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Región y sociedad

versión On-line ISSN 2448-4849versión impresa ISSN 1870-3925

Región y sociedad vol.25 no.56 Hermosillo ene./abr. 2013

 

Reseñas

 

Darrel J. O'Byrne y Alexander Hensby (2011), Theorizing Global Studies

 

Santos López Leyva*

 

Hampshire-Nueva York, Palgrave Macmillan, 237 pp.

* Profesor-investigador de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Baja California, campus Tijuana. Correos electrónicos: sanlop1947@gmail.com slleyva@uabc.edu.mx

 

Theorizing Global Studies constituye una base sólida para entender los enfoques teóricos que se manejan en la actualidad en torno a los estudios globales. La obra consta de nueve capítulos; en ocho de ellos se lleva a cabo una revisión teórica a fondo de las categorías siguientes: globalización, liberalización, polarización, americanización, macdonalización, transnacionalización, criollización y balcanización, que abren al debate lo que son los estudios globales. Y en el último se incluyen las conclusiones.

El capítulo I emprende el estudio de la globalización considerándola como un conjunto de interconexiones humanas de proporciones mundiales, que se han transformado a lo largo del tiempo. Si se entiende la globalización sólo como una estrategia actual de poder, los autores opinan que se pierde terreno en la comprensión de este fenómeno, ya que se desperdicia el perfil histórico y social que este proceso conlleva.

Los autores dividen al proceso histórico de globalización en cinco etapas: a) crecimiento de las comunidades nacionales. Expansión de la Iglesia católica, acentuación de las ideas de individuo y el concepto de humanidad. Surge la teoría heliocéntrica, y comienza la geografía moderna y el calendario gregoriano. Se presenta en Europa a inicios del siglo XV y dura hasta mediados del XVIII; b) idea de lo homogéneo, unidad del Estado. Surgen las relaciones internacionales, advenimiento de las ciudadanías y la regulación de las comunicaciones, desde mediados del siglo XVIII hasta 1870; c) de 1870 a 1920, inclusión de sociedades no europeas en la comunidad internacional. Restricción a las migraciones, surgimiento de eventos internacionales como las olimpiadas, los premios Nobel, Primera Guerra Mundial, la Liga de las Naciones y otros; d) de 1920 a 1960, la lucha por la hegemonía. Cambio de la Liga de las Naciones por la Organización de las Naciones Unidas, la Segunda Guerra Mundial, el Holocausto y surgimiento del Tercer Mundo y e) de 1960 a 1990, la fase de la incertidumbre. Llegada del hombre a la luna, los viajes espaciales, la "guerra fría" y la revolución científica.

En el capítulo II, "Liberalización: un mundo sin fronteras", la liberalización se puede ver como un proceso de relajación de restricciones para el acceso a los mercados nacionales; el término encierra dos significados posibles: por un lado se refiere a "hacerlo más fácil", esto con respecto al control de fronteras y el intercambio de bienes y servicios; por otra parte, a cómo el mundo se vuelve más liberal, lo cual se expresa en mayores libertades individuales.

En el uso extendido del término liberalización, desde Adam Smith hasta Milton Friedman y Keniche Ohmae, se refiere a la no intervención del Estado en la economía, a estrategias para facilitar los mecanismos comerciales; se entiende principalmente como una situación de libre mercado.

Entonces, la filosofía del liberalismo sostiene el modelo de globalización como liberalización, que es el proceso a través del cual las fronteras de los Estados se están erosionando permitiendo así un flujo más fácil de capitales, bienes, ideas y personas. En el proceso de liberalización, la nación-Estado permanece, pero su poder de regulación se ve muy disminuido; existe primordialmente como entidad política, lo que aumenta su subordinación a la mano invisible del mercado.

En 1991, Francis Fukuyama publicó El fin de la historia y el último hombre, donde señala que con la caída del muro de Berlín y el final de la "guerra fría" la historia había llegado a su fin. La democracia liberal había triunfado contra las restantes alternativas ideológicas. Durante el siglo XX, la democracia liberal tuvo que luchar contra el monarquismo, el fascismo y últimamente contra el comunismo estilo soviético, para llegar a reinar como ideología suprema e incontrovertible. Entonces, 1989 fue la culminación de 200 años de incremento constante del dominio de la democracia liberal. Fukuyama opina que en 1790 sólo existían tres democracias liberales: Estados Unidos, Suiza y Francia, y que para 1990 ya había 61 en el mundo. En esa fecha finalizó el ciclo hegeliano de la historia.

En la racionalidad del liberalismo, los mercados facilitan el comercio competitivo, que mejora el crecimiento económico y así reduce la pobreza. En consecuencia, la entrada a una economía de mercado es un paso significativo hacia la prosperidad financiera. La liberalización global puede ofrecer una oportunidad sin precedentes para reducir la pobreza y compartir los recursos con que cuenta el mundo, según el liberalismo.

"Polarización: mundo rico y mundo pobre" es el tercer capítulo, el cual señala que en el proceso de liberalización de los mercados internacionales se observa una concentración de capitales, de tal manera que los países ricos se hacen más ricos y los pobres se hacen más pobres, en otra palabras se expande la brecha entre países ricos y pobres.

El pensamiento estructuralista latinoamericano desarrolla de mejor manera esta visión norte-sur y centro-periferia. Raúl Prebish y Celso Furtado, entre otros, trabajan la relación centro-periferia, la cual se ve continuada, más tarde, con la teoría de la dependencia en las aportaciones de Andre Gunder Frank y Ruy Mauro Marini, entre otros. En ambos casos se insiste en el proceso de polarización.

Este estructuralismo enfatiza en la necesidad de localizar la economía nacional (en este caso América Latina) dentro del sistema amplio de modelo industrial, desarrollado por las economías más avanzadas. Rechaza la existencia de economías nacionales uniformes, y que el subdesarrollo es causado por deficiencias internas de las naciones. No se puede ver el problema del subdesarrollo de un país sin reconocer que algunos son pobres precisamente porque otros son ricos, y viceversa. Fenómeno que el marxismo concibe como una teoría de la explotación a escala global.

En los años de la formación de la modernidad, Europa se constituyó en el centro del capitalismo, Wallerstein sugiere que Estados Unidos asumió esta posición a partir de 1890.

Los teóricos de la polarización discurren la liberalización como un proyecto imperialista, desarrollado para proteger y extender los intereses de la elite del centro, cobijado con la bendición de la filosofía del libre comercio.

Una posición opuesta es la desglobalización, que sugiere un "nuevo orden internacional", "una comunidad mundial" y un proceso de "globalización desde abajo". El objetivo de la desglobalización no es abandonar la economía internacional, sino reorientarla hacia la producción y comercialización de bienes locales; destinar mayor cantidad de recursos para el desarrollo local y depender menos de los recursos externos; crear políticas para la distribución del ingreso; fortalecer el mercado interno, que puede ser el ancla que fije el desarrollo de la economía, y crear recursos para la inversión; dejar de enfatizar sólo en el crecimiento económico y buscar la reducción de la desigualdad, para lograr el ambiente de equilibrio. No dejar la estrategia económica centrada exclusivamente en el mercado, y procurar mejores oportunidades democráticas; combinar los sectores privado y estatal, monitoreados por la sociedad civil; crear nuevas formas de producción e intercambio, donde se incluyan cooperativas de las comunidades, empresas privadas y estatales considerando las transnacionales, y la consagración del principio de subsidiaridad económica en la producción de bienes y servicios, que tome lugar en la comunidad y a escala nacional, lo que puede ser a costos razonables para fortalecer las comunidades.

El capítulo IV, "La americanización: un nuevo imperio americano", se refiere al dominio de Estados Unidos en el panorama mundial. Para un conjunto de investigadores, entre ellos Noam Chomsky, la nación-Estado, o una en particular, permanece en el centro de gravitación y desarrollo de la economía mundial desplegando su autoridad al resto del mundo. Insisten en que el imperialismo no es una cosa nueva, pero en la forma contemporánea es bastante distinto.

Por tradición, los imperios se han construido y manejado según la lógica del territorio, pero el imperialismo capitalista se rige por la lógica del capital. Como Chomsky opina, la estrategia del imperialismo americano está basada en el abandono de cualquier compromiso que pueda minar la legitimidad de la ley internacional como meta política. El ejemplo más claro es la Estrategia de Seguridad Nacional de 2002, que declara el derecho de eliminar cualquier reto a la hegemonía mundial de Estados Unidos.

El imperialismo estadounidense ha desarrollado dos procesos conjuntos: el interno y el externo (inland y outland). La primera fase empieza con la incautación de los terrenos a los indígenas, quienes fueron considerados escollos para el avance del proyecto modernizante, y los aborígenes fueron confinados y otros encarcelados o muertos. Hicieron eco las palabras del presidente Monroe, en 1822, ante el Congreso: "La existencia de un territorio es lo que marca la diferencia entre un gran poder y uno pequeño".

Por otra parte, en la convención de hombres de negocios de 1916, Woodrow Wilson llamó a Estados Unidos "la democracia de los negocios" y el que "lucha por la paz y la conquista del mundo", y para ello se tenían que conocer "los gustos y necesidades de los países donde se buscaran mercados".

El capítulo v, "Macdonalización. Un mundo unidimensional", señala que la estandarización que se usa en ese modelo es como forma de racionalidad, la cual reduce el mundo a objetos medibles. La macdonalización representa mecanismos de uniformidad y homogeneidad reproducidos cultural, tecnológica y políticamente, a través de las finanzas globales, las comunicaciones, la cultura popular y los medios de comunicación. En la cultura estadounidense, los ejemplos son empresas como McDonalds, Coca Cola, Nike, Gap y muchas más.

Los conceptos de trabajo y producción flexible, es decir la orientada hacia el mercado, pueden ser interpretados dentro del marco de la teoría crítica del desencanto y la deshumanización.

El fenómeno de la mezcla de culturas se analiza en el capítulo VI, "Criollización: sociedades híbridas". El marco de la criollización se enfoca al estudio de los flujos de intercambio de productos, prácticas, éticas, estéticas y personas entre las diferentes culturas; se preocupa por un mundo donde se interconectan todas estas prácticas. En las sociedades híbridas se desarrollan varios flujos culturales que los autores denominan: mediascapes, technoscapes, finascapes e ideascapes.

El marco de la criollización es un aliado cercano al desarrollo de los estudios culturales, donde uno de los espacios más famosos es el Centro Contemporáneo de Estudios Culturales de la Universidad de Birmingham, en Inglaterra. Este grupo tiene una tradición prominente dentro del neomarxismo de Antonio Gramsci, en su teoría de los estudios culturales el sujeto permanece en lucha constante compitiendo con otros grupos. En la teoría del poder y la dominación, presentada por Marx y los últimos marxistas, la Escuela de Birmingham presta atención a las dinámicas de resistencia de los grupos subordinados por relaciones de poder, en lo particular, la resistencia a través de símbolos de subordinación. En los últimos años, el énfasis sobre la resistencia está ampliamente divorciado de su contexto económico y político, y se ha vuelto más popular dentro de las teorías que atienden los estudios culturales.

El punto de partida en esta teoría en los estudios culturales fue el concepto de "hegemonía", introducido por el marxismo de Gramsci, para referirse al proceso a través del cual la clase dominante logra el consenso para mantener su posición. De acuerdo con este pensador, tal consenso es alcanzado a través de la cultura ideológica. Esto fue tomado más tarde por el filósofo francés estructuralista-marxista, Louis Althusser, en su trabajo "ideologías dominantes".

En este campo, el poscolonialismo, un amplio movimiento dentro de las ciencias sociales y humanas, se refiere a la gente colonizada que escribe sus propias historias, cuenta sus propias vivencias, en respuesta al impacto del imperialismo y del colonialismo. Busca identificar las herencias del colonialismo en el mundo contemporáneo, y abrir espacios a las múltiples voces de la parte subordinada o subalterna que debe ser escuchada. La construcción de la identidad es presentada como una forma de resistencia a los colonizadores, pero considerada dentro de la dinámica del poder.

Quizá el texto más significativo dentro de la teoría del poscolonialismo sea Orientalismo, del escritor palestino Edward Said; publicado originalmente en 1978. Muestra que los estudios de Oriente se han elaborado desde la comodidad de un escritorio, con la visión de Occidente, pensando en las estructuras e instituciones de la cultura occidental.

En algunos casos, el concepto de transnacionalización es usado como alternativo para la idea de globalización, temática discutida en el capítulo VII, "Transnacionalización: más allá del lugar". Este es un modelo que ha tenido una enorme influencia en sociología y en relaciones internacionales entre neomarxistas, liberales y socialdemócratas. En corto, es un modelo que entiende el cambio global como un adelanto en la organización del poder y la toma de decisiones de producción y administración desde la nación-Estado, de tal manera que cruza las fronteras.

Los autores refieren un "mundo multicéntrico" que describen como de organizaciones, las cuales impulsan y atienden problemas, eventos, comunidades y estructuras transnacionales. Estas corporaciones están asociadas con la producción y, en algunos casos, con la venta al detalle en grandes negocios de aceite, gasolina, automóviles, computadoras, medios de comunicación, electrónicos, farmacéuticos, alimentos, tabaco, turismo y mucho más.

Las empresas transnacionales constituyen el vehículo del capitalismo global, y son conducidas por la clase transnacional dirigida por el capitalismo. Dicha clase no está compuesta solamente por ejecutivos de las empresas, también incluye a quienes se benefician con la explotación del trabajo, los recursos y a los que toman decisiones políticas. Esta nueva clase social se divide en cuatro fracciones: la corporativa, integrada por los ejecutivos de las empresas transnacionales y los locales de sus afiliadas; la del Estado, conformada por los políticos y burócratas de los diferentes niveles de gobierno; la de técnicos o profesionales globalizados y la de los consumidores, que comprende a los mercaderes y al personal de los medios de comunicación.

Anthony Giddens sugiere que la globalización, a la que prefiere llamar transnacionalización, se caracteriza por dos procesos principales: desanclaje y distanciamiento en tiempo y espacio; primero es el proceso mediante el cual las corporaciones, la gente, la cultura y los símbolos son trasladados de sus lugares y relocalizados en cualquier parte del mundo. Tanto las culturas como los símbolos locales se hacen universales. El desanclaje es central en la producción posfordista de la última etapa del capitalismo. Esto significa que decrece la importancia del lugar en el mundo contemporáneo, y que están cambiando las relaciones con el espacio.

El capítulo VIII "Balcanización: un choque de civilizaciones" aborda la balcanización, cuya prehistoria del marco teórico se encuentra en la escuela realista de las relaciones internacionales. El realismo empieza con la afirmación de la Ilustración inglesa iniciada por el filósofo Thomas Hobbes, quien sostiene que el ser humano es por naturaleza pecaminoso, violento y comprometido con su instinto de conservación. En el realismo hay un reconocimiento implícito a la sobrevivencia de los más aptos en las bases del poder político, en la legitimación de los Estados más fuertes, es la teoría de la realpolitik.

Una aproximación significativamente articulada es el trabajo de Robert Gilpin, quien percibe, con absoluta claridad, que la forma global de transformación depende por entero de la habilidad del Estado más poderoso para imponer y mantener una forma apropiada de abrir y articular el orden mundial, lo que llama "hegemonía benigna".

Otra posición en esta línea es la asumida por Samuel P. Huntington, quien sostiene que la "guerra fría" se ha definido como un choque de ideologías políticas; América y sus aliados de Occidente contra la política artificial, que fue la Unión Soviética y sus satélites. Para él, el mundo en la actualidad es expresado en términos de distinción, no entre naciones o bloques políticos sino en una lucha entre civilizaciones. Y contrasta su teoría con otras cuatro propuestas; con el punto de vista asociado a Fukuyama y fortalecido por otros liberales, que después de 1989 el mundo se ha unificado bajo la bandera del triunfo de la democracia liberal; la posición de que está dividido entre Occidente y el resto. El mundo permanece en la arena de conflicto y competencia, donde las naciones-Estado son los actores principales. Por último, la percepción del desarrollo de fuerzas supranacionales y regionales que lideran el mundo, donde es posible observar un "mero caos".

En las conclusiones, los autores anotan que el propósito de este libro es ayudar al entendimiento de la estructura, y definir un discurso académico en torno a los "estudios globales". No intenta hacer polémica presentando o sugiriendo que un modelo es superior a los otros, más bien es posible observar que todos los modelos se están desplegando en el mismo instante, son de la realidad y están sucediendo en la actualidad al mismo tiempo. También presentan un análisis de las ventajas y desventajas que se deben atender al abordar los estudios del desarrollo global con cada una de estas categorías.

La obra resulta de gran apoyo para los estudiosos del desarrollo global y en general de las ciencias sociales, porque la temática es de gran actualidad en estos campos disciplinarios.

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