SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.33Psychological Manifestations during the First COVID-19 Cases in Users of the Crisis Intervention Call Center in SonoraElectoral Integrity and Subnational Electoral Management Bodies in Mexico: The Role of Impartiality author indexsubject indexsearch form
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Región y sociedad

On-line version ISSN 2448-4849Print version ISSN 1870-3925

Región y sociedad vol.33  Hermosillo  2021  Epub Nov 16, 2021

https://doi.org/10.22198/rys2021/33/1453 

Artículos

Artesanía textil, reciprocidad, liderazgo y reproducción social en Zinacantán, Chiapas

Textile Craftwork, Reciprocity, Leadership, and Social Reproduction in Zinacantán, Chiapas

Claudia Elizabeth Tovilla Borraz* 
http://orcid.org/0000-0001-5175-3035

Carla Beatriz Zamora Lomelí** 
http://orcid.org/0000-0003-4089-2659

Erin Estrada Lugo*** 
http://orcid.org/0000-0001-6544-2270

María Amalia Gracia**** 
http://orcid.org/0000-0002-1920-5618

* El Colegio de la Frontera Sur, Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural. Carretera Panamericana y Periférico Sur s. n., María Auxiliadora, C. P. 29290. San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. Correo electrónico: clau.tovilla@gmail.com

** El Colegio de la Frontera Sur, Departamento de Agricultura, Sociedad y Ambiente. Carretera Panamericana y Periférico Sur s. n., María Auxiliadora, C. P. 29290. San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. Correo electrónico: czamora@ecosur.mx

*** El Colegio de la Frontera Sur, Departamento de Agricultura, Sociedad y Ambiente. Carretera Panamericana y Periférico Sur s. n., María Auxiliadora, C. P. 29290. San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. Correo electrónico: eestrada@ecosur.mx

**** El Colegio de la Frontera Sur. Departamento de Sociedad y Cultura. Av. Centenario km 5.5, C. P. 77014, Chetumal, Quintana Roo, México. Correo electrónico: magracia@ecosur.mx


Resumen

Objetivo: conocer qué importancia tienen la reciprocidad y el liderazgo en la cooperativa Mujeres Sembrando la Vida, de Zinacantán, Chiapas, a partir del análisis de las estrategias de adaptación a la arena textil de estas mujeres y su incidencia en la reproducción social. Metodología: se utilizan método y técnicas cualitativas de investigación. Resultados: los grupos domésticos usan diversas facetas de reciprocidad simétrica y asimétrica y liderazgo comunitario en tres ámbitos de trabajo: grupo localizado de producción, cooperativa o proyecto asociativo y arena textil para su reproducción social. Limitaciones: las condiciones derivadas de la emergencia sanitaria debida al SARS-CoV-2 causaron la suspensión de las salidas al campo y el traslado de éste al ambiente virtual. Valor: se establece que el parentesco y el sistema de cargos son la base de las relaciones sociales, con lo cual se demuestra que las mujeres desarrollan estrategias de adaptación en el campo textil. Conclusiones: a través de la apropiación y de la resignificación de la figura de cooperativa, los grupos localizados de producción se insertan en una economía de mercado mediante una estrategia con anclaje cultural, lo que demuestra capacidad adaptativa y autogestión para garantizar su reproducción social en un entorno diverso en términos culturales, como es la arena textil.

Palabras clave: reproducción social; reciprocidad; liderazgo; cooperativa; mujeres; artesanía textil; Chiapas

Abstract

Objective: to identify the reciprocity and leadership role within the Mujeres Sembrando la Vida cooperative in Zinacatán, Chiapas, through the analysis of the strategies employed for their adaptation to the textile arena, and their incidence in social reproduction. Methodology: qualitative research methods are used. Results: domestic groups use diverse sides of symmetrical and asymmetrical reciprocity and communal leadership in three fields: localized groups of production, cooperative or associative project, and textile arena for social reproduction. Limitations: derived conditions from sanitary emergency due to SARS-Cov2 caused the suspension of field work, shifting this to the virtual environment. Value: it is established that kinship and cargo system are the base for social relations, and demonstrate that women develop adaptation strategies in the textile arena. Conclusions: though the appropriation and resignification of the figure of cooperative, the localized groups of production insert into the market economy by means of cultural anchoring, which demonstrates their adaptive capacity and self-management to guarantee their social reproduction in a culturally diverse environment, such as the textile arena.

Keywords: social reproduction; reciprocity; leadership; cooperative; women; textile handcraft; Chiapas

Introducción

Las numerosas crisis económicas en México (Camberos y Bracamontes, 2015, p. 224), agravadas por la puesta en marcha de políticas neoliberales, han incidido en las estrategias económicas y sociales de las familias campesinas (Appendini y Luca, 2006, p. 33). De acuerdo con Olivera (2011, p. 22), en la década de 1990, la incorporación de las mujeres al trabajo informal para obtener ingresos fue precedida por la reforma al artículo 27 constitucional que dio paso a la privatización de tierras ejidales y comunales, a la liberación del mercado de granos y a la eliminación de los subsidios a la producción campesina, medidas que precarizaron aún más la vida rural.

En ese contexto, ha habido una penetración cada vez mayor del mercado en las sociedades indígenas (Olivera, Bermúdez y Arellano, 2014, p. 47), y el municipio de Zinacantán, Chiapas, no es la excepción. Con cada vez menos tierras para el cultivo de alimentos (Rus y Collier, 2002, p. 8), en dicho municipio se ha documentado la incorporación de nuevas ocupaciones laborales, como la burocracia gubernamental, el transporte, la diversificación de cultivos y el aumento de la actividad artesanal, al tiempo que se ha subrayado el incremento de la desigualdad y la diferenciación social (Cancian, 1992, p. 202; Collier y Montjoy, 1988, p. 5; Greenfield, 2004, p. 1). Así, por ejemplo, Greenfield (2004) observó en la década de 1990 que las actividades de subsistencia en la comunidad de Nabenchauc, municipio de Zinacantán, se habían expandido de manera muy visible hacia el comercio, y los cambios eran un reflejo de mayor intercambio, tanto con “el mundo hispano-parlante” como con la economía nacional (p. 2). En ese sentido, Cancian (1992), Rus y Wasserstrom (2014), Viqueira (1997 y 1998) y Wasserstrom (1976) han analizado la capacidad de la población zinacanteca para adaptarse a diferentes circunstancias a lo largo de su historia.

Sin embargo, los cambios en las actividades económicas producen retos para los grupos domésticos, como en el caso de la producción y la comercialización textil, porque aumenta la carga de trabajo de las mujeres (Appendini y Luca, 2006, p. 56; Ramos, 2016, p. 151). Ellas, además de sus labores cotidianas, utilizan la casa como centro de producción de artesanías (Novelo, 2008, p. 120; Ramos, 2010, p. 175).

Por otro lado, la política social para el campo ha tenido un carácter asistencial (Appendini y Luca, 2006, p. 15) que no ha logrado apoyar por completo la producción de pequeños y medianos productores (Villafuerte, 2015, p. 21), como tampoco lo han logrado las políticas de incentivos para la actividad textil, por lo que las familias rurales han debido crear sus propias estrategias, entre las que destacan la organización social (Nigh, 2002, p. 80) y las relaciones de reciprocidad como recurso organizativo de los grupos domésticos (Estrada, 2012, p. 334; Loritz, 2016, p. 107). Bolom (2017) y Ramos (2010) han planteado que la penetración del mercado ha contribuido a una mayor individualización, lo que ha provocado conflictos en los grupos domésticos. En Zinacantán, la situación no sigue el patrón, aunque se encuentra latente.

En este estudio de caso se reflexiona sobre las estrategias de reproducción social a las que recurren las mujeres artesanas de la cooperativa Mujeres Sembrando la Vida (MSV) en su proceso de adaptación al campo textil y sobre la importancia de la reciprocidad en los tres ámbitos en que se desarrolla la actividad: el grupo localizado de producción, la cooperativa y la arena textil.

El artículo se divide en cinco apartados. En el primero se exponen las consideraciones téorico-conceptuales que guían el estudio. En el segundo se aborda el enfoque metodológico. El tercer apartado se centra en los resultados e incluye los antecedentes, la estructura organizativa y analiza la construcción de las relaciones de reciprocidad en los diferentes ámbitos en que la cooperativa desarrolla la actividad artesanal textil, así como las tensiones que emergen entre los actores. El cuarto apartado expone la discusión sobre el caso y en el quinto se muestran las conclusiones. Cabe señalar que parte del trabajo de campo se llevó a cabo en el contexto de la emergencia sanitaria debida al SARS-CoV-2, por lo cual las últimas entrevistas que se realizaron dan cuenta de la situación: las mujeres solteras que viven solas y que se dedican por completo a la actividad textil, no sabían cómo iban a resolver el problema de la merma de sus ingresos, porque desde principios de marzo habían dejado de vender.

Consideraciones teórico-conceptuales

El trabajo se sustenta en los conceptos de reproducción social, grupo doméstico y cultura que propone Robichaux (2002). La reproducción social que se plantea como la perpetuación de los valores que se heredan de manera social y que “se manifiestan empíricamente en la forma de grupos domésticos y de parentesco localizados con características determinadas” (p. 299), explica el trabajo de la integración de los grupos localizados de producción como unidades conformadas por mujeres que pueden pertenecer al mismo grupo doméstico o a otros, y que se asocian en cada localidad para la producción y la comercialización de textiles a través, en este caso, de la cooperativa, pero que también pueden pertenecer a otros proyectos asociativos.

El planteamiento de Robichaux recupera la noción de cultura que propone D’Andrade (1981, p. 179), en la que el cuerpo de aprendizajes transmitidos de generación en generación incluye soluciones a problemas cotidianos, como obtener alimentos o criar a los hijos. En este aspecto, los grupos humanos han desarrollado soluciones particulares (Robichaux, 2002, p. 303), como la residencia o la cooperación para el trabajo. Es importante referir que los grupos domésticos, concebidos como el grupo residencial, pueden incluir a más de una pareja, a parte de ésta o a los parientes colaterales (p. 286). En el contexto de este trabajo, dichos grupos representan la institución social mediante la que se transmiten de generación en generación conocimientos, valores, creencias, formas de trabajo, de crianza de los hijos y de cooperación.

Los grupos domésticos mantienen un ciclo de desarrollo: 1) expansión, que se refiere al crecimiento de la familia nuclear y que comienza con la unión de una pareja y termina con la dispersión o fisión y reemplazo o sustitución; 2) la fisión es la fase en la que los hijos salen de la residencia para formar sus propios grupos; y 3) el reemplazo ocurre cuando el ciclo termina con la muerte de la pareja y se sustituye por otra (Fortes, 1958, pp. 4-5). El ciclo de desarrollo en el que se encuentren estos grupos tendrá influencia en la carga de trabajo de las mujeres y en las estrategias de reciprocidad a las que podrían recurrir para estar en posibilidad de participar en uno o más proyectos asociativos.

Este artículo considera artesanía textil todas las piezas elaboradas “ya sea totalmente a mano, o con ayuda de herramientas manuales o incluso medios mecánicos, siempre que la contribución manual directa del artesano siga siendo el componente más importante del producto acabado” (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [UNESCO], 1997, p. 7). Aquí se reflexiona a partir de la noción de dinamismo, enraizada en la concepción de que las culturas tampoco se mantienen estáticas (Novelo, 2008, p. 15), por lo que los artesanos usan técnicas y nuevos conocimientos de acuerdo con lo que demanda el mercado. Es el caso de la elaboración de algunas de las piezas de las MSV: por presiones externas y por la necesidad de mayores ingresos, las artesanas confeccionan diseños nuevos de manera constante e introducen técnicas de bordado a máquina, aunque siempre son sus manos y su creatividad las que guían la labor.

Para entender la forma en que las mujeres de la cooperativa MSV construyen la reciprocidad y determinar sus estrategias de adaptación a la arena textil, en el presente trabajo conjugaron los conceptos anteriores con la perspectiva del actor (Long, 2007). En ella las nociones de campo social, dominio y arena están trazadas como vinculantes entre los diferentes espacios sociales. Estas nociones y la forma en que se construyen sirvieron para identificar que el campo textil de Los Altos es donde confluyen los recursos, las tecnologías y las instituciones que se relacionan con el sector artesanal textil. La noción de arena permitió identificar a otros actores, tanto individuales como colectivos, que se vinculan con las MSV, aunque no siempre están presentes en el territorio.

En ese sentido, se toma el concepto de actor como sujeto de acción, con capacidad para autoproducción de la vida social (Touraine, 1987, p. 32), capacidad que otros reconocen (King, Felin y Whetten, 2010). Para el objetivo del estudio, el concepto de arena como el espacio donde se lleva a cabo el intercambio entre quienes producen y quienes diseñan, comercializan o realizan ambas actividades, así como el concepto de dominio, dieron cuenta de qué tanto, en el campo como en la arena textil, algunos procesos están anclados en valores culturales que producen fronteras simbólicas y tensiones.1

Por su parte, la reciprocidad explorada mediante la economía del don, de Mauss (1954), plantea la obligación de dar, recibir y devolver, al igual que los contratos generalizados en las sociedades previas a la monetarización. También estima que las motivaciones para dar podrían provenir de la rivalidad o de la competencia, del honor o del prestigio. Aquí se argumenta que la reciprocidad toma diversas formas en el tránsito del grupo localizado de producción a la arena textil. Bien puede manifestarse como intercambio no mercantil de trabajo y fuerza de trabajo entre iguales, en la que se presupone una relación de simetría (Polanyi, 1974, p. 7) o relación entre partes en la que, como una nota de crédito o deuda, se espera recibir algún beneficio en un futuro inmediato o posterior, y en la que no siempre existe el principio de igualdad o simetría. Narotzky (2002) señala la polisemia del concepto de reciprocidad y sugiere, en primer término, fijarse en las relaciones sociales “que sustentan flujos de transferencia sobre una moral de las obligaciones distinta de la del contrato” (p. 16).

En América Latina algunos ejemplos sobre grupos indígenas que establecen intercambios recíprocos se encuentran en el buen vivir (sumak kawsay en quechua), que busca la armonía entre uno mismo, con la comunidad y con la naturaleza (Gómez, 2016; Maya, 2015), el ayni entre los aymaras es el intercambio de trabajo y de bienes (Seto, 2016; Wutich, Beresford y Carvajal, 2017). En México se habla de la mano-vuelta: en Chiapas se utiliza para la construcción de casas y para el trabajo en la milpa. La ayuda proporcionada se devuelve de inmediato o más tarde (Santana, 2014, pp. 86-87). La fiesta de la Guelaguetza en Oaxaca es otro ejemplo de dones entre comunidades; se dona y se consume allí mismo (Sempio, 2020).

Sahlins (1974, pp. 212-214) argumenta la existencia de tres tipos fundamentales de reciprocidad: a) generalizada, b) balanceada y c) negativa. Se llevan a cabo en diferentes espacios sociales, desde el grupo de parentesco cercano hasta los parientes lejanos, en la comunidad o en grupos sociales distintos. De igual forma, la noción de reciprocidad asimétrica que plantea Mitchell (1994), explica las relaciones de intercambio entre personas que ocupan lugares diferentes en la estructura social, o que en el contexto de este trabajo han tenido acceso a experiencias que las coloca en una situación de mayor privilegio. Las ideas de ambos autores sirvieron para comprender las relaciones y su vínculo con el liderazgo comunitario.

Como parte de la estrategia adaptativa al campo textil en un contexto de penetración creciente del mercado y de precarización de la vida rural, las mujeres emplean liderazgos caracterizados por la habilidad para conducir a otras mujeres para alcanzar objetivos comunes, lograr la empatía, establecer la representación sin subordinación, educar y adquirir una experiencia anclada en la cultura zinacanteca. Estos tipos de liderazgo también se remiten a la noción de prestigio del lugar (Cancian, 1976, p. 106), que motiva al servicio comunitario.

Metodología

La historia de la cooperativa Mujeres Sembrando la Vida (MSV), organización de mujeres que produce piezas de indumentaria innovadoras, es un estudio de caso para comprender la forma en la que las mujeres construyen la estrategia para adaptarse a la actividad textil y de qué forma es importante para su reproducción social.

El estudio de caso de las MSV se realizó a través del enfoque etnográfico (Gundermann-Kröll, 2013, p. 235). Las técnicas de recolección de información fueron la observación participante y diez entrevistas semiestructuradas a las artesanas, dos entrevistas en profundidad a quienes fueron asesores de la cooperativa en sus primeros años y a dos actores del campo textil. También se llevó a cabo investigación documental.

En las entrevistas semiestructuradas se aplicó un cuestionario enfocado en el tema de interés. En la Tabla 1 se muestra el perfil de las mujeres entrevistadas. Los actores del campo textil se eligieron porque han tenido relación con la cooperativa: se trata de dos mujeres de la Ciudad de México, con más de diez años en la actividad textil. Una de ellas es fundadora de una organización que, en sus primeros años, se dedicó al fortalecimiento organizativo y al desarrollo de habilidades de grupos de artesanas. La otra ha desarrollado un emprendimiento social con mujeres de diversas comunidades, con quienes promueve la autogestión y la autonomía económica. Además, se dedica al rescate de técnicas textiles que se han abandonado.

Tabla 1 Perfil de las mujeres entrevistadas 

Edad Localidad Cargo en la organización Escolaridad Estado civil
1 38 Zinacantán Promotora y lideresa Licenciatura Soltera
2 33 Elambó Bajo Inventarios y representante Secundaria Soltera
3 40 Elambó Bajo Ninguno 2º de primaria Casada
4 44 Jechentik Representante No fue a la escuela Casada
5 21 Jechentik Artesana Secundaria Soltera
6 29 Nachig Artesana Primaria Soltera
7 20 Nachig Artesana Telesecundaria Soltera
8 31 Pasté Artesana Primaria Casada
9 22 Elambó Bajo Artesana 2º de preparatoria Soltera
10 56 Nachig Artesana 3º de primaria Soltera

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de las entrevistas.

La investigación de campo se llevó a cabo entre diciembre de 2019 y junio de 2020. El trabajo se divide en tres etapas. Durante la primera se establecieron los contactos iniciales y se visitaron las cinco localidades, que en ese momento tenían grupos activos de artesanas. La segunda etapa está conformada por la continuación de las visitas de campo que sirvieron para realizar registros etnográficos y las entrevistas semiestructuradas en todas las localidades. Se llevaron a cabo más visitas a la cabecera municipal para observar diferentes aspectos del funcionamiento de la cooperativa, así como una inmersión a la cultura zinacanteca. El trabajo contemplaba la creación de grupos de enfoque con las artesanas en las comunidades, pero esto no pudo hacerse debido a la emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia. Entonces comenzó la tercera etapa trasladando la investigación al ambiente virtual. Se asistió al foro Entrelazando Voces, que se llevó a cabo durante cinco viernes del 1 de mayo al 9 de junio de 2020, en el que se reunieron diversos actores del sector artesanal textil, incluidos los representantes de la cooperativa. El foro tuvo el objetivo de establecer las bases para un decálogo de buenas prácticas de comercio ético en el sector artesanal textil. Las entrevistas a los actores relacionados con el trabajo de la cooperativa se realizaron por medio de la aplicación Skype®.

El análisis de la información consideró el diario de campo, las transcripciones de las entrevistas, la información obtenida de los estudios que se citan y las notas del foro en línea. Durante el trabajo de campo se observó la organización del trabajo, la representación, la participación y el liderazgo, lo que permitió definir los tres ámbitos en los que se desarrollan las labores de textil artesanal de la cooperativa: a) el del grupo localizado de producción (en el tiempo de estudio había cinco grupos de producción localizados activos); b) el de la cooperativa, formado por los grupos localizados de producción, uno por cada comunidad: Nachig, Pasté, Elambó, Jechentik y en la cabecera municipal en rojo en la Figura 1; c) el de la arena textil, espacio en el que confluyen las representantes de la cooperativa, intermediarios de diversos tipos, como clientes minoristas, mayoristas, diseñadores, redes de artesanas y otros colectivos de artesanas.

Fuente: Comité Estatal de Información Estadística y Geográfica (CEIEG, 2020).

Figura 1 Municipio de Zinacantán 

Con base en el objetivo de la investigación y con el apoyo del programa Atlas ti ® versión 8.4.4., se elaboraron las categorías de análisis (véase Figura 2) relacionadas con los tres ámbitos en los que se desarrolla el trabajo artesanal textil de la cooperativa.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de las entrevistas.

Figura 2 Ámbitos, categorías y subcategorías de análisis 

En la sistematización y en el análisis de la información emergieron la reciprocidad y el liderazgo como categorías transversales, y se registró que las diversas formas en que las mujeres utilizan la reciprocidad y el estilo de liderazgo -a su vez son estrategias de reproducción social zinacanteca- orientan la principal estrategia de adaptación al campo textil. En el examen también se encontraron los retos o las tensiones latentes en la cooperativa, así como los procesos que se experimentan como problemas en la arena textil.

Resultados del caso de estudio: cooperativa Mujeres Sembrando la Vida

Antecedentes y estructura de la cooperativa

La historia de la cooperativa tiene dos fases. La primera estuvo asesorada por la organización no gubernamental Foro para el Desarrollo Sustentable (FDS). La segunda corresponde al liderazgo de quien fungió como promotora en FDS y su hermana, ambas hijas de una de las socias fundadoras.

El antecedente organizativo de la cooperativa MSV es Nichim Jolovil (flor y tejido en tsotsil), integrada en 1994 dentro del contexto de la derrama de recursos poco después del levantamiento zapatista. La organización, constituida legalmente en 1998, estaba compuesta por hombres y mujeres de Zinacantán para trabajar la floricultura y la artesanía (Álvarez, 2003, p. 113). Cuando el presidente y tesorero de Nichim Jolovil se acercó al FDS para llevar a cabo un proyecto que beneficiaría a 35 artesanas en 2000, se inició una relación cuyo propósito original era abordar la problemática de acceso a los financiamientos para las mujeres rurales. Así se creó el Programa de Ahorro y Crédito (PAC), dirigido a los grupos solidarios con garantía mancomunada. El FDS acompañaba a la organización con capacitación técnica, organizativa y financiera.

Aunque Nichim Jolovil era una organización mixta, las mujeres no participaban en puestos de administración ni de representación. Pero en 2001, debido a una situación emergente, dos mujeres ocuparon los cargos de secretaria y tesorera (Álvarez, 2003, p. 116; FDS, 2004, p. 11). En el acta constitutiva de la asociación no aparecían los nombres de las dos artesanas con cargos administrativos y ellas tampoco podían participar en los puestos de representación para la toma de decisiones. Estos dos hechos se sumaron a que los hombres de la asociación no pagaron un crédito que el entonces Instituto Nacional Indigenista les había concedido y ocasionaron la ruptura que llevó a las artesanas a reagruparse y formar una nueva organización, esta vez exclusiva para mujeres. El FDS siguió asesorándolas durante varios años y desarrollaron el programa de ahorro y crédito en la cooperativa (FDS, 2004, p. 11).

La asesoría se extendió al desarrollo de proyectos de restauración de bosques, creación de fogones ahorradores, producción de lombricomposta y construcción de tanques de ferrocemento. En ese periodo, el FDS contrató a dos jóvenes, hijas de las mujeres que habían sido promotoras del PAC en las comunidades. Una de ellas continúa siendo responsable de la promoción y de las relaciones públicas de las MSV, y mantiene el papel de liderazgo vinculado a esa época.

Mujeres Sembrando la Vida se constituyó ante notario público en 2008, con 200 socias, 70 dedicadas a la elaboración de textiles mediante telar de cintura y al bordado de telas a mano y a máquina, y 130 que participaban en la sección de ahorro y crédito. Las artesanas textiles son originarias de siete localidades: Nachig, Nabenchauc, Elambó, Jechtoch, Jechentic, Pasté y de Zinacantán, la cabecera municipal.

No obstante, durante el estudio se encontraban activas cerca de cincuenta artesanas de cinco comunidades -un grupo por cada comunidad-, y el PAC estaba vigente sólo en Elambó. De acuerdo con el informe de sistematización del FDS (2004, p. 31), y conforme a lo observado, la dinámica de permanencia de las mujeres en los grupos ha sido variable.

En la cooperativa, la instancia de toma de decisiones más importante es la Asamblea General de socias. De ésta se desprenden el Consejo de Administración, que está conformado por presidenta, secretaria y tesorera, el Consejo de Vigilancia, con tres integrantes, y las comisiones de Previsión Social y de Educación, también con tres integrantes cada una. Las representantes de los grupos reportan al Consejo de Administración. En la operación se observó una división de tareas operativas que está relacionada sobre todo con la producción y comercialización textil.

El proceso organizativo se fundamenta en la división del trabajo, es decir, en la especialización de actividades: tejer, bordar a mano o a máquina, confección, diseño, desarrollo de nuevos productos y tareas operativas relacionadas con la comercialización (promoción, relaciones públicas, contabilidad y control de inventarios). Tres mujeres hacen las funciones operativas y toman las decisiones cotidianas. Como se mencionó con anterioridad, dos de ellas son hermanas, hijas de una de las fundadoras, y comparten residencia. Las tres tienen liderazgo, legitimado por el historial de servicio comunitario en el sistema de cargos de sus antecesores, así como por sus atributos y experiencias individuales.

La división del trabajo en la producción se pone en marcha cuando se elaboran pedidos. Por lo tanto, las tejedoras tendrán trabajo sólo si las prendas que se solicitan requieren el tejido. Si el modelo que se pide utiliza telas de fábrica, entonces la cadena se activará a partir de la compra de éstas, labor que se repartirá entre las mujeres que bordan. Las representantes de los grupos participan en la coordinación para la elaboración de pedidos y para las tareas de capacitación. Este arreglo requiere una presión constante sobre las lideresas. Contar con clientes cuyos pedidos den trabajo a un número mayor de mujeres, no siempre es posible debido a las restricciones de la demanda del mercado. De esta manera, habrá artesanas o grupos de ellas que estén inactivos en los periodos en los que no hay suficientes pedidos.

En ese sentido, la encargada de la promoción plantea que uno de los principales retos para la cooperativa es “que las mujeres tengan su salario mínimo y que vivan bien y que tengan la mejor calidad de vida” (Mujer de 38 años, entrevistada el 28 de enero de 2020). La cooperativa tiene una tienda ubicada en la casa de una de las fundadoras, donde las artesanas llevan por iniciativa propia piezas que ponen a la venta.

Una organización no gubernamental enseñó a las artesanas a determinar los precios de las piezas textiles y a dar la asignación de un rango mínimo por hora de trabajo de entre 15 y 20 pesos. Las mujeres entregan sus piezas y la cantidad de horas trabajadas para acordar sus pagos, pero la dificultad es que cuando las piezas y las prendas más comunes se ponen en el mercado, sus precios no pueden competir con los de éste. Otro inconveniente es que algunas artesanas aumentan el número de horas para obtener un pago mayor. Aun así, afirman: “Nosotras aprendemos a hablar, a contestar, a no tener miedo” (FDS, 2004, p. 33).

Ámbitos del trabajo artesanal textil en la cooperativa

En la investigación de campo se observó que el trabajo artesanal textil de la cooperativa se desarrolla en tres ámbitos: 1) el del grupo localizado de producción, cuya composición se describió en el apartado conceptual; 2) el de la cooperativa, al que también se nombra proyecto asociativo en este texto; y 3) el de la arena textil, que es el espacio donde confluyen otros actores y donde se lleva a cabo el intercambio que da inicio a la producción y a la comercialización.

En el proyecto asociativo, el papel del liderazgo -vinculado al servicio comunitario y al prestigio- es determinante para enlazar los ámbitos donde se desarrolla la actividad, porque para poner en marcha el engranaje de la producción textil, las lideresas deben gestionar pedidos en la arena textil a través de la promoción, las alianzas, las relaciones y las redes.

Grupo localizado de producción

Como se ha mencionado, el grupo localizado de producción (GLP) está integrado por mujeres con lazos de parentesco lineal o ritual y por vecinas que pueden pertenecer al mismo grupo doméstico o a otro, pero que se juntan para la producción y la comercialización textil por la vía del proyecto asociativo MSV. En algunos casos, estas mujeres podrían ser parte de una familia extendida, tener lazos agnaticios o cognaticios. Todas las artesanas entrevistadas han tenido un pariente cercano, hermano, padre o abuelo, en el sistema de cargos religiosos en Zinacantán.

Las mujeres de los grupos domésticos se insertan en una economía de mercado, forman parte de los GLP y utilizan la cooperativa como intermediaria. Uno de los cinco GLP es parte de más de un proyecto asociativo. A escala individual, se observa este dinamismo entre las mujeres solteras que se entrevistaron. Una de ellas mencionó estar en cuatro diferentes proyectos cuyas lógicas organizativas son diversas. Mujeres Sembrando la Vida es la única cooperativa en la que participa. De manera individual, también tienen más de una estrategia de venta, pero comercializar sus productos por medio de la cooperativa es mejor pagado, aunque el tiempo para obtener ingresos es más largo.

La reciprocidad en los GLP se manifiesta en la cooperación para el trabajo. Ocurre cuando una mujer, al no poder cumplir con los tiempos ya sea por enfermedad o por carga de trabajo, recibe el apoyo de sus parientes por la línea materna, madre, hija o hermana. Fuera del círculo familiar cercano, incluso en el mismo GLP, la ayuda está condicionada a que exista una deuda con la otra persona. Así lo plantea una de las mujeres entrevistadas: “Cuando me han ayudado, también voy a ayudar” (Mujer de 20 años, entrevistada el 12 de marzo de 2020).

Otras formas de reciprocidad en los grupos se llevan a cabo cuando las representantes organizan reuniones, fungen de traductoras, se encargan de los pagos o bien capacitan a las otras asociadas. Las mujeres valoran mucho el aprendizaje, como explica una de ellas al referirse a una de las capacitaciones: “Me gusta porque ella me enseñó cómo se hace de bordar y de tejer […]. Sabía pero no es el mismo” (Mujer de 22 años, entrevistada el 12 de marzo de 2020). Las artesanas siguen utilizando el conteo vigesimal maya, y elaborar textiles para la comercialización requiere el aprendizaje de nuevos modelos, las tendencias del mercado y uniformar los tamaños de las prendas.

El interés de las mujeres en la educación es patente. Se ha demostrado cuando participaron en los talleres del FDS y en la elección de representantes. En la mayoría de los grupos se decidió poner al frente a quien sabe leer, escribir y hablar en español. Durante el periodo de asesoría con FDS, nombraron a una mujer mayor y a una joven como delegadas de cada GLP para combinar liderazgo basado en la experiencia con habilidades escolares (FDS, 2004, p. 17).

El ingreso por la venta de las artesanías es con lo que cada grupo doméstico cuenta para complementar el gasto de alimentos, medicinas, escuela y agua, que es escasa para consumo en los hogares. Los grupos domésticos observados tienen diversas estrategias económicas: siembra de maíz y frijol, trabajo asalariado algunos meses al año, comercio o transporte.

Las artesanas están satisfechas con su participación y no tienen problemas para expresar su opinión de manera directa o a través de sus representantes. Al interior de cada GLP el trato para la producción textil no parece presentar jerarquías. Se percibe la confianza basada en los lazos de parentesco que, como se ha mencionado, fortalece la cooperación para el trabajo. La comunicación es rápida a través de sus celulares y, donde no hay señal, como en Elambó, la representante viaja dos veces por semana para reunirse con las demás mujeres. Los fondos de la cooperativa no eran suficientes para cubrir los gastos de viáticos necesarios para visitar todas las comunidades entre diciembre de 2019 y junio de 2020 (el tiempo de la investigación).

Con respecto a los roles de género, las tareas que realizan las artesanas son consistentes con la propuesta de Alberti (1999, pp. 113-114), quien formula cuatro grupos para los diversos trabajos que ellas realizan en el ámbito rural: doméstico, agrícola, social y artesanal. En referencia a la artesanía textil, cuando se trata de grupos domésticos en expansión, las MSV dedican un rato de la mañana y de la noche a esta actividad, al contrario de las mujeres solteras entrevistadas, quienes pasan la mayor parte del día en ese trabajo.

El espacio de socialización femenino sigue siendo privado. Ellas no socializan en su misma comunidad. Tienen escasas amistades que con frecuencia están vinculadas a los colectivos en los que participan y a las relaciones de compadrazgo que han establecido en Zinacantán y en San Cristóbal de Las Casas. La poca relación entre las mujeres de los distintos GLP, la dinámica de permanencia y el tiempo que había transcurrido entre la última asamblea y el momento de la investigación revelaron el limitado intercambio de trabajo entre los GLP. Las asambleas solían ser espacio de convivencia, pero éstas no se han realizado debido al costo del traslado desde las comunidades al punto de reunión y a la cantidad de dinero que implica la realización misma de la asamblea.

Las tensiones en este ámbito emergen cuando las artesanas no cumplen con los plazos de entrega o con la calidad del trabajo. Lo último repercute en los precios de venta y, por consiguiente, en el pago a las artesanas. Aunque se contempla un pago mínimo por hora, algunas piezas, cuando se ponen a la venta, apenas cubren el costo mínimo por hora invertido, razón por la que incrementa la presión para innovar. La falta de capitalización de la cooperativa para la compra de insumos es una preocupación recurrente entre las mujeres entrevistadas.

La cooperativa

La reciprocidad, en el ámbito del proyecto asociativo, se expresa mediante el apoyo que dan las representantes a las artesanas, tanto para capacitar como para terminar los trabajos cuando éstas no pueden hacerlo. Se percibe la relación de cooperación y de solidaridad en la cooperativa, aunque las lideresas viajen poco a las comunidades debido al costo del transporte y a que tienen trabajos en las organizaciones no gubernamentales del sector artesanal textil.

En esas organizaciones, dos lideresas han adquirido habilidades, conocimientos y relaciones que utilizan para el beneficio del proyecto asociativo. Así han logrado obtener clientes, capacitación y nuevos modelos que después comercializan a través de la cooperativa. Ambas tienen redes de relaciones fuera de la comunidad que, si bien pueden capitalizarse a escala individual, sirven para conseguir financiamientos, voluntarios y nuevos pedidos.

Dice una de ellas: “Las que estamos aquí siempre apoyamos a la artesana a terminar el trabajo y cumplir el pedido, porque si no, quedaría mal la cooperativa” (Mujer de 38 años, entrevistada el 28 de enero de 2020). Esta frase refleja el trabajo de reciprocidad que una de las artesanas lideresas realiza para el proyecto asociativo; también conduce a reflexionar sobre el papel del liderazgo familiar relacionado con la tradición de servicio comunitario2 y sobre la resignificación de la figura de cooperativa.

La cooperativa opera con cinco representantes, una por cada GLP. Las mujeres de los grupos domésticos en expansión no participan como representantes, y la dinámica de permanencia de las artesanas en la cooperativa provoca que el acta constitutiva se mantenga desactualizada. El proyecto asociativo se perfila como una organización que se reagrupa cuando se arman pedidos, momento en que se determina quién realizará las prendas. En el acta se menciona que hay comisiones, la de salud y la de educación, pero las entrevistadas no saben de su existencia, lo que sugiere que no funcionan en toda la organización.

Las artesanas comentan que tienen la preocupación de alimentar mejor a sus hijos, pagar medicamentos, contribuir al gasto familiar y, si los ingresos lo permiten, de vez en cuando confeccionarse o comprarse ropa y zapatos. El proyecto asociativo ayuda en estos aspectos. La información es consistente con lo que reporta el FDS sobre la sistematización del trabajo con la cooperativa (FDS, 2004, p. 20).

Otras motivaciones se relacionan con el aprendizaje de nuevas formas de elaborar sus textiles, nuevos modelos, nuevas mezclas de colores o nuevas técnicas. Lo anterior es importante para ellas y se evidencia en la ropa que cada mujer trae puesta en las reuniones (Diario de campo, 2020). En la comunidad de Zinacantán se realiza la fiesta de San Sebastián en enero y la de San Lorenzo en agosto. Esas celebraciones son escaparates que dictan los colores que están de moda cada seis meses. Durante éstas las familias acostumbran estrenar ropa, al menos una vez al año, y son las de Nabenchauc -la primera comunidad en utilizar las máquinas de coser- las que marcan la temporada (Martínez-Ochoa, 2014, p. 129; Pérez-Cánovas, 2011, p. 120).

Fuente: Claudia Tovilla (2020).

Figura 3 Fiesta de San Sebastián, Zinacantán, Chiapas 

Algunas tensiones que han surgido en la organización se relacionan con la falta de capitalización para la compra de insumos y equipo y con la pérdida de una parte de las contribuciones que dan las socias a su entrada, dado que una de ellas, cuando se retiró, se llevó los ahorros de las demás asociadas y la cooperativa tuvo que reponer los fondos.

Otras tensiones se deben a la carga de trabajo de las lideresas, porque combinan el trabajo para la cooperativa -que hacen después de su jornada laboral- con las actividades que realizan para el Centro de Aprendizaje Yo’onik. La cooperativa no ha abordado el tema del recambio de las funciones de liderazgo o de la participación en las comisiones. Otras situaciones relevantes son la centralización de la distribución del trabajo y la reciente incorporación de visitas de turistas a las casas de las socias, lo que da oportunidad para realizar ventas, pero las mujeres artesanas en las localidades las perciben como desventaja puesto que ellas tienen menos oportunidad de vender.

La distribución de los beneficios que se han recibido mediante las relaciones que las lideresas establecen, tampoco ha estado libre de tensiones. No todas las artesanas de los GLP han recibido los cursos, y el financiamiento que recibieron para la construcción del Centro de Aprendizaje beneficia sólo a los niños de la cabecera municipal. En la actualidad, la cooperativa busca fondos para que el proyecto se expanda utilizando una biblioteca móvil.

Arena textil

La arena textil es el sitio donde se funden los diversos intereses de los actores que participan, la estrategia de reciprocidad armada en los GLP y el liderazgo que se ejerce en la cooperativa. Ahí todos ellos se ponen a prueba. Es el foro donde se encuentran los actores y el discurso predominante de comercio ético. En él se incluyen los espacios físicos y virtuales donde se da el intercambio, ya sea en la tienda que está en Zinacantán o a través de las alianzas o de las relaciones que establecen las lideresas.

A través de éstas, el proyecto asociativo tiene acceso al mercado solidario o ético, en el que los clientes pagan el precio que se determina y las artesanas obtienen el reconocimiento por el trabajo que realizan. En este tipo de asociaciones, la reciprocidad se expresa también en el lenguaje, en vocablos como co-creación, co-diseño y co-autoría. En lo fundamental, esas palabras se refieren a la colaboración entre la diseñadora y la artesana, entre el grupo localizado de producción y el proyecto asociativo, que en este caso es la cooperativa.

Sin embargo, en la producción y en la comercialización puede haber diferentes entendimientos sobre lo que se percibe como conducta ética, retribución justa o reconocimiento. La dimensión ética tiene varias aristas, genera tensiones y además puede tener consecuencias negativas para las artesanas. Por un lado, están los esfuerzos de protección al patrimonio colectivo que se enfrenta a una naturalización del saqueo o del despojo a la población indígena por parte de marcas transnacionales, tanto de fast fashion3 como de diseñadores o de intermediarios que ven esos actos como una oportunidad de negocio. Además, como se ha señalado, existe el peligro de convertir a las artesanas en mano de obra calificada y barata (Turok, 2013, p. 25) y de establecer diversas formas de agrupamiento efímero, muy contextuales y en flujo constante (Vargas-Cetina, 2005, p. 247). Por el otro lado, hay piezas elaboradas en colaboración: una marca se une a un proyecto asociativo. Algún tiempo después las piezas se venden en otros lugares donde pueden adquirirse a precios más bajos, situación que se ve como sabotaje. Otro asunto de relevancia es el reparto equitativo del trabajo entre las socias. Los intermediarios o los clientes solidarios demandan que todas las cooperativas se apeguen a los esquemas de transparencia. Sin embargo, a veces no sucede.

Realmente la producción tiene que irse repartiendo. No siempre está perfecto para todas que son partícipes, pero sí la puedes ir rotando. Pero la gente que se enfoca nada más en su familia y en su círculo, pues le da el trabajo nada más a ellos y a ellas. Ahí se vuelve un tema. Es muy complicado porque también entiendo que si estás viviendo mejor en base a una labor que tú estás coordinando, pues ¿a quién le vas a dar ese beneficio?, pues a tu familia. Sí es muy difícil encontrar esta equidad entre los compañeros y las compañeras. Por eso es muy importante la confianza entre ellas. (Mujer de 51 años, entrevistada el 2 de marzo de 2020).

Los niveles de confianza que se dan en los GLP no son comparables con los que se tienen entre los grupos y las experiencias asociativas, y menos con los de las diseñadoras o intermediarios. En ese sentido, puede sugerirse, como plantea Sahlins (1974), que en los GLP el parentesco influye en la forma de reciprocidad (p. 214) y en la confianza, además de que en la arena textil, aunque las relaciones se planteen como simétricas, no lo son porque las artesanas experimentan una posición de desigualdad estructural debido a la diferencia en el acceso a los recursos; además, tienen valores distintos y desconocen la cultura empresarial que se presenta en los intercambios. Una representante de una organización no gubernamental que asesora a otra cooperativa comenta:

Es importante seguir trabajando en la construcción de relaciones más horizontales con las diseñadoras. Unas y otras tienen saberes diferentes y complementarios. (Mujer, participación en el foro el 22 de mayo de 2020).

Las alianzas que la cooperativa ha logrado a través de sus lideresas con personas en organizaciones, fundaciones y con voluntarios, la ha llevado a recibir cursos de capacitación o apoyo para las solicitudes de financiamientos. También dichas alianzas han abierto el acceso a redes solidarias, clientes u otros grupos de artesanas con los que la cooperativa realiza intercambios. De manera individual, cuando las mujeres pertenecen a otros colectivos, establecen sus propias redes de comercio, como se ha documentado sobre otros grupos (Ramos, 2010, pp. 140-150).

A escala también individual, las mujeres establecen relaciones de parentesco ritual o compadrazgo. Algunos clientes se han transformado en amigos, al igual que las diseñadoras o las personas relacionadas con la escuela de los hijos o con gente del trabajo. Según Vogt (1966), la única forma en que se atravesaba la barrera étnica era a través del compadrazgo, por medio del cual se esperaba recibir favores (p. 49). Algunos estudios más recientes sobre el mismo tema lo proponen como una red de reciprocidad en cuanto que funciona como nota de crédito por la que se espera recibir un beneficio futuro o corresponsabilidad (Chamorro, 2016; Ferraro, 2004).

Acerca de los procesos y retos más importantes en la arena textil que llevan tensiones implícitas, sobresalieron la autoconfianza de las mujeres y la fragmentación en el sector artesanal textil, que las coloca en desventaja en una industria dominada por el fast fashion. También es una desventaja no contar con la profesionalización que se requiere para insertarse en un sistema nuevo para las artesanas.

Discusión

Las mujeres han incursionado por decisión propia en la producción y comercialización artesanal por los efectos de los ajustes estructurales, sobre todo en lo concerniente al gasto social, la apertura de los mercados, el repliegue del Estado en el campo, las políticas de fomento artesanal o la necesidad de la supervivencia de los grupos domésticos (Olivera, Bermúdez y Arellano, 2014, p. 124; Ramos, 2004, p. 53; Zapata y Suárez, 2007, p. 596). Ante la falta de recursos en economías cada vez más monetarizadas (Ramos, 2004, p. 53), ellas son capaces de transformar sus conocimientos sobre el textil, visto como recurso cultural (García Canclini, 1989) o elemento cultural (Bonfil, 1991; Pérez-Cánovas, 2011) para allegar ingresos al grupo doméstico y garantizar su reproducción social. Lo anterior demuestra el significado que le atribuyen a participar en la experiencia asociativa y también en la forma en que gastan sus ingresos.

En términos de reproducción social, mediante los GLP los grupos domésticos usan las capacidades de cada integrante para la subsistencia del grupo. Farriss (2012) asegura que los mayas se organizaban como una empresa colectiva, de tal manera que, en nombre del beneficio común, compartían las cargas y los riesgos (pp. 190-191). Así lograban lo que llamó adaptación creativa, “la capacidad de forjar algo nuevo a partir de elementos existentes en respuesta a circunstancias cambiantes” (p. 26).

La reciprocidad se ha propuesto como principio económico básico (Gracia y Horbath, 2015, p. 49). Es un concepto alrededor del cual se construyen formas alternativas de hacer economía (Quijano, 2008, p.15) o una racionalidad alternativa, porque privilegia las relaciones entre sujetos que producen e intercambian valores (López-Córdova, 2014, p. 174). En la actividad textil, las mujeres que a lo largo del tiempo han cooperado en grupos de parentesco lineal o extendido y han recorrido los diferentes ámbitos de la actividad textil, ponen en marcha una estrategia en la que combinan diferentes facetas de reciprocidad, tanto simétrica como asimétrica.

Sobre la reciprocidad y el parentesco, Polanyi (1974) hace notar la simetría de las relaciones y cómo “puede[n] conseguirse gracias a compartir una carga de trabajo” (p. 8), que bien puede surgir cuando se realiza la redistribución del trabajo o bien cuando se llevan a cabo intercambios con equivalencias (p. 9). Al respecto, Cancian (1976) refiere un antecedente en la cultura zinacanteca: cuando los zinacantecos ocupaban cargos en el sistema tradicional, reclutaban personal auxiliar y para ello recurrían al parentesco en primera instancia.

La percepción de que se da la equidad en el intercambio puede ser una condición para la reciprocidad (Santana, 2014, p. 87). En Zinacantán, los hermanos o los hijos pueden estar muy dispuestos a hacer trabajos o a prestar dinero a quienes ocupan un cargo porque esperan que, llegado el momento, el favor les sea devuelto. También están dispuestos a esperar más tiempo para la devolución del préstamo (Cancian, 1976, p. 135). Esta costumbre parece prevalecer en los ejemplos de cooperación que las artesanas manifiestan tener con sus parientes cercanos.

En esta experiencia los lazos más fuertes de confianza se encuentran en los GLP, que funcionan como unidades cooperantes o grupos de acción (Wilk, 1991). Aunque no vivan en la misma casa, las personas emparentadas de manera lineal o ritual se unen para actividades productivas (Estrada, 2012, p. 325). Los grupos conformados por lazos de parentesco tienen un papel protagónico en la actividad textil en Zinacantán: a través de ellos y mediante diversos proyectos asociativos, las mujeres se insertan en la economía de mercado.

El parentesco que prevalece en la conformación de los grupos es consistente con los trabajos de Turok (1988), Nash (1993), Ramos (2004 y 2010) y Zapata y Suárez (2007). Tanto el parentesco como la cercanía territorial facilitan la socialización de la información y el intercambio de conocimientos. En esos términos, algunas autoras plantean que el parentesco y los espacios de convivencia de las mujeres en los grupos domésticos han sido determinantes para la domesticación de las ovejas o la selección de granos para la mejora genética del maíz (Cervantes-Trejo, 2011; Cervantes-Trejo, Estrada y Bello, 2017; Estrada, 2012).

Sobre el liderazgo vinculado a la tradición de servicio comunitario, en Zinacantán se tiene un fuerte arraigo cultural al sistema de cargos. Esta tradición otorga legitimidad en la toma de decisiones de la cooperativa. El papel de las lideresas está respaldado por su trayectoria, tanto en la cooperativa como en las organizaciones para las que trabajan, o por las experiencias ancladas en oportunidades que no son comunes para las mujeres zinacantecas, como contar con una licenciatura o realizar viajes. Esta situación las coloca en un lugar privilegiado en la estructura social zinacanteca.

Zapata y Suárez (2007) refieren otra cuestión sobre el liderazgo de las mujeres en los proyectos asociativos consistentes con el caso de estudio. Mencionan que las mujeres solteras, viudas o separadas están socialmente autorizadas porque no tienen que dar cuenta de sus acciones a ningún hombre (p. 612). Las lideresas del proyecto asociativo son solteras y las representantes son mujeres cuyos grupos domésticos se encuentran en fase de fisión.

Se ha encontrado que en la crianza, las mujeres desarrollan valores, capacidades y comportamientos que representan ventajas a la hora de tomar puestos de liderazgo (Fernández y Martínez, 2010). Esto supone que hay arreglos y formas de proceder en las organizaciones gestionadas por mujeres que garantizan la horizontalidad, la distribución del trabajo y el pago justo, sobre todo cuando se trata de cooperativas. No siempre es así. En el campo textil se han encontrado ejemplos de cacicazgo en los proyectos asociativos (Ramos, 2010, pp. 268-292). Para el caso de las MSV, está pendiente retomar la realización de asambleas, la rotación de puestos de liderazgo y la creación de un mecanismo para la transparencia en el reparto del trabajo artesanal.

La falta de rotación en los puestos de liderazgo y la falta de formación sobre el tema en la organización son retos que la cooperativa tendrá que abordar en un lapso breve para asegurar su permanencia en el tiempo. Éste no es un tema nuevo para ellas, ahora comandadas por la segunda generación de lideresas.

García-Bravo y Parra-Vázquez (2020), en su reflexión sobre el liderazgo indígena, señalan que tanto la crianza como la asignación de cargos en la comunidad son elementos que contribuyen a formar líderes locales. Se trata de un estilo de liderazgo que llaman “mandar obedeciendo”, inculcado desde la niñez a través del amor a los hermanos y de la responsabilidad de cuidar al hermano menor. “Se caracteriza por obedecer los acuerdos consensados, por comprender qué es lo mejor para ‘nosotros’” (p. 105). Si bien se trata de un estudio realizado con líderes varones de una comunidad tsotsil, en la cooperativa se observa que en las reuniones de los grupos localizados de producción las mujeres no tienen reserva para mostrar su desacuerdo o para emitir sus opiniones frente a las representantes, quienes deben llegar a un acuerdo con todas las mujeres a fin de obtener beneficios comunes (Diario de campo, 2020).

Por otro lado, las mujeres entrevistadas aprecian la educación, prueba de que apoyan a las lideresas de la cooperativa. Al respecto, la valoración de la educación es parte de la estrategia de adaptación a la arena textil -tanto de los GLP como de la cooperativa- y se patentiza en la forma de elección de sus representantes, que va más allá de la adaptación al campo textil. Martínez-Ochoa (2014, p. 111) señala que asistir a la escuela responde a un objetivo económico, puesto que en ella las niñas y los niños aprenden español y aritmética y se preparan para realizar transacciones comerciales. Lo mismo sugiere Greenfield (2004) sobre el traslado que hace una comunidad de una economía de subsistencia a una monetarizada (p. 13).

En Zinacantán se puede escuchar a las ocho de la mañana el repicar de la campana de la iglesia de San Lorenzo, que avisa a todos los niños que se preparen para ir a la escuela. Esta actividad muestra el interés comunitario en la educación de los infantes. Las lideresas crearon el Centro de Aprendizaje Yo’onik, que brinda asesoría para mejorar el rendimiento escolar. Ahí se imparten clases de inglés, lo que sugiere que, en su experiencia y para el contexto zinacanteco de penetración del mercado e incursión en el turismo, el aprendizaje de ese idioma es una habilidad importante que hay que desarrollar.

Para un sector distinto, en la tipología de interacciones entre pequeñas pesquerías y el mercado internacional, Crona et al. (2016) observaron que la competencia con productos que podrían ser sustitutos, como los que aquí se han llamado fast fashion, y la participación de otros actores tienen efecto en los precios y en el pago por el trabajo. En la actividad textil de las MSV, las presiones del mercado que se conjugan con la necesidad de tener mayores ingresos, son el detonante para elaborar diseños nuevos de manera constante e introducir nuevas técnicas de bordado a máquina. De la misma forma, los autores plantean que esos elementos también tienen efectos en la dinámica social. Al respecto, en la observación participante se registró la competencia entre diversos grupos de artesanas en la comunidad por la venta de textiles.

El trabajo doméstico, agrícola y social que realizan las mujeres se combina con la elaboración de textiles para la comercialización y es consistente con las observaciones de Novelo (2008) sobre la producción artesanal familiar, que se basa en una división primaria del trabajo de género vinculada con la vida campesina. Esto implica el aumento de la carga de trabajo para ellas, como se ha señalado en otras investigaciones (Ramos, 2004 y 2010; Zapata y Suárez, 2007).

Para las lideresas de la cooperativa, las tareas de reproducción se delegan a otras mujeres. En este caso de estudio se puede apreciar que en la estratificación social que observa Cancian (1976, p. 149), las diferencias sociales se siguen agudizando, como han planteado Rus y Collier (2002, p. 18) y ha señalado Greenfield (2004, p. 20) sobre el trabajo infantil en Nabenchauc. Ramos (2004) comenta que en Aguacatenango comienza a aparecer la clase patronal en la actividad textil (p. 56).

Aunque hay preferencia por los intercambios comerciales, en la arena textil también se reconoce y se retribuye el trabajo de manera justa. No obstante, el que realizan las artesanas para los diseñadores u otros clientes no incluye sus nombres y se asemeja a lo que se conoce como maquila. Esto puede ser una estrategia para conseguir la meta de garantizar un ingreso equivalente al salario mínimo para las mujeres asociadas; también para conservar la relación con esos clientes y garantizar trabajo futuro. Las relaciones se dan en un contexto de desigualdad estructural. En la historia de Zinacantán, desde la llegada de los españoles, las relaciones y las alianzas han desempeñado un papel importante en la estrategia de adaptación de los zinacantecos (Rus y Wasserstrom, 2014, p. 74; Viqueira, 1998, p. 321).

Conclusiones: “Nosotras aquí nos vamos a quedar”

En el camino de adaptación a la actividad textil, las mujeres de la cooperativa MSV han desarrollado una estrategia en la que combinan la reciprocidad y el liderazgo comunitario. En este recorrido que va de los GLP a la arena textil, se llevan a cabo acciones de reciprocidad simétrica y asimétrica: unas veces basadas en la cooperación y en la solidaridad, desde una posición de igualdad. Sin esa contribución, las mujeres de los grupos domésticos en expansión difícilmente podrían participar en esa actividad. Otras veces esas acciones recíprocas se llevan a cabo desde la posición del liderazgo enraizado en la tradición de servicio comunitario y cuya legitimidad se debe a los conocimientos y a las experiencias que las otras mujeres valoran. Esa valoración coloca a las lideresas en otra posición en la estructura social de la comunidad. En el caso de las mujeres que participan en proyectos asociativos, también se modifica su posición, porque pueden aportar dinero para el gasto familiar.

En la arena textil, aunque las relaciones se planteen como simétricas, la posición de desigualdad estructural que las artesanas experimentan demuestra lo contrario. También lo demuestra el hecho de que los valores y la cultura empresarial que están presentes en el intercambio son ajenos a las artesanas.

El presente trabajo aborda la importancia que tiene la comprensión de los acuerdos tácitos de intercambio entre los grupos y en los espacios sociales. Sin ese entendimiento será difícil avanzar hacia relaciones más simétricas e igualitarias en el sector artesanal textil.

Que las mujeres recurran a los lazos de parentesco lineal o ritual y a la relación con las mujeres vecinas, no se concibe sólo desde el aspecto económico, sino también como una acción permeada por valores y formas de trabajo que han estado presentes durante muchos años y mediante la cual se garantiza su continuidad. En la reflexión sobre las prácticas de reciprocidad y sobre los retos que se le presentan a la cooperativa, la pretensión aquí es alejarse del romanticismo con el que se describe a las organizaciones de cooperativas indígenas y aportar elementos para conocer cómo se apropian y resignifican estas formas de organización.

El proyecto asociativo mantiene una estructura orgánica que se adapta a los contratos o a los pedidos a los que se tienen acceso mediante las relaciones y las alianzas de las lideresas, el trabajo de promoción que realizan y la dinámica de permanencia de las artesanas. Del mismo modo, los grupos domésticos, gracias a los GLP, se integran a esas experiencias de organización, “como una práctica que facilita el acceso a la comercialización y para la gestión de recursos para producir textiles” (Ramos, 2010, p. 127). Los grupos domésticos garantizan su reproducción social mediante la estrategia de reciprocidad, que incluye intercambio de trabajo, establecimiento de alianzas y relaciones en los grupos localizados de producción y en el campo textil.

El liderazgo de las mujeres se asocia con los atributos que en el contexto de penetración del mercado global y de precarización de la vida rural garantizan su adaptación a la arena textil. Así dan cuenta de que los actores sociales poseen una capacidad adaptativa que los ubica en un camino de autogestión que asegura la reproducción de su cultura. Según Cancian, en la década de 1980, los cambios económicos impulsados de forma externa desempeñaban un papel importante en la trasformación de la vida en Zinacantán. La mayor parte de la dinámica de la vida social era local (Cancian, 1992, p. 202), pero en la década de 1990, sostiene Greenfield (2004), los zinacantecos tenían un talento especial para resguardar su integridad cultural (p. 23).

La frase que pronuncia una de las lideresas ―“Nosotras aquí nos vamos a quedar”― se utilizó para dirigirse a las representantes de los grupos cuando surgió un problema entre un intermediario y la cooperativa. Este mensaje pone de manifiesto la capacidad de su agencia y de su autogestión. Revela la certeza que tienen las mujeres en su estrategia de adaptación a la arena textil para dar continuidad a su cultura.

Referencias

Alberti, P. (1999). La identidad de género y etnia. Un modelo de análisis. Nueva Antropología 16(055), 105-130. Recuperado de http://www.bivipas.unal.edu.co/jspui/bitstream/10720/551/1/PS-353-Alberti_Pilar-1999-Jun-282.pdfLinks ]

Álvarez, M. (2003). El microfinanciamiento y su contribución al empoderamiento de mujeres indígenas. El caso de mujeres tzotziles migrantes y rurales en Los Altos de Chiapas (tesis de licenciatura). Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). [ Links ]

Appendini, K., y Luca, M. De. (2006). Género y trabajo. Estrategias rurales en el nuevo contexto agrícola mexicano. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Recuperado de http://www.fao.org/3/a-a0634s.pdfLinks ]

Bick, R., Halsey, E., y Ekenga, C. (2018). The global environmental injustice of fast fashion. Environmental Health, 17(92). doi: https://doi.org/10.1186/s12940-018-0433-7 [ Links ]

Bolom, U. (2017). La transición de la alfarería al bordado entre las mujeres de Amatenango del Valle, Chiapas (tesis de maestría). El Colegio de la Frontera Sur. [ Links ]

Bonfil, G. (1991). La teoría del control cultural en el estudio de procesos étnicos. Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, 6(14), 165-204. [ Links ]

Bourdieu, P. (1977). Outline of a Theory of Practice. Cambridge: Cambridge University Press. doi: https://doi.org/10.1017/CBO9780511812507 [ Links ]

Camberos, M., y Bracamontes, J. (2015). Las crisis económicas y sus efectos en el mercado de trabajo, en la desigualdad y en la pobreza de México. Contaduría y Administración (60), 219-249. doi: https://doi.org/10.1016/j.cya.2015.05.003 [ Links ]

Cancian, F. (1976). Economía y prestigio en una comunidad maya. Ciudad de México: Instituto Nacional Indigenista. [ Links ]

Cancian, F. (1992). The decline of community in Zinacantán: economy, public life, and social stratification 1960-1987. Stanford: Stanford University Press. [ Links ]

Cervantes-Trejo, E. (2011). Organización territorial indígena en Los Altos de Chiapas: linajes y procesos sociales. Espacialidades. Revista de Temas Contemporáneos sobre Lugares, Política y Cultura, 1(1), 180-203. Recuperado de http://espacialidades.cua.uam.mx/vol/01/2011/01/07_Cervantes.pdfLinks ]

Cervantes-Trejo, E., Estrada, E., y Bello, E. (2017). Prácticas de parentesco y configuración de espacios colectivos de vida en el área tseltal cafetalera, Tenejapa, Chiapas. Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, 38(150), 281. doi: https://doi.org/10.24901/rehs.v38i150.304 [ Links ]

Chamorro, M. (2016). Compadrazgo y reciprocidad en Los Andes colombianos: el caso de Gualmatán (Gariño), Colombia. Diálogo Andino (51), 17-29. doi: https://doi.org/10.4067/S0719-26812016000300017 [ Links ]

Collier, G., y Mountjoy, D. (1988). Adaptándose a la crisis de los ochenta: cambios socioeconómicos en Apas, Zinacantán. San Cristóbal de Las Casas: Instituto de Asesoría Antropológica para la Región Maya. [ Links ]

Comité Estatal de Información Estadística y Geográfica (CEIEG). (2020). Mapa del municipio de Zinacantán, Chiapas. Recuperado de http://www.ceieg.chiapas.gob.mx/productos/files/MAPASMUNDC/Base_Zinacantan.pdf.pdfLinks ]

D’Andrade, R. (1981). The cultural part of cognition. Cognitive Science, 5(3), 179-195. [ Links ]

Estrada, L. E. (2012). El parentesco maya contemporáneo: grupo doméstico y usos del parentesco entre mayas de Quintana Roo, México. Saarbrücken: Editorial Académica Española. [ Links ]

Farriss, N. (2012). La sociedad maya bajo el dominio colonial. Ciudad de México: Artes de México y Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA). [ Links ]

Fernández, M., y Martínez, L. (2010). Participación de las mujeres en las empresas turísticas privadas y comunitarias de Bahías de Huatulco, México. ¿Hacia un cambio en el rol de género? Cuadernos de Turismo (26), 129-151. [ Links ]

Ferraro, E. (2004). Reciprocidad, don y deuda. Relaciones y formas de intercambio en Los Andes ecuatorianos. Quito: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Sede Ecuador. [ Links ]

Foro para el Desarrollo Sustentable (FDS). (2004). Programa de Ahorro y Crédito de Foro para el Desarrollo Sustentable, Asociación Civil. Recuperación histórica y desarrollo actual. San Cristóbal de Las Casas. [ Links ]

Fortes, M. (1958). Introduction. En J. Goody (ed.), The Developmental Cycle in Domestic Groups (pp. 1-14). Londres: Cambridge University Press. [ Links ]

García-Bravo, A., y Parra-Vázquez, M. (2020). El liderazgo “mandar obedeciendo” se fundamenta en el sacrificio del hermano mayor. Liminar 18(1), 97-111. doi: https://doi.org/10.29043/liminar.v18i1.726 [ Links ]

García Canclini, N. (1989). Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Ciudad de México: Grijalbo. [ Links ]

Gómez, N. N. (2016). Reciprocidad y cooperación en las economías latinoamericanas. Polis (Santiago), 15(45), 63-85. doi: https://doi.org/10.4067/s0718-65682016000300004 [ Links ]

Gracia, M. A., y Horbath, J. (2015). Las flores del desierto. Opciones de vida en pueblos de la región central de Sonora. región y sociedad, 26(59), 43-79. doi: https://doi.org/10.22198/rys.2014.59.a73 [ Links ]

Greenfield, P. (2004). Weaving generations together. Evolving Creativity in the Maya of Chiapas. Santa Fe: School of American Research. [ Links ]

Gundermann-Kröll, H. (2013). El método de los estudios de caso. En M. L. Tarrés (coord.), Observar, escuchar y comprender sobre la tradición cualitativa en la investigación social (pp. 231-264). Ciudad de México: El Colegio de México. [ Links ]

King, B., Felin, T., y Whetten, D. (2010). Finding the organization in organizational theory: a meta-theory of the organization as a social actor. Organization Science, 21(1), 290-305. [ Links ]

Long, N. (2007). Sociología del desarrollo. Una perspectiva centrada en el actor. Ciudad de México: Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS). [ Links ]

López-Córdova, D. (2014). La reciprocidad como lazo social fundamental entre las personas y con la naturaleza en una propuesta de transformación societal. En B. Marañón-Pimentel (coord.), Buen vivir y descolonialidad. Crítica al desarrollo y la racionalidad instrumentales (pp. 99-120). Ciudad de México: Instituto de Investigaciones Económicas, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). [ Links ]

Loritz, E. (2016). Las formas de organización del trabajo en comunidades aymaras en Bolivia. Otra Economía, 10(18), 106-111. [ Links ]

Martínez-Ochoa, H. (2014). Los procesos de producción y comercialización de textiles y bordados al interior de una familia zinacanteca: desde la mirada de la reproducción, resistencia y cambio social (tesis de doctorado). Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH). [ Links ]

Mauss, M. (1954). The Gift. Nueva York: The Norton Library. [ Links ]

Maya, M. (2015). Aportes para pensar la economía social y solidaria en Ecuador. M. A. Gracia (coord.), Trabajo, reciprocidad y re-producción de la vida. Experiencias colectivas de autogestión y economía solidaria en América Latina (pp. 145-172). Buenos Aires: Mino y Dávila Editores. [ Links ]

Mitchell, W. (1994). Algunos son más iguales que otros. Oferta de mano de obra, reciprocidad y redistribución en Los Andes. Anthropologica (11), 174-207. [ Links ]

Narotzky, S. (2002). Reivindicación de la ambivalencia teórica: la reciprocidad como concepto clave. ENDOXA, 1(15), 15-29. doi: https://doi.org/10.5944/endoxa.15.2002.5033 [ Links ]

Nash, J., (1993). Introduction: traditional arts and changing markets in middle America. En J. Nash (coord.), Crafts in the world market (pp. 1-24). Albany: State University of New York Press. [ Links ]

Nigh, R. (2002). Acción colectiva, capital social y recursos naturales: las organizaciones agroecológicas de Chiapas. En G. Vargas-Cetina (coord.), De lo público a lo privado. Organizaciones en Chiapas (pp. 73-110). Ciudad de México: CIESAS. [ Links ]

Novelo, V. (2008). La fuerza de trabajo artesanal mexicana, protagonista ¿permanente? de la industria. Alteridades, 18(35), 117-126. [ Links ]

Olivera, M. (2011). Mujeres marginales de Chiapas: situación, condición y participación. Región de Los Altos. Territorio en disputa y resistencia cultural. Tuxtla Gutiérrez: Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica (CESMECA), Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH). [ Links ]

Olivera, M., Bermúdez, F., y Arellano, M. (2014). Subordinaciones estructurales de género: las mujeres marginales de Chiapas frente a la crisis. Ciudad de México: Juan Pablos Editor. [ Links ]

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). (1997). Simposio Internacional sobre la Artesanía y el Mercado Internacional: Comercio y Codificación Aduanera. Recuperado de https://docplayer.es/2199524-Simposio-internacional-sobre-la-artesania-y-el-mercado-internacional-comercio-y-codificacion-aduanera-manila-filipinas-6-8-de-octubre-de-1997.htmlLinks ]

Pérez-Cánovas, K. (2011). La artesanía textil como medio de transmisión y resistencia cultural ante el proceso de globalización en el municipio de Zinacantán, Chiapas (tesis de licenciatura). ENAH. [ Links ]

Polanyi, K. (1974). El sistema económico como proceso institucionalizado. En M. Godelier (coord.), Antropología y economía (pp. 155-178). París: Anagrama. [ Links ]

Quijano, A. (2008). “Solidaridad” y capitalismo colonial/moderno. Otra Economía, 2(2), 12-16. [ Links ]

Ramos, M. T. (2004). Artesanas y artesanías: indígenas y mestizas de Chiapas construyendo espacios de cambio. Liminar. Estudios Sociales y Humanísticos, 2(1), 50-71. Recuperado de https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=74511795004Links ]

Ramos, M. T. (2010). Artesanías tseltales. Entrecruces de cooperación, conflicto y poder. Tuxtla Gutiérrez: UNICACH. [ Links ]

Ramos, M. T. (2016). Trabajadoras rurales chiapanecas y relaciones sociales en la producción: ¿hacia una economía solidaria? Otra Economía, 10(19), 150-163. doi: https://doi.org/10.4013/otra.2016.1019.02 [ Links ]

Robichaux, D. (2002). Cultura, economía y familia: una crítica y una propuesta desde la antropología. En M. Ribeiro, G. Rondeau, y S. Hernández (coords.), La familia en América del Norte. Evolución, problemática y política (pp. 265-319). Ciudad de México: Trillas. [ Links ]

Robichaux, D. (2007). Sistemas familiares en culturas subalternas de América Latina: una propuesta conceptual y un bosquejo preliminar. En D. Robichaux (coord.), Familia y diversidad en América Latina. Estudios de casos (pp. 27-75). Buenos Aires: Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). [ Links ]

Rus, J., y Collier, G. (2002). Una generación de crisis en los Altos de Chiapas: los tzotziles de Chamula y Zinacantán, 1974-2000. En S. Mattiace, R. Hernández, y J. Rus (coords.), Tierra, libertad y autonomía: impactos regionales del zapatismo (pp. 157-199). Ciudad de México: CIESAS . [ Links ]

Rus, J., y Wasserstrom, R. (2014). Jerarquías civiles y religiosas en Chiapas central: una perspectiva crítica. En Anuario 2014 del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica (pp. 73-94). Tuxtla Gutiérrez: CESMECA y UNICACH. [ Links ]

Sahlins, M. (1974). Economía en la Edad de Piedra. Madrid: Aldine Publishing Company. [ Links ]

Santana, M. E. (2014). Reciprocity and redistribution in an economy of solidarity. Ars & Humanitas, 8(1), 79-98. doi: https://doi.org/10.4312/ars.8.1.79-98 [ Links ]

Sempio Durán, C. (2020). El Aleph del don. Guezas intercomunitarias en la Mixteca Alta. Aproximaciones etnográficas. Alteridades, 30(59), 19-30. doi: https://doi.org/10.24275/uam/izt/dcsh/alteridades/2020v30n59/sempioLinks ]

Seto, J. A. (2016). El cambio recíproco entre los aymaras. Revista Ciencia y Cultura, 20(37), 79-104. Recuperado de http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2077-33232016000200005Links ]

Touraine, A. (1987). El regreso del actor. Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires. [ Links ]

Turok, M. (1988). Cómo acercarse a la artesanía. Ciudad de México: Plaza y Valdés. [ Links ]

Turok, M. (2013). Análisis social de los artesanos y artesanas en Latinoamérica. Artesanías de América. Ecuador: Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares. Recuperado de http://documentacion.cidap.gob.ec:8080/bitstream/cidap/1574/2/An%C3%A1lisis%20social%20de%20los%20artesanos%20en%20Latinoam%C3%A9rica_Marta%20Turok%20Wallace.pdfLinks ]

Vargas-Cetina, G. (2005). Anthropology and cooperatives. Critique of Anthropology, 25(3), 229-251. doi: https://doi.org/10.1177/0308275X05055210 [ Links ]

Villafuerte, S. D. (2015). Crisis rural, pobreza y hambre en Chiapas. Liminar. Estudios Sociales y Humanísticos , 13(1), 13-28. doi: https://doi.org/10.29043/liminar.v13i1.363 [ Links ]

Viqueira, J. (1997). Indios rebeldes e idólatras. Ciudad de México: CIESAS . [ Links ]

Viqueira, J. (1998). El lento, aunque inexorable, desmembramiento del señorío de Zinacantán. En Anuario del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica (pp. 312-342). Tuxtla Gutiérrez: CESMECA y UNICACH . [ Links ]

Vogt, E. (1966). Los zinacantecos. Ciudad de México: Instituto Nacional Indigenista y CONACULTA. [ Links ]

Wasserstrom, R. (1976). El desarrollo de una economía regional en Chiapas (1530-1975). Problemas del Desarrollo, 7(26), 83-104. [ Links ]

Wilk, R. (1991). Household Ecology. Economic Change and Domestic Life among the Kekchi Maya in Belize. Tucson: The University of Arizona Press. [ Links ]

Wutich, A., Beresford, M., y Carvajal, C. (2017). Ayni Real and imagined: reciprocity, indigenous institutions, and development discourses in contemporary Bolivia. Journal of Latin American and Caribbean Anthropology, 22(3), 475-494. doi: https://doi.org/10.1111/jlca.12292 [ Links ]

Zapata, E., y Suárez, B. (2007). Las artesanas, sus quehaceres en la organización y en el trabajo. Ra Ximhai, 3(3), 591-620. Recuperado de http://www.ejournal.unam.mx/vol03-03/RXM003000301.pdfLinks ]

1El concepto de habitus de Bourdieu (1977) como la serie de disposiciones incorporadas en el cuerpo podría explicar las prácticas de reciprocidad y liderazgo de las artesanas en la producción y comercialización textil, pero el énfasis estructuralista del concepto de campo social deja fuera el análisis de la distinta valoración cultural presente en el espacio social donde se lleva a cabo el intercambio que genera tensiones o disputas. En ese sentido, Long (2007) propone “dominio” y “arena” adicionales a campo que permiten observar, además de disputas y asimetrías, diferentes formas de entender los procesos que se desarrollan en el sector artesanal textil, y una comprensión de la intervención del mercado en la vida social zinacanteca.

2Por ejemplo, en la tienda, ubicada en la casa de la familia identificada como líder por su papel para reclutar nuevos grupos y para conducir a la organización, se puede observar el sombrero de mayordomo que perteneció al abuelo de una de las fundadoras.

3Fast fashion se refiere a la moda que está disponible de forma rápida y a precios bajos. La palabra fast alude a la rapidez con que las tiendas minoristas pueden tener acceso a nuevos modelos durante todo el año, producción que es posible porque con la globalización la elaboración de fibras y la producción de indumentaria se realizan en países de bajo y mediano ingresos donde la mano de obra es barata y donde se pueden esquivar normas ambientales y ocupacionales (Bick, Halsey y Ekenga, 2018).

Cómo citar: Tovilla Borraz, C. E., Zamora Lomelí, C. B., Estrada Lugo, E., y Gracia, M. A. (2021). Artesanía textil, reciprocidad, liderazgo y reproducción social en Zinacantán, Chiapas. región y sociedad, 33, e1453. doi: 10.22198/rys2021/33/1453

Recibido: 16 de Febrero de 2021; Revisado: 14 de Junio de 2021; Aprobado: 04 de Agosto de 2021; Publicado: 14 de Septiembre de 2021

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons