SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.1 número1Reflexiones a partir de El despertar de la sociedad civil¿Quiénes somos?: la resurrección del nativismo estadounidense índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


CONfines de relaciones internacionales y ciencia política

versão impressa ISSN 1870-3569

CONfines relacion. internaci. ciencia política vol.1 no.1 Monterrey Jan./Jun. 2005

 

Ex libris

 

Marías Cristinas que quieren gobernar

 

Ximena Peredo*

 

Lovera, S. y Casas, Y. (Compiladoras). (2004). El voto de las mujeres. México: Plaza y Janés.

 

*ITESM, Campus Monterrey.

 

En la antigua casa de una de las tantas amantes de Diego Rivera, en la Ciudad de México, un tupido grupo de mujeres de la élite política se reunió para conmemorar el cincuenta aniversario de la conquista del voto femenino. Un hecho extraordinario, en todos los sentidos, que sentó a la mesa a mujeres de derecha e izquierda, a feministas radicales y a conservadoras, todas atendiendo a la convocatoria de Rosario Robles, entonces fuerte y con aspiraciones de poder.

El evento desató muchas consecuencias. La primera y más evidente, fueron los señalamientos burlones. Se les llamó "viejas argüenderas" con la intención de desacreditar su esfuerzo, los varones de la política hicieron mofa de su reunión y los medios aprovecharon la nota para aderezar el periódico del día con un poco de humor. La reacción se entiende por lo peligroso que puede volverse una reunión de mujeres que quieren más poder, decididas a discutir, precisamente, sobre poder.

Pero no fue esa la única consecuencia. Sentadas ese día en la misma mesa, Josefina Vázquez Mota, emocionada por el encuentro, le comentó a Sara Lovera lo interesante que sería reunir el pensamiento de esas mujeres en un libro. Sara, atrevida como es, cerró la discusión diciendo: "señoras, seis cuartillas cada una". El resto de la historia se llama El voto de las mujeres y se puede conseguir en varias librerías.

Este compendio es un logro democrático en todos los sentidos: primero, porque todas ellas están cercanas al poder; luego, porque, aunque de distintas ideologías, no se niegan a participar y; tercero, porque se muestran 29 visiones de un mismo tema. No se me ocurre mejor homenaje para quienes emprendieron la conquista de los derechos políticos de las mujeres.

El libro se lee con fluidez. Cada seis cuartillas cambia la voz de la autora y por ello, la lectura es dinámica y atractiva. Cada una de las 29 mujeres aborda distintos temas sobre la mujer y la política. No todos los discursos se enfocan en el voto de la mujer, pero definitivamente todos hablan de poder. No se encuentran alusiones partidistas ni personales en favor o en perjuicio de nadie. Digamos que todas se comportaron como verdaderas damas.

Destacan, para mi gusto, las colaboraciones de Olga Sánchez Cordero, la única mujer ministra de la Suprema Corte de Justicia, quien en su texto Para la construcción de una cultura jurídica, utiliza la voz de Gerardo Pisarello para dar una conclusión comprometedora por contundente: "Más allá de las técnicas (como el constitucionalismo) que pueden idear para protegerse, las sociedades no cuentan, al final, con otra garantía que consigo mismas". Así Olga sentencia: "... la mejor garantía que tienen los derechos de las mujeres se encuentra en las mujeres mismas". La pugna, diría yo, no es por demandar políticas públicas con perspectiva de género, sino sumar a todas las mujeres en el compromiso de la equidad. El compromiso es el mejor activo de toda lucha social.

Otra de mis colaboraciones favoritas es Cincuenta años después de Rosario Robles, quien subraya la necesaria inclusión de los varones en la lucha por la equidad. Robles dice que la ausencia de hombres en el cuidado de los hijos y el trabajo doméstico, así como la ausencia de mujeres en puestos públicos y políticos impacta negativamente a toda la sociedad. "Dificulta el proceso de democratización y pervierte la forma en que se hace política", dice Robles y complementa: "Sólo si hombres y mujeres compartimos equitativamente responsabilidades políticas y domésticas el concepto de democracia podrá alcanzar su sentido verdadero". Robles también aborda el tema del combate a la violencia, argumentando que "las mujeres no pueden contribuir de lleno con su iniciativa o su creatividad si están agobiadas por heridas físicas o psicológicas".

Es necesario resaltar también, las colaboraciones de Beatriz Paredes, quien escribe un emotivo poema para las mujeres latinoamericanas; Elba Esther Gordillo presenta una muy completa recopilación estadística sobre género a nivel mundial y nacional; Guadalupe Loaeza, tomando a Antonieta Rivas Mercado como personaje, recuerda la lucha de las mujeres que nos dieron el voto en 1953; Cecilia Loría Saviñón evoca a la fuerza ciudadana como única agente de cambio social; Marta Sahagún acepta que más que una aspiración, el poder es una necesidad básica que alimenta la igualdad y la libertad; Patricia Mercado añade a este caldo de ideas, un recordatorio esencial: se valen los pactos.

Amalia García escribe un texto muy original titulado El doble uso de las palabras, en el que devuelve a las palabras la importancia de su significado. Dulce María Sauri, con su participación Poder es un verbo, de forma muy clara resume la participación de la mujer en la política en dos condiciones principales: "la primera, cuando las cosas están tan seguras que se puede considerar a una mujer para ocupar un puesto público sin que se corran demasiados riesgos; la segunda, cuando están tan descompuestas que se considera que sólo una mujer acepta comprometerse con esa situación". Aquí la pregunta sería, cuál de estas condiciones se dio para que fuera presidenta del Partido Revolucionario Institucional en 1999.

Después de leer el libro es imposible no cuestionar la obsesión por el poder, no sólo de las mujeres, sino de la humanidad entera. Luego de leer a la última expositora, debo confesar que me entristecí un poco porque las mujeres estamos gastando demasiada neurona en ganar terreno en un sistema hecho por varones y para varones. De alguna forma, pelear por el poder en este sistema es someterse a subir a una arena colocada ahí por varones, con reglas masculinas. Marx murió esperando la liberación del ser humano, murió esperando que cayeran las estructuras capitalistas para ver nacer al socialismo. Pero las mujeres no quieren morirse como Penélopes, no quieren equivocarse; por ello, en lugar de esperar a que el patriarcado muera, deciden incluirse en él. De alguna forma me parece incongruente, pero lo entiendo. Es un acuerdo silencioso que duele, pero que nadie se anima a despreciar. Es el único boquete en la pared.

¿Para qué gobernar un mundo masculino?, ¿para qué esforzarse por rescatar sus errores más profundos?, ¿por qué comprometerse con una causa que nunca tomó en cuenta a las mujeres?, ¿por qué enlistarse en la guerra esperando que ellos escojan a la mujer capitana de tropa? Todas éstas y algunas más fueron las preguntas que brotaron al cerrar por última vez el libro.

En el libro encuentro un lado oscuro: está hecho para mujeres feministas. Nadie más se animará a terminarlo. Lo dramático aquí es que las feministas no necesitan aleccionamiento sobre equidad en el poder; los demás sí, pero no pagarán el costo del libro y mucho menos querrán enterarse del contenido. Es un muy típico error de las activistas, que invierten su tiempo en reciclar discursos con las mismas personas. No dudo que sea disfrutable oír y escuchar a las amigas una y otra vez. Lo que dudo es que la estrategia sea eficaz.

La reunión de personajes de ideologías tan distintas, no se volverá a dar fácilmente, de ahí el carácter de colección de este compendio. Este libro es un documento histórico de las mujeres con poder en México a principios del siglo XXI, en donde quedará registrado qué pensaban y qué se proponían conseguir. Ya veremos, al paso del tiempo, hasta dónde fueron capaces de armar alianzas para llegar lejos, para gobernar, como siempre lo quiso María Cristina, la de la canción.

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons