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Región y sociedad

versión On-line ISSN 2448-4849versión impresa ISSN 1870-3925

Región y sociedad vol.34  Hermosillo  2022  Epub 08-Abr-2022

https://doi.org/10.22198/rys2022/34/1514 

Artículos

Vivienda saludable y estado de salud en las ciudades. El caso de Oaxaca, México

Healthy Housing and State of Health in Cities. The Case of Oaxaca, Mexico

Andrés Enrique Miguel Velasco* 
http://orcid.org/0000-0003-1525-5017

Ruffo Cain López Hernández** 
http://orcid.org/0000-0003-3125-9544

Andrés Miguel Cruz*** 
http://orcid.org/0000-0002-2258-2705

*Instituto Tecnológico de Oaxaca, División de Estudios de Posgrado e Investigación. Avenida Ing. Víctor Bravo Ahúja Núm. 125, esquina Calzada Tecnológico, C. P. 68030, Oaxaca de Juárez, Oaxaca, México. Correo electrónico: andres.miguel@itoaxaca.edu.mx

**Autor para correspondencia. Instituto Tecnológico de Oaxaca. Avenida Ing. Víctor Bravo Ahúja Núm. 125, esquina Calzada Tecnológico, C. P. 68030, Oaxaca de Juárez, Oaxaca, México. Correo electrónico: ruffolohe01@gmail.com

***Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla. Avenida México 13 Poniente Núm. 1719, C. P. 72410, Barrio de Santiago, Puebla de Zaragoza, Puebla, México. Correo electrónico: anmic92@hotmail.com


Resumen

Objetivo:

analizar los efectos de la vivienda saludable en el estado de salud de los habitantes de las ciudades de Oaxaca durante el periodo 2000-2015.

Metodología:

se aplicó la técnica estadística de regresión lineal de efectos mixtos, que permite obtener la asociación de los índices analizados a lo largo del tiempo.

Resultados:

la vivienda saludable contribuye a mantener un buen estado de salud entre los habitantes de las ciudades, sobre todo en aquéllos cuyas casas tienen acceso a los servicios básicos y buena calidad en los materiales de construcción.

Limitaciones:

faltan estudios comparativos a escala nacional para analizar los efectos de la COVID-19 en las viviendas. Valor: la información sobre las ciudades da a conocer la salud de la población a partir de la vivienda.

Valor:

la información sobre las ciudades da a conocer la salud de la población a partir de la vivienda.

Conclusiones:

el estado de salud de los residentes de las ciudades mejora con el progreso de las viviendas saludables, siempre y cuando éstas se piensen como un primer espacio de construcción de la salud pública.

Palabras clave: estado de salud; vivienda saludable; ciudades; Oaxaca

Abstract

Objective:

to analyze the effects of healthy housing on the health status of the cities of Oaxaca during the period 2000-2015.

Methodology:

investigation with application of the mixed effects linear regression statistical technique, which allows obtaining the existing association over time of the analyzed indices.

Results:

healthy housing contributes to maintaining a good state of health among citizens, especially those that have access to basic housing services and good quality of construction materials.

Limitations:

there is a lack of comparative studies on a national scale to analyze the effects of COVID-19 on housing. Value: the information obtained about the cities allow express the health of the population based on the conditions in the dwelling.

Conclusions:

the health status of cities improves with the healthy homes increment, as long as housing is thought of as a first space for the construction of public health.

Keywords: Health status; healthy housing; cities; Oaxaca

Introducción

Los especialistas en salud consideran “necesario que la vivienda se torne un importante escenario de la salud pública para la gerencia del riesgo y la promoción de la salud” (Barceló, 2011, p. 134), lo que implica considerar su relación con su entorno, así como la ciudad donde se halla. El objetivo del presente artículo es analizar la asociación entre la vivienda saludable y el estado de salud de los habitantes de las ciudades de Oaxaca. Plantea que las condiciones de la vivienda, aparte de proporcionar un refugio y de ser uno de los principales patrimonios para quienes la habitan, promueven la salud y el bienestar de las ciudades. En este sentido, se propone que una vivienda saludable es una vivienda que cuenta con accesibilidad, seguridad, estabilidad, durabilidad estructural, iluminación, servicios básicos, equipo y privacidad, y que crea en su entorno lo necesario para prevenir y mitigar las enfermedades y propiciar el aumento de la salud (Hábitat, 2021) no sólo de sus habitantes, sino también del entorno social y del lugar donde se encuentra.

Ciuffolini y Jure (2006) han propuesto diversos paradigmas que permiten entender la incorporación de la vivienda en el tema de la salud a partir del paradigma biomédico, predominante hasta la década de 1970, basado en una “concepción biologista de orientación curativa, ahistórica, a-cultural, e individualista” (p. 3). Los autores describen el surgimiento, en 1977, del paradigma biopsicosocial, a través del cual “el enfermar es un fenómeno complejo, estrechamente ligado a la persona, su subjetividad, sus circunstancias vitales, sus condiciones sociales, culturales, económico-políticas y medioambientales” (p. 4). Éstos son los antecedentes del paradigma de la medicina familiar, el cual permite considerar la “unidad funcional de cuidado y abordaje a la persona en su contexto familiar y comunitario” (p. 5). Con estos antecedentes, el principio de vivienda saludable fue enunciado en 1987 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y lanzado como iniciativa en la Primera Cumbre para las Américas en 1994 por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), definido como “el ente facilitador del cumplimiento de un conjunto de funciones específicas para el individuo y/o la familia, vinculadas a su protección y desarrollo” (Ciuffolini y Jure, 2006, p. 8).

A partir de estas iniciativas, Gamboa (2016) menciona varias actividades de las organizaciones internacionales dirigidas a la implementación de la vivienda saludable, entre las cuales destacan la Conferencia de México en 2000, los Objetivos de desarrollo del milenio en 2000, la Declaración sobre las ciudades y otros asentamientos humanos en el nuevo milenio de Naciones Unidas en 2001, la Declaración de Bangkok en Tailandia en 2005 y los Objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de 2015, en el cual son importantes dos ODS relacionados con la vivienda saludable: el número tres, garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades, y el número once, lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles (Gamboa, 2016, p. 55).

A raíz de la pandemia de COVID-19, la OMS ha recomendado que el espacio habitable de la vivienda debe garantizar también la privacidad para satisfacer las necesidades de los ocupantes, ser accesible, utilizable y lo suficientemente grande para acomodar a personas de diferentes edades. Por lo tanto, debe cumplir con ciertos requisitos ergonómicos para salvaguardar la seguridad de los usuarios, sin requerir medidas de protección especiales, cuyas características le permitan usarse para realizar las actividades diarias y generar bienestar al interior (D’Alessandro, Gola, Appolloni, Dettori, Fara, Rebecchi, Settimo y Capolongo, 2020, p. 64).

En este sentido, se propone que las viviendas saludables en conjunto influyen en la configuración de áreas y ciudades saludables, sin desigualdades en salud, y que facilitan la adquisición de equipos para la atención médica, la disminución de enfermedades de la población y el rezago social. Dicho de otra forma, la gente vive, enferma y muere dependiendo de las condiciones de sus casas y de sus alrededores. Por tal razón, se plantea la hipótesis de que la vivienda saludable manifiesta una asociación positiva en el estado de salud de las ciudades del estado de Oaxaca, en el sur de México (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social [CONEVAL], 2020a).

En general, el acceso a un bien como la vivienda amplía las capacidades de las personas, ya que éste confiere la habilidad de socialización, en ella y fuera de ella, dentro del trabajo, en la recreación familiar, en la participación en eventos políticos y en relación con la comunidad. Contar con una casa propia y digna tiene un efecto positivo en la vida de las personas (Yanes, 2018), pues de lo contrario se producen gastos extras (renta de vivienda y pagos extras de servicios) y se tiene un menor ingreso disponible para gastos de alimentación, educación, ocio y salud. El acceso a una vivienda adecuada propicia la permanencia de los habitantes en ella, lo mismo si se localiza en una zona urbana o en una zona rural, y facilita el disfrute de los servicios y de la infraestructura existentes. Además, la vivienda debe estar cerca del trabajo y/o del lugar donde se estudia (Pérez-Pérez, 2016, p. 74), pues dicha cercanía también es un componente básico del bienestar social (Boltvinik, 1992).

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), desde 2015 México ha logrado reducir el déficit de vivienda mediante la implementación de una política de vivienda flexible1 y del fortalecimiento de la política nacional de desarrollo urbano (OCDE, 2015), lo que da la oportunidad de beneficiarse del crecimiento económico y sustentable de las ciudades. Sin embargo, lo anterior no opera de la forma correcta, dado que las poblaciones con pocos recursos quedan excluidas del acceso a la vivienda financiada, lo cual impide socializar, trabajar, recrearse, mejorar la reputación social y participar en la comunidad (López-Calva y Vélez, 2003, p. 7). Si la vivienda es rentada, no se tiene la misma apertura u oportunidad para socializar o recrearse debido a las reglas del arrendador. A su vez, es posible trabajar y participar en la comunidad, pero se debe tener en cuenta que el arrendatario está de paso, por tiempo indefinido y que al no estar establecido se pierde la comunión social debido a que cambia para el individuo en cuanto se mude de casa.

La vivienda se considera un elemento importante de la vida de las personas de acuerdo con lo establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 4°, que dice que “toda familia tiene el derecho de una vivienda digna y decorosa y ésta se logrará a través de la Ley” (Diario Oficial de la Federación, 2021). No obstante, en la práctica, este concepto no refleja la realidad de las personas, puesto que un gran número de casas en las ciudades no ha logrado tener servicios de buena calidad y suficientes, adecuada infraestructura, ubicación en un entorno saludable, con condiciones físicas, espaciales, higiénicas y satisfactorias para sus habitantes (CONEVAL, 2020b). El déficit habitacional enmarca lo dicho. Éste se presenta en dos aspectos: cuantitativo y cualitativo (Genatios, 2016). El primero está relacionado con la cantidad y con la multiplicación del número de viviendas. El segundo se refiere a la calidad de la vivienda (Arriagada, 2003, p. 7) y al rezago social. Por ejemplo, en el estado de Oaxaca, en lugar de disminuir, “de 2008 a 2018, la población con carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda […] tuvo un aumento de 1.0 puntos porcentuales” (CONEVAL, 2020a).

De acuerdo con el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CESCR), en el contexto del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1991), con base en la observación general Núm. 4, se considera que la vivienda debe ser de buena calidad y tener las siguientes condiciones: tenencia segura, disponibilidad de servicios, buenos materiales, buenas instalaciones, buena infraestructura, asequibilidad, habitabilidad, accesibilidad, ubicación y adecuación cultural (CESCR, 1991). Novoa, Bosch, Díaz, Malmusi, Darnell y Trilla (2014) proponen determinar la influencia económica sobre las condiciones de la vivienda y el efecto de éstas en la salud de sus habitantes.

Las dimensiones básicas para evaluar el efecto de una vivienda adecuada en la salud son: el conjunto de personas que habitan o comparten la misma vivienda, sean o no familiares (el hogar), las condiciones físicas de la vivienda y el entorno físico y social (comunidad) (Bonnefoy, 2007, p. 412). En primer lugar, la casa afecta la salud cuando hay estrés causado por las condiciones de ésta, por la carencia de privacidad para el disfrute propio, por el elevado costo, que impide cubrir otras necesidades básicas, como la alimentación, lo que ocasiona problemas de salud no sólo físicos sino también mentales (Sandel y Wright, 2006, p. 2): ansiedad, depresión, insomnio, conductuales y de bajo desempeño académico en los niños (Krieger y Higgins, 2002, p. 759).

En segundo lugar, la dimensión de las condiciones físicas de la vivienda se relaciona con la falta de los servicios básicos, como agua, drenaje y energía eléctrica. Sumado a esto, está la mala ventilación y el hacinamiento, que se vinculan con patologías alérgicas y respiratorias, así como con ansiedad y depresión (Bonnefoy, 2007, p. 419; Krieger y Higgins, 2002, p. 759). Además, la falta de una temperatura adecuada dentro de la casa (pobreza energética) se asocia con el incremento de la mortalidad y de la morbilidad debido a patologías cardiovasculares y respiratorias (Bonnefoy, 2007, p. 418). También debe tenerse en cuenta que hay viviendas inadecuadas debido a que exponen a sus habitantes a componentes nocivos para la salud, como el monóxido de carbono (por el uso constante de leña o carbón como combustible alterno) o el plomo, presentes con mayor frecuencia en las casas rurales (Bonnefoy, 2007, p. 411; Pollack, Sadegh-Nobari, Dekker, Egerter y Braveman, 2008, p. 2).

Por último, el inapropiado entorno físico y de comunalidad de la vivienda provoca, además de mayores tasas de mortalidad, un mal funcionamiento psicológico y problemas mentales y conductuales, lo cual ocasiona una disminución del tiempo para realizar actividades físicas o para relacionarse con la sociedad (Krieger y Higgins, 2002, p. 759). Esta dimensión (bienestar social) conecta la vivienda con la salud de la ciudad.

Bajo esta premisa, se considera que el estado de salud de las ciudades mejora su ambiente y promueve la salud de sus residentes. Dicho estado está determinado por los contextos físicos y socioeconómicos, por la gobernanza y por la desigualdad (Borrell, Pons-Vigués, Morrison y Díez, 2013). Una buena gobernanza promueve el bienestar y los estilos de vida saludables. Lo anterior toma fuerza debido a que la mayor parte de la población se asienta en las ciudades con la finalidad de mejorar su calidad de vida y sobre todo para adquirir una vivienda. Empero, el crecimiento acelerado perjudica la salud de las ciudades, porque no se satisfacen las necesidades de la población y en consecuencia se produce la exposición a riesgos ambientales, sociales y de seguridad (OPS, 2010). Por eso cuando en las ciudades hay bienestar social, servicios básicos, buenas viviendas y buenos servicios de salud, mejora el bienestar de la población y por ende de la ciudad (Navarro, 2004).

En este sentido, la salud se define como: “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia” (OMS, 2006, p. 1). También se considera el estado de salud como la “descripción y/o medida de la salud de un individuo o población en un momento concreto en el tiempo, según ciertas normas identificables, habitualmente con referencia a indicadores de salud” (OMS, 1998, p. 23).

En particular, se propone que en las ciudades un estado positivo de salud está relacionado con el proceso de urbanización, en el que, debido al desarrollo, las personas tienen la posibilidad de adquirir una vivienda de calidad, como lo establece el CONEVAL, con disponibilidad de infraestructura y servicios básicos: agua potable, drenaje, electricidad y conexión a internet (CONEVAL, 2018). En cambio, en un caso desfavorable, el proceso de urbanización de las ciudades puede tener un efecto negativo debido, por ejemplo, a la invasión de predios, donde la gente construye casas inseguras, o a la falta de terrenos disponibles. Y es que el modelo de planificación urbana es obsoleto, porque no se han actualizado los planes ni los programas de ordenamiento territorial. En consecuencia, se edifican casas irregulares o se levantan en zonas con riesgo ante los desastres naturales y a las cuales es difícil llevar los servicios, que resultan por ende más costosos. En el presente artículo se propone que la vivienda tiene una relación estrecha con el estado de salud de las ciudades y que una vivienda saludable puede incidir de manera favorable en su mejoramiento.

Metodología

El modelo metodológico del presente artículo establece la asociación entre la vivienda saludable y el estado de salud de las ciudades de Oaxaca durante el periodo 2000-2015. En la Figura 1 se muestra la interacción de las variables que se analizaron. El modelo plantea que mejorar los indicadores de vivienda en las ciudades se refleja en una mejora de las condiciones de salud de sus habitantes, como se propone en esta ecuación:

IES=f (IVS)

Donde:

IES:

índice del estado de salud en las ciudades

IVS:

índice de la vivienda saludable

Fuente: elaboración propia con base en la revisión de la literatura para la investigación.

Figura 1 Modelo teórico de la investigación 

Para los indicadores se utilizaron datos de los censos y conteos de población y vivienda del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) de los años 2000, 2005, 2010 y 2015. Los indicadores de los servicios de salud los conforman la disponibilidad de médicos, de consultorios y de camas censables y no censables, y las condiciones de salud que se obtuvieron del área de Cubos Dinámicos de dicha Secretaría a escala nacional (Dirección General de Información en Salud [DGIS], 2020), del financiamiento de la vivienda y áreas y espacios deportivos y de los anuarios estadísticos del INEGI (Sistema Nacional de Información e Indicadores de Vivienda [SNIIV], 2021).

La construcción de los índices se determinó mediante los valores relativos con los indicadores que se presentan en la Tabla 1 y con las fórmulas que componen las dimensiones de servicios de vivienda y de calidad de ésta para la variable del índice de vivienda saludable. La variable del índice del estado de salud está integrada por las dimensiones de bienestar social (BS), servicios de salud (SS) y condiciones de salud (CS), cada uno con sus respectivos indicadores.

Tabla 1 Representación de las variables 

Variables Dimensiones Indicadores Ecuación
Índice del
estado de
salud (IES)
Bienestar social (BS) Educación (EDU) Y= a + bXi
Donde: IES= Prom
(BS, SS, CS);
BS= Prom (EDU, POB,
DerS, FVIV, AEDP, TVIVH);
SS= Prom (DSMED,
DCONS, DCC, DCNC);
CS= Prom (EDIR, ERA,
HNV, DEPOC)


IVS= Prom (SV, CV);
SV= Prom (Dex, Dae,
Ddre, Dene, Vrad, Vtv,
Vref, Vlav, Vaut, Vcom,
Vcel, Vint);
CV= Prom (MPA, MT,
MPI, VDCR, CUE)


Valores considerados
bajo la escala:
0.00 a 0.20 (muy baja)
0.21 a 0.40 (baja)
0.41 a 0.60 (media)
0.61 a 0.80 (alta)
0.81 a 1.00 (muy alta)
Población (POB)
Derechohabiencia a la salud (DerS)
Financiamiento para vivienda (FVIV)
Áreas o espacios deportivos (AEDP)
Total de viviendas habitadas (TVIVH)
Servicios de salud (SS) Disponibilidad de médicos (DSMED)
Disponibilidad de consultorios (DCONS)
Disponibilidad de camas censables (DCC)
Disponibilidad de camas no censables (DCNC)
Condiciones de salud (CS) Enfermedades diarreicas (EDIR)
Enfermedades respiratorias agudas (ERA)
Promedio de hijos nacidos vivos (HNV)
Defunciones por enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (DEPOC)
Índice de
vivienda
saludable (IVS)
Servicios de la vivienda (SV) Disponibilidad de escusado (Des)
Disponibilidad de agua entubada (Dae)
Disponibilidad de drenaje (Ddre)
Disponibilidad de energía eléctrica (Dene)
Vivienda con radio (Vrad)
Vivienda con televisión (Vtv)
Vivienda con refrigerador (Vref)
Vivienda con lavadora (Vlav)
Vivienda con automóvil (Vaut)
Vivienda con computadora (Vcom)
Vivienda con celular (Vcel)
Vivienda con internet (Vint)
Calidad de la vivienda (CV) Material en paredes de ladrillo (o similar),
madera, cartón y/o lámina (MPA)
Ladrillo o similar, madera, cartón y/o
lámina en techos (MT)
Ladrillo o similar, madera, cartón y/o
lámina en pisos (MPI)
Vivienda con dos cuartos o más (VDCR)
Cocina y usos exclusivos (CUE)

Fuente: elaboración propia con base en el modelo de investigación.

La estandarización de los datos analizados se realizó con base en la ecuación:

IC= VR-VmínVmáx-Vmín

Donde:

IC:

índice de componente

VR:

Valor real

Vmáx:

Valor máximo

Vmín:

Valor mínimo

La valoración de los índices de la vivienda saludable y el estado de salud se realizó a través de la escala de: 0.00 a 0.20 (muy baja); 0.21 a 0.40 (baja); 0.41 a 0.60 (media); 0.61 a 0.80 (alta); y 0.81 a 1.00 (muy alta), de acuerdo con Gujarati y Porter (1999).

En la comprobación de la hipótesis se emplea un enfoque cuantitativo, con la técnica estadística de regresión lineal de efectos mixtos con intercepto aleatorio, que permite obtener la asociación existente a lo largo del tiempo entre los índices del estado de salud (IES) y de la vivienda saludable (IVS) del conjunto de todas las ciudades que se tuvieron en cuenta. Puesto que el análisis de los datos es longitudinal, el modelo matemático que se usó facilita el análisis de la relación entre las variables a través de sus valores a lo largo del tiempo, ampliando el modelo lineal general, de manera que los datos presentan una “variabilidad correlacionada y no constante, a través de modelar no sólo las medias sino también las varianzas y covarianzas de los datos” (International Business Machines Corporation [IBM], 2021). Para la validación de la hipótesis, se espera obtener un coeficiente R cuadrado con un valor mayor a 0.60 en el modelo de regresión lineal de efectos mixtos con intercepto aleatorio.

Resultados

Contexto urbano-demográfico del análisis

El estado de Oaxaca se compone de 570 municipios y se localiza en el sur de México. Colinda al norte con Veracruz y al oeste con Chiapas. En el presente artículo se analizan 17 ciudades principales (véase Figura 2). En ellas se destacan la zona metropolitana de Oaxaca (ZMO) y la zona metropolitana de Tehuantepec (ZMT).

Fuente: elaboración propia con apoyo del software ArcMAP-ArcGIS Desktop 10.3, a partir del marco geoestadístico nacional (INEGI, 2015).

Figura 2 Ubicación geográfica de las ciudades de Oaxaca 

Las ciudades analizadas se especifican en la Tabla 2, donde se indican el nombre oficial, el nombre cotidiano y la abreviatura, los cuales se utilizan en las tablas y figuras del texto. Así mismo el nombre cotidiano se utiliza en el texto, excluyendo la zona metropolitana de Oaxaca y la zona metropolitana de Tehuantepec, las cuales se referirán con las abreviaciones ZMO y ZMT.

Tabla 2 Ciudades de estudio del estado de Oaxaca, México 

Nombre oficial Nombre cotidiano Abreviatura Tipo de ciudad
Ciudad Ixtepec Ixtepec IXP Mediana
Heroica Ciudad de Huajuapan de León Huajuapan HJP Grande
Heroica Ciudad de Juchitán de Zaragoza Juchitán JUC Grande
Loma Bonita Loma Bonita LOB Mediana
Matías Romero Avendaño Matías Romero MRO Mediana
Miahuatlán de Porfirio Díaz Miahuatlán MIA Mediana
Ocotlán de Morelos Ocotlán OCO Mediana
San Juan Bautista Tuxtepec Tuxtepec TUX Grande
Puerto Escondido Puerto Escondido PES Mediana
Heroica Ciudad de Tlaxiaco Tlaxiaco TLA Mediana
Crucecita, Santa María Huatulco Huatulco HTL Mediana
Santiago Pinotepa Nacional Pinotepa Nacional PNA Grande
Ixtlán de Juárez Ixtlán IXT Pequeña
Teotitlán de Flores Magón Teotitlán TEO Pequeña
San Juan Bautista Cuicatlán Cuicatlán CUI Pequeña
Zona metropolitana de Oaxaca Zona metropolitana de Oaxaca (ZMO) ZMO Zona metropolitana
Zona metropolitana de Tehuantepec Zona metropolitana de Tehuantepec (ZMT) ZMT Zona metropolitana

Nota: la clasificación de las ciudades responde al siguiente criterio: ciudades pequeñas (población mayor a 2 500 habitantes); ciudades medianas (población mayor a 10 000); ciudades grandes (población mayor a 50 000); y zonas metropolitanas (población mayor a 170 000) ―todas al año 2015.

Fuente: elaboración propia con base en el INEGI (2020).

En el estado de Oaxaca la población se concentra en las zonas urbanas (55.7% de sus habitantes), cuya tendencia es continuar creciendo con la urbanización. En términos demográficos, las ciudades que se analizan presentan un comportamiento desigual, pues tienen superioridad numérica las localidades pequeñas. En el grupo de las ciudades propiamente dichas, sobresalen la ZMO y la ZMT, pues son los dos aglomerados urbanos más grandes del estado de Oaxaca, en el cual se tienen registradas más de 10 000 localidades rurales (con población menor a 2 500 habitantes) y 156 localidades mixtas (rurales-urbanas de 2 500 a 14 900 habitantes).

Contexto del estado de salud de las ciudades de Oaxaca

En el ámbito del bienestar social, la tasa de crecimiento promedio anual de población es de 1.60%. La ZMO posee 22 municipios y cuenta con 671 197 habitantes, 16.62% de la población estatal. Es la zona que tiene mayor concentración poblacional en el estado de Oaxaca (INEGI, 2015). Después se destaca la ZMT, conformada por tres municipios con una población de 172 256 habitantes, que representa 4.34% a escala estatal. La ciudad de Tuxtepec ocupa el tercer lugar, con una población de 162 511 habitantes. Durante el periodo 2000-2015, también se identifican cuatro ciudades con tasas superiores de crecimiento poblacional al 1.30%: Tlaxiaco, Huajuapan, Puerto Escondido y Huatulco. En cambio, la población de Matías Romero mostró un crecimiento menor a 0.91%, seguida de Loma Bonita con 0.98% (véase Figura 3). Por otro lado, en el mismo periodo, las ciudades que presentaron un incremento en educación son Ixtepec y Huajuapan, con 0.68%, seguidas de Miahuatlán con 0.65.

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI (2000, 2005, 2010 y 2015).

Figura 3 Población registrada en las ciudades de Oaxaca, 2015 

Respecto a la población derechohabiente a servicios de salud, la mayor parte se encuentra en la ZMO, con 559 680 personas (el municipio de Oaxaca de Juárez tiene el mayor número: 440 415), seguido de la ZMT con 97 448 (el municipio de Salina Cruz es el más alto, con 70 465 derechohabientes). Tuxtepec tenía 85 144 en 2000. En 2015 la cifra ascendió a 103 619. También se destaca Juchitán, con 90 327 derechohabientes en 2000, pero en 2015 disminuyó a 43 673, a causa de la emigración que ha venido sufriendo este municipio (véanse Figura 4 y 5).

Fuente: elaboración propia con apoyo del software ArcMAP-ArcGIS Desktop 10.3, a partir del marco geoestadístico nacional (INEGI, 2015).

Figura 4 Derechohabiencia en las ciudades, 2000-2005 

Fuente: elaboración propia con apoyo del software ArcMAP-ArcGIS Desktop 10.3, a partir del marco geoestadístico nacional (INEGI, 2015).

Figura 5 Derechohabiencia en las ciudades, 2010-2015 

Una particularidad que comparten todas las ciudades es que en 2010 se reflejó un decrecimiento en la población derechohabiente debido al cambio de la política de salud en el país en ese año, derivado del manejo financiero de los servicios de salud y de la distribución desigual de los recursos.

Por otra parte, el número de casas habitadas en las ciudades de Oaxaca creció entre 2000 y 2015 (véase Figura 6). La ciudad de Tlaxiaco experimentó el mayor crecimiento por periodo (4.35%); en segundo lugar, Huatulco (4.03%); y en tercer lugar Huajuapan (3.58%). Las ciudades que tuvieron menor crecimiento son Loma Bonita (1.75%) y Puerto Escondido (0.94%). En el caso de las zonas metropolitanas, la ZMO obtuvo 2.69% de crecimiento y la ZMT 2.22% durante el periodo.

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI (2000, 2005, 2010 y 2015).

Figura 6 Total de viviendas habitadas en las ciudades, 2000-2015 

Por clasificación de ciudad, se destacaron las ciudades grandes por su mayor incremento en viviendas habitadas (2.94%) entre 2000 y 2015. En segundo lugar, se ubican las medianas (2.77%). En tercer lugar, están las zonas metropolitanas (2.58%). Cabe señalar que las ciudades pequeñas presentan el menor crecimiento (2.45%). Cuicatlán es la que tiene el menor porcentaje (véase Tabla 3).

Tabla 3 Crecimiento de la vivienda habitada por clasificación de ciudad, 2000-2015 

Ciudad Crecimiento de la vivienda % de crecimiento
2000-2015
2000 2005 2010 2015
IXT 1 646 1 746 1 933 2 308
TEO 1 656 2 018 2 251 2 709
CUI 2 211 2 235 2 485 2 915
Promedio en
ciudades pequeñas
1 837.67 1 999.67 2 223.00 2 644.00 2.45
OCO 3 713 4 566 5 136 5 427
MIA 5 723 6 606 7 042 8 252
TLA 6 723 8 165 9 943 12 737
PES 9 360 9 816 10 074 10 770
HTL 7 275 8 214 10 974 13 157
IXP 9 069 10 339 12 291 13 659
MRO 6 512 7 206 9 503 11 021
LBO 9 926 10 374 11 388 12 874
Promedio en
ciudades medianas
7 287.63 8 160.75 9 543.88 10 987.13 2.77
PNA 6 214 7 822 9 312 10 414
HJP 11 464 13 159 16 947 19 440
JUC 16 515 19 955 22 205 25 184
TUX 31 443 36 632 41 045 46 259
Promedio en
ciudades grandes
16 409.00 19 392.00 22 377.25 25 324.25 2.94
ZMT 34 167 37 684 43 169 47 473
ZMO 114 661 132 352 152 903 170 678
Promedio en
zonas metropolitanas
74 414.00 85 018.00 98 036.00 109 075.50 2.58

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI (2000, 2005, 2010 y 2015).

En cuanto al financiamiento de la vivienda para las personas que tienen acceso a ésta por ingreso propio o por créditos (en los que se contemplan las modalidades de mejoramientos, casas nuevas, usadas y otros programas), se observó que el mayor número de créditos se obtuvo en la ZMO, con una tendencia decreciente hasta 2015: 2 844 créditos. El segundo lugar lo ocupa la ZMT con 480 créditos en 2000 y crece en 2015 a 1 384. La ciudad que tuvo el menor número de créditos en 2015 fue Teotitlán: 10 créditos. El aumento no fue simétrico, causado por la adquisición y/o construcción de vivienda por ingresos propios (véase Figura 7).

Fuente: elaboración propia con base en el SNIIV (2021).

Figura 7 Financiamiento de la vivienda, 2000-2015 

En lo que se refiere al tamaño, las ciudades pequeñas tuvieron mayor crecimiento de créditos para la vivienda: 19.95% durante el periodo 2000-2015. El segundo lugar lo ocupan las grandes (7.99%). En tercer lugar, están las medianas, que presentaron un ritmo lento de crecimiento (0.17%). En contraste, en las zonas metropolitanas decrecieron los créditos: -1.48% durante el periodo referido (véase Tabla 4).

Tabla 4 Financiamiento de la vivienda por clasificación de ciudad, 2000-2015 

Ciudad Financiamiento de la vivienda Porcentaje de
crecimiento
(2000-2015)
2000 2005 2010 2015
IXT 0 1 17 222
TEO 1 2 0 10
CUI 22 49 0 122
Promedio en
ciudades pequeñas
7.70 17.29 5.67 118.00 19.95
OCO 7 17 16 123
MIA 58 18 41 94
TLA 5 305 10 64
PES 71 72 48 118
HTL 486 17 27 217
IXP 19 82 98 104
MRO 7 60 24 119
LBO 304 12 88 143
Promedio en
ciudades medianas
119.60 72.88 44.00 122.75 0.17
PNA 101 200 9 28
HJP 267 80 114 179
JUC 37 88 197 300
TUX 91 1 200 628 1 065
Promedio en
ciudades grandes
124.00 392.00 237.00 393.00 7.99
ZMT 480 107 307 1 384
ZMO 4 809 4 150 3 025 2 844
Promedio en
zonas metropolitanas
2 644.64 2 128.28 1 666.00 2 113.95 -1.48

Fuente: elaboración propia con base en el SNIIV (2021).

Es necesario indicar que el financiamiento para la vivienda proviene del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), del Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (FOVISSSTE) y de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Las ciudades pequeñas y las grandes son las que mantienen un flujo mayor de financiamiento (para adquisición de casa nueva o usada, rehabilitaciones, ampliaciones y autoconstrucción). Se otorga con mayor frecuencia a los conjuntos habitacionales de interés social. Pero no resuelve el problema de la demanda, porque la mayoría de la gente no tiene acceso a estos financiamientos (debido a la informalidad de los empleos y a los complicados trámites administrativos). Su única opción es inclinarse hacia la urbanización irregular.

Por otro lado, en cuanto a las áreas o espacios deportivos cercanos a la vivienda, se destacan las ciudades pequeñas (4.03%) ―sobresale Teotitlán―; en segundo lugar, las medianas (3.58%); en tercer lugar, las grandes (3.12%); y, en cuarto lugar, las zonas metropolitanas (1.25%), donde sobresale la ZMO (1.20%).

En lo correspondiente al ámbito de los servicios de salud, la ciudad que mostró el mayor número de personal médico fue la ZMO: 403 médicos distribuidos en las diferentes instituciones. Le siguen la ZMT con 161 médicos, Tuxtepec con 75 y Juchitán con 62. Cabe señalar que la mayor parte de este personal estaba adscrito al Seguro Popular y el resto al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) (véase Figura 8). La cantidad de médicos no es suficiente debido a su distribución geográfica desigual. En consecuencia, se dificulta dar atención oportuna y de calidad. De no superar estas barreras, se seguirán presentando problemas para la población y en los distintos niveles de atención (OMS, 2021).

Fuente: elaboración propia con base en los datos de DGIS (2020).

Figura 8 Personal médico registrado en las ciudades, 2000-2015 

En cuanto a la cobertura médica según la clasificación de las ciudades (véase Tabla 5), las pequeñas incrementaron 4.73% entre 2000 y 2015, pero debe tenerse presente que un médico atiende a mil habitantes. En esta clasificación, en 2000, la ciudad de Cuicatlán mantuvo una adecuada cobertura. En 2015 se destacó Ixtlán, que tuvo suficientes para cubrir las necesidades de la población. Por su parte, las ciudades medianas aumentaron 1.08% durante el mismo periodo. En 2015, sólo Puerto Escondido e Ixtepec lograron dar cobertura a toda su población. Respecto de las ciudades grandes, el incremento fue de tan sólo 0.13%, lo que demuestra que el recurso humano va a la baja. Las zonas metropolitanas padecen también de déficit de médicos, ya que presentaron decrecimiento de -0.19% (sobre todo la ZMO).

Tabla 5 Disponibilidad de médicos por clasificación de ciudad, 2000-2015 

Ciudad Disponibilidad de médicos Habitantes/médicos Porcentaje
de
crecimiento
2000-2015
2000 2005 2010 2015 2000 2005 2010 2015
IXT 5 10 11 17 1 457 719 698 486
TEO 5 10 12 12 1 495 868 747 823
CUI 12 17 20 15 775 540 472 663
Promedio en
ciudades pequeñas
7.33 12.33 14.33 14.67 4.73
OCO 5 8 10 8 3 637 2 611 2 134 2 710
MIA 2 7 6 3 16 278 4 598 6 898 14 104
TLA 11 16 15 8 2 639 2 075 2 564 4 993
PES 55 60 68 65 590 561 630 744
HTL 32 37 39 37 885 897 990 1 235
IXP 25 30 34 30 907 806 778 955
MRO 15 20 23 6 2 714 1 921 1 653 6 638
LBO 15 20 24 31 2 725 1 958 1 731 1 383
Promedio en
ciudades medianas
20.00 24.69 27.38 23.50 1.08
PNA 35 40 44 39 1 263 1 111 1 143 1 363
HJP 35 40 53 38 1 521 1 445 1 318 2 041
JUC 65 70 79 62 1 208 1 227 1 178 1 581
TUX 75 85 91 75 1 786 1 701 1 712 2 167
Promedio en
ciudades grandes
52.50 58.75 66.75 53.50 0.13
ZMT 155 180 195 161 939 835 827 1 070
ZMO 425 470 515 403 1179 1 180 1 181 1 666
Promedio de zonas metropolitanas 290.00 325.00 355.00 282.00 -0.19

Fuente: elaboración propia con base en la DGIS (2020).

En relación con la disponibilidad de camas censables (unidad funcional en las unidades de atención del segundo nivel), en 2015 sobresalió la ZMO con 787 camas (1.17 camas/1 000 habitantes [hab]); en segundo lugar, la ZMT con 265 (1.53 camas/1 000 hab) y en tercer lugar Huatulco con 68 (1.48 camas/1 000 hab). La ZMO tuvo la mayor disponibilidad de camas no censables (unidad para atención transitoria o provisional) con 408; en segundo lugar, la ZMT con 151 y en tercer lugar Juchitán con 61 (véase Figura 9). Lo anterior muestra la tendencia desigual de proporción de camas para la atención, en comparación con el promedio que recomienda la OCDE (2016), que es de 4.8.

Fuente: elaboración propia con base en la información de la DGIS (2020).

Figura 9 Disponibilidad de camas censables y no censables registradas en las ciudades, 2000-2015 

En cuanto al tamaño (véase Tabla 6), las ciudades pequeñas tuvieron un crecimiento de 2.57% durante el periodo 2000-2015, en contraste con las medianas y las grandes, que mostraron una tendencia decreciente, -1.76% y -2.23%, respectivamente. Lo mismo se repite en las zonas metropolitanas con -1.14%. Por otro lado, respecto a la disponibilidad de camas no censables, la tendencia de crecimiento se observa, en primer lugar, en las ciudades pequeñas con 7.99%; en segundo lugar, las medianas con 2.57%, en contraste con las zonas metropolitanas, cuyo crecimiento es el menor: 0.75%.

Tabla 6 Disponibilidad de camas censables y no censables, 2000-2015 

Ciudad Disponibilidad de camas
censables
Porcentaje
de
crecimiento
2000-2015
Disponibilidad de camas
no censables
Porcentaje
de
crecimiento
2000-2015
2000 2005 2010 2015 2000 2005 2010 2015
IXT 8 8 14 14 6 6 9 13
TEO 6 7 13 13 7 7 13 13
CUI 27 28 30 33 5 10 16 31
Promedio en
ciudades pequeñas
13.67 14.33 19.00 20.00 2.57 6.00 7.67 12.67 19.00 7.99
OCO 0 0 0 0 2 2 4 9
MIA 5 5 8 0 2 2 4 6
TLA 13 13 17 0 3 4 5 8
PES 45 55 65 40 31 36 41 39
HTL 65 70 75 68 25 30 36 34
IXP 61 66 75 60 11 16 19 13
MRO 35 35 43 0 8 8 13 12
LBO 11 13 17 12 15 19 25 21
Promedio en
ciudades medianas
29.38 32.13 37.50 22.50 -1.76 12.13 14.63 18.38 17.75 2.57
PNA 55 60 65 54 45 50 56 46
HJP 75 90 110 40 21 25 31 35
JUC 85 90 100 60 45 50 58 61
TUX 85 90 107 60 55 60 65 59
Promedio en
ciudades grandes
75.00 82.50 95.50 53.50 -2.23 41.50 46.25 52.50 50.25 1.28
ZMT 255 255 263 265 145 145 149 151
ZMO 995 1 020 1 066 787 355 370 391 408
Promedio en
zonas metropolitanas
625.00 637.50 664.50 526.00 -1.14 250.00 257.50 270.00 279.50 0.75

Fuente: elaboración propia con base en la información de la DGIS (2020).

Por otro lado, en lo que toca al número de consultorios por clasificación de ciudad, se destacan las ciudades pequeñas con 3.89% de incremento de consultorios durante el periodo analizado: Ixtlán ocupó el primer lugar de nuevos consultorios con 17.33% y Cuicatlán el segundo lugar con 2.56%. Por el contrario, las grandes ciudades han manifestado un decrecimiento de nuevos consultorios (o la falta de uso pues no cuentan con suficientes recursos humanos o materiales para atender a la población), de -0.17%, como son los casos de la ciudad de Juchitán con -0.12% y Huajuapan con -2.87%.

Sobre las condiciones de salud, se observó que el mayor número de defunciones por enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC), lo ocupó la ciudad de Tuxtepec con 38 casos en 2015; en segundo lugar, Huajuapan con 25 defunciones y en tercer lugar las ciudades de Juchitán y Matías Romero con 15 (véase Figura 10).

Fuente: elaboración propia con base en la información de la DGIS (2021).

Figura 10 Defunciones registradas por EPOC en las ciudades, 2000-2015 

En lo correspondiente a enfermedades diarreicas en 2015, el número de enfermos en la ZMO fue de 24 444. La ZMT presentó 10 029. En Juchitán hubo 5 855 enfermos (véase Figura 11). Cabe destacar que el mayor número de casos (43 207) lo tuvo la ZMO en 2010, pero con tendencia decreciente.

Fuente: elaboración propia con base en la información de la DGIS (2021).

Figura 11 Enfermedades diarreicas registradas en las ciudades, 2000-2015 

En relación con la clasificación de ciudad, las ciudades grandes presentaron el mayor número de defunciones por EPOC (8.22%). Sobresale Tuxtepec con 38 defunciones en 2015 y con tendencia progresiva. El segundo lugar lo ocuparon las ciudades medianas (7.86%). Las pequeñas presentaron menor número de defunciones (2.74%). En cuanto a las personas con enfermedades diarreicas, el primer lugar lo obtuvieron las pequeñas con 2.77%; el segundo lugar, las zonas metropolitanas con 0.41%. Las ciudades grandes presentaron una tendencia decreciente con -2.58% (véase Tabla 7).

Tabla 7 Defunciones por EPOC y enfermedades diarreicas, 2000-2015 

Ciudad Defunciones por EPOC Porcentaje de
crecimiento 2000-2015
Personas con enfermedades diarreicas Porcentaje de crecimiento
2000-2015
2000 2005 2010 2015 2000 2005 2010 2015
IXT 1 2 1 4 225 806 1 225 374
TEO 1 1 4 4 450 1 305 652 729
CUI 4 1 1 1 365 1 403 1 053 464
Promedio en
ciudades pequeñas
2.00 1.33 2.00 3.00 2.74 346.67 1 171.33 976.67 522.33 2.77
OCO 3 1 2 2 1 650 2 671 3 280 1 400
MIA 2 2 3 7 95 33 177 454
TLA 4 4 2 5 5 15 56 33
PES 2 1 6 5 5 225 7 113 6 228 4 325
HTL 2 4 2 5 1 750 3 045 3 118 1 455
IXP 1 4 3 5 550 1 752 3 030 2 314
MRO 3 5 7 15 2 150 2 487 2 887 1 805
LBO 1 3 3 12 1 575 2 828 4 807 985
Promedio en
ciudades medianas
2.25 3.00 3.50 7.00 7.86 1 625.00 2 493.00 2 947.88 1 596.38 -0.12
PNA 6 6 15 7 5 225 6 355 5 873 4 743
HJP 3 6 9 25 2 540 5 529 5 093 1 955
JUC 1 4 13 15 7 685 10 584 10 958 5 855
TUX 16 19 32 38 7 500 9 376 18 052 2 963
Promedio en
ciudades grandes
6.50 8.75 17.25 21.25 8.22 5 737.50 7 961.00 9 994.00 3 879.00 -2.58
ZMT 10 13 24 31 9 850 11 236 13 808 10 029
ZMO 41 60 57 77 22 550 36 969 43 207 24 444
Promedio en
zonas metropolitanas
25.50 36.50 40.50 54.00 5.13 16 200.00 24 102.50 28 507.50 17 236.50 0.41

Fuente: elaboración propia con base en la información de la DGIS (2021).

En cuanto a las enfermedades respiratorias agudas (ERA), por clasificación de ciudad, en primer lugar se ubican las zonas metropolitanas con 0.60% de casos. Se destacan la ZMT (0.84%) y la ZMO (0.54%). El segundo lugar lo ocupan las ciudades pequeñas (0.25%). Las ciudades grandes se ubican en el tercer lugar: -0.42%. En cuarto lugar están las medianas con -1.49% (lo que indica una reducción de la enfermedad).

En lo que concierne al promedio de hijos nacidos vivos, las zonas metropolitanas muestran 6.03%; luego las ciudades pequeñas (1.42%); en tercer lugar, con tendencia a la baja, las ciudades grandes (-6.48%). Las medianas presentaron -9.30%.

Las dimensiones del estado de salud que mostraron un mayor crecimiento fueron: el bienestar social (BS) (que está sobre el índice de estado de salud), las condiciones de salud (CS) y, en menor medida, los servicios de salud (SS), pero cuya tendencia decreciente apareció a partir de 2010. Las ciudades que poseían un mayor estado de salud fueron Tlaxiaco, Matías Romero y Juchitán. Las que tuvieron menor estado de salud fueron Loma Bonita, Ocotlán y la ZMT. Para el resto de las ciudades se considera un nivel de estado de salud medio (véase Figura 12).

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI (2000, 2005, 2010 y 2015).

Figura 12 Comportamiento de los indicadores BS, SS, CS e IES, 2000-2015 

Contexto de las viviendas saludables en Oaxaca

Respecto de los servicios de la vivienda (véase Tabla 8), las ciudades que manifestaron mayor crecimiento en el servicio de agua entubada fueron las medianas (4.18%): Huatulco (6.17%). Le siguen las grandes ciudades (4.02%), donde sobresale Pinotepa Nacional (6.18%). Las zonas metropolitanas presentaron 3.43% de crecimiento en cobertura y sobresale la ZMO (3.62%). Las pequeñas tuvieron el menor crecimiento de cobertura (3.03%).

Tabla 8 Viviendas con agua entubada, 2000-2015 

Ciudad Viviendas con agua entubada Porcentaje de crecimiento
2000-2015
2000 2005 2010 2015
IXT 1 494 1 450 1 846 2 283
TEO 1 477 1 670 2 017 2 552
CUI 1 885 1 954 2 220 2 766
Promedio en
ciudades pequeñas
1 619 1 691 2 028 2 534 3.03
OCO 1 818 1 776 5 814 3 951
MIA 3 106 3 496 3 917 7 329
TLA 4 044 5 315 5 814 8 228
PES 5 566 7 037 7 691 10 285
HTL 5 032 6 964 8 127 12 350
IXP 5 397 6 281 6 509 8 132
MRO 5 013 5 906 6 005 6 575
LBO 7 386 8 917 10 071 12 186
Promedio en
ciudades medianas
4 670 5 712 6 744 8 630 4.18
PNA 3 276 4 410 3 738 8 050
HJP 9 483 10 772 13 854 17 413
JUC 14 289 16 988 20 194 24 206
TUX 23 684 29 907 35 277 41 943
Promedio en
ciudades grandes
12 683 15 519 18 266 22 903 4.02
ZMT 28 570 32 671 36 985 43 211
ZMO 90 118 100 905 100 905 153 624
Promedio en
zonas metropolitanas
59 344 66 788 68 945 98 418 3.43

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI (2000, 2005, 2010 y 2015).

En cuanto a los servicios de drenaje durante el periodo estudiado (véase Tabla 9), las ciudades medianas presentaron el mayor crecimiento (5.46%): Tlaxiaco (9.08%); luego las pequeñas (4.96): Teotitlán (5.81%). Las grandes obtuvieron 4.21% (Pinotepa Nacional, 5.95%). En contraste, las que mostraron menor cobertura son las zonas metropolitanas (3.85%): ZMT (3.33%). Por otro lado, los servicios de escusado predominan en las medianas (4.18%); siguen las grandes (4.04%) y después las pequeñas (3.37%). En último lugar están las zonas metropolitanas (3.03%), lo que indica menor integración de este servicio en las viviendas.

Tabla 9 Viviendas con drenaje, 2000-2015 

Ciudad Viviendas con drenaje Porcentaje de
crecimiento
2000-2015
2000 2005 2010 2015
IXT 662 929 1 226 1 339
TEO 1 079 1 649 2 074 2 519
CUI 1 125 1 394 1 726 2 063
Promedio en
ciudades pequeñas
955 1 324 1 675 1 974 4.96
OCO 1 512 2 149 3 152 3 862
MIA 2 525 4 100 7 218 7 551
TLA 2 699 3 543 4 557 9 943
PES 4 103 6 895 10 144 12 562
HTL 4 763 7 144 8 881 12 374
IXP 5 064 6 250 6 727 8 129
MRO 6 610 8 353 9 380 10 463
LBO 7 469 9 137 10 718 12 193
Promedio en
ciudades medianas
4 343 5 946 7 597 9 635 5.46
PNA 4 216 6 732 9 786 10 035
HJP 9 483 10 772 13 854 17 413
JUC 14 589 18 022 21 509 24 864
TUX 23 223 31 300 37 972 43 249
Promedio en
ciudades grandes
12 878 16 707 20 780 23 890 4.21
ZMT 28 154 34 049 40 960 45 994
ZMO 88 346 109 798 139 817 159 354
Promedio en
zonas metropolitanas
58 250 71 924 90 389 102 674 3.85

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI (2000, 2005, 2010 y 2015).

Encabezan los servicios de energía eléctrica (véase Tabla 10) las ciudades medianas, cuyo crecimiento de cobertura es de 3.26%. Se destacan Huatulco y Puerto Escondido; en segundo lugar, las ciudades grandes con 3.14%, entre ellas lidera Huajuapan. En tercer lugar están las pequeñas, que obtuvieron 2.76%: sobresale Teotitlán. Las zonas metropolitanas aumentaron su cobertura en 2.75%: la ZMO obtuvo el mayor porcentaje.

Tabla 10 Viviendas con energía eléctrica, 2000-2015 

Ciudad Viviendas con energía eléctrica Porcentaje de
crecimiento
2000-2015
2000 2005 2010 2015
IXT 1 556 1 659 1 759 2 289
TEO 1 597 1 925 2 025 2 678
CUI 2 062 2 124 2 425 2 884
Promedio en
ciudades pequeñas
1 738 1 903 2 070 2 617 2.76
OCO 3 481 3 765 4 982 5 291
MIA 6 022 6 315 9 041 10 785
TLA 5 626 7 260 9 000 10 197
PES 6 654 7 459 10 602 12 703
HTL 5 826 7 532 9 614 12 465
IXP 5 535 6 370 6 855 8 167
MRO 8 783 9 320 9 769 10 555
LBO 9 287 9 875 11 120 12 645
Promedio en
ciudades medianas
6 402 7 237 8 873 10 351 3.26
PNA 8 296 9 512 11 890 13 327
HJP 10 912 12 079 16 554 18 883
JUC 15 850 18 388 21 744 25 057
TUX 29 481 34 828 39 949 45 417
Promedio en
ciudades grandes
16 135 18 702 22 534 25 671 3.14
ZMT 32 089 35 723 41 665 46 544
ZMO 109 779 122 400 146 237 166 525
Promedio en
zonas metropolitanas
70 934 79 062 93 951 106 535 2.75

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI (2000, 2005, 2010 y 2015).

Es necesario precisar que la energía eléctrica es vital para la atención médica, pues de ella depende del funcionamiento óptimo de los aparatos que se conectan a ella; sin embargo, en los lugares con difícil acceso al suministro hay un déficit de atención de calidad a la población, tal es el caso de las periferias de las zonas metropolitanas por su acelerado crecimiento demográfico.

En el caso de las viviendas con electrodomésticos, como televisor, las ciudades pequeñas son las que tienen mayor adquisición (5.02%). En este grupo se destaca Ixtlán (8.51%). Les siguen las medianas (3.92%). Entre ellas, Huatulco mantiene el liderazgo (6.53%). Las grandes obtuvieron 3.62%, categoría en la cual Huajuapan y Juchitán mantienen el mismo crecimiento (3.84%). El conjunto de las zonas metropolitanas mantiene 3.20% de crecimiento. Sobresale la ZMT (véase Tabla 11). Hay que señalar que la televisión se convirtió en el principal medio para la difusión de comunicación y en emisor de entretenimiento para la mayoría de las viviendas.

Tabla 11 Viviendas con disposición de televisor, 2000-2015 

Ciudad Viviendas con televisión Porcentaje de
crecimiento
2000-2015
2000 2005 2010 2015
IXT 645 1 533 1 243 2 196
TEO 1 319 1 533 2 004 2 196
CUI 1 194 1 533 1 893 2 196
Promedio en
ciudades pequeñas
1 052.67 1 533.00 1 713.33 2 196.00 5.02
OCO 2 802 3 396 4 510 4 706
MIA 4 096 4 980 7 459 8 591
TLA 3 840 5 359 7 049 7 963
PES 5 058 6 572 9 525 10 684
HTL 4 143 6 517 8 487 10 693
IXP 4 934 6 073 6 497 7 686
MRO 6 678 8 066 8 649 8 177
LBO 7 610 8 813 10 120 11 259
Promedio en
ciudades medianas
4 895.13 6 222.00 7 787.00 8 719.82 3.92
PNA 6 685 8 268 10 605 11 620
HJP 9 893 11 495 15 541 17 416
JUC 13 236 17 001 20 119 23 307
TUX 24 700 32 035 37 076 40 568
Promedio en
ciudades grandes
13 628.50 17 199.75 20 835.25 23 227.75 3.62
ZMT 26 155 32 105 37 996 42 333
ZMO 100 742 118 587 143 468 161 059
Promedio en
zonas metropolitanas
63 448.50 75 346.00 90 732.00 101 696.00 3.20

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI (2000, 2005, 2010 y 2015).

El radio predomina en las zonas metropolitanas con 1.44%. Las ciudades medianas han descendido en la posesión de este aparato y presentan un decrecimiento de -0.88%. El refrigerador refleja mayor tenencia en las ciudades pequeñas (6.69%). Se destaca Ixtlán con 8.24%. Las zonas metropolitanas reducen la posesión del aparato (4.42%). La lavadora muestra mayor presencia en las ciudades pequeñas (9.22%), en contraste con las zonas metropolitanas, que mantienen un decrecimiento (5.99%).

También se tuvo en cuenta el automóvil que se encuentra en la vivienda, que indica un tipo de movilidad urbana. En este rubro, las ciudades medianas ocupan el primer lugar con 8.23% de adquisición. Sobresale Huatulco con 9.30%. En segundo lugar, se ubican las ciudades pequeñas con 7.45%, donde lidera Ixtlán con 11.15%. En tercer lugar están las grandes con 6.92%, Pinotepa Nacional sobresale con 9.26%. En cuarto lugar están las zonas metropolitanas con 5.21%. Se destaca la ZMO con 5.24% (véase Tabla 12). En este panorama, y desde un punto de vista económico, poseer un vehículo se vincula a los bienes que puede tener una persona con el fin de satisfacer una necesidad, como el desplazamiento al trabajo, a la escuela o a los servicios de salud.

Tabla 12 Viviendas con automóvil, 2000-2015 

Ciudad Viviendas con automóvil Porcentaje de
crecimiento
2000-2015
2000 2005 2010 2015
IXT 128 155 350 625
TEO 248 355 467 592
CUI 167 242 303 378
Promedio en
ciudades pequeñas
181.00 250.67 373.33 531.67 7.45
OCO 641 1 016 1 583 2 208
MIA 946 1 555 2 634 3 259
TLA 1 239 2 555 2 857 3 482
PES 1 059 1 555 3 109 3 884
HTL 1 012 1 555 2 716 3 841
IXP 873 1 498 1 918 2 543
MRO 986 1 555 2 091 2 966
LBO 1 027 1 555 2 539 3 314
Promedio en
ciudades medianas
972.88 1 605.50 2 430.88 3 187.13 8.23
PNA 1 027 1 555 2 753 3 878
HJP 3 232 4 555 6 723 7 498
JUC 1 919 3 555 4 444 4 719
TUX 4 317 6 555 11 256 12 531
Promedio en
ciudades grandes
2 623.75 4 055.00 6 294.00 7 156.50 6.92
ZMT 6 204 8 555 11 698 12 973
ZMO 32 070 45 555 61 208 68 983
Promedio en
zonas metropolitanas
19 137.00 27 055.00 36 453.00 40 978.00 5.21

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI (2000, 2005, 2010 y 2015).

Otro bien es la computadora. En las ciudades medianas se encuentra en las viviendas en 16.50%. Huatulco presenta 9.30% de esta posesión. Las zonas metropolitanas disminuyen en su tenencia (6.51%): la ZMO es la que muestra el menor porcentaje. En las ciudades pequeñas, el teléfono celular se destaca con 14.38%: Cuicatlán exhibe el mayor número de usuarios (15.45%). Las zonas metropolitanas mantienen un incremento de 7.55% en la cantidad de usuarios. Las viviendas con internet predominan en las ciudades pequeñas con 15.93%, y las zonas metropolitanas tienen un incremento de 7.56%.

En cuanto a la calidad de la vivienda (véase Tabla 13), se consideran las casas que tienen piso diferente al de tierra. En este rubro, las ciudades pequeñas ocupan el primer lugar con 5.20%; en segundo lugar, las medianas con 4.13%, entre las que se destaca Miahuatlán; en tercer lugar, las grandes con 3.70%. Pinotepa Nacional es la que obtuvo el mayor porcentaje. Las zonas metropolitanas muestran 3.27%, entre las que sobresale la ZMO.

Tabla 13 Viviendas con piso, 2000-2015 

Ciudad Viviendas con piso diferente al de tierra Porcentaje de crecimiento
2000-2015
2000 2005 2010 2015
IXT 624 744 1 148 1 836
TEO 1 232 1 560 1 879 2 525
CUI 1 297 1 591 1 875 2 384
Promedio en
ciudades pequeñas
1 051.00 1 298.33 1 634.00 2 248.33 5.20
OCO 2 396 2 442 3 754 4 191
MIA 3 869 3 764 7 040 9 249
TLA 4 054 5 144 6 969 8 615
PES 5 366 6 494 9 901 12 384
HTL 4 999 6 848 8 819 11 981
IXP 5 177 6 170 6 443 7 960
MRO 7 664 8 483 9 272 10 050
LBO 8 119 9 093 10 406 12 014
Promedio en
ciudades medianas
5 205.50 6 054.75 7 825.50 9 555.50 4.13
PNA 6 362 7 243 10 127 12 219
HJP 9 897 11 267 15 612 17 981
JUC 14 829 17 363 20 840 24 084
TUX 25 194 31 512 37 110 42 726
Promedio en
ciudades grandes
14 070.50 16 846.25 20 922.25 24 252.50 3.70
ZMT 27 786 30 358 36 981 43 086
ZMO 99 294 140 690 138 654 162 700
Promedio en
zonas metropolitanas
63 540.00 85 524.00 87 817.50 102 893.00 3.27

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI (2013).

Otras de las características que se suman a la calidad de la vivienda, es que cuenten con techo de losa de concreto, de teja, viguería, de lámina, de cartón u otro material. Ésta se observa en las grandes ciudades en 2.80% con tendencia creciente. En cambio, en las zonas metropolitanas se presenta en 2.37% de las casas. También se consideraron las viviendas que tienen paredes de ladrillo o similar, de madera, de cartón y/o lámina. Las ciudades medianas lo muestran en 2.82%, las ciudades pequeñas, en 2.43%. En cuanto a las viviendas con dos cuartos o más, predominan las de las ciudades grandes (13.37%), luego las medianas (10.47%). Las zonas metropolitanas tienen 1.61% y las pequeñas 0.52%.

Las casas con cocina y usos exclusivos abundan en las ciudades pequeñas (1.51%), después las grandes (1.18%). En menor grado se ubican las medianas (0.69%) y en último lugar, las zonas metropolitanas (0.58%).

La interacción de la vivienda saludable y el estado de salud en Oaxaca

El comportamiento del conjunto de los índices de estado de salud (IES) y de vivienda saludable (IVS) de las ciudades de Oaxaca se muestra en la Figura 13. El primero inició con un nivel muy bajo (0.11 en 2000). Sin embargo, incrementó a 0.77 en 2010, y en 2015 obtuvo un nivel medio de 0.56, pero muestra un descenso notable entre 2011 y 2015.

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI (2000, 2005, 2010 y 2015).

Figura 13 Comportamiento del IES con el IVS en las ciudades, 2000-2015 

El IVS en 2000 tenía un valor de 0.02. Tuvo una tendencia creciente hasta 2004 y se estancó en 2005 (0.29). Mantuvo un nivel bajo, pero con tendencia creciente hasta 2015 (0.93). Los índices se comportan de forma análoga hasta 2010, cuando el IES inició la tendencia a la baja, alcanzando valores medios, y el IVS continuó de forma creciente hasta alcanzar valores altos. El promedio del IES fue de nivel medio (0.48). El IVS también reflejó un nivel medio (0.52) (véase Tabla 14).

Tabla 14 Clasificación del IES e IVS 

AÑO IES Nivel IVS Nivel
2000 0.11 Muy bajo 0.02 Muy bajo
2001 0.20 Muy bajo 0.11 Muy bajo
2002 0.27 Bajo 0.18 Muy bajo
2003 0.32 Bajo 0.24 Bajo
2004 0.38 Bajo 0.29 Bajo
2005 0.41 Medio 0.29 Bajo
2006 0.48 Medio 0.44 Medio
2007 0.53 Medio 0.53 Medio
2008 0.58 Medio 0.60 Medio
2009 0.65 Alto 0.66 Alto
2010 0.77 Alto 0.70 Alto
2011 0.69 Alto 0.77 Alto
2012 0.64 Alto 0.83 Muy alto
2013 0.59 Medio 0.88 Muy alto
2014 0.57 Medio 0.92 Muy alto
2015 0.56 Medio 0.93 Muy alto
Promedio 0.48 Medio 0.52 Medio

Nota: muy bajo: de 0 a 0.2; bajo: de 0.2 a 0.4; medio: de 0.4 a 0.6; alto: de 0.6 a 0.8, y muy alto: de 0.8 a 1.0.

Fuente: elaboración propia con base en Gujarati y Porter (1999).

La asociación estadística entre IES e IVS exhibe un coeficiente R cuadrado marginal con un valor de 0.855 y un estimador del IVS significativo en términos estadísticos (p<0.001) (véase Tabla 15), lo que indica una fuerte asociación positiva que muestra que a lo largo del tiempo la vivienda saludable tiene un efecto favorable en el estado de salud de las ciudades de Oaxaca. Este comportamiento demuestra que a lo largo de los años analizados se ha manifestado una tendencia al mejoramiento de los indicadores de estas variables, pero, a diferencia del crecimiento del índice de la vivienda saludable, en el modelo se observa que cuando éste alcanza un valor máximo de 1.00, el índice del estado de salud tan sólo logra un valor máximo de 0.79 (véase Figura 14), lo que apunta a que el valor restante del estado de salud de las ciudades requiere, o tiende a ser explicado, por otro tipo de indicadores.

Tabla 15 Resultados del modelo de regresión lineal de efectos mixtos con intercepto aleatorio 

Efecto fijo Estimador
Intercepto 0.12113*
IVS 0.66998*
Efecto aleatorio Varianza
Ciudad 0.0001695
Residual 0.0053946
R2 Varianza explicada
R2 marginal 0.8554782
R 2 condicional 0.8598816

Nota: *p<0.001

Fuente: elaboración propia con apoyo en el software R versión 4.0.3 a través del entorno RStudio.

Fuente: elaboración propia con base en los resultados de la Figura 12.

Figura 14 Asociación del IES con el IVS, 2000-2015 

Discusión y conclusiones

La hipótesis planteada según la cual la vivienda saludable (IVS) tiene un efecto positivo en el estado de salud (IES) de las ciudades de Oaxaca, se demuestra con base en el análisis realizado. Se observa una fuerte asociación entre el IES y el IVS en el periodo estudiado, lo cual representa un factor que promueve la salud urbana. El panorama anterior muestra que, a pesar de los rezagos sociales y de la marginación existentes en las ciudades de estudio, se esboza una concordancia entre el IES y el IVS, pues las viviendas saludables que poseen estimulan el estado de salud de los centros urbanos, lo que significa que la población oaxaqueña tiende a contribuir de forma favorable al estado de salud de sus ciudades.

No obstante, el análisis estadístico que se aplicó muestra, por un lado, valores medios no óptimos, de ambas variables, lo que indica que aún hay carencias por resolver, y también que una proporción del estado de salud de las ciudades de Oaxaca no se explica por medio de la vivienda saludable, sino que depende de otros factores, entre los cuales pueden señalarse: a) la capacidad del sistema de salud para prestar servicios a la población, que aún muestra deficiencias por la falta de recursos financieros, materiales y humanos; b) la desigual distribución territorial de equipo hospitalario en sus distintas instituciones y ciudades y la falta de planeación al respecto; y c) los rezagos de infraestructura y equipo que arrastran las ciudades que se analizaron, sobre todo en sus áreas marginadas.

Con respecto al primer y segundo puntos, en las ciudades examinadas se requiere mayor inversión en infraestructura, en la plantilla de trabajadores y en otros recursos materiales del sistema de salud. Dicha inversión debe basarse en la planeación equitativa entre las ciudades, en la que se mantenga el equilibrio de distribución y se evite la alta concentración de los recursos de salud, como sucede en las grandes ciudades y de manera particular en las zonas metropolitanas, cuya integración de los recursos manifiesta déficits que no satisfacen las necesidades de su población derechohabiente y también de las grandes, medianas y pequeñas ciudades cuya población tiene que trasladarse a las grandes ciudades para sus tratamientos de salud.

Relacionado con el tercer punto señalado, se recomienda atender la dotación de infraestructura y equipo (agua, drenaje, recolección de desechos sólidos, entre otros) en las zonas marginadas y vulnerables de todo tipo de ciudades, pues si hay precariedad en su construcción y accesibilidad a los servicios básicos, ésta no sólo se reflejará en la salud de las personas, sino también en el estado de salud de dichas zonas. Si se suman agentes externos que de manera cotidiana están en torno de la vivienda, como la falta de higiene y las condiciones sanitarias, incrementa la tendencia al mal estado de salud de los residentes.

Con respecto a la construcción de la vivienda saludable, se recomiendan apoyos económicos y capacitación para que los habitantes de las zonas marginadas y vulnerables de las ciudades tengan acceso a materiales durables para la construcción o remodelación de su vivienda, debido a que en dichas zonas, por tradición, la mayorías de las casas se edifica con materiales perecederos y mediante la autoconstrucción.

En todo tipo de ciudades las fuentes de abastecimiento y la calidad del agua deben aumentar en paralelo, al igual que los servicios de saneamiento, a fin de que las viviendas sean salubres. De lo contrario, acaecerían múltiples problemas de salud, entre ellos, dengue, tuberculosis, paludismo, infecciones respiratorias y enfermedades diarreicas. En este punto, conviene hacer referencia al uso de diferentes combustibles sólidos (residuos de cosecha, leña y carbón) como fuente primaria de energía para cocinar y para la calefacción, que se usan en la mayoría de las zonas marginadas de las ciudades de estudio, lo cual causa infecciones respiratorias agudas y enfermedades de obstrucción pulmonar.

En síntesis, el análisis que se ha llevado a cabo demuestra que el estado de salud de las ciudades ―en este caso las de Oaxaca― mejora con el progreso de viviendas saludables, pues, como señala Barceló (2011), “puede pensarse en la vivienda como un primer espacio de construcción de la salud pública” (p. 134).

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1Se refiere a las políticas que permiten y favorecen que un beneficiario obtenga una vivienda, no sólo a través de créditos como trabajador, sino también de micro financiamientos, subsidios para no derechohabientes y a través de la adquisición de terrenos para construir.

Cómo citar: Miguel Velasco, A. E., López Hernández, R. C., y Miguel Cruz, A. (2022). Vivienda saludable y estado de salud en las ciudades. El caso de Oaxaca, México. región y sociedad, 34, e1514. doi: 10.22198/rys2022/34/1514

Recibido: 22 de Junio de 2021; Revisado: 20 de Octubre de 2021; Aprobado: 18 de Enero de 2022

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