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Polis

versión On-line ISSN 2594-0686versión impresa ISSN 1870-2333

Polis vol.11 no.1 México ene./jun. 2015

 

Reseñas

La cocina del diablo. El fraude de 2006 y los intelectuales

Juan José Martínez Becerra* 

*Profesor-Investigador de Tiempo Completo de la Universidad de la Sierra Sur (UNSIS). Candidato a Doctor en Ciencias Sociales por El Colegio de Sonora. Sus áreas de especialidad son: Acción Pública, Políticas Públicas, Desarrollo Sustentable, Gobierno Electrónico y Estudios Municipales. Correo electrónico: jose.becerra77@hotmail.com

La cocina del diablo. El fraude de 2006 y los intelectuales. Díaz-Polanco, Héctor. México: Temas de hoy, 2012. 247p.


El doctor Héctor Díaz-Polanco, profesor investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y miembro activo del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología Nivel III (SNI-CONACYT-III) presenta su más reciente libro titulado: La cocina del diablo. El fraude de 2006 y los intelectuales; documento que se compone de un total de 247 páginas, dividido en un total de tres apartados temáticos y 11 subtítulos multi-temáticos, todos interrelacionados bajo la lógica de un entramado hipotético que intenta responder a la pregunta de investigación: ¿hubo fraude en los resultados de la elección presidencial en México en el año 2006?

Para responder a dicho cuestionamiento, el doctor Díaz-Polanco retoma una serie de estudios y análisis estadísticos, en algunos casos de difícil comprensión (o que en cierta forma no logra hacer dichas cuestiones entendibles para el ciudadano común); aunque resulta por demás interesante observar cómo es que la aplicación de los análisis estadísticos a los resultados electorales detonan una serie de índices y tendencias que harían dudar a más de uno sobre la validez del resultado electoral en el año 2006.

Cabe señalar que a lo largo de todo el documento, los verdaderos protagonistas resultan ser el doctor Wolf Luis Mochán Backal y el grupo de expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM y de la Universidad Autónoma Metropolitana UAM, entre otras instituciones de educación superior, quienes a través del "Seminario UNAM: elecciones 2006. Análisis de los resultados electorales del 2 de julio de 2006", desarrollaron múltiples argumentos plasmados en documentos y artículos científicos para sostener la existencia de irregularidades dentro del comportamiento cuantitativo de los resultados de la elección, documentos que si bien se encuentran disponibles en Internet, resultan poco conocidos y difundidos.

Nombres de investigadores como los doctores Víctor Romero Rochín, Miguel de Icaza-Herrera, Ricardo Mansilla Corona, Luis Horacio Gutiérrez, Francisco Portillo Bobadilla, Alejandro Lara, Rogelio Caballero; el licenciado Emiliano Calderón; el matemático Martín Hardy B.; el ingeniero Gerardo Horvilleur M.; el biólogo Tobias Portillo Bobadilla, entre otros, son los que nutren la autoría de los documentos generados en dicho seminario y que fueron retomados por el doctor Díaz-Polanco para sostener su postura crítica respecto al análisis de los resultados de las elecciones de 2006.

Cabe señalar que, aunque no es la intención, éste libro resulta ser una continuación inherente a textos como La herencia: arqueología de la sucesión presidencial en México o 2006: Hablan las actas. Las debilidades de la autoridad electoral mexicana escritos por Jorge Castañeda y José Antonio Crespo, respectivamente, ambos son similares al libro de Díaz-Polanco en cuanto a la información que brindan sobre el estudio de los procesos electorales, la estadística, el uso de la tecnología y el fraude electoral.

Debido al abordaje de tales temáticas, este libro puede resultar para los ámbitos más conservadores de este país un acto de "irreverencia político-partidista"; mientras que en el ámbito académico más de un investigador puede considerar que tratar de demostrar un fraude electoral a través de la recolección, organización y sistematización de evidencias estadísticas podría ser en sí un acto por demás "desproporcionado" para los fines de la propia ciencia.

No obstante, para la ciencia social en México este texto resulta un respiro ante la ausencia de visiones críticas sobre la realidad de los procesos político-electorales y los acontecimientos relacionados con los procesos de legitimación del Estado mexicano, ya que el cuestionar la validez del resultado de las elecciones federales del año 2006 resulta un legítimo "atrevimiento" en un país donde la duda está ausente en la mayoría de los espacios de supuesta "reflexión", sobre los procesos político-partidistas-electorales.

En ese tenor es que nos atrevemos a señalar que este documento se enmarca históricamente entre aquellos pocos que han sido desarrollados para reflexionar de manera crítica acerca del papel y la función del científico social y el intelectual en la sociedad mexicana; su posición al interior o fuera del Estado, y sus intencionalidades como creyentes o críticos de la realidad social.1 Es así porque hablar del colectivo académico y científico, en cualquier país y momento histórico, es cosa complicada, no sólo por lo osada de la propuesta en términos de la sensibilidad política de la elite científica, sino debido a que es un tema poco explorado por la propia comunidad académica.

Es muy interesante la manera en que alguien como el Doctor Díaz-Polanco (Investigador SNI-III), ve al sector académico desde el interior de la propia academia, desde las entrañas de ese colectivo polimorfo que construye ciencia y que, en determinados momentos, se convierte en intelectuales o líderes de opinión, y que en ocasiones recurrentes se institucionalizan a favor de los intereses del Estado, a quienes el autor acuña con el término de "comentocracia".

No se puede evitar percibir la simpatía del autor por el ex candidato a la Presidencia de la República de México, Andrés Manuel López Obrador; cuestión que queda evidenciada principalmente en el desarrollo de los primeros dos capítulos del libro.2 A pesar de ello, la preferencia político-partidista del académico Díaz-Polanco, lejos de quitarle credibilidad a su argumentación, resulta una referencia vertebral de la postura ideológica sobre la que desarrolla sus principales ideas; puesto que; el académico al igual que cualquier ciudadano común, tiene una postura definida en cuanto a hechos político-partidistas, y resultan pocos los que tienen el atrevimiento de hacerla pública.

Más allá de lo anterior, el hablar de un proceso electoral con todas las consecuencias del mismo en términos de credibilidad, legitimidad, conflicto e intereses que se circunscriben rededor del poder político fáctico, es un ejercicio muy complejo, pues las hipótesis y validación de las mismas pueden o no trastocar intereses concretos o simbólicos de las agrupaciones políticas participantes, de las decisiones públicas y de los procesos políticos que mediante múltiples estrategias consiguieron o no su principal objetivo: la búsqueda del poder del Estado y el gobierno mexicano.

Para tratar de responder a la pregunta que da origen a este libro, el autor coloca el énfasis argumentativo en la duda como motor de la generación de verdades científicas y la contraposición con la "creencia" de la validación ideológica de las estructuras sociales dominantes.

Cuando se interfiere con el azar, se nota" se constituye en la aseveración vertebral del documento; de igual manera, demostrar cómo se interfirió con el azar en los resultados de las elecciones saca a relucir el problema de las actas inconsistentes, el comportamiento errático del Programa de Resultados Preliminares (PREP) del Instituto Federal Electoral (IFE) y las "locuras" en su comportamiento. Y considerar a las computadoras no sólo como un instrumento de captura de información, sino como un filtro selectivo y condicionado de tendencias de votación, resultan postulados por demás provocadores.

Para caracterizar la intervención en los resultados electorales se desarrollan argumentos que quedan plasmados principalmente en el capítulo titulado "Excurso. Los análisis a partir de la Ley de Benford", donde se retoma la revisión y el desarrollo argumentativo y crítico de la llamada "Ley de los grandes números" y nos brinda una disertación al respecto, con la que plantea la posibilidad de que, gracias a esta ley, es posible advertir cuando los dígitos son modificados con la intención de engañar o defraudar al hacerlos parecer como resultados veraces, lo cual implica la alteración de las cifras en su peculiar regularidad por la intervención humana. Es decir, es una herramienta que puede permitir identificar cuando cifras aparentemente "aleatorias" han sido manipuladas por el ser humano para indicar tal o cual tendencia y que, en el caso de las elecciones federales del año 2006, la ley aplicada como prueba de validez estadística, indica resultados sobre la aparición de cierta regularidad atípica en determinados números lo cual indica la manipulación de las cifras.

A la par de lo anterior, argumentos como los del doctor Romero Rochin, uno de los intelectuales más mencionados por Díaz-Polanco, sostienen el descubrimiento de un "fraude cibernético", en el cual se pasarían votos del PRI al PAN, lo cual es capital es la hipótesis central de la redistribución electoral y el errático comportamiento de las tendencias electorales del año 2006.

En el mismo sentido se brindan argumentos para sostener la hipótesis de que en el año 2006 se dio una combinación entre lo tradicional y lo novedoso, entre el fraude "a la antigüita" y el "cibernéticamente" orquestado, y pone en el centro del debate también la capacidad organizativa, financiera y política del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en los procesos electorales.

Díaz-Polanco también pone en discusión la existencia de miembros del magisterio, no sólo como una estructura incorporada de forma secreta en las casillas electorales, sino como un ente cuya formación de sus integrantes ha sido como "operadores" electorales, educados, instruidos y capacitados para tal fin.

Se presentan premisas que contra-argumentan el discurso en el cual se criticaba el recuento de los votos porque significaba acusar a los ciudadanos, libres de toda sospecha, de haber hecho trampas, para dar pie a la posibilidad de que buena parte de esos ciudadanos no sean probos y libres, sino "operadores electorales" miembros del SNTE, indicando de forma explícita una supuesta filtración en el IFE por parte de aquel sindicato.

De igual forma se sostiene que los errores en las actas no fueron meros "errores humanos", ya que se percibe una "curiosa" tendencia de equivocarse a favor de un candidato y en prejuicio de otro, de manera definida.

El autor señala la existencia de una desconexión entre votos, boletas y el computo realizado de los mismos; retoma las argumentaciones sobre la invalidez electoral y la incertidumbre, y pone tanto en duda como a debate la llamada tesis de la "determinancia" de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) al brindar una contraposición teórica conceptual entre dicha postura a través de lo sostenido por científicos de la UNAM, quienes argumentan y critican que, mientras las elecciones se ganan por votos, el TEPJF actuaba como si los comicios presidenciales se decidieran según quien ganara más casillas.

No obstante todo lo anterior, una de las partes nodales y de mayor contribución del texto son las reflexiones y análisis que realiza acerca de los intelectuales en México y el papel que, a su percepción, jugaron en las elecciones federales del año 2006.

El Doctor Díaz-Polanco pone el dedo en la llaga al encontrar posturas contrapuestas entre los científicos de la UNAM al realizar sus análisis de la elección del año 2006. Con análisis estadísticos, algunos investigadores generaron una masa crítica del resultado electoral distinta de aquellos académicos (principalmente los científicos sociales) que señalaron en su momento que "por no tener las habilidades técnicas para hacerlo" no podían profundizar en la vertiente estadística del análisis de las elecciones.

Lo anterior resulta por demás interesante, pues pone en evidencia la deficiente formación cuantitativa de algunos investigadores en ciencias sociales, lo cual implica una inherente crítica al propio Sistema Nacional de Investigadores.

El capítulo titulado "Los intelectuales y la política" analiza críticamente cómo, desde una vertiente académica comercial y pragmática, se pasó de las explicaciones a las "platicaciones",3 y revisa críticamente la influencia de la socialdemocracia neoliberal en los intelectuales en México y el pragmatismo en el que reside su principal fundamento, donde la mayoría de las aseveraciones resultan pseudocientíficas y las evidencias resaltan por su inexistencia.

En el texto se destaca que, si bien el principal motor de la ciencia es la duda, existen intelectuales "creyentes" con posturas ambivalentes en cuanto a la crítica de los resultados electorales: evidencias como la actitud poco decidida de José Woldenberg, las posturas definidas de Jorge Castañeda y las ideas y posturas conservadoras de Enrique Krause; por lo tanto, se analiza el papel y la postura de la llamada "comentocracia".

Con base en lo anterior, se sostiene de forma consistente que el intelectual debe ser un estudioso de la realidad desde la perspectiva de la contradicción, la complejidad y la duda, y no desde la convicción, lo simple y la creencia, es decir, entiende al mundo desde el conflicto, no desde la armonía.

Díaz-Polanco retoma documentos, declaraciones y posturas poco difundidas pero que para el juicio histórico son de fundamental trascendencia, como el documento firmado por 61 investigadores pertenecientes a 25 instituciones de educación del país y publicado el día 4 de agosto del año 2006, dónde se señalaba que por no cumplirse el principio de certeza, sería imprescindible realizar un conteo de todas las votaciones de la elección del proceso electoral en el año 2006. Contrapone esto con la postura institucionalizada de 136 intelectuales que dos días antes, el 2 de agosto de 2006, firmaron y publicaron un manifiesto, dándole el "espaldarazo", y por consiguiente el apoyo, al resultado de las elecciones federales de México, apoyando la gestión del IFE. Entre estos últimos académicos incluso se plantea que la mayoría desconocían la existencia de los argumentos matemáticos con los cuales se sostenía la existencia de un fraude electoral.

Por último, el autor apoya el compromiso y congruencia con la duda que debería existir por parte de los intelectuales, detalla tristemente el triunfo del medio sobre el fin, retoma los postulados de un intelectual neo socialdemócrata para debatirlos uno por uno y dialoga de forma contrapuesta con ideas de Enrique Krause respecto de la hegemonía cultural priísta y la división de la familia cultural mexicana, para describir y analizar lo que Díaz-Polanco ha llamado un "desplazamiento politico cultural".

El libro es evocador y provocador, pero sin referirnos solamente al significado coloquial y peyorativo de tales términos, sino a la sustancia de los mismos en cuanto a incitar, estimular, traer algo a la memoria o a la imaginación para la revisión crítica de una realidad intelectual, política y social en México.

Es un texto que reflexiona sobre la importancia de preservar la información histórica en aras de descubrir la realidad y la verdad de las causas; así como las cosas simples y complejas que configuran la realidad más allá de un estudio y análisis superficial, por lo que se centra en la importancia del estudio crítico a posteriori.

Uno de los logros de dicho texto es que, después de leer este libro, muchos lectores no se explicarán cómo es que los documentos elaborados por los científicos de la UNAM y la UAM, entre otras instituciones, no fueron difundidos públicamente en los medios tradicionales de comunicación, y tampoco fueron retomados en materias orientadas al análisis estadístico o cuantitativo de los fenómenos sociales en los programas de posgrado o licenciatura a nivel nacional.

La ausencia de los científicos sociales en el proceso de construcción de evidencias y validación de resultados, por ignorancia, desconocimiento o indefinición, sólo constituye un atributo más para acrecentar la crisis de legitimidad de las ciencias sociales en México.

La resistencia de los científicos a transmutar de meros actores en la realidad a agentes de transformación con sus posturas, argumentos y conocimientos, permite caracterizar un gremio cuya coaptación y control por parte del Estado es más que eficaz en la mayoría de sus latitudes.

Ante tal crítica al papel de los científicos sociales, ausentes en el proceso de validación social y legitimación política propiciado por los mecanismos de coerción del propio sistema, se tiene la obligación moral y ética de reseñar este documento, que constituye una de las pocas investigaciones donde se habla de la relación entre las ciencias sociales y la política.

Porque después de leer este libro, permanece la sensación de si acaso el intelectual es quien debería ser la sombra revisora y crítica del político, la conciencia pública del cínico y la conciencia moral del poder real.

Bienvenido este texto tan pertinente en los ámbitos de alocución y discusión sobre el papel del académico en los procesos políticos y sociales de México, donde el empirismo político eclipsa la reflexión científica y crítica de la realidad político-electoral mexicana.

Referencias

Crespo, José Antonio (2008) 2006: Hablan las actas. Las debilidades de la autoridad electoral mexicana, México, Debate. [ Links ]

Castañeda, Jorge G. (2001) La herencia: arqueología de la sucesión presidencial en México, México, Punto de Lectura. [ Links ]

Olamendi, Laura Baca e Isidro Cisneros (1997) Los intelectuales y los dilemas políticos en el siglo XX, México, FLACSO. [ Links ]

Contreras Montellano, Oscar Fernando (1996) "Las ciencias sociales y la vida real", en Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, diciembre, año/vol. II, núm. 4, pp. 137-149. [ Links ]

Ross, Stanley (1977) "La protesta de los intelectuales ante México y su Revolución", en Historia Mexicana, vol. 26, núm. 3, pp. 396-437. [ Links ]

1Para ejemplos de dichos argumentos se pueden consultar los siguientes documentos: Stanley R. Ross, "La protesta de los intelectuales ante México y su revolución", en Historia Mexicana, vol. 26, núm. 3. 1977; Laura Baca Olamendi e Isidro Cisneros, Los intelectuales y los dilemas políticos en el siglo XX, México, FLACSO, 1997; Oscar Fernando Contreras Montellano, "Las Ciencias Sociales y la Vida Real", en Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, diciembre, año/vol. II, núm. 004, 1996.; entre otros.

2Los capítulos referidos se titulan: "La disputa con el sistema de Justicia" y "El desafuero. Pedir peras al Encino".

3Las "platicaciones" son explicaciones que "no son sino platicaciones e historias de 'así na'más'" (Gandara en Diaz-Polanco, 2012: 170).

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