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Polis

versão On-line ISSN 2594-0686versão impressa ISSN 1870-2333

Polis vol.9 no.2 México  2013

 

Reseñas

 

Entre espacios. Movimientos, actores y representaciones de la globalización

 

Víctor M. Velázquez Durán*

 

Carlos Alba, Marianne Braig, Stefan Rinke y Guillermo Zermeño, Berlín, Edition tranvía-Verlag Walter Frey, 2013, 244 pp.

 

* Maestro en geografía por la UNAM, en el área de Sociedad y Territorio. Correo electrónico: <victoraztyan@gmail.com>.

 

El presente libro contribuye al desarrollo de perspectivas teórico-metodológicas que intentan superar los enfoques convencionales de la globalización basados en explicaciones generalistas-reduccionistas, que hacen alusión a la homogeneización espacial a través de interpretaciones lineales de las acciones y relaciones entre los actores hegemónicos globales, ignorando las múltiples dinámicas que adquieren los procesos de globalización en diversos contextos espacio-temporales.

En esta línea de argumentación, los autores se distancian de la noción simplista de integración vertical-global en torno a la globalización, para comprender su complejidad en función de los múltiples entrelazamientos y rupturas que se presentan "entre espacios" desde lo local hacia lo global. Desde esta perspectiva, los trabajo presentados en el libro se articulan en torno a una definición de espacio abierta y dinámica que expresa los múltiples movimientos de los actores sociales, sus conexiones que rebasan las fronteras culturales y territoriales estáticas impuestas por los estados-nación, las transformaciones en las representaciones culturales que modifican las prácticas y acciones de los sujetos en el devenir de sociedades en continua mutación y cambio.

De este modo, la globalización es entendida a través de procesos y relaciones mutidireccionales que estructuran los espacios en diferentes escalas. Por tanto, el libro contribuye a la discusión en torno a la agencia que pueden ejercer los actores locales en la configuración de procesos globales con el fin de comprender, en un plano sociocultural, cómo los movimientos sociales y la formación de corrientes literarias e ideológicas pueden influir desde lo local en la construcción de representaciones culturales e imaginarios de nivel global. Mientras que en el plano socioeconómico se ha evidenciado la importancia de las conexiones "translocales", que se establecen entre actores de espacios locales en diferentes países, para la conformación y articulación de redes transnacionales de comercialización.

En este marco de discusiones teóricas se insertan las preocupaciones del Colegio Internacional de Graduados (CIG) "Entre espacios. Movimientos, actores y representaciones de la globalización", el cual busca proponer perspectivas alternativas en torno a los procesos de globalización para contribuir al desarrollo de una perspectiva latinoamericana que supere las visiones puramente europeas y anglosajonas. El libro está conformado por las ponencias presentadas en el Congreso Internacional que organizó el CIG en la ciudad de México en abril de 2010, a excepción del trabajo de Stefan Rinke que se presentó meses después en una conferencia organizada en la apertura del CIG en Berlín. El libro se organiza en temáticas de investigación que buscan dar cuenta de la globalización como un proceso "policéntrico", con diversas formas de interacción, comunicación, intercambios y movimientos entre espacios: 1) Identidad y globalidad; 2) Espacios de redes y enlaces; 3) Espacios de lo local; y 4) Espacios de las representaciones.

En la primera parte del libro, Rodolfo Stavenhagen reflexiona sobre las contradicciones de la nueva globalidad en torno a la cuestión de los derechos indígenas y del reconocimiento de las múltiples identidades étnico-culturales en el mundo. Si bien organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) han avanzado en el reconocimiento de los derechos indígenas y de algunos elementos de su cultura, en los países latinoamericanos sigue presente el racismo instaurado desde la época de la colonización hacia las minorías étnicas, el cual se expresa en un prejuicio racial generalizado entre la población mestiza y criolla en los planos subjetivo e institucional. De este modo, el autor señala que en el contexto de desarrollo del "capitalismo post-industrial" y del "modelo neoliberal", los pueblos indígenas se han marginado aún más ante los intereses privados que buscan la mercantilización de su cultura y despojarlos de sus recursos y territorios para desarrollar proyectos de gran inversión de capital.

En este sentido, Stavenhagen argumenta que deben reconceptualizarse las culturas nacionales e ir más allá de las concepciones hegemónicas y homogéneas del desarrollo, con el fin de concebir a los movimientos indígenas como "actores políticos y sociales" que buscan el reconocimiento de sus derechos y de sus formas alternativas de desarrollo autónomo, oponiéndose a las "políticas de asimilación e integración" instauradas por los grandes proyectos de modernización que han ignorado las formas particulares de organización social y cultural de los pueblos indígenas.

En el apartado "Espacios de redes y enlaces", los trabajos comparten la preocupación por estudiar los procesos de entrelazamiento entre espacios a través de diversos tipos de redes y relaciones en distintas escalas territoriales. Los autores agrupados en este apartado resaltan la necesidad de plantear investigaciones que superen los niveles de análisis tradicional que tenían un carácter muy localista o estaban enfocados en procesos y/o problemas que tenían un alcance delimitado por las fronteras de los estados-nación. Por tanto, la globalización debe concebirse como un proceso relacional constituido por intercambios, interacciones y/o interconexiones "multidireccionales" que nos obligan a entender las trayectorias históricas como "no-lineales", por sus variados encuentros entre rupturas y continuidades, y a los espacios como construcciones sociales abiertas al cambio y al movimiento, los cuales están estructurados por procesos que se desarrollan desde lo local hasta lo global.

Stefan Rinke, en su trabajo titulado "El velo rasgado: revoluciones de independencia en América Latina desde una perspectiva entre-espacios", analiza los "entrelazamientos transatlánticos" que permitieron la difusión de teorías, ideologías e ideales de forma multidireccional entre Europa, Estados Unidos y América Latina durante los procesos revolucionarios entre los siglos XVIII y XIX. Fue Europa el continente en el que se presentaron los avances más importantes en cuanto a las ideologías liberales y el reconocimiento de los derechos individuales, aunque la revolución de independencia de los Estados Unidos y la revolución de los esclavos en Haití constituyeron también ejemplos significativos de las luchas contra el "orden económico-político" establecido por las potencias colonialistas, sucesos que tuvieron influencia en Europa. Las conexiones entre las luchas latinoamericanas de independencia y las revoluciones desarrolladas en otras partes del mundo fueron posibles gracias a las "redes de circulación de información" que establecieron personajes de la región, como Francisco de Miranda, con pensadores y libertadores europeos y de los Estados Unidos, lo que permitió el desarrollo de una mayor consciencia sobre la necesidad de libertad para los países que estaban bajo el dominio de la corona española.

De este modo, Rinke nos invita a reflexionar en torno a los fenómenos históricos de forma abierta y dinámica para comprender la heterogeneidad que los caracteriza, así como las múltiples conexiones entre los distintos marcos espaciales y temporales, y los actores que definen su desarrollo, resaltando que la historia no es estática ni unidireccional porque está compuesta de continuidades y discontinuidades que la complejizan.

Siguiendo la discusión de la articulación de espacios a escala global, Barbara Fritz y Larisa Mühlich destacan la importancia de la cooperación entre países que cuentan con economías en desarrollo o emergentes con el fin de conformar "bloques de integración regional monetaria" que disminuyan su vulnerabilidad ante los cambios volátiles del sector financiero internacional. Las autoras argumentan que los países en desarrollo logran una mayor autonomía del "endeudamiento forzado externo" a través de la implementación de una cooperación sur-sur que les permita construir las instituciones multilaterales adecuadas para conformar y sostener una "política monetaria compartida". Por tanto, los procesos político-institucionales son determinantes para la formación y el desarrollo de "mercados financieros intrarregionales".

Aunque las autoras reconocen la falta de evidencia empírica que permita medir los impactos de la cooperación sur-sur en la reducción de la dependencia de las economías emergentes respecto a la deuda determinada en moneda externa, mencionan que las iniciativas de integración financiera intrarregional pueden variar de acuerdo con los siguientes factores: la forma y el nivel de coordinación entre los países involucrados en la iniciativa, que puede estar basada en una estructura con una jerarquía muy marcada o en procesos más horizontales de estrategia común; la composición y niveles de la deuda; así como las diferencias intrarregionales que definen la estructura y el tamaño del mercado financiero interno.

Por su parte, Bernd Hausberger desarrolla una perspectiva alternativa de análisis de la "historia global", buscando superar las concepciones tradicionales que se fundamentaron en un plano ideológico, en el euro-centrismo justificado por el desarrollo económico-industrial de Europa; y en la investigación desarrolló un "enfoque macrohistórico" de "grandes comparaciones" y "generalizaciones" de los fenómenos históricos. Así, el autor introduce la dimensión espacio-temporal en el análisis de la historia global para comprender desde una perspectiva más compleja las múltiples "relaciones", "interacciones" y "transferencias" que han articulado los espacios en los ámbitos culturales, económicos y políticos a lo largo de la historia. Recuperando las aportaciones de los Area Studies, Hausberger argumenta a favor de una reflexión crítica en torno a las historias nacionales, para plantear estudios que trasciendan los límites de los estados-nación y, de esta manera, reconocer las interconexiones transnacionales compuestas por historias locales/regionales entrelazadas con historias de carácter global, mismas que pueden extenderse incluso más allá de las delimitaciones continentales y culturales.

Antonio Ibarra utiliza la analogía de las "geometrías irregulares" para situar su trabajo en el "giro epistemológico de la historia", que busca desarrollar una "perspectiva poliangular" para analizar los fenómenos históricos como procesos "no-lineales" que responden a múltiples lógicas de rupturas y discontinuidades espacio-temporales. De este modo, el autor analiza el "tejido social" que se desarrolló respecto a los consulados de Guadalajara (Nueva España) y Buenos Aires (Río de la Plata), comparando las formas de horizontalidad (redes de negociación) y verticalidad (vínculos con las estructuras político-institucionales del régimen colonial español) que dieron lugar al surgimiento de "tensiones" y "capilaridad" en torno a la política comercial de competencia corporativa. Ambas lógicas se interrelacionan en los procesos de configuración socio-institucional, expresados, por una parte, en simetrías como las comunidades de interés compartido (los comerciantes mayoristas), un marco corporativo común (consulados de comercio del antiguo régimen) y tramas institucionales semejantes (virreinatos de la Nueva España y el Río de la Plata); y también en divergencias por las asimetrías de poder entre los núcleos monopólicos y espacios periféricos dentro de una misma territorialidad definida por el régimen español.

Siguiendo la línea de investigación planteada en el apartado, Liliana Weinberg menciona una serie de elementos que son importantes para analizar las obras y/o ensayos de los intelectuales latinoamericanos desde una perspectiva situacional y/o contextual. Un primer elemento es conocer la posición de la obra dentro de una corriente de pensamiento determinada. Asimismo, conocer las distintas "redes de sociabilidad intelectual" en las que ha estado inmerso el autor es de gran relevancia para comprender las múltiples influencias teórico-ideológicas que ha recibido de distintos pensadores, así como los cambios que se han suscitado en su área de estudio gracias a sus contribuciones. Por tanto, la autora nos invita a reflexionar en torno a una "historia intelectual" más dinámica en función de interrelaciones "verticales-diacrónicas" y "horizontales sincrónicas" para comprender las múltiples formas de interacción de las obras de los intelectuales con sistemas de pensamiento específicos y desarrollos teórico-intelectuales más amplios, permitiendo el entendimiento de la conformación de las redes que han posibilitado la transmisión y el intercambio de ideas a lo largo de la conformación histórica de las distintas corrientes literarias y teóricas latinoamericanas, y su alcance regional y global.

Los dos trabajos presentados en el apartado "Espacios de lo local" se sustentan en metodologías cualitativas-etnográficas para comprender con detalle la inserción de los actores locales en los procesos de globalización. Ambas investigaciones se relacionan en torno a los siguientes argumentos: 1) La praxis convencional de los estudios sobre globalización no es pertinente para comprender sus múltiples expresiones en contextos socioculturales, políticos y económicos diversos; y 2) No es posible entender los procesos de globalización en una sola dirección, de lo global a lo local o de lo macro a lo micro, ya que "desde abajo" se desarrollan también procesos, dinámicas y redes que pueden tener un alcance global, tales como los "circuitos globales populares" en los cuales los actores locales llevan a cabo estrategias de subsistencia para responder a los continuos cambios macroeconómicos; mientras que en el ámbito político-administrativo los actores se organizan para tratar de influir en la toma de decisiones que atañe a la gestión de los espacios que habitan, la cual, en muchos casos, sigue siendo controlada por actores políticos y/o institucionales ajenos a los espacios locales.

En este sentido, Carlos Alba y Marianne Braig desarrollan su investigación desde la perspectiva de la "globalización desde abajo", argumentando que esta perspectiva posibilita el estudio de las "lógicas de cambio subalternas" y/o "territorios circulatorios" que se desarrollan a partir de formas alternas de regulación, que están al margen de las regulaciones internacionales financieras, presentando una simbiosis entre formas de organización socio-económica y políticas formales e informales. Bajo esta mirada de la globalización, es posible reconocer la agencia que pueden ejercer los actores locales a través de las negociaciones que llevan a cabo para definir su posición y relación con otros actores en redes transnacionales.

Una vez definido su planteamiento teórico, los autores analizan el caso de los comerciantes ambulantes de Tepito, en el centro histórico de la Ciudad de México, y su participación en la conformación de una "cadena transnacional de comercio sumergido" con empresas productoras de bienes de consumo baratos ubicadas en la ciudad de Yiwu, China. Para la inserción de los comerciantes locales en las redes transnacionales de comercio ha sido determinante la agencia que han ejercido dos "actantes": María (representante de organizaciones de comerciantes ambulantes de Tepito) y Ann Lang (importadora y exportadora de productos chinos), quienes han establecido redes de intercambio de conocimientos, información y experiencias que les han permitido beneficiarse mutuamente y desarrollar vínculos "translocales" fuertes que permiten la articulación de espacios, nodos y actores a una escala global con base en lógicas de intercambio e interacción que se mueven entre lo informal y lo formal. Por tanto, los autores motivan la reflexión sobre las múltiples facetas que adquiere la globalización, para conocer con más detalle los procesos, actores y formas de organización que han sido ignorados por los enfoques dominantes que se han centrado principalmente en las corporaciones multinacionales y la regulación formal impulsada por organismos internacionales (FMI, BM, OCDE, OMC).

A través de un recorrido fotográfico basado en una "observación de carácter antropológico", Teresa Carbó analiza los cambios en el entorno urbano de los pueblos del Ajusco (Tlalpan), los cuales están relacionados con transformaciones socioculturales reflejadas en las prácticas de los sujetos y sus diversas expresiones en el espacio. La autora invita al lector a mantener una "disposición activa de comprensión y desciframiento semiótico" que despierte su curiosidad para observar y percibir con detalle los espacios que habita, posibilitando el estudio de los procesos de configuración y reconfiguración urbana a una "escala micro", en la que es posible comprender cómo las prácticas y formas de habitar locales están influenciadas y/o entrelazadas con imaginarios y/o representaciones que se construyen a una escala global, lo cual le confiere una configuración más compleja a los espacios urbanos. Por tanto, Carbó señala que los cambios "visibles" o "perceptibles" en los pueblos del Ajusco son propiciados por procesos culturales, sociales y políticos no visibles que deben ser descifrados mediante una inmersión detallada en la cotidianidad de esos espacios.

En el último apartado del libro, "Espacios de las representaciones", Ottmar Ette reflexiona en torno a las nuevas formas de aproximación literaria y científica que han surgido para tratar de comprender el carácter desordenado/caótico actual de un mundo que está en constante movimiento, que presenta formas de estructuración del espacio más dinámicas. Este nuevo escenario nos plantea dos retos importantes: para la literatura seguir siendo una fuente de amplio conocimiento de diversos contextos sociales, culturales y políticos, superando las "filologías nacionales" estáticas y las comparaciones lineales y aisladas de las sociedades, proponiendo "literaturas sin residencia fija" con una estructura "polílógica" que dé cuenta de las transformaciones mutuas y entrelazamientos entre las múltiples culturas, lenguas y niveles temporales que constituyen "espacios translocales" que tienen límites más inestables por su constante movimiento y mutación. Para la ciencia, es determinante desarrollar una postura más abierta que promueva el diálogo y la comunicación entre las distintas disciplinas, con el fin de conformar "estructuras transdisciplinarias" que permitan el desarrollo de campos de conocimiento transversales y "transareales" que proporcionen elementos teórico-metodológicos para comprender las diferentes "relacionalidades" internas y externas y los diversos niveles temporales que se superponen en la estructuración de los espacios.

Por su parte, Luz Elena Gutiérrez de Velasco analiza la influencia que ejercen un conjunto de obras de escritoras mexicanas en la construcción de nuevas representaciones culturales en torno a la mujer en el plano del imaginario global. Argumenta que en un contexto de globalización caracterizado por una mayor rapidez de la difusión de la información e ideas gracias a las nuevas tecnologías, las narrativas locales enfocadas en la promoción de una mayor igualdad de género pueden posibilitar una mayor visibilización de las mujeres en los ámbitos educativo, académico, laboral y cultural, aun en sociedades marcadas por un fuerte machismo. Por tanto, los cambios en las representaciones culturales en torno a las mujeres están asociados a procesos simbólicos que generan nuevos "significados", "códigos de comportamiento" e "interacciones sociales" que modifican la forma y sentido de las relaciones intergenéricas.

En el último trabajo que se presenta en el libro, Guillermo Zermeño elabora una reflexión crítica en torno a la situación del "nacionalismo" en el desarrollo moderno de México. El autor menciona dos periodos de tiempo en los que se puede diferenciar al nacionalismo como expresión del contexto político, económico y socio-cultural del país: 1) 1945-1970, época en la cual el nacionalismo estuvo fuertemente relacionado a la idea del "mexicanismo", fruto de las estrategias del Estado revolucionario para reafirmar la identidad nacional dentro de un contexto de estabilidad económica y de menor presión de la globalización; sin embargo, el autor reconoce una segunda etapa de la modernidad mexicana (1982-2010), caracterizada por el debilitamiento del nacionalismo mexicano asociado a las continuas crisis económicas por la entrada del país en un nuevo modelo económico global, y a las transformaciones socioculturales ligadas al avance de los medios masivos de comunicación que difundían nuevas prácticas de consumo, formas de habitar y, en general, los estilos de vida promovidos por la "cultura pop occidental" a una escala global. Además, desde el plano local esta crisis del nacionalismo fue propiciada por las luchas estudiantiles que desde finales de los años sesenta cuestionaron las formas del ejercicio del poder del Estado revolucionario, dando lugar a una pérdida de la identidad nacional de las nuevas generaciones que se estaban formando con una consciencia más crítica que sus antecesores, quienes crecieron con la nostalgia cultural impulsada por el nacionalismo institucionalizado.

De esta manera, Zermeño nos invita a reflexionar sobre las contradicciones de las estrategias de los últimos gobiernos para "refundar el nacionalismo mexicano", aun cuando estos gobiernos han orientado sus políticas hacia el exterior para responder a las exigencias del modelo económico global, promoviendo un proyecto de modernidad asociado con la inserción del país en la globalización. Por tanto, esto nos obliga a analizar a la cultura no solo en los términos que dicta el Estado, sino desde una perspectiva crítica y de complejidad que nos permita comprender cómo las transformaciones de las identidades nacionales responden a procesos en múltiples niveles, desde los movimientos sociales locales que impactan de forma importante en el imaginario colectivo de las generaciones hasta los cambios globales de la cultura que, gracias a la intensificación de los medios masivos de comunicación, influyen en la modificación de los usos y costumbres e imaginarios internos.

En definitiva, los temas que aborda el libro nos permiten avanzar en el entendimiento de la globalización desde sus diversas expresiones espacio-temporales, así como en el desarrollo de explicaciones "no-lineales" y "multidireccionales" en torno a la interrelación de los procesos sociales, culturales, políticos y económicos en distintas escalas, que caracterizan formas más dinámicas de estructuración del espacio. Además, el libro nos invita a seguir trabajando en la conformación de campos disciplinarios y/o ámbitos de investigación transversales que contribuyan a desentrañar la complejidad que subyace en las múltiples configuraciones sociales que emergen en contextos cada vez más abiertos y en contacto con el exterior.

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