SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.9 número3El reto de la interculturalidad y la equidad de género ante la migración jornalera Rarámuri: Relaciones sociales y exclusión en una región frutícola índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


Agricultura, sociedad y desarrollo

versão impressa ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.9 no.3 Texcoco Jul./Set. 2012

 

Reseña

 

José Pedro Juárez Sánchez y Benito Ramírez Valverde (coord). 2012. Turismo Rural: Experiencias y Desafíos en Iberoamérica

 

Isabel Muñiz-Montero

 

BBA (Biblioteca Básica De Agricultura)

 

Colegio de Postgraduados, Campus Puebla, Carretera Federal México-Puebla km 125.5. Santiago Momoxpan, municipio de San Pedro Cholula, Puebla. 72760. México. (psique2k4@yahoo.com.mx).

 

El libro Turismo Rural: Experiencias y Desafíos en Iberoamérica, permite al lector acercarse al fenómeno del turismo rural a través de los trabajos realizados por expertos desde puntos de vista multidisciplinarios y multiregionales. Juan Pulido Fernández, en el prologo de la obra, señala que en las dos últimas décadas el turismo rural ha tenido un extraordinario crecimiento. Lo anterior se debe a los cambios en los intereses de los turistas actuales; que demandan tranquilidad, contacto con las diversas culturas, y se interesan por el medio ambiente. Por otro lado este mercado turístico alcanza una gran importancia en la actualidad porque puede generar riqueza y empleo en zonas rurales y regiones con problemas económicos. Ante este panorama, el surgimiento del turismo rural parece una respuesta natural de aquellos sectores de la sociedad que desean escapar de la alienación del mundo moderno. Sin embargo, este libro pone en discusión la realidad tras el turismo cultural, que además de beneficios presenta sus propias contradicciones. En ese sentido el turismo rural también puede dañar regiones, recursos y poblaciones, por lo que cada uno de los autores señala la importancia de considerar el caso especifico de cada región y población, de tal forma que la presencia de turistas y empresarios no impida la conservación de formas de vida y de los ecosistemas.

Los investigadores exponen las ventajas económicas del turismo rural, pero también la necesidad de involucrar a las comunidades, mediar las opciones entre empresarios, habitantes de la región y el gobierno, e implementar programas y estrategias con las que se proteja los recursos naturales, las culturas locales, y a las poblaciones en donde se percibe potencial turístico.

Una de las contradicciones básicas que presenta el turismo rural se debe a que se vincula directamente con el patrimonio natural y cultural del que obtiene su potencialidad, pero muchas de las políticas en materia de protección del patrimonio han sido establecidas con base en parámetros establecidos por los países económicamente poderosos, sin considerar las características de las comunidades de los países menos favorecidos. El turismo rural se beneficia del patrimonio propiciando transformaciones; lo anterior provoca que algunas comunidades manifiesten interés por defender la conservación de su patrimonio, mientras que otras se adaptan a los cambios e incluso depredan su ambiente. Los debates entre la conservación, la trasformación en nombre del desarrollo o el progreso, los beneficios, y perjuicios originados en el turismo, son profundamente analizados por los diversos autores de la obra, quienes enfatizan el hecho de que obtener todo el potencial de la actividad turística en zonas rurales implica planificar estrategias adecuadas a cada uno de los contextos regionales. Además, denuncian que cuando el turismo se ha establecido bajo las tendencias de discursos sobre desarrollo del tipo "discurso colonial" se privilegia al empresario, y con ello se limita la posibilidad de que otros esquemas más acordes a la realidad regional sean aplicados. Pero no siempre un discurso poscolonial es negativo, tal es el caso que presenta Coronado, para quien la articulación entre naturaleza y cultura presente en la ideología y vida de las comunidades indígenas, puede presentarse como mercancía atractiva para los turistas y eso tiene un aspecto positivo, y es el hecho de que es esta misma cosmovisión indígena y la capacidad de su intervención lo que puede potenciar a dichas comunidades como "educadores del mundo". De tal forma que las comunidades pueden apropiarse del postcolonialismo como cultura superficial y refuncionalizarlo de manera creativa.

El discurso respecto al turismo, creado en torno a los centros que ostentan el poder capitalista limita la correcta aplicación de estrategias que favorezcan a las comunidades. Al respecto, Francisco Javier Ruiz y Alfredo César Dachary señalan que la administración del turismo se asemeja a los procesos establecidos durante la colonia, pero con nuevas formas de saqueo. Señalan que dentro del capitalismo, los pueblos que viven en las áreas naturales sufren de una triple segregación: debido a que son pobres, han perdido el control sobre su capital natural, y porque en sus territorios el turismo se expande con base en el modelo inmobiliario que implica la urbanización del mundo rural. Ruiz y Dachary analizan los casos de Huatulco y Cancún, donde el desarrollo y el turismo aumentan el valor de la tierra, lo que genera procesos de ruptura con las actividades agropecuarias y forestales. La población se va integrando al trabajo no agrícola gracias a que los trabajos que se ofrecen con la urbanización generan ingresos más altos que los que se general con el trabajo agrícola. La oferta de trabajo no agrícola y el valor de la tierra aceleran el proceso de descampesinización.

Es importante aseverar que el turismo rural se convierte en solución a los problemas económicos regionales cuando se considera la realidad local y nacional, cuando se favorece a los habitantes de la región y cuando se concientiza a la población de la importancia de la conservación de los recursos naturales. Al respecto, Silva y Milani analizan el Caso del Mato Grosso en Brasil y denuncian los daños al ambiente. Exponen que la capacidad de recibir turistas en la región está en los límites de preservación ambiental y de calidad de vida de las comunidades; esto es importante, pues señalan que cada región tiene un límite en su capacidad para recibir visitantes.

El turismo rural se debe conceptualizar con enfoques diferentes a los del turismo del primer mundo. Lo anterior no significa que no se puedan considerar dichas experiencias, sólo que se deben adecuar a las realidades locales. Figueroa, Negrete y Velut presentan un estudio de caso en la región de Valparaíso; Chile, analizan el hecho de que el sector turístico sólo es una base frágil para sostener por sí mismo el desarrollo de una localidad o región, especialmente si es rural, pero se puede potencializar gracias a actividades asociadas como la agricultura, la producción de artesanías, o la industria. El papel del Estado en torno a la concreción de objetivos relacionados con el turismo es también analizado por Rozo y Vélez, quienes consideran al turismo como una alternativa de desarrollo para reducir la condición de pobreza extrema que suele coincidir con la localización de las poblaciones vulnerables que se encuentran en zonas rurales. Las autoras señalan que el turismo rural permite generar ingresos complementarios gracias a la creación de pequeños emprendedores rurales, sin que se pierdan las formas de uso territorial tradicional. Presentan el caso de las familias campesinas en la provincia del Alto Ricaurte, en la zona andina colombiana. La investigación evidencia la importancia del Estado como agente social que puede orientar programas estratégicos y orientar recursos para generar procesos de desarrollo integrales que promuevan la autonomía y la autogestión.

Los grupos sociales económicamente más poderosos son los que tienen mayor posibilidad de apropiarse del patrimonio natural de una región. De esta forma, al patrimonio se le adjudica un valor económico. Es muy difícil que una población pueda apropiarse del patrimonio o ser competitiva en los aspectos económicos a menos que sus pobladores logren organizarse; las asociaciones y las cooperativas permiten disminuir la vulnerabilidad de la población rural. Al respecto, Pérez, Juárez, Ramírez-Valverde y César presentan el caso de Red de Turismo Alternativo (RETA) Totaltikpac, integrada por siete empresas de tipo social que ofertan servicios turísticos alternativos en la Sierra Nororiente del Estado de Puebla, México. El objetivo del trabajo fue conocer la importancia que representa la articulación de una red en el fortalecimiento de las pequeñas empresas de turismo rural y analizar el capital social existente entre individuos y empresas. La asociación de las empresas que han integrado la RETA les permite adquirir ventajas económicas y desarrollar capacidades, pues reduce los costos de gestión y les permite un mayor acceso a la capacitación. Pero no siempre los pobladores pueden organizarse, y es entonces cuando el potencial regional queda al servicio de las clases dominantes para su uso y explotación, y son los pobladores locales quienes quedan excluidos de la oportunidad de beneficiarse. Pessoa Candioto, en su análisis sobre el turismo en la Región Metropolitana de Curitiba, Brasil, denuncia un modelo economicista de desarrollo que beneficia a los actores hegemónicos del capitalismo global, y subraya que el turismo rural no es una fórmula mágica que se pueda aplicar en todas las regiones de la misma manera a partir de directrices de la industria turística. El autor señala que las políticas gubernamentales se deben integrar en programas generales de gobierno para evitar contradicciones entre las políticas públicas sectoriales y el turismo. También que es importante considerar en toda planeación turística la opinión de los pobladores.

Pero, como se ha venido señalando, los programas exitosos de turismo rural son aquellos que se adaptan a las condiciones sociales locales. Al respecto, Ascanio presentó una investigación sobre el alojamiento alternativo; estimando sus beneficios privados y sociales. El autor concluye que las posadas turísticas producen buenos beneficios para las familias campesinas, para los visitantes y para el gobierno local. El autor subraya que el turismo en el mundo rural debe ser de muy bajo impacto, rescatar la identidad cultural del lugar y preservar la arquitectura popular.

La cultura regional es uno de los elementos que más interesan a los turistas, pero la cultura se construye a través de procesos históricos que no siempre están libres de conflictos, de tal forma que los aspectos culturales que hoy son atractivos para los turistas pudieron ser refutados en el pasado. Rolando Silla aborda las tradiciones culturales de la zona norte o Alto Neuquén, Patagonia. Se trata el caso de las denominadas "cantoras" y de las celebraciones de San Sebastián, que crearon conflictos regionales en la década de 1940 debido a que eran consideradas tradiciones chilenas, mientras que se trataba de exaltar las costumbres argentinas. Silla considera que los pobladores tienen el derecho de decidir qué se muestra a los turistas y qué pueden incorporar para su propio consumo y qué prácticas se mantienen, o cuáles se extinguen y cuáles se incorporan.

Pulido y Cárdenas analizan el turismo rural español. Los autores señalan que el turismo puede ser un instrumento eficaz de desarrollo económico; pero no en cualquier lugar, y ofrecen una tabla de pros y contras del turismo rural como instrumento de desarrollo en el ámbito social, económico, cultural, y medio ambiental. El turismo implica un cambio en las funciones del espacio rural, de tal forma que se disminuye la producción de bienes por la de servicios. Para que se pueda aprovechar el potencial del turismo como instrumento de desarrollo económico se tienen que dar una serie de circunstancias como la diversificación de la estructura económica del destino, así como la disponibilidad de recursos financieros y de infraestructuras adecuadas. El turismo rural es exitoso cuando los recursos de los diversos actores sociales se potencializan. Al respecto, Arnaiz y César señalan que en el caso de San Andrés de Giles, Argentina, se da la presencia de recursos provenientes de diversos actores, como son los externos, los recursos de los actores locales, los que se originan en otros objetivos, y los que permiten integrar la región con otros municipios. La consecución de objetivos requiere del ordenamiento y la correcta planeación del desarrollo urbano.

Finalmente, todos los autores coinciden en observar que la potencialidad del turismo rural como motor de desarrollo solo puede tener resultados positivos si son las propias comunidades las beneficiarias. Un turismo rural que no favorezca a las comunidades, o que afecta y explota irracionalmente sus recursos no es aceptable. Además, no se puede hablar de desarrollo o progreso si no se respetan las formas de vida cultural local; son las propias comunidades las que tienen que decidir la forma en que participarán en los programas de turismo, y son las comunidades quienes deciden qué, en su interior, se puede transformar o mantener sin cambios. Los turistas pueden aprender mucho de las comunidades rurales, son sus formas de vida un atractivo prioritario, pero, ante todo, las comunidades no son museos, ni tampoco parques temáticos, son lugares habitados muchas veces desde hace centurias, de ahí que en la planeación de los proyectos turísticos se debe dar prioridad al respeto de las formas de vida y los recursos de los destinos turísticos rurales.

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons