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CONfines de relaciones internacionales y ciencia política

versão impressa ISSN 1870-3569

CONfines relacion. internaci. ciencia política vol.7 no.14 Monterrey Ago./Dez. 2011

 

Artículos

 

Conquista y el discurso artificioso en la política peronista femenina

 

Carolina Barry*

 

* Profesora e investigadora de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, Provincia de Buenos Aires, Argentina. cbarry@fibertel.com.ar

 

Fecha de recepción: 15/06/2011
Fecha de aceptación: 8/12/2011

 

Resumen

Este artículo analiza el periódico Conquista, el primer y único órgano oficial del Partido Peronista Femenino (PPF), y servirá de excusa para otear algunos aspectos referidos al lugar que ocuparon las mujeres en la prensa durante el peronismo. El objetivo primordial del PPF consistió en movilizar y organizar a las mujeres, entre otras razones para lograr la reelección de Perón en 1951. En ese sentido, la prensa fue muy útil, ágil y dinámica, pues llegaba a las mujeres de distintos lugares y sectores sociales. En este trabajo propongo observar cómo las mujeres ganaron espacio en los medios de prensa y por otra parte, determinar qué similitudes y diferencias mantenía Conquista respecto de otras publicaciones dedicadas a las mujeres. Al tiempo de observar cómo operó la estrategia política del peronismo: el discurso artificioso.

Palabras clave: discurso artificioso, Conquista, Eva Perón, Peronismo, prensa.

 

Abstract

This article analyzes Conquista, the first and only official the newspaper of the Women Peronist Party (WPP), and serves as excuse to scan some issues concerning the place of women in the media during Peronism. The main objective of the WPP was to mobilize and organize women, among other reasons, to Peron's secure re-election in 1951. In that way, the press was very helpful, flexible and dynamic, for women from different places and social sectors. Thus, the press was very helpful, flexible and dynamic, to reach women in different places and social sectors. This paper proposes to observe how women won places in the media and on the other hand, to identify similarities and differences remained Conquista for other publications for at women. At the same time, this paper proposes to identify similarities and differences between Conquista and other publications for women.

Keywords: Conquista, Eva Peron, Peronism, press.

 

Este artículo analiza el periódico Conquista, el primer y único órgano oficial del Partido Peronista Femenino (PPF) y servirá a la vez de excusa para otear algunos aspectos referidos al lugar que ocuparon las mujeres en la prensa, en la política y la sociedad durante dicho período. El objetivo primordial del PPF consistió en movilizar y organizar a las mujeres para llevar a cabo el plan político más importante al que serían convocadas como partícipes destacadas: la reelección de Perón para un segundo mandato presidencial consecutivo. Su puesta en marcha fue una tarea compleja, si se considera que constituyó el primer intento de formar una organización política masiva desde cero y acotada a las mujeres, quienes no contaban, en general, con una experiencia en estas lides. Los problemas que se presentaban eran de todo tipo: culturales, sociales y territoriales. En ese sentido, la prensa fue muy útil, ágil y dinámica, para permitir llegar a las mujeres de distintos lugares y sectores sociales. La mayoría de los periódicos del país publicaban y promocionaban las actividades que desarrollaba el PPF, y esto los convertía en una suerte de agenda política propia. A las publicaciones de los diarios locales se sumaron, a partir de 1951, las que hacía Mundo Peronista1, pero esta revista actuaba más como organismo doctrinario y de difusión. El primer órgano oficial de prensa del PPF fue Conquista, del que sólo aparecieron cinco números, entre mayo y septiembre 1955 cuando el gobierno fue derrocado por un golpe militar.

En este trabajo propongo analizar cómo las mujeres ganaron espacio en los medios de prensa a través de su participación política, y cómo en este contexto y con objetivos determinados, nace Conquista; y, por otra parte, determinar qué similitudes y diferencias mantenía esta revista respecto de otras publicaciones dedicadas a las mujeres. Este análisis nos permitirá luego adentrarnos en la cultura política que definió ese momento específico de la vida partidaria, entendida como un fenómeno colectivo que concierne a un mismo tiempo a grupos enteros que comparten los postulados, los puntos de vista, las interpretaciones, las propuestas que apelan a los mismos discursos; comparten idénticos signos y participan de los mismos rituales (Llull, 2005, 79).

 

EL PARTIDO PERONISTA FEMENINO

La situación política de la mujer cambió notablemente durante el primer gobierno peronista a partir de dos hechos esenciales. El primero fue la aprobación de la Ley de Sufragio Femenino en 1947, con la consecuente oportunidad de que las mujeres votaran y fuesen votadas; el segundo, la creación del Partido Peronista Femenino (PPF), que buscó su incorporación masiva en la política2. El PPF se fundó el 29 de julio de 1949. Nació como una organización política compuesta exclusivamente por mujeres, que contó con una estructura y células operativas propias y fue crucial para que Juan Domingo Perón obtuviera la reelección para su segundo mandato presidencial. El PPF estaba presidido por Eva Perón3, que alcanzó un poder impensado para una mujer a mediados del siglo XX. El Movimiento Peronista, luego de varias instancias organizativas, quedó constituido por el Partido Peronista, el Partido Peronista Femenino y la Confederación General del Trabajo. De acuerdo con su reglamento general, estaba vinculado "íntimamente" al Movimiento Peronista, pero era autónomo respecto del Partido Peronista que integraban los hombres. Las tres fuerzas que conformaban el movimiento peronista eran independientes unas de las otras, pues en lo inmediato se ocupaban de sectores diferentes y de problemas distintos, aunque las tres persiguieran los mismos objetivos generales. Cada rama tenía sus propias autoridades y su propia organización adecuada a sus tareas específicas, como también sus propias organizaciones celulares: las unidades básicas. Cada una cumplía con distintos objetivos y en la práctica sus funciones y actuaciones políticas eran muy diferentes. A diferencia del Partido Peronista (masculino), se organizó y activó "desde arriba" y tuvo un proceso de formación rápido y, deliberadamente, carente de conflictos.

¿Por qué las sumó separadas del partido de los hombres? Esta situación fue producto de una doble circunstancia que llevó a considerar que la mejor alternativa era crear un partido exclusivo de mujeres. Por un lado, el conflictivo escenario que presentaba el Partido Peronista en sus años iniciales hacía casi impensable integrarlas en dicha estructura. Por otra parte, y simultáneamente, el ascendente papel protagonizado por Eva Duarte de Perón, no ya en su rol de Primera Dama o en el de benefactora social, sino en el de una dirigente política. Su liderazgo, la inexperiencia política de las mujeres y la difícil situación imperante en el Partido Peronista4llevaron a la conformación de un partido político singular. En menos de dos años de ardua organización partidaria, el PPF logró su objetivo político más importante: la reelección de Perón para un segundo período presidencial. Las mujeres llegaron de manera excepcional a esta, su primera elección, y el resultado de su movilización e incorporación al peronismo puede medirse en el 63,97% de votos femeninos que obtuvo el partido oficial el 11 de noviembre de 1951. Las mujeres superaron en cantidad de votos peronistas a los varones en todos distritos, y lograron cifras inusuales que llegaron en algunas provincias al 83%. Al mismo tiempo, numerosas mujeres ocuparon lugares en las listas de legisladores y todas las candidatas resultaron electas: 23 diputadas y seis senadoras nacionales, cifra que, sumada a la de las legisladoras provinciales, dio un total de 109 mujeres votadas. La fuerza política que competía con el peronismo, la Unión Cívica Radical, no incorporó mujeres en sus listas. Otras fuerzas menores, sí lo hicieron, pero no resultaron electas.

¿Cuáles fueron las prácticas que lograron que las mujeres, y los varones también, asintieran a que se integrasen al mundo de la política más allá de la fuerte movilización política imperante? Una estrategia fundamental para lograr dicho cometido fue lo que denominados discurso artificioso. Se trata de un alocución elaborada con arte y habilidad, que a través de la sutiliza en el vocabulario genera moderación o cautela. Pese al tinte aparentemente negativo que sugiere el término artificioso, su cometido no necesariamente tiene un fin malintencionado. En efecto, el discurso artificioso se construyó intentando suavizar el impacto que provocaría en las mujeres y quizás en los hombres también, su ingreso en la vida política. El discurso artificioso sugirió que las mujeres no estaban en un partido sino en un movimiento; no se las afiliaba sino que se las censaba; y que no hacían política sino acción social. También se aplicó en que la principal función de las mujeres era ocuparse del hogar, sin embargo, las funciones partidarias y políticas muchas veces prevalecieron sobre las hogareñas. Lo cierto es que las mujeres estaban convocadas a afiliarse a un partido político justamente para hacer política en una unidad básica femenina, definida como una prolongación del hogar. El mensaje denota una cosa y connota, otra. (Barry, 2009, 121).

Las principales formas de captación de prosélitos desde las unidades básicas femeninas, estuvieron asociadas con tareas de tipo doméstico o "propio de mujeres", lo que de alguna manera implicaría un debilitamiento de su estatus político. Sin embargo, a partir del reconocimiento de capacidades consideradas "esencialmente femeninas" el peronismo logra reconocer a las mujeres como sujetos políticos de pleno derecho –ciudadanas y trabajadoras. En este sentido el estatus público más que debilitado parece fortalecerse, en tanto ganan visibilidad sobre la base de un reconocimiento a sus saberes y capacidades. Aunque, a la par que lo fortalece le establece –a nivel discursivo– límites, tanto para su actuación en el ámbito público como para su posición en el ámbito privado ya que se legitima la división sexual del trabajo hombre trabajador/mujer administradora del hogar. El discurso oficial manifestaba que las mujeres no hacían política sino acción social. Situación que remarca la misma Evita al decir que el movimiento femenino tiene que desenvolver una acción social, intrínseca a las mujeres. Además, la función social actuaría como apoyo de la identidad que las proyectaría políticamente. Sin embargo, esta identificación de las mujeres con el ámbito doméstico (aunque en algunas oportunidades los intereses partidarios y políticos fueron prevalecientes) fue funcional con un tipo de partido carismático puro pues ayudó a evitar el conflicto. Ellas no estarían en el partido por ambiciones personales sino para cumplir con un cometido social, propio de las mujeres. De cualquier manera, si bien esta imagen de la mujer resulta tradicional y conservadora, ajustada a la función "natural" que ocupa en la sociedad, cuando Evita las llamaba a participar activamente fuera del hogar, sin descuidar sus deberes femeninos, rompían con ese rol tradicional.

¿Cuáles eran este tipo de tareas y cómo se conjugaban con la valoración que el peronismo tenía de las mujeres? Si la principal ocupación de una mujer es el cuidado de su familia ¿cómo se articulaba su "función natural" con la actividad partidaria para no entrar conflicto de intereses? Se podría decir que en este punto también se utilizó un discurso artificioso, y el objetivo sería analizar cómo Conquista atravesó dicha tensión.

 

NUEVOS ESPACIOS

En los años cuarenta se editaban en Argentina cerca de cuatrocientos diarios y un número mucho mayor de periódicos y revistas. Hasta la llegada del peronismo, ni las actividades de las mujeres en general ni los asuntos de su incumbencia ocupaban un lugar importante en los periódicos de la época; sus espacios quedaban reservados a las noticias sociales, y eventualmente a las policiales o las relativas al mundo del espectáculo, el hogar y la moda. Salvo contadísimas excepciones, ninguna mujer aparecía en la sección política de ninguna publicación. Las noticias relacionadas con ellas eran pocas, y generalmente estaban dedicadas a las de sectores sociales más acomodados, para dar cuenta de las actividades de alguna "atrevida" sufragista o feminista, o bien de sus "loables" obras de beneficencia. Un nombre que generó sorpresa por su actividad pública, no ya como actriz, fue el de Eva Duarte, cuya foto y presencia ocuparon un espacio cada vez más significativo en la sección política de los periódicos. Ella comenzó a ser protagonista de diversas noticias durante la campaña electoral, cuando acompañaba a Perón en las giras proselitistas –cosa poco frecuente en la esposa de candidato– (Navarro, 1995, 123) y ocupó un lugar cada vez mayor en ellas de acuerdo con las numerosas actividades que comenzó a emprender y sobre las cuales los medios mantuvieron al tanto a la población.

En poco tiempo emergió como una de las integrantes de la "trilogía de la revolución peronista" junto a Perón y Domingo Mercante. Un par de años más tarde, sólo junto a Perón. La presencia de las mujeres en la prensa se hizo muy notoria en esta etapa electoral y luego, cuando, hacia 1947, Evita adquirió Democracia, que daba a conocer todas sus actividades y las que ella consideraba que debían darse a conocer. Su viaje a Europa fue cubierto con lujo de detalles, al igual que su llegada a Buenos Aires y los prolegómenos de la aprobación de la Ley de Sufragio Femenino. Es decir, esta figura que en un inicio aparecía en la sección Espectáculos, por su inicial profesión de actriz, no sólo comenzó a hacerlo en la sección política sino que, incluso, con el tiempo, llegó a ocupar más espacio que numerosos integrantes del gobierno, e incluso más que el mismo presidente Perón.

La presencia que fueron adquiriendo las mujeres obligó a la prensa a dar cuenta de sus actividades –situación novedosa de por sí– durante la campaña electoral que llevó a Perón a la primera presidencia de la Nación. Se las veía asistiendo a actos partidarios de los sectores que apoyaban tanto a Perón como a sus opositores de la Unión Democrática, aunque aún no gozaran del derecho a votar. Sin embargo, estos solían apelar a ellas como una forma de resguardo y virtuosismo, elementos tenidos en cuenta a la hora de sumar voluntades, y así lo hacían saber a través de los periódicos. La Época, que apoyaba abiertamente la candidatura de Perón, acusaba en un editorial del 21 de enero de 1946 a los "diarios oligarcas" de realizar una campaña por medio de la cual pretendían hacer creer a la ciudadanía que las mujeres argentinas respaldaban masivamente a la oposición. Al notar la importancia que en tanto ciudadanas comenzaron a adquirir, distintos sectores políticos hicieron uso de ellas para anunciar posturas políticas, y la Iglesia, incluso, convocó a hombres y mujeres católicas a afiliarse a la Unión Popular Cristiana, que apoyaba la candidatura de Perón5. El laborismo hizo un llamado a través de la prensa en el que convocaba a las mujeres de distintos sectores –en especial a las educadoras– para que se integrasen a las filas del partido6. La Unión Cívica Radical Junta Renovadora, otro de los soportes electorales de Perón, propició la creación de centros cívicos o ateneos barriales femeninos en los que invitaban a otras mujeres a adherirse y participar en una "cruzada de la mujer argentina por la patria y la humanidad, para defender las mejoras sociales y económicas realizadas por Perón"7. El Centro Universitario Femenino Argentino –a cargo de la doctora Haydée Frizzi de Longoni– publicó en los diarios, en los primeros días de enero de 1946, una proclama en apoyo a Perón en la que manifestaba la urgente necesidad de otorgar los derechos políticos a la mujer junto a una convocatoria al estadio del Luna Park a fin de proclamar la fórmula Perón-Quijano, a la que asistieron unas 25.000 mujeres8. Otros hechos de la campaña relacionados con ellas también obtuvieron su espacio, como el de la agresión a dos jóvenes obreras por llevar puesto un prendedor con la imagen de Perón, suceso que ocupó varias páginas de diarios en los primeros días de enero; como también la "Carta de Madres Campesinas a Perón"9; o el apoyo de conocidas cantantes y actrices, como Juanita Larrauri, que emprendió una gira teatral interpretando la obra Arriba los descamisados10. Perón sí, otro no. La nota al respecto, en este caso, no apareció en la sección de espectáculos sino en la de política.

Si bien era habitual que –con distinto grado de detalle y de acuerdo con el signo ideológico de cada periódico– se publicara la actividad partidaria de las distintas fuerzas, las nuevas organizaciones políticas femeninas obtuvieron un espacio novedoso. La sorpresa radicaba en las convocatorias o noticias sobre ignotas mujeres que no tenían apellidos rimbombantes. Algunos ejemplos de estas nuevas protagonistas son Blanca C. de Spósito, encargada del Comité Directivo Central Femenino del Partido Laborista, junto a las delegadas Carmen de Arrieta y Tomasa Neyra Vergara de Reyes; Francisca M. de Velásquez, presidenta de la comisión femenina del círculo de Juventudes 17 de octubre; Celia Borean, dirigente del centro femenino telefónico de una seccional platense; o María Roldán, dirigente de la carne, entre tantos otros11. Todas ellas aparecían con sus apellidos de casadas; se trataba de "señoras". Su función era organizar las ramas femeninas en las delegaciones provinciales, como por ejemplo, en la zona que abarcaba parte de la ciudad de La Plata, noticia que El Día publicó junto con una catarata de nombres de mujeres12. La prensa escrita se convierte para ellas en un espacio de enunciación de actividades, convocatorias; en fin, se trata de una exposición pública nunca antes vista. Una esfera vedada adquiere nuevamente esta idea de apropiación y resignificación de los espacios existentes, tan propia del peronismo.

Durante la campaña electoral apareció una nueva organización política: los centros cívicos femeninos, que perduraron hasta la creación del PPF, en 1949. Los periódicos de la época pronto dieron cuenta de ellos y conformaron un sustancial canal de comunicación e información para las mujeres, que allí anunciaban su intención de "cooperar con la esposa de Perón en su campaña de obra y justicia social", asegurar los derechos políticos de la mujer y afiliar a las simpatizantes13. Sus diversos nombres y actividades florecían en las páginas, que eran utilizadas también para solicitar medicamentos, alimentos, ropa, anteojos para gente necesitada, o para anunciar que dictaban clases de apoyo escolar y de capacitación general dirigidas a las mujeres; además de detallar los horarios de los cursos y su apoyo a la campaña por el sufragio femenino.

La prensa promocionaba estas actividades, las fotos y los nombres de las vecinas del barrio, situación propicia para la murmuración, que corría entre el asombro y la admiración. Nombres nuevos, desconocidos, aparecían en la prensa producto de su actividad. Estos nombres y estos rostros, conocidos para los vecinos del barrio, eran desconocidos para ante un público más amplio, y aún así ganaban lugar en los periódicos. A medida que se organizaban y abrían nuevos locales de agrupaciones políticas y sindicales peronistas, fue surgiendo dentro de ellas la sección femenina, también llamada comisión de damas. El nombre de Hilda Castañeira se hizo habitual en la prensa santafesina, que detallaba sus pasos en la provincia organizando centros, charlas, cursos, etc. Junto con noticias de este tipo comenzaron a aparecer anuncios de los horarios en que se harían conferencias acerca de los derechos políticos de las mujeres, y a publicarse los discursos que las presidentas de los centros cívicos dedicaban al gran movimiento nacional peronista, en los cuales argumentaban, además, a favor del voto femenino. Evita publicó una carta en todos los diarios, en la que instaba a las mujeres a reunirse en la plaza del Congreso a fin de presionar a los legisladores; las demoras en la sanción de la Ley del Sufragio Femenino derivaron en denuncias contra los "enemigos de la mujer argentina", a quienes se los equiparó con los enemigos del pueblo. El público femenino aparecía fotografiado portando pancartas, aunque La Nación señaló que hubo más varones que mujeres en el acto posterior a la sanción. Es decir, la aparición –o no– en la prensa no era un hecho que pasara desapercibido. Al día siguiente de la sanción de la ley, Democracia publicó un mensaje en el que Eva señalaba que la promesa del líder se había cumplido: "Nuestra voz ha sido escuchada" (Perón, 1999, 168). Luego de la amplia cobertura que habían tenido los prolegómenos de la ley, y en especial de la "inagotable" tarea de Eva Perón por lograrla, se anunciaban las formas en que se implementarían el enrolamiento y empadronamiento femenino y los pasos a seguir para obtener la libreta cívica.

 

LAS MUJERES ORGANIZADAS

En 1949, cuando se creó el PPF, miles de mujeres ocuparon el teatro Cervantes y fueron fotografiadas sonrientes, arregladísimas, impecables, perfectamente peinadas y prolijamente maquilladas. Expectantes. Inquietas. El periodismo tuvo el acceso vedado, y toda la información acerca de lo que ocurrió en el acto fue suministrada por la Subsecretaría de Informaciones y Prensa de la Presidencia de la Nación. La importancia de la asamblea femenina fue tal, que La Nación, poco adepto a transmitir novedades de las que el partido oficial fuera protagonista, publicó esta noticia en su tapa.

En este proceso cumplieron un papel fundamental Evita, en primer lugar, y luego, Raúl Apold, de la Subsecretaria de Informaciones y Prensa, tildado el Goebbels del peronismo, que formó el grupo empresario ALEA, que se amplió luego con la adquisición de la mayoría accionaria de la Editorial Haynes y la sucesiva incorporación de matutinos y vespertinos, en un proceso que incluyó presiones, compras, expropiaciones, clausuras de numerosos medios de la Capital y del interior del país. ALEA editaba más de cien diarios y revistas y todas las piezas de propaganda del Partido Peronista. De la misma manera que lo habían hecho con los centros cívicos, el advenimiento de la organización del PPF los llevó a ocuparse de anunciar y cubrir ampliamente la llegada y los pasos de la delegada censista, los lugares donde se realizaría el censo-afiliación de mujeres, las direcciones de las unidades básicas femeninas y, con lujo de detalles, el abanico de actividades que se llevarían a cabo. También era noticia la llegada de la delegada a todos los pueblos del interior de las provincias y el lugar donde se reunirían para realizar los primeros contactos y afiliaciones. Vale decir que los periódicos se convirtieron en una pieza fundamental que colaboró en la organización partidaria. Al punto que los más comprometidos con el peronismo incluían una página cuyo encabezado era, directamente, Movimiento Femenino.

Las censistas debían enviar semanalmente a Eva Perón un informe acerca de la labor y la marcha del partido, una copia de los discursos pronunciados por ellas y recortes de las publicaciones que eventualmente hubiera efectuado la prensa sobre sus actuaciones14. Aunque, según Mary Main, "Eva no compartió la publicidad [...] entre las miles de fotografías publicadas en ese entonces, los únicos nombres que se leen son el de ella misma y el de Perón [...] nunca los de sus colaboradoras en el PPF" (Main, 1955, 180). Si bien es cierto que la propaganda oficial se centraba principal-mente en la exaltación de sus líderes –lo cual responde a las características de un liderazgo carismático– la actividad, los discursos, las inauguraciones y las opiniones de las delegadas censistas estuvieron ampliamente cubiertos por los principales diarios de las capitales de provincia. Incluso, en algunos de ellos lograron hasta a opacar la aparición de informaciones relacionadas con el gobernador de turno.

De diversas maneras, la prensa se convirtió en una aliada insustituible de la actividad política femenina, pues todas las publicaciones, en mayor o en menor medida, daban cuenta de la actividad partidaria. Cuando se realizó el censo, por ejemplo, las delegadas y subdelegadas censistas trataban de llegar a todos los hogares, pero era prácticamente imposible cubrir todo un territorio, o bien los padres o maridos de las mujeres les impedían a éstas entrar en contacto con las actividades del partido. Pero los diarios entraban en el hogar, y con él, las noticias sobre política. La información aparecía en columnas bajo títulos tales como Rama Femenina, Actividad Femenina y luego, el Partido Peronista Femenino. Durante las elecciones de 1951, en que las mujeres votaron por primera vez, los periódicos nuevamente cumplieron un rol significativo al dar cuenta de que, el 11 de noviembre, el hecho más significativo había sido ver el desplazamiento de mujeres por todo el país. Por otra parte, aunque no se abundara en detalles respecto de quiénes eran, al menos los nombres de las candidatas también obtuvieron un lugar preponderante en la prensa escrita.

En 1952, el gobierno implementó un Plan de Austeridad. Uno de los puntos esenciales era el ahorro en el consumo que pasó a manejarse en dos planos: por un lado, cumplir con una necesidad del gobierno peronista de implementar una nueva cultura del ahorro coherente con los postulados del plan y por otro lado, involucrar a toda la población pero, en especial, a las mujeres buscando los canales apropiados, uno de ellos fue las rotativas. (Barry, 2008, 231). La propaganda oficial les habló desde diferentes medios, en especial las revistas femeninas y las publicaciones realizadas por los ministerios involucrados en el plan. Democracia destinaba tres veces por semana un amplio recuadro dirigido a las mujeres para que modificaran o colaboraran en cambiar algunos hábitos de consumo hogareños. Dentro de la sección política, aparecieron notas con diferentes títulos, como "Aprenda a producir y sea útil por partida doble", "Distinguida señora, ir a la feria no es denigrante" o "Comer bien pero sin derrochar"15. Las fotografías que ilustraban las notas eran de mujeres cocinando, cosiendo a máquina y luego luciendo un bello vestido de su propia confección, o haciendo compras en la feria. Nuevamente, y si bien desde un rol absolutamente tradicional, la mujer-ciudadana aparece revalorizada en su accionar como copartícipe del destino de la economía del país. Los periódicos nacionales hicieron las veces de publicaciones partidarias, al menos en temas relativos a la organización y actividades desarrolladas.

 

LAS REVISTAS FEMENINAS

La primera publicación estrictamente femenina fue La Aljaba que apareció en 1830 y estaba dirigida por Petrona Resende de Sierra. Su duración fue corta, tan sólo un año, periodo durante el cual incluyó noticias que hacían al interés de las mujeres y artículos que estimulaban su educación, la elevación cultural y el interés por los asuntos públicos. Aunque otros se referían a los deberes fundamentales de las mujeres y estimulaban la formación religiosa y una sólida moral del género, según concluye Dora Barrancos. En la misma época apareció La Argentina, una publicación que propiciaba no sólo mejoras en la condición de las mujeres en materia de educación, sino también su instrucción política, aunque sin dejar de lado los consejos sobre temas matrimoniales, modas y gustos (Barrancos, 2007, 88/9). En general, las revistas destinadas a las mujeres contemplaban inquietudes netamente "femeninas" –apuntando a un público amplio–, como el cuidado de la casa, los hijos, el marido y, por supuesto, la belleza personal. También las había que se dedicaran exclusivamente a relatar apasionadas y trágicas historias de amor que hicieron llorar a generaciones. Entre ellas, con un criterio muy actualizado y como formal contraste de El Hogar, Damas y Damitas, Maribel y Para Ti16, se encontraba la revista Chicas, dirigida a mujeres jóvenes. En ella se incluía una columna cultural, pero no artículos netamente políticos. Todas incluían notas "sugeridas" por el gobierno a través de la subsecretaria de Informaciones, como la inauguración de alguna obra de la Fundación Eva Perón. A partir de 1952, se hicieron eco de las mencionadas medidas económicas que incluían a las mujeres, y las habituales recetas estaban destinadas a enseñar a cocinar de acuerdo con las directivas del mismo plan del gobierno tanto el de Austeridad como el Segundo Plan Quinquenal. Un ejemplo es el de la revista Cuéntame, una publicación que aparecía en diferentes países del mundo, y en cuyas páginas la mujer hallaría "reflejada su manera de ser, de pensar y de sentir y que interpreta, literaria y gráficamente, episodios de la vida real". Tenía varias secciones: salud, cocina, belleza, labores y, en especial, novelas de amor. La publicidad parecía estar dirigida a sectores medios y medios altos, dado que se promocionaban, por ejemplo, muebles estilo Regencia, tapados de piel, la crema Pond's, recomendada nada menos que por una Eva, pero no la Duarte, sino la "encantadora" Eva Vidal Soler de Peralta Ramos. Dentro del culebrón principal "Cuando él quiere a otra", súbitamente, y mientras la muy norteamericana Evelyn le suplicaba a Paul que la perdonara, aparece un recuadro que ocupa tres cuartos de ambas páginas titulado "Tres razones de una militancia", que comenzaba con una frase de Evita que decía "soy peronista porque...". La lectora veía interrumpida la historia de amor por una suerte de artículo con cuatro fotos de la Eva Perón, ya fuera en la Cruz Roja, en la fundación que llevaba su nombre, propiciando la provincialización de los territorios nacionales o durante un discurso a las integrantes del Partido Peronista Femenino: "inculcando en la conciencia política de la mujer las mismas fecundas inquietudes justicialistas que informan la doctrina y la predica del presidente de los argentinos"17. No deja de ser sugerente que publicaciones de este tipo incluyeran referencias estrictamente políticas, cosa inusual tiempo antes. Sin duda, estas inclusiones respondían, en parte, a la presión que recibían los medios desde la Subsecretaría de Informaciones. Esto da la pauta también de que las políticas de inclusión en el PPF estaban destinadas a mujeres de distintos sectores sociales, y de los métodos utilizados para abordarlas. Allí donde no podía llegar la delegada del partido sí podía hacerlo la revista de novelas, el diario, la revista de modas, etc. La radio también constituyó una herramienta fundamental, aunque no contamos con los elementos necesarios para cuantificar su llegada.

Dentro de las revistas femeninas, pero destinadas a un público más militantes se encontraba Nuestras Mujeres, publicación de la Unión de Mujeres Argentinas (UMA), perteneciente a la rama femenina del Partido Comunista. La revista publicaba noticias y anuncios políticos y una pequeña sección dedicada a "asuntos femeninos" tales como moda y cocina. Su intención era captar a distintos sectores, lo que derivó en una fuerte advertencia realizada desde las revistas de la Acción Católica Argentina sobre el peligro de la filtración comunista tendiente a persuadir principalmente a las católicas a través de la híbrida denominación: UMA. Incluso, bajo el título de "Advertencia Grave" una de estas publicaciones transcribió una noticia aparecida en La Prensa de abril de 1948, en la que se señalaba la forma en que la UMA intentaba atraer a las mujeres católicas, "madres de familia ejemplares y mujeres dignas de sincero respeto" que habían sido víctimas de estos actos de captación comunista18. La denuncia tuvo su eco en los periódicos de la época. Las mujeres y su vinculación con los asuntos políticos ya eran noticia.

 

CONQUISTA

Conquista fue, como se señaló anteriormente, la primera y única publicación oficial de difusión del PPF, creado por el Consejo Superior del Partido Peronista Femenino (CSPPF). Luego de la muerte de Evita, en febrero de 1954 se notificó formalmente el nombramiento del CSPPF del cual Delia Parodi fue su presidenta. Diputada nacional, delegada censista por la Capital Federal y vocal de la Comisión Nacional del PPF y, desde 1953, vicepresidenta primera de la cámara de Diputados, el puesto formal más importante ejercido por una mujer hasta ese momento en Argentina. El CSPPF se convirtió en la autoridad máxima partidaria después de Perón, que continuaba como Jefe Supremo del Movimiento. Las restantes integrantes fueron: secretarias generales de la presidencia, Ilda Pineda y Lidia Echalecu; secretaria política, Nélida Domínguez de de Miguel; secretaria administrativa, Luisa Komel; secretaria de inspecciones, Elsa Chamorro; y secretaria social y cultural, María Rosa B. de Cibrián. Los nombramientos pasaron desapercibidos en los diarios. En una pequeña columna y bajo el título "Declaración del PPF" se anunciaba que las mujeres se movilizaban para participar en la lucha electoral que se avecinaba, y que había quedado constituido el CSPPF, junto con el listado de integrantes19. Las unidades básicas, ajenas al proceso de elección, recibieron la notificación en el mes de marzo. Una de las funciones del flamante Consejo Superior fue redactar el primer reglamento general del Partido Peronista Femenino, que se dio a conocer en julio de 1955, por lo cual poco o nada se pudo implementar de él. Fue el Consejo Superior el que creó y dirigió Conquista, que no constituyó su primer intento de crear un órgano partidario. En 1954 había aparecido fugazmente Voz Femenina, periódico no oficial del partido. En algunas provincias, durante 1952 y 1953 apareció una publicación quincenal llamada Doctrina Peronista, en la que se daba cuenta de la marcha del gobierno y el partido. En cada entrega se le dedicaba una página especial al PPF y a la actividad de la delegada del partido y las que se llevaban a cabo en las unidades básicas.

No es un dato menor que las mujeres contemporáneas a Conquista no recuerden datos del periódico20; Nélida de Miguel, integrante del Consejo de redacción y numerosas veces fotografiada en la revista, no recuerda ni siquiera de que existiese21. La revista apareció poco antes que el gobierno fuera depuesto y, seguramente, el año 1955 sólo existe en el recuerdo por los sucesos devenidos; es decir, el derrocamiento de Perón. Más allá de este curioso dato, Conquista se imprimía en el taller de La Prensa, diario que había sido expropiado por a sus originales el gobierno dueños. La redacción y la administración funcionaban en las oficinas del CSPPF, en la ciudad de Buenos Aires.

Conquista fue presentado como un periódico quincenal ilustrado, aunque su aparición no fue regular – el clima político no lo permitía– y sólo se alcanzaron a editar cinco números22. De los cuales sólo se han podido consultar dos, los que se analizan en este trabajo de manera indistinta. El primero data del mes de mayo de 1955. La elección de la fecha de salida del primer número no fue elegida al azar, sino que se buscó que coincidiera con el 7 de mayo, fecha de nacimiento de Evita. Conquista refiere a los derechos políticos de la mujer, alcanzados "gracias a la acción de Evita". Su mismo nombre, de alguna manera, resulta anacrónico, pues la "conquista" ya había sido lograda y probada en tres elecciones nacionales; quizás, sí, quedaban otras Conquistas nacionales por alcanzar, que no se desprenden de las páginas analizadas. El nombre estaba destinado a perpetuar la obra e imagen de la líder. No se ven en sus páginas nuevos postulados, sino más bien una reafirmación de los ya alcanzados. Tampoco hay una clara referencia a lo que significó la posterior organización política de las mujeres y sus triunfos electorales. Podría sugerirse que esta denominación, aparentemente atrapada en lo simbólico, sintetiza estos procesos. También es interesante que en el nombre no se apelara directamente a Evita, aunque sí aparecieran muchas de sus imágenes, dichos y hechos en el interior de la publicación.

Conquista –que contaba con dieciséis páginas y se distribuía en toda la nación a un precio de un peso con cincuenta centavos– presentaba una carga simbólica importante, nucleadora y que no buscó ser superada. La publicidad era escasa: de los números consultados, la única permanente es la de Medias París y, casi como un contraste, ocupando más espacio, los sobretodos Thompson y Williams: "una prenda moderna para el hombre moderno". Ese hombre "moderno" que aceptaba de alguna manera que las mujeres comenzaran a compartir espacios con él. Sin embargo, la publicidad que más llama la atención es la de los servicios en su estudio particular de la doctora Juana Ulisky, que se presentaba como abogada del PPF y "especialista en asuntos de familia, divorcio, filiación y sucesiones", en consonancia con la nueva legislación23y los hombres de sobretodos modernos; al tiempo que el teatro Apolo promocionaba una comedia con reconocidos artistas como Leonor Rinaldi y Enrique Serrano.

El periódico se presentaba como representativo del PPF y, según se menciona en sus páginas, la idea no era hacer una publicación de carácter estrictamente político ni un periódico más, sino conseguir el "milagro" de aunar en una sola revista todos los matices de la inquietud femenina; es decir, que la mujer encontrara en ella todo lo que le interesaba, todo lo que hablara a su espíritu, a sus gustos, a sus preferencias y, por sobre todo eso, algo que la fuera identificando cada vez más con la Doctrina Nacional, con los postulados sociales, económicos y políticos de "nuestro líder, el general Perón (encarnación viviente de la Patria) con Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación que desde la Inmortalidad nos guía y nos alienta, y con el PPF". El nombre hablaba por sí solo, era hijo de la "Gran Conquista" de la sublime mártir del trabajo: los derechos políticos de la mujer, cumbre de todas las demás "Conquistas" por ella logradas para manumitir a la mitad de la población de la república de su inferioridad social y para consolidar con el calor de la voluntad de las mujeres todo lo que hizo por los niños, los ancianos, los enfermos, los incapaces y los desposeídos y los trabajadores de la Patria24. La columna titulada "Por el camino señalado" hacía una suerte de racconto de los derechos políticos alcanzados por las mujeres gracias a Eva Perón, que se estaban plasmando también en el ejercicio de magistraturas judiciales y cargos superiores en poderes ejecutivos "dando oportunidad a las mujeres del PPF para demostrar la lealtad y desinterés con que por ellas fue abrazada la bandera del peronismo". Los espacios adquiridos seguían siendo una derivación y proyección de los que había conseguido Evita para las mujeres. No se trataba de un logro propio sino de una concesión de la líder.

Según rezara en sus primeras páginas estaba dirigido a todas las mujeres argentinas. Si bien la idea no era hacer una publicación estrictamente política, como señalo más arriba, se buscaba divulgar las obras realizadas en las unidades básicas femeninas y se invitaba a plantear sus inquietudes a quienes robaban horas al descanso para trabajar en el partido. Este tipo de "promoción" del trabajo en las unidades básicas femeninas había caracterizado a Mundo Peronista desde su aparición, en 1951. Ahora bien, al menos mientras Evita vivía, esta publicación sólo podía hacer mención de las actividades que se realizaban en los locales partidarios femeninos. En cambio, actuaba como un nexo de instrucciones para la organización masculina. Al morir Evita, Mundo Peronista trató de apropiarse de ese espacio brindando respuestas en instancias inorgánicas, situación impensable mientras ella vivía. El Consejo Superior del Partido Peronista, del cual formaba parte Evita, no tenía ninguna facultad sobre el PPF. Mundo Peronista, como órgano de difusión de la Escuela Superior Peronista, quedaba en la misma situación.

Una ojeada general permite observar que la mayoría de los artículos no tenían firma, o mejor dicho, todos los de carácter político eran anónimos, aunque es probable que hayan sido redactados por las integrantes del CSPPF. La responsable de la redacción general fue Amelia Monti. Las secciones que buscaban hallar el "milagro" podrían dividirse en las estrictamente políticas y las que hacían a los "intereses femeninos". Lo que llamaban "milagro" no sería otra cosa que lo que desde el principio del PPF dimos en denominar discurso artificioso. La impronta política era la preponderante en la publicación, más allá de que en el periódico se trataran otros temas de interés para la mujer. Se mostraba como necesaria la inclusión de temas más frívolos. A diferencia de los temas políticos o de propaganda mechados en las publicaciones femeninas mencionadas en las secciones anteriores, ahora el punto principal se traslada a la política, pero edulcorado con la inclusión de temas femeninos más tradicionales: moda, salud y belleza, novelas, y hogar.

 

LAS COLUMNAS

Los artículos que no eran estrictamente políticos como los mencionados eran redactados por personalidades reconocidas en los medios de la época. Es decir, se trató de jerarquizar y hacer atrayentes las secciones dedicadas a los "intereses de la mujer". Los pocos ejemplares aparecidos no nos permiten dilucidar si dichas personalidades hubieran quedado a cargo de las secciones fijas, o si se trató simplemente de colaboraciones esporádicas. Los artículos dejan entrever una suerte de compromiso o cierta insinuación realizada a las columnistas para que introdujeran en ellos también algún mensaje con tono político, objetivo que fue cumplido con mayor o menor entusiasmo. De la sección titulada "Pantalla", donde se incluían chismes, estaba a cargo de Elsa Quintana, quien manifestaba su emoción de escribir en estas páginas junto a tantas mujeres que, como ella, tenían algo que decir a otras mujeres. En la sección dedicada a estrenos cinematográficos, titulada "Micro Film", en general las películas reseñadas hacían referencia a mujeres, como La Quintrala, "la mujer más extraña y terrible en la historia de las Américas"; y La delatora, una película de suspenso donde el amor y la ambición se enfrentan. Pareciera que ambos estrenos se hubiesen puesto de acuerdo con las implicancias que la vida política femenina cobraba por aquellos años, sobre los que volveré más adelante.

No faltaba la ironía de quien luego se consagraría como la tía Valentina, quien hacía referencia a la Sisebuta (mujer o esposa dominante) y, con un tono humorístico, señalaba que la mujer del momento era un ser libre que actuaba para sí y que generaba el clima de una familia, de una nación, de un continente, de una vida; a diferencia de las abuelas, que vivían en un mundo aparte fabricado por quienes las alejaban de su independencia y pensamiento. La idea que se transmite en estas páginas es que todas las mujeres tiraban para el mismo lado.

Una sección de belleza hacia hincapié en la forma de pintarse los labios armoniosamente. Una pequeña columna de cocina presentaba platos sin hacer caso a las indicaciones del Segundo Plan Quinquenal sobre el que tanto se había machacado desde 1952. En los números consultados, la sección más relevante es la mencionada Micro Film, a la que se le dedicaba una página entera; mientras que la de cocina ocupaba sólo una pequeña columna.

Por supuesto, también había una parte dedicada a la moda, escrita por el primer modisto de Evita, Paco Jamandreu, que publicaba los bocetos de los espectaculares y cargados diseños iniciales de Eva Perón: corset bordado con flores aplicadas y perlas que continuaban sobre la gran falda. A este diseño el modisto, irónicamente quizás, lo denominó María Antonieta, aquella a quien le cortaron la cabeza... Los vestidos que ilustraban las páginas lejos estaban de ser acompañados por los moldes respectivos para que las hacendosas señoras pudieran copiarlos en sus casas. Es muy probable que ni siquiera pudieran pensar en utilizarlos en alguna fi esta en toda su vida. Es decir, era un diseño para contemplar, soñar, y por qué no, también para hacernos recordar la época de mayor esplendor y ostentación de Evita y del peronismo. Quizás buscase representar el símbolo de inclusión de la Nueva Argentina, en la que el lujo y la abundancia constituían una reivindicación para los pobres.

Nené Cascallar entregaba en episodios la novela Mi pecado está siempre delante de mí..., un culebrón al que no le faltaba ningún condimento y cuyo título despertaba alguna que otra duda. Demás está decir que mantenía las características de las novelas de la época, absolutamente deserotizadas a diferencia de las que aparecieron en décadas anteriores25. Nelly Alza, una conocida comentarista de espectáculos, contaba curiosidades de las "estrellas". También había una sección dedicada al deporte. En los números analizados aparecen notas sobre fútbol masculino y otras sobre la atleta argentina Isabel Avellán; y un artículo nada menos que de la actriz, compositora de tangos y comentarista deportiva Natty Paredes, titulado "La mujer puede ser madre y deportista a la vez", donde recalca la importancia de la actividad física y la posibilidad que tienen ahora las mujeres de trabajar en su hogar, en una oficina o una fábrica, y de estudiar; pero también de hacer deportes y tener hijos. Además, señala que las mujeres en la Argentina descuellan en diversas actividades gracias a la acción emprendida por Eva Perón y al apoyo del Primer Deportista Argentino: el General Perón.

María Ofelia, una reconocida periodista que conducía un programa de radio llamado El club de las mujeres, escribía una sección denominada "La mujer y la vida" donde, sostenida nada menos que por reflexiones de Mahoma y Nietzsche, decía que si bien la mujer le disputaba al hombre espacios que antes le eran propios, seguía siendo como "arcilla fácil para las manos experimentadas del hombre". Arcilla que podía modelarse para bien o para mal; o para anularla o para exaltarla a superarse. "El secreto: entregarse dócilmente a la mano guiadora que Dios pone en nuestra vida". En otro número, avanzó un poco más y tituló: "Juventud, divino tesoro..." y "No importan los años", muestran una crítica a quienes trataban de hacerse los jóvenes "vistiéndose como ellos o tratando de seguirles el tren de vida". La lectura de esta nota, sin hacer grandes esfuerzos, remite a las públicas y reiteradas apariciones de Perón en su moto o en su auto descapotable, acompañado de niñas de la Unión de Estudiantes Secundarios y usando la infaltable gorra "pochita", que numerosas investigaciones y denuncias despertó por supuesta corrupción de menores.

 

SERÁS LO QUE DEBAS SER...

El discurso artificioso se vio plasmado en esta, la versión peronista de Maribel, Cuéntame o Para Ti, en que la política se filtraba en mayor o menor proporción con los temas "esencialmente femeninos"; en algunas ocasiones deliberadamente y en otras, de manera "espontánea". Entrando en las primeras páginas, las referidas a la política en sí misma, se observa un apartado denominado "Mujeres empresarias", otro dedicado a las actividades del partido a nivel nacional; y otro, a la actividad de las mujeres de los gremios adheridos a la Confederación General del Trabajo. También tenían su espacio en la revista las ramas femeninas de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y la Confederación de Estudiantes de Institutos Especializados (CEDIE).

En el primer número apareció el sugerente "Decálogo de la mujer argentina", que rezaba, a modo de acto de contrición antes de dormir:

1. Serás buena esposa y buena hija, mejor madre y maestra.

2. Deberás ayudar a todo ser que pida de ti, ayuda moral, espiritual o material, a la medida de tus fuerzas.

3. Inculcarás en tus hijos las virtudes más sagradas y harás que su patria y el bien de sus hermanos de suelo, sea tu meta diaria.

4. No atacarás a nadie y menos aún a otra mujer, debiendo constituirte en su defensora leal y honesta.

5. No derrocharás, para evitar así que falte a otro, lo que a ti pareciera sobrarte.

6. Colaborarás o participarás en la enseñanza primaria de quien lo necesitare, solicitando ayuda a la unidad básica más próxima del necesitado, luchando así por desterrar el analfabetismo de tu pueblo.

7. Te interiorizarás concienzudamente de todos los preceptos y conceptos fundamentales encerrados en nuestra Doctrina Nacional, convirtiéndote así en un agente más de esa profunda y cristiana doctrina que va conformando un pueblo organizado, productivo, culto y patriota.

8. Apoyarás en todo su esplendor y empuje la obra de gobierno de la Nueva Argentina.

9. Denunciarás a quien corresponda, cualquier trasgresión a las leyes de la Nación, no haciéndote partícipe ya por inocencia o temor de falta de respeto público o encarecimiento del diario vivir.

10.Harás una recapitulación de tu día, si en él has podido hacer realidad una sola obra de bien en provecho ajeno, si te sientes feliz de tu día laborioso, honesto y efectivo, puedes considerarte una mujer feliz y merecedora del cariño y el respeto de los tuyos y lo que es más, segura de ser una mujer argentina merecedora de nuestras virtudes tradicionales y Conquistas actuales26.

En este decálogo se sintetiza todo lo que el partido o el gobierno esperaban de una mujer hacia 1955, pero que de alguna manera ya se gestaba desde el inicio de la movilización femenina. Además de cumplir con sus deberes como esposa, madre e hija, también se la instaba a cumplir la función de la mujer-educadora, pero no sólo ya de sus hijos sino también de la comunidad con sentido político y social; es decir, potenciaba su función "natural" en una función de carácter social con implicancias políticas. Por otra parte, revalorizaba su función de educadora, al imponerle una meta noble: "desterrar el analfabetismo de tu pueblo", pero desde una unidad básica, lo que da cuenta del carácter político de su misión. Además, se la consideraba desde sus funciones pero no en tanto mujer-ciudadana. La mujer se presenta como un ser áureo que debe ayudar a los demás de manera espiritual o material; es decir, que cumpliese las funciones de Evita en su desprendimiento por los demás. El mensaje de entrega y solidaridad con el prójimo con especial virtud y ejemplo no deja de tener un fuerte aire de familia con el catecismo de la Iglesia Católica y también con la organización femenina de Falange española.

Las mujeres debían evitar los conflictos, las disputas de poder dentro del partido o el "caudillismo". El decálogo revaloriza la función de la mujer como copartícipe de las políticas de gobierno tanto en su función de defensora de la Doctrina Nacional, como de denunciante de lo que ella considerase que obraba en detrimento del Gobierno y la Nación; sin descuidar, además, su misión de reguladora del consumo y el gasto hogareño que propiciaba el Plan de Austeridad y el Segundo Plan Quinquenal de gobierno, visto anteriormente. Todo esto en clara consonancia política. Vale decir, las funciones "naturales" femeninas permanecen intactas, pero adquieren relevancia política y una visibilidad e importancia impensadas en años anteriores. La mujer no se desprende ni un ápice de su función natural, pero a ésta debe incorporarle también su función política, en lo que constituye para ella la triple jornada: trabajo, hogar y política.

Hay otro punto que no deja de ser inquietante. El decálogo que comenzaba como un acto de constricción religiosa: "serás buena esposa...", en uno de los puntos finales exige: "denunciarás...". Esto se enlaza con el rebrote de las acciones de las mujeres comunistas agrupadas en la UMA y las de sectores católicos, que llevaron a las subdelegadas a incorporar en las unidades básicas una nueva función. Debían informar. Hasta ese momento, las pesquisas de este tipo se realizaban de forma general y sobre los partidos opositores, pero nunca tan precisamente sobre las agrupaciones femeninas adversarias que, a juzgar por su inclusión en el reglamento del partido, es probable que estuvieran accionando de manera más intensa. Pero las adversarias no eran sólo las comunistas sino también las organizadas en Acción Católica. Los sacerdotes tampoco escaparon a la "vigilancia" de las mujeres del partido. En efecto, ellas no sólo debían vigilar a los comerciantes especuladores e inescrupulosos sino también a los curas. No era fácil la situación a la que se exponía a las mujeres, sobre todo teniendo en cuenta que en su gran mayoría eran católicas practicantes. De cualquier manera, una cosa era denunciar al almacenero o a las comunistas; otra muy distinta, al sacerdote. Dos ámbitos importantes de incursión femenina, como el lugar donde abastecer a la familia y el religioso, pasaron a ser espacios donde se pretendía que la mujer peronista virara a prácticas que probablemente hicieran vacilar a más de una.

Todas las páginas estaban mechadas con frases rectoras de Perón o Eva Perón. Para el ejemplar número uno, la senadora y poetisa chaqueña María del Carmen Casco de Aguer, redactó la poesía ¡Bendita seas!, en la que asemeja a Evita con la Virgen María, y que en una de sus estrofas llegó a decir: "¡si eran ojos de Santa que traían el lenguaje de Dios! Yo escuché de tus labios la palabra: fuego, caricia, beso y oración. ¡Oh tú, palabra clara, hermana mía, Evangelio de Paz y de perdón! [...] ¡Bendita Eva Perón!"27.

Quizás sea interesante reflexionar que, junto con el pedido de Perón y el decálogo de la buena mujer, se mezclase este poema con el cual no por vez primera el peronismo irritaba a la Iglesia con sus basamentos de religión política.

En mayo de 1955 las instalaciones del partido fueron atacadas, y destruidos el consultorio y el salón de actos del Ateneo Cultural. Conquista debió dedicar su segundo número a estos ataques: malos eran los augurios que se avecinaban. El PPF emitió un comunicado en el que manifestaba que las mujeres peronistas enfrentaban la emboscada del enemigo con la "certera confianza en el camino señalado por la abandera de los humildes y con fervor definitivo por Perón". Ahora bien, ¿a quién estaba dirigido Conquista? ¿Quiénes eran sus lectoras? Entiendo que, en primer lugar, las mujeres, las amas de casa, las militantes, las delegadas y subdelegadas del PPF; esas serían las lectoras "reales". Pero, por otra parte, también estaba la lectora "anhelada"; es decir, a quiénes y a cuántos el aparentemente ingenuo e inocente Conquista buscaba llegar con el sinnúmero de alabanzas a sus líderes. Si bien se logró el "milagro" de "aunar en una sola publicación todos los matices de la inquietud femenina [...] y, por sobre todo eso, algo que la vaya identificando cada vez más con la Doctrina Nacional [...]", es posible que el cerco de difusión, el lector "real", estuviera ampliado, incluso para propios y ajenos. Podría sugerirse que Conquista, de alguna manera, bajo el manto de un periódico de neto corte ditirámbico y evocativo, haya sido una vía de escape para decir ciertas cosas que no podían decirse en voz alta. También que logró bajar el discurso artificioso a prácticas bien concretas, como el decálogo, donde no quedan dudas de cuál es el perfil de mujer que buscaba construir el peronismo. Una mujer que no escapa a sus roles "naturales" pero que se politiza dentro de un proyecto político amplio. Es decir, su rol su restablece en uno diferente.

 

CONSIDERACIONES FINALES

Entre las tantas implicancias que tuvo la llegada de Perón al poder, hay una que quizás ha pasado un tanto desapercibida, y que es el lugar que las mujeres comenzaron a ocupar en la prensa en aquella época: la mujer se convierte en noticia. Su presencia pasa a ser, al fin, un hecho divulgado. No podemos decir que no hubieran tenido un lugar anteriormente; pero sí que éste se limitaba a otras secciones, bien lejanas a las primeras páginas que ocupa la política, y que quienes arribaban ahora a ellas eran mujeres anónimas, sin apellidos rimbombantes ni abolengos que mostrar. Mujeres interesadas "simplemente" en la política. Desde las jornadas que desembocaron en el 17 de octubre de 1945, su presencia en diversos espacios fue en aumento y la prensa lo reflejó: ocupando calles, convocando a actos electorales, organizando centros cívicos exclusivos para ellas, invitando a actividades y conferencias sobre la necesidad de existencia de una ley que les permitiera votar y ser votadas. Y así sucesivamente, hasta llegar a ocupar espacios inusuales con la creación del PPF, como la campaña electoral en que votaron por primera vez y tantas otras situaciones mencionadas a lo largo de este trabajo. El Partido Peronista Femenino contó, durante sus primeros años de existencia, con todos los medios periodísticos a su disposición para transmitir, hasta los lugares más lejanos, las novedades partidarias. No se trataba de publicaciones propias de las mujeres, sino de espacios apropiados quizás por la presión oficial y que se ocupaban a modo de "noticia" dentro de los periódicos de la época. Estas publicaciones eran los medios de comunicación de masas más importantes en la época moderna y el peronismo supo aprovechar esta situación. Sus páginas daban cuenta de las noticias más importantes de la vida nacional, provincial o local, según fuera el caso. Lo que se decía, lo que no se decía y la forma en que se decía sensibilizaban la subjetividad de diferentes sectores. No llama la atención que el peronismo haya tratado de influir sobre lo que se escribía, y de recortar aquello que no le fuera funcional (Contreras, 2007, 186).

A las publicaciones de los diarios locales se sumaron, a partir de 1951, las que hacía Mundo Peronista, pero esta publicación actuaba más como organismo doctrinario y de difusión, y se utilizaba también para transmitir información y políticas del Partido Peronista masculino, no así del femenino. Por otra parte, las revistas exclusivas para mujeres, donde se ponían de relevancia, claramente, "sus intereses" naturales, comenzaron a filtrar la política en medio de novelones y recetas de cocina para ser "cooperadoras económicas" del gobierno, entre otras cosas.

Conquista se propone alcanzar el "milagro" de aunar en una sola publicación todos los matices de la inquietud femenina, entre los que se encontraba también y en gran parte, la política. No ya filtrada sino concretamente presente. De alguna manera, lo que en parte parece una revista "típicamente femenina", por otra, entra de lleno y sin reparos en cuestiones bien determinadas. Por momentos parece cándida, pero lejos está de guardar esta característica. Dicho de otra manera, la lectora de Conquista no es una mujer de medias tintas, aunque así lo sugiriese una primera impresión. En definitiva, todos los artículos, de una u otra manera, terminan refiriendo a la Doctrina Peronista y al involucramiento político. No se opone a los propósitos iniciales del partido que se dio a través de un discurso artificioso. Un discurso que, elaborado con arte y habilidad, a través de la sutileza generaba cautela, y que se construyó como un intento de suavizar el impacto que provocaría en las mujeres (y quizás en los hombres también) su ingreso en la vida política. Este discurso sugirió que las mujeres no pertenecían a un partido sino a un movimiento; no se las afiliaba sino que se las censaba; no hacían política sino acción social. También fue aplicado cuando se señaló que la principal función de las mujeres era ocuparse del hogar, y que las cosas que aprendían en la unidad básica reforzaban sus conocimientos de las tareas hogareñas. Sin embargo, las funciones partidarias y políticas en muchas ocasiones prevalecieron sobre las domésticas. En cierta forma, Conquista incorpora esta marca, pero daría la impresión de que va generando un cierto desequilibrio en el balance. La política no se filtraba casualmente, sino que estaba bien presente. Al punto en que, al menos por un tiempo y con límites de todo tipo, la Conquista fue que la mujer comenzara a ser noticia política. El discurso artificioso que como tal quedaría en ese plano discursivo, aunque se traduzca en prácticas concretas, en Conquista pasa a plasmarse a un ámbito definido y determinado donde no quedan resquicios para dudar del involucramiento que se esperaba que tuviera la mujer en la política peronista.

 

Referencias

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2. Barry, C. (Comp.). (2011). Sufragio Femenino. Prácticas y debates políticos, religiosos y culturales en Argentina y América Latina. Buenos Aires: Eduntref.         [ Links ]

3. Barry, C. (2009). Evita Capitana, el Partido Peronista Femenino 1949-1955. Buenos Aires: Eduntref.         [ Links ]

4. Barry, C. (2008). "El consumo como doctrina en el Partido Peronista Femenino (1952-1955)". En Laura Masson y Luciano de Privitello (Comps.). Política y compromiso militante. Tandil: UNICEN.         [ Links ]

5. Contreras, G. (2007). "Los trabajadores gráficos, la prensa y la política durante el peronismo". En María Liliana Da Orden y Julio César Melón Pirro (Comps.). Prensa y peronismo. Discursos, prácticas, empresas, 1943-1958. Rosario: Prehistoria.         [ Links ]

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7. Mackinnon, M. (2002). Los años formativos del Partido Peronista. Buenos Aires: Instituto Di Tella – Siglo XXI de Argentina.         [ Links ]

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9. Navarro, M. (1995). Evita. Buenos Aires: Corregidor.         [ Links ]

10. Perón, E. (1999). Mensajes y Discursos. Buenos Aires: Hernandarias.         [ Links ]

11. Sarlo, B. (1985). El imperio de los sentimientos, narraciones de circulación periódica en la Argentina. Buenos Aires: siglo XXI Editores.         [ Links ]

 

Diarios y Revistas

1. La Época

2. El Día

3. La Acción

4. La Nación

5. Cuéntame

6. Conquista

7. Vosotras.

 

Notas

1 Mundo Peronista fue el órgano de adoctrinamiento y difusión de la Escuela Superior Peronista que se publicó quincenalmente desde julio de 1951 hasta septiembre de 1955. Su director era Raúl Mendé.

2 Todas las referencias relativas al Partido Peronista Femenino fueron extraídas de Barry, C. (2009). Evita Capitana, el Partido Peronista Femenino 1949-1955. Buenos Aires: Eduntref.

3 A lo largo del trabajo se nombrará indistintamente Eva Duarte, Eva Perón, Evita o Eva, sin tener en cuenta que tales apelativos responden a distintos momentos y demandas históricas, cuyo análisis excede el marco de este artículo.

4 Sobre este tema ver Mackinnon, M. (2002). Los años formativos del Partido Peronista. Instituto Di Tella – Siglo XXI de Argentina. Buenos Aires.

5 La Época, Buenos Aires, 22 de enero de 1946.

6 Ibíd., 16 de enero de 1946.

7 Ibíd., 30 de enero de 1946.

8 Ibíd., 15 de enero de 1946.

9 Ibíd., 5 de enero de 1946.

10 "Descamisados" fue una de las formas de referirse a los seguidores de Perón.

11 Información obtenida de los diarios La Época y El Día de La Plata desde octubre de 1945 a febrero de 1946.

12 El Día, La Plata, 12 de diciembre de 1945.

13 La Acción, Rosario, 12 de marzo de 1947.

14 PPF, Presidencia, Circular 2, noviembre de 1949.

15 Artículos aparecidos en Democracia, Buenos Aires, entre agosto de 1952 y noviembre de 1953.

16 La revista El Hogar fue una publicación dirigida a un público netamente femenino. Comenzó a publicarse en 1904 por la editorial Haynes. Damas y Damitas apareció en 1938 y tenía una circulación semanal. Para Ti apareció en 1922, como una revista destinada a la mujer, tenía una circulación semanal y estaba editada por Editorial Atlántida. Maribel apareció en 1931.

17 Cuéntame, Buenos Aires, 1 de agosto de 1951, pp. 38 y 39.

18 Los boletines de la Acción Católica Argentina dedicaron desde septiembre de 1946 varios números a denunciar este tema.

19 La Nación, Buenos Aires, 18 de febrero de 1954.

20 Datos extraídos a partir de 30 entrevistas realizadas por la autora a integrantes del PPF entre 1999 y 2010.

21 Entrevista realizada por la autora.

22 Luego del golpe de estado que provocó la caída del gobierno de Juan Domingo Perón en septiembre de 1955, los integrantes de la Revolución Libertadora, tal el nombre del nuevo gobierno militar, obligaron a quemar todos los archivos y documentación de los años del peronismo. También se prohibió por decreto 4161, la utilización de símbolos y propaganda peronista e incluso encarcelar a quienes mencionaran su nombre, el de Eva Perón, o cualquier institución relacionada con el peronismo.

23 En 1954 por iniciativa del peronismo se aprobaron las leyes de divorcio y la de equiparación de los hijos nacidos fuera del matrimonio.

24 Conquista, Buenos Aires, mayo de 1955.

25 Sobre folletines de la década del 20 y 30 ver: Sarlo (1985).

26 Conquista, mayo de 1955, p. 3.

27 Conquista, mayo de 1955, p. 4.

 

Información sobre la autora

Carolina Barry. Licenciada y doctora en Ciencias Políticas. Profesora e investigadora UNTREF y CONICET. Compiladora de El Sufragio Femenino. Prácticas y debates políticos, religiosos y culturales en la Argentina y América Latina, 2011. Autora de Evita Capitana, el Partido Peronista Femenino, 1949-195, 2009. Coeditora de La Fundación Eva Perón y las mujeres: entre la provocación y la inclusión, 2008. Secretaria general de la Red de Estudios del Peronismo y Directora del Programa de Estudios de Historia del Peronismo (UNTREF).

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