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CONfines de relaciones internacionales y ciencia política

versão impressa ISSN 1870-3569

CONfines relacion. internaci. ciencia política vol.8 no.16 Monterrey Ago./Dez. 2012

 

Ex libris

 

Teorías en movimiento. Los orígenes disciplinarios de la política exterior y sus interpretaciones

 

Leandro Enrique Sánchez*

 

Simonoff, A. (2012) Teorías en movimiento. Los orígenes disciplinarios de la política exterior y sus interpretaciones, Rosario, Prohistoria Ediciones.

 

* Becario doctoral del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UNLP-CONICET.

 

En general, se asume que una disciplina académica pasa el umbral de la madurez cuando se convierte en auto-reflexiva con respecto a sus presupuestos más profundos, los desarrollos teóricos y consecuencias prácticas. Teorías en movimiento. Los orígenes disciplinarios de la política exterior y sus interpretaciones, de Alejandro Simonoff demuestra este punto hábilmente. El objetivo principal de Simonoff es proporcionar una explicación histórica comprehensiva que en su discurrir cronológico recorre dos vías: la de la construcción y desarrollo del subcampo disciplinar del estudio de la política exterior argentina e, interactuando con ésta, la edificación de "un discurso sobre el pasado y el presente de las relaciones internacionales argentinas" (p.15). Bajo el concepto de Duroselle de que ninguna teoría es posible si ella no se sitúa en la perspectiva dinámica, es decir en el movimiento, el autor presenta una interpretación sobre la relación entre teoría y campo disciplinar, como dos elementos indisociables para comprender cómo opera el tiempo sobre ellos. Desde una perspectiva teórica más amplia, Teorías en movimiento. Los orígenes disciplinarios de la política exterior y sus interpretaciones, representa la contribución más reciente al debate, posterior a la Guerra Fría, sobre el estudio de la política exterior argentina con respecto al papel de la teoría (es decir, el papel de los presupuestos y compromisos ontológicos y epistemológicos) en la información y la formación de las construcciones analíticas de la política exterior.

Teniendo en cuenta que las diferencias epistemológicas que estructuran el debate teórico en el estudio de la política exterior argentina son dependientes de posiciones ontológicas anteriores, es imprescindible examinar las ontologías sociales que están incrustadas dentro de las teorías dominantes del campo, junto con las consecuencias epistemológicas y metodológicas relacionadas con ellas. El instrumento del que se vale el autor en este libro para no perder de vista la dimensión ontológica en favor de la epistemológica es doble. Utiliza dos modelos explicativos provenientes de la historia de la ciencia, el kuhniano a partir del concepto de paradigma, y el bourdieano con su teoría de los campos (pp. 19-20).

La obra está compuesta por cinco capítulos. Los primeros dos presentan la explicitación y explicación de los supuestos teóricos que componen el marco con el cual el autor realiza un abordaje histórico de la doble constitución histórica del campo disciplinar y del campo político histórico. En los tres capítulos siguientes interpela a la historia a partir del marco teórico planteado con el objeto de clarificar esa doble inscripción.

En el primero, Simonoff se centra y explora la construcción de la política exterior argentina como campo disciplinario. Al interior del mismo, el autor describe las instancias "pre paradigmáticas" que darán lugar a los dos momentos "paradigmáticos" en la disciplina. El primero, ubicado entre las décadas del sesenta y del setenta en torno a la figura de Puig, es denominado autonomista o latinoamericanista y está claramente inscripto en el realismo, pero bajo "condiciones de hibridación" (Tickner, 2002: 21) que lo convertían en un esquema propio de interpretación que implicaba percepciones diferentes, pero convergentes, de la teoría de la dependencia y del realismo clásico. El segundo, ubicado en torno a la figura de Escudé a principios de los noventa, implicó el desplazamiento de la autonomía a favor de la inserción a partir de una lectura neorrealista y neoliberal que construyó un realismo periférico (distinto del de las naciones centrales) donde la autonomía se define en términos de costos.

El segundo capítulo recorre la variedad de estructuras explicativas y múltiples interpretaciones sobre el pasado de un campo disciplinar que "busca la construcción de un saber, y, al mismo tiempo, la construcción de un instrumento para la vinculación del Estado con otros actores internacionales" (Simonoff, 2012: 56). Este recorrido es abordado por el autor sin olvidar que la interpretación del pasado por parte de una sociedad y el sentido y valor que ésta le da implica un determinado "esquema de devenir", como sostiene Lefort (1988:35), además de que toda reconstrucción histórica parte de una adaptación en forma selectiva.

El tercer capítulo representa el primer acercamiento práctico al tiempo en las ideas, al momento histórico en que tuvieron lugar las ideas. Se describen las consideraciones que, denominadas por el autor como "instancias paradigmáticas", se presentaron en torno a la formación, auge y caída del modelo clásico de inserción. Éstas son, por un lado, la formación y afianzamiento del modelo de dependencia nacional (1810-1914) y los injertos revisionistas a la dependencia nacional (1914-1945) para la concepción autonomista. Por el otro, la Argentina embrionaria (106-1881), consolidada (1881-1942) y subordinada (1942-1989) para el realismo periférico de Escudé.

El cuarto capítulo reproduce el mismo mecanismo explicativo en torno a las "nuevas políticas exteriores (1946-1983)" (Simonoff, 2012: 85). En un contexto marcado por la proliferación de diversos modelos de inserción internacional que no lograron legitimarse ni sustentarse en el tiempo, las perspectivas paradigmáticas entraron en pugna en torno a la evaluación positiva o negativa de la autonomía, producto de la redefinición ensayada por Escudé que la entendía como una forma de consumo o inversión.

El capítulo quinto aborda la política exterior argentina posterior a 1983, es decir, desde el retorno a la democracia pos proceso de facto. El núcleo de esta sección está constituido por los puntos de contacto entre el realismo periférico y las relaciones carnales; entre la teoría escudeana y la política exterior de los años noventa. En forma circundante a dicho núcleo, el autor señala cuatro influencias teóricas con divergencias propias y espacios de convergencias utilizadas para explicar la política exterior argentina reciente.

La principal contribución de la obra de Simonoff es la referida a las teorías de política exterior y la acción en el ámbito de las relaciones internacionales, así como la discusión de los problemas epistemológicos y metodológicos que plantea la interacción entre ambas dimensiones de análisis. Sobre la base de las premisas que forman las ideas que sostiene el autor, se puede concluir que el examen teórico de la relación temporal de las ideas-tiempo de los hechos en el análisis de la política exterior argentina requiere de una metodología que reúna al mismo tiempo una "comprensión estructural" -esto es, el examen de las condiciones de posibilidad para que se produzcan esas ideas- y una " explicación histórica" -es decir, una narración que conecte los eventos y procesos en el tiempo. Por ende, las teorías entran en conflicto únicamente en el ámbito de la ontología y, por tanto, el estudio de la política exterior debe ser mucho más flexible en torno a cuestiones epistemológicas y metodológicas y centrarse con mayor rigor en las cuestiones ontológicas que definen los paradigmas.

En general, el trabajo de Simonoff es claramente ambicioso, bien estructurado y argumentado de manera convincente. Sin embargo, la obra presenta algunas limitaciones a considerar. Los lectores pueden experimentar cierta sensación de déjà vu en la revisión de la tesis del libro. Ciertamente, Simonoff defiende de la posición de que la historia en dos tiempos debe ser tomada en serio en el estudio de la política exterior, pero no ahonda en cuál es su contribución en pos de un avance significativo para la teoría social en general o de las relaciones internacionales en particular.

Las conclusiones epistemológicas elaboradas por Simonoff no son particularmente novedosas. El autor está probablemente en lo cierto cuando sostiene que la aplicación de las ideas de Kuhn sirve tanto para interpretar la historia de la disciplina, como para establecer un cuadro más coherente de la misma. Sin embargo, la traslación de las ideas de Kuhn no produce resultados satisfactorios debido a la falta de un criterio rector en torno a cuántos paradigmas cabían detectar en la disciplina. Dos razones explican ésto. Una está relacionada con el concepto de paradigma y la otra señala la ausencia de un criterio homogéneo para establecer la presencia de enfoques paradigmáticos. Lo primero se refiere a la ambigüedad del concepto de paradigma. Ante este hecho, Simonoff no trata de sentar las bases de lo que es un paradigma (principios metafísicos, leyes generales y método de análisis), y por ende no se centra en un determinado aspecto. La ausencia de un criterio homogéneo que establezca la presencia de enfoques paradigmáticos se sustituye por una aproximación a las premisas que se deben tomar en cuanta en el análisis paradigmático: la visión del mundo que se obtiene de cada enfoque básico, los actores esenciales y/o las unidades de análisis; y el objeto de estudio de la política exterior.

Ello deja en el debe ciertas inquietudes no menos importantes referidas a: el por qué ocurre el cuestionamiento a los "paradigmas hegemónicos", si ésto se debía a las críticas que miembros de la comunidad académica dirigían a la capacidad del paradigma para explicar las pautas de comportamiento observable en el sistema internacional o si las diferencias eran de otra índole; el por qué de la resistencia a una revolución científica por parte de los paradigmas hegemónicos, si se debió a la estrategia fue recurrir a hipótesis o modificaciones ad hoc para restablecer la credibilidad del mismo o no; y, finalmente, si en la actualidad la forma predominante de entender la disciplina se distanció de los conceptos de crisis y revoluciones científica; y si la imagen de una ciencia caracterizada por la diversidad paradigmática, no como algo provisional sino como algo permanente, pasó a convertirse en el estado normal de cosas.

Por otra parte, el autor entiende que el campo disciplinario se define por la lucha (hacia dentro) por el monopolio y no tanto por la lucha (hacia fuera) por la autonomía. Sobre ese punto de partida, Simonoff, más que hacer taxonomías de debates teóricos o genealogías, trató de revaluar el debate teórico a partir de movidas estratégicas que no siempre tienen que ver con cuestiones científicas basadas en la noción de 'campo'1 de Bourdieu. En ese sentido, no queda claro cuál es el capital específico, en el campo en cuestión, que se trata de acumular: la distribución de capital, las estrategias de conservación o estrategias de subversión. A su vez, cuál es el criterio de legitimidad por imponer y cómo se lograría la instalación de cierto consenso sobre los objetos de disenso.

En definitiva, el aspecto más relevante y la contribución analítica del autor es subrayar la doble inscripción temporal en la cual lo que hacen y dicen quienes producen conocimiento sobre la política exterior argentina, está directamente vinculado con el lugar que ocupan en la estructura de relaciones objetivas que tiene lugar dentro del campo; y que la definición de la política exterior, al margen de la construcción teórico metodológica, no escapa a esta estructura.

 

Referencias

1. Bourdieu, P. (1976) "El campo científico", en REDES Nro. 2, vol. 1, Buenos Aires, 1994.         [ Links ]

2. ----------(2000a). Intelectuales y poder. Buenos Aires, Eudeba.         [ Links ]

3. ----------(2000b). Los usos sociales de la ciencia. Buenos Aires, Ediciones Nueva Visión.         [ Links ]

4. Duroselle, J. (1991) Todo imperio perecerá, México, Fondo de Cultura Económica.         [ Links ]

5. Kuhn, T. (1990) La estructura de las revoluciones científicas, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.         [ Links ]

6. Lefort, C. (1988) Las formas de la historia, México, Fondo de Cultura Económica.         [ Links ]

7. Tickner, A. (2002) Los estudios internacionales en América Latina. ¿Subordinación intelectual o pensamiento emancipatorio?, Bogotá, Alfaomega-Unidades.         [ Links ]

 

Notas

1 El campo científico como sistema de las relaciones objetivas entre las posiciones adquiridas (en las luchas anteriores) es el lugar (es decir, el espacio de juego) de una lucha de concurrencia, que tiene por apuesta específica el monopolio de la autoridad científica, inseparablemente definida como capacidad técnica y como poder social, o, si se prefiere, el monopolio de la competencia científica, entendida en el sentido de la capacidad de hablar y de actuar legítimamente (es decir, de manera autorizada y con autoridad) en materia de ciencia, que está socialmente reconocida a un agente determinado. (Bourdieu 2000a: 76)

 

Información sobre el autor

Leandro Sánchez. Es Licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por la Universidad Católica de La Plata, Magister en Metodología de la Investigación Social por la Universidad de Boloña-Universidad Nacional Tres de Febrero y becario doctoral del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata.

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