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CONfines de relaciones internacionales y ciencia política

versión impresa ISSN 1870-3569

CONfines relacion. internaci. ciencia política vol.2 no.3 Monterrey ene./may. 2006

 

Communitas

 

Estambul: un espacio para la confrontación de temas y enfoques

 

Luz Araceli González Uresti*

 

First Global International Studies Conference. Bringing International Studies Together: Contrasting approaches & agendas, Estambul, Agosto 2005.

 

* ITESM, Campus Monterrey. laguresti@itesm.mx

 

El estudio de la realidad internacional ha sido, durante ya varios siglos, objeto de preocupación de diversos analistas que desde múltiples perspectivas han buscado dar explicaciones a la compleja trama de interacciones que se desarrollan en el ámbito mundial. A la luz de la Filosofía, la Historia, el Derecho, o la Ciencia Política y, particularmente a partir del siglo XX desde el ámbito disciplinario de las Relaciones Internacionales, destacados pensadores, teóricos y estudiosos han formulado propuestas tendientes a dar cuenta de la dinámica que mueve a los distintos actores de la sociedad internacional, ya sean éstas de índole político, económico o social y desde posiciones que van desde el conflicto abierto hasta esquemas múltiples de cooperación.

La permanente búsqueda de explicaciones en torno a los procesos internacionales así como el intercambio de experiencias en investigación ha motivado la creación de diversos foros académicos como seminarios, simposium, conferencias, encuentros, coloquios, tanto de carácter regional o incluso cuya convocatoria es a nivel mundial con el ánimo de que intelectuales y analistas de las más diversas latitudes converjan y así conocer y evaluar los avances de la disciplina.

En virtud de lo anterior es que del 24 al 27 de agosto de 2005 se llevó a cabo la First Global International Conference (FGIC) convocada por el World International Studies Committee, (WISC) en Estambul, Turquía. El evento llevó por título: 'Bringing International Studies Together: Contrasting approaches & agendas'; siendo sede del mismo la Istanbul Bilgi University. El WISC, con el aval de más de 20 asociaciones en la materia, entre las que destacan: la British International Studies Association (BISA), International Studies Association (ISA), Israeli Association of International Studies (IAIS), Russian International Studies Association (RISA), y la Mexican International Studies

Association (MISA por sus siglas en inglés de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales, AMEI), entre otras asociaciones similares de Turquía, China, Hungría, Corea, Japón y demás países y regiones del mundo, convocó a diversos especialistas y estudiosos de las relaciones internacionales y la política mundial a fin de intercambiar ideas, compartir experiencias y exponer avances de investigación respecto a las diversas áreas concernientes a los asuntos mundiales; asimismo fue un espacio para debatir posiciones y presentar visiones alternativas que en conjunto constituyen el "estado del arte" de los estudios internacionales en los que se pudo observar el abordaje de diversas problemáticas que abarcaron desde las cuestiones de carácter epistemológico, hasta los llamados "nuevos temas" que configuran la agenda internacional.

El programa incluyó conferencias magistrales, mesas redondas plenarias, y un total de 300 paneles, en los que entre cuatro y cinco ponentes presentaban sus trabajos, teniendo un total de más de mil expositores, representantes de todos los continentes y de una muy amplia gama de instituciones educativas tanto públicas como privadas, además de Centros e Institutos de Investigación.

Tal y como el nombre del evento lo auguraba: "Bringing International Studies Together: Contrasting approaches & agendas" se presentaron una gran diversidad de temas que abordaron desde cuestiones presentes en la agenda mundial tales como asuntos de seguridad, terrorismo, medio ambiente, pobreza, proliferación nuclear y globalización hasta aspectos relativos a las agendas regionales como migración, asuntos fronterizos, narcotráfico, recursos naturales, crisis de identidades, seguridad regional y otros. Incluso hubo mesas de temas bilaterales y de política exterior.

Además de los trabajos relativos a problemáticas concretas de la sociedad internacional, en los que la referencia a la globalización como tendencia dominante era obligada, se incluyeron asuntos relativamente novedosos entre los que destacan los temas de orden cultural en las agendas internacionales, mismos que estuvieron presentes en el encuentro y que iban desde la consideración de la cultura como patrimonio de los Estados y factor de promoción de éstos vía la política exterior, hasta aquellos en que la cultura se visualiza como elemento definitorio de identidades que trascienden las fronteras nacionales, y cuya defensa es hoy factor de conflictos y guerras tal y como lo plantea la tesis de Samuel Huntington: "Choque de civilizaciones".

Por otra parte, una serie de sesiones fueron dedicadas a la reflexión epistemológica, en las que la contrastación de enfoques, teorías, escuelas y paradigmas permitió visualizar el profundo debate gnoseológico en que se encuentran las relaciones internacionales.

A partir del reconocimiento de que la coyuntura actual, caracterizada entre otras, por las tendencias y problemáticas que impone la globalización, el encuentro en Estambul, fue un momento idóneo para hacer múltiples reflexiones, pero no sólo en torno a la realidad y sus diferentes manifestaciones, cambios y problemas; sino se reconoció que para poder hacer eso, también se requiere de una revisión profunda de los sistemas de creencias, valores, y cosmovisiones que orientan la forma de ver y entender el mundo. De ahí que se reconoce la necesidad de reinterpretar nuestro entorno actual, y para poder hacerlo, tenemos que identificar lo que Thomas Kuhn llama nuestros paradigmas, ya que ellos constituyen la base de este esfuerzo, o como lo apunta el propio Huntington: "Si queremos reflexionar seriamente sobre el mundo, y actuar eficazmente en él, necesitamos una especie de mapa simplificado de la realidad, una teoría, concepto, modelo o paradigma. Sin tales elaboraciones intelectuales, sólo hay, como dijo William James, una floreciente confusión de zumbidos"1, esfuerzo que se hizo presente en múltiples mesas y ponencias.

Asumir el reto de profundizar en cuestiones de carácter teórico, no significa que se pretenda agotar el tema de los paradigmas en el área, muy por el contrario, como señala E. Wallerstein: "nadie duda de que cada uno de nosotros estudia apenas un rinconcito del universo intelectual. Y nadie duda de que cada uno de nosotros encuentra útil leer y/o hablar con otros que están estudiando el mismo rincón o rincones cercanos"2, de tal suerte que el objetivo fundamental de los trabajos presentados, fue abrir un diálogo y un espacio de reflexión que permitiera, como comunidad de internacionalistas, e interesados en el área, sentar algunas guías básicas que orienten el debate teórico.

Evidentemente penetrar el ámbito de la discusión epistemológica de cualquier área, y particularmente de las Relaciones Internacionales nos obliga a tener en mente que, siguiendo con Wallerstein: "hay muchos paradigmas posibles, pero algunos son más válidos, es decir, más útiles, que otros. Sin embargo la utilidad y la validez de los paradigmas dados no son eternas, y por lo tanto los paradigmas dominantes nunca pueden dormirse en sus laureles. Siempre tienen que tomar en serio los desafíos intelectuales y dedicar tiempo a reexaminar sus premisas básicas a la luz de las críticas serias"3. Cabe aclarar que, si bien la exploración, identificación y evaluación de los paradigmas clásicos de las relaciones internacionales se constituye como el eje central de muchos trabajos hoy en día, nuestro cometido fue más allá al presentar y analizar la Teoría General de Sistemas como una opción paradigmática de gran alcance en el ámbito de los estudios internacionales para el momento actual ya que como señala Ignacio Ramonet: "Este periodo excepcional corresponde a un verdadero cambio de era, a una auténtica mutación, [ya que] los gobernantes no ofrecen ninguna visión clara sobre el porvenir y nada se sabe sobre los contornos de la nueva era que se inicia"4. Incluso, autores como Paul Kennedy con su obra Hacia el Siglo XXI; Modesto Seara Vázquez con La hora decisiva, los Toffler, con Las Guerras del Futuro, El shock del futuro o El cambio del poder y el propio Samuel Huntington, entre muchos otros, plantean desde diferentes perspectivas los grandes desafíos que deberá afrontar la población mundial en el presente siglo5. De esta manera durante la First Global International Studies Conference, se abordaron desde distintas ópticas, problemáticas de la llamada "nueva agenda" que incluyeron asuntos como: catástrofes ecológicas, el cambio climático global, el adelgazamiento de la capa de ozono, la erosión de suelos cultivables, entre otros; el agotamiento de recursos naturales; la creciente degradación del medio ambiente, resultado de los altos índices de contaminación del entorno; la gran explosión demográfica, que no sólo significa mayor demanda de recursos y espacio sino el recrudecimiento de rivalidades étnico-culturales así como asuntos de género, migraciones, terrorismo, y seguridad internacional entre otros. No podían faltar los ya viejos temas, que siguen estando presentes en la dinámica de las sociedades y que hoy por hoy adquieren una relevancia significativa tales como las guerras, el hambre, las enfermedades y la miseria, por sólo mencionar algunos, cuyo flagelo azota a la humanidad desde épocas inmemoriales y que pese al gran avance científico-tecnológico alcanzado, supuestamente reflejado en el "progreso" material, símbolo de nuestros tiempos, siguen estando presentes, gozando de gran actualidad y no sólo eso, sino que amenazan con hacerse más graves aún.

En función de lo anterior, la coyuntura actual se nos presenta como un momento idóneo para hacer múltiples reflexiones, pero no sólo en torno a la realidad y sus diferentes manifestaciones, cambios y problemas; de hecho, para poder hacer eso, también requerimos de una revisión profunda de los sistemas de creencias, valores, y cosmovisiones que han orientado nuestra forma de ver y entender, ya sea en perspectiva amplia o partiendo de visiones específicas de un ámbito concreto del saber humano. Sobre esta línea Wallerstein apunta: "la pregunta que tenemos ante nosotros es si el momento actual tiene o no algo especial con respecto al problema persistente de los paradigmas rivales tal y como se reflejan en las estructuras del saber"6. De conformidad con esta tendencia, en el ámbito específico de las relaciones internacionales, bien vale la pena hacer una reflexión sobre la problemática paradigmática que impera hoy en día. En este sentido conviene preguntarnos cuáles han sido los paradigmas dominantes; ¿cuáles siguen estando vigentes?, ¿acaso estamos ante un cambio radical de paradigmas, o sencillamente, seguimos haciendo reformulaciones sobre la base de los ya clásicos esquemas?

Éstas, y seguramente muchas otras interrogantes constituyen el eje central sobre el que gira la discusión teórica de las relaciones internacionales en este inicio de un nuevo milenio, cuya actualidad se hace aun mayor en la medida que el objeto propio de estudio de esta área, es decir, la evolución, dinámica y transformación de la sociedad internacional ha sufrido cambios notables en los últimos años, mismos que requieren ser analizados e interpretados.

Hoy en día prácticamente nadie puede dejar de observar los acelerados cambios que afectan al mundo ni permanecer al margen de las transformaciones o dejar de inquietarse por el futuro. Sin embargo, no basta sólo con observar, o al menos, no para los internacionalistas. Requerimos encontrar respuestas consistentes desde la perspectiva epistemológica, es decir, desde la forma en cómo conocemos e interpretamos el mundo, y para ello, recuperando la idea ya expresada de Thomas Kuhn, conviene reevaluar la situación actual de nuestros paradigmas. Es relativamente urgente, como señala Wallerstein, que todos nosotros echemos una mirada a las cuestiones epistemológicas básicas que se están debatiendo; es decir, que levantemos la vista de cada una de nuestras preocupaciones especializadas a esa preocupación común de todos los estudiosos; es decir, transitar hacia el cuestionamiento de las ciencias como hoy las conocemos e ir penetrando en un nuevo conjunto de supuestos que a veces se le ha dado en llamar "ciencia de la complejidad", basada en una racionalidad que va más allá del determinismo y que impone una nueva forma de visualizar la dinámica social a través de la lógica del pensamiento complejo en la línea de Ilya Prigogine7.

Sin temor a equivocarnos, podemos señalar que las Relaciones Internacionales se han venido constituyendo, en el espectro de las Ciencias Sociales, en un área de creciente protagonismo gracias a su capacidad explicativa y potencial epistemológico, así como su visión integral y totalizante de los procesos sociales, mismos que hoy día han roto los límites nacionales, impuestos por fronteras políticas, proyectándose de manera significativa en ámbitos regionales, continentales o incluso mundiales, y que nuestra disciplina suele abordar de manera muy completa por su visón inter y transdisciplinaria. En diversos paneles de la Conferencia de Estambul se reconoció la necesidad de articular estudios que respondan de una manera más cabal, amplia y omnicomprensiva a las tendencias del mundo contemporáneo. No podemos seguir fincando nuestras explicaciones exclusivamente en un paradigma como el clásico en el que la lógica del poder y del interés impera sobre cualquier otra cuestión. Tampoco podemos seguir considerando, como lo hicieron los marxistas en su momento, una dinámica mundial regida única y exclusivamente por la lógica de la economía y el desarrollo del capitalismo global. Los paradigmas dominantes han demostrado sus alcances y limitaciones, por lo que se hace imperativo proponer alternativas analíticas integrales. Visiones que desde perspectivas más amplias y totalizadoras, introduzcan la noción de sistemas complejos, para permitirnos atender los nuevos temas y procesos característicos del sistema internacional de nuestros días.

En este sentido, en nuestra mesa de trabajo propusimos la Teoría General de Sistemas como una alternativa paradigmática para el estudio de las relaciones internacionales ya que desde nuestro punto de vista, ofrece el potencial más sólido y más promisorio para llevar a cabo esta delicada tarea. Como atinadamente ha señalado Germán de la Reza: "la Teoría General de Sistemas, antes que un conjunto único de conceptos abstractos representa un enfoque científico formado por numerosas teorías, conceptos, técnicas y métodos de investigación. Esta pluralidad determina cierta dificultad en la definición de sus contornos y en ese sentido es más correcto hablar de una superteoría o de un paradigma"8.

Así pues, como filosofía, la Teoría General de los Sistemas nos ofrece ese conjunto de principios que podemos emplear como una herramienta útil para adentrarnos en tierra ignota; entre los principales podemos destacar los siguientes: la presunción de que el universo es un continuo, es decir, una red procesal en constante devenir, pero sujeto a una lógica coherente asequible a la razón. También se asume que la totalidad del universo está constituida por sistemas dentro de sistemas, indisolublemente vinculados unos con otros, en relación jerárquica y permanente. No obstante, como ya hemos dicho, el reconocimiento de las semejanzas que unen a todos los sistemas, sólo constituye el paso inicial para llegar al conocimiento científico de la realidad; el segundo, y no por ello menos importante es el reconocimiento de las diferencias entre cada sistema.

Ciertamente desarrollar una interpretación "sistémica" de la realidad internacional no es tarea del todo sencilla. Los sistemas presentan entre el conjunto de sus características esenciales, algunas que evidentemente parecen contradictorias entre sí. Esto representa, en la mayoría de los casos, una paradoja irresoluble para las mentalidades pragmáticas, para quienes, siguiendo a Aristóteles, piensan que las cosas, son o no son. Pero ya la dialéctica hegeliana se ha encargado de mostrar que la realidad no opera de esta manera tan categórica, que las cosas pueden ser o no ser de manera simultánea, que tienen incluso diversos grados o niveles de ser y, sobre todo, que son inherentemente contradictorias. En este sentido reconocemos a la T.G.S. como la opción teórico-metodológica que mejor ha recogido y sintetizado estas importantes lecciones del desarrollo de la filosofía en la actualidad.

Si bien Laszlo, destaca el elemento de la novedad y la unicidad del sistema internacional de nuestro tiempo (enfoque que, efectivamente, no debemos perder de vista), también subraya su condición de totalidad; de tal suerte que si nosotros agregamos su carácter histórico y, sobre todo, su esencia sistémica como entidad ontológica, tendremos los elementos necesarios y suficientes no sólo para explicárnoslo sino para vislumbrar las guías de acción más convenientes para influir en su devenir.

Estados, grupos, organizaciones, individuos, empresas; todos y cada uno de ellos deben ser evaluados a través de una nueva perspectiva acorde a la dinámica de nuestros días ya que debemos reconocer que el análisis de la realidad internacional actual se nos presenta como un gran reto profundamente complejo y ambivalente. Somos testigos de dinámicas de globalización pero también de regionalismo. Hablamos de la cultura mundial, sin embargo emergen día con día reivindicaciones de carácter nacionalista. Lo general y lo particular se entremezclan.

Crisis y continuidad; secuencia y ruptura; totalidad y particularidad; no son en realidad dicotomías irreconciliables sino más bien nociones que representan momentos, ideas o situaciones complementarias las cuales reflejan tanto el devenir dialéctico de la realidad internacional como la posibilidad de observarlo de manera igualmente provechosa desde distintos ángulos y es justamente en este escenario que la Teoría General de Sistemas reclama vigencia y actualidad por su amplio potencial explicativo, particularmente en el área de las Relaciones Internacionales.

Finalmente podemos señalar que la expresión que asegura que vivimos en una época de globalización (tema también bastante trabajado y discutido en la First Global International Conference) se ha convertido en la frase obligada de todo aquel que busca, aunque sea de manera aparente, estar a la vanguardia. No es extraño escuchar que hoy más que nunca vivimos en una economía global; que los problemas ambientales son de impacto global; que la crisis es global y en consecuencia las estrategias para salir de ella deben ser globales; que la cultura es global; que se han globalizado los procesos productivos, los gustos, las preferencias, modas; es más, se afirma que el planeta se ha globalizado a tal punto que el mundo del nuevo milenio se puede caracterizar, recuperando lo expresado por Mc Luhan, como una "aldea global', no obstante la consideración de los valores propios de cada pueblo debe continuar en todo intento de reflexión. Por lo tanto, el análisis de la sociedad internacional exige de perspectivas analíticas cada vez más amplias y omnicomprensivas de la realidad.

Sin lugar a dudas el World International Studies Committee, (WISC) con esta First Global International Conference (FGIC) abrió un nuevo espacio para la disertación y evaluación de los avances de investigación de las distintas comunidades epistémicas a nivel mundial interesadas en los asuntos internacionales, dando así continuidad a los esfuerzos por reforzar el diálogo interdisciplinario e interinstitucional.

 

Notas

1 Huntington, Samuel. El Choque de Civilizaciones, Edit. Paidós, España, 1997, p.30.         [ Links ]

2 Wallerstein, Emmanuel. Conocer el mundo, saber el mundo: El fin de lo aprendido. Una ciencia social para el siglo XXI. México Siglo XXI, 2001, p.184.         [ Links ]

3 Idem. .p.185.

4 Ramonet, Ignacio. Un mundo sin rumbo, Madrid. Edit. Debate, 1997, p.17.         [ Links ]

5 Véase: Toffler, Alvin. El cambio del poder, España, Edit. Hombre y Sociedad Plaza Janés, 1990.         [ Links ] Toffler, Alvin .y H. Las Guerras del Futuro, España, Plaza Janés, 1994.         [ Links ] Kennedy, Paul. Hacia el siglo XXI, España, Plaza Janés, 1993.         [ Links ] Seara Vázquez, Modesto. La Hora Decisiva. México, Edit. Porrúa, 1995.         [ Links ]

6 Wallerstein op.cit. p.186.

7 Citado por Wallerstein, op.cit. p.188.

8 Reza, Germán de la. Teoría de Sistemas. UAM, México 2001, p.74.         [ Links ]

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