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Norteamérica

versión On-line ISSN 2448-7228versión impresa ISSN 1870-3550

Norteamérica vol.3 no.2 Ciudad de México jul./dic. 2008

 

Análisis de actualidad

 

Amor de lejos: la emigración de México a Estados Unidos

 

Emigration from Mexico to the United States: Love from Afar

 

Samuel Schmidt*

 

*Director del Programa de Estudios de Norteamérica, El Colegio de Chihuahua. <shimil50@hotmail.com>.

 

Resumen

En este artículo se sostiene que la migración es un fenómeno estructural. Se plantea la falta de reconocimiento de Estados Unidos en ello como parte generadora del empobrecimiento; por ende, su reconocimiento llevaría a la solución; pero, al contrario, este país criminaliza el trabajo de los inmigrantes e intenta sellar la frontera. Aquí se sostiene la inviabilidad de establecer medidas policiaco–militares para frenar los flujos migratorios. Se incluyen además una serie de recomendaciones para atender el tema migratorio.

Palabras clave: ley inmigratoria, criminalización del trabajo, debate migratorio.

 

Abstract

This article maintains that migration is a structural phenomenon. It argues that the United States does not recognize itself as a party to creating impoverishment and that its recognition would lead to a solution; on the contrary, the U.S. criminalizes immigrants’ labor and tries to seal the border. The author maintains that military and police measures to stop migratory flows are not viable and presents a series of recommendations to deal with migration.

Key words: immigration law, criminalization of labor, migration debate.

 

A los países de América Latina y Norteamérica llegaron los europeos,
masivamente, sin visas ni condiciones impuestas por las autoridades.
Fueron siempre bienvenidos, y lo siguen siendo, en nuestros países del
continente americano, que absorbieron entonces la miseria económica
europea y sus crisis políticas. Vinieron a nuestro continente a explotar
riquezas y a transferirlas a Europa, con un altísimo costo para las poblaciones
originales de América, como es el caso de nuestro Cerro Rico de Potosí
y sus fabulosas minas de plata que permitieron dar masa monetaria al
continente europeo desde el siglo XVI hasta el XIX. Las personas, los bienes
y los derechos de los migrantes europeos siempre fueron respetados.

Evo Morales

 

INTRODUCCIÓN

Resulta una paradoja que una nación de inmigrantes cierre la puerta a la inmigración y vaya a contracorriente de integrarse, sobre todo cuando la globalización implicaría el acercamiento de los pueblos más allá de la economía. En el proceso de negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Estados Unidos canceló la posibilidad de plantear un proceso de integración como el del modelo europeo (Rodríguez, 2008) y una agenda migratoria entre los tres países signatarios.

La cuestión migratoria, no obstante su complejidad y relevancia multilateral, se ha convertido en un tema unilateral, Estados Unidos piensa que sus vecinos deben ajustarse a su visión y necesidades en lo que respecta a este tema.1 Pero, hasta ahora, han fallado los intentos bilaterales para lograr acuerdos porque la ausencia de bilateralidad real imposibilita el diálogo. Y mientras Canadá intenta atraer a profesionistas jóvenes con recursos económicos básicos para establecerse en el país y a mano de obra poco calificada, es decir, trabajadores para estancias temporales, Estados Unidos tiene asignadas visas para profesionistas (65 mil anuales H1B que se agotan en un mes y las Treaty Nafta [TN] para sesenta profesiones), además de treinta mil visas temporales para trabajadores agrícolas (H2A) que no deben llevar hacia la residencia permanente. Se comenta mucho, aunque no hay evidencias, de cierto manejo informal de flujos inmigratorios que permiten la entrada indocumentada de fuerza de trabajo poco calificada en épocas de necesidad económica (por ejemplo, durante la pizca de manzana o chile).

La inmigración representa una oportunidad para fomentar la aculturación y enriquecer la integración multicultural. Ben Rafael (2008: 111) llama a este fenómeno "el multiculturalismo conflictivo", en el que las divergencias transforman la escena pública en un espacio de debates permanentes sin que por ello se arriesgue la cohesión social, pues resultan en una mejor convivencia societaria. No obstante, hacia el siglo XXI en Estados Unidos parece consolidarse una postura de aislamiento selectivo frente a los grandes flujos de emigrantes que huyen de la pobreza o el deterioro ambiental, manteniendo la opción de recibir a la población que le es útil.

 

UN PRIMER ACERCAMIENTO AL PROBLEMA Y A LAS POSTURAS DE ESTADOS UNIDOS

La noción de controlar los movimientos migratorios surge muy temprano en la vida de Estados Unidos, entonces se enfatizan los conceptos de prohibición y deportación como forma de resolver problemas. En el siglo XVIII, después de que este país obtuviera la victoria en la guerra contra Francia se prohíbe cruzar las montañas Allegheny. Thomas Jefferson (tercer presidente) estaba convencido de que sus trescientos esclavos eran biológicamente inferiores y pensaba que tarde o temprano había que liberarlos y deportarlos porque no podían integrarse a la sociedad americana.

La tesis del aislacionismo (Doctrina Monroe, 1823) generó en Estados Unidos una noción de autosuficiencia que se enriqueció con su vocación expansionista (el destino manifiesto o América para los americanos, ca. 1840), lo que convenció al Estado que la decisión en las relaciones internacionales era unilateral y dependía de Estados Unidos. Esto, aunado a la homogenización ideológica que establece como el enemigo nacional a las doctrinas igualitarias, estableciéndolas como sinónimo de su muy odiado comunismo. Este cuadro dificulta al estadunidense promedio entender que en un sistema económico hay correspondencia entre riqueza y miseria, y que ésta impacta a la estructura social. La riqueza no se autogenera y su apropiación implica la pérdida de alguien.2 Si Estados Unidos es responsable de la generación de la pobreza en las zonas de su influencia es sensato plantear que debe asumir la atención a algunas de las consecuencias, por ejemplo, la migración. Esta tesis es rechazada y hasta se considera a quien la expresa como un radical desquiciado que conserva el discurso extremista de los años sesenta y setenta. El caso es que hoy Estados Unidos es la mayor potencia económica y el país que más inmigrantes recibe en el mundo.

En el caso mexicano, la condición de la pobreza representa un problema ético y de mercado. Es complicado para la viabilidad de la economía que casi el 50 por ciento de la población de más de cincuenta millones de personas viva bajo la línea de pobreza y que los casi 25 millones atendidos por los programas asistencialistas3 de atención gubernamental vivan con menos de dos dólares diarios (un euro = 1.3 dólares en noviembre de 2008).

Una de las respuestas demográficas ante la depauperación es la emigración (interna e internacional). Las economías periféricas son incapaces de crecer, crear empleos, asegurar salarios dignos4 y oportunidades de avance personal,5 mientras que las economías receptoras abren un abanico de oportunidades,6 así, estas economías con elevado crecimiento y regímenes relativamente democráticos se convierten en imanes de fuerza de trabajo, lo cual lleva a que se planteen situaciones nuevas, por ejemplo, Israel recibe inmigrantes económicos que se enfrentan a la política de seguridad, la cual sospecha que están relacionados con la infiltración de terroristas. México expulsa arriba de cuatrocientas mil personas indocumentadas al año, solamente hacia Estados Unidos.

Aunque la emigración indocumentada7 ha representado múltiples ventajas para los países receptores, desde nueva productividad, frescura en relación con una fuerza de trabajo maleada y solución para bajas tasas de natalidad, se le ha considerado como una cuestión de seguridad y en cambio se le ha asociado con el narcotráfico y el terrorismo. El tema de la migración se ha abordado con fuertes tintes ideológicos y mucha confusión, lo que ha empeorado el clima de confrontación y abonando el terreno para el crecimiento de fuerzas intolerantes que buscan ampliar el aislamiento de las naciones. Una consecuencia es la formulación e implantación de políticas represivas –policíacas y militares– para enfrentar un problema socioeconómico. No se considera la pérdida para el país expulsor y mucho menos el costo personal, social, cultural del inmigrante.8

El tema de la inmigración indocumentada ha adquirido dimensiones de sufrimiento humano:9 se registra un flujo muy elevado en tiempos de paz que conlleva cotidianamente a tragedias humanas y a la explotación de la gente por mafias. Aunque los desastres –como por ejemplo las pateras que cruzan entre África y Europa– llegan a los medios de comunicación, la información en lugar de sensibilizar a la sociedad y el gobierno sobre la necesidad de una nueva política ha producido un efecto contrario: ha ayudado a alimentar miedos, elevar las posturas que luchan contra la inmigración y justificar la creación de instancias policiacas para frenar a los migrantes.10

Las políticas para abordar el problema de la inmigración indocumentada han fracasado, pues los flujos no se han cancelado con muros, cercas y despliegues militares, por el contrario, las medidas adoptadas reclaman cada vez más vidas, han surgido mafias poderosas que manejan el tráfico de personas, aumentan los costos económicos y sociales de las familias que quedaron atrás y, sin ser menos importante, se desarrollan expresiones xenófobas y de odio social en los países receptores. Solamente en Estados Unidos, durante 2007, se registraron 888 grupos de odio (Southern Poverty Law Center, 2008) que utilizaron la campaña de Barack Obama para intensificar sus acciones.

Estados Unidos ha criminalizado la migración y se ha establecido una dinámica que hará sentir el peso de la intolerancia por un largo tiempo y todo esto bajo la indolente mirada de sus socios económicos y políticos.

 

UNA FRONTERA POROSA

La frontera entre Estados Unidos y el subcontinente es muy porosa. México se ha convertido en un corredor y por su frontera sur cruzan centro y sudamericanos, europeos y asiáticos. Una de las razones por las cuales gente de muchos países escoge esa frontera para llegar a Estados Unidos es justamente la dimensión de la línea, lo que hace imposible que esté protegida en toda su extensión, aunque Estados Unidos hace todo lo posible por sellarla.

La frontera de México con Estados Unidos mide 3152 km, lo cual equivale al 85.65 por ciento de la extensión del Mediterráneo, que mide 3726.6 km o al 96.8 por ciento de la distancia entre los dos puntos más lejanos de Europa: Lisboa y Estambul, 3255 km (véase el mapa 1).

La frontera comprende diez estados,11 seis en México y cuatro en Estados Unidos. Del lado de Estados Unidos hay 48 condados, de los cuales 24 son contiguos a México, ahí moran 6.7 millones de personas12 y del lado mexicano hay 38 municipios donde viven 6 390 550 personas.

La frontera es una zona de elevado crecimiento demográfico que rebasa promedios nacionales en ambos países. Hacia el año 2006 convivían en la zona más de trece millones de personas (Tuirán y Ávila, 2002; Soden, 2006), aglomeración que supera la población de 42 países europeos, considerando al Vaticano como país. En el cuadro 1, se compara a la población fronteriza con algunos de los países más poblados de Europa.

No solamente la extensión dificulta sellar la frontera, sino también la geografía y la complejidad, variedad y riqueza de la vida fronteriza, debidas en gran medida a la intensa interacción binacional de una buena cantidad de comunidades donde hay familias en ambos lados de la línea y donde hay ciudades consideradas como hermanas que, en algunos casos, se configuran como metrópolis binacionales como San Diego–Tijuana, Ciudad Juárez–El Paso, ambos Nogales. Un ejemplo muy interesante de integración es el de las ciudades Mexicali–Calexico que se conforma de México–California y California–México, otro es el del tratamiento binacional del agua entre los dos Nogales, entre Sonora y Arizona, aunque este nivel de entendimiento por desgracia parece ser la excepción y no la regla.

Los optimistas piensan que las subregiones solamente están separadas por una línea o un río –tal vez pensando en las eurorregiones–; los pesimistas, que son realidades separadas; y aunque las ligas familiares y el impacto económico binacional son fuertes, así como la interdependencia económica, los tropos identitarios muestran una brecha muy profunda (Vila, 2000) y una distancia simbólica y política muy amplia. Hay economistas que calculan que uno de cada cinco empleos en El Paso se sostiene gracias a compras desde México13 y en McAllen,14 Texas, se anuncia la expansión de un centro comercial para convertirlo en el más grande de Estados Unidos, crecimiento que no responde a la dimensión económica de la ciudad, sino a la región que se configura como una zona económica. Ésta es la situación de una buena parte de las ciudades fronterizas estadunidenses cuyo crecimiento se explica en virtud de la vecindad con México.

La frontera tiene treinta cruces fronterizos (véase el cuadro 2) y en sus cercanías hay rutas de cruce de trabajadores indocumentados, de contrabando de mercancías y drogas.

La interacción fronteriza registra un intenso tráfico. Distintas fuentes calculan el cruce de peatones entre 250 millones a 300 millones por año. Hacia el año 2004 se calculaba que 12 338 camiones de carga cruzaban la frontera diariamente, lo elevado de la cifra consiste en un intenso comercio intrafirma, dada la existencia de plantas maquiladoras en el lado mexicano y sus centros de distribución en el estadunidense. Hay vehículos que pasan la frontera varias veces al día, ya sea porque la gente trabaja en un lado y vive en el otro o bien porque los hijos van a la escuela en el otro país, normalmente en Estados Unidos. Tijuana y Ciudad Juárez cuentan con carriles (un puente en Juárez) denominados SENTRI destinados a las personas que cruzan con frecuencia, en algunos casos varias veces al día.

Las actividades ilícitas son parte importante de la interacción fronteriza. Hay quien sugiere que estas actividades (contrabando en general, tráfico de automóviles, drogas y humanos) se han beneficiado de la ampliación de las actividades económicas a partir del TLCAN, gracias a la eficiencia que reclaman los flujos comerciales. No hay evidencias que permitan asegurar que el crecimiento de las redes criminales en el mundo haya sido acicateado por la apertura comercial, aunque no se puede descartar la idea de que esto sea exactamente en sentido contrario y que las bandas estaban organizadas para aprovechar la circunstancia de que se reclamaba un tránsito más expedito.

Fuentes policiacas manejan extraoficialmente que en la frontera existen varias mafias, entre las que se encuentran las dedicadas al robo de coches; manejo de drogas como cocaína, mariguana y metanfetaminas; y al contrabando de gasolina y mercancías. En el mundo, la relevancia económica de estas actividades alcanza dimensiones muy elevadas, por ejemplo, la red de tráfico humano, que incluye la trata de blancas, prostitución y diversas formas equivalentes a la esclavitud, alcanza un valor aproximado a los 42 500 millones de dólares anuales (<http://en.wikipedia.org/wiki/Trafficking_in_human_beings#cite_note–1=>), mientras el valor del tráfico de drogas (según la ONU) en 2005 alcanzó los 322 000 millones de dólares.15 En la frontera México–Estados Unidos, estas dos redes pueden tener puntos de unión entre sí y con el tráfico de armas e involucrar actividades lícitas como el transporte de mercancías o el manejo de bienes raíces y depósitos bancarios en ambos lados de la frontera.16 Las autoridades estadunidenses han tratado de ligar a priori estas actividades con el terrorismo sin haberlo podido demostrar;17 no obstante esa falla, este hecho ha impactado la vida fronteriza, por ejemplo al incentivar revisiones más detalladas que frenan el cruce fronterizo y provocan largas filas.

El tema del terrorismo y el narcotráfico ha afectado la frontera entre México y Estados Unidos, justo por la noción de que no hay fronteras cerradas y la incapacidad para cerrarlas. Cuando las tapan, siempre hay manera de abrirlas; tal vez sirva como ejemplo el muro de Berlín que no solamente no fue infalible, sino que terminó por caer. La construcción del muro fronterizo entre Estados Unidos y México es una declaración política contundente, parece enviar hacia el sur el mensaje: México sí, mexicanos no; sí al comercio, no a la migración; sí a la economía, no a la sociedad; parecería la versión internacional de un cierto amor de lejos. De esta manera, se define una postura muy clara en contra de quienes abogan por la integración, pero es una medida poco efectiva para eliminar el cruce de personas. Bienvenidos los impactos positivos del trabajo con México siempre y cuando no lleguen los mexicanos y, para asegurar esto, se erige una barrera militar, vigilancia electrónica, guerra de baja intensidad (Dunn, 1996), así como los operativos de sellado de la frontera que han creado una ruta de la muerte que cada año cobra cientos de vidas (cuadro 3): en seis años, las detenciones cayeron en un 24.9 por ciento, mientras que las muertes se incrementaron en un 29.1 por ciento.

En este momento me gustaría sugerir que, en lugar del muro y la militarización de la frontera, la economía tendría un efecto más contundente y más humanitario: la inversión en el desarrollo económico en México podría generar un factor de freno a la emigración y de crecimiento económico regional porque, a final de cuentas, dadas las condiciones actuales de dependencia, el crecimiento mexicano se enlazaría con la economía estadunidense. Mientras ese impacto se logra, Estados Unidos debe frenar las deportaciones y facilitar que la gente trabaje y pague impuestos.

 

LA EVOLUCIÓN DEL DEBATE MIGRATORIO EN ESTADOS UNIDOS

En Estados Unidos predomina el concepto de ser un país de leyes independientemente de la justicia; en el caso de la inmigración indocumentada (que es retroactiva), la ley criminalizó el trabajo y la injusticia destruye vidas, sueños, y esperanzas.

La aplicación de los cursos de acción política sobre la inmigración tiene un componente legal y uno político, y es resultado en buena medida del debate migratorio, el cual impacta a la sociedad y por medio de ésta a los políticos y directamente a los funcionarios que toman decisiones cotidianas respecto a la implantación de la ley.18 Por ejemplo, es política la decisión de acelerar las deportaciones, y si un congresista recibe presiones de su clientela política y de los medios de comunicación puede presionar al servicio de inmigración para que intensifique estos operativos.

El debate migratorio ha cambiado con los años, desde su antecedente eugenésico que a principios del siglo XX definió a los inmigrantes en términos médicos (González, 2008) hasta los elementos socioeconómicos que se involucran actualmente. En la década de los noventa, el debate estaba basado fundamentalmente en criterios socioeconómicos. Se sostenía que los inmigrantes y especialmente los mexicanos abusaban del sistema de seguridad social, del sistema de salud y del escolar porque no pagaban impuestos. Al estar poco calificados despojaban de los empleos a los estadunidenses lanzándolos al seguro de desempleo, lo que creaba fuertes presiones a las finanzas públicas. Los mexicanos, según este argumento, se negaban a integrarse a la sociedad estadunidense y, al estar reacios a aculturarse, debilitaban a la cultura estadunidense, de ahí se alimenta la postura política que reclama el predominio del inglés y que formuló la propuesta llamada English Only, orientada a liquidar los programas de educación bilingüe. Como eran pobres y poco educados, se ajustaban a un perfil criminal y elevaban las tasas de criminalidad.

En el debate no todo es negativo. Con la política de acción afirmativa, la comunidad "hispana" adquiere cierto espacio. Como los negros tenían un mes de celebraciones, se creó el mes de la hispanidad y de acuerdo con la inclinación comercial correspondiente se incorporó a la cultura comercial la celebración del 5 de mayo19 como si fuera la fiesta de la hispanidad llegando a celebrarse inclusive en la Casa Blanca.20 Tal vez no sea gratuito que la fecha escogida fuera la de una batalla y no las celebraciones independentistas en América Latina. Esto podría cumplir con el objetivo de reconocimiento mencionado más arriba y de paso mediatizar a la comunidad, que caería en la "trampa" de, a cambio de una mejor opción, celebrar la fecha equivocada.

Una consecuencia de los aspectos negativos del debate fue el establecimiento de una política de guerra de baja intensidad en la frontera, a la que se agregó el argumento de que los indocumentados están asociados al narcotráfico fungiendo como "camellos" en potencia. Esto facilitó aumentar las tropas en la frontera por medio de la declaración de guerra contra las drogas. En este mismo periodo, la ley penalizó el trabajo convirtiendo automáticamente a los inmigrantes en criminales y extendió el castigo hasta los empleadores, aunque con éstos hay una actitud de tolerancia: cuando hay redadas solamente se arresta a los empleados (con lo que ciertamente se afecta la producción) y, aunque se llega a multar a los patrones, con frecuencia se les perdona la multa. En Arizona, donde las fuerzas antiinmigrante han avanzado notablemente, la ley avanzó hasta imponer severas sanciones a los empleadores, y la gobernadora, aun cuando firmó la ley, piensa que es una medida draconiana que tendrá un fuerte impacto económico porque las inversiones buscaran otro destino.

El discurso antiinmigratorio se alimenta con información sobre el número de detenidos, encarcelados y especialmente con datos respecto del costo de la aplicación de la ley (law enforcement). Este factor es central para una sociedad que piensa que no se debe socializar el costo de la lucha contra la criminalidad y que descarta la contribución económica del inmigrante y recalca su condición de criminal; este último aspecto domina el debate oscureciendo sus contribuciones sociales y culturales.

Se asoció a los inmigrantes con el terrorismo, aunque sin ninguna prueba que sustentara el discurso. En el caso de Oklahoma21 se demostró que la bomba la habían puesto ciudadanos estadunidenses, pero el discurso antiinmigrante hizo caso omiso de la evidencia porque reconocer que los grupos terroristas eran internos debilitaba el argumento xenófobo. El juego de la derecha era montar el tema de la inmigración sobre los miedos coyunturales que ellos creaban, cosa que han logrado con bastante éxito.22

La promoción del estado de ánimo antiinmigrante se presenta en todos los frentes buscando reacciones violentas sin menoscabo del uso de información falsa. La ultraderecha ha penetrado los medios masivos de comunicación, lo que le ha facilitado que germine la semilla del odio. Comentaristas como Lou Dobbs (Fox News), Pat Buchanan (MSNBC) y Rush Limbaugh (sindicado en radio) han distorsionado el debate introduciendo un elemento emocional negativo que raya en lo enfermizo.

Los tintes racistas de esta parte en el debate migratorio buscan disfrazarse de la promoción de una legalidad absurda, asunto que han logrado con cierta eficacia. Han ido tan lejos en el discurso que propiciaron que la derecha resienta la acusación de racista como trasfondo de su postura y, aunque es cierto, no les conviene ser vistos de esta manera porque los extremismos evidentes polarizan y reducen su eficacia. Consecuentemente, han modificado su discurso sosteniendo que están a favor de la inmigración siempre y cuando sea legal: el nuevo mensaje es que buscan el orden y el respeto a la ley.23 Requerían este giro porque, al mostrar su racismo, alejaban de su terreno de influencia a ciudadanos moderados, lo que debilitaba su impacto político. Con la promoción del "orden" han incluido la defensa de la soberanía para justificar el endurecimiento antiinmigratorio. En este terreno, llegan a exigir el freno a la salida de remesas económicas argumentando que éstas pertenecen a la nación, o si van a salir tienen que pagar impuestos; en Texas se exige que se cobre un 8 por ciento de impuesto.

Las fuerzas antiinmigrante han tratado de hacer de este tema uno de partidos, presentando a los demócratas como proinmigrante para acorralarlos en las elecciones; no obstante que para los votantes, aun para los republicanos, la cuestión inmigratoria no se encuentra en el primer lugar de sus preocupaciones, mucho menos es lo que los lleva a votar, de hecho en la elección de noviembre los dos temas centrales fueron la economía y la guerra.24 Y aun cuando no es una preocupación nacional, el manejo escandaloso del tema lo ha elevado a una altura inconmensurable en el imaginario social buscando que penetre en la conciencia de los estadunidenses y así consolidar un clima de rechazo y de odio hacia los que entran a trabajar sin documentos. Esta estrategia ya se ha traducido en múltiples leyes y ordenanzas antiinmigrantes en los niveles estatal y municipal, en el nombramiento de jueces antiinmigrantes, asegurando así mantener el statu quo, independientemente de quién gane las elecciones.

Los inmigrantes llevan perdida la batalla de la comunicación. Los medios electrónicos no juegan neutralmente, manejan el debate migratorio incluyendo a activistas antiinmigrantes, a quienes disfrazan de "expertos" mientras evitan incluir el otro lado de la moneda. Cuando en favor de la "objetividad" incluyen, aunque sea brevemente, la voz de los hispanos, es frecuente ver a personas que son fáciles de rebatir, que hasta hacen quedar mal, como para demostrar el "bajo nivel" discursivo de los inmigrantes y su baja cooperación para el engrandecimiento intelectual de la nación; en la discusión han estado ausentes académicos, escritoras y profesionistas que han triunfado en Estados Unidos. Parecemos estar frente a un diseño perverso que refuerza las peores tendencias políticas e ideológicas. Un ejemplo puede ser la cadena MSNBC de supuesto corte "liberal" cuyo experto en inmigración es Pat Buchanan, un ex candidato presidencial republicano que sostiene que la inmigración indocumentada es un plan secreto del gobierno de México para recuperar los terrenos despojados en el siglo XIX. Para ellos, el que haya escrito un libro con este argumento es una muestra inconfundible de objetividad y experticia. Según el Southern Poverty Law Center (2008), los programas de Dobbs, O'Reilly y Beck "sirven una dieta constante de miedo, coraje y resentimiento sobre el tema de la inmigración ilegal", destacando un elevado porcentaje de sus programas a acusar a los inmigrantes de no pagar impuestos, de explotar los servicios sociales, de causar una explosión de casos de lepra, fraude electoral, así como a denunciar la existencia de un movimiento para recuperar el suroeste de Estados Unidos.

La guerra de las cifras ha sido un aspecto muy importante en el debate. Los números de indocumentados que maneja el Servicio de Inmigración (SIN) son todo menos confiables, pero han servido para que sea la agencia gubernamental con el mayor incremento presupuestal en los últimos años.

Durante los noventa, entrevisté al director del SIN en El Paso. Este distrito cubre una porción de Texas, todo Nuevo México y una porción de Arizona. Cuando le pregunté sobre las cifras de inmigrantes indocumentados me respondió:

Este año detuvimos y deportamos a 1 millón de mexicanos, pero, por cada detenido, 3 se meten al país. Luego entonces hablamos de 4 millones de personas. Pero cada persona hace cinco intentos antes de entrar al país, lo detienen, lo mandan del lado mexicano y vuelve a entrar al país; los 4 millones hay que dividirlos entre cinco, o sea que tenemos un total de ochocientos mil indocumentados anualmente.

Cuando le comenté estas cifras al subsecretario de asuntos migratorios en México me dijo: "Me siento a gusto con esa cifra".

El gobierno de México carecía de estudios sobre la emigración indocumentada y la cifra manejada por el SIN "les era cómoda". Pero ésa no sería mi única sorpresa. Al interrogar al funcionario estadounidense le dije: "¿De dónde salen los factores de tres colados y cinco intentos?". Su respuesta no pudo ser menos sorprendente: "Es una convención".

Al no poder sustentar la convención, quedaba claro que los datos eran inventados. Había estudios que corregían las estimaciones del SIN, por ejemplo en Tijuana se sugería (aunque sin considerar la estacionalidad de la emigración) que el gobierno de Estados Unidos distorsionaba las cifras.25 Quedaba claro que nadie sabía con certeza cuántos mexicanos cruzaban y en consecuencia cuántos había en Estados Unidos y es que era, y es, prácticamente imposible medir lo informal, lo indocumentado. La migra manejaba el dato duro de la gente que había detenido, pero fuera de eso, no sabía cuántos habían sido detenidos y deportados más de una vez.26 Esto indica que las cifras más allá del dato duro son especulación que la migra utiliza para justificar sus solicitudes de aumento presupuestal. Tal vez los demógrafos de ambos gobiernos han mejorado sus estudios, empero se mantiene la dificultad de medir lo informal o indocumentado, así, todos los supuestos que se hagan conllevan cierto margen de error.

Se ha eliminado el reconocimiento del verdadero tamaño de la comunidad hispana y su contribución social, económica, cultural y política, y en cambio se ha modificado el imaginario social que la percibe como un riesgo y factor de desestabilización económica y social, lo que se convierte en un obstáculo ante las cifras verdaderas que pueden ayudar a modificar la percepción, y posteriormente las políticas sobre los inmigrantes.

Para la autoridad migratoria, es difícil admitir que falsearon información para crecer. Para una sociedad muy interesada en el dinero, se convierte en irrebatible el argumento del elevado costo de la inmigración (salud y educación) y la competencia desigual de trabajadores que están dispuestos a laborar en condiciones y salarios que como diría Fox, "ni los negros quieren".27 Últimamente se ha incluido en el discurso el costo del encarcelamiento y manejo legal, y se ha borrado la contribución de la economía indocumentada, no solamente como mercado de consumo, sino lo mucho que ha hecho para mantener una inflación baja y una productividad elevada que permite a Estados Unidos competir en el mundo. El tema de la productividad está lleno de paradojas, considérese por ejemplo la producción de aguacates de California que compite con la mexicana gracias al bajo costo de la mano de obra mexicana en California, por lo cual esos agricultores son asistidos con barreras fitosanitarias para cerrar la frontera. Las cifras indudables son las de deportados y las de extranjeros viviendo con papeles en Estados Unidos, pero para saber cuántos hispanos viven en total en ese país hay que hacer inferencias.

El debate se ha concentrado básicamente en los mexicanos dejando fuera a muchas comunidades que también sufren acoso y persecución, lo que se ha revertido en contra del movimiento pro inmigrante, porque muchas veces no se entiende que el golpe no es exclusivo contra los mexicanos, sino contra todos. Un ejemplo fue cuando empezaron a detener musulmanes acusándolos de terroristas; ningún líder mexicano salió a hablar por ellos y, por el contrario, asumieron el discurso de que eran culpables. Posiblemente pensaron que con esto distraían la atención sobre ellos, cosa que no sucedió y en cambio mostraron sus puntos débiles. Otra debilidad es la dificultad para lograr un movimiento pro inmigrante inclusivo. Las iglesias que son un actor importante en la protección a los inmigrantes rechazan al movimiento gay–lésbico desplazando a este grupo de las coaliciones más amplias y creando fisuras que debilitan la lucha de los inmigrantes en general.

Siendo la estadunidense una sociedad con una fuerte cultura legal, se exige a los inmigrantes indocumentados que conozcan la ley respectiva, aunque muchos abogados no la conocen, especialmente por las transformaciones que sufre periódicamente; sin embargo, quienes la desconocen merecen castigo. Aquí el estereotipo del inmigrante irrespetuoso de la ley, ignorante, predispuesto a no integrarse a una sociedad con una fuerte cultura legal, se refuerza con la exigencia irreal de un elevado conocimiento de la ley y sus consecuencias, porque la ley debe funcionar como factor de disuasión. La penalización al trabajo falló en frenar el flujo de inmigrantes, y en la búsqueda de culpables encontraron a las víctimas del sistema creando un sistema de castigos que puede llevar a la cárcel a una persona hasta por veinte años por cruzar para trabajar.

 

LA PENALIZACIÓN DE LA LEY INMIGRATORIA

En Estados Unidos impera la cultura del castigo y la solución de conflictos por medio de la violencia.28 La ética protestante alienta una respuesta rigurosa del Estado a lo que considera criminal y, en el caso de la inmigración, se demanda mano dura, porque se ha creado el ciclo de la criminalización.

Estados Unidos no quiere verse como parte del problema de la pobreza que expulsa inmigrantes y asume que el control de ese gran flujo de población, el más fuerte en época de paz, debe ser responsabilidad de los países expulsores, con esto muestra un manejo unilateral del tema ubicando a la inmigración como una conducta delincuencial y criminal. Solamente en tiempos muy recientes el tema pasó a ser parte de la agenda binacional con México aunque no se aborda bilateralmente, Estados Unidos impone su punto de vista y presiona a México para que cumpla con su parte. A partir del 11 de septiembre, fecha que ha servido como la excusa para promover el aislamiento, ha endurecido su posición.

Con el discurso de la lucha contra el terrorismo, Estados Unidos ha logrado la colaboración de México para frenar a los inmigrantes patrullando sus fronteras, de tal manera que prácticamente la frontera sur de Estados Unidos se ha movido hasta el Río Suchiate, bordeado por México y Guatemala, y las policías municipales mexicanas están cumpliendo las funciones de policía migratoria, con todos los excesos y abusos que las caracterizan.29

El proceso de otorgamiento de visas en Estados Unidos está marcado por la ineficiencia y por un diseño perverso. La espera para la lista de preferencias, diseñada para facilitar la reunión familiar y donde se establecen las categorías de parentesco a ser beneficiados, se alarga en el caso mexicano hasta dieciséis años y si la persona vive en Estados Unidos y es detenida, sufre un castigo de diez años, durante los cuales no puede volver. Cuando el inmigrante quiere ajustar su estatus inmigratorio puede suceder que, habiendo esperado quince años la respuesta a la petición de ajuste, se le envíe al consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez (ahí se concentran las visas de inmigrante) y active involuntariamente un castigo de diez años viéndose sin posibilidad de regresar. Éste es un diseño kafkiano del sistema (piénsese en El proceso de Kafka). Hay procesos de perdón para ese castigo, pero hay que demostrar el daño excepcional; la división de la familia y dejar solos a los hijos no entra en esta categoría. Estados Unidos castiga a la inmigración documentada e indocumentada y causa una carga fiscal monumental sin lograr sus objetivos. Hacia el año fiscal de 2006 el presupuesto para el control migratorio alcanzó los 3900 millones de dólares que representaban un 6.3 por ciento de incrementó respecto de 2005 y hacia los años posteriores los incrementos han continuado.

La política de deportación ha separado familias y mucha gente se aventura a entrar indocumentada a Estados Unidos sabiendo que pueden caer a la cárcel porque ya llevan mucho que perder teniendo familias separadas y muy pocas oportunidades económicas en sus lugares de origen; en el caso de México, la cercanía es un acicate importante que facilita el cruce y eventualmente lo hace más barato –comparado con el costo para los chinos, por ejemplo.

El sistema de penas establecido en la ley estadunidense castiga severamente la reincidencia; esto ha provocado que la población indocumentada encarcelada haya aumentado de una manera escandalosa. Hacia 2007 se calcula que había 1 200 000 inmigrantes en las cárceles de Estados Unidos. El tiempo promedio que los recluidos estuvieron en prisión pasó de cuatro en 1986 a 21 meses en 2000. El 57 por ciento era mexicanos; 7 por ciento, ciudadanos de Estados Unidos; 3 por ciento, chinos y 28 por ciento, de otras nacionalidades. El 13 por ciento liberados de la prisión durante 1995–1997 fueron reingresados en los tres años posteriores a su liberación, el 77 por ciento por una nueva ofensa, el 22 por ciento por violar su libertad bajo palabra y el 1 por ciento por otras razones. Al ser liberados fueron deportados con castigos de hasta diez años sin poder regresar al país, así que para reunificarse con sus familias tenían que entrar sin documentos. Este manejo legal, en lugar de prevenir "el crimen", crea las condiciones para que se repita y el castigo aumente. Más de dos tercios de los acusados con una ofensa migratoria habían sido arrestados previamente, el 36 por ciento había sido arrestado por lo menos en 5 ocasiones; el 22 por ciento de 2 a 4 veces, y el 12 por ciento, una vez. Mantener a la gente en la cárcel produce un daño personal y familiar, saca a estas personas del mercado y produce una carga fiscal al tener que mantenerlas encerradas; aunque tiene su lado de oportunidad económica, ya que el sistema carcelario es un magnífico negocio, lo que se muestra con la privatización de las cárceles, cuyos propietarios se benefician con estas políticas draconianas. Desafortunadamente el mal ejemplo cunde y en Europa están aprendiendo lo peor de Estados Unidos; la determinación de encarcelar a los indocumentados 18 meses antes de ser deportados (Directiva retorno30) demuestra que la noción de castigo sobre el castigo se extiende de manera insensata. Si el inmigrante ha sido castigado con la deportación, ¿qué sentido tiene que lo encarcelen antes?

La autoridad migratoria de Estados Unidos ha desarrollado el mayor sistema carcelario del mundo y lo ha puesto fuera de la supervisión social o gubernamental, lo que le ha facilitado mantener un sistema corrupto, brutal, represivo y arbitrario, justificándose con el pretexto de que no hay quejas en su contra (Bender, 2000). Las quejas se eliminan cuando se establece un sistema de represalias en contra de los que hablan, ya que los agredidos y ofendidos son inmigrantes cuya vulnerabilidad es carecer de documentos.31

Hay una consecuencia sistémica no despreciable. Con el pretexto de la defensa nacional contra los peligros modernos: terrorismo y narcotráfico, la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (Immigration and Customs Enforcement, ICE) está poniendo en práctica un sistema de cancelación de las libertades32 que se está ampliando al resto de la sociedad. El sistema carcelario se ha privatizado propiciando un fuerte cabildeo por parte de los dueños de las empresas carcelarias para que las penas por inmigración sean más fuertes y prolongadas, lo que ha propiciado un incremento sustancial en las condenas (Feltz y Stokely, 2008). Se descubre así un interés económico muy marcado detrás de la política que criminaliza a la inmigración.

La legislación inmigratoria le otorga una gran arbitrariedad a los agentes del ICE y les abre un gran espacio para el abuso impune. Se ha llegado al grado de que los agentes detienen gente en los puentes, la esposan y después de varias horas de interrogatorios la dejan ir porque no era culpable de nada. Pueden volver a deportar a un inmigrante sin tener acceso a un juez. Se han eliminado criterios humanitarios y se "blinda" a las instituciones sacándolas del espacio de la supervisión ciudadana y gubernamental eximiéndolas de rendir cuentas. El manejo policiaco en el control de la inmigración, el otorgamiento de discrecionalidad y los espacios en la ley que permiten la arbitrariedad han creado una situación propicia para la violación de los derechos humanos. En los campos de detención del ICE, se han empezado a presentar muertes (sesenta en tres años, incluidos trece suicidios) (Bernstein, 2008).

De la concepción de castigo no se salva ni el asilo político. La reforma legal sobre éste somete al solicitante a un proceso pesado, con frecuencia es detenido quien lo pide hasta la audiencia correspondiente33 y, mientras la solicitud está en proceso, le niegan el permiso de trabajo. Estados Unidos no se ve a sí mismo como un refugio en contra del abuso en el mundo, no ve el asilo como un gesto solidario, esto tal vez sucede porque en gran medida este país causa también este mismo abuso.34 No se ve como un país más en el concierto de las naciones que debe actuar en concordancia con los demás salvando a los perseguidos, sino que quiere llevar la batuta en el concierto, haciendo que los demás se adapten a él. Esto se ve con nitidez en el discurso inmigratorio, en el cual todos deben someterse a consideraciones inhumanas que fueron legitimadas por una ley.35

La criminalización se ha generalizado. La estrategia avanza cubriendo la legislación federal, las leyes estatales y las ordenanzas municipales, llegándose al extremo de prohibir la renta de vivienda a indocumentados, aunque hay ciudades como Riverside, en Nueva Jersey, que tuvo que dar marcha atrás a esta legislación por el impacto negativo sobre la economía de la ciudad, pero el daño simbólico y jurídico ya está hecho en el sentido de que las fuerzas antiinmigración han comprendido que pueden avanzar en el cierre de opciones para los inmigrantes en todos los terrenos, ya crearon un ambiente hostil –hasta el punto de que en los cincuenta estados de la unión solamente en el año 2007 se introdujeran 1562 propuestas de ley relacionadas con la cuestión migratoria, la gran mayoría se orienta a la aplicación de la ley y a imponer restricciones en la prestación de beneficios.

El cambio demográfico de los inmigrantes (jóvenes, con mayor escolaridad y con familia) y el empeoramiento de las condiciones económicas en México han provocado que cada día sean más mexicanos los que cruzan la frontera con la idea de no volver, buscando asentarse con sus familias, lo cual crea mayor crecimiento poblacional y comunidades mexicanas muy visibles. Esto ha alimentado los miedos entre la cultura White, anglo, saxon, protestant (WASP) que no está dispuesta a permitir que se "morenice" su país.36 Hoy los hispanos conforman la minoría más numerosa en Estados Unidos y ya hay sitios donde ya tienen un peso económico y político decisivo. Es por eso que se escucha con mucha frecuencia –por ejemplo en Texas– la preocupación de que se conviertan en mayoría en el año 2050. En una investigación futura convendría analizar qué impacto tendrá en el discurso antimigratorio la elección de un presidente negro.

A raíz del establecimiento de comunidades mexicanas en Estados Unidos, se presenta –cada vez con mayor frecuencia– que haya deportados cuyo español es malo, que desconocen sus lugares "de origen" y que carecen de relaciones sociales y económicas en esos lugares. La deportación es una condena al hundimiento socioeconómico y un fuerte retroceso respecto a sus logros en Estados Unidos. Esto lo saben muy bien el gobierno y los jueces de inmigración estadunidenses, la pregunta es ¿por qué continúan con una política que ellos saben hace mucho daño?37

Algunos funcionarios migratorios arguyen que con esta actitud demuestran que defienden la ley y envían un mensaje sin ambages de que Estados Unidos es un país de leyes, y que nadie que llegue puede atreverse a violar la legislación, aunque el recién arribado por el hecho de llegar indocumentado violó la ley. La realidad muestra que los inmigrantes no son indiferentes ante las leyes, sucede más bien lo contrario, como demostraron Butcher y Piehl (2008) en el caso de California, donde la llegada de inmigrantes ayudó a reducir la criminalidad. Si bien con los trabajadores indocumentados también se cuelan criminales, la propaganda antiinmigrante ha hecho parecer que ambos están intrínsecamente ligados, por ello, urge una labor de esclarecimiento que separe perfectamente a ambos elementos.

Subyace la concepción de que el "criminal" perdió la condición de humanidad y, por lo tanto, puede ser sujeto –y amerita– de los castigos más absurdos, aun contraviniendo la disposición constitucional (octava enmienda) que prohíbe el castigo cruel e inusual. Encontramos que una persona que violó la ley cumple su condena, es entregada al ICE que lo detendrá hasta que le llegue la fecha de un juicio de deportación. Esta segunda detención puede ser más larga que la primera. A una persona se le castiga con la deportación después de haber pagado su deuda con la sociedad, aunque hayan pasado dos décadas desde la inicial y tal vez única falta. La ley se ha endurecido recatalogando faltas menores para convertirlas en felonías y la ley migratoria es retroactiva. Así una falta menor puede acarrear la deportación un cuarto de siglo después.

Los promotores del endurecimiento sostienen que el castigo extremo es un factor de disuasión que convencerá a la gente a no intentar cruzar sin permiso. En la política inmigratoria se castiga a trabajadores cuyo "crimen" es buscar mejores condiciones de trabajo y elevar su nivel de vida, los funcionarios estadunidenses no se tientan el corazón para destruir sus vidas y, si son exitosas, con mucha más razón, eso no frena el flujo inmigratorio, pero despoja a los inmigrantes de sus posesiones. Abundan los ejemplos de personas cuyo trabajo arduo los llevó al éxito –y tal vez por eso los escogieron para ser deportados–, y al ser deportados pierden sus negocios y sus cuentas bancarias son congeladas, además de que las autoridades encarcelan a gente relacionada con ellos. Esta actitud nos evoca la de la inquisición o la del régimen nazi, los cuales, antes de deshacerse de las personas, buscaban "expropiar" los bienes de los acusados.

 

LA DIMENSIÓN POLÍTICA

El gobierno mexicano se ha sometido a la política migratoria de Estados Unidos, ha financiado campañas de deportación y autorizado el uso de violencia contra sus ciudadanos; en cambio, hay gobiernos centroamericanos que han salido a la palestra a pelear y, aunque su peso político y económico es menor que el mexicano, han logrado frenar las deportaciones. La deportación y el fin de las remesas les provocan inestabilidad (a todos) y esto parece ser suficiente para avivar los miedos estadunidenses contra una nueva explosión izquierdista en América Latina, pero no así en México donde han ayudado a que gobierne la derecha; posiblemente su miedo al comunismo sea superior al de los inmigrantes.

Con México, como lo demuestra Abelardo Rodríguez (2008), han sometido al gobierno, han logrado grandes concesiones y un silencio cómplice que ve con complacencia el pisoteo de sus ciudadanos en el otro país. Los gobernantes parecen estar dispuestos a ceder los intereses nacionales a cambio de nada, ya sea por la promoción de intereses personales (Carlos Salinas y Ernesto Zedillo) o por haber sido maniatados hasta la pérdida de la soberanía y la dignidad nacional (Fox).

El gobierno de Estados Unidos se rehúsa a abordar sistémicamente los problemas que comparte con otros países: el tráfico de drogas, el terrorismo local y la inmigración. Posiblemente enfrentarlos le provocaría consecuencias sistémicas severas –por ejemplo atacar el lavado de dinero en los bancos estadunidenses generaría una cantidad enorme de conflictos– y por eso busca traspasarle el peso del problema a los otros, mientras que el gobierno de México prescinde de su posición estratégica buscando con poco éxito un acuerdo migratorio satisfactorio para las necesidades estructurales comunes.

La inmigración no inclina las elecciones y permite mantener el tema fuera de las agendas partidistas, aunque queda un resquicio para que no desaparezca del todo, en especial por las ganancias simbólicas del tema; sin embargo, el incremento demográfico de los inmigrantes y su conversión en ciudadanos con derecho a voto harán que aumente la politización del tema. En el 2008, McCain viajó a México como parte de su estrategia electoral y hay candidatos mexicanos que hacen campaña en Estados Unidos.

El gobierno mexicano carece de cartas para jugar en el ámbito migratorio, tal vez porque no ha sabido combinar su posición de liderazgo con la agenda binacional. En parte, esto se agravó con la posición entreguista de Castañeda cuando era canciller, especialmente con el distanciamiento insensato de Cuba, sin que se lograra nada de Estados Unidos a cambio.

Estados Unidos se ha mantenido distante de América Latina confiado en su superioridad en las relaciones económicas, tal vez también por la cercanía de los ejércitos del subcontinente a su ejército y a su doctrina militar. La postura migratoria no tiene porque variar mientras desde Estados Unidos no vean la necesidad o ventaja política de tal cambio.

 

LA DIMENSIÓN ECONÓMICA

Si se concibe a la inmigración como un fenómeno mundial, entonces deberán buscarse soluciones globales al problema. Los gobiernos negocian acuerdos económicos, especialmente de comercio y dejan fuera el componente económico fundamental: la fuerza de trabajo. En la corriente neoliberal se asumía que la economía orientada a la exportación sería un factor de crecimiento económico, sin embargo, ha sucedido exactamente lo contrario, después de más de dos décadas de haber sido implantada se ha exacerbado la pobreza en Estados Unidos y los países de su periferia.

La globalización exige más competitividad y ésta se ha logrado castigando el salario, lo que a lo largo de la ruta genera desempleo y pobreza. Un ejemplo paradigmático es Wal–Mart que presiona a toda la cadena para que se bajen los salarios y donde llega elimina los negocios locales.

En Estados Unidos, el Estado benefactor logra paliar los efectos de la pobreza, pero es más cómodo culpar a los inmigrantes antes que reconocer los yerros de la política económica; en América Latina, no existen recursos para instrumentar programas benefactores similares a los estadunidenses y el espejismo de un mejor futuro económico solamente generó el engrosamiento de las filas de la pobreza extrema. Ya no solamente es que la pobreza sea mucha, sino que su calidad empeora cada día y la opción más viable para derrotarla ha sido la emigración.

Los países expulsores pierden capital humano, gente emprendedora y trabajadores sanos; los países receptores analizan las formas de controlar los flujos con una "utilización" a veces cínica de esas capacidades, pero sin contribuir a una solución global de la pobreza. Hay países que calman su conciencia con ayuda internacional que muchas veces cae en manos corruptas y ayuda a prolongar los efectos e impactos de una política económica errónea, otros como España sostienen que la solución consiste en frenar la emigración ayudando a los países expulsores a que se desarrollen y mientras eso se logra, deben atender a los inmigrantes en su país porque, gracias a ellos, alcanzaron un elevado crecimiento. La generalización de este discurso entre los países receptores seguramente cambiaría radicalmente la faz de la cuestión

 

ALGUNAS PROPUESTAS

En virtud de la condición sistémica del tema migratorio quiero sugerir algunas medidas:

1) Reconocer que los indocumentados son refugiados económicos y establecer fondos de compensación continentales para ayudarles a encontrar ocupación, ofreciéndoles buenas condiciones de integración social, económica y cultural en los países receptores. Esto mientras maduran los programas de activación económica que se pondrán en marcha en los países expulsores de mano de obra para que los inmigrantes puedan volver voluntariamente a sus lugares de origen.

2) Rechazar las medidas policiacas y militares para el control de la inmigración; desmantelar los aparatos militares de control migratorio.

3) Reconocer que las políticas de aislamiento afectan los derechos humanos; agreden el sistema constitucional de libertades; provocan un gran sufrimiento económico, social y político tanto entre los inmigrantes como entre los ciudadanos de países receptores no parecen llevar a ningún lado y crean un gran sufrimiento.

4) Formular una agenda de mundialización que tenga en primer lugar la elevación de la calidad de vida.

5) Crear un fondo de inversión internacional para promover el desarrollo económico en los Estados expulsores. Propugnar por la creación de empleos bien pagados para elevar la calidad de vida en el mundo. Tomando en cuenta el efecto dispersor de la capacidad económica, si el proyecto se empieza en diversos países, estas inversiones tendrían un fuerte impacto en las economías regionales, y en un plazo de diez años el tema de la emigración indocumentada estaría prácticamente resuelto y se podría atraer a los inmigrantes de regreso a sus países sin necesidad de sufrir agresión policiaca. Se puede empezar en un país en las regiones con mayores índices de expulsión y luego moverse hacia el resto de la nación. Es conveniente que estos programas los articule la ONU para evitar que las expotencias colonizadoras busquen asegurar la dependencia de los países. Los fondos se pueden tomar de los recursos que se utilizan para promover una guerra de baja intensidad en las fronteras y en la construcción y mantenimiento de muros fronterizos u otras medidas de bloqueo de personas; una consecuencia será un periodo de crecimiento económico acelerado con una mejor distribución internacional de la riqueza.

6) El problema de la pobreza no se resolverá en el corto plazo y los acicates a la emigración persistirán, por eso se requieren políticas de amnistía en los distintos países para facilitar el trabajo de los inmigrantes, que se les garanticen los derechos que les corresponden y que puedan continuar enviando ayuda económica a sus familias.

7) Establecer mecanismos de transferencia de recursos para que la intermediación no sangre los envíos de remesas.

8) Crear programas de educación y difusión que desactiven el discurso intolerante, racista y xenófobo que se ha colgado al tema de la inmigración.

9) En el caso de Estados Unidos –y posiblemente de otros países– se puede explorar el desarrollo de la industria de alta tecnología y la relacionada con la seguridad nacional en México con la intervención de ambos países. El desarrollo de esta industria conlleva crear trabajados calificados y de salarios elevados, lo que ayudaría a arraigar a la mano de obra.

10) Mover los controles fronterizos entre zonas asimétricas de desarrollo para generar zonas fronterizas de integración, lo que crearía un gran potencial económico que funcionaría como amortiguador para la fuerza de trabajo que llega a la frontera. Un sistema de este tipo atraería plantas maquiladoras y generaría una gran capacidad económica. Todas las fronteras son porosas, pero contando con oportunidades de trabajo, el tema de la emigración indocumentada caería drásticamente y la intervención policiaca podría destinarse a la lucha contra la criminalidad y las mafias que se mueven entre países.

11) Cesar las deportaciones masivas y facilitar los procesos de regularización y el ajuste de estatus. Estados Unidos no destina fondos para las naturalizaciones y le traspasa la carga económica a los inmigrantes, lo que según la burocracia alarga los plazos del proceso. Estados Unidos debe invertir en programas de naturalización, lo cual podría lograr al reducir su inversión en armamento y manejo policiaco de la inmigración.

12) Se debe dejar de lado la postura cínica que trata de culpar de la emigración a los países pobres expulsores de población, aceptando los países ricos que se han beneficiado de la extracción de riqueza de esos países y de los inmigrantes. Aceptar que la emigración es producto de desajustes estructurales internacionales con responsabilidades múltiples y compartidas puede convertirse en un buen inicio para fomentar una nueva actitud de tolerancia y convivencia entre comunidades, donde lo primero que se desactivaría es la cultura del odio, lo que tendrá gran repercusión y beneficio para lograr la armonía, por ejemplo dentro de Estados Unidos.

13) Se debe articular una campaña de comunicación, dando especial énfasis a los medios electrónicos, para desactivar las visiones racistas y reducir o eliminar el impacto de la política de odio en contra de los inmigrantes, entre otras cosas, se debe reconocer las aportaciones económicas, sociales y culturales de las comunidades de inmigrantes.

14) Debe iniciarse un programa de reducción y perdón de sentencias a los inmigrantes cuyo "delito" ha sido cruzar indocumentado y facilitar programas de reunificación familiar.

15) En América iniciar junto con Canadá modelos de ocupación para indocumentados de tal forma que se pueda distribuir continentalmente la ocupación de la gente y ampliar las formas de integración social de los desplazados por la injusticia económica.

 

UNA ÚLTIMA PALABRA

El problema de la migración indocumentada tiene una composición estructural y no se resolverá en el corto plazo. Debe reconocerse como una cuestión sistémica mundial y abordar el tema con paradigmas no convencionales, alejándonos de las explicaciones que separan al mundo entre buenos que empuñan armas para vigilar fronteras y malos que emigran para entregar trabajo fuerte y honesto. Un buen inicio puede ser el reconocimiento de la transferencia de recursos humanos preparados y una elevada vocación de trabajo hacia las economías receptoras y una obligada compensación hacia esos países que pierden capital humano.

La pobreza es un factor de expulsión. México debe luchar contra ella, no sólo por la dimensión ética de tener condenados a decenas de millones de personas sin posibilidad de progresar, sino porque hace inviable la economía nacional; pero Estados Unidos debe asumir su responsabilidad en el proceso de empobrecimiento. La pobreza ancla las posibilidades del despegue económico nacional y sienta las bases de la fortaleza capitalista en Estados Unidos. Debido al régimen de privilegio en ambos países y la pésima distribución de la riqueza y el ingreso, la pobreza parece condenada a existir hasta la eternidad y por supuesto a ser un elemento de fricción y tensión interna convirtiéndose en un riesgo nacional.

No obstante ser un factor crucial para la seguridad nacional, su manejo y visión se ha distorsionado, ya que se ha optado por el asistencialismo, por la continuación del clientelismo, la reproducción de los rasgos más perversos del autoritarismo y por tolerar, así como animar la salida de la gente. La postura histórica de México frente a la exigencia de control de Estados Unidos era que no se podía restringir la libertad de movimiento establecida en la Constitución, posición impecable a no ser porque en el fondo subyace la búsqueda de las remesas monetarias para estabilizar la macroeconomía.38

Solamente con democracia se derrotará a la pobreza y junto con ella a la emigración —por democracia no me refiero exclusivamente a las votaciones, sino también al logró de un régimen de libertades e igualdad incluida la económica—. No se puede considerar democrático a un país con los niveles de miseria que tiene México. La transición será prolongada y tortuosa, pero es fundamental que mientras se alcanza la democracia, cuando pensemos en la migración lo hagamos cambiando paradigmas.

Con el actual modelo económico es inevitable el aumento de la cantidad y calidad de la pobreza, y como una de sus consecuencias se incrementa la emigración. México exporta pordioseros39 y profesionistas empobrecidos, así como mucha gente desesperanzada que no encuentra acomodo en la economía, aunque se haya preparado. Urge modificar el modelo.

La continuación de la pobreza exacerbará la fragilidad de las economías provocando que emigren los pobres, las clases medias y hasta las elites educadas, porque la inviabilidad económica se extiende a través de las clases sociales. La fuga de cerebros se generaliza expulsando a los mejor preparados en todas las capas sociales y se desperdicia la gran inversión en capital humano, lo cual arriesga la viabilidad de los países expulsores. Esto cuestiona cualquier programa de "control" de la migración que se sustente en la premisa de que se pueden "sellar" fronteras y establecer medidas policiaco–militares que inevitablemente llevan a la violación de los derechos humanos.

La emigración se cruza de manera muy peligrosa con el mundo de la delincuencia. Hoy las redes de tráfico de personas son tan rentables como las de drogas, el ataque contra ambas actividades criminales será insuficiente con acciones unilaterales y más aún si los gobiernos confunden los efectos con las causas y atacan a la expresión del problema que no es criminal.

El mundo debe asumir una política internacional de atención a las emigraciones dándole atención a los desplazados de la tierra y a los desvalidos expulsados de su país por injusticia y explotados por el que los recibe para descartarlos cuando no le son útiles. Se debe devolver la dignidad a los trabajadores que se desplazan para conquistar aunque sea un poco del futuro del que se les ha despojado.

Las medidas policíacas no funcionan y agravan la violación a los derechos humanos. La inmigración y el trabajo se han criminalizado y los castigos han ido aumentando sin frenar el flujo de inmigrantes. Encarcelarlos implica sacar del mercado a una fuerza de trabajo productiva y aumentar los gastos del Estado en penales. Es una falacia poner en el terreno de los delincuentes a gente trabajadora, audaz, responsable, porque con eso se evita atacar de frente las causas que los expulsaron de sus países y que se pueden resumir en dos palabras: explotación y miseria.

No reconocer la naturaleza de la migración indocumentada facilita privilegiar agendas prejuiciadas y marcadas por una ideología intolerante. Un rechazo a priori de la inmigración evita la integración social y la aculturación, mientras el mundo globalizado requiere de una nueva sensibilidad y apertura para crear nuevos mestizajes, y una elevación de la humanidad a nuevos estadios de convivencia.

A partir del reconocimiento de las pocas posibilidades que tienen amplios segmentos sociales para sobrevivir en sus lugares de origen, sugiero considerar a los emigrantes como refugiados económicos. A partir de esta premisa debemos recomendar que las instituciones multinacionales –como la ONU, Unión Europea, OCDE, OEA, Mercosur, etc.– articulen propuestas y mecanismos de acción y presupuestos para atacarlo de manera rápida, eficaz y más que nada humanitaria. A final de cuentas como dice Yehezkel Dror, ésta es la razón de humanidad que consiste en poner en primer lugar en las agendas públicas la mejoría en la calidad de vida.

 

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NOTAS

1 Es el mismo caso de la lucha contra el narcotráfico: la discrepancia ahí consiste en que México sostiene que Estados Unidos debe atender el consumo de las drogas, ya que frenando la demanda se detiene la producción y el tráfico. Sin embargo, Estados Unidos sostiene que la responsabilidad recae en los países productores; y, aunque en el discurso ya reconoce el problema del consumo interior, en sus acciones de política externa adjudica la carga del control en los países productores y de tránsito.

2 "Algunos hombres conocen ya el arte de concentrar en las manos de un reducido número, junto a la riqueza y el poder, la casi totalidad de los goces intelectuales y materiales que puede presentar las existencia, la muchedumbre semisalvaje aún ignora el secreto de expandir el bienestar y la libertad sobre todos [...] se halla indefectiblemente a merced de la violencia y de la astucia, y se muestran listos para sufrir cualesquiera tiranías con tal que se les deje vivir" (Tocqueville, 2003: 52).

3 Para lidiar con la pobreza, el gobierno ha instrumentado programas asistenciales que reclaman ingentes cantidades de dinero; sin embargo, no la resuelven, son simples paliativos, porque lo que se necesita son factores de crecimiento económico. Véase el magnifico análisis sobre el asistencialismo que hace Antonio Hermosa en su introducción a la traducción que hizo del libro de Tocqueville, quien decía "Toda medida que funde la asistencia legal sobre una base permanente y le dé una forma administrativa crea, pues, una clase ociosa y perezosa que vive a expensas de la clase industrial y trabajadora [...] el derecho que tiene el pobre a obtener los auxilios de su comunidad tiene esto de particular: que en lugar de elevar el corazón del hombre, lo rebaja" (2003: 67).

4 Un salario de un dólar la hora es alto en la industria maquiladora en México, mientras que en Estados Unidos ese mismo trabajo se paga en diez dólares. El salario mínimo en México es de 65 centavos de dólar por hora mientras que en Estados Unidos alcanza 5.75.

5 Coatsworth dice: "Latinoamérica sigue siendo hoy en día la región más desigual en todo el planeta [… y] la desigualdad lleva a la creación de instituciones que inhiben el desarrollo económico" (2008: 9 y 13).

6 Herrera–Sobek (1979) demuestra que la gente que trabajó en Estados Unidos con el programa Bracero tenía una buena opinión sobre su experiencia ya que les había permitido crearse una base económica personal.

7 En una ocasión vi un cartel que decía: "No existe persona ilegal en el mundo", por eso utilizo indocumentado y no ilegal. El presidente ecuatoriano Rafael Correa sostiene que hay que ver a esta inmigración como una falla administrativa y no como un crimen.

8 "Descubrí que estaba profundamente integrada en la identidad del refugiado en general una sensación dinámica de dolor, sufrimiento, y perdida que emergía ocasionalmente para sumergirse de nuevo, y cambiar de intensidad con el tiempo, pero afectaba a todos los refugiados personalmente y por los años venideros. Verdaderamente, la universalidad de esta pena, no solamente para estos refugiados, sino para todos los emigrantes y exiliados, ha sido descrita por los psicoanalistas León y Rebeca Grinberg [...] que escriben metafórica y psicológicamente: "el que se va muere y también los que quedan atrás. La sensación de duelo con el que cada parte responde a la separación puede ser comparada con la de la muerte de un ser querido. La asociación inconsciente entre partir y morir es extremadamente intensa" (Spitzer, 1988).

9 Véase la estremecedora historia que cuenta Gerardo Olivares (2007) de un nigeriano que busca llegar a Europa en la película 14 kilómetros.

10 Europa ha creado una agencia con capacidad militar para controlar y frenar la emigración africana.

11 Ambos países son federaciones con un diseño constitucional muy similar, de ahí la equivalencia entre estados y municipios con estados y condados.

12 Hay diversos criterios para medir verticalmente la frontera (Tuirán y Avila, 2002). El Acuerdo de La Paz que involucra temas ambientales considera la frontera con una extensión de 100 millas (160 km).

13 Es importante recalcar que El Paso se beneficia de inversiones en bienes raíces, negocios y estudiantes (que van desde primaria hasta la universidad) de una zona muy amplia que incluye ciudades como Chihuahua, Parral, Nuevas Casas Grandes y otras tan lejanas como Torreón, que dista 1000 km de la frontera. Los tres grandes centros comerciales (shopping malls), un outlet (centro comercial de saldos y segundas) existentes y un mega centro comercial en planeación tienen como meta atraer al mercado mexicano.

14 En 2007 la ciudad tenía 714 445 habitantes, 209 477 hogares, el ingreso promedio era de 29 359 dólares. 106 000 hogares (el 50.6 por ciento) tiene un ingreso inferior a 35 000, mientras que en el 2006 el ingreso promedio por hogar en Estados Unidos llegaba a 48 201.00 dólares. Aun cuando no es una ciudad rica, La Plaza Mall tiene el ingreso de ventas al menudeo más alto de Estados Unidos por pie cuadrado. Estos números pueden explicarse porque McAllen se beneficia de la cercanía e impacto de una de las ciudades más ricas de México (Monterrey) y la parte norte del estado petrolero de Tamaulipas.

15 El poder económico del narcotráfico alcanza prácticamente a cualquier institución. El narcotraficante mexicano El Chapo Guzmán utilizó a Citibank (primer banco de Estados Unidos) y Wachovia (cuarto banco de ese país) para triangular operaciones de compra de aviones.

16 Los fronterizos siempre tienen alguna historia que contar en estos terrenos. Como dice Bowden (2004): todo mundo sabe que existe pero nadie lo entiende.

17 El gobierno de Bush no tuvo que demostrar que había armas de destrucción masiva en Irak y hasta mintió para justificar la invasión (Woodward, 2006), así que tampoco tenía que demostrar la existencia de la liga entre narcotráfico y terrorismo para continuar militarizando la frontera.

18 El sheriff de Johnston County en Carolina del Norte dio una entrevista en la que acusa a los inmigrantes indocumentados de ser sucios (trashy), reproducirse como conejos y tener una cultura de embriagamiento y violencia (Immigration Policy Center, 2008).

19 El 5 de mayo (1862) tiene una gran relevancia en México porque se conmemora una batalla en la que se derrotó al ejército invasor francés. En Estados Unidos, normalmente se confunde con la Independencia de México (16 de septiembre 1810).

20 En la conmemoración de 2008, la Casa Blanca invitó a cantar a Shaila Durcal lo que levantó fuertes molestias en México por tratarse de una cantante española en lugar de incluir a una cantante mexicana.

21 El 19 de abril de 1995 estalló una bomba en el edificio federal Alfred P. Murrah en el centro de Oklahoma, atentado que dio como resultado 168 muertos y más de ochocientos heridos. Los responsables eran simpatizantes de un movimiento tipo miliciano que así se vengó de acciones contra el gobierno contra las milicias.

22 Bajo esta óptica no debe sorprender que a Barak Obama le hayan hecho acusaciones de socialista en la campaña presidencial de 2008.

23 Carlos Spector, un abogado de El Paso, Texas, está promoviendo cinco juicios de asilo político para víctimas de la violencia actual en la frontera y, aunque la solicitud de asilo es un proceso legal, ha sido abordado por los Minutemen (http://www.minutemanhq.com/hq/), un grupo antiinmigrante que patrulla la frontera armados, para disuadirlo de continuar con los procesos legales con el argumento de que esta apoyando a los "ilegales".

24 Aunque hacia el final de la campaña se filtró que una tía de Barack Obama estaba en el país indocumentada.

25 Abordé esta situación en Schmidt (1996).

26 En Ciudad Juárez se cuenta con sorna que en el centro de detención en El Paso, ubicado junto al puente de la calle Stanton, habían detenido millones de Panchos Villa, porque cuando la gente era detenida contestaba que su nombre era Pancho Villa.

27 ¿Qué pensará este ex presidente de la elección de un negro como presidente de Estados Unidos?

28 Véase la película de Michael Moore (2002), Bowling for Columbine, donde explora la tesis que en Estados Unidos habiendo menos armas per cápita que en Canadá y varios países europeos hay muchos más muertos por arma de fuego.

29 En octubre del 2008 estalló un escándalo en Ciudad Juárez porque la policía municipal detuvo a un joven en la rivera del Río Bravo acusándolo de estar allí. Al estar detenido encontraron que llevaba consigo una tortuga y el juez lo condenó a nueve años de prisión.

30 Es significativo que mientras Bolivia, Venezuela y Ecuador protestaron de manera enérgica y hasta han amenazado con acciones drásticas, México guardó silencio, tal vez para ser congruente respecto al silencio que mantiene con Estados Unidos permitiendo la agresión contra sus ciudadanos.

31 Un detenido de Guinea "se cayó" y se fracturó el cráneo, fue esposado de manos y pies, y dejado en el suelo mientras echaba espuma por la boca. Después de cuatro meses de coma murió. La familia decidió no demandar por temor a ser deportados.

32 En este terreno, se ven desde la cárcel de Guantánamo hasta el espionaje a los ciudadanos y la prerrogativa del gobierno de mantener detenidas a las personas sin una acusación formal.

33 Emilio Gutiérrez es un periodista chihuahuense que huyó de las amenazas de muerte del ejército, pidió asilo político en junio de 2008, fue encarcelado y se le fijo una audiencia para marzo del 2009. El ICE sostiene que no ha demostrado su identidad –aunque entregó la credencial de elector– y que no asegura no ser un riesgo para la comunidad.

34 Estados Unidos entrenó a una buena cantidad de los dictadores militares latinoamericanos en la Escuela de Las Américas y recientemente se hizo público que entrenabaen tortura a los policías de la ciudad de León en el Estado de Guanajuato. "¡Me vale Wilson!", reta el alcalde de León, véase <http://www.eluniversal.com.mx/estados/68950.html>, consultada el 4 de julio de 2008.

35 El conflicto reciente entre narcotraficantes ha lanzado a varios jefes policiacos mexicanos a pedir asilo en Estados Unidos, una congresista de Texas dijo que posiblemente merezcan esa protección pero en otro país.

36 Los estadunidenses acostumbran sintetizar conceptos con iniciales. La infracción por manejar en estado de ebriedad se llama dwi (driving while intoxicated) y ahora se ha puesto de moda un nuevo cargo dwb (driving while brown) o dwl (driving while Latino) que refleja el hecho que se hacen perfiles raciales para detener a la gente y solicitarles documentos inmigratorios con lo que las policías municipales le hacen el trabajo al ICE.

37 Un recurso para facilitar la deportación ha sido la redefinición del daño extremo que causaría la deportación contra la noción de daño excepcional, siendo casi imposible de demostrar esta última. Por ejemplo, la separación de los hijos de sus padres no representa un daño excepcional.

38 He puesto en duda que las cifras de remesas manejadas por el gobierno mexicano sean estrictamente remesas "legales" dándose la posibilidad que entre esas cantidades entre dinero ilícito; las cantidades y su crecimiento son fenomenales y quedan abajo solamente de los ingresos petroleros. De 2003 a 2007 los ingresos petroleros –con el ascenso impresionante del precio del barril del crudo– alcanzaron 156 232 848 000 dólares, las remesas 97 077 008 000, turismo 48 671 049 000 y exportaciones agropecuarias 30 469 008 000 (explore este tema en Schmidt y Spector, en prensa).

39 Me ha tocado ver a los pordioseros mexicanos afuera de la cadena Walgreens pidiéndole limosna a los mexicanos más acomodados en El Paso, Texas.

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