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Agricultura, sociedad y desarrollo

versión impresa ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.6 no.1 Texcoco ene./abr. 2009

 

Contiendas agrarias internacionales: los campesinos migrantes y su derecho a la movilidad. (Análisis trasnacional)

 

Agricultural international diputes: migrant farmers and their right to mobility (Trasnational analysis)

 

Julio U. Morales-López*

 

* Universidad de Deusto, Bilbao. Camilo Villabaso 46-4b. Bilbao Vizcaya. 48002. España. (lagarthijo@hotmail.com)

 

Resumen

Las condiciones histórico-económicas iniciadas en el siglo pasado han llevado al campesinado mexicano a internacionalizarse a través de un proceso migratorio con rumbo a EE. UU. Estos campesinos/migrantes ocuparon espacios fuera del ámbito agrícola, sin perder su vinculación con la tierra a pesar de la problemática de expulsión y la baja rentabilidad del campo; pero adquirieron otras experiencias que conformarían el espacio transnacional donde su principal estrategia se relaciona directamente con la movilidad. En ese contexto se analiza antropológicamente uno de muchos procesos migratorios desde una perspectiva transnacional, cuyo interés expone el conflicto de los campesinos migrantes contra el Estado, confrontando su derecho a la propiedad del trabajo partiendo del uso de vehículos de procedencia extranjera, y demuestra que la facultad principal del campesinado en cuestión es el derecho a la movilidad en ambos Estados-Nación.

Palabras clave: Campesinos, derechos, espacio, internacionalización, pobreza, trabajo.

 

Abstract

The historical-economic conditions that began during the last century have led the Mexican rural population to become international through a migration process towards the UsA. These farmers/migrants occupy spaces outside the agricultural ambit, without losing their connection to the land, regardless of the expulsion problem and the low profitability in the countryside; in spite of this, they acquired other experiences that would make up the transnational space where their main strategy is directly related to mobility. In this context, one of many migratory processes is analyzed anthropologically from a transnational perspective, exposing the conflict between farmer migrants and the state, confronting their right to work property, starting with the use of vehicles of foreign origin, and showing that the main faculty of the farmer population at issue is the right to mobility between both Nation-states.

Key words: Farmers, rights, space, internationalization, poverty, labor.

 

Amigo, ¿Sabes qué me pidió mi hijo? ¿Sabes? Es difícil pero yo
creo que si se lo voy a poder llevar, el tiene 11 años, ¿sabes qué
me pidió? Cuando me venia le pregunte que quería que le trajera.
¿Sabes qué? Una camioneta.

Entrevista migrante mexicano 2002 (textual) Ohio, Estados Unidos.

 

Introducción

El conflicto por la tierra y su trabajo abarca muchas y muy variadas complejidades que se desdoblan sobre las dimensiones de la vida social en México y en el mundo. Para comprender el resultado de la lucha campesina y migrante en México es necesario pensar en una circulación diaria de cerca de tres millones de Vehículos de Procedencia Extranjera VPE1, también se debe tener en cuenta un análisis complejo, que haga perceptible al sujeto "campesino migrante" en este momento histórico, perceptible de una forma única por relacionarse con la tierra y el trabajo como vínculo de su existencia en dos espacios distintos. Muy a pesar de la debilidad causada por las políticas y estrategias económicas impuestas por los diferentes Estados-Nación, son millones los mexicanos que buscan cumplir sus anhelos al migrar, y de esta forma regresar y adquirir VPE como parte de ese ideal de realización. Resulta absurdo imaginar al sujeto migrante despojado de movilidad, pues esa es su característica principal y estos vehículos les otorgan una estrategia que les resultó difícil de crear, pues fue el resultado de vivir en dos espacios diversificados.

El discurso oficialista en torno a los VPE y sus dueños está plagado de connotaciones negativas que muestran sólo una parte de la realidad. Este escrito intenta darle voz a esos sujetos complejos que viven en dos espacios y reclaman el derecho a su movilidad en sus lugares de origen; este sujeto bidimensional: campesino/migrante se relaciona con un sin fin de cargas simbólico-culturales vinculadas a sus vehículos. Es necesario comprender que no sólo necesitan sus vehículos para trabajar en su origen, necesitan el vehículo para desempeñar el oficio migrante. El discurso oficial (basado en análisis económicos) desprestigia al VPE pues no contempla racionalmente al migrante como un sujeto en origen y destino, por ello es imposible despojarlo de esa consideración. En este sentido mi propuesta es analizar a los campesinos migrantes (internacionales y transnacionales) desde sus vehículos como un espacio de lucha en defensa de su forma de vida bajo un imaginario del campesinado tradicional en producción no capitalista, aunque su vida productiva se haya transformado por el roce globalizado del capital en turno, lo cual ha propiciado una des/espacialización, alternando la vida campesina/migrante con otros empleos, lo cual queda demostrado en la contienda por la libertad de movilidad y el derecho a la propiedad del trabajo.

El tema del campesinado mexicano ha sido analizado desde diversas y variadas disciplinas. Wolf (1972) enfatiza, desde la Antropología, el estudio de este grupo, ya que con su exhaustivo trabajo de campo en pequeñas localidades se pueden comprender realidades de identidad que, sólo el contacto y el acercamiento directo permiten; así, contemplamos a un sujeto colectivo llamado campesino, con enormes variaciones entre ellas: los campesinos ricos, los pobres, los artesanos, los que sólo trabajan la tierra, los terratientes, los que rentan tierra, los asalariados, los que venden su producto a las ciudades y los de autoconsumo. Mi propuesta en este estudio es abordar en forma unificada a este colectivo haciendo concreta una realidad en común: la lucha por la tierra y por su trabajo a través del derecho a la movilidad; demanda ocasionada por la internacionalización del campesinado mexicano. Ésto permite eliminar posibles errores de generalización de los diferentes tipos de campesinos, ya que los ricos y terratenientes (menor porcentaje) no migran, al tener asegurados en primera instancia ingresos suficientes para sus familias, y en segundo, su patrimonio los hace poseedores de plusvalía, por tanto, pueden hacer frente a las situaciones de desigualdad entre las naciones y las políticas económicas de los Estados-Nación sin verse forzados a migrar. El grupo campesino en el que se ubica este análisis es aquél que tiene bajos salarios, baja productividad y que además es internacionalizado para completar sus estrategias de supervivencia. Es debido a esa internacionalización que se ven obligados a incorporar los vehículos como parte de su movilidad; además, el vehículo actualmente es parte del imaginario de realización del proyecto migrante, bajo la demanda de incorporarlo a su vida en sus lugares de origen, con el ideal del derecho a la movilidad para el trabajo.

Se comprende entonces que el reto, en este caso, se encuentra en facultar explicaciones que vayan más allá de entender las causas de la migración y su actuar a partir de ésta. Las teorías sobre migración buscan ser determinantes en sus explicaciones como fenómenos acotados y determinados por sus propias causas, y descuidan contribuir a un diálogo con la práctica. En el tenor de los vehículos, los sujetos son campesinos y migrantes, pero un grupo aún menor es de transmigrantes. En este escrito hablaré concretamente de los campesinos/migrantes internacionales en general, para después enfocar el análisis al estudio de caso de dos localidades transnacionales; ésto sugerido por la realidad empírica a analizar. Comenzaré puntualizando, en forma general, en el ámbito nacional de México, después descenderé el análisis a dos rancherías: La Luz Texas y Santa Anita, pertenecientes al municipio de Celaya en Guanajuato. Mi objetivo es analizar, por medio de los vehículos, el conflicto desatado por el derecho a la movilidad y la propiedad del trabajo, entre las formas de gobierno y los campesinos/migrantes, además de enfrentar directamente dos ámbitos básicos de la situación, que son los Estados-Nación frente a un mismo sujeto diversificado en dos tipos de campesino/migrante: el internacional y el transnacional.

El sustento teórico que utilizaré para comprender la movilidad -vista desde los vehículos- considerará inexistente una sola definición de lo que es "ser migrante", por tanto, comprendo que forzar una realidad empírica a lo acotado por la base teórica puede sesgar y limitar el intento por ampliar la discusión. El artículo tendrá dos vertientes teóricas: primero, el análisis general de los campesinos/migrantes internacionales, durante toda la consolidación histórica del espacio migratorio internacional entre México y EE.UU., utilizando un sustento marxista desde la diferencia de salarios y empleos, (teoría de los mercados segmentados). Asimismo, la realidad de la migración internacional mexicana hace imprescindible hablar del capital social, aspecto fundamental que llevó a consolidar la formación de vínculos y redes (teoría de redes). Segundo, cuando este espacio se conforma y perdura en relaciones y prácticas que por sus acciones omiten las fronteras jurídicas de los Estados-Nación, hablaré de la perspectiva transnacional enfocándome en sujetos transmigrantes en el estudio de caso de las dos rancherías. Utilizaré pues, grosso modo los estudios transnacionales como base teórica y metodológica. Además, este debate obliga a ser por demás cautelosos en cuanto al posicionamiento empírico, ya que ni todos los que poseen un VPE en México son campesinos/migrantes, ni todos los migrantes se mueven de la misma forma, y mucho menos viven del mismo modo los tiempos y los espacios.

Según Arango (2003) "la comprensión de las migraciones ha experimentado un progreso considerable. Sin embargo, el avance en este terreno se debe más a la investigación empírica, a menudo divorciada de teorías" [...] "La profusión de formas y procesos, que constantemente revela la investigación empírica, y el dinamismo que manifiesta una realidad en continuo cambio, contrasta con las limitaciones del arsenal teórico disponible". Entonces la realidad del escenario migratorio es cada vez más compleja y versátil. El mismo autor agrega, "las migraciones son demasiado diversas y multifacéticas y muy variados los contextos en los que se producen como para que una única teoría pueda explicarlas". De esta forma, el estudio de la movilidad distinguida desde los vehículos para el proceso de construcción del campesinado/migrante es transcendental, no sólo como espacio construido por la vinculación de la movilidad en tiempos y espacios, sino también como un derecho inalienable del sujeto migrante. Es donde el trabajo empírico, derivado de los estudios transnacionales puede contribuir a desentrañar la movilidad del campesino migrante.

Definiré al transnacionalismo como procesos y prácticas económicas, políticas y socioculturales configuradas en una lógica de más de un Estado-Nación y caracterizado por el cruce constante de sus fronteras jurídicas. Un conjunto de procesos por los cuales los migrantes crean y mantienen relaciones sociales multidimensionales que vinculan las sociedades de origen y de destino. Para Basch etal., (1994) el transnacionalismo está enmarcado en los procesos que los migrantes desarrollan en un campo social que conectan al país de origen y al de llegada. Los migrantes que desarrollan este campo social son llamados transmigrantes. Los transmigrantes desarrollan y mantienen múltiples relaciones -familiares, económicas, sociales, organizativas, religiosas, y políticas-, sobrepasando las fronteras. Estos transmigrantes deciden acciones, toman decisiones, sienten las incumbencias, y desarrollan identidades, dentro de las redes sociales que los conectan a dos sociedades de vidas simultáneamente. Kearney (1994a) define la transnacionalidad como una articulación de modos de producción en lugares distintos, además de un desvanecimiento de las fronteras de los Estados-Nación. Cabe decir que estas definiciones son pioneras, que sirvieron de base para que después numerosos teóricos depuraran el conocimiento de este fenómeno hasta hacerlo más completo, de manera que la vida transnacional también comprende espacios de reorganización de todo tipo en las relaciones sociales, desde ámbitos globales como los asuntos relacionados con las naciones y la ciudadanía, hasta ámbitos individuales como la creación de otras relaciones de género y su praxis (Morales, 2004).

Comprendo que la perspectiva transnacional explica que si bien el fenómeno no es nuevo, es una novedad el enfoque, la forma de afrontar desde la teoría y la metodología este fenómeno. Esta perspectiva propone una compresión analítica que obliga a su estudio en localidades de países de origen y destino -en algunos estudios hablar de origen y destino puede ser problemático, estudios como por ejemplo las comunidades transnacionales2 -vinculadas a través de todo un complejo cúmulo de relaciones que cruzan cotidianamente la frontera jurídica.3 Suárez (2007) hace énfasis en la complejidad del concepto de transnacionalidad el bien y mal uso, y sobre todo, la amplitud de su fuerza y sus carencias. El fenómeno transnacional parece ser tan complejo por su misma condición, es decir, ¿cómo visualizar y acotar para poder uniformar teórica y metodológicamente la producción académica? Sin duda, la cuestión no es fácil, si analizamos el enorme espectro transnacional desde los ámbitos económico, político y sociocultural, disciplinas e incluso enfoques geopolíticos. Sin embargo, la forma de mantenerse y consolidarse como un espacio transnacional aun con las distancias geográficas, hace necesario hablar de Smith (1995) teórico que propone que la tecnología y los medios de comunicación son necesarios para articular esos espacios entre los Estados-Nación, y para insertar la migración a los modos de producción internacional (Smith, 1995), y Besserer y Cruz (1999) hacen énfasis en el transporte y la función de inmediatez que brindan los medios de comunicación.

En cuestiones de transnacionalismo se hace énfasis también en los elementos simbólicos que cruzan las fronteras ya que, por un lado, es más fácil imaginar el flujo de remesas, o una compañía multinacional operando desde un Estado-Nación a otro, que por caso contrario, sentimientos, símbolos y relaciones de poder, es ahí donde la transnacionalidad encuentra su nicho de análisis más complejo, -en aspectos intangibles- ésto rompe la concepción tradicional de una cultura establecida en un tiempo y espacio, como sistema social acotado. Así, en el análisis de la nacionalidad, por ejemplo, "comprenderla como un constructo sociocultural permite a su vez romper con nociones territorializadas de cultura, abriendo camino a las más recientes investigaciones antropológicas y geográficas sobre la redefinición del concepto de espacio en contextos como el actual capitalismo tardío" (Gupta y Ferguson, 1992, citados por Suárez, 2007).

Así mismo, desde la Antropología existe un complejo análisis en cuanto a las valorizaciones y condiciones sociales que los objetos poseen en un espacio transnacional, por ejemplo un vehículo. Los objetos tienen signos dentro de códigos establecidos socialmente y éstos expresan relaciones sociales (Lima, 1990). Estos objetos llegan a tener enormes simbolismos, y en los estudios transnacionales han sido cada vez más recurridos. Judith Boruchof (1999) analiza cómo los objetos pueden orientar lugares específicos distribuidos en dos o más territorios nacionales y participar simultáneamente en ellos. Aunque la autora explora el camino de los sentimientos y valores de objetos, y no el camino de la comunicación estos objetos, cuando trascienden las fronteras tienen esa capacidad de "comunicar", determinados valores sociales a interpretar por los implicados. Los transmigrantes se relacionan con el "movimiento" fusionando "tiempos" y "espacios"; este "movimiento" es una constante durante el "viaje", y en los casos donde las distancias son tan largas como para trascender los límites de los Estados-Nación, el "viaje" está condicionado por algún medio de comunicación, cuya conformación física es un objeto: llamémosle barco, avión, auto, teléfono celular, antena parabólica, Internet o una cinta de video. El sujeto transnacional se interrelaciona con el objeto y fusiona el "tiempo y el espacio". Sin intentar confundir el objeto con su función, estos dos están interrelacionados en la acción de comunicación. Cabe decir que este viaje no sólo implica el movimiento, ya que el transnacionalismo no es una cuestión simplemente de las personas que migran; más bien abarca una sociedad más amplia que no sólo incluye a los familiares de migrantes que nunca se han alejado de sus pueblos natales sino también incluye a las familias no migrantes y que no se movieron.

Clifford (1999) plantea el concepto de "cultura viajera" que consiste en dos modos de definir al sujeto de estudio, dentro de contextos amplios en que varios sitios están interconectados.4 Propone repensar términos antropológicos tales como identidad, cultura, tradición en términos de "viaje" en vez de entenderlos en términos de "campo", que se refiere a la residencia fija en una sola localidad relativamente autónoma y separada del exterior, una localidad del tipo aldea en donde Malinowski realizó su trabajo de campo. El campesino/migrante con su vehículo dentro de un plano transnacional, cruza conciente o inconscientemente las fronteras, además las relaciones no viajan en una sola dirección, más bien su estructura tiene múltiples direcciones y centros. A su vez, el "movimiento" de esta dispersión es ejercida por los vehículos y los medios de comunicación, por tanto, comprenderé esta transmigración entre los Estados-Nación a través de sus vehículos. Así, citando a Anderson, (1991) ¿cómo puedo hablar de una nación si está desterritorializada o bien se encuentra en el imaginario? o ¿cómo puedo hablar de un lugar?, si este parece no tener lugar sino fuerza de atracción, inversamente proporcional a la atracción territorial, a la gravitación del lugar y de la tradición (Augé, 1995). Asimismo, ¿cómo hablar del espacio?, si podemos fusionarlo en dos o más espacios. También ¿qué es la migración transnacional o transmigración?: circuitos, referencias, espacios, comunidades, sociedades, redes, grupos, ámbitos, campos o formaciones. Todos estos son fenómenos complejos que relacionan tiempos y espacios, en un plano por demás complejo del movimiento. Cómo es posible que un vehículo provoque un conflicto de circulación dentro de espacios entre los Estados-Nación enfrentándolos contra los sujetos migrantes y sus propias referencias de estos espacios. Tanto el transporte (vehículo) como las comunicaciones están sujetas al control cultural de cada sociedad, esto trae un conflicto en México que lleva a una lucha abierta donde el control de éstos es factor importante para desatarla. Cassanelli (1991), propone la pregunta ¿cómo un objeto puede convertirse en el motivo político que origine conflictos? El debate está en quién tiene derecho y quién controla el objeto.

En este sentido el esfuerzo empírico por la compresión del fenómeno transnacional, en lo que se refiere a su análisis metodológico, pues la producción teórica está siendo altamente trabajada, en busca de explicaciones para satisfacer la realidad etnográfica, en este sentido los estudios de la migración internacional, en general de las diversas teorías y perspectivas, han involucrado el estudio de los objetos y sentimientos para contribuir a la compresión. Entonces, el transnacionalismo es una perspectiva más sensible a otros aspectos de la migración, que la compresión de las teorías migratorias clásicas no puede explicar e investigar desde sus planteamientos. La fuerza del transnacionalismo es la revisión epistemológica donde se están construyendo nuevas categorías.

 

De campesinos a campesinos/ migrantes internacional

El ser humano, con sus especiales modos de arraigo a la tierra, al espacio y al tiempo se piensa no sólo como un sujeto interrelacionado con el territorio por cuestiones de necesidad, subsistencia y factor de beneficio, trabajo o patrimonio, sino también tiene un complejo sentimiento de pertenecia e identidad que esta tierra le brinda. La condición de arraigo a la tierra dentro de una sociedad más amplia lo hace ser conocido como campesino, que vive bajo un sistema de producción, cuyo factor de producción está complejamente relacionado con el territorio, los recursos naturales y su unidad productiva es el hogar. Sin embargo, el concepto de campesino asociado con habitantes del llamado tercer mundo está en constante revalorización y reformulación, y ésto se debe a la capacidad de afectación que este colectivo vive desde que los grandes sistemas económicos mundiales lo han ido transformando. Según Meillassoux (1977), el enriquecimiento de los países capitalistas avanzados se fundamenta en la explotación de los menos desarrollados. La capacidad de los primeros es extraer la plusvalía de los segundos. Este autor distingue dos tipos de explotación laboral. El primero, capitalismo integral, que implica la presencia de un ejército de trabajo totalmente proletarizado, mientras el segundo, capitalismo imperialista, implica la presencia de trabajadores no proletarizados; aquellos que provienen de células organizadas o economías domésticas. En el primero el trabajador recibe un salario fraccionado en tres partes: el sustento del trabajador durante su periodo de empleo, el mantenimiento del trabajador en los periodos de desempleo y el remplazo del trabajador mediante el mantenimiento de su descendencia (reproducción). En el capitalismo imperialista el trabajador sólo recibe una parte de su salario: el salario directo que representa la reconstitución directa de su fuerza de trabajo. El mantenimiento y la reproducción del trabajo quedan resueltos desde la economía doméstica independiente y no capitalista. Piore (1979) en su teoría de los mercados segmentados o duales, explica que las migraciones internacionales se basan en una demanda permanente de mano de obra en las sociedades industrializadas avanzadas, produciendo una segmentación en los mercados de trabajo. Para este autor, la fuerza que impulsa la migración se debe a la atracción que hacen los sistemas de producción en las naciones receptoras, basándose en los diferentes lineamientos de división productiva para incrementar la atracción de mano de obra barata y en condiciones de aceptar la explotación. En este sentido la diferencia de los salarios no es la única explicación, pero sí una motivación de gran peso para migrar, sobre todo analizando desde el punto de vista campesino, donde las diferencias de salarios y beneficios son grandes, además de que tradicionalmente la migración de campesinos mexicanos hacia EE.UU., ha fluctúado entre temporadas, lo que los campesinos pueden vincular con las temporadas de cultivo y cosecha en México con la participación del núcleo familiar; además de vincularlo también con ciclos religiosos.

El desolador panorama de la situación laboral en México los alienta a pensar en los beneficios de trabajar por un salario que, al enfrentar los tiempos y espacios, pueda ser factor de beneficios. Así, los migrantes piensan en tiempo de trabajo y la diferencia de salarios en los dos espacios, el cambio de moneda y los gastos en uno y otro. El trabajo a realizar es mal pagado, inestable, peligroso y a veces degradante; sin embargo, la ecuación de tiempos y espacios asociados al trabajo y salarios hacen soportables estas penurias. En el discurso de los migrantes con más de tres décadas, las razones que los movían a migrar eran simplificadas en cuestiones de tiempos y espacios relacionados con el trabajo y los salarios. El mérito de la teoría de los mercados segmentados es sustentar los factores de atracción y la base económica creada en las naciones atrayentes; en este sentido, se analiza la existencia de trabajos inestables y de baja productividad, el por qué los trabajadores nativos rechazan ese tipo de empleos y salarios, el por qué no se da un aumento de salarios para atraer la mano de obra nativa, el por qué los trabajadores procedentes de países pobres y en desarrollo están dispuestos a suplir esa mano de obra y, por último, porqué esa mano de obra no se suple con mujeres y jóvenes nativos, sino con migrantes (Arango, 2003).

En el caso especifico de México, con las políticas económicas adoptadas por los gobiernos en las ultimas siete décadas, una gran parte del campesinado se ha internacionalizado, a raíz de la Segunda Guerra Mundial con la firma del Programa Bracero 1942-1964, asentándose como una política agraria y económica el capitalismo de tipo imperialista. La vida de miles de campesinos giraba en torno a la estadía física o simbólica en dos o más Estados-Nación. Este programa marcaría el éxodo y preferencia de los mexicanos por trabajar fuera de nuestro país. Aunque en las primeras décadas del siglo XX ya había un convenio para trabajadores mexicanos en EE. UU. para la construcción del sistema ferroviario; fue con el Programa Bracero que se inaugura un nuevo periodo de la migración internacional hacia los EE. UU., transformando radicalmente el patrón migratorio, que dejó de ser familiar, de larga estancia y dudosa situación legal, para convertirse en un proceso legal, masculino, de origen rural y orientado hacia el trabajo agrícola.5 (Durand, 2007).

Es necesario comprender la relación que el momento histórico mundial tenía en torno al capital internacional y la mano de obra. En este sentido retomo de Besserer (1999) el análisis de ambos y su relación. El capitalismo se ha integrado en corporaciones multinacionales que son fórmulas supranacionales donde ni el capital, ni su administración tienen nacionalidad específica: el capital internacionalizado se establece financiera, productiva y mercantilmente en países donde pueda llevarse a cabo una rápida expansión, resultando una internacionalización del consumo. De esta forma, el capital internacionalizado centraliza el control y los beneficios, y por otro traslada a regiones que le permitan mayores utilidades combinando formas de explotación absoluta y relativa. El capital se internacionaliza, pero también lo hacen las fuerzas de trabajo, las cuales pueden presentar otras condiciones identitarias6, como las de clase. También el capital subordina las economías nacionales imponiéndose una división internacional del trabajo ajustándose a estas los Estados-Nación.

Las necesidades económicas de millones de mexicanos los motivaron a salir del país en busca de formas por generar mayores ingresos. Esta aplicación diferencial, junto con la sobrepoblación relativa coloca al trabajador de los países en desarrollo en condiciones muy propicias para la superexplotación y como resultado el capitalismo imperialista logra grandes beneficios, asimismo, la transferencia de la fuerza de trabajo desde el sector no capitalista hacia la economía capitalista se realiza de dos maneras... el éxodo rural y la organización de las migraciones temporales Meillassoux (1977). Palerm (1997) argumenta que el éxodo rural se ve como una fase de acumulación originaria consistente en la captación de campesinos expropiados de sus medios de producción -privados de accesos a la tierra- a los grandes centros de producción capitalista donde son empleados. Puesto que los campesinos despojados eventualmente se arraigan definitivamente en el medio capitalista -se proletarizan- la oportunidad de explotación extraordinaria es pasajera. Una vez arraigados los campesinos reciben un salario completo similar al capitalismo integral, y como resultado el capital pierde la oportunidad de extraer de ellos una alta tasa de plusvalía. Las migraciones temporales, en contraste, permiten al capital mantener las condiciones más ventajosas y redituables de extracción de plusvalía. Cuando terminan su periodo de trabajo regresan a sus lugares, donde logran la reproducción mediante la combinación del salario devengado con otros ingresos -dinero y producto- generados independientemente desde la economía doméstica. Asimismo, y de esta forma el desplazamiento del trabajador a los lugares de trabajo no permite la captación de salarios de otros miembros (mujeres, niños y ancianos) así están en la esfera de la producción no capitalista. Preservar la economía doméstica no capitalista, combinada con el eterno retorno de trabajadores al lugar natal es la base sobre la cual el capitalismo sustenta la superexplotación. Esta superexplotación experimentada en el campo mexicano condujo a un ir y venir de sujetos que se transformaban hacia un binomio de campesino y migrante, que con la experiencia a cuestas intentaban mejorar su vida. Por un lado, el reclamo de trabajar su tierra en México, y por otro el de obtener un salario y beneficios cada vez más justos como jornaleros migrantes en EE. UU.7

Varios autores coinciden en que el proceso vivido en México durante el Programa Bracero consolidó una forma de vida a costa del trabajo y vivir en dos espacios. A la par que existía un programa reglamentado entre las naciones, había una movilidad de trabajadores campesinos que se insertaban por sus propios medios en estrategias de migración, viaje, residencia y trabajo, manteniéndose al margen de los requisitos normados por los gobiernos. De esa forma, el éxodo resultó común para el programa movido por campesinos/migrantes internacionalizados por "las reglas" y el amparo del los Estados-Nación, pero también para un número mayor de campesinos/migrantes que se movían fuera de esa regularización, motivados por el mismo Programa. Todo esto conformó un complejo proceso de redes y vínculos aún presentes. Por ejemplo, en México, algunos gobernadores, como el de Guanajuato se quejaban de la falta de mano de obra en sus entidades y culpaban al Programa bracero; mientras que en EE. UU. sucedía exactamente lo contrario: un excedente de mano de obra barata desplazaba al trabajador local, bajaba los salarios y los migrantes eran, en algunos casos, utilizados como esquiroles, enfrentándolos con los nativos (Durand, 2007).

En el caso de México esta formulación de lo que es ser campesino comenzó a transformarse a partir de que el capital internacional modificó las zonas de vida y trabajo tradicional. Asimismo, el agro estadounidense obtenía material técnico sofisticado, y eso permitió a los campesinos migrantes entrar en dinámicas diferenciadas en cuanto a las forma de producir, incluyendo la mecanización del proceso (Martín y Olmstead, 1985; Friedland y Barton, 1975).

No sólo fueron los efectos de las fuerzas de expulsión y atracción explicadas en la Teoría de los mercados segmentados de Piore, motivadas por las diferencias de salarios bajo el análisis de los sistemas de capitales y su incursión en los modos de producción del capitalismo integral e imperialista; también fue a partir de este proceso histórico migratorio que los campesinos internacionalizados crearon sus propias estrategias y vínculos, lo cual alimenta la discusión sobre las formas en las que los sujetos hacen frente a la compleja realidad motivada por esas fuerzas de expulsión y atracción. A partir de ésto es necesario puntualizar la teoría de redes. Para Massey et al. (1998) las redes migratorias pueden definirse como un conjunto de relaciones interpersonales que vinculan a los migrantes retornados o candidatos con sus parientes, amigos y compatriotas, tanto en origen como en destino. A través de éstas se transmite información, sueños, imaginarios y estrategias, que pueden beneficiar y ayudar el proyecto migratorio. Asimismo las redes pueden verse como otras formas de capital social, en la medida en que se trata de relaciones sociales que permiten el acceso a otros bienes de importancia económica, como el empleo y mejores salarios (Arango, 2003). Una vez que la migración internacional se institucionaliza a través de la formación y conservación de las redes, se puede adquirir independencia y movilidad propia, fusionarse e incluso crear otra nuevas, siempre siguiendo la dinámica de reducción de costos y riesgos e incremento de los beneficios. Los campesinos mexicanos que fueron internacionalizados masivamente desde el Bracero fueron formando redes y, atraídos por la diferencia de salarios y las narrativas de los retornados, crearon una estrategia de trabajo a costa de la vida migrante. Cabe destacar la acción por demás importante en estas redes, de las políticas de los Estados-Nación al implementar un programa de estas condiciones, complementando factores institucionalizados jurídicamente de incentivo y atracción de la migración.

El campesino/migrante se ha desespacializado y ha trascendido los límites de los Estados, asimismo los del trabajo, versatilizándose (diferentes empleos), y puede estar en el campo en EE. UU. pero también en México, así como en el comercio, la construcción, los servicios y otras actividades, pero ésto no los descoloca como sujetos campesinos, pues en su memoria (imaginario) individual y colectivo esta es una actividad que aún realizan. Esto queda comprobado en los ciclos migratorios con respecto a un calendario campesino basado en lluvias, también en las prácticas culturales y religiosas.

Todos sabemos de varios trabajos, porque en el campo se aprende de mucho, entonces cuando estoy en EE. UU. busco trabajo en el campo o en la construcción, pues se relacionan en la forma de trabajar en México, aunque en EE. UU. el trabajo de campo es mucho más técnico y con máquinas (Entrevista, Jorge, Localidad: La Luz Texas. México, 2004).

Yo llegué a trabajar a un rancho en Texas, alimentando a las vacas y después de ahí me moví para la ciudad de Houston junto al estadio de los astros, trabajé en un restaurante (Entrevista, Armando, localidad: Santa Anita, México, 2004).

Como campesinos se han internacionalizado y adquirido otras experiencias, diversificándose donde pueden ser campesinos, obreros o desarrollar otro oficio, como albañiles, plomeros, o en los servicios. Su capital cultural, basado en la experiencia migrante y las redes les ha servido, pues la subsistencia familiar ya no es sólo la brindada por el campo, porque éste ya no satisface sus necesidades, por ello echan mano de otros ámbitos productivos, sin dejar el campo, que en ocasiones resulta una labor específica de algún o algunos miembros como mujeres y niños. Lo interesante es cómo el vehículo se ha incluido en estas actividades diversas pudiendo ser factor de realización y de vinculación de esos espacios donde las redes funcionan; así por ejemplo, cuando los hombres migran y a su regreso traen consigo un vehículo, comprado y llevado con la idea de que será usado por una mujer en labores del campo. En muchos aspectos el vehículo ha contribuido a dejar el espacio meramente doméstico de la mujer, y además le ha dado una oportunidad de captar ingresos, aspecto que abordaré más adelante.

Una de las premisas principales del capitalismo actual es la libre circulación de mercancías en un mercado global, y las bajas restricciones para que la mercancía circule. Las cadenas globales de mercancía pueden entrar a México con productos extranjeros que en muchos casos desplazan a los nacionales, causando problemas a la economía interna, pero ¡si un migrante decide comprar e introducir al país un vehículo que le movilizará y ayudará en su trabajo, no le está permitido!, bajo el discurso oficial de que dicho vehículo desplazará a los nacionales y beneficiará a la producción extranjera.

 

El conflicto por la movilidad y control del campesino internacionalizado

En México, las luchas agrarias desde la contienda por la posesión y derecho a la tierra han demandado también el derecho a la propiedad del trabajo desde el inicio de la Revolución mexicana.8 Esta propiedad los hace merecedores de atributos que puedan contribuir a su pleno desarrollo como sujetos. Comprendo la propiedad del trabajo como todos los elementos materiales e inmateriales que propician el desarrollo integral de las y los campesinos, respetando sus principios de trabajo con base en su cultura, tradiciones y cosmovisiones. Estos deben ser elementos que los campesinos detecten como el resultado de una introspección como sujetos y como grupo, es decir las demandas y elementos necesarios para su preservación.

En el documento Derechos Campesinos formulado en abril de 2002, que busca crear una Convención Internacional sobre el Derecho de los campesinos CIDC9 para que ésta sea aceptada por la ONU, se hace énfasis en las problemáticas y debilidades que enfrentan los campesinos ante las políticas económicas globales, impuestas con el consentimiento de diversos Estados. En el Articulo IV, que habla sobre derechos a capital y los medios de producción agrícola, se especifica: "Los campesinos y campesinas y sus familias tienen derecho de obtener los materiales y herramientas necesarias para la agricultura", asimismo, el Articulo V, El derecho al acceso a información y tecnología de agricultura, argumenta: "Los campesinos y campesinas y sus familias tienen derecho a obtener herramientas, producción y otras tecnologías eficientes que beneficien a los campesinos sin ignorar los valores étnicos-sociales" (Vía campesina, 2002). De esta forma, los campesinos del tercer mundo han detectado los principales problemas de su situación, y comprenden como una demanda fundamental elementos que mejoren integralmente su postura. Cabe destacar que los Artículos IV y V hablan sobre elementos materiales, herramientas y tecnológicos, para satisfacción de sus medios, y sobre este asunto percibo que la comprensión de la propiedad del trabajo en el caso mexicano cambió con la experiencia de vida y trabajo en EE. UU. Los desplazamientos fuera de sus lugares de origen los transformaron en migrantes temporales al servicio del capital internacional. Al dejar sus lugares de origen también abandonaron sus tierras como principal factor de producción masculina, y ésta fue reclamada como espacio de trabajo femenino e infantil. De esa forma, se relacionaba el trabajo masculino de jornalero migrante por temporadas, con el trabajo femenino e infantil en el lugar de origen (pero la unidad familiar participaba de la producción desterritorializada del campo, en dos espacios donde la vida migrante tenía presencia) propició en el campesinado la necesidad de transporte convirtiéndose en una demanda asequible con la vida campesina internacional. Para algunos campesinos del Bajío mexicano10 una razón para migrar fue la idea de comprar un tractor o camión para trabajar en el lugar de origen.

El derecho a la posesión de la tierra trae consigo la vida digna a costa de ella y su desarrollo para el bienestar de su familia. Sin embargo, ¿es válida la internacionalización del capital y la libre circulación de mercancías?, ¿es válida la internacionalización de la mano de obra, pero no los vehículos que la mano de obra campesina trae consigo? ¿es válido traer objetos y dinero, pero no vehículos? El Estado mexicano y las políticas que obligaron a migrar a millones de campesinos condenándolos a ganarse el sustento a costa del sacrificio social y familiar, ahora prohíbe el uso de sus vehículos a pesar de ser estos trabajadores quienes aportan el segundo ingreso nacional mediante las remesas. Sobre este tema acentúo mi postura, cuando me refiero a la sonrisa y buena acogida que se le da la estadística que marca el porcentaje de remesas que los migrantes envían desde EE. UU. a México cada año, en contraste con el enojo cuando se habla del número de vehículos que transladan a México. Para esto su dinero es completamente bienvenido, sin importar el sufrimiento y lejanía individual, familiar y social. Pero sus autos no lo son.

 

Autos ilegales en México

Intentaré dar la información más reciente que obtuve, puesto que la discusión sobre autos ilegales no es un caso cerrado. El primer conflicto por este motivo se dio en 1952, cuando se llevó al cabo la primera regularización de VPE,11 según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA). A partir de ese momento la situación se ha arraigado y crecido. La AMIA estima que el número de VPE que circulan en el país; era en 1992 entre 600 mil y 700 mil, pero para 2001 circulaban entre 1.5 y 2.5 millones (Zuñiga, 2001).

El auge de la introducción de VPE a México fue a raíz de la década de 1980 a causa de la Ley Simpson-Rodino durante el gobierno del presidente Reagan, la que permitió obtener permisos de residencia, licencias de conducir y más beneficios. Con esto, el ir y venir fue más fácil. Según cálculos de la AMIA, en México circulan alrededor de 2.5 millones de autos ilegales, y hay ciudades en que suman 10 por ciento del parque vehicular. En el año 2000 se autorizó la importación de camionetas pick-up con 10 años de antigüedad. Como resultado, en ese año entraron aproximadamente 900 mil unidades de este tipo; más de las que han vendido las distribuidoras de autos nuevos en los últimos cinco años. Asimismo, la venta de camionetas pick-up compactas decayó y se prevé que esta tendencia se acentúe. En EE. UU. circulan alrededor de 210 millones de autos, de los cuales se desechan anualmente 10 millones, que tienen en promedio nueve años de uso. Mientras en ese país se venden cada año 18 millones de autos nuevos, en México apenas se colocaron 800 mil unidades en 2000. México fabricó en 2007 dos millones de autos, de los cuales exportó 1.5 millones. La situación se agravó con los decretos de legalización de 2005. Según la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores AMDA; de octubre de 2005 a octubre de 2007 ingresaron 2.7 millones de vehículos usados al país, bajo el amparo del decreto que firmó Vicente Fox para adelantar la apertura de unidades con hasta 15 años de antigüedad; mientras que la industria nacional produjo 1 149 000 unidades en 2006 (Gaceta del Senado, 2008).

El diagnóstico económico para las pérdidas y captación de beneficios en México es bastante pesimista. La industria automotriz contribuye en el sector manufacturero con más de 15% del PIB, con 17% de las exportaciones, con 13% de empleo y personal ocupado; pese a ésto la caída de las ventas de automóviles en 2008, en el mercado nacional, fue 17.1%, el más fuerte en los últimos cinco años. Según la AMDA hay tres factores importantes para la disminución de la venta y producción de autos en México: el primero es la entrada indiscriminada de VPE que siguen atrayendo a millones de consumidores por su bajo precio, aunque no existe un control riguroso de las condiciones mecánicas, y por ende de sus emisiones contaminantes.12 El segundo es la baja en los precios de los autos usados de origen nacional, que son un gran atractivo pues llegan a depreciarse hasta 30%, lo que es muy atrayente para el consumidor que puede obtener un vehículo en buenas condiciones, de años recientes y con la garantía de encontrar refacciones dado que se vende en el país; y tercero, la sobreexplotación de la banca hacia el consumidor ofertando en los medios publicitarios campañas para pagar sin intereses con tarjeta de crédito y a plazos de 12 meses. Esta campaña ha generado consumidores insolventes que no pueden ya gozar del crédito pues han abusado de éste durante todo el año y no pueden comprar un auto nuevo a plazos. Así, por ejemplo, Volkswagen cayó en ventas en el mercado interno 16%, y Chrysler 11%. La caída de 17.1% en marzo de 2008 es el anuncio más negativo de los últimos años. También la desaceleración económica de EE. UU. comienza a hacer sus estragos en México (Roy, 2008). De esta forma, se comprende que en la problemática de la baja productividad y venta de autos nuevos en México, los migrantes con VPE sólo son una parte de un problema mucho más complejo.

En 2008 se estima que el parque vehicular en México, para el período 1972 a 2008, sería de 22 892 134 automotores, de los cuales 15 130 089 (66.09%) corresponderán a vehículos legales, 2 568 690 (11.22%) a unidades que serán regularizadas, y 5 193 355 a unidades ilegales (22.68%). De acuerdo con el estudio "DeMelgar Asociados-Estadística de la Población de Vehículos en México Edición 2008, el parque vehicular en el país tiene tres vertientes, creadas naturalmente por los tres tipos de vehículos (legales, regularizados e ilegales), lo que lleva a tener automotores demasiado viejos en circulación. El estudio de DeMelgar concluye que la entrada en vigor del decreto para regularizar vehículos de procedencia extranjera en el marco del TLC, así como la apertura del mercado automotriz en 2009, provocará un fuerte impacto en las ventas de automotores legales, lo que puede dañar seriamente esta industria en el país, y por ende a la economía nacional (DeMelgar, 2008).

En este sentido se habla de problemas de todo tipo relacionados con los VPE: el debate se coloca en dos líneas que tratan de explicar el conflicto; por un lado, todos los aspectos económicos relacionados con la producción de la industria mexicana en general, la industria manufacturera y la creación de empleos, así como la captación de impuestos; y, por otro lado, otras problemáticas que tienen que ver con aspectos más sociales y hasta ambientales, donde el discurso oficial pretende convencer a la población de rechazar una supuesta compra ilegal, buscando alternativas legales para su importación en el marco de los convenios de apertura del TLC, pero también desprestigiando a los vehículos así como a sus dueños, argumentando su contribución a la contaminación ambiental, su uso para cometer delitos y, en suma, burlarse de las leyes mexicanas, argumentando una ofensa contra los vehículos legales y sus dueños. Sobre esto, de el año 2000 en adelante, en televisión nacional eran constantes los anuncios sobre el tema, haciendo énfasis en su uso para el delito y el consecuente daño a la nación.

Pero en 2008, ante lo complejo de la problemática, la presente legislatura del Senado de la República ha manifestado su preocupación pero, a diferencia del 2000, cuando el discurso estaba enfocado directamente a los VPE y sus dueños, ahora se presenta más amplio el reclamo y se comprende que todo es parte de un problema mucho más integral, en el que los gobiernos en turno han tenido una irresponsabilidad descomunal. El Senado comprende que el 1 de enero de 2009 es una fecha determinante para la economía mexicana. Sin embargo, esto es meramente responsabilidad del ejercicio político de los gobiernos, y no de la población civil. Sólo pueden responder quienes tienen los medios posibles ante acuerdos hechos de manera poco responsable en el marco de un TLC absolutamente desigual. De esta forma, el Senado afirma que actualmente el país se ha convertido en el tiradero de vehículos de EE. UU., generando inseguridad pública y jurídica, deterioro de la calidad del aire, una baja recaudación fiscal y caídas en las ventas internas y exportaciones de la industria. La entrada de autos chatarra genera más de 10 millones de toneladas de CO2 al aíre (...) De no encontrarse mecanismos de control, el mercado automotriz mexicano tendrá un fuerte deterioro, ya que en 2009, tal como se pactó en el TLC,13 México permitirá la libre entrada de autos usados de EE. UU. y Canadá, es por tal motivo, que no debemos permitir que entren los vehículos que no cumplan con las condiciones físico-mecánicas ni ambientales (Gaceta del Senado, 2008).

En lo que concierne directamente al campo mexicano, el uso de VPE es en camionetas y camiones, que los migrantes y otros usan para desarrollar sus actividades de producción agrícola, ganadera y comerciales, ante lo difícil que resulta comprar un vehículo en las agencias. A este respecto los campesinos migrantes no adquieren un vehículo que pueda resultarles problemático o lujoso, ya que éste es una herramienta de servicio, ellos piensan en el costo y la funcionalidad a corto plazo, a pesar de que quizá años más tarde sean inservibles. Sin embargo en México, país donde la pobreza es muy alta y las soluciones son de corto plazo, un VPE puede ser una opción inmejorable; pues será mejor a lo que millones de campesinos puedan aspirar. Por lo anterior, la chatarrización a la cual se refiere el Senado es una situación muy relativa. Esto es constatado en mi investigación, donde un VPE, por muy deteriorado que esté, sigue siendo un capital económico que no puede desperdiciarse. Aun en el último de los casos, venderlo como chatarra es beneficioso. Y ante la situación de pobreza son ingresos no despreciables. Pero cuando un VPE se convierte en chatarra es rápidamente remplazado por otro VPE en mejores condiciones. Sin embargo, el anterior fue funcional y beneficioso por un tiempo aceptable, por la situación económica y lo bajo de su costo. La banalidad de los políticos hacia la comprensión de lo que es y significa un vehículo, aun en condiciones no óptimas, señala un total desconocimiento de la situación de la realidad campesina/migrante. Es fácil para los políticos y empresarios llamarlos chatarra, pues sin muchos problemas ellos tienen medios económicos para adquirir vehículos en buen estado. Sin embargo, para los campesinos migrantes y otros colectivos, estos vehículos son su única opción.

 

Estudio de caso: campesinos/migrantes y transnacionalidad

Según la propuesta teórico-metodológica de Renato Rosaldo (1989), la aproximación e identificación al sujeto de estudio y el analista ubicado y reubicado, se depende siempre, aunque de manera parcial, de la intersección de cultura y poder y, en ella, el investigador siempre porta identidades sociales múltiples, derivadas de la pertenencia a comunidades distintas de nacimiento, etnia, socialización, participación política, residencia, investigación y lectoría. Por ello quiero dejar claro que viví en la localidad de Santa Anita durante 10 años. En ese tiempo fui un migrante más, la vida era para y por el movimiento que la pulsación del Norte imponía, y a medida que fui creciendo para mi fue más evidente, hasta que años más tarde me abstraía, para ir a la ciudad de México y estudiar en la universidad. Luego regresé para realizar el trabajo de campo que aquí presento.

Santa Anita14 es una pequeña ranchería ubicada en las afueras del municipio de Celaya, Guanajuato; a dos kilómetros de distancia se encuentra la segunda ranchería de estudio de caso: La Luz Texas15 también perteneciente al municipio de Celaya. La migración ha ocupado un lugar estratégico en el sustento y mantenimiento de ambas localidades, en ellas existe una población fluctuante que varía en gran número a partir de los momentos y ciclos migratorios asociados a las temporadas en EE. UU. y las fiestas de México y ciclos de cultivos y religiosos; en temporadas de ausencia de migrantes sólo se ven mujeres, adultos mayores y niños, pero cada vez existen más niños con la nacionalidad estadounidense.

El paisaje cultural hace referencia a un espacio transnacional, ya que la conjunción y transportación de elementos culturales estadounidenses son muchos. Como lo expuso Boruchof (1999), la vida transnacional no sólo implica el movimiento de los que migran, sino también de los que nunca se mueven pero están completamente relacionados con el ámbito transnacional de tiempos y espacios.

La localidad La Luz Texas es muy famosa regionalmente por la afición al jaripeo, donde se busca hacer una festividad asociada sobre todo a la vida migrante. En los días de jaripeo cientos de camionetas con placas de EE. UU. desfilan entre música de banda, y el lujo en el vestir, muestra el beneficio de la vida migrante. Esto mismo se puede corroborar en las bodas y demás festividades donde la vida migrante asociada al uso del vehículo está presente. Después de largos periodos de ausencia de los varones, las mujeres se sienten atraídas por la ostentación y el derroche que practican los migrantes. Los letreros vehiculares en La Luz Texas, están escritos en inglés, usando expresiones como "one way"; pero esto no implica que exista un verdadero conocimiento del idioma inglés, sino más bien un efecto espacializador y temporal que codifica la condición de estos espacios en el ámbito transnacional. La asistencia a bailes nocturnos con VPE es un símbolo de estatus, que puede marcar la diferencia entre la realización y felicidad del esfuerzo del tiempo migrante. La educación escolar, asimismo, tiene relación con la vida transnacional, ya que los profesores deben enfrentar la deserción por falta de interés y problemas de idioma, por una verdadera apología de la migración en estas dos localidades, donde la niñez adquiere esos espacios y tiempos que hacen referencia al ejercicio de la migración a través de la vida cotidiana y doméstica, tanto en el ámbito familiar como en el comunal. Es por demás comprensible que sus aspiraciones se relacionen con las bases del éxito en un plano transnacional. Los profesores que no son de la localidad llegan en VPE y, asimismo, para la educación secundaria u otras, los alumnos utilizan en algunos casos estos vehículos.

Hasta aquí he establecido de manera muy general las condiciones de este espacio transnacionalizado en dos localidades, pero es mi interés enfatizar que esa es la realidad del momento histórico de esas dos localidades campesinas. Desde el Programa Bracero hasta hoy, los campesinos migrantes originarios de las dos localidades continúan migrando, pero su espacio de vida y laboral se ha internacionalizado hasta alcanzar el ámbito transnacional. Pues aunque la estructurada apología a la migración esté cimentada, no dejan de ser campesinos. Si bien la localidad de Santa Anita tiene una ausencia aproximada de 410 personas al momento del Censo en 2005, las personas que sí se encontraban en la localidad eran 858. Estas personas realizan labores domésticas directas, trabajo agrario, comercio y servicios. Lo mismo ocurre en La Luz, Texas, con una migración aproximada de 830 y una presencia de 1402 en la fecha del Censo.

Es decir, el campesinado de estas localidades se ha internacionalizado al migrar, pero también se ha deses-pacializado por necesidad del trabajo, por tanto, combinan las labores agrarias con otros tipos de empleos. El campo no les da lo suficiente para vivir y la estrategia de migración no permite, en todos los casos, crear un ahorro importante. Basaldúa (2000) explica que la estrategia de los campesinos del Bajío Mexicano ha consistido en combinar diversos factores culturales y económicos que les permiten convivir con el sistema capitalista, resistiendo a éste, para conservar las formas tradicionales. Las transformaciones que se están llevando a cabo en las ciudades industrializadas han alcanzado los últimos reductos, tradicionalmente agrícolas. La mano de obra rural se está incorporando de forma creciente a las fábricas; pero este proceso, lejos de desaparecer la cultura y la economía campesinas, ha empezado a apoyar su supervivencia. Los ingresos obtenidos en los talleres industriales se dirigen al sostenimiento de la unidad doméstica campesina que combina los ingresos de sus miembros asalariados con la obtención de productos elaborados en sus tierras. Aunque es una aseveración adelantada, parece ser que el beneficio mutuo entre la fábrica mediana y pequeña y la unidad doméstica campesina, es lo que permite la convivencia de estos dos segmentos productivos. A esto se aúna un extra derivado de la migración, sin llegar a ser excesivo, ya que los tiempos de migración entre ida y vuelta, traen consigo la descapitalización económica tanto en la ida como en el retorno. Estas localidades, entonces, están envueltas en un complejo proceso de producción en tiempos y espacios diversos conservando en la unidad familiar aspectos de tres tipos: campesinado tradicional, campesinado internacional y otros empleos, formando, por tanto, localidades transnacionales con características históricas muy precisas.

Presento el análisis de la unidad doméstica de una familia de Santa Anita (Familia González): el padre (58 años) antiguo migrante, ahora es campesino de temporal con muy baja productividad; necesita en ocasiones el dinero de remesas para la inversión en la siembra. La madre (55 años) se responsabiliza de las labores del hogar y se ocupa de un pequeño ganado y el campo, primordialmente trabajado por su esposo. Hija 1, (38 años, casada) dedicada al hogar, cuidar de sus tres hijos, vende productos por catálogo; su esposo es migrante. Hija 2, (36 años, casada) se encuentra en Arizona, con tres hijos, trabaja en una oficina postal, tiene papeles legales, dos de sus tres hijos son estadounidenses. Hijo 1, (35 años, casado) migrante con papeles legales, trabaja en una compañía de transporte en Houston, tiene cuatro hijos. Hija 3, (30 años, casada) tiene cinco hijos, esposa de migrante, trabaja en la fabrica de cosméticos Avon a dos kilómetros de distancia, su esposo regresa cada cuatro o cinco meses de Santa Bárbara, California. El hijo mayor de 13 años contribuye con el trabajo del campo junto con los demás hermanos asimismo, en ausencia de su madre, son cuidados por la abuela o la tía. Hija 4, (26 años, casada) trabaja en la fabrica de Avon, tiene un hijo, el hijo es cuidado por la abuela y la tía. Hijo 2, (20 años, soltero) migrante sin papeles, trabaja en el campo y los servicios en California, por temporadas. Regresa cada dos años aproximadamente. Hija 5, (17 años, soltera) estudia la preparatoria, se dedica al hogar, cuida a los sobrinos y trabaja en el campo.

De los 25 miembros citados en este análisis familiar sólo los 7 hijos que viven en EE. UU. actualmente (3 hijos de la Hija 1, y 4 hijos del Hijo 1) no están relacionados directamente con la vida del campo, pues han logrado, gracias a sus padres, vivir de otra forma y no a expensas de la vida agrícola como producto primario o complementario, pero los 18 integrantes del resto de la familia tienen una relación cotidiana con el campo, aun a pesar de trabajar en otros espacios. Incluso la Hija 1 e Hijo 1 siguen preocupándose por la tierra del padre. Ya no se definen a sí mismos como campesinos pero lo han sido, y volverían a recurrir a sus conocimientos del campo en su retiro. Entonces comprendo que la vida campesina no sale de su cabeza, a pesar de estar trabajando en otros espacios y especializaciones.

Esta familia posee cinco VPE, todas son camionetas, una de ellas está descompuesta, pero son utilizados para todo tipo de actividades. Cabe mencionar que quienes más los usan son las mujeres, pues tienen más presencia no sólo en la familia, sino en la localidad. En muchos casos son las mujeres quienes, en ausencia de los hombres, y para incorporarse a la migración, han logrado ocupar espacios públicos fuera de los espacios cotidianos de género permitidos antes a las mujeres. Al ocupar espacios públicos con beneficios económicos, las mujeres se desempeñan en labores como el manejo de tractores, carga pesada de forraje, transporte de animales y granos, trasporte de leche y derivados, y comercialización. Asimismo, con la independencia alcanzada en movilidad, se han integrado como asistentes de reuniones que anteriormente sólo eran presididas por varones, para expresar también su opinión. Todo este proceso ha contribuido a un empoderamiento (Morales, 2004) relacionado con la movilidad y el trabajo, por medio del uso del vehículo. El campesinado en estas dos localidades transnacionales no sólo se ha desespacializado en el contexto de las fronteras del Estado-Nación, sino también en las fronteras culturales y de género. Otra manera de empoderamiento es mediante el control o apropiación de espacios, lugares y movimiento (El lenguaje del movimiento)... salir no sólo implica dejar la casa: es ejercer el movimiento y desplazamiento. Salir de casa implica dejar los espacios domésticos, no sólo la casa propia de la mujer, sino más bien laborar en otras actividades que no sean atribuidas a la mujer, como lavar la ropa, cocinar, cuidar niños, etcétera (Townsend, 2002). Las nuevas practicas sociales de la mujer en la localidad, les han permitido empoderarse en el proceso de movilización modificando el significado de ser mujeres, compartiendo ahora con los hombres el espacio que socialmente se había acotado como dominio masculino (Morales, 2004). Pero este es un proceso que no sólo fue concebido por la acción de la mujer en ambas localidades, sino que la riqueza de la perspectiva transnacional nos hace comprender que depende de un proceso histórico, un proceso espacial en todos los espacios donde las y los miembros de estas localidades han migrado y construidos otras relaciones de poder, no solamente entre sujetos y Estados, sino entre géneros. De esta forma el campo se feminiza en práctica y política; sin embargo, un análisis más complejo podría llevar a la discusión de los beneficios reales de esta práctica histórica, para no dejarnos llevar apresuradamente y comprender que quizá es una mayor carga laboral para las mujeres, porque no resta otras cargas históricas, convirtiéndolas en sujetos con mayor trabajo y con beneficios no acordes con la exigencia.

En la localidad de La Luz Texas, hice un Censo, con un total de 187 VPE y 86 legales. De estos VPE 93 estaban afiliados a organizaciones campesinas que defendían el derecho de circular con este tipo de unidades. Aquí, y en el ámbito nacional el conflicto es complejo, desde la pregunta ¿quién tiene derecho a circular? Considerando el trabajo de campo no todos los vehículos que existen en La Luz Texas fueron traídos desde EE. UU. Un número menor fue comprado en las inmediaciones del estado o en Celaya, adquiridos en lotes y mercadillos de VPE, pero asimismo, tampoco todos los migrantes que regresan lo hacen con vehículos. Entonces existe una oferta y una demanda no tan desproporcionada, ésto hace que aun con los costos en México, el vehículo resulte barato. En una entrevista realizada, resultó que una camioneta que costó 35 mil pesos, después de 8 años de trabajo rudo y arduo en labores relacionadas con la agricultura, se encuentra en malas condiciones sin llegar a ser inservible, por tanto, la inversión resulta sumamente favorable. En 2008, el entrevistado viajó a EE. UU. para trabajar, y su intención es regresar con una camioneta tipo Van con mejores características. Lo anterior indica que existe todo tipo de situaciones relacionadas con el campesinado y la migración, añadiéndole características únicas actuales; y gracias a la labor etnográfica se pueden desentrañar aspectos que otros estudios dejan de lado.

En el municipio de Celaya y en muchos otros estados de México existen lotes de venta y tianguis de VPE, en los que los vendedores pueden ganar cantidades importantes, pero ese no es un problema del campesinado mexicano; estos campesinos/migrantes se mueven según sus propias estrategias y expectativas utilizando todos los recursos narrados en este artículo, que sirven para comprender su problemática: el ejemplo narrado puede llevarnos a comprender que la migración es una estrategia siempre presente para un espacio de trabajo que no tiene fronteras insuperables, el contexto transnacional por la lucha de la movilidad como propiedad del trabajo ha fusionado la significación de origen y destino para obtener de este espacio total transnacional todos los elementos necesarios. La tierra se encuentra en México, la familia y sentimientos también; sin embargo el dinero y trabajo están en EE. UU. Las dos localidades analizadas aquí han comprendido ese accionar y se desarrollan dentro de él, y como ejemplo está la forma en la cual esta apología de la migración se reproduce generacionalmente. El gobierno mexicano los obligó a vivir de esa manera, y ahora no pueden despojarse de ella aunque "violen" la ley con sus autos, y supuestamente afecten la economía nacional. Ellos cuidan su economía familiar, ya que el Estado no lo hace.

La compleja relación entre el vehículo y el espacio transnacional es enorme, se presenta en todos los ámbitos de la vida, pues son indisociables, al conformarse con la idea de movilidad. Así pues, por ejemplo, en las celebraciones de diciembre en la localidad de Santa Anita, y al finalizar la misa de nochebuena y de año nuevo, el cura sale de la iglesia para bendecir los vehículos. Este ritual ayuda a comprender no sólo a los sujetos campesinos/migrantes y su relación vital con la movilidad, sino a la misma transnacionalidad, donde el vehículo subraya que el espacio es un referente complejo que puede ser movilizado; situación por demás interesante en este momento histórico.

 

Conclusiones

Es imposible disociar al campesino/migrante de su capacidad de movilidad, que ya está completamente relacionada con su existencia, y el factor para ejercer esa movilidad son los vehículos y los medios de comunicación. El proceso histórico de espacialidad entre los dos Estados-Nación conformó un tipo de sujeto que fue capaz de hacer frente a las demandas impuestas por el momento histórico y por su propia situación de vulnerabilidad frente al capital. Este sujeto incluyó el vehículo como factor de movilidad, pudiendo estar presente en dos espacios y tiempos, pero además introspectivamente como una forma de ideal de progreso, por medio del justo reclamo a su propiedad del trabajo; ya que el mantenimiento y reproducción de la unidad familiar campesina corre directamente a cargo de la vida en los dos espacios y tiempos, y ninguno de los dos Estados-Nación se responsabiliza de esto.

Como se muestra en este estudio el Estado-Nación mexicano ha actuado sin cautela hacia el grueso de la población campesina, y las políticas económicas impuestas están siendo rechazadas. Al problema de la relación económica con nuestro vecino del norte se extiende un enorme abanico de situaciones, y los vehículos ocupan sólo una pequeña parte, en la cual los campesinos no tienen responsabilidad alguna, ya que sólo han respondido con sus propios medios a una situación de desprotección absoluta; mientras los líderes y los políticos en turno han aprovechado al campesinado para obtener beneficios. Durante décadas los obligaron a migrar, los orillaron a tener baja productividad, les asignaron incentivos nulos o insuficientes, y no atendieron otros problemas que afectan al agro mexicano. El costo social ha sido grande, y afecta al sostenimiento de la nación. El migrante es sujeto, es origen y destino, y es imposible despojarlo de esa consideración, a menos que el gobierno mexicano construya otro muro para evitar que traigan sus sueños de regreso.

 

Agradecimientos

Becario de Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo. AECID 2006-2009. Agradezco las valiosas reflexiones, comentarios y revisión de la Mta. Ivonne Posada Cano. Esta investigación es el resultado del trabajo de campo realizado en dos localidades del municipio de Celaya, Guanajuato en México y en la localidad de Sterling, Virginia, Estados Unidos. Durante los años 2004-2006, realizando charlas informales, entrevistas y observación participante. Realicé una etnografía multilocal donde apliqué la metodología propuesta por Marcus, siguiendo "la cosa u objeto" (vehículo, teléfono, carretera, etc.), "la persona" (individuo, migrante) y "el suceso" (migración, las fiestas, los ritos, trabajo) además de rastrear biográficamente a los vehículos y sus dueños, (Marcus, 2001).

 

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Notas

1 Utilizaré durante todo el escrito el concepto de Vehículos de Procedencia Extranjera VPE y no el de vehículos ilegales, haciendo énfasis que su procedencia antecede a su supuesta ilegalidad.

2 Una de las consideraciones de las comunidades transnacionales es que el origen y destino son ambiguos, ya que todo el espacio pertenece en la práctica a la comunidad; entonces el análisis de origen y destino es parte de un todo. A esto también contribuyen las investigaciones sobre la multicentralidad y multidireccionalidad de las comunidades transnacionales. (Besserer, 2004; Morales, 2003).

3 Hablo de la frontera jurídica, ya que los estudios postcoloniales ofrecen una reflexión en torno del concepto de frontera, donde se exalta la existencia de fronteras simbólicas o culturales, igual o más difíciles de superar que algunas fronteras jurídicas que limitan los Estados-nación.

4 Con el término "residencia-en-viaje", Clifford (1999) propone un acercamiento de los estudios antropológicos que permite explorar los modos en que las personas que se mueven entre varios sitios construyen y representan sus prácticas culturales e identidades. Sostiene que no todos los viajeros comparten la misma experiencia de viaje. Las experiencias de la gente que vive en desplazamientos espaciales varían con el género, clases, razas, localización cultural / histórica y privilegio.

5 Obviamente había consecuencias negativas, pero aunque sufrían de explotación y las condiciones de vida no eran las más adecuadas, puede pensarse que eran mejor que incluso algunas en las que viven actualmente migrantes mexicanos en California donde habitan en cuevas con una desprotección total. Otra consecuencia negativa en los 22 años que duró el programa fueron cerca de 5 millones de campesinos que se movieron a la par de la contratación de manera indocumentada, completamente desprotegidas y sobreexplotada.

6 Kearney propone que la migración a través de las fronteras y dentro de un campo, provoca un cambio en la identidad como posiblemente en la posición de clase del sujeto que lo realiza (1999, 562).

7 Es el caso del líder chicano Cesar Chávez el fundador de la Unidad de los Trabajadores Agrícolas que, desde 1964, agrupó a los jornaleros migrantes, en su mayoría de origen hispano, para luchar por la mejora de sus condiciones laborales. César Chávez pertenecía a una familia de migrantes de origen mexicano empleados en el trabajo agrícola.

8 La Revolución mexicana (1910-1917), (1910-1921) representa un conjunto de revueltas agrarias que repartió tierras en plena insurrección armada, logró la Ley Agraria de 1915 y el pacto social fundante del Estado mexicano que se expresa básicamente en el artículo 27 de la Constitución de 1917.

9 Se busca presionar a la ONU para el proceso de producir la CIDC, Vía Campesina Regiones Sudeste Asiático y Este asiático son las fuerzas implementadoras dentro de Vía Campesina para considerar la importancia de organizar la conferencia Regional sobre Derechos campesinos. Durante la Conferencia Regional sobre Derechos campesinos de Abril de 2002, Vía Campesina formuló la declaración de los Derechos de los campesinos, como producto una serie de actividades, incluyendo un Taller sobre Derechos campesinos en Madean, Al norte de Sumatra en 2000; la Conferencia sobre Reforma Agraria en Yakarta en Abril de 2001; y la Conferencia Regional sobre Derechos campesinos en Yakarta, abril 2002. El texto de la declaración esta anexado a este documento. Esperamos el respaldo de todos aquellos preocupado por la lucha campesina. Como resultado de estas violaciones de los derechos de los campesinos, hoy en día millones de campesinos viven con hambre y sufren malnutrición. Esto no es porque exista escasez de alimentos en el mundo, sino porque los recursos alimenticios están dominados por las corporaciones transnacionales. Esta condición trae nuevos problemas a los campesinos. La salud de los campesinos y sus familias y el acceso a educación han disminuido. El campesino no tiene forma de protegerse y luchar por su vida y su rol político ha sido eliminado. (Texto integro del documento: "Derechos Campesinos" pag. 24-30. http://www.viacampesina.org/main_sp/images/stories/pdf/peasant-rights-es.pdf).

10 Información obtenida en trabajo de campo en Coroneo Guanajuato, 2005. Notas de campo. Proyecto: Mujeres y sus Proyectos Microempresariales y/o Generadores de Ingresos. Dos Experiencias en el México Rural del Nuevo Siglo. Responsable Mta. Olga Rodríguez.

11 En México los Vehículos de Procedencia Extranjera son comúnmente llamados "autos chocolate" termino despectivo usado por los medios de comunicación para hacer énfasis en su "ilegalidad".

12 Aunque han dejado de ser ilegales gracias al Decreto propuesto por el presidente Fox en 2005, se adelantó tres años el permiso de entrada de 2.5 millones de unidades (ratificado por el Decreto Calderón en 2008).

13 Introducción al país de vehículos usados:

Las condiciones para que los vehículos usados, dentro del contexto de libre comercio se internen al país son las siguientes: "México podrá adoptar o mantener prohibiciones o restricciones a la importación de vehículos usados provenientes de territorio de otra de las partes, con excepción de lo siguientes:

• A partir del 1° de enero de 2009, México no podrá adoptar ni mantener una prohibición o restricción a la importación de vehículos originarios usados, provenientes de territorio de Canadá o de Estados Unidos que tengan por lo menos 10 años de antigüedad

• A partir del 1° de enero de 2011, México no podrá adoptar ni mantener una prohibición o restricción a la importación de vehículos originarios usados, provenientes de territorio de Canadá o de Estados Unidos que tengan por lo menos 8 años de antigüedad;

• A partir del 1° de enero de 2013, México no podrá adoptar ni mantener una prohibición o restricción a la importación de vehículos originarios usados, provenientes de territorio de Canadá o de Estados Unidos que tengan por lo menos 6 años de antigüedad;

• A partir del 1° de enero de 2015, México no podrá adoptar ni mantener una prohibición o restricción a la importación de vehículos originarios usados, provenientes de territorio de Canadá o de Estados Unidos que tengan por lo menos 4 años de antigüedad;

• A partir del 1° de enero de 2017, México no podrá adoptar ni mantener una prohibición o restricción a la importación de vehículos originarios usados, provenientes de territorio de Canadá o de Estados Unidos que tengan por lo menos 2 años de antigüedad

• A partir del 1° de enero de 2019, México no podrá adoptar ni mantener una prohibición o restricción a la importación de vehículos originarios usados, provenientes de territorio de Canadá o de Estados Unidos".

Nótese que, de acuerdo al TLC, el libre movimiento de autos nuevos se dará en 2003 y los usados lo podrán hacer en 2019. Fuente: (SIA-DEC, 2000).

14 La localidad de Santa Anita tiene 858 habitantes (INEGI, 2005), pequeña población rural dedicada a la agricultura de temporal situada en los márgenes de la carretera a Salvatierra, a cinco kilómetros de la cabecera municipal de Celaya, y el río La Laja, que es utilizado por momentos para riego. Cuenta tan solo con una escuela preescolar y una de educación básica; las calles son algunas pavimentadas y otras de terraceria. La población se inició con la migración hacia mediados de los años 1960, se estima que al menos 410 personas estuvieron ausentes en el momento del censo. Los principales destinos de migración son Houston Texas, las inmediaciones de los Ángeles, así como el estado de Virginia.

15 La Luz es una pequeña población de 1 402 habitantes (INEGI, 2005), desde hace más de dos décadas debido al importante roce con la vida en EE. UU. sobre todo con radicados en Texas, se ha autodenominado La Luz Texas siendo reconocido popularmente de esta manera: como infraestructura cuenta con dos escuelas primarias y una telesecundaria. Las calles son estrechas y casi todas están pavimentadas. Existen muchas casas de reciente construcción con jardines amplios, de una o dos plantas con techos de dos aguas estilo viviendas EE. UU. Se cuenta con los servicios indispensables de agua potable, drenaje, alumbrado. Está ubicada a una distancia de 25 minutos de la cabecera municipal de Celaya, con habitantes dedicados tradicionalmente a la agricultura y ganadería, en alternancia con los ciclos migratorios iniciados desde el Programa Bracero. Debido a esta situación el censo de población no puede mostrar una cifra real, ya que se calcula que por lo menos alrededor de 830 personas se encontraban en EE. UU. durante el censo.

16 En Celaya existen varias organizaciones que buscan la "legalización" de VPE, pero solo mencionaré a dos de ellas que son las más importantes en cuanto al número de afiliados: Unión Campesina Democrática UCD y Confederación Nacional Campesina CNC.

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