales.

5Villa Ángela es la ciudad más cercana a la zona de residencia de la informante.

6Recordemos que según Watzlawick el rechazo a la comunicación equivale al 'tú estás equivocado'.

7Esto constituye un síntoma de 'salud' en términos de Watzlawick y Bateson.

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