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Polis

versión On-line ISSN 2594-0686versión impresa ISSN 1870-2333

Polis vol.8 no.1 México ene. 2012

 

Reseñas

 

Para leer a Sartori

 

Jorge Flores*

 

José Ramón López Rubí Calderón, coord., Puebla,BUAP,2009, 147 pp.

 

* Egresado de la licenciatura en Ciencia Política de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), realiza estudios superiores de Ciencia Política en la UAM-I. Ha publicado trabajo en las revistas Confines (ITESM) y Contrapunto. Correo electrónico: <jjorgefr@gmail.com>.

 

Hay formas diversas de llevar a cabo los homenajes. El asunto no es hacerlos por el simple hecho de aplaudirlo todo; al contrario, un homenaje debe realizarse sin mitigación alguna hacia el homenajeado y su obra. Es precisamente la crítica rigurosa y objetiva de la obra de Giovanni Sartori el punto de donde parte primordialmente este libro dedicado a él.

El libro está compuesto por un conjunto de ensayos mediante los que se busca introducir a estudiantes y, ¿por qué no?, profesores, a la obra de Giovanni Sartori, el politólogo más famoso del mundo. El equipo coordinado por José Ramón López Rubí lo hace a partir de una crítica rigurosa y objetiva, pero respetuosa a la vez. Por un lado, hace un merecido homenaje al politólogo italiano, con un llamado a leer y releer su obra con una mirada cautelosa y sin olvidar que más allá de su bien ganada fama, puede ser cuestionado; su libro Homo videns (1988) es el ejemplo.

El texto se compone de prólogo e introducción, que anteceden al conjunto de textos que describen e introducen y, también, cuestionan, la obra del politólogo italiano. Al final, se reproduce el controvertido artículo ''¿Hacia dónde va la ciencia política?'', aparecido en la revista académica Política y Gobierno en 2004.

El prólogo, a cargo de Herminio Sánchez de la Barquera, expone el propósito del libro: ''... dar a conocer de forma completa al autor florentino; esto es, hablando de sus errores como de sus aciertos y reflexionando en torno a su pensamiento'' (p. 11). Después de proporcionar una resumida bibliografía del homenajeado, describe los tres campos que ha estudiado Sartori: la ingeniería constitucional, la teoría de la democracia § y la metodología de la ciencia política. Cabe decir que el libro La política. Lógica y método en las ciencias sociales (1979) no se considera en la presente colección de ensayos, dada su accesibilidad. El prologuista no deja ir la oportunidad y señala, desde el inicio del libro siguiendo a Dieter Nohlen, lo que considera una contradicción por parte de Sartori, que ''... propone como solución de largo alcance el 'semipresidencialismo' o 'presidencialismo intermitente', desoyendo las llamadas a considerar las condiciones particulares del contexto y sin recordar que él mismo había dicho que 'el mejor sistema es el que funciona''' (p. 15).

El texto introductorio está escrito por José Ramón López Rubí Calderón, coordinador del libro. Se refiere, de manera sintética, a la forma en que la politología es influida por el contexto político, económico y sociocultural de cada país. Describe el estado de la ciencia política en México y difiere de la idea de una institucionalización de la misma en nuestro país, como considera David Altman (2005). Concuerda con la imagen que muestra José Antonio Aguilar Rivera: la ciencia política vista como un archipiélago en el que existen ''islotes privilegiados''.1 No es solo el problema de las condiciones, adecuadas o no, en cada uno de los ''islotes'' -universidades y centros de investigación-, sino, como señala López Rubí, también: ''... la actividad del estudiante promedio y los habitantes de los 'islotes privilegiados' es otro factor'' (p. 21).2 Define la relación que guarda la ciencia política con la sociedad y en particular, con los medios de comunicación. Al reflexionar sobre el trabajo del politólogo en los medios de comunicación y la ayuda que esto puede representar a la rendición de cuentas vertical social, sentencia: ''... no se debe debatir, ni proponer y ni criticar con respecto aquello que no sólo no se investiga académicamente sino sobre lo que no se está teóricamente informado (con implicación empírico-histórica) y no podría ser teóricamente informativo y públicamente útil'' (p. 28). Recuerda, además, lo mal interpretado que ha sido Sartori, por ejemplo, en la lectura que se hace sobre su libro La sociedad multiétnica. Pluralismo, multiculturalismo y extranjeros, el cual, haciendo de lado la mala interpretación, es un ejemplo de la utilidad que tiene para el politólogo conocer la filosofía y teoría políticas (p. 31). Por otro lado, aclara la mala interpretación del artículo del profesor italiano ''¿Hacia dónde va la ciencia política?'', recuerda que declaraba ''muerta'' la forma de hacer ciencia política que aboga por una cuantificación excesiva, que no la ciencia política en general.

El primer capítulo, titulado ''El tratado y el florete. La constancia democrática de Giovanni Sartori'' y firmado por Jesús Silva-Herzog Márquez, da cuenta del rigor sartoriano en cuanto a la lógica, el uso y definición de conceptos. Explica que Sartori considera los conceptos como unidades de pensamiento; por lo cual, fiel a sus principios, condena el ''analfabetismo politológico''. En su ''manía'' por el rigor en el uso del lenguaje aparece la palabra democracia y, como considera Silva-Herzog que las palabras son ''portadoras de experiencia'', nos dice que para el politólogo italiano ''lo que la democracia es no puede separarse de lo que la democracia debe ser'' (p. 49). Por lo tanto, los conceptos deben considerar aspectos de la realidad para posteriormente viajar al ámbito filosófico del deber ser y, finalmente, regresar a la realidad para así definir tanto la democracia como su realidad de forma adecuada.

El capítulo ''Las contribuciones de Giovanni Sartori a la ciencia política'', escrito por el alumno y colaborador del profesor italiano, Gianfranco Pasquino, resume sus contribuciones. Una de las aportaciones es la insistencia en el método comparativo, en el que se podría considerar pionero. El texto ''Concept misformation in comparative politics'', aparecido en la American Political Sciencie Review (diciembre de 1970, pp. 1033-1053) es ejemplo de su aportación a los estudios comparados y lectura obligada para los comparativistas, como señala Pasquino (p. 63). Otra aportación es la idea sartoriana según la cual la cuantificación no es del todo equivocada, pero funciona mejor si antes se identifican los problemas y se unen los números y el lenguaje conceptual para lograr una explicación más completa, sin olvidar que la cuantificación se debe usar cuando sea necesario. La democracia ha sido una preocupación constante y su análisis, al decir del autor de este capítulo: ''. está basado en un elemento extremdamente importante: la distinción entre democracias reales y democracias ideales'' (p. 67). Ya en su libro Ingeniería constitucional comparada (1994) vierte consejos para los países que procuran construir instituciones democráticas, y al señalar la importancia de las instituciones, Sartori contribuye al llamado neoinstitucionalismo.

Josep María Reniu firma el capítulo ''Giovanni Sartori y el estudio de los partidos políticos'', en el que describe lo que considera la mayor aportación, por parte del italiano, para la ciencia política: el volumen 1 del libro Parties and party sistems. A framework for analysis (1976). En él, Sartori hace la distinción e incorporación del concepto partido frente al término facción. Considera al partido como parte de un todo, como un instrumento de participación del ciudadano. Pero lo más importante es la clasificación de los sistemas de partidos: por un lado, están los no competitivos: 1) sistema de partido único, 2) de partido hegemónico y 3) de partido predominante. Por otra parte, los sistemas de partidos competitivos: 4) bipartidistas, 5) de pluralismo limitado, 6) de pluralismo extremo y 7) de atomización. Cada una de estas categorías es matizada por Josep María Reniu; por ejemplo, en el caso del sistema de partido hegemónico, Sartori distingue entre el ideológico y el pragmático (Polonia y México, respectivamente). Reniu explica en este capítulo, la que considera la obra más importante de Giovanni Sartori.

Por su parte, en el capítulo ''Sistemas electorales, Duverger, Sartori y una posición antinomológica'', Dieter Nohlen explica la debilidad de las conocidas ''leyes'' de Duverger. El maestro Nohlen expone que dichas ''leyes'' tienen debilidades en tres aspectos: la práctica, la teoría y la metodología. La existencia de casos que contradicen los efectos nomológicos ejemplifica la debilidad práctica; en la teoría, no se indica -y habría que hacerlo- las condiciones y contexto en que se cumplen las ''leyes''; metodológicamente, no se compara un sistema electoral con otro (p. 89). Así también, el politólogo alemán considera que el intento de Sartori por descubrir en qué condiciones se puede hablar de leyes con respecto a los efectos de los sistemas electorales, y que dieron origen a cuatro leyes formuladas por el italiano, termina siendo trivial. Las ''leyes'' formuladas por Duverger tanto como las formuladas por Sartori son triviales porque no consideran las condiciones sociales y políticas concretas en diferentes países; empíricamente, los resultados difieren de lo previsto por la teoría.

En el tema del multiculturalismo, José Antonio Aguilar Rivera escribe el capítulo ''Sartori y el embuste multicultural'', que. describe los argumentos presentados por Sartori en el libro La sociedad multiétnica. Pluralismo, multiculturalismo y extranjeros (2001). Señala que el multiculturalismo se dice de izquierda, pero, sin lugar a dudas, no lo es. No es de izquierda porque esta lucha por la igualdad y contra los privilegios, como señala Aguilar Rivera, y las propuestas del multiculturalismo son contrarias (p. 102). El multiculturalismo confunde el significado de pluralismo, aclarado por Sartori. En cambio, la argumentación del politólogo italiano tiene un problema, que se señala en este capítulo: ''. la nota antiinmigrante con la que concluye el alegato en contra del multiculturalismo'' (p. 105). Sartori piensa que es mejor no dejar entrar a los inmigrantes a las democracias occidentales debido a su extrañeza. Las conclusiones del italiano, como señala Aguilar Rivera, pueden prestarse a interpretaciones equívocas y justificar políticas nativistas y excluyentes. El capítulo incluye una entrevista sobre el multiculturalismo realizada a Aguilar Rivera.

El libro Homo videns: la sociedad teledirigida de Giovanni Sartori es expuesto y criticado en dos capítulos: por Ignasi Pérez, en ''¿Qué dice Sartori cuando habla del homo videns?'' y, por Tomás Linn, en ''El homo videns y las nostalgias de Sartori''. Sartori piensa que los medios de comunicación audiovisual y multimedia han provocado un cambio de estado del hombre, pasando de homo sapiens -que piensa- a homo videns -que no piensa y solo ve y consume su realidad mediante imágenes-. El uso del lenguaje por parte de dichos medios carece de sentido, lo que provoca una ''animalización del hombre''. Pero la mayor expresión de dicha transformación del hombre es la reducción de la política a videoelecciones, como lo considera Sartori. El maestro italiano piensa que hacer hincapié en el regreso a la cultura de la palabra escrita podría ser la solución. Tomás Linn expone que el maestro no tiene la razón absoluta; le recuerda a Sartori que no todos los alfabetos del siglo xx fueron lectores de textos abstractos. Antes de la existencia de la televisión, había tiras cómicas que también fueron blancos de crítica en su época. Sartori no cree que tras las imágenes haya talento intelectual. En el caso de la política el profesor italiano se manifiesta en contra de los tiempos constreñidos en televisión. Pero, el directismo de la televisión es consecuencia de la reducción a prácticas políticas populistas por parte de los líderes políticos. El libro de Sartori es discutible, tiene debilidades y supone cosas que no son.

Finalmente, el libro La tierra explota (2003) es tratado por José Luis Lezama de la Torre en el capitulo ''Sartori y la cuestión ambiental''. Este último texto refuta las consideraciones del politólogo italiano. A diferencia de sus tratados politológicos, no es riguroso en el tratamiento del tema.. El libro es prescindible, las alertas que enciende son de antaño, ya habían sido manifestadas antes, como bien señala el autor de este apartado.

Al final del libro reseñado se reproduce el artículo ''¿Hacia dónde va la ciencia política?'', escrito por Sartori para que pueda ser leído por quienes no lo han hecho, y así logren comprender su crítica a la politología cuantitativista estadounidense, que termina por matematizar la politología.

El libro tiene varios méritos: es un homenaje, en el sentido estricto de la palabra; sirve y cumple son el propósito de reflexionar sobre los errores y aciertos de la obra de Sartori; es claro y preciso, pero respetuoso con el homenajeado y su obra; es un digno material docente para todo estudiante y profesor de la ciencia política. Por otro lado, combate de forma indirecta el centralismo que se ejerce en el país sobre la politología, nace desde un contexto difícil para la realización y estudio de ciencia política: Puebla, que ejemplifica la situación que vive la disciplina en provincia. Estas son sus mayores virtudes. Se debe leer este libro, no como resumen de la obra de Sartori, sino como una introducción para la posterior lectura directa de su obra.

 

Bibliografía

Aguilar Rivera, José Antonio. 2009 ''El enclave y el incendio'' , en Nexos, núm. 373, enero.         [ Links ]

Altman, David. 2005 ''La institucionalización de la ciencia política en Chile y América Latina: una mirada desde el sur'', en Revista de Ciencia Política, vol. 25, núm. 1, pp. 3-15.         [ Links ]

Emmerich, Gustavo Ernesto. 2000 ''Las tesinas en Ciencia Política de la UAM-Iztapalapa'', en Polis, vol. 2, núm. 00, pp. 53-82.         [ Links ]

 

Notas

1 Privilegiados en dos aspectos fundamentales: el material, instalaciones adecuadas y el docente, profesores que no se dedican únicamente a impartir clase, sino que además investigan y se actualizan. (Aguilar Rivera, 2009).

2 Sobre la actitud de los estudiantes dice: ''Actualmente, es claro que muchos de los jóvenes que se deciden a hacer una licenciatura en Ciencia Política lo hacen porque o quieren tener poder y gozar los beneficios asociados a él en un país como México (amén de mal preparados en ortografía y redacción, historia y lógica, llegan a la universidad suponiendo que la Ciencia Política los va a formar como políticos y que la política, cada vez más notoria, es un mercado que responde positivamente a la competencia con papeles, con supuestas ventajas) o porque anhelan aparecer en televisión y radio como comentaristas políticos (en cualquier medio se topan en todo momento con los presuntos analistas políticos a quienes imaginan bien pagados e influyentes). Desde temprano se les puede ver actuar como políticos o comentócratas (pp. 2223). Acerca de los habitantes de los ''islotes'' dice: ''En las islas, los profesores no suelen combatir estas predisposiciones [de los alumnos]. Algunos no lo hacen porque no les importa (i. e. no les importa la disciplina) y, a veces, porque no les conviene (este tipo de malos estudiantes no les son 'molestos' sino 'cómodos': 'tú no me exiges académicamente, yo no te exijo; no quiero que me exijas, no te exijo'; 'que cada quien haga o deje de hacer lo que le plazca y no tenga ningún problema'). El problema es que esos estudiantes son, así, un candado del statu quo. Con ellos, el profesor promedio continúa sin incentivos para actualizarse y perfeccionarse, el grueso de los aspirantes no serán bien formados como politólogos, algunos de ellos posiblemente den clases después (donde sea) y reproduzcan lo que vivieron. Un círculo vicioso'' (p. 22). Para corroborar el (mal) aprovechamiento de un ''islote privilegiado'' en la realización de los trabajos de obtención de grado por parte de los alumnos, ver Emmerich (2000).

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