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Región y sociedad

versão On-line ISSN 2448-4849versão impressa ISSN 1870-3925

Región y sociedad vol.32  Hermosillo  2020  Epub 10-Mar-2021

https://doi.org/10.22198/rys2020/32/1326 

Artículos

Asociacionismo y participación ciudadana en Ciudad Juárez

Association and Citizen Participation in Ciudad Juárez

Gisselle de la Cruz Hermida* 
http://orcid.org/0000-0002-3972-6103

Guillermo E. Boscán Carrasquero** 
http://orcid.org/0000-0002-4199-2160

Rafael Enrique Valenzuela*** 
http://orcid.org/0000-0002-5898-9590

*Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Instituto de Ciencias Sociales y Administración. Av. Universidad y Av. Heroico Colegio Militar s. n., Zona Chamizal, C. P. 32300, Ciudad Juárez, Chihuahua, México. Correo electrónico: gisselle.delacruz@uacj.mx

**Universidad de Salamanca, Departamento de Derecho Público, Área de Ciencia Política y Administración. Campus Miguel de Unamuno s. n., 37007, Salamanca, España. Correo electrónico: gboscan@usal.es

***Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Instituto de Ciencias Sociales y Administración. Av. Universidad y Av. Heroico Colegio Militar s. n., Zona Chamizal, C. P. 32300, Ciudad Juárez, Chihuahua, México. Correo electrónico: rafael.valenzuela@uacj.mx


Resumen

El artículo indaga sobre los incentivos del asociacionismo como forma de participación política a escala local. El objetivo es analizar los datos de una encuesta aplicada a los miembros de asociaciones civiles en el municipio de Ciudad Juárez. El análisis se efectúa mediante la técnica de correspondencias múltiples, con el fin de discriminar y evaluar la proximidad de variables para construir categorías con mayor relevancia explicativa. Los resultados advierten que las variables que agrupan la participación ciudadana y la eficacia externa figuran como los incentivos del asociacionismo. La interpretación de este resultado permite concluir que el principal incentivo de los individuos para asociarse es la participación ciudadana. La acción asociativa incrementa el sentido de eficacia externa, ya que los individuos perciben que esta forma de participación, al realizarse de forma colectiva y no individual, es más eficaz y es tomada en cuenta por el gobierno. En futuras investigaciones se explorarán los distintos tipos de incentivos de activismo político dentro del asociacionismo.

Palabras clave: asociacionismo; Ciudad Juárez; incentivos; participación; eficacia externa

Abstract

This paper explores the incentives of associationism as a form of political participation at the local level. The aim of this paper is to analyze data from a survey applied to members of civil associations in Ciudad Juárez. This data is analyzed through a multiple correspondence technique in order to discriminate and assess the proximity of variables to construct the categories of greater explanatory relevance. Results inform that the variables that group citizen participation and external eficiency can be listed among the associationism incentives. The interpretation of this result leads to the conclusion that the main incentive for individuals to associate is the citizen participation. Associative action increases the sense of external efficacy since individuals perceive that this form of participation, when carried out collectively and not individually, is more likely to be effective and to be taken into account by the government. Future empirical research could explore different incentives for political activism whithin associationism.

Keywords: Associationism; Ciudad Juárez; incentives; participation; external efficacy

Introducción

Schmitter (2011) identifica tres rasgos fundamentales en lo que llama democracias post dahalianas: 1) la formación de asociaciones de individuos en reemplazo del individuo que actúa de forma aislada en la esfera política, 2) la profesionalización de los políticos y 3) la distribución de centros de poder a escala subnacional. La idea que expresa el autor alienta los objetivos de esta investigación al considerar que las sociedades del siglo XXI se organizan para solventar temas vinculados con los derechos humanos, la equidad de género, la diversidad sexual, la protección animal, el medio ambiente y la seguridad humana, entre otros temas. Se trata de sociedades más demandantes y más activas, que extienden el alcance de sus demandas y maximizan sus objetivos. Se observa también que los centros de poder se han diversificado y que se ha redimensionado la arena local con un papel más importante en la formación de las decisiones públicas. El buen desempeño de una democracia depende, en gran medida, del nivel de actividad y de cuán articuladas estén las agrupaciones de ciudadanos.

Podría suponerse que existen relaciones de implicación entre la participación ciudadana y el desempeño del gobierno. Sin embargo, este supuesto tendría que responder a algunos planteamientos: ¿cuál modelo de organización de ciudadanos es más funcional en términos de participación?, ¿qué factores incentivan los vínculos asociativos?, ¿en qué nivel de gobierno la participación ciudadana es más visible o efectiva?

La respuesta a estas preguntas tiene implicaciones teóricas y metodológicas. En el plano teórico, hay muchos estudios que han aportado bases explicativas sobre los factores que promueven el asociacionismo y la confianza interpersonal como indicadores de capital social (Almond y Verba, 1963; Coleman, 1990; Ostrom, 1994; Putnam, 1994), el cual se caracteriza por un conjunto de elementos: la confianza interpersonal, la existencia de vínculos asociativos y el trabajo voluntario (Coleman, 1990; Putnam, 1994).

El asociacionismo es una forma de participación política y su desempeño se vincula con el amplio espectro de la acción colectiva (Ostrom y Ahn, 2003, p. 4). Las formas de participación política se han transformado y diversificado. La arena electoral y el esquema de los partidos políticos son desafiados por nuevas formas de representación de intereses que, en el marco de una democracia participativa, supone la presencia de nuevos actores y nuevas formas de incidencia en la definición de los temas y las decisiones públicas. Sin duda, el planteamiento sobre las consecuencias que trae para la democracia la presencia de fenómenos como la desafección, la apatía o la enajenación política, obliga a explorar si los vínculos de la representación política tradicional se están diluyendo o, como ya se dijo, están apareciendo nuevas formas de participación y de representación de intereses. Sobre este tema, Norris (2002) sugiere un planteamiento interesante:

Si bien las oportunidades de expresión y movilización política se han fragmentado y multiplicado con los años, como un río crecido que se ve alimentado por sus distintas afluentes, la participación democrática puede haberse adaptado y evolucionado de acuerdo con la nueva estructura de oportunidades en lugar de simplemente atrofiarse (p. 5).

Una primera línea de análisis podría suponer que la presencia creciente de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) en Ciudad Juárez incita a indagar sobre otras formas de participación. Allí la diversidad de los entornos económicos, políticos, sociales y culturales está acompañada de esquemas de participación social diferentes de los que se llevan a cabo en otras regiones del país. En la Figura 1 puede advertirse que en el norte de México existe una propensión a la participación por medio del asociacionismo más que por la vía de la protesta. En el caso de los estados del centro y del sur, la participación abarca en sus repertorios tanto el asociacionismo como la protesta.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la encuesta de opinión pública de LAPOP (2019).

Figura 1 Repertorios de acción por regiones de México  

Con el objetivo de aportar un eje argumental sobre los incentivos del asociacionismo en Ciudad Juárez, en un primer momento la investigación consideró que el clima de violencia constituía una amenaza para los ciudadanos y que la percepción de ésta podría ser un incentivo para actuar de manera colectiva. En el estado de Chihuahua y en Ciudad Juárez, hubo un incremento considerable entre 2000 a 2015 en la densidad asociativa. En 2014, la ciudad contaba con 300 OSC, con una densidad asociativa de 2.1.1 Es importante mencionar que en este período está comprendido el pico de violencia que la ciudad vivió. En 2019, según datos del Instituto Nacional de Desarrollo Social, había en Ciudad Juárez 398 OSC.

Al principio, esta información orientó la presente investigación hacia la hipótesis planteada por Goldstone y Tilly (2001), que considera la oportunidad y la amenaza como dos factores independientes que interactúan para dar lugar a patrones de acción diversos y dinámicos de protesta y contención. No obstante, en el momento de evaluar los datos que provenían de la encuesta a socios y voluntarios de OSC, se observó que el incentivo más relevante para el asociacionismo no era la amenaza de la violencia, sino la participación ciudadana. Los datos revelaron que este tipo de participación ciudadana era la respuesta más recurrente a la pregunta sobre las razones que motivaban al socio o al voluntario de una OSC para formar parte de ésta. La violencia no tuvo una relevancia importante en el momento de considerarla como incentivo, mientras que la participación ciudadana en política tuvo un valor más significativo. Los datos de esta investigación también aportan nuevas directrices de estudio en torno a los incentivos no materiales o intangibles que pudieran estar presentes en la acción asociativa.

El objetivo del trabajo es mostrar los resultados obtenidos a partir de los datos de la encuesta aplicada a los miembros de las OSC en el municipio de Ciudad Juárez, Chihuahua. La muestra no aleatoria está integrada por 106 individuos, seleccionados considerando su participación dentro de una asociación civil en calidad de socio o voluntario. Los participantes se reclutaron dentro de las organizaciones que participaron en el ejercicio.2 El instrumento utilizado fue una encuesta de 37 preguntas que exploraron ítems relacionados con la violencia, como la percepción de amenaza y la estructura de oportunidades políticas, entendida como participación. El tratamiento estadístico de los datos se realizó a través de la técnica de correspondencias múltiples, que permitió observar la configuración de las variables de participación, agrupadas en dos dimensiones de eficacia externa:3 1) participación ciudadana y 2) políticos y gobierno. Se ha utilizado esta técnica debido a su pertinencia para los objetivos del presente trabajo, en el que se asume que los incentivos se configuran a partir de un conjunto de variables. A diferencia de otras técnicas empleadas para el tratamiento de variables cualitativas, como las pruebas de Chi cuadrada con tablas de contingencia, el análisis de correspondencias múltiples permite evaluar grados de asociación de un conjunto de variables, cuyas interacciones y grados de proximidad se visualizan de forma gráfica dentro de un espacio bidimensional en el que los conglomerados (puntos) muestran comportamientos o patrones (Algañaraz, 2016; Fuente, 2011).

Como ya se anticipó, los resultados llevan a replantear la hipótesis inicial que sostenía la configuración de amenaza y participación como incentivos de la acción asociativa. Derivado de los resultados del estudio, una nueva hipótesis apuntaría en la línea de trabajos (Anduiza y Bosch, 2004; Morales Diez, 2006) que ven en el fenómeno del asociacionismo una forma de participación política. La hipótesis que se deriva del presente análisis, en el caso de Ciudad Juárez, es que el asociacionismo es una forma de participación política no electoral incentivada por un sentido de eficacia externa más elevado cuando se actúa en asociación.

El artículo se estructura en cuatro apartados. En el primero se realiza una revisión teórica que contribuye a comprender el asociacionismo como una forma de participación política y la conceptualización de eficacia interna y externa. El segundo apartado se ocupa de las directrices analíticas que guiaron esta investigación: 1) la percepción de amenaza y 2) la participación política. Sigue un tercer apartado metodológico en el que se describen las características de la muestra, el instrumento y la técnica de correspondencias múltiples. Al final, en un cuarto apartado, se incorporan el análisis y la discusión de los resultados.

El asociacionismo como forma de participación política

¿Qué es la participación política?

Verba, Nie y Kim (1987, p. 100) señalan que la participación política es una actividad de ciudadanos privados que ejercen acciones para involucrarse en la vida política, con roles no profesionales dentro de las funciones del gobierno y de los partidos. Estos ciudadanos forman un lobby o grupo de presión política. Su objetivo es influir en el gobierno para la elección de funcionarios públicos o de la acción que éste desarrollará. En el presente trabajo, la participación política se refiere a todas las formas a partir de las cuales los sujetos se vinculan con el sistema político. Éstas varían en intensidad y frecuencia. Dicha participación tiene lugar en la elección de representantes populares, en los procesos plebiscitarios, en la colaboración en una campaña electoral, en la militancia en un partido, en la organización y asistencia a manifestaciones, pacíficas o violentas, en el trabajo asociativo y en la asistencia a espacios de deliberación y codecisión convocados por el gobierno (Anduiza y Bosch, 2004, p. 16). Entre más amplia y profunda sea la participación, en cualquiera de estas dimensiones, mayor será la calidad democrática (Levine y Molina, 2007).

Las variaciones en los tipos de participación política podrían estar relacionadas con factores culturales y ambientales. Los primeros se refieren a las construcciones identitarias que dan lugar a pautas de comportamiento y actitudes para con los actores políticos, los procesos y las instituciones (Almond y Verba, 1963). Estas pautas están determinadas por el pasado histórico o por situaciones coyunturales que, por su impacto en una sociedad, llegan a modificar las dinámicas culturales que se habían estructurado a lo largo de la historia. Los factores ambientales se refieren a todos aquellos que están vinculados a geopolítica, diseños institucionales, cambios en la estructura de actores políticos y rupturas sociales. Como ya se dijo, estos aspectos se configuran e influyen en el tipo y el grado de participación política.

Participación ciudadana

Hemos querido establecer un apartado que trate de aportar algunos criterios diferenciadores entre participación política y participación ciudadana. En principio, podemos entender que la participación ciudadana es también participación política. Parés (2009, pp.17-18) señala que la literatura suele emplear dentro del concepto de participación ciudadana todo el conjunto de prácticas políticas y sociales que la ciudadanía utiliza para incidir en alguna de las dimensiones que integran lo público. No obstante, la participación ciudadana se encuentra muy ligada al tema de la incidencia. Según el autor, éste es el criterio que de forma más relevante podría establecer una diferenciación más precisa. Señala también que dentro de las escalas de participación ―información, comunicación, consulta, deliberación y decisión (en referencia al trabajo de Arnstein, 1969)―, la participación ciudadana, a diferencia de otros esquemas de participación, se encuentra en la lógica de la consulta, la deliberación y la decisión. Parés (2009) subraya que la incidencia es el criterio más relevante para entender la participación ciudadana y por ello la diferencia de otras formas de participación propias de la democracia representativa.

La participación ciudadana integra un conjunto de prácticas mediante las cuales la ciudadanía incide o busca incidir en la dimensión pública. Esta incidencia puede darse a través de prácticas institucionales organizadas o encabezadas por el propio gobierno, como las reuniones de cabildo, los consejos ciudadanos o los presupuestos participativos. La incidencia también abarca otros repertorios de acción que pueden desarrollarse de forma estratégica y en distinto grado, los cuales pueden ir desde el cabildeo y las campañas mediáticas, hasta la protesta pacífica o violenta.

Es importante señalar que esta forma de participación política se diferencia de la participación electoral. La primera tiende a ser grupal y a tener mayor intensidad y frecuencia. La segunda se desarrolla de forma aislada e individual. El presente trabajo sitúa el asociacionismo dentro del ámbito de la participación ciudadana. Las OSC no sólo son operativas en lo que corresponde a la atención de las problemáticas que integran su objeto; de forma paralela, también participan en política mediante la incidencia en las decisiones públicas para generar o cambiar normas, diseños o evaluación de la política pública. La incidencia que las OSC llevan a cabo no sólo es motivada por su objeto o bien; puesto que se trata de un esquema organizativo bien estructurado, constituye un eje articulador para las estructuras de movilización (McCarthy, 1999, p. 209) necesarias para el seguimiento de demandas colectivas más amplias.

¿Por qué el asociacionismo es una forma de participación política?

Antes de responder a esta pregunta, al menos en un contexto teórico, conviene establecer el puente entre los conceptos de participación política, participación ciudadana y asociacionismo. El concepto “puente” es el término de capital social. Uno de los estudios pioneros en el tema del capital social fue el desarrollado por Almond y Verba en 1963 a través de lo que llamaron cultura cívica. Por primera vez, con una directriz teórica y metodológica, se definía la cultura política como el conjunto de orientaciones subjetivas hacia la política por parte de una determinada población nacional o de un segmento de ella. Uno de los aspectos medulares de su trabajo subraya el impacto que la cultura política tiene en la estructura y en el desempeño del régimen político. En el ámbito de la cultura, se encuentra la capacidad asociativa de los individuos y la forma en que estos interactúan a través de ciertas habilidades cívicas para incidir en la esfera gubernamental.

Almond y Verba (1963) sitúan las bases de lo que será un extenso campo de estudio para la sociología y la ciencia política. Putnam (1994) destaca el papel preponderante que desempeña el capital social para el fortalecimiento de la democracia. Las diferencias entre el norte y el sur de Italia se asociaban al desempeño de sus gobiernos. Este desempeño se veía muy influido por la existencia de redes ciudadanas que se coordinaban entre sí e incidían en las decisiones públicas. La existencia de estas redes en los sectores más desarrollados de Italia obedecía a su pasado histórico. En aquellos sitios donde había una tradición vertical o jerarquizada, como las monarquías del sur, las asociaciones de ciudadanos no se habían desarrollado como sí lo habían hecho en el norte, con una tradición histórica mucho más horizontal a través de las repúblicas que florecieron en la región centro y norte del país desde la Edad Media.

Una de las aportaciones más relevantes para los estudios de capital social proviene de los trabajos de Coleman (1990). Lo define como el conjunto de redes interpersonales en las que existe cooperación y objetivos comunes. No es una única entidad; es una diversidad de identidades, un conjunto de aspectos de la estructura social en sí mismos. Las aproximaciones teóricas que se han descrito identifican distintas formas de capital social con base en la existencia de vínculos asociativos, confianza interpersonal y la presencia de instituciones formales e informales que lo promuevan (Ostrom y Ahn, 2003). El asociacionismo es una dimensión de capital social. La presencia de vínculos asociativos describe en sí misma la presencia de capital social que, de acuerdo con la tesis de Putnam, se relaciona con un mejor desempeño gubernamental.

Seligson (1999) explora el papel que tienen las redes organizativas en el grado de involucramiento político de los individuos que forman parte de ellas. La conclusión más relevante de su trabajo sostiene que, a diferencia de la tesis de Putnam, no todos los vínculos asociativos se relacionan con una participación política que incentiva un mejor desempeño democrático. En el caso de los países centroamericanos que analiza en su trabajo, demuestra que sólo aquellas asociaciones con objetivos orientados al desarrollo comunitario fomentan una mayor participación política.

Bhavnani (2003) comprueba la tesis de Putnam que sostiene la asociación entre la efectividad institucional y la calidad de la información que se genera mediante la interacción positiva de los agentes que conforman las redes asociativas. Lo hace a través de un modelo de simulación social basado en agentes y de una reconstrucción sociodemográfica de Italia. En este sentido, La Due Lake y Huckfeldt (1998) sostienen que las redes ciudadanas son canales que transmiten información para la participación política.

En el ámbito de la cultura política, algunas investigaciones se han dedicado al estudio de la relación que guardan las formas de capital social con los niveles de desafección política.4 Estos trabajos sostienen que la presencia de capital social puede llegar a disminuir los niveles de desafección. Deth (2006), en una muestra de individuos de países europeos, contrasta algunos indicadores vinculados a la desafección, como los grados de involucramiento político, la confianza institucional y la satisfacción con la democracia. Los individuos con membresías en asociaciones mostraron niveles más bajos de desafección que aquellos que no tenían ningún tipo de vínculo asociativo.

Eficacia interna y externa

Este concepto fue el término utilizado por Campbell, Gurin y Miller (1954) para describir el sentimiento que tiene un individuo sobre su propia capacidad para impactar en el proceso político. El trabajo de Balch (1974) propuso nuevos criterios de medición para precisar que el sentimiento de eficacia política comprendía dos dimensiones: el sentido de eficacia interna y el de eficacia externa. La primera se refiere a las evaluaciones que realiza un individuo sobre sus propias capacidades políticas; la segunda describe la percepción del individuo sobre el impacto que su acción política podría generar en las autoridades y en el proceso político. Trabajos posteriores (Coleman y Davis, 1976; Craig y Maggiotto, 1982) fueron construyendo los modelos operacionales de medición de ambas dimensiones de eficacia. De esta manera, preguntarse por el “grado de involucramiento” o de “conocimiento de política” arroja información sobre eficacia interna, mientras que preguntarse cómo “mi voto puede cambiar la situación” o “¿el gobierno considera la opinión de alguien como yo?”, informa sobre la eficacia externa. Sanhueza, Sánchez y Chinga (2015) demuestran la relación que guarda la eficacia externa con los grados de satisfacción con la democracia y el tipo de participación política. Este tipo de eficacia se relaciona más con modalidades de participación en la democracia semidirecta o participativa. Los autores también demuestran que un buen desempeño por parte de los líderes puede incidir en las percepciones de eficacia de los individuos.

Yeich y Levin (1994) identifican una tercera dimensión en lo que describen como eficacia política colectiva. Se trata de un concepto más comprehensivo en el que, a partir de la movilización social, el sentido de eficacia interna y externa aumenta cuando los individuos actúan de manera colectiva. La interacción con el grupo puede contribuir a que un individuo adquiera mayor involucramiento e interés en la política y modifique su sentido de eficacia interna. En cuanto a la eficacia externa, los autores sostienen que ésta se relaciona con otros conceptos adoptados por la teoría de la acción colectiva, como el de la movilización de recursos y la estructura de oportunidades políticas (McCarthy, 1999; Tarrow, 1999). Así, a través de la movilización, los individuos consideran que su acción podría ser tomada en cuenta por el gobierno.

Mayor sentido de eficacia externa podría ser una explicación de los niveles de desafección más bajos en individuos con vínculos asociativos, tal y como sugiere el trabajo de Deth (2006, p.109). Esto también se relaciona con el trabajo de Pollock (2009, p. 400) cuando sostiene que altos niveles de desconfianza con un alto sentido de eficacia predice una participación no convencional. En el ámbito de la participación ciudadana, ésta se desarrolla en gran medida mediante formas no convencionales, como el cabildeo, la presión mediática o la protesta.

Estas investigaciones demuestran la manera en que los vínculos asociativos, como forma de capital social, definen una forma de participación política. Las variables que integran la agenda de los estudios sobre cultura política explicarían la participación en función de la eficacia, la confianza interpersonal, el involucramiento político y la generación de información que supone el abordaje de problemáticas sociales por parte de un colectivo. La atención de asuntos vinculados con la igualdad de género, el medio ambiente, la infancia y las adicciones implica no sólo estrategias operativas; para la solución del problema, dentro de este seguimiento, también se desarrolla la incidencia en la agenda pública. Es en este segundo aspecto, la incidencia, en el que las pautas de participación política por parte de las OSC se definen con mucha mayor nitidez.

Las reformas constitucionales y las leyes de participación ciudadana en el ámbito local han incorporado mecanismos de democracia participativa, como el plebiscito, la iniciativa ciudadana, el presupuesto participativo o los consejos ciudadanos. Estos mecanismos incentivan una incidencia más formal, tanto a escala nacional como subnacional. La incidencia es el resultado de acciones estratégicas que varían en cuanto a los medios utilizados, la intensidad y la frecuencia de éstos. Cuando se trata de asuntos coyunturales que implican afectaciones a un gran número de miembros de la sociedad, bien sea por decisiones del gobierno o por falta de respuestas por parte de éste, la incidencia de distintas OSC se produce como una especie de apropiación colectiva de la causa. Será más amplia y sistemática, y las reivindicaciones trascenderán el objeto mismo de las OSC.

La incidencia, como eje articulador de la participación, integra un conjunto de elementos, como la apropiación de un discurso, el diseño de estrategias y la definición de los resultados que se esperan. El éxito en la gestión de las reivindicaciones generará un mayor posicionamiento, y el sentido de la eficacia del actuar colectivo producirá identidades que a su vez promoverán más vínculos asociativos. Las OSC están conscientes de su potencial como motor de cambio a través de la incidencia. Por tanto, cada vez ésta es más estructurada, sistemática y profesionalizada.5 Tiene la capacidad, como ya se expresó, de crear vínculos basados en la identidad y en la representación de causas sociales. La propia sociedad organizada pareciera generar un vínculo de mayor confianza con el resto de la sociedad que, en su mayoría, será desafecta frente a los políticos o las instituciones públicas. Por ende, la incidencia de las OSC podría ser una forma de representación de intereses.

El asociacionismo es una forma de participación política no electoral cuyo eje articulador es la incidencia en la agenda pública a fin de redireccionarla hacia las problemáticas sociales que las OSC atienden. Es probable que un mejor desempeño del gobierno esté relacionado con la forma en que los individuos con experiencia y prácticas asociativas inciden en el ámbito de las decisiones públicas. Algunos ejercicios de democracia participativa y deliberativa, como los presupuestos participativos, han resultado ser una vía para trasparentar la acción del gobierno en la gestión de los recursos públicos. Sin embargo, el éxito de estos ejercicios está condicionado, en cierta medida, por la existencia de redes asociativas que, desde sus bases organizativas, facilitan su desarrollo (Abers, 1998; Cruz, 2012).

Soles, Moreno, Sanz y Rueda (2009) hablan de escenarios con distintos grados o intensidad de participación ciudadana. El primero de ellos es la información. Se trata del nivel más básico de participación, en la que existe un flujo unidireccional. El gobierno genera la información y la trasmite al ciudadano, quien es un mero receptor de ésta. En otro nivel se encuentra la comunicación. En este escenario hay un flujo bidireccional de información pública y ciudadanía. Las decisiones siguen tomándose en el ámbito de lo público, pero se basan en la información que ha sido tomada de la ciudadanía, que actúa cuando se le consulta. El valor de la participación ciudadana es “proporcionar información objetiva (no negociable) cuando sea requerida por otros actores” (p. 72). Un tercer escenario es el debate. En este plano las aportaciones de la ciudadanía son casi tan estimadas como las del resto de los agentes implicados. Su conocimiento es valorado y legitimado. En un cuarto y último escenario se encuentra la decisión. En este punto la ciudadanía ya no sólo participa dando contenido a la gestión pública; también toma parte en la definición de los aspectos más “formales y sustantivos” del debate para que ésta tome las decisiones.

Los escenarios de participación que plantean Soles, Moreno, Sanz y Rueda (2009) contribuyen con nuestro argumento sobre el asociacionismo como una forma de participación política. En el primer escenario de participación, el de información, las asociaciones pueden llegar a ser una matriz de información política, vinculada a los objetivos que persiguen. Este manejo de la información les aporta herramientas para planificar mecanismos de acción de cara a su interacción con la autoridad. Dichos mecanismos se traducen en incidencia a través de audiencias públicas, protestas, campañas mediáticas e iniciativas ciudadanas. La información que genera o administra una asociación activa el segundo escenario, el de la comunicación. La relación bidireccional del flujo de información se facilita en este plano. Las asociaciones están en contacto con la problemática social y producen una información más realista y objetiva para la toma de decisiones. En esta dinámica, el gobierno necesita cada vez más el apoyo de asociaciones en rubros sensibles o de impacto para la ciudadanía, como la atención a víctimas, la defensa de los derechos humanos, el medio ambiente y la asignación de los recursos públicos. En este plano, la deliberación desempeñará un rol fundamental. Estos procesos adquieren cierto grado de institucionalidad, por lo que es posible pasar al último de los escenarios, el de la decisión.

Otro argumento importante es que las OSC se convierten en el primer eslabón de la participación al desarrollarse de forma más intensa dentro del ámbito local. Incluso la participación de este tipo de organizaciones dentro de dicho ámbito ha adquirido cierto grado de institucionalización.6 Esto podría explicarse por el hecho de que las redes asociativas suponen un esquema de organización previo, estructurado y con intereses específicos que facilita la vinculación y la participación con las entidades de la administración pública. Font (2001) sostiene que:

En el caso del gobierno municipal, la interacción entre clase política y ciudadanía es más intensa y constante que en otros niveles de gobierno. Por tanto, para desarrollar su labor, estos actores necesitan anclajes directos con la comunidad local, entre los que destaca la pertenencia a grupos de representación de intereses. (p. 96)7

Booth y Richard (1998) introducen variables vinculadas con el contexto político. Una de sus hipótesis iniciales sostiene que una mayor represión tiende a desincentivar el desarrollo de capital social y de participación política. El tratamiento empírico de su trabajo señala que esta hipótesis no se sostiene del todo, ya que en el caso de lo que llaman activismo comunitario, dentro de una dimensión más local, se observa una participación más elevada, aun en países con mayores niveles de represión. Este trabajo sirve a la presente investigación, porque apunta hacia la arena local como el escenario más propicio para el desarrollo de participación o activismo comunitario.

Hay que señalar que, aun cuando se trata de formas de participación política no electoral, en el ámbito organizativo intra e interasociativo pudieran llegar a reproducirse algunos de los esquemas propios de la democracia representativa. Su ámbito de acción es un importante eslabón del proceso político. Las OSC más fuertes, en términos económicos o de influencia política, podrían desempeñar el papel de holding con esquemas jerárquicos y agregativos con respecto a las otras asociaciones de menor influencia. Dentro de la intermediación, podría suponerse que algunos de los objetivos o fines para los cuales las asociaciones trabajan, son proclives a formas de vinculación clientelar con agentes políticos y partidos.

Los incentivos del asociacionismo en Ciudad Juárez

En este apartado se muestra el seguimiento analítico que se le dio a la hipótesis inicial en torno a los incentivos del asociacionismo. El argumento se sostuvo en dos variables: amenaza y participación. En este apartado se aborda desde un plano más operativo los dos conceptos y se muestra la evidencia empírica que revelan los datos de la encuesta aplicada a miembros de las asociaciones civiles en Ciudad Juárez.

Uno de los antecedentes más importantes de la actividad asociativa en Ciudad Juárez tiene lugar en la década de 1980 con la formación de asociaciones civiles que atendían casos de violencia y marginación social en la periferia de la ciudad. Muchas de estas asociaciones fueron impulsadas desde la llamada teología de la liberación (Castillo, 2009). Las zonas más pobres de la ciudad se beneficiaron por la acción de esta creciente y activa red de asociaciones. Al inicio de la década de 2000, se institucionalizaron algunos apoyos desde el ámbito público. Mediante estos incentivos se potenció y se desarrolló aún más la actividad asociativa en la ciudad. Este fenómeno definió una vertiente de análisis para esta investigación: ¿el incremento de asociaciones fue una respuesta social ante la violencia y los efectos que trajo consigo?

Amenaza y oportunidad, como incentivos para la acción colectiva, son conceptos que retoma el trabajo de Goldstone y Tilly (2001). La amenaza constituye la posibilidad de que los beneficios de un grupo sean arrebatados o que se impongan nuevas formas de problematizar de manera negativa los intereses de los grupos afectados si éstos no actúan en forma colectiva. No obstante, la amenaza, según describen estos autores, interactúa con lo que han llamado oportunidades: “esto sólo puede explicarse al darse cuenta de que la oportunidad siempre está en interacción con las amenazas actuales y represivas, y esta interacción da lugar a variados patrones dinámicos de protesta y contención” (p. 5).

En cuanto a la oportunidad, en este trabajo será entendida como participación política. Tarrow (1999, p. 73) ha identificado como estructura de oportunidades a aquellas que surgen de situaciones político-administrativas concretas. Este esquema de oportunidad contempla los procesos políticos y las instituciones que canalizan una forma de acción colectiva. Los aspectos vinculados al entorno institucional, como pueden ser cambios normativos o administrativos, podrían orientar un tipo de acción colectiva pacífica o institucionalizada si estos cambios tienden hacia una mayor apertura o inclusión en el ámbito de las decisiones públicas. Tal y como se apunta en la tipología descrita por Tarrow, las oportunidades por situaciones político-administrativas concretas también se vinculan al proceso político y por ende a la participación política.

La asociación de oportunidad y amenaza también se expresa en el trabajo de Almeida (2011), quien señala que la configuración de la estructura de oportunidades políticas y la percepción de amenaza pueden llegar a determinar distintos tipos de movilización. En cuanto a la oportunidad política, identifica dos dimensiones: 1) el acceso institucional y 2) las elecciones competitivas. Estas dos dimensiones podrían estimular la movilización de distintos grupos y la formación de organizaciones cívicas. Por otra parte, existen tres dimensiones de la amenaza: 1) los problemas económicos, 2) el menoscabo de los derechos y 3) la represión estatal. La configuración de estos cinco elementos puede moldear la forma de la protesta, las acciones colectivas violentas y las no violentas (Almeida, 2011, pp. 5-6).

De acuerdo con la hipótesis que estos dos trabajos sugieren, las indagaciones de la presente investigación estarían orientadas a explorar el comportamiento de ambas variables: percepción de amenaza y estructura de oportunidades políticas. En la línea de investigación sugerida por Almeida (2011), la hipótesis inicial en torno a la configuración de las dos variables como incentivos para el asociacionismo se sostenía en la idea de que la amenaza se delineaba por el menoscabo de los derechos frente a la inacción de un Estado que se ve rebasado por la acción del crimen organizado, mientras que la estructura de oportunidades se definía por cambios normativos que fomentaban incentivos institucionales y económicos para el desarrollo de asociaciones y la llegada de nuevos actores con estrategias políticas y construcción de discursos de aproximación o apertura a la sociedad civil.

Metodología

La aproximación empírica a la amenaza y a la participación política podría medirse a partir de las percepciones de los miembros de las asociaciones. Para tal fin, se integró una muestra no aleatoria de 106 individuos. Todos forman parte de OSC. Son voluntarios, socios y directivos, y se trata de asociaciones civiles, constituidas de manera formal dentro del municipio de Ciudad Juárez. En esta muestra se buscó que el objeto de las asociaciones coincidiera con temas sensibles o de impacto social, como la atención a víctimas, la violencia de género, los derechos humanos y la participación. Se consideró un muestreo no aleatorio en función de la disponibilidad y el acceso a cada uno de los individuos, lo cual se logró mediante la colaboración de 26 asociaciones. El instrumento que se utilizó fue una encuesta con 37 preguntas, estructuradas en tres bloques. Para el análisis se consideraron los dos primeros bloques, que correspondían a las variables de percepción de amenaza (PA) y de estructura de oportunidades políticas (EOP). Los datos recabados han sido integrados en una base de datos para su tratamiento estadístico mediante el programa IBM Statistics SPSS versión 23.

En la encuesta, el asociacionismo se identificó a partir de las respuestas sobre la pertenencia a una de las asociaciones en calidad de directivo, socio o voluntario. Mediante la técnica de correspondencias múltiples, se afinó el análisis de asociación entre los distintos ítems y se estructuraron categorías a través de dos dimensiones de análisis. La estructuración del análisis centró las argumentaciones en la participación política, considerando ítems de eficacia externa (valoración de que la participación producirá cambios a nivel político o será tomada en cuenta por el gobierno o por los políticos).

Se utilizó la técnica de correspondencias múltiples, ya que permite trabajar con variables de tipo ordinal y categóricas para reducirlas y categorizarlas en dimensiones. Estas dimensiones se refieren a la eficacia externa. La fortaleza de cada dimensión dependerá de la potencia en la contribución de cada uno de los ítems. Las dimensiones representan la cercanía de los individuos cuando seleccionan las mismas modalidades de respuestas. Los ítems que están próximos e integran una dimensión, representan conjuntos de respuestas que fueron elegidas por el mismo grupo de individuos formando una dimensión.

Análisis y discusión

La Tabla 1 expresa los patrones de respuestas y, mediante el análisis de correspondencias múltiples, se construyó un modelo bidimensional en el que los ítems se agruparon en dos dimensiones de eficacia externa: 1) de participación política y 2) de políticos y gobierno.

Tabla 1 Resultados del análisis de correspondencias 

Dimensiones
(excluyendo violencia)
Dimensiones
(incluyendo violencia)
Ítem de la encuesta Participación
política
Políticos y
gobierno
Participación
política
Políticos y
gobierno
¿Qué tan de acuerdo está con la siguiente afirmación?: la sociedad puede contribuir a solucionar el problema de la inseguridad. 0.651 0.154 0.543 0.183
¿Cree usted que los ciudadanos organizados a través de asociaciones pueden cambiar problemáticas sociales como la inseguridad? 0.521 0.043 0.484 0.071
¿Cuál es la principal razón por la que las personas llegan a formar parte de la asociación? 0.571 0.246 0.532 0.182
¿Considera que los políticos cada vez le dan más importancia a las asociaciones civiles? 0.079 0.460 0.093 0.424
¿Considera usted que los partidos buscan acercamiento con las asociaciones civiles? 0.108 0.546 0.138 0.498
¿Una asociación civil puede incidir en las decisiones del gobierno o en la agenda pública? 0.150 0.180 0.185 0.160
¿Qué tan de acuerdo está con la siguiente afirmación?: la participación ciudadana es un instrumento para incidir en las decisiones públicas. 0.293 0.138 0.320 0.224
El fenómeno de la violencia en Ciudad Juárez ¿fue la razón por la cual usted decidió participar en esta asociación? - - 0.013 0.007
Total activo 2.374 1.766 2.309 1.750

Fuente: elaboración propia.8

Se encontró que los ítems que presentan una implicación más fuerte con la dimensión 1 (participación), son: a) “la sociedad puede contribuir a solucionar el problema de la inseguridad”; b) “¿cree usted que los ciudadanos organizados a través de asociaciones pueden cambiar problemáticas sociales como la inseguridad?”; c) “¿cuál es la principal razón por la que las personas llegan a formar parte de la asociación?” Los tres ítems configuran participación, entendida como capacidad de incidencia. Con respecto a la segunda dimensión, se halló que los ítems que más contribuyen son: “¿considera que los políticos cada vez le dan más importancia a las asociaciones civiles?” y “¿considera usted que los partidos buscan acercamiento con las asociaciones civiles?” Como puede advertirse, en las columnas 4 y 5 de la Tabla 1, al introducir en el análisis de correspondencias el ítem de violencia, los resultados se modifican de modo marginal sin afectar la agrupación de los demás ítems en cada una de las dimensiones. Esto podría revelar que la violencia no parece ser el factor que incentiva de forma más potente la participación.

El ítem de violencia presenta una escasa asociación con las dos dimensiones. En principio, disminuye los coeficientes de Cronbach y el número de inercias en ambas dimensiones. No obstante, hay que destacar un dato que parece relevante: la presencia del issue violencia acentúa la estructuración de las variables en torno a la dimensión 1 (de participación) e incluso transforma los valores de correspondencia de la variable Una asociación civil puede incidir en las decisiones del gobierno o en la agenda pública. Sin la presencia del issue, el valor de implicación era más alto en la dimensión 2. Se observa también que la contribución del ítem la participación ciudadana es un instrumento para incidir en las decisiones públicas, incrementa al valor de .320. Como se advierte, los valores se modifican, acentuando ahora su implicación en la dimensión 1, relativa a la participación. Esto tal vez se deba a que la participación se activa ante la posibilidad de incidir en el ámbito gubernamental para la solución de problemáticas concretas. En este caso, el issue lo define el tema de la violencia y la seguridad, pero igual podría activarse por cualquier otro tema puntual o específico, como violencia de género, el medio ambiente y la migración. La participación se robustece cuando persigue fines concretos y no difusos o abstractos. Es probable que por esta razón también el asociacionismo, por lo que hace a la consecución de objetivos concretos, se oriente más hacia la participación política.

Dentro de la Tabla 1 se advierte que el ítem ¿Una asociación civil puede incidir en las decisiones del gobierno o en la agenda pública? presenta un bajo valor en ambas dimensiones, en la dimensión 1(0.150) y en la dimensión 2 (0.180) cuando se introduce el issue violencia. Estos valores se invierten e incrementan su valor dentro de la dimensión 1 (0.185) y disminuyen en la dimensión 2 (0.160). Dada la escasa contribución de este ítem a ambas dimensiones, en principio, este resultado parecería contradecir el argumento que guía este trabajo: el incentivo del asociacionismo es la participación alentada por el sentido de eficacia externa. No obstante, este dato nos lleva a reinterpretar el significado de la participación que se produce en el activismo asociativo. La respuesta tentativa podría estar en la lógica de la acción colectiva y en el tipo de incentivos (Clark y Wilson, 1961; Olson, 1992). La participación en sí misma es un bien muy evaluado por los individuos que pertenecen a una forma asociativa. Es eficaz por una cuestión de principios: por la adhesión y defensa de una causa con independencia de su resultado. La reivindicación que sostiene la participación podría alentar incentivos como el altruismo, la solidaridad y el propósito moral que, desde una racionalidad individual y colectiva a la misma vez, donde los costes y beneficios son intangibles (Moe, 1980, p. 615), existirían contraprestaciones simbólicas que serían adicionales a los beneficios materiales que luego se podrían lograr en la respuesta del gobierno.

En la Tabla 2 se advierte que el peso de la dimensión 1, de participación ciudadana, es más importante que el de la dimensión 2, relativa a las percepciones sobre la importancia que los partidos y los políticos dan a las asociaciones. La dimensión 1 nos revelaría mayor fiabilidad en cuanto a consistencia interna y al grado de asociación entre las variables. Se obtiene este resultado mediante la interpretación del coeficiente alfa de Cronbach, que arroja un valor de 0.675. La interpretación de este coeficiente toma como referencia una escala que oscila entre -1 y 1. Entre más próximo se encuentre a 1, mayor fiabilidad en el resultado. En los resultados, el alfa de Cronbach se encuentra próximo al valor 0.700, el cual se considera el valor óptimo aceptable, sobre todo si se tiene en cuenta que el análisis se realiza con base en ocho ítems (Frías-Navarro, 2020, p. 3).

Tabla 2 Parámetros de fiabilidad del análisis de correspondencias en las dos dimensiones: 1) participación y 2) políticos y gobierno 

Dimensión Alfa de Cronbach Total Inercias
1 .675 2.374 .339
2 .506 1.766 .252

Fuente: elaboración propia.

La Figura 2 es otra forma de visualizar la información contenida en la tabla 2. Muestra de forma más clara la contribución que la variable hace a la dimensión. La agrupación de las variables en cada una de las dimensiones fue dividida a través de la línea punteada. En la parte inferior de la línea se expresa la dimensión 1 y en la parte superior la dimensión 2. Los valores se refieren a la contribución que cada variable hace a la dimensión y el grado de cercanía. Mientras más grande sea el vector y más alejado se encuentre del origen, mayor potencial explicativo. La cercanía entre las variables muestra la correlación entre ellas.

Fuente: elaboración propia.

Figura 2 Medidas discriminantes sin el ítem de violencia 

Como se expresó antes, cuando se incorporó el ítem El fenómeno de la violencia en Ciudad Juárez, ¿fue la razón por la cual usted decidió participar en esta asociación?, el valor de las contribuciones de las variables cambió sin que se alterara de manera sustancial la estructura de las dos dimensiones. No obstante, cuando se observa el gráfico de las medidas discriminantes (véase Figura 3), se advierte que tiende a robustecerse la dimensión de participación, ya que el vector que representa el ítem ¿Una asociación civil puede incidir en las decisiones del gobierno o en la agenda pública?, muestra una aproximación hacia las variables que configuran la dimensión de participación. Esto podría estar evidenciando que la participación ciudadana se intensifica cuando se articula sobre temas concretos.

Fuente: elaboración propia.

Figura 3 Medidas discriminantes con el ítem de violencia 

Conclusiones

La conclusión más importante a la que se llegó en este estudio es la comprensión del asociacionismo como forma de participación política no electoral. La orientación inicial de la investigación veía como incentivo de la participación la configuración de la percepción de amenaza y la estructura de oportunidades. Dentro de esta última, se consideró la participación política como una dimensión de análisis y, con base en ello, en el instrumento se incorporaron variables vinculadas a la participación política, la incidencia, la eficacia externa y las percepciones sobre los partidos y los políticos. El comportamiento de estas variables, en el momento de tratar los datos, evidenció la relevancia de la participación ciudadana y la incidencia para explicar el fenómeno del asociacionismo.

La incidencia es el elemento que define el asociacionismo como una forma de participación política. Sus incentivos vienen de un empoderamiento colectivo que se expresa a través de las variables de eficacia interna y externa. La presente investigación se concentró en la eficacia externa. Los datos revelan que el actuar colectivo, o mejor dicho asociativo, genera percepciones positivas en cuanto a la capacidad de incidir en algún tipo de cambio. El incentivo principal para formar parte de una asociación es la incidencia en los asuntos públicos mediante la participación ciudadana. Además del cumplimiento de su objeto y la atención a problemáticas específicas, uno de los principales fines del asociacionismo es la incidencia en el ámbito gubernamental a través de canales institucionales y mecanismos como la iniciativa popular, la consulta, los consejos ciudadanos y no institucionales, las campañas mediáticas y la protesta social.

Este resultado es importante para repensar y elaborar nuevas explicaciones en torno a las variaciones que se observan en las pautas de participación política. Existe cierto consenso en el momento de evaluar el descenso de la participación política individual dentro de la arena electoral, acaso por factores asociados con la desafección, la enajenación y el debilitamiento de los partidos políticos. No obstante, tal y como apunta Schmitter (2011), las formas de participación individual están siendo rebasadas por las formas de participación colectiva. Sin duda este fenómeno reorienta el radar de la investigación sociopolítica hacia los incentivos y las formas bajo las que se está desarrollando la participación política con sus implicaciones para el desempeño del gobierno y la calidad democrática.

Según los datos aquí recabados, la violencia podría no ser un incentivo potente para la acción asociativa. Al pensar en Ciudad Juárez, este resultado podría parecer erróneo si se tiene en cuenta el entorno violento que ésta enfrentó en años recientes. Sin embargo, esto podría tener una explicación en el hecho de que el fenómeno de la violencia, al menos en la percepción ciudadana, pertenece a temas más integrales, como la corrupción y la gestión gubernamental. No obstante, un análisis posterior podría incorporar nuevas dimensiones, introduciendo temas como la violencia, la economía y el medio ambiente. El análisis por temas específicos podría contribuir a evaluar si este tipo de participación se intensifica cuando el motivo de la incidencia es la atención y el seguimiento de problemáticas sociales específicas. Otra directriz para futuros estudios sobre el tema podría incorporar la relación de estas formas de participación con los diferentes niveles de gobierno. Tal vez esta forma de participación colectiva esté asociada con la diversificación de los centros de poder hacia la arena local. Es probable que este traslado de ámbitos decisorios venga acompañado de nuevas interacciones de poder entre el gobierno y la ciudadanía.

El trabajo abre nuevos planteamientos en torno al fenómeno del asociacionismo y sus incentivos. Como se señaló en el apartado de análisis y discusión, la contribución de la variable que se refiere a la incidencia de una asociación en la agenda pública, mostró un bajo valor en las dos dimensiones de eficacia externa. Sin duda, esto abre un nuevo planteamiento sobre la tipología de incentivos materiales e intangibles que fomentan la acción asociativa. Hay un cúmulo importante de literatura que, desde el ámbito de la acción colectiva, analiza la existencia de incentivos selectivos positivos y negativos, materiales e inmateriales que fomenta la acción colectiva. Otra directriz analítica deberá explorar estas combinaciones de incentivos dentro del asociacionismo. Esto también refuerza y orienta el estudio hacia la literatura que construye nuevas dimensiones de eficacia en lo que se identifica como eficacia colectiva.

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1Densidad asociativa se refiere al número de asociaciones por cada 10 mil habitantes.

2Agradecemos la colaboración de Asamblea de Organizaciones de la Sociedad Civil de Ciudad Juárez y a los socios de las siguientes OSC, quienes colaboraron en la integración de la muestra: Edu Juárez (Educación Juarense), CEHLÍDER (Centro Humano de Liderazgo, A. C.); CIMAP (Ciudadanos por una Mejor Administración Pública); CIDESES (Centro de Investigaciones, Desarrollo de Proyectos Sociales, Educativos y de Salud, A. C.); Consejo Juvenil del Consulado de los Edos. Unidos en Cd. Juárez; Red de Pueblos Indígenas en Cd. Juárez; Nada Nos Detiene; Amamigo; Plan Estratégico de Juárez; Casa Amiga Centro de Crisis; Aprocáncer; Desarrollo Económico de Cd. Juárez; CAAF (Centro de Atención y Asesoría para la Familia); Organización Tapestris México; Sumando Esfuerzos por Juárez; CIMAP (Ciudadanos por una Mejor Administración Pública); Programa Compañeros, A. C.; Pensamientos del Abuelo; Casas de Cuidado Diario; CIDESES (Centro de Investigaciones, Desarrollo de Proyectos Sociales, Educativos y de Salud, A. C.); Tira Paro; Desarrollo Juvenil del Norte; y Tenda di Cristo.

3Variable de estudio en los temas de cultura política, medida a través de dimensiones que reflejan la percepción del individuo sobre la eficacia potencial de su actuación frente al gobierno o qué tanto éste tomará en cuenta su actuación.

4En estudios más recientes de cultura política, Torcal y Montero (2006) describen el fenómeno de la desafección como aquella actitud que denota confianza en la democracia, la cual llega a concebirse como la mejor forma de gobierno. Pero, en paralelo, existe desconfianza hacia los actores, el proceso político y las instituciones.

5El 78.10% de los encuestados respondió que sí a la pregunta: ¿la sociedad civil puede incidir en las decisiones del gobierno o en la agenda pública?

6En la Fiscalía General y en la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género, Ciudad Juárez, Chihuahua, se han destinado espacios físicos para las asociaciones civiles.

7 Font (2001) utiliza como sinónimos los términos “grupos de representación de intereses” y “grupos o asociaciones locales” (p. 96).

8Agradecemos al dictaminador anónimo la sugerencia para mejorar la visualización de resultados.

Cómo citar: Cruz Hermida, G. de la., Boscán Carrasquero, G. E., y Valenzuela, R. E. (2020). Asociacionismo y participación ciudadana en Ciudad Juárez. región y sociedad, 32, e1326. doi: 10.22198/rys2020/32/1326

Recibido: 08 de Abril de 2020; Aprobado: 23 de Octubre de 2020; Publicado: 30 de Noviembre de 2020

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