SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.24 número55For Tranquility and Order: Family and Community on Mexico's Northern Frontier, 1800-1850El dilema preventivista: Contribuciones a la comprensión y crítica de la medicina preventiva índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Región y sociedad

versión On-line ISSN 2448-4849versión impresa ISSN 1870-3925

Región y sociedad vol.24 no.55 Hermosillo sep./dic. 2012

 

Reseñas

 

Organisation for Economic Co-operation and Development/Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (2011), How's Life?: Measuring Well-being1

 

Lorenia Velázquez Contreras*

 

París, OECD Publishing, 282 pp.

 

* Profesora-investigadora. Centro de Estudios del Desarrollo de El Colegio de Sonora. Av. Obregón 54, colonia Centro, Hermosillo, Sonora, C. P. 83000, México, Teléfono (662) 259 53 00. Correo electrónico: lvelaz@colson.edu.mx

 

El crecimiento económico, medido por el incremento del producto interno bruto de una nación, puede impulsar (aunque no necesariamente) un proceso de desarrollo económico, enfocado a abatir los niveles de pobreza y mitigar algunos de los problemas sociales asociados a ella.

Sin embargo, para algunas de las economías menos desarrolladas, el crecimiento económico ha significado la agudización de las desigualdades tanto entre países, como entre regiones y sus habitantes. La clave de un proceso de desarrollo exitoso está en lograrlo con equidad, con el único fin de incrementar los niveles de bienestar de la población.

No importa dónde se indague el concepto de bienestar; siempre está ligado con la satisfacción de las necesidades de los individuos, para que puedan disfrutar de una vida digna y, sobre todo, sentirse satisfechos con ella. De manera más sencilla, Gasper (2004, 2) señala que el término bienestar (welfare) puede significar "lo bien que vive la gente"; algunos diccionarios de la lengua inglesa lo definen como felicidad, salud y prosperidad. Los estudios sobre el tema han tratado de medirlo en dos dimensiones: el bienestar objetivo, bajo la consideración de la distribución de la riqueza y el ingreso, y el bienestar subjetivo, que rinde cuenta de la manera en que los individuos perciben su propia vida.

A partir de los problemas que la pobreza y la desigualdad generan en el mundo entero, incluso en las economías con ingresos altos, los líderes de la economía mundial, así como los organismos y foros en los que participan los representantes de los países más ricos, retoman la preocupación por los estudios sobre el bienestar; tal es el caso de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

El documento aquí presentado es una muestra de ello; el reporte How's Life?: Measuring Well-being señala explícitamente que el bienestar de los individuos no ha sido tratado en todas sus dimensiones, y subraya la falla de los indicadores macroeconómicos para ilustrarlo. También califica el crecimiento económico como condición no suficiente para lograr el bienestar, entendido como "una vida mejor". "Aunque en tiempos de dificultades económicas, cuando el restablecimiento del crecimiento es importante para lograr buenos resultados en el bienestar, tales como el acceso a buenos trabajos o viviendas accesibles, en el núcleo de las acciones de política deben estar las necesidades, preocupaciones y aspiraciones de la gente y la sustentabilidad de nuestras sociedades" (p. 14).

El marco teórico subraya la motivación principal detrás de la búsqueda de ir más allá del producto nacional, para medir el bienestar traducido en indicadores: el rol potencial que pueden tener las mejores mediciones sobre el bienestar en las políticas económicas.

Puesto que la definición de "bienestar" significa un reto, debido a la exigencia de una búsqueda cuidadosa de varios aspectos (objetivos) de la vida de las personas, así como el entendimiento (subjetivo) de la importancia relativa de cada uno de ellos, la OCDE se queda con la definición aceptada de manera casi universal de que bienestar implica "satisfacer diversas necesidades humanas, algunas de las cuales son esenciales (por ejemplo, estar en buen estado de salud), así como la capacidad de perseguir sus metas, prosperar y sentirse satisfechos con su vida" (p. 18).

El marco teórico identifica tres pilares para la conceptualización y medición del bienestar de la población: a) condiciones materiales de vida; b) calidad de vida y c) sustentabilidad. En términos de alcance, el enfoque distingue entre el "bienestar de hoy" y el "bienestar de mañana". Para el presente, identifica una serie de dimensiones relacionadas con las condiciones materiales de vida, así como los indicadores principales de la calidad de ésta; en términos del "mañana", reconoce los requisitos que tendrían que cumplirse para preservar el bienestar de las futuras generaciones.

De igual forma, en lugar de utilizar indicadores económicos agregados, el enfoque de sus mediciones se realiza a través de los hogares y los individuos que los conforman y se centra, más que en los medios para lograrlo, en los resultados del bienestar. En este sentido, llama la atención que prevenga sobre la imperfección de los resultados del bienestar, cuando éste se mide a través de la relación insumo-producto, y para ilustrarlo señalan que el gasto (insumos) en el sector salud, por ejemplo, puede ser un indicador muy débil de la situación real de la salud, si el sistema en su conjunto es ineficiente o bien, que el número de cirugías practicadas (producto) puede decir poco acerca del estado de salud de la población.

Parte del enfoque también se centra en la distribución del bienestar entre los individuos, sobre todo cuando existen disparidades por género, grupos de población, o estratos socioeconómicos.

Como parte novedosa en este tipo de análisis, el reporte considera la importancia de evaluar las condiciones objetivas en la vida de la población pero agrega información sobre la evaluación subjetiva, es decir, la que la gente tiene de su propia vida.

Sobre las condiciones materiales de vida, las dimensiones consideradas son: a) ingreso y riqueza, donde se captan las posibilidades de consumo actual y futuro de los individuos; b) trabajo y remuneraciones, se parte de la necesidad de un empleo remunerado de calidad, puesto que de esta forma el individuo obtiene la oportunidad de cubrir no sólo las necesidades, sino también las ambiciones personales y c) el goce de una vivienda de calidad, que reafirme el sentido de seguridad personal, la privacidad y espacio individual.

Por otro lado, sobre la calidad de vida se presentan los siguientes indicadores: a) estado de salud, b) balance entre vida personal y el trabajo, c) educación, d) compromiso social y gobierno, e) conexiones sociales, f) calidad del medio ambiente, g) seguridad personal y h) bienestar subjetivo.

Lo importante en la presentación de estos resultados, de forma desagregada, es que permite analizarlos de manera individual, y como parte integral del bienestar de los individuos:

Estar sano es importante en sí mismo, pero también para llevar a cabo una serie de actividades relacionadas con el bienestar, incluyendo el trabajo. Del mismo modo todo el mundo aspira acceder a la educación, pero mayor escolaridad también es un gran activo para elevar el nivel de vida de los individuos y la sociedad en su conjunto. Ser capaz de conciliar el trabajo y la vida es importante para el bienestar de aquellos que valoran tener un puesto de trabajo y una familia, mientras que, en general, estar en posibilidades de dedicar tiempo a actividades no remuneradas ayuda a las personas a permanecer saludables y productivas (pp. 19-20).

El equilibrio entre vida y trabajo tiene un grado importante de complejidad: laborar durante pocas horas puede equivaler a la obtención de poco salario e ingresos insuficientes, para alcanzar un nivel de vida deseable. Por el contrario, demasiado trabajo, que generalmente se traduce en mayores ingresos, también puede perjudicar el bienestar, si se pone en riesgo la salud o la vida del individuo.

Por su parte, el compromiso cívico y la calidad de la gobernanza son primordiales en el bienestar, ya que les permiten a las personas tener mayor control de sus vidas. Las conexiones sociales son una necesidad humana básica, que también ayudan a cumplir con muchos otros objetivos fudamentales.

Así mismo, la calidad del medio ambiente repercute tanto en la salud de la gente, como en su capacidad de realizar una serie de actividades esenciales. Además, una buena vida requiere de un ambiente donde las personas se sientan seguras. Por último, se deben considerar sus sentimientos, a través de sus propias emociones, para conocer si están satisfechas con sus vidas como un todo, y si esta sensación es el resultado de circunstancias objetivas de su vida o de otros factores.

Para cada uno de los 11 indicadores generales mencionados, el informe incluye un capítulo con el o los datos utilizados para construirlos, y en todos los casos sigue la misma estructura. En total, el análisis se conforma de siete componentes de los indicadores, correspondientes a las condiciones materiales de vida y 15 relativos a la calidad de ella. Primero, se trata la importancia de cada indicador dentro del análisis del bienestar; después, de la forma en que se obtuvo su medición y una explicación detallada de cada componente.

Enseguida se presentan los patrones generales de los componentes, primero para el conjunto de países de la OCDE, para luego hacer una comparación breve de las diferencias entre ellos. El análisis también refiere a las disparidades entre los grupos sociales y, cuando es el caso, se hace una distinción entre grupos de edad o entre géneros. En esta desagregación, como parte importante del análisis, cada capítulo contiene un apartado sobre las desigualdades encontradas.

Las fuentes consultadas en la construcción de los indicadores de este informe son diversas. Para el cálculo de producto nacional y del ingreso per cápita, en su mayoría provienen de las estadísticas publicadas por los miembros de la OCDE; las referentes al empleo también se derivan de las estadísticas de cada país pero se complementan con informes de la Organización Internacional del Trabajo; buena parte de la información se obtiene de encuestas o estudios ya realizados por la OCDE, como el del uso del tiempo, que se presenta aquí, como parte importante del efecto que sobre el bienestar tiene el equilibrio entre la vida y el trabajo.

Debido a la dificultad de hacer comparativa la información cualitativa entre países, el informe complementó sus fuentes con la encuesta mundial Gallup (The Gallup World Poll), que se realiza en alrededor de 150, con una cobertura de más de 98 por ciento de la población adulta mundial, a través de muestras representativas. Los cuestionarios son dirigidos a alrededor de mil residentes por país, mayores de 15 años y contienen 100 preguntas globales en el idioma y significado que corresponde a cada país, de tal manera que los resultados pueden compararse entre países y regiones.2 De esta forma se conformó una enorme base de datos de indicadores cuantitativos y cualitativos de las naciones integrantes de la OCDE.

Cuando se presentan los resultados, se aprecia que en general no hay un país que mantenga de manera sistemática el liderazgo al frente del grupo de miembros de la OCDE en términos de bienestar, tampoco alguno que se comporte de manera rezagada en todos los rubros considerados. Sin embargo, hay "evidencia que la vida es notablemente mejor en países como Australia, Canadá, Suecia, Nueva Zelanda, Noruega y Dinamarca, y el bienestar es mucho menor en países como Turquía, México, Chile, Estonia, Portugal y Hungría" (p. 24).

No obstante, sí se pueden establecer patrones generales para los miembros de la OCDE. Los resultados se refieren a los grandes promedios entre países, y dado que las brechas de uno a otro son enormes en algunos casos, estas conclusiones deben ser tomadas con reservas. Enseguida se presenta el resumen, tomado del informe de los principales resultados, sobre el bienestar en las dimensiones que lo conforman:

• En la mayoría de países, las medidas medias de renta y la riqueza han aumentado en los últimos 15 años.

• Existen grandes diferencias en las tasas de empleo entre los países, aunque se muestra un aumento general en la mayoría con un descenso del desempleo de largo plazo. Destaca, sin embargo, el incremento del trabajo (voluntaria o involuntariamente) parcial.

• Las condiciones de vivienda son buenas en la mayoría de los países, aunque los costos que representa constituyen una carga importante para los hogares en muchos de los casos.

• En la mayoría de países existe una alta esperanza de vida y, sobre todo en los emergentes, se percibe un gran avance en la reducción de las tasas de mortalidad infantil y de adultos. Sin embargo, una parte significativa de la población de la OCDE declara tener problemas crónicos de salud o sufrir de discapacidades graves.

• El balance de las actividades de trabajo y no trabajo ha cambia-do en forma considerable en los últimos años, con los avances generales en el tiempo de ocio y la reducción de las horas trabajadas. Estas tendencias generales ocultan una mayor complejidad en las vidas de la gente, ya que existen grandes diferencias entre grupos de población, sobre todo entre hombres y mujeres al momento de asumir las tareas, en el lugar de trabajo o en casa. Dentro de las principales desigualdades en este rubro, destaca la desventaja de la mujer en el campo laboral. Las tasas de empleo femenino son relativamente más bajas en casi todos los miembros de la OCDE, para las madres con hijos en edad escolar. Con ello se reduce el bienestar material de este grupo de población, y limita la reducción de la pobreza, sobre todo para las madres solteras y sus hijos. Además, confirma que las mujeres siguen siendo las principales responsables del cuidado de los hijos y el hogar, haciendo difícil combinar el trabajo y la maternidad. En la actualidad, cada vez es más patente que las mujeres, sobre todo aquellas con altos niveles de escolaridad, retrasen su maternidad o renuncien a ella, para ejercer sus carreras, reduciendo con ello las tasas de fertilidad. Como tendencia general, es patente el incremento de hogares sin hijos, sobre todo en países europeos; pero también se ha hecho patente la posibilidad de revertir este proceso a través de políticas laborales, acordes a las necesidades de las madres trabajadoras.

• El nivel educativo se ha incrementado de forma sustancial en las últimas décadas, y se muestra una tendencia a converger hacia niveles similares de educación. Sin embargo, la calidad de esta última, medida por la capacidad de lectura de estudiantes de 15 años, varía en gran medida en todos los países.

• Las conexiones sociales son relativamente fuertes en todos los integrantes de la OCDE. La mayoría de la gente acostumbra ver a los amigos o familiares de manera regular, y declara estar en posibilidad de recurrir a ellos en caso de necesidad. Las variaciones entre los países se dan al momento de indagar sobre los niveles de confianza interpersonal.

• En todos los países la gente disfruta de un alto nivel de los derechos políticos, pero no necesariamente los ejerce de manera efectiva. La baja confianza en las instituciones públicas y la disminución de la participación cívica ha generado una creciente brecha entre cómo perciben los ciudadanos y las elites el funcionamiento de los sistemas democráticos.

• En cuanto al medio ambiente, se observa que la concentración de partículas suspendidas en el aire se ha reducido en los últimos 20 años, aunque todavía por encima del nivel objetivo. Los habitantes de los países emergentes están expuestos a concentraciones mucho más altas de contaminantes, y a menudo viven sin servicios básicos como el acceso al agua potable y saneamiento.

• El número de homicidios es bajo en la mayoría de las naciones, aunque con notables variaciones. Las agresiones han disminuido, pero siguen siendo comunes en algunas de las emergentes. La mayoría de los residentes de los miembros de la OCDE se sienten seguros al caminar solos en su vecindario por la noche, a pesar de que existen diferencias significativas entre ellos.

• Los niveles medios de bienestar subjetivo de la población son altos. Sin embargo, algunos países presentan un promedio bajo, incluso menor que muchos de ingresos medios y en desarrollo, independientemente de la medida utilizada.

El riesgo de los grandes agregados es que pueden esconder detalles importantes. No obstante, este primer informe sobre el bienestar presentado por la OCDE es un comienzo revelador que muestra, al menos, la importancia que el bienestar debiera tener al momento de definir la política económica. Retomar los indicadores propuestos y adecuarlos a la realidad de nuestros países, para definir una ruta de desarrollo que considere incrementar el bienestar de la población es responsabilidad de muchos, pero principalmente de quienes teniendo las herramientas políticas y económicas poco han hecho para conseguirlo.

 

Bibliografía

Gasper, Des. 2004. Human Well-being: Concepts and Conceptualizations. United Nations University, WIDER Working paper No. 2004/06        [ Links ]

 

NOTAS

1 ¿Cómo es la vida?: la medición del bienestar.

2 Para más información de la metodología seguida para este tipo de encuestas, consultar: http://www.gallup.com/se/128147/Global-Research-Methodology.aspx

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons