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Región y sociedad

On-line version ISSN 2448-4849Print version ISSN 1870-3925

Región y sociedad vol.32  Hermosillo  2020  Epub Jan 27, 2021

https://doi.org/10.22198/rys2020/32/1247 

Artículos

El Campeonato Nacional Femenil de Rugby Xs (2018-2019): la experiencia de la región oriente

The National Women’s Rugby Championship Xs (2018-2019): The Eastern Region Experience

Georgina Rojas Flores* 
http://orcid.org/0000-0003-2495-2500

*Universidad Veracruzana, Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales. Calle Diego Leño Núm. 8, Zona Centro, C. P. 91000, Xalapa-Enríquez, Veracruz, México. Correo electrónico: georginarojas@outlook.com


Resumen

El artículo estudia el rugby, pues es un deporte poco analizado, sobre todo en su rama femenil, y presenta las tensiones entre la región, los equipos, las jugadoras, el espíritu de la disciplina y las decisiones institucionales. El objetivo es analizar si la construcción de la región nominal hecha por la Federación Mexicana de Rugby permite la competencia y la competitividad en la región oriente en el Campeonato Nacional Femenil de Rugby 2018-2019. Además, reflexiona en torno a si es una región vivida por las jugadoras y expone los principales obstáculos para el desarrollo del rugby femenil. La evidencia muestra 1) que la competencia y la competitividad son deficientes debido a la composición de la región y su carácter estático, así como a causa de otros obstáculos; 2) que prevalecen estereotipos de género en el deporte; y 3) que la región vivida por parte de las jugadoras es distinta de la estipulada por la Federación Mexicana de Rugby. Las entrevistas semiestructuradas, la revisión documental, un breve ejercicio etnográfico del ciberespacio en redes sociales y el uso de las perspectivas de región y la de género integran la metodología de esta investigación. El trabajo sólo se concentra en la región oriente y deja la invitación para investigaciones futuras sobre el resto de las regiones, así como para otras líneas de investigación.

Palabras clave: rugby femenil; región nominal; región vivida; región dinámica; competitividad

Abstract

This article focuses on rugby, due to this sport remains largely unexplored, particularly in its women’s category. The Rugby’s Eastern Region presents certain tensions among regional teams, women players, the spirit of sport, and the institutional decisions. The objective is to analyze weather the Federación Mexicana de Rugby’s nominal regional construction allows or not competition and competitiveness in Eastern Region during the National Women’s Rugby Championship 2018-2019. The investigation also pretends to inquire if the women players completely understand the lived region. The investigation exposes the main obstacles for rugby’s women category development. Evidence shows 1) the failure in competition and competitiveness due to the static nominal regional composition and other obstacles; 2) that the gender stereotypes still thrive; and 3) that the sense of region the women players have is different from that stipulated by the Federación Mexicana de Rugby. Semi-structured interviews, documentary review, a brief ethnographic exercise in social network cyberspace, and the use of gender and region perspectives are part of this investigation methodology. This work concentrates on Eastern Region but leaves invitation for the other regions studies and another research lines.

Keywords: women’s rugby; nominal region; lived region; dynamic region; competitiveness

Introducción

El presente trabajo nace de la inquietud acerca de lo que sucede en la región oriente del Campeonato Nacional Femenil (CNF) de Rugby Xs1 de la Federación Mexicana de Rugby (FMRU). En él se reflexiona sobre si la composición de esa región es la adecuada para que las jugadoras la vivan, es decir, que se consideren parte de ella y reconozcan a quienes también están en ella para que se generen lazos de hermandad y de ayuda mutua. También se pretende develar si esa composición permite la competitividad y la competencia de los equipos femeniles que la integran; es decir, se intenta saber cómo influye la definición de región nominal de la FMRU en el desarrollo del deporte, los valores que fomenta, las capacidades deportivas, la competencia y la competitividad.

Para lograr estos cometidos, se procede de la siguiente forma: 1) se expone el abordaje teórico-metodológico que contiene la visión desde la cual se aborda el tema; 2) se presenta el contexto histórico que contiene los precedentes del CNF de Rugby Xs para entender las circunstancias en las cuales éste surgió y la forma en que se regionaliza; 3) se describe el CNF en el período de estudio; 4) se discute la descripción de región nominal y de región vivida; 5) se abordan los problemas de la región en cuanto a la competencia, competitividad y desarrollo y se rescatan los puntos de vista de los actores; 6) se debate la pertinencia de una región dinámica o estática; y 7) se exponen los apuntes finales.

Abordaje teórico-metodológico

Este artículo sostiene que la noción de región es un abordaje teórico y, a su vez, una metodología que sirve para entender y explicar algunos hechos. La investigación coincide con las ideas de Trejo (2009) en cuanto a que la perspectiva regional debe responder al problema planteado, puesto que la región no es un contenedor pasivo en el cual suceden cosas, sino que es parte de los hechos.

Se utilizan las nociones de regiones vividas y nominales planteadas por Viqueira (1997), ya que se indaga si en verdad se trata de una región vivida por los equipos de rugby; es decir, si entre las jugadoras existe el sentimiento de pertenencia a la región y, además, si desarrollan un sentido de hermandad que las identifique con la región en la que están insertas o si sólo es una región nominal establecida por la FMRU.

Se plantea una visión más dinámica de la región, en el sentido de que es necesario que las regiones dejen de ser estáticas y cambien con el tiempo, de acuerdo con la interacción con sus actores. Esta perspectiva permite pensar en la posibilidad de tener subregiones o regiones medias, como lo propone Bassols (citado en Gasca, 2009).

Con respecto a la metodología, se realizó una revisión documental de la información de la FMRU y de la World Rugby. Así mismo, se llevaron a cabo doce entrevistas semiestructuradas con un muestreo teórico a entrenadores, entrenadoras y jugadoras pertenecientes a los equipos de la región oriente del CNF de Rugby Xs 2018-2019 y al personal de la misma Federación. Se buscó llegar a un punto de saturación de la información, y dicho muestreo se enriqueció conforme avanzaba la investigación (Strauss y Corbin, 2002; Vela, 2004), aunque también se intentó contar con al menos un individuo de cada estado que compone la región.

Se usó la etnografía del ciberespacio en redes sociales al estilo de Gutiérrez, quien revisa y consulta los perfiles de Facebook de los actores y las interacciones de éstos en esa red social, pues considera que el campo de estudio no es sólo el territorio físico, sino también lo son los espacios de interacciones virtuales. En ese sentido, la autora explica que “este tipo de estudios centrados en el ciberespacio permiten analizar las relaciones sociales y las interacciones mediadas por la tecnología de la comunicación” (Gutiérrez, 2005, p. 56). Así, en este trabajo se buscaron en Facebook los equipos de la región y se visitó el perfil de cada uno. Se consideraron existentes2 aquellos que tenían publicaciones en 2018, año en que inicia la temporada de estudio.

Se comprobó que la existencia de estereotipos de género dificulta la consolidación de los equipos y, por lo tanto, afecta en el progreso de esta disciplina. No obstante, estas cuestiones no estaban relacionadas en su totalidad con la conformación de la región, sino que tenían un constructo diferente.

Según López (1995), se utilizan de forma indistinta ciertos conceptos para referirse a la estereotipia de las categorías binarias hombre y mujer; los más populares son: 1) estereotipos sexuales, 2) rol sexual o de género y 3) estereotipos de rol de género. Dado que el concepto de sexo está relacionado con lo biológico y el de género se usa en relación con cuestiones sociales, como roles y conductas, en la presente investigación se utiliza la categoría de estereotipos de género. Se estima que éstos son:

Un mecanismo de la cultura que toma sólo un aspecto comprendido en la noción de género, es decir, el sexo. Para definir lo que se espera que un género haga y lo que se cree correcto o típico para cada uno produciendo roles muy marcados, éstos son esas posiciones, actividades, responsabilidades y capacidades aceptadas como correctas dentro de una sociedad las cuales son asignadas tanto a hombres como a mujeres. (Rojas, 2018, p. 61, el énfasis es de la autora.)

Estos estereotipos de género permean todas las áreas de la vida de los individuos. Pueden ir desde lo privado y lo económico hasta lo más público, y también llegan a afectar actividades de ocio y deportivas, según Miranda y Antunez (2006).

En el deporte, Rodríguez-Teijeiro, Martínez-Patiño y Mateos (citados en Alvariñas, Fernandez y López, 2009) encuentran que “uno de los estereotipos más resistentes al cambio es considerar que hay deportes más apropiados para las mujeres” (p. 114). Hargreaves (1993) afirma que “los intereses masculinos predominan en la mayoría de las áreas del ocio y del deporte, donde la hegemonía masculina ha sido probablemente más completa y resistente al cambio que en otras áreas culturales” (p. 114). Por su parte, Ordóñez (2011) señala que:

A partir de las construcciones que cada sociedad ha hecho sobre lo masculino y lo femenino, la práctica deportiva ha ido modificándose. Eso quiere decir, [sic] que el deporte está íntimamente ligado a estereotipos de lo que una mujer y un hombre pueden o no realizar con su cuerpo. (p. 107)

Sagarzazu y Lallana (2012) señalan que en la actualidad existe mayor permisividad con respecto a los estereotipos de género en el deporte. Empero, para las mujeres, éstos aún subsisten, pues afirman que la idea que más persiste es la concepción de que practicar deportes las vuelve masculinas. Coincidiendo con Sagarzazu y Lallana, Vázquez (citada en Miranda y Antunez, 2006) asevera que, en efecto, se ha creído que el deporte es una actividad masculina.

Otras nociones que perduran se relacionan con la idea de que existen deportes aceptables para las mujeres debido a las cualidades estéticas y su carácter de disciplina individual (Metheny, 1965, citado en Sagarzazu y Lallana, 2012). Algunos autores, como Olabarrieta, explican que los estereotipos sexuales provocan que se considere que los deportes para las mujeres son los que buscan la armonía y fomentan la destreza (citado en Sagarzazu y Lallana, 2012). El mismo autor expone que los deportes considerados propios para hombres son aquellos que se piensan agresivos, competitivos y de contacto físico.

Según la encuesta que realizaron Miranda y Antunez (2006), “hay deportes considerados femeninos: natación, tenis, gimnasia, patinaje, atletismo; y deportes masculinos: fútbol, boxeo, lucha, halterofilia, rugby” (p. 6). Pese a lo anterior, Hargreaves (1993) advierte que estas percepciones pueden modificarse “a medida que el deporte pase a ser considerado como una ‘forma de vida’ de un número de mujeres cada vez mayor” (p. 131). Según la autora, aunque no implique derrocar de manera rápida y total la hegemonía masculina, sí permite la transformación de su construcción y su efectividad.

Martín (2001) observa que las primeras mujeres en jugar rugby en Inglaterra no lo hacían como lucha política en tanto obtención de derechos relacionados con la igualdad sexual, sino como consecuencia de batallas anteriores. Manifestaron que no se les presentó ningún inconveniente para practicarlo; sin embargo, afirmaron que en su ámbito familiar, practicar ese deporte hacía que las vislumbraran como: 1) atípicas, 2) tan deportistas, 3) un poco raras, 4) extrañas, 5) inusuales y 6) locas (p. 84). La autora explica que cuando esas mujeres comenzaron a jugar rugby, lo hicieron sin dificultades, pues contaban con el apoyo de las instituciones universitarias y sólo enfrentarían obstáculos al intentarlo en clubes externos.

El deporte y el ocio se consideran formaciones culturales desde la óptica del humanismo y, por ello, también tienen relación con lo económico, lo social y lo político (Hargreaves, 1993). Lo anterior lleva a cuestionar ¿por qué en la actualidad a las mujeres se les dificulta insertarse en las actividades deportivas y permanecer en ellas? Además de lo ya expuesto, hay que señalar que, de acuerdo con Hargreaves (1993): 1) a lo largo del tiempo las mujeres habían estado subordinadas en lo económico a los hombres; 2) el rol de esposa y madre, a menudo en relación con un rol de ama de casa, ocasiona que el tiempo para el ocio sea un “extra”; 3) el tiempo que las mujeres dedican al hogar permite la producción masculina y, por supuesto, su incorporación a los deportes; 4) las mujeres que trabajan fuera y dentro de casa y, además, se dedican a la crianza de sus vástagos, cuentan con limitaciones de tiempo y energías, en especial las madres solteras o separadas, o las que simplemente no cuentan con la responsabilidad de sus parejas en la crianza ni en las labores del hogar; 5) las actividades deportivas pueden ser caras, ya sea por el trasporte o por otras cuestiones; 6) las diferencias de clase son clave, puesto que las limitaciones pueden afectar más a las mujeres que están por debajo de la clase media.

Contexto histórico del Campeonato

El rugby

Este deporte de contacto nace en Inglaterra. Se cree que fue en la ciudad de Rugby. Por ello adquiere ese nombre. Su nacimiento emana de un juego de fútbol en el que William Webb Ellis tomó el balón con la mano para avanzar en 1823 (FMRU, 2020e).

A pesar de que este mito está generalizado en la comunidad del rugby, Perasso sostiene que hay otros antecedentes. Entre ellos están 1) episkyros en Grecia, 2) harpastum en Roma y 3) soule en Francia. Del primero se sabe poco, aunque el autor afirma que se practicaba con una pelota de lino y cabellos para después cambiar a un balón lleno de aire. El segundo se practicaba en Roma desde el siglo I después de Cristo; aunque se jugaba con una pelota semejante a la de béisbol, su forma de juego era similar a la del rugby. El tercero, el soule, se practicaba en la Galia (antigua Francia) en 1365; empero, fue prohibido por violento (2011). Perasso asevera que “debido a la extensión del Imperio romano, los soldados diseminaron el harpastum por todos los sitios y lugares que fueron conquistando. Se cree que este juego fue llevado a Gran Bretaña por los romanos en los siglos VI y VII” (2011, p. 23).

A pesar de esto, el mito de Webb Ellis ha sido importante debido a que existen varios textos que lo respaldan, aunque ha sido cuestionada su veracidad. Además, aunque existieran otros ejemplos de carreras similares, la que ocasionó el furor por el deporte fue ésa. Hay que resaltar que esta disciplina se formalizó en 1841, gracias a los alumnos del Colegio de Rugby que elaboraron algunas reglas y, en 1846, se congregaron para escribirlas (Perasso, 2011).

La rama femenil en Inglaterra, según Martín (2001), surge en las universidades durante el ciclo escolar 1978-1979. No obstante, Veiga (2016) encuentra que, previo a ello, en 1884 se llevó a cabo el primer partido femenil en Portora Royal School en Irlanda y sería más tarde, en 1891, cuando aparecerían indicios de la formación de un equipo de rugby femenino.

De acuerdo con World Rugby, este deporte tiene distintos formatos (World Rugby, 2014a): 1) rugby tag, 2) touch rugby, 3) en silla de ruedas, 4) de playa, 5) rugby seven,3 6) rugby Xs , 7) rugby 12s4 y 8) rugby 15s5. De ellos, los más populares son el seven -el formato de los Juegos Olímpicos y de las distintas series realizadas a escala mundial- y el 15s -que es el oficial para la Copa del Mundo de Rugby-.

Las principales reglas de la disciplina son: a) el balón siempre se pasa hacia atrás y sólo va hacia delante con una patada; b) se puede detener a las jugadoras a través de un tackle por debajo de los hombros; c) no se puede jugar el balón en el suelo; d) el try (anotación) se hace en la zona de try delimitada al final de cada lado del campo, apoyando el balón de forma controlada; f) existe un código de respeto entre quienes juegan; g) no está permitido que se le hable al árbitro, salvo la capitana de cada equipo; h) se rige por una serie de valores primordiales. Las jugadas principales, definidas por World Rugby (s. f. a), son las siguientes:

  • a) Ruck es “una fase del juego en que uno o más jugadores de cada equipo, que están sobre sus pies y en contacto físico, se juntan alrededor de la pelota que está en el suelo”.

  • b) Scrum es cuando los dos equipos se disputan cuerpo a cuerpo el balón después de una falta, como knock-on.6 Consiste en “una formación fija normalmente integrada por ocho jugadores de cada equipo asidos juntos”. No hay que pasar por alto que si es formato Xs, será de cinco.7

  • c) Line-out se desarrolla cuando el balón sale del campo. Para reiniciar el juego, cada equipo puede levantar a una jugadora para disputarse el balón. Es “una formación fija que consiste en una hilera de por lo menos dos jugadores de cada equipo esperando recibir un lanzamiento desde el touch”.

  • d) Maul es la “fase del juego que consiste en un portador de la pelota y por lo menos un jugador de cada equipo, asidos entre ellos, sobre sus pies”.

Se acumulan puntos a través del try o de una conversión que se hace con una patada a la llamada H que hay en el campo, la cual es el poste goal, compuesta por dos travesaños colocados en forma vertical atravesados en el medio por uno más en forma horizontal, con lo cual se forma la letra “H” (World Rugby, s. f. b.).

Como se mencionó, el rugby está fundamentado en valores. Éstos son disciplina, respeto, integridad, pasión y solidaridad (FMRU, s. f.; World Rugby, 2019). En 2009 se consideraron estos valores como “las características definitorias en la construcción del carácter del rugby” (World Rugby, 2014b), y sirven para que se entienda la ética que debe llevarse dentro y fuera del campo.

Otro punto importante es el tradicional tercer tiempo al final de cada partido; esto es, una convivencia entre quienes disputaron el encuentro, en la que se busca arreglar las diferencias que pudieron haberse dado dentro del campo debido al contacto físico.

El rugby en México

Esta disciplina comenzó a jugarse en México en la década de 1930, cuando el petróleo era explotado por compañías inglesas, sin embargo, a partir de la expropiación petrolera se dejó de jugar. Se volvió a practicar en 1971 cuando Walter Irvine lo introdujo en el Reforma Athletic Club (FMRU, 2020f). Este personaje funda en 1973 la Unión Mexicana de Rugby, A. C. como organismo regulador del deporte. Existió hasta 2003 cuando nace la Federación Mexicana de Rugby (FMRU) en sustitución del organismo anterior. Ésta se consolida como parte de la International Rugby Board (FMRU, 2020f), que en la actualidad es la World Rugby.

En el periodo 2018-2019, la FMRU tenía en funcionamiento torneos en los siguientes formatos: a) 10s, CNF, torneos de desarrollo y torneos universitarios en las ramas femenil y varonil; b) seven, Olimpiada Nacional y Mex Sevens, en ambas ramas; y c) XV’s, Campeonato Mayor Varonil en primera y segunda fuerza; y M19 varonil (FMRU, 2020g).

La evolución del CNF de Rugby seven a Rugby Xs

Se jugó una primera versión del campeonato en la región metropolitana en la temporada 2012-2013 y un torneo regional en bajío y centro (FMRU, 2020d), y a nivel nacional se juega a partir de 2013 (FMRU, 2020h). Al principio, en la temporada 2013-2014, existían cinco regiones: occidente, metropolitana, noreste-bajío, noroeste y oriente. Después, de 2014 a 2015 se contaba con seis regiones, debido a que la noreste-bajío se dividió en dos. De 2015 a 2016 existían siete: noroeste, noreste, bajío, occidente, oriente, centro y sureste. Esta última regionalización es la que persistió en las siguientes temporadas. La última que se jugó en el formato seven fue la de 2015-2016 (FMRU, 2020a). No debe omitirse que sólo se ha tenido acceso a los anexos técnicos de las temporadas de 2015 a 2018 (FMRU, 2020g). En la temporada 2013-2014 aparecen cinco regiones con las características señaladas en la Tabla 1.

Tabla 1 Regiones del CNF 2013-2014 

Región Equipos Jornadas Ganador
Occidente 8 5 Imix
Metropolitana 6 5 Templarias
Noreste-bajío 6 6 Maidens
Noroeste 4 3 Cucapás
Oriente 2 1 Piratas-Legends (registrado por la FMRU
en el campeonato nacional como Veracruz)

Fuente: elaboración propia con base en la información de FMRU (2020h).

En la Tabla 2 se aprecian los equipos que disputaron el campeonato en la región oriente y los ganadores a escala nacional en cada una de las temporadas desde 2014 hasta la previa a la estudiada.

Tabla 2 Resultados del CNF en las temporadas de 2014-2017 

Temporada Equipos Jornadas Ganador de la región Primer lugar nacional Segundo lugar nacional Tercer lugar nacional Cuarto lugar nacional
2014-2015

  • 1)Titanes

  • 2) UVPa

1 Titanes Imix (occidente) Pumas UNAMb (metropolitana) Lobos (occidente) Titanes (oriente)
2015-2016

  • 1) Black Dogs

  • 2) ITESMc Puebla

  • 3) Titanes

  • 4) Tepetlán

  • 5) UVP

5 Templarias (metropolitana) Titanes (oriente) Imix Saltillo (noreste)
2016-2017

  • 1) Titanes

  • 2) Black Dogs

  • 3) Reds

3 Imix Titanes Cumiyais (noreste) Pumas UNAM
2017-2018

  • 1) Reds

  • 2) Club Rugby Xalapa

  • 3) Titanes

4 Pumas UNAM Imix Saltillo Titanes

Notas: a Universidad del Valle de Puebla; b Universidad Nacional Autónoma de México; c Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey.

Fuente: elaboración propia con base en la información de FMRU (2020i y 2020j).

El CNF de Rugby Xs (2018-2019)

Descripción y organización

Según el anexo técnico para el CNF (FMRU, 2020b), se llevó a cabo el campeonato en el formato Xs, pero cambian las condiciones de juego debido a que se jugaban dos tiempos de 20 minutos cada uno. Hubo una fase de repechaje y se estableció que participaría el segundo lugar de las regiones con, al menos, cinco equipos inscritos. Los cambios ocasionaron que en lugar de jugarse diversos torneos en los cuales en un día compitieran distintos equipos entre sí, ahora cada equipo jugaría sólo un partido por jornada.

Las regiones

La Tabla 3 presenta la composición de las regiones. Es necesario resaltar que en el anexo técnico correspondiente, elaborado por la FMRU (2020b), se utilizan como sinónimos la región centro y la metropolitana.

Tabla 3 Composición de las regiones para el CNF de Rugby 2018-2019 

Región Estados que las componen
Noroeste Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa
Noreste Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas
Bajío Aguascalientes, Guanajuato, Durango, Hidalgo, Michoacán, Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas
Occidente Colima, Jalisco y Nayarit
Oriente Puebla, Tlaxcala, Veracruz y Oaxaca
Centro/
metropolitana
Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Morelos, UNAM e IPN*
Sureste Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán

Nota: *Instituto Politécnico Nacional.

Fuente: elaboración propia con base en la información de la tabla de FMRU (2020b, p. 3).

Los resultados de la competencia

Los resultados oficiales de este torneo, publicados por la FMRU, indican que no se inscribió ningún equipo en la región sureste y, por lo tanto, pasaron dos equipos del repechaje a la fase nacional. Las características de la fase regional se observan en la Tabla 4.

Tabla 4 Resultados de la fase regional del CNF 2018-2019 

Región Equipos Jornadas Observaciones Ganador de la región
Bajío

  • 1) Celaya

  • 2) Patriotas

  • 3) Valquirias

12 Un equipo descansaba cada jornada y una jornada aparece con signo de interrogación Celaya
Centro/ metropolitana

  • 1) Tlahuica

  • 2) Pumas UNAM

  • 3) Legio

  • 4) Coyotes

  • 5) Wallabies

  • 6) Coatlicues

  • 7) IPN

  • 8) White Thunder

7 + 1 de cuartos + 1 de semifinales + 1 de finales Aparecen cuatro jornadas con un marcador 0-28, lo cual es indicio de que al menos un equipo no se presentó a jugar Pumas UNAM
Noreste

  • 1) Saltillo

  • 2) Tigres UANLa

  • 3) Cumiyais

  • 4) North Lions

6 Sin observaciones Saltillo
Noroeste
  • 1) Vikingos

  • 2) Cuervos

4 Sin observaciones Vikingos
Occidente

  • 1) Panteras

  • 2) Imix

  • 3) Leonas

  • 4) Legión de Cuervos

  • 5) ITESOb

  • 6) Rhinos

12 Aparecen al menos cuatro jornadas con un marcador 0-28, lo cual es indicio de que al menos un equipo no se presentó a jugar y, además, aparecen dos con el signo de interrogación En el nacional estaban ITESO e Imix, por lo cual alguno de los equipos ganó y el otro pasó por repechaje
Oriente

  • 1) Titanes

  • 2) Club Rugby Puebla

4 Aparecen dos jornadas con un marcador 0-28, lo cual es indicio de que Club Rugby Puebla no asistió a los encuentros Titanes
Notas: a Universidad Autónoma de Nuevo León; b Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente.
El Campeonato es femenil mayor y pueden participar equipos externos o universitarios, mientras estén registrados en FMRU y hagan sus pagos.

Fuente: elaboración propia con base en la información de FMRU (2020j).

En la etapa nacional8 de Campeonato se dividieron los equipos en grupos (véase Tabla 5). Las posiciones finales quedaron como sigue: primer lugar para Pumas, segundo para Legio, tercero para Imix, cuarto para Titanes, quinto para Saltillo, sexto para ITESO, séptimo para Celaya y octavo para Vikingos.

Tabla 5 Grupos de competencia para la fase nacional del Campeonato Femenil de Rugby Xs 2018-2019 

Grupo A Grupo B
Pumas (centro/metropolitana) Imix (occidente)
ITESO (occidente) Legio (centro/metropolitana)
Titanes (oriente) Saltillo (noreste)
Celaya (bajío) Vikingos (noroeste)

Fuente: elaboración propia con información de FMRU (2020j).

La región oriente

La región oriente está compuesta por Oaxaca, Veracruz, Tlaxcala y Puebla y, para este campeonato, sólo se inscribieron dos equipos; sin embargo, se detectó la existencia de, al menos, otros 16 equipos que no participaron (véase Tabla 6).

Tabla 6 Equipos femeniles de la región oriente para 2018-2019 

Registrados en la página oficial de la FMRU Registrados ante la FMRUa Inscritos en el CNF Existentes, pero no inscritos en FMRU ni en el campeonato
Tepetlán
(Córdoba,
Veracruz)
Club Rugby Xalapa Titanes
(Veracruz,
Veracruz)
Padma (Xalapa, Veracruz)
Titanes
(Veracruz,
Veracruz)
Titanes (Veracruz, Veracruz) Club Rugby
Puebla
Universidad Veracruzana
(estatal)
Jaguares (Oaxaca) UDLAPb (Puebla)
Club Rugby Puebla Fénix Rugby Club Femenil
(Oaxaca)
Luwa (Puebla) Lobas BUAPc (Puebla)
UVP (Puebla) Rugby Orizaba Club (Orizaba)
Ibero (Puebla) Reds (Puebla)
Anáhuac (Puebla) Piratas Veracruz Rugby Club
Marineros Rugby Club (Veracruz, Veracruz)
Notas: a De acuerdo con el oficial de la región centro de Participación y Desarrollo de la FMRU. Cabe destacar que, para cuestiones de desarrollo, la región centro está compuesta por los estados de la región oriente del CNF más Ciudad de México (FMRU, 2020k); b Universidad de las Américas-Puebla; c Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Fuente: elaboración propia con base en la información de Aztecas Rugby UDLAP (s. f.), A. Cordone (2019), Fénix Rugby Club Femenil (s. f.), Lobos BUAP Rugby Femenil (s. f.), Padma Rugby Club (s. f.), Reds Rugby Club (s. f.), Rugby Orizaba Club (s. f.), FMRU (2020c), Marineros Rugby Club (s. f.), Piratas Veracruz Rugby Club (s. f.) y Rugby México (2019).

¿Región nominal, o vivida?

De acuerdo con el testimonio de dos personas que llevan muchos años en el Rugby, las regiones no estuvieron conformadas de la misma manera siempre. Para el CNF de estudio, las regiones fueron sólo nominales. La FMRU regionaliza considerando que el país tiene una extensión grande y que por lo tanto es necesario dividirlo por estados cercanos para realizar la competencia (Cordone, 2019). Acerca de los criterios que la Federación utiliza para regionalizar, las personas entrevistadas expresan lo señalado en la Tabla 7.

Tabla 7 Conocimiento/desconocimiento de los criterios de la FMRU para regionalizar  

Nombre Fecha Entrevista Acerca de los criterios
Karla Guzmán Bravo 9 de abril de 2019 Presencial Desconoce
Juan Carlos Cruz Contreras 9 de abril de 2019 Telefónica Desconoce
Marcos Alejandro Gómez Rivera 10 de abril de 2019 Telefónica Desconoce
Karla Jassibeth Macossay Mosqueda 12 de abril de 2019 Telefónica Desconoce
Ana Elisa Gómez Rodríguez 14 de abril de 2019 Presencial Desconoce
Ana Jessica Poot Santiago 15 de abril de 2019 Presencial Desconoce
Eric Macossay Mosqueda 15 de abril de 2019 Presencial Desconoce
Ruth Delfín Cuatzozón 17 de abril de 2019 Telefónica Desconoce
David Santos Aguilar 2 de mayo de 2019 Presencial Desconoce
Silvia Susana Jácome 3 de mayo de 2019 Presencial Desconoce
Miguel Ángel Vargas 8 de mayo de 2019 Telefónica Estuvo
presente en
el momento
en que se
establecieron.
Nota: a todas las personas entrevistadas se les informó de los propósitos de la investigación y autorizaron que sus nombres aparecieran en libros, revistas y otros medios de publicación científica derivadas de ésta. Dicha autorización se dio por medio de la firma de un escrito de consentimiento informado.

Fuente: elaboración propia.

La mayoría de quienes se encuentran en los equipos no fue parte del evento en que se establecieron las regiones y, aunque un gran número señala que es una forma correcta de regionalizar, reconoce que la composición de la región y la situación actual de ésta no les favorece. Por un lado, se considera que la región es adecuada porque se ve como un requisito formal para el desarrollo del Campeonato y, a su vez, porque está definida por estados colindantes y, en consecuencia, “cabe en lo más cercano para cada uno” (E. Macossay, 2019) y facilita no “estar viajando de extremo a extremo del país” (Gómez Rodríguez, 2019). Por otro lado, aun teniendo presente lo anterior, se observan problemas que dan señales de que esta regionalización no es del todo correcta.

La región vivida por los miembros es distinta a la planteada por la FMRU. La mayoría de sus integrantes reconoce a los equipos de su región inscritos en el Campeonato -CR Puebla y Titanes-; también a los equipos de las ciudades cercanas -Xalapa, Veracruz, Córdoba-Orizaba y Puebla- y a los equipos de su propio estado. Pero no reconoce a los equipos de Oaxaca, que pertenece a la misma región nominal. Las jugadoras de la región vivida desarrollan amistad y hermandad con las integrantes de su equipo y con las de los equipos cercanos. Hay dos excepciones que tienen amigas de otras regiones, pero no de Oaxaca. Uno de los casos se debe a que se ha enfrentado a jugadoras de otras regiones en distintos torneos nacionales de sevens (Gómez Rodríguez, 2019) y el otro caso se debe a que la jugadora ha entrenado con la selección nacional (K. J. Macossay, 2019).

La amistad con jugadoras de la misma región nace por las siguientes razones: a) el tercer tiempo, b) jugar juntas porque de varios equipos se hace uno al no completarse el número de jugadoras en sus propios equipos y c) por otros torneos. Todas las jugadoras entrevistadas aseveraron seguir en redes sociales a las amigas que hicieron en el Rugby.

Los testimonios confirman que la región vivida está compuesta por los equipos de las ciudades de Veracruz, Xalapa, Orizaba, Córdoba (del estado de Veracruz) y Puebla (estado de Puebla), aunque en la región nominal aparezcan los estados de Tlaxcala y Oaxaca. No se mencionan los equipos de Tlaxcala porque no existen. Los de Oaxaca tampoco se mencionan porque hay una gran distancia entre ese estado y las primeras ciudades mencionadas pertenecientes a la región nominal y eso ocasiona que los equipos de Oaxaca no acudan a los torneos ni se inscriban en el CNF. No hay que olvidar que sólo dos de las personas entrevistadas tienen presentes a los equipos femeniles de los estados de la región nominal donde hay equipos y no únicamente a los que están cerca de su ciudad.

Si bien los entrenadores entrevistados recuerdan que Oaxaca forma parte de la región, aunque no participe en el CNF y conocen a la persona que se ha encargado de fundar al menos un equipo en ese estado, aceptan que es difícil que la entidad compita.

La región vivida no está relacionada con los criterios de competitividad y de competencia, sino que depende de los lazos de hermandad y solidaridad generados entre los equipos y, sobre todo, entre las jugadoras, ya que, de acuerdo con los propios valores que señala World Rugby (2014b), la solidaridad es uno de ellos y debe rebasar las diferencias y superar las distancias.

La región vivida por las jugadoras es diferente de la región nominal de la FMRU porque, siguiendo a Viqueira (1997), ellas la interpretan de distinta manera y, por ende, la delimitan con variaciones que marcan, en cierto sentido, lo propio: lo que está en la región y de lo cual ellas forman parte. También delimitan, por supuesto, lo ajeno: lo que está lejos, las otras jugadoras que no son parte de su región porque no las ven, no las conocen, no conviven con ellas y no juegan con ellas ni contra ellas.

Se pueden identificar “los alcances territoriales de las redes de ayuda mutua regionales que suelen tejerse entre personas que se consideran pertenecientes a un mismo grupo” (Viqueira, 1997, p. 113), porque las jugadoras entrevistadas siguen en contacto con las que conocieron en los torneos, jugando en el mismo equipo o enfrentándose a ellas. Además, afirman conservar la amistad e incluso se brindan hospedaje. Tal es el caso de las atletas que viven en ciudades distintas a la ubicación del equipo con el que juegan; por ejemplo, Titanes, que está en la ciudad de Veracruz.

La importancia de la región vivida es que puede configurarse de distinta manera y no sólo como algo estático. Así mismo es importante reflexionar en torno a qué es lo que sucede para que la región nominal y la vivida no coincidan.

Los problemas de la región oriente: competencia, competitividad y desarrollo

La problemática, en algunos casos, es compartida entre los equipos de la región. Hay ocasiones en que cada uno tiene sus propios problemas. Otras veces hay dificultades que sólo enfrentan los equipos que no compiten en el campeonato. También hay casos en que las contrariedades sólo atañen al equipo que participa en el campeonato y que, incluso, llega a la fase nacional.

Desarrollo del rugby femenil

Una de las dificultades más significativas para desarrollar el rugby femenil, según los equipos de la región oriente, es la falta de campo donde entrenar, puesto que algunos han tenido problemas para conseguirlo (Guzmán, 2019; Jácome, 2019; Santos, 2019), les quitan el asignado (Macossay, 2019) o tienen un campo alejado (Cruz, 2019). Esta situación le pasa tanto a equipos que están inscritos en el Campeonato como a aquellos que no, y lo atribuyen a dos razones: falta de apoyo en general y por parte del gobierno y prioridad por el fútbol.

También se presentan las siguientes problemáticas: 1) falta de difusión, 2) falta de compromiso, 3) la cultura del estado, 4) falta de conocimiento acerca del deporte, 5) las ideas de las familias, 6) la dificultad para entrar a las escuelas, 7) la inconstancia, 8) falta de chicas, 9) el dinero, 10) estereotipos de género y 11) la prioridad por la región metropolitana. La falta de chicas se presenta en los equipos que no se inscriben en el Campeonato, pero la falta de apoyo, la falta del conocimiento del deporte y las ideas de las familias son situaciones que comparten todos los equipos.

Las implicaciones de los estereotipos de género: concepciones de la sociedad y las familias

Es importante resaltar la existencia de estereotipos de género que se relacionan con las ideas de las familias y que de alguna manera se interconectan con otras. Hay ocasiones en que a los equipos se les hace difícil reclutar mujeres porque persiste la idea de que el rugby es un deporte de hombres o demasiado rudo. Por ejemplo, Karla, del Club Rugby Xalapa, comparte que “algunas chicas piensan que te van a decir cosas, como ‘Ay, es que eres bien fuerte, estás bien macho’ o cosas así” (Guzmán, 2019). Silvia, entrenadora de Padma de Xalapa, coincide y señala que:

Estamos hablando de la categoría femenil, pues todavía más. ¿Por qué? Porque hay cuestiones de género. Sabemos, pues, que los estereotipos de género, pues hay deportes en los que se utiliza la fuerza, se utiliza contacto físico y que, “tradicionalmente”, lo pondré entre comillas, pero, bueno, tradicionalmente son considerados más masculinos, como el futbol americano, como en este caso el rugby y, en cambio, para las mujeres hay, pues, otro tipo de disciplinas deportivas. Pues quizá como la gimnasia, la natación, el voleibol. Entonces, cuando una chica escucha hablar de rugby, pues, en una primera instancia no lo considera como un deporte que le llame la atención, eh […]. (Jácome, 2019)

Así como les sucedió a las pioneras del rugby que estudió Martín (2001), en los hogares se tienen concepciones de las jugadoras por practicar ese deporte y que siguen en sintonía con lo antes expresado. La misma entrenadora expone que:

Pues son chicas que dependen todavía mucho de sus familias y, por los mismos estereotipos, son familias que tienen miedo de que se les vaya a lastimar. Le dicen que no es un deporte para mujeres. Eh […] tienen miedo también de que estas características estereotípicas de la feminidad se pierdan. Entonces te vas a volver una machorra o masculina. (Jácome, 2019)

El entrenador Eric del equipo Titanes también ha encontrado que los padres y las madres de familia consideran que el rugby puede ser peligroso para sus hijas, porque se pueden lastimar:

En las familias, las mamás […] piensan y los papás […] piensan que las chicas se van a lastimar por el deporte, cuando una lesión o un accidente puede pasar manejando un coche, o sea, les preocupa[n] las niñas, les preocupa que sus hijas jueguen rugby. (E. Macossay, 2019)

¿Por qué los equipos no se inscriben en el CNF?

Las causas de la ausencia de equipos, de acuerdo con la opinión de jugadoras, entrenadores y entrenadoras son: a) falta de compromiso, b) falta de nivel competitivo, c) falta de interés, d) falta de chicas, e) los costos, f) problemas entre las chicas, g) ser mujer y h) razones particulares.

Algunos entrenadores piensan que es más problemático entrenar mujeres y mantenerlas unidas. Prueba de lo anterior es el comentario del entrenador de Tepetlán:

Ser mujer. Yo sé que tú eres mujer, digo, yo sé que tú no eres conflictiva, pero tienen un poquito más de problemas entre las mujeres mismas. Y hay veces que por una cosita de nada, se separan, se hacen grupos y en un grupo chico de diez, separarlo en dos ya no funciona bien […]. És[a] es un[a] de las principales razones, también que ha pasado, por ejemplo, acá para que se separen los equipos. (Gómez, 2019)

Por su parte, el entrenador Eric relaciona esta dificultad de trabajar con mujeres con las cuestiones de las familias; además, asegura que se requiere capacitación y también señala esta problemática de mantenerlas unidas. Explica que:

Tratar con mujeres, digo, no estoy diciendo que sean complicadas, pero sí es un poquito más delicado por cuestiones de sensibilidad, de las familias, todo ese rollo. Y trabajar con niñas y mantenerlas unidas, es difícil. Es una tarea muy complicada. (E. Macossay, 2019)

Lo anterior son opiniones. Al cuestionar a los entrenadores y a la entrenadora de los equipos en torno a las razones por las que no se inscribieron en el campeonato, las respuestas fueron: 1) falta de campo, 2) no contar con el número adecuado de jugadoras que permita mantener los compromisos del campeonato, 3) baja de jugadoras por escuela, trabajo o lesión, 4) distancias, 5) costos, 6) un entrenador le quitó jugadoras y 7) las chicas son mamás.

La coincidencia se encuentra en la falta de chicas que, ya sea por obligaciones escolares, laborales o de salud, no pueden hacer frente al compromiso de entrar en el CNF. También influyen la distancia del lugar del entrenamiento al campeonato y, por ende, los costos de viaje que las deportistas deben solventar.

El caso de Oaxaca es particular porque, aunado a las distancias y a los costos, está la cuestión de que la mayoría de las chicas son madres, por lo que se les dificulta asistir al CNF. Ellas se encargan del cuidado de sus hijos y se les complica entrenar y viajar (Vargas, 2019). Como puede observarse, una vez más están presentes los roles de género: las mujeres son las encargadas del cuidado de los vástagos sin que exista una corresponsabilidad con los hombres. Estas situaciones hacen que las mujeres no tengan tiempo ni energía para continuar en el deporte, como lo señala Hargreaves (1993).

¿Por qué los equipos desaparecen?

Al indagar acerca de la desaparición de los equipos en la región, las personas entrevistadas afirmaron que las razones son: 1) falta de apoyo del gobierno, 2) falta de campo, 3) falta de compromiso, 4) trabajar con niñas es complicado,9 5) el entrenador no es un buen ejemplo,10 6) la fluctuación de chicas, 7) se cansan de sólo entrenar, 8) falta de constancia, 9) falta de apoyo, 10) embarazo y 11) falta de dinero.

Algunos mencionan que no tener justas deportivas provoca que las personas dejen de asistir y, con ello, se produce la falta de constancia y compromiso para con el equipo. Nuevamente Oaxaca es un caso aparte, ya que el fundador de los equipos de rugby en ese lugar hace mención de que hay jugadoras que son buenas, pero dejan de jugar porque se embarazan (Vargas, 2019).

Los valores del rugby en la región

Los valores más cuestionados en este trabajo son el respeto, la disciplina y la solidaridad. Es necesario profundizar en ellos. Por esa razón hay que aclarar que: World Rugby (2014b) afirma que “el respeto por los compañeros, rivales, oficiales de partidos y todos aquellos involucrados en el rugby es algo supremo”; la disciplina se entiende como esa “adhesión a las reglas, reglamentos y los valores fundamentales del Rugby”; y 3) sobre la solidaridad, especifica que “el rugby provee un espíritu de unidad que lleva a amistades duraderas, camaradería, trabajo en equipo y lealtad que trascienden las diferencias culturales, geográficas, políticas y religiosas”.

Una de las personas entrevistadas señala que los valores del rugby se respetan; dos más recalcan que no se puede generalizar; y una de ellas asevera que incluso en el mismo equipo depende de cada persona. Además, se resalta la importancia de que el entrenador o entrenadora ponga el ejemplo y las mismas compañeras también lo hagan.

Hay coincidencia en algunos testimonios en que hace falta mayor compromiso, más respeto y más disciplina y, en menor medida, que falta solidaridad; se afirmó que hay un esfuerzo para construirla a través de una asociación del rugby, al menos en Veracruz.

En cuanto al compromiso, lo mencionan en dos sentidos: de asistir a lo pactado en el CNF, es decir, asistir a los juegos (E. Macossay, 2019; K. J. Macossay, 2019) y de asistir a los entrenamientos (Gómez Rodríguez, 2019; Poot, 2019), lo cual implica la responsabilidad con el mismo equipo.

Hay que aclarar que los sujetos entrevistados fueron cuestionados acerca de los valores del rugby en la región que no se han desarrollado y no acerca de los que no existen. En ninguna entrevista se mencionó la falta de pasión, lo cual implica que este sentimiento está presente. Por lo demás, hace falta trabajar con la disciplina, pues se relaciona con el compromiso de asistir a los partidos y a los entrenamientos; también con el respeto y, aunque en menor medida, con la solidaridad.

Lo anterior proporciona una idea de cómo se tensan estos valores en la práctica; es decir, pone en contraste las definiciones del organismo máximo del rugby y lo que sucede en la realidad. Estas tensiones se aprecian en la sección referente a la región vivida y se exponen en este apartado relativo a los problemas del deporte.

Competencia y competitividad

En este trabajo se considera la competencia como la existencia de personas con quien competir y la competitividad como la capacidad de los contrincantes de competir; no obstante, sólo siete personas de las entrevistadas coinciden con la definición de competencia al pensarla como la existencia de equipos para enfrentarse, una no la menciona, otra la entiende como ser competente y tres como disputa o contienda. En cuanto a la competitividad, sólo tres de las personas coinciden con la definición propuesta, cinco no la mencionan, dos la confunden con competencia y una no puede hablar de ella porque no existen equipos en la región.

Teniendo estas consideraciones claras, de las entrevistas se extrae que dos personas afirman que falta competencia, una que hay muy poca y otra que esta región tiene menos que otras. Referente a la competitividad, tres personas afirmaron que no existe y el mismo número afirmó que sí.

Las opiniones con respecto a la competitividad están divididas. Unos piensan que está relacionada con la capacidad de las jugadoras, es decir, afirman que la hay porque estiman que existen buenas jugadoras, mientras que hay quienes la niegan. Lo hacen debido a que hay pocos equipos con las características necesarias para presentarse a un torneo. Aunque algunos declaren que existe competitividad, la mayoría coincide en que en la región hay pocos equipos; otros mencionan las deficiencias, pero no las consideran como falta de competitividad.

Es elemental indicar que al interrogar a las personas entrevistadas acerca de los aspectos que desarrollan más las jugadoras de otras regiones, se enfocaron más en la comparación entre su región y la metropolitana o centro. De ello concluyen que en la región centro existen más equipos, que tienen más partidos y que se realizan con mayor frecuencia. La consecuencia de lo anterior es una mayor competencia y una mayor facilidad en el sentido de que sus viajes son más cortos y por lo tanto más baratos.

No hay que pasar por alto que, de acuerdo con las entrevistas, jugadoras de diferentes equipos de la región oriente se sumaron al equipo que cada año representa a la región en la fase nacional. Se debe agregar que, aunque no participaron en el CNF, dos jugadoras mencionaron que han jugado con otros equipos o que integrantes de otros equipos han completado el suyo (Delfín, 2019; Guzmán, 2019).

Estos cambios de equipos se dan, de acuerdo con estas atletas, porque su equipo de origen no se completa (Poot, 2019) o desiste (Gómez Rodríguez, 2019) y ellas buscan seguir compitiendo. Este fenómeno también sucede con los equipos de Puebla (Cordone, 2019).

Con toda esta información expuesta, hay que recalcar que, de acuerdo con las personas entrevistadas, no hay una competencia adecuada en la región porque, aunque existen jugadoras que desean desarrollarse en el deporte, sus equipos no se completan o desaparecen, razón por la que deben sumarse al equipo que ha perdurado (Titanes). Esta situación tiene estrecha relación con lo expresado en la sección correspondiente a por qué los equipos no se inscriben en el CNF o por qué otros desaparecen.

Con respecto a la competitividad, comentan que, al no haber suficientes equipos en la región, hay pocos partidos y que éstos se llevan a cabo de forma esporádica y siempre contra el mismo contrincante, cuestiones que se remarcan en la siguiente sección, en la que se explica cómo llegan los equipos a la fase nacional, que es el caso de Titanes.

En la fase nacional

El equipo de la ciudad de Veracruz, Titanes, ha sido el más constante y el más fuerte en la región oriente. Cada año participa en el CNF en su fase regional y sale victorioso para competir en la fase nacional. Titanes aparece en la competencia a partir de la temporada 2014-2015, desde la cual no ha salido del top 4. Ha estado dentro de los cuatro primeros lugares, aunque sólo en dos ocasiones ha obtenido el segundo lugar.

La comparación de la situación entre la región oriente y la metropolitana, hecha por las personas entrevistadas, puede comprobarse en el hecho de que Titanes llega a la fase nacional del Campeonato con menos partidos jugados, enfrentándose a un solo contrincante y de forma más esporádica que aquellos equipos ganadores de los tres primeros lugares en la temporada 2018-2019. Esto también sucedió en las temporadas anteriores, lo cual se refleja, en la mayoría de las ocasiones, en su resultado, a pesar de que las habilidades de sus jugadoras son buenas, pues han tenido seleccionadas nacionales.

Cuando obtuvieron por primera vez la medalla de plata (2015-2016), disputaron cinco jornadas con el mismo número de escuadras inscritas. Ganaron nuevamente la plata en 2016-2017 y éste es el caso de excepción, porque estaban inscritos sólo tres equipos y se realizaron tres jornadas. Se menciona la excepción porque en la temporada 2017-2018 también se inscribieron tres equipos en la fase regional (hubo cuatro jornadas) y en la fase nacional quedaron en cuarto lugar. Finalmente, para la temporada 2018-2019, se registraron dos equipos y tuvieron dos partidos. Les cancelaron dos y, como resultado, en la fase nacional obtuvieron el cuarto lugar.

Las jugadoras de este equipo consideran que las habilidades y las capacidades deportivas no dependen de la conformación de la región sino del coacheo que el entrenador aplique (K. J. Macossay, 2019) y del compromiso y de la disciplina de cada una (Gómez Rodríguez, 2019). Sin embargo, a pesar de que no se lo atribuyen a la conformación de la región, observan factores en ella que influyen en el desarrollo de su competitividad y en los resultados obtenidos.

¿Una región dinámica, o estática?

Con el paso de los años, algunos equipos han desaparecido, otros han cambiado o se han fusionado, otros todavía existen, pero no participan en el CNF y si participan, a menudo no lo terminan. A veces los resultados en la fase nacional no han sido los esperados; es decir, a pesar de estar en el top 4, el equipo que representa a la región llega con desventajas frente a los de otras regiones.

La región oriente existe desde 2013 y las regiones del CNF han sido las mismas desde 2016. Cabe preguntarse: ¿se necesitan regiones estáticas, o dinámicas? Hace falta reflexionar acerca de permitir que las regiones sean dinámicas y que se ajusten a los requerimientos o si es mejor que permanezcan estáticas y que los equipos se ajusten a ellas.

Al cuestionar a las personas entrevistadas sobre la composición de la región, un gran número coincide en que es adecuada y sólo una de ellas piensa que no lo es. De igual forma señalan que la composición no permite el desarrollo de los equipos, que se requieren modificaciones, que no es una región fuerte y que no hay una distribución geográfica balanceada.

Ante estas consideraciones, al preguntar acerca de propuestas de regionalización, destacaron que es necesario pensar en los costos de los viajes y de los torneos, en las distancias y en tomar en cuenta la opinión de quienes viven la región. Resulta interesante, puesto que regionalizar debería permitir la actividad con mayor eficiencia que, en este caso, sería llevar a cabo el CNF. Sin embargo, la FMRU no ha tomado en consideración dicha opinión.

Las propuestas presentadas son: 1) que las regiones sin competencia se enfrenten entre sí (K. J. Macossay, 2019), 2) incluir al estado de Veracruz en la región centro (Poot, 2019), 3) establecer subregiones para tener una fase estatal y luego pasar a la fase nacional (Gómez, 2019), 4) incluir en la región oriente a Ciudad de México (Cruz, 2019) y 5) delimitar las regiones con base en los equipos inscritos (Jácome, 2019).

Hay que señalar que dos de ellas (incluir a la entidad veracruzana en la región centro e incluir en la región oriente a Ciudad de México), si bien, idealmente, favorecerían la competencia y competitividad, no obstante, en la realidad podrían generar problemas de costos de viaje, ya que los juegos se realizarían más lejos y más seguido y podrían no cumplirse todos los compromisos o los equipos podrían no inscribirse. Esto apunta con acierto el entrenador Eric: “competitivamente y rugbísticamente hablando, es lo correcto, porque competiríamos bien, mejoraríamos muchísimo, representaríamos mejor a la región; desgraciadamente, en el tema económico, se complica” (E. Macossay, 2019).

Ahora bien, pensando en Oaxaca, aunque se especulara que convendría más colocarlo en una región con Guerrero y Chiapas, Miguel Vargas (2019) señala que cuando se delimitaron las regiones él pidió que no fuera así, puesto que requiere mayor tiempo y dinero llegar a las ciudades de esos estados que a algunas ciudades de Puebla o Veracruz.

En el caso de Tlaxcala, puesto que existe un modelo de desarrollo planteado por la FMRU (2020k), en el cual el país está dividido en regiones y esta entidad integra la centro, no sería necesario que, en caso de que no existieran equipos, formara parte de la región del CNF.

Esto lleva a considerar que, tal vez, la mejor opción sería regionalizar con base en los equipos inscritos y no en una delimitación geográfica, sugerencia hecha por la entrenadora Silvia (Jácome, 2019). Con este método los equipos podrían inscribirse en el CNF y se delimitaría la región con base en los equipos cercanos, sin importar el estado donde se ubiquen. Así se facilitarían los viajes y, tal vez, se propiciaría que más equipos busquen registrarse, porque no tendrían que ir tan lejos. Lo anterior recuerda la propuesta de Porras (2007) acerca de regiones que no se basen en el principio del espacio continuo.

Apuntes finales

La región oriente para el CNF es una región nominal establecida por la FMRU para sus propios fines, sin tomar en consideración la opinión de quienes se encuentran en ella. También es una región vivida con una composición diferente, ya que sólo está integrada por los equipos de las ciudades de Veracruz, Xalapa, Córdoba, Orizaba y Puebla, dejando de lado a Oaxaca debido a la distancia y a su poca presencia.

Hay que puntualizar que no se consideró la amistad como criterio para demarcar la región nominal (para las propuestas de nuevas regiones nominales), pero se tocó el tema porque se relaciona con el sentido de pertenencia a la región y con los lazos que se tejen entre las jugadoras a pesar de la distancia, con el fin de reflexionar en torno a la región vivida.

¿Debería la región nominal corresponderse con la región vivida? Idealmente sí. Debería ser así, en concordancia con los valores y el espíritu del rugby; sin embargo, dicha correspondencia no sucede en la realidad y no es debido a que las jugadoras, por tener que competir, no den lugar a ella, sino que no ocurre por otros factores analizados en este texto como, por ejemplo, regionalizar sin tomar en cuenta las circunstancias y los contextos de los equipos, así como el económico.

¿Existe una tensión entre la concepción de la región vivida y la competencia y la competitividad? Esto es, ¿la amistad se contrapone con la competencia? De acuerdo con lo expresado por las personas entrevistadas, competir con otros equipos -ya sea en la región o en la fase nacional del CNF- no significa que la amistad quede eliminada, sino que, más bien, considerar a la contrincante una hermana del rugby y a tu compañera de escuadra una hermana de equipo, hace que las jugadoras quieran ofrecer lo mejor para un buen partido y, al final, reconciliar las diferencias en el tercer tiempo.

Las regiones evolucionaron: se observa que una se divide en dos y surge la región sureste. De esta forma se demuestra que pueden ser dinámicas. Empero, la composición de la región oriente no ha sido reestructurada con base en lo que acontece. Por esta razón se debería reflexionar si es necesario modificarla para obtener mejores resultados, mayor desarrollo y más competitividad.

En cierta medida, los equipos que componen la región comparten los problemas. Hay coincidencias con respecto al campo de juego, a la falta de apoyo, a los costos y a la prevalencia de estereotipos y roles de género, incluso por parte de algunos entrenadores. Pero algunas problemáticas son exclusivas del equipo representante de la región en la fase nacional.

Hay que puntualizar que no se pudo profundizar acerca de la situación estructural de las mujeres de los equipos con respecto al apoyo estatal e institucional, puesto que, como no es objetivo del trabajo, se abordó en menor medida y no se recolectaron pruebas. El único dato relacionado es que las personas entrevistadas mencionaron que el gobierno pone mayor atención en otros deportes, como el fútbol.

La “falta de compromiso” que pudiera existir de parte de las jugadoras se produce, de acuerdo con los testimonios, por no tener apoyo económico e institucional de parte del gobierno, entre otros obstáculos. Se aburren o se cansan de no tener entrenamientos ni partidos y por lo tanto, en algunas ocasiones, dejan de ser constantes y disciplinadas.

Cabe aclarar que al no haberse entrevistado deportistas de otras disciplinas, no se puede saber si los mismos problemas aquejan a otros deportes. Pero, como se aprecia en el apartado del abordaje teórico-metodológico, se puede suponer que también enfrentan algunas de las dificultades aquí consignadas.

El rugby varonil también tiene problemas con el financiamiento, los campos y otras cuestiones. La mayoría de los equipos femeniles también tienen rama varonil y comparten entrenadores, así como el campo. Puesto que el propósito del trabajo no es realizar un comparativo entre ambas ramas, no se abordó el tema, aunque algunos entrenadores sí comenzaron a mencionarlo o lo comentaron al finalizar la entrevista.

Este análisis se realizó en referencia a la región oriente, pero sería interesante compararla con otras que también padezcan falta de competitividad, e incluso con las más aventajadas, y analizar los obstáculos para saber si éstos sólo se presentan en las regiones débiles, como la oriente, o si también se hallan en las regiones más fuertes, con el fin de establecer estrategias para superarlos y hacer crecer el deporte a escala regional y, con ello, contribuir a su desarrollo a escala nacional.

Agradecimiento

Se agradece al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) por su apoyo a través de una beca nacional para cursar un posgrado registrado en el Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC).

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1Conocido también como rugby tens (diez) o ten-a-side (diez por lado), es una variante de rugby en la que los equipos están formados por diez jugadoras. Los partidos son más cortos, por lo general son dos medios tiempos de diez minutos cada uno, aunque puede ser más tiempo según lo determine la FMRU.

2Aunque no significa que se encuentren activos en el Campeonato, es decir, que participen y compitan en el Campeonato Nacional Femenil o que tengan una actividad constante.

3También conocido como 7s o seven-a-side, siete personas conforman cada equipo contrincante.

4Cada equipo tiene doce jugadoras.

5Al que se le conoce como XVs. Los equipos están integrados por quince miembros.

6Tirar el balón hacia delante.

7En el formato sevens, tres personas componen el scrum; sin embargo, cuando se juega con el formato Xs se incrementa el número a cinco y se forman tres adelante y dos atrás para empujar. Así mismo, es importante señalar que cuantas más personas estén en el campo, más de ellas integrarán el scrum.

8Es decir, cuando se enfrentan los ganadores de cada región.

9Sucede lo mismo que se expresa en la sección anterior.

10Sucede lo mismo que se expresa en la sección anterior.

Cómo citar: Rojas Flores, G. (2020). El Campeonato Nacional Femenil de Rugby Xs (2018-2019): la experiencia de la región oriente. región y sociedad, 32, e1247. doi: 10.22198/rys2020/32/1247

Recibido: 08 de Septiembre de 2019; Revisado: 22 de Enero de 2020; Aprobado: 27 de Febrero de 2020; Publicado: 25 de Marzo de 2020

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