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Región y sociedad

versión On-line ISSN 2448-4849versión impresa ISSN 1870-3925

Región y sociedad vol.28 no.65 Hermosillo ene./abr. 2016

 

Reseña

Gloria Ciria Valdéz Gardea y Manuel Salvador Galindo Bect, coordinadores, (2013), Pesquerías globalizadas

Eric García Cárdenas* 

* Director general de la agencia de servicios turísticos Turismo Taurk. Correo electrónico: eric.enah@gmail.com

Valdéz Gardea, Gloria Ciria; Galindo Bect, Manuel Salvador. 2013. Pesquerías globalizadas. ,, , Hermosillo: El Colegio de Sonora, Universidad Autónoma de Baja California, 236 pp.


En Pesquerías globalizadas se analiza un problema complejo, que comenzó en la década de 1980, cuando inició la presión de los grupos ambientalistas por defender a la vaquita marina y a la totoaba, especies en peligro de extinción y endémicas del mar de Cortés. La necesidad de proteger la diversidad biológica del planeta se conjuntó con el cambio global en la política económica que, desde Washington, intentaría llevar a más economías hacia el neoliberalismo, en lo que sería el principio del proceso de globalización que se vive en la actualidad.

El punto que marcó la entrada de México a la economía global fue la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) , en 1994, como parte de los cambios estructurales. En 1993 ya se les había dado la categoría de zona natural protegida a las reservas de la biosfera Alto Golfo de California, El Pinacate y Gran Desierto de Altar. Este último, fue declarado patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en fecha reciente, dos décadas después de que se le otorgara la protección oficial. Los efectos sociales y ambientales en lo que ahora son las pesquerías globalizadas son muy complejos, y a lo largo de estas dos décadas se han analizado desde enfoques científicos diversos.

Pesquerías globalizadas comienza dibujando el panorama que llevó a la vaquita marina, uno de los protagonistas principales de esta historia, al borde de la extinción. El señalamiento de los grupos ambientalistas internacionales ha provocado una serie de sacudidas en el entorno social de la región del alto golfo de California. México atendía las peticiones de los conservacionistas globales, a la vez que hacía lo propio con la agenda geopolítica neoliberal, que impulsó el presidente Carlos Salinas de Gortari.

Así que en la zona oceánica, al norte de los puertos de San Felipe, en Baja California, y Puerto Peñasco, en Sonora, la pesca se limitó y, para sustituirla como la actividad económica más importante, se propuso una reconversión productiva, la cual debería abrir el camino a nuevas oportunidades de negocios en el ramo turístico.

Los empresarios ya establecidos en el norte del golfo de California defendían el derecho de los pescadores a buscar su sustento y el TLCAN, con su movimiento de capitales a través de las fronteras y del cual formaba parte la agenda conservacionista, no logró detener el deterioro de la reserva.

Al dejar de lado los prejuicios románticos del proteccionismo ambiental y la satanización de la imposición de políticas económicas neoliberales, "en esta compilación se parte de que las pesquerías no son regiones acuáticas con recursos vivos, ni regiones donde ciertos métodos de pesca son utilizados, sino que son la articulación de ecosistemas naturales marinos con actividades humanas" (McGoodwin 2002).

Valdéz Gardea define las pesquerías globalizadas como "espacios en transición, híbridos en donde se gestan entornos nuevos los cuales se circunscriben, se apropian y compiten por los espacios, paisajes y recursos naturales, vividos, sentidos y practicados tradicionalmente por los usuarios de los recursos: los pescadores" (2010, 160).

A través de la investigación de Valdéz Gardea, la academia da voz a las comunidades pesqueras, actores segregados que se ubican dentro del crecimiento turístico, urbano y conservacionista. Entre las autoridades, los líderes y los organismos internacionales han marginado a los pescadores de la discusión; ellos son los que viven en y del alto golfo, son las personas más apegadas al mar pero, paradójicamente, no se les ha considerado para la toma de decisiones. Por su compromiso con la sociedad, los científicos sociales y naturales no pueden disociar al ser humano del ecosistema, para entender la problemática y formular las decisiones más racionales. Ante el escenario complejo de las pesquerías globalizadas, la colaboración multidisciplinaria es fundamental. Este libro contiene aportaciones de investigadores de la Universidad de Arizona, del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (unidades Sinaloa y Sonora), del Centro Intercultural de Estudios de Desiertos y Océanos A. C., y de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, Chihuahua. El trabajo de campo fue realizado en las tres localidades principales del alto golfo, Puerto Peñasco y Golfo de Santa Clara, Sonora, y San Felipe, Baja California.

Esta obra integra enfoques metodológicos diversos, los cuales no sólo explican las problemáticas primordiales de las pesquerías globalizadas en el alto golfo de California, desde la esfera política, cultural o económica, sino que saca a la luz las contradicciones que manifiestan los actores participantes.

Velásquez y Lutz, desde el análisis político, hablan de la manera en la que se han tomado las decisiones atendiendo a las dinámicas de los grupos de poder regionales y globales. En un enfoque económico, Aragón Noriega y Rodríguez Quiroz estudian los costos que genera la conservación de la vaquita marina. En este mismo tenor, Bracamonte y Méndez apuntan las contradicciones económicas pues, mientras se plantea la liberalización de la economía, se mantiene el modelo corporativista que favorece a grupos específicos.

Ruiz-López, Aragón-Noriega y González-Ocampo estudian las estrategias de compensación al sector pesquero, una vez puesta en marcha la reconversión productiva. Delgado elabora una propuesta de análisis de la pesca ribereña para el contexto de la economía capitalista actual, para comprender la dinámica económica de estas comunidades, y Martínez hace un recuento de los problemas sociales que permanecen en la región, a pesar de los cambios en la economía global y las nuevas políticas públicas.

Galindo Bect, Hernández y Huerta, desde la perspectiva de las ciencias naturales, evidencian las causas principales de la crisis ecológica, las que señalan los grupos ambientalistas, pero también las que olvidan. El análisis de la política pública contenido aquí pone de manifiesto las contradicciones de la legislación. Y cómo, de manera irracional, las medidas oficiales discriminan las causas del deterioro ecológico atendiendo algunas y pasando por alto otras. Las pesquerías globalizadas son escenario de grandes cambios, en los cuales se da una reconversión forzada que muy pocos están realmente dispuestos a llevar a cabo.

En una labor interdisciplinaria, Valdéz Gardea integra un par de capítulos en colaboración con investigadores de diferentes ramas, primero los estudios antropológicos de las pesquerías, con Thomas R. Maguire, y después el análisis de la perspectiva conservacionista, de David Buitrago Tello. A partir de los resultados del trabajo de campo en la región, le dan voz a los pescadores desde sus propios discursos que manifiestan los retos enfrentados y sus continuidades culturales.

Para apreciar los cambios en las pesquerías globalizadas de manera diacrónica, el libro está dividido en dos partes, una que recopila el análisis socioeconómico y de políticas públicas, desde el momento en que se busca la protección de reserva natural hasta las estrategias de reconversión productiva, que ha modificado la dinámica social de las pesquerías. En la segunda se analizan las consecuencias económicas y socioculturales, como resultado de la integración de las pesquerías del alto golfo de California al entorno global.

Como se puede ver, aquí están recopilados los principales problemas que la ciencia ha abordado en el alto golfo, con lo que se han generado cruces interdisciplinarios. Por ejemplo, el oceanólogo Galindo Bect no sólo toca el tema del deterioro ambiental, sino que habla del manejo que las políticas públicas han hecho de la información científica, pues los resultados están comprometidos con cuestiones políticas del tratado de aguas entre México y Estados Unidos.

Aquí se hace un análisis del manejo de la información científica, que ha conducido al gobierno mexicano a considerar que la totoaba y la vaquita marina se encuentran en peligro de extinción, debido a la sobrepesca y la pesca incidental en redes agalleras, respectivamente. Sin embargo, aunque el alto golfo de California y delta del río Colorado han perdido sus condiciones estuarinas debido al represamiento del río, las estrategias para evitar la extinción de estas especies estuario-dependientes mencionan que la reducción del flujo del río no representa un riesgo (p. 67).

En el tercer capítulo, Galindo Bect, Hernández y Huerta mencionan cómo los estudios utilizados por el gobierno mexicano olvidan muchas variables, que apuntan al represamiento del río Colorado como principal causante de la mortandad de las especies en peligro. El escrito abunda en la teoría oceanográfica, que reconoce que el proceso de la vida en el mar inicia en los estuarios, luego en las costas y por último en el océano. La acción de los pescadores ocurre en esta última parte, no obstante es el único problema que la política pública ha decidido mirar.

Debido a que se ha señalado a la pesca como la principal culpable, el libro integra un análisis de costos para implementar mejores artes de pesca, que eviten la incidental de las especies en peligro. No obstante, se decide hacer inversiones en este sentido y se olvidan las otras causas del problema ambiental. El análisis desde la oceanología no puede dejar de lado la perspectiva social.

De acuerdo con las percepciones del espacio los cambios pueden ser analizados como construcciones de espacios en el sector que van de un 'espacio marginalizado' en los años 50's, un 'espacio pesquero' en los años 70's a un espacio de 'conservación ambiental' desde los años 90's. Estos cambios están ligados a procesos locales políticos y globales enmarcados en intereses neoliberales (p. 110).

El texto de Valdéz Gardea muestra el compromiso de la academia y de la antropología, en particular, de darle voz a todos los actores sociales, en especial a los ignorados por el discurso oficial. Sin embargo, no utiliza la fórmula sencilla de denunciar la situación de los mayores agraviados, a través del trabajo de campo antropológico, para culpar con ello a la imposición de las políticas neoliberales como única responsable de la problemática social y ambiental de la región. La disciplina etnográfica y la integración de autores, provenientes de múltiples disciplinas, permite hacer una disección de las interacciones sociales en la zona del alto golfo de California, desde los años ochenta hasta la actualidad, donde el entorno geopolítico y la implantación de políticas neoliberales es una variable más en el intrincado juego de las relaciones sociales y las complejas contradicciones de las pesquerías globalizadas. Complejidad propia del análisis antropológico.

Aquí se reconoce la importancia de la antropología para darle voz a los pescadores, por ser los señalados como los causantes principales del deterioro ambiental, pero que son también quienes han sufrido los mayores impactos de la globalización, que han precarizado su existencia al grado de que no encuentran un lugar en la inestable industria turística, ni pueden pescar de manera legal en sus comunidades. De esta forma la antropología, junto al análisis biológico, también se usa para entender la biodiversidad. Pues en el entorno social, que influye y es influido por la reserva natural, los actores

son capaces de construir contra-tendencias y nuevas relaciones de poder en los forcejeos por el acceso y distribución de recursos naturales que implica la gestión para la conservación de la biodiversidad [...] conocer las narraciones a través del tiempo de los pescadores para explicar y definir el pasado y presente de Puerto Peñasco y los distintos significados que le dan al lugar y al rol que ocupa el desarrollo turístico en la comunidad, da oportunidad de escuchar las voces de los principales actores, en el marco de estas transformaciones las cuales no se escuchan (p. 174).

En cuanto al turismo, por ejemplo, en el capítulo "Los pescadores seguimos donde mismo" se dice: "Si nos dan a escoger entre poner unas cabañas, disque para turismo, y seguir pescando, preferimos seguir pescando. -¿Por qué?- Porque no hay turismo!" (p. 116).

En cuanto a su relación con la reserva, comentan:

Para nosotros lo más importante era conocer específicamente en qué consistía la biosfera o la zona núcleo, ya que no entendíamos lo que era. Creo que todo se hizo sin ninguna base, se hizo el decreto pero no se hizo un estudio para saber cómo se mantenía o cómo vivía la gente de este poblado, de qué vive, cómo es que estamos subsistiendo en este lugar, entonces creo que lo empezaron al revés, porque primero tenían que ver por las gentes, tenían que haber tocado al pueblo, a los pescadores, para saber cómo se trabaja aquí (p. 121).

Como se puede ver, los discursos no se construyen de manera aislada, sino que se busca explicar las complejidades y contradicciones desde el punto de vista de los actores.

Desde hace ya más de dos décadas presenciamos los cambios en la base económica como resultado de la globalización, de las nuevas redes de intercambio económico y la división global del trabajo. En este momento la globalización no es una opción, llegó para quedarse, por lo tanto se tienen que enfrentar los retos ante este escenario.

Gracias al análisis antropológico, las pequeñas comunidades en el alto golfo brindan un panorama global. A través de lo sucedido desde la presión de grupos ambientalistas, el cambio en la política económica y las reconversiones económicas, se ha visto el fracaso de este modelo, por un lado, no se ha podido rescatar a la vaquita marina del peligro de extinción, el liberalismo económico siguió privilegiando a ciertos grupos e incrementó la marginalidad de los pescadores, y el turismo no se ha posicionado como una industria sólida, y ha dejado a las comunidades más empobrecidas después de la crisis de 2008.

No todos los problemas se resuelven con política pública, mucho menos si ésta se construye con una racionalidad limitada. Un buen ejemplo de que se requieren más que legislaciones para resolver los problemas de manera racional, y más que reformas políticas como las actuales para promover el desarrollo. La creación de política pública sólo vio las variables ambientales que le convenían a los grupos con intereses en la zona. Galindo Bect apunta que no se ha hecho nada con las aguas continentales, que juegan un papel fundamental en la conservación del ecosistema del alto golfo. La nueva política económica manda mensajes contradictorios a los involucrados, por un lado se privatiza la actividad pesquera, pero se mantiene el proteccionismo de ciertos productos y se altera su precio final.

La voz de los pescadores con la venta de permisos, la incapacidad de integrarse a la industria turística, con los cacicazgos, la pesca legal o ilegal y tener una existencia precaria son las partes más importantes para comprender la complejidad de las comunidades pesqueras en las pesquerías globalizadas.

Bibliografía

McGoodwin, James. 2002. Better yet, a global pespective? Reflections and commentary on John Kurien's essay. Maritime Studies 1 (1): 31-38. [ Links ]

Valdéz Gardea, Gloria Ciria. 2010. Pesquerías globalizadas. Revisitando a la comunidad marítima en el Alto Golfo de California. Estudios Sociales 35 (18): 137-163. [ Links ]

Maestro en ciencias sociales por El Colegio de Sonora.

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