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Ola financiera

versión On-line ISSN 1870-1442

Ola financ vol.9 no.24 Ciudad de México may./ago. 2016  Epub 29-Ene-2021

https://doi.org/10.22201/fe.18701442e.2016.24.56461 

Análisis

La migración en la agenda pública de México: 1975-2016*

Migration in the public agenda of Mexico: 1975-2016

Rodolfo García Zamora** 

** Director de la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo, Universidad Autónoma de Zacatecas.


Buenas tardes a todos. Es un honor para mí recibir este reconocimiento de la Universidad más importante de México, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de su Facultad de Economía, con el nombre de la Maestra Ifigenia Martínez que es un ejemplo nacional por la trayectoria profesional, la enseñanza académica y política y de coherencia ciudadana.

Quiero compartir con ustedes lo que ha sido mi trayectoria académica y de investigación durante 40 años. A esta reseña le llamo La migración en la agenda pública de México 1975-2016.

Estudié la Licenciatura en Economía en la pequeña Escuela de Economía de Zacatecas de 1971 a 1975. Siendo estudiante ya en 1972 y 1973 tenía que venir a comprar libros y a buscar profesores que quisieran ir a trabajar a aquella pequeña Escuela donde no teníamos una planta docente propia. Nuestro esfuerzo era como llevar profesores de la UNAM a Siberia, decíamos que era la Escuela de Economía de Macondo por lo aislada del resto del país. Lo más que nos aguantaban los profesores contratados eran dos años, tiempo en el cual creían que habían hecho su aporte para el desarrollo de esa Escuela y de Zacatecas.

Esa dinámica se convirtió en una relación de 40 años de venir a la UNAM y llevar libros. Después de cuarenta años con esa relación permanente, transitamos de una relación de dependencia (donde los flujos eran unilaterales: venir, llevar profesores “ingenuos” y llevar permanentemente libros) a una relación de colaboración virtuosa. Hoy seguimos llevando libros, pero hoy traemos libros hechos en Zacatecas, hacemos libros conjuntos, hacemos investigaciones conjuntas y trabajamos en propuestas de desarrollo en Zacatecas, Michoacán, Puebla, Oaxaca, Chiapas, en Estados Unidos, en Filipinas, Ecuador, en Bolivia, Perú, Ecuador y en otros países más.

Sintéticamente, esto me ha obligado a reflexionar cosas sueltas que estaban en mi disco duro y no las había sistematizado. Ahora me he dado cuenta, que desde que empece a venir como estudiante y llevar libros y profesores se inició a generar una doble agenda de aprendizajes: lo que yo estaba aprendiendo en aquella pequeña Escuela y lo que aprendía cada vez que venía sistemáticamente a la UNAM. Si lo queremos ver de forma más elegante, puedo decir que se me generó una doble mochila epistemológica: la mochila epistemológica de esa pequeña Escuela de Economía de provincia y una segunda mochila epistemológica con el contacto con el alma mater del país que enriquecía, y sigue enriqueciendo permanentemente, la perspectiva crítica constructiva sobre los problemas económico de Zacatecas, México y el mundo.

Esa doble mochila ha sido un elemento que ha caracterizado a los economistas zacatecanos de mi generación: los problemas de Zacatecas los vemos desde una perspectiva de la UNAM y los problemas de la UNAM los seguimos enriqueciendo con la perspectiva de Zacatecas y los 32 millones de migrantes de origen mexicano en Estados Unidos.

Dos elementos más de una añeja relación con la Facultad de Economía: El primero, en 1975 yo acababa de egresar de la Escuela de Economía y para no seguir viniendo a la UNAM a contratar profesores “ingenuos”, su Director con visión estratégica dijo: “Vamos a escoger a los estudiantes menos malos para que se vayan preparando como profesores” y me tocó la suerte de venir a un Curso de Formación de Profesores de Economía de Provincia en la División de Estudios Superiores de Economía de la UNAM, edificio anexo a estas instalaciones, durante el verano de ese año. Una experiencia de dos meses que me marcó por la oportunidad de recibir clases de distinguidos profesores como Pedro Vuskovic, Emilio Robles, Thetonio dos Santos, Vania Bambirra, Adrián Ten Kate, Carlos Rama y, dos no tan distinguidos, que nos dieron proyectos de inversión, Raúl Salinas de Gortari y Emiliano Lozoya Thalmann.

El segundo, es la experiencia de una paradoja de la historia: hace 40 años, en 1976, tuvimos que hacer un movimiento los universitarios de Zacatecas pro-subsidio ante la Secretaría de Educación Pública en esta Ciudad. La Facultad de Economía de la UNAM nos dio el respaldo solidario y aquí venimos a preparar nuestra estrategia para ir a la Secretaría de Educación Pública (SEP). Lo importante fue que estuvimos aquí 24 horas, dormimos en este Auditorio. Ahora 40 años después resulta increible que estemos en el mismo sitio en este evento.

Un elemento que tenía perdido en mi disco duro de ese movimiento pro-subsidio y nuestra estancia en la UNAM fue que de esos 500 estudiantes y profesores que veníamos peleando por el subsidio venían muchachitos muy jóvenes de bachillerato y cuando al regreso sus padres les preguntaron a uno de estos muchachitos, hoy prominente médico cirujano, ¿qué fue lo que le impactó más de México? pensando que iba a ser la Torre Latinoamericana o el Palacio de Bellas Artes, este muchacho le dijo a los papás: “No, lo que más me impresionó fueron los comunistas de la Escuela de Economía cuando hablan hasta se enchina la piel”. Hablaba de Pablo Gómez y el subalterno, Simón, que se vestían tipo Che Guevara y que para un muchachito de provincia ver a aquellos oradores profesionales con sus discursos incendiarios lo impresionaron de forma imborrable. Las anteriores son dos incidentes históricos en este proceso de 40 años de relaciones académicas con la UNAM.

Mi formación como economista en Zacatecas fue una formación muy en la línea de políticas públicas. En aquel momento 1975 nosotros nos enfrentábamos al atraso rural, nos enfrentábamos a la última etapa campesinista en México, pensábamos que los universitarios teníamos que salir al campo, aliarnos con los campesinos y buscar que el Estado mexicano hiciera políticas de desarrollo rural. Había un convencimiento doble de que la disciplina económica sirve o debe servir para el bienestar de la mayoría de la población y que la disciplina económica es un instrumento que el Estado debe utilizar cotidianamente para resolver los problemas de la mayoría de la población.

Ese era el primer planteamiento que nosotros teníamos como jóvenes académicos y que empezábamos a vincularnos de manera sistemática, no sólo con la docencia, sino con la investigación, con los campesinos que a futuro serían migrantes.

A fines de los años ochenta, en la medida en que el país sufría los impactos de las crisis de 1982 y el nuevo modelo económico, que nosotros seguíamos en el campo de Zacatecas y otros estados, los impactos de la crisis provocaban que cada vez hubiera menos campesinos y más dólares. Entonces el tema migratorio se empezó a meter en nuestra agenda porque no podíamos entender la vida de los campesinos del Centro Occidente de México sin considerar la migración, las remesas y las redes sociales.

A fines de los años noventa, el tema migratorio era un tema no solamente de su servidor sino de varios colegas quienes finalmente decidimos, en el 2000, dejar de estar luchando durante 10 años por conducir la Universidad de Zacatecas, que los poderes fácticos no nos dejaron llegar a esa responsabilidad, y tomamos la decisión correcta: construir un centro académicio de investigación, de alto nivel, donde pudieramos canalizar el conocimiento acumulado colectivamente en investigaciones sobre los problemas del desarrollo económico y social de Zacatecas y México.

Esto ha devenido en el Doctorado de Estudios del Desarrollo, con una línea muy fuerte de investigación sobre migración internacional y desarrollo. Aprovechando el conocimiento colectivo de muchos de nuestros colegas, algunos aquí presentes, hemos logrado el reconocimiento en México y a nivel mundial al ser la sede de la Red Internacional de Migración y Desarrollo con numerosos trabajos en temas de políticas públicas de desarrollo y migración que nos ha convertido en un referente al igual que Princeton, Harvard, Oxford, París o cualquier otro centro especializado en el tema migratorio. Esto es resultado del trabajo colectivo y de la doble mochila epistemológica que siempre hemos llevado.

Tenemos investigadores y colegas que nos llegaron de diferentes lugares del mundo, Brasil, Canadá, Estados Unidos, España, y todos traían su doble o triple mochila epistemológica que ha permitido que nuestro centro tenga una gran productividad y una gran capacidad de diseñar investigaciones pertinentes. Esto como resultado de una estrategia de “brain gain”, de las relacionas académicas generadas durante más de 30 años a nivel mundial. Es decir, a diferencia de México que sufre una pérdida de talento constante, lo que nosotros buscamos fue atraer el talento de redes de investigadores a quienes habíamos conocido 5, 10, 15, 20 y 30 años atrás -como el doctor Pepe Déniz en el café del Zúrich en la plaza de Barcelona y algunos otros, como Víctor López Villafañe aquí presentes-, lo que finalmente se convirtió en una estrategia virtuosa de atraer talento y que puede replicarse en otras universidades del país para cerrar la brecha con las instituciones de la Capital y avanzar en sus líneas de investigación con esas alianzas con las redes mundiales del conocimiento.

El tema de migración internacional, cuando se convierte en moda al final de los años noventa a nivel mundial nos permite posicionarnos fuertemente en el tema, porque teníamos 20 años trabajando en él, porque era la realidad de Zacatecas con 100 años de migración internacional, prácticamente en el estado no hay quien no tenga familiares migrantes en Estados Unidos. Entonces, lo que nosotros logramos fue aprovechar esa experiencia adquirida y todo ese conocimiento de políticas públicas, de políticas de desarrollo, de las organizaciones de migrantes y todos los impactos que esto tiene sobre comunidades, regiones y países de origen y destino de los migrantes. Esto nos permitió avanzar en el diseño de propuestas de política pública sobre desarrollo, migración y derechos humanos que tienen un importante impacto en México y a nivel internacional.

Empezamos a plantear tesis como: 50 años de migración de México a Estados Unidos son resultado de la crisis estructural del país. Esta tesis se ve reforzada cuando decimos: “El tamaño de la migración internacional en México es proporcional a la profundidad e impactos de la crisis de nuestro país”. Empezamos también a trabajar contra los mitos de la migración y las remesas como panacea para el desarrollo económico, porque desde Estados Unidos, el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) plantearon que las remesas eran la clave para el desarrollo. En el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) llegaron a plantear en noviembre de 2002 que había “un río de oro” en América Latina y que no hacían falta políticas de desarrollo y políticas públicas que con las remesas bastaba, y nosotros empezamos a decir: “No, las remesas y la migración son un paliativo a la pobreza, la desigualdad e impactos neoliberales. La migración internacional es un paliativo para los problemas estructurales del mercado laboral, es una válvula de escape al desempleo, las limitaciones del ingreso y el ahorro; que con las siguientes crisis del capitalismo profundizarán la pobreza y todas sus secuelas”.

Empezamos a plantear, desde fines de los años noventa: “Cuidado, la economía mundial funciona por ciclos. México, Centroamérica y todos los países de alta migración no están preparados para que en la etapa recesiva del ciclo económico, entremos en una nueva crisis, donde las migraciones internacionales tengan problemas y se desplomen las remesas”. Esto empezamos a escribirlo en artículos, en ensayos y en libros desde fines de los años noventa. No faltó quien nos dijera que teníamos la obsesión de Casandra, de siempre estar anunciando las calamidades y lo que nosotros respondíamos era “somos economistas con una formación crítica que nos permite entender lo que está pasando en el mundo y lo que va a pasar a partir de una buena formación de historia económica que peligrosamente pretenden desmantelar y desaparecer de todas las escuelas de economía del país.

Rápidamente con nuestras investigaciones y de colegas de la UNAM, el Colegio de México (COLMEX), Michoacán, Jalisco, Chicago, de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) y otras instituciones, empezamos a plantear objetivamente los aportes de la migración internacional, sus costos, limitaciones y desafíos y decíamos: “los aportes son las remesas, pero las remesas son ingresos familiares, son salarios transnacionales y se gastan como cualquier salario. No hay que hacer cuentas alegres de los miles millones de dólares que recibimos año tras año. Son salarios trasnacionales y que se gastan como los otros salarios”.

Otro aporte importante son las redes sociales, los clubes y federaciones, y el programa más importante de filantropía trasnacional que los migrantes tienen en el mundo: El Programa Tres por Uno. Cuando uno platica en Asía y África que los migrantes zacatecanos han financiados del 2003 al 2016, 3000 proyectos de infraestructura comunitaria, los líderes africanos y los lideres migrantes asiáticos dicen: “Pero ¿cómo es posible?”, les explicamos que ello se explica por la ideología, por la cultura, por la idiosincrasia de los migrantes mexicanos y por el Estado corporativo mexicano que ha tenido y sigue teniendo la capacidad de instrumentalizarlos y utilizarlos bajo las políticas asistencialistas. Pero, por otra parte, la migración internacional ha tenido grandes costos y nosotros hemos tenido que plantear que los costos de la migración internacional son el despoblamiento, el envejecimiento, la feminización y la separación familiar en las comunidades y regiones de origen, que se requieren políticas públicas de Estado sobre desarrollo y migración que incidan sobre las raíces estructurales de la expulsión de los mexicanos a Estados Unidos. Políticas públicas de empleo para que a mediano plazo, la migración pueda ser una opción y no una necesidad como sucede ahora.

En los estudios estadísticos que hemos hecho en el Doctorado en Estudios del Desarrollo hemos calculado que, si en los últimos 30 años México ha recibido por lo menos 400 mil millones de dólares (mmdd) por concepto de remesas familiares, México ha gastado el doble en los 11 millones de mexicanos que migraron a Estados Unidos desde fines de los años setenta, en términos de educación, salud y alimentación.

México se ha convertido en un proveedor permanente, seguro y creciente de la mano de obra para Estados Unidos, cuando esa mano de obra ha sido explotada al máximo, es desechada y cuando viene la crisis económica en 2007 y 2008, como sigue pasando ahora, simplemente crecen las deportaciones en más de 2 millones de mexicanos y vienen todos los problemas de mayor desempleo y violencias de todo tipo a lo largo del país.

En esta visión general, nosotros empezábamos siempre a recuperar la formación que recibimos en los cursos de la UNAM y fuera de México. Algo importante que nuestra asesora en el Doctorado en Ciencias Económicas en la Universidad Autónoma de Barcelona, experta en temas de desarrollo rural y política pública, Miren Etxezarreta permanentemente nos estaba machacando en 1980-1983: “Ustedes como economistas no olviden que la política económica no es un problema técnico, es un problema político y depende de la fuerza política de los sectores sociales que se defina por una u otra”.

Cuando nosotros empezamos a trabajar los temas rurales no nos quedaba claro este elemento, pero cuando transitamos a los estudios migratorios lo entendimos de mejor manera. Y en ese estupendo Seminario al que hemos estado asistiendo el día de ayer y hoy, en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, sobre reestructuración financiera en Asia, Europa y los Estados Unidos, el tema de la política pública, el tema de regulación o no regulación, no es sólo un tema político a nivel de México, sino a nivel mundial. Se trata de un problema de poder a nivel planetario. Esto se constata con la crisis de México en 1982, la crisis del modelo sustitutivo de importaciones y la necesidad de un modelo económico diferente, y se establece el nuevo modelo económico llamado neoliberal, donde no aparecía para nada el tema migratorio, se veía como algo silencioso, como algo invisible, pero los migrantes crecientemente abandonaban el país. A la crisis de 1982 y al nuevo modelo económico yo le he denominado La primera gran mentira del gobierno priista. La primera gran mentira era que el modelo neoliberal, con la apertura, la desregulación, la privatización, iba a resolver los problemas que han llevado a la crisis, y que con ello íbamos a llegar a una situación de desarrollo y bienestar, la panacea para los problemas económicos y sociales de México.

En algún momento la Maestra Ifigenia, cuando se veía ya la aplicación del modelo neoliberal y sus consecuencias, especialmente bajo el salinismo, decía dos cosas: “Estos son fundamentalistas del mercado, han hecho del neoliberalismo una religión, porque su modelo falla, vuelve a fallar y lo siguen aplicando”, y luego cuidadosamente, con la prudencia que le caracteriza, ella siempre decía: “Rodolfo, uno no tiene la culpa de los alumnos que pasan por sus manos”, situación que ellos también pueden decir: “nosotros no tenemos la culpa de que nos haya tocado algunos malos profesores”.

Lo interesante es que cuando estamos en 1988-1994, es justo cuando viene la segunda mentira de Carlos Salinas de Gortari (hay que recordar que en 1982-1988 el país estuvo casi funcionando para pagar la deuda y para controlar una inflación que llegó al 169%), se dan las elecciones de 1988 tan controvertidas, llega Carlos Salinas, va a Europa, y pensaba que iba a tener un gran respaldo económico de Europa y no se le da ningún respaldo. De hecho, El País en aquel momento hace una caricatura que decía: “Vino la hormiga atómica de México a pedir respaldo financiero, pero lo mandamos con cajas destempladas” y la hormiga atómica reorienta los ojos hacia el Norte promoviendo el Tratado de Libre Comercio con Canadá y Estados Unidos (TLCAN) como la nueva panacea para los problemas estructurales del país.

Es en esta segunda mentira, la del TLCAN, cuando se intenta introducir el tema de la migración, cuando, tímidamente, en noviembre de 1993 los negociadores mexicanos lo intentaron, y los negociadores norteamericanos les dijeron: “Aceptamos meter el tema migratorio si aceptas incorporar el tema petrolero”. En ese momento los negociadores mexicanos dieron marcha atrás. Lo patético es que desde el 2012-2013 el petróleo entró a la apertura total y el tema migratorio no forma parte de ningún acuerdo entre los dos países.

Viene la crisis del 1994, nos volvieron a saquear, nos volvieron a devaluar y nos volvieron a engañar; y vemos que el impacto de esta crisis fue del tamaño de una caída del 7% del Producto Interno Bruto (PIB) y un enorme sentimiento de engaño y frustración de la mayoría del pueblo de México.

El resultado de todo esto fue un crecimiento muy importante en la migración internacional, para fines de los años setenta solamente había 800 mil mexicanos viviendo permanentemente en Estados Unidos, para 1990 ya había 5.4 millones de mexicanos viviendo en aquel país y enviaban 2 400 millones de dólares. En el 2007 justo cuando se viene la gran crisis de Estado Unidos había doce millones de mexicanos, el 50% de ellos indocumentados que mandaron a México 26 000 millones de remesas a familiares.

Esta situación se caracterizó en Zacatecas, en 2004 , mediante un evento sobre migración internacional, con colegas de la Universidad de Harvard, Doris Meissner, Comisionada del presidente B. Clinton para temas migratorios, con la siguiente frase: “Estados Unidos se hizo adicto al trabajo barato y México se hizo adicto a las remesas” y entonces tuvimos que decirle: “Sí, Maestra, pero Estados Unidos tiene todo el mundo para que le manden trabajadores baratos y nosotros solamente dependemos de Estados Unidos para las remesas”. Esta situación no fue percibida ni ha sido percibida por quienes han estado al frente del gobierno mexicano.

El tema de la crisis política de las elecciones de 1988 fue importante por la reacción del Estado Mexicano. En el proceso electoral (cuando la Maestra Ifigenia formó parte del grupo de expriistas progresistas que sintieron la necesidad de salirse del partido oficial y generar una propuesta independiente de un proyecto alterno a lo que se venía haciendo) hubo una votación muy importante de la comunidad migrante a través de los familiares en contra de Salinas de Gortari. Entonces el gobierno mexicano se da cuenta que tenía descuidada a la comunidad migrante y decide tomar una serie de iniciativas, y poner mayor atención hacia la comunidad migrante de Estados Unidos, estableciendo el Programa de Mexicanos en el Exterior, el Programa Paisano, el Instituto de Mexicanos en el Exterior y otras acciones de control político y asistencialismo hacia los migrantes.

Posteriormente, se aprovecha que había experiencia de los proyectos filantrópicos de los migrantes y se crean los Programas Uno por Uno, Dos por Uno y Tres por Uno, donde Guerrero y Zacatecas fueron los pioneros. Se hacen también modificaciones al Instituto Federal Electoral (IFE) -que han sido modificaciones timoratas, muy controladas- y los resultados obtenidos de los procesos electorales del 2006 y del 2012 fueron: en el 2006 con una comunidad de doce millones de mexicanos en Estados Unidos, solamente votaron, mediante voto postal, 36 mil paisanos en las elecciones presidenciales. En el 2012, solamente votaron 40 mil paisanos. El mensaje que daba la clase política oficial es que los migrantes no les interesaba, pero lo que no se entendía, es que había un complot para que votara el menor número posible de mexicanos en el exterior porque seguramente era, y será, un voto de castigo para quienes los expulsaron del país para poder vivir de mejor manera. Esta actitud es corroborada en 2013, cuando el grupo multidisciplinario de expertos para el voto de los mexicanos en el exterior, demuestra que el voto electrónico es más eficiente, rápido y barato si el gobierno mexicano credencializa en Estados Unidos a los 4 millones de connacionales con derecho a votar con un costo de 30 millones de pesos. El gobierno no realizó la credencialización en 2014, ni en 2015, pero si en 2016 dedica 1200 millones de pesos a la construcción del nuevo edificio del Instituto Nacional Electoral (INE). Año en que se promueve nuevamente el voto postal como supuesta forma de respetar el derecho al voto migrante, que ha demostrado ser caro, ineficiente y obsoleto.

En general, toda nuestra investigación de políticas gubernamentales en México hacia los migrantes, demuestra que son reactivas, tardías y parciales del Estado mexicano y siempre caracterizadas por el corporativismo y negando la ciudadanía trasnacional. Tal parece que si no mandan remesas y si no financian los proyectos sociales en curso, los presidentes municipales y los gobiernos estatales y las dependencias federales no tienen la obligación de tomarlos en cuenta.

En estos trabajos que veníamos realizando desde los años ochenta, hasta el 2012, empezamos a percibir varios aspectos: los migrantes no están en la agenda pública nacional, los migrantes mexicanos además de las remesas eran, y siguen siendo invisibles. Por eso cuando vemos al troglodita de D. Trump avanzar como posible candidato republicano en las elecciones presidenciales -y ayer se planteaba el Seminario- surge nuevamente una pregunta filosóficamente escatológica que solamente puede responder el chapulín colorado: ¿Quién nos podrá salvar si Trump llega a ganar la presidencia de Estados Unidos?, porque el Estado mexicano no tiene ninguna preocupación sobre estos doce millones de mexicanos más allá de la remesas.

Entonces, empezamos a percibir la importancia que tuvo para nosotros, académicos de Zacatecas, tener una relación de colaboración y aprendizaje durante más de 20 años permanente primero con los migrantes zacatecanos en Estados Unidos, luego con los migrantes de Michoacán, Jalisco, Durango y luego con salvadoreños, guatemaltecos, peruanos, bolivianos, filipinos, marroquíes y turcos; prácticamente con migrantes de todo el mundo. Podríamos decir que esta relación con los migrantes, a nosotros, en nuestra formación de “migrantólogos” que han intentado articular políticas públicas de desarrollo, migración y derechos humanos, fue más importante el nexo con ellos que la relación dentro la academia, porque ellos siempre nos estaban, y nos están diciendo: “Nosotros queremos propuesta para el desarrollo local, queremos propuestas sobre salud, propuestas sobre educación, propuestas sobre remesas”. Por eso cuando hicimos la propuesta hoy en la mañana al Doctor Roberto Soto, al hablar sobre sus investigaciones de microfinanzas en el mundo, de la posibilidad de construir un Banco Migrante para Zacatecas, lo hicimos porque lo están pidiendo las Federaciones de Clubes Zacatecanos en California y quieren una propuesta ejecutiva para julio de este año. Esa ha sido una relación muy importante, como el hecho también de vincularnos con las Organizaciones No Gubernamentales y ha sido un proceso de feedback: nosotros a varias ONGs les compartimos el tema de políticas de desarrollo y migración, y las ONGs nos empezaron a sensibilizar con el tema de los derechos humanos como ha sucedido con Sin Fronteras, Instituto de Estudios y Divulgación sobre la Migración A.C. (INEDIM), Iniciativa Ciudadana, Instituto para las Mujeres en la Migración A.C. (IMUMI) y otras más.

Esto nos obligó a entrar a la cancha mundial del debate de las políticas públicas sobre migración y desarrollo, y junto con los migrantes nos tocó formar parte de los Foros Mundiales de 2006 a 2013 en Bruselas, Manila, Atenas, Grecia, Vallarta, con la ilusión de que si íbamos a los foros mundiales a lo mejor podíamos incidir en algo que se reiteraba en todos los foros y que era: “Los migrantes deben ser el agente principal del desarrollo de sus comunidades de origen. Los migrantes deben ser sujetos de las nuevas políticas públicas”, esto lo planteaba un líder migrante zacatecano y que ahora es uno de los migrantes mundiales más importantes, Efraín Jiménez, que reiteradamente tanto en Bruselas, como en Manila y en Atenas señalaba: “No se puede hacer caldo de pollo sin pollo, y no puede haber políticas de migración y desarrollo si no están los migrantes”. Porque con frecuencia los académicos somos un poco soberbios, creemos que los sabemos todo y que podemos hacer políticas públicas para los campesinos, para los trabajadores, para los migrantes y para los ciudadanos en general sin tomar en cuenta a los propios ciudadanos en sus demandas, su agenda y su agencia.

Con esta misma actitud, un tanto ingenua, nos tocó llegar a un Diálogo de Alto Nivel en las Naciones Unidas. Nuestro romanticismo nos hizo caer en un espejismo parecido al de aquellas buenas personas que creen que si van al Vaticano van a ganar la santidad, y después del viaje regresan todos endeudados e igual de pecadores. A nosotros nos pasó algo parecido porqué fuimos a Naciones Unidas, al Diálogo de Alto Nivel en noviembre de 2013, logramos presentar nuestras propuestas y un día después la situación siguió igual como si no se hubiera presentado nada y lo que sí se resaltó fue la hipocresía tradicional del gobierno mexicano. El cual se sintió exhibido, cuando las ONGs mexicanas y académicos, planteamos en Naciones Unidas el tema de la violencia tan fuerte en México, especialmente contra los migrantes. Nosotros no podíamos quedarnos callados en Naciones Unidas sobre la masacre de San Fernando con 73 inmigrantes masacrados o la masacre de Cadereyta con 49 migrantes decapitadas, y no podemos quedarnos callados con la falta de compromiso del gobierno mexicano con el tema de políticas públicas sobre Desarrollo, Migración y Derechos Humanos. Los representantes oficiales pretendieron recriminar nuestras denuncias infructuosamente ante el conocimiento generalizado en la ONU y en mundo, de la violencia, la descomposición institucional e impunidad que sufre nuestro país.

Hemos continuado con el tema del desarrollo y la migración. Vino la crisis de 2007 y 2008 y desafortunadamente se cumplió lo que, como economistas críticos, habíamos pronosticado: los ciclos económicos, y la nueva crisis mundial de 2007 al 2016 que impacta la economía global, el crecimiento, las migraciones y la gobernabilidad en el planeta. Se engañaron quienes se negaron a tener una formación histórica, se engañaron quienes estuvieron creyendo de manera ciega en el Dios mercado, pero para nosotros era algo que se veía venir. En ese contexto nosotros empezamos a decir: “Urge reorientar el modelo económico de México hacia políticas del tipo post-keynesiano” y, lo hemos discutido en los dos días previos en el Seminario sobre Asia en el Instituto de Investigaciones Económicas ya señalado, lo hemos discutido en múltiples seminarios desde 2007 hasta la fecha: Obama tuvo la capacidad de orientar su gobierno hacia un salvamento del tipo post-keynesiano inicialmente con 800 000 millones de dólares, mientras que el gobierno mexicano ha seguido en la ortodoxia neoliberal hasta el día de hoy. Esto en un contexto donde la violencia económica y las violencias emergentes han seguido aprisionando a nuestro país con 63 millones de pobres, 60% de la Población Económicamente Activa (PEA) en la informalidad, 7.8 millones de “Ninis” y 140 mil asesinatos y 30 mil desaparecidos en diez años.

Todas estas reflexiones y una visión más completa de todo el colectivo de los profesores del Doctorado en Desarrollo en Zacatecas, nos ha permitido ir construyendo también una visión analítica sobre violencias estructurales o sistémicas y violencias emergentes, y decir: “El que exista un mercado laboral de 600 mil personas que trabajan permanentemente para la industria del crimen no es gratuito, no es un accidente, sino que es la sincronía de este capitalismo del siglo XXI, la economía de la muerte, en la cual coinciden las violencias estructurales con las violencias emergentes”.

Me llamó mucho la atención como, en esta perspectiva analítica, colegas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo hicieron una matriz de insumo producto que cuantificara el aporte de la industria del crimen en Michoacán en los años más fuertes de los carteles michoacanos y en esta matriz de insumo-producto llegaron a calcular que el 40% del PIB de Michoacán pasaba por parte de los carteles de Michoacán que controlaban todas las actividades ilegales y crecientemente las actividades legales de la agroindustria, la minería de exportación y los servicios.

En este escenario llegamos al 2010, que es el año donde se dieron las masacres de San Fernando y las masacres de Cadereyta, entre otras, y se planteó la necesidad de una nueva Ley de Migración que tomará en cuenta los derechos humanos y es ahí cuando emerge una sociedad civil que venía avanzando de manera silenciosa.

De 2010 a 2012 participan una gran cantidad de organizaciones no gubernamentales, migrantes, comunidades campesinas e indígenas y académicos sobre la construcción de esa nueva Ley y su Reglamento. Al final, después de muchas reticencias del Estado mexicano, se logra crear una nueva Ley de Migración. Batallamos un año para hacer el Reglamento (una nueva ley si no tiene reglamento no sirven para nada) y finalmente se hizo la Ley y el Reglamento y empezamos a buscar que se aplicará. Se da el proceso electoral de 2012 y gana de forma irregular nuevamente el candidato oficial, quienes participamos desde la sociedad civil transnacional en la construcción de esa nueva Ley y Reglamento, nos planteamos la posibilidad de constituirnos como Colectivo para incluir en el siguiente Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2013-2018 los temas de desarrollo, migración y derechos humanos.

Fueron fundamentalmente las compañeras y compañeros que pertenecían a las ONGs de IMUMI, FUNDAR, Iniciativa Ciudadana, Sin Fronteras, INEDIM y organizaciones migrantes, entre otras, las que dijeron: “Si pudimos promover una nueva Ley de Migración, ¿por qué no vamos a poder meter el tema de migración en el Plan Nacional de Desarrollo?” y empezamos a trabajar desde finales de 2012 de manera independiente y autónoma una propuesta con más de 80 organizaciones de la sociedad civil transnacional. En enero 2013 empezamos a tocar la puerta de la Secretaría de Relaciones Exteriores y de Gobernación para plantear nuestra participación en el diseño del PND 2013-2018. Y ni nos veían, ni nos escuchaban, pero, nosotros afortunadamente íbamos avanzando en todo lo que era un diagnóstico riguroso económico, social y migratorio de México y Estados Unido orientado al diseño de verdaderas políticas públicas de desarrollo, migración y derechos humanos.

Presionamos y logramos que cuando el presidente Peña Nieto iniciara los Foros de Consulta para el PND 2013-2018, en las instalaciones de Relaciones Exteriores en marzo del 2013, le entregamos nuestra propuesta integral sobre esos temas con copia en mano al Secretario de Hacienda. Dicha propuesta fue reducida por los técnicos de la Secretaría de Hacienda a 500 palabras. Lo relevante, es por vez primera en la historia de México aparecía los temas de Migración, Desarrollo y Derecho Humanos en un PND por propuesta y presión de la sociedad civil transnacional organizada.

Por primera vez apareció el tema de migración y desarrollo en un PND, y lo más importante fue que se mandató elaborar un Programa Especial de Migración. Y nuevamente, tomamos la iniciativa, ya éramos más de cien organizaciones, hicimos la metodología para hacer cinco foros en México, definimos la temática, las regiones, la conducción y logística de cada uno de ellos junto con la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación. Los migrantes hicieron sus propios foros en Chicago y California y curiosamente la diáspora mexicana en Suiza hizo el otro foro en Europa, los tres de forma independiente del gobierno mexicano.

Así, con la colaboración de las organizaciones de la Sociedad Civil Transnacional, ahora denominada Colectivo Migraciones para las Américas (COMPA), la Unidad de Política Migratoria, y marginalmente la Secretaría de Relaciones Exteriores, se construyó el Programa Especial de Migración (PEM), que es el Programa más acabado de política pública sobre desarrollo, migración y derechos humanos. Lo pueden ver en la página web de la Unidad de Política Migratoria o en la página web IMUMI (www.imuni.org), allí plasmamos toda la creatividad y la experiencia que esta comunidad de la sociedad civil trasnacional fue y es capaz de proponer hasta ahora.

Lo triste de todo esto es que, finalmente, ese Programa firmado por quince dependencias federales no se convierte en un programa vinculante, como lo es la Cruzada contra el hambre, que obliga a todos los gobiernos estatales le den presupuesto y lo apliquen de manera complementaria con el gobierno federal.

El año pasado, la Unidad de Política Migratoria solamente tuvo 60 millones de pesos de presupuesto, frente a 115 millones de pesos de presupuesto que tuvo el Plan Sur creado por iniciativa presidencial y 1 800 millones de pesos del Instituto Nacional de Migración (INM). El dato más fuerte es que el año pasado el INM, que es la institución federal que instrumenta la gestión policiaca y militar de las migraciones, obedeció a los objetivos del Plan de Mérida, directamente con los organismos de seguridad de Estados Unidos y México.

Esto nos ha llevado a sistematizar nuestras experiencias en estrategias de incidencia en políticas públicas y nuevamente aparece aquella recomendación de nuestra asesora Miren Etxezarreta: “La política económica es un tema de política, no es un tema de buena voluntad o buenos deseos”

¿Cuáles han sido nuestras experiencias en términos de incidencia en política pública? Hemos asistido reiteradamente al Senado, al Congreso, a los Congresos estatales. En general, en 99% de las ocasiones los resultados han sido negativos, una total indiferencia, porque los migrantes no están en la agenda del Congreso, ni del Senado, ni de los Congresos estatales. Al igual que en las experiencias de los Foros Mundiales y en Naciones Unidas, el mundo siguió funcionando de espaldas a los migrantes como muestran trágicamente las migraciones de Siria a Europa, de Centroamérica a México y de nuestro país a Estados Unidos, con el mismo tipo de políticas económicas de muerte del trabajo y la vida, con el mismo tipo de políticas migratorias con enfoque de Seguridad Nacional. A nivel mundial lo que se nos ha vendido es la experiencia de Filipinas: la experiencia de exportación abierta de mano de obra. El gobierno filipino dice: “El próximo año vamos a generar un millón de trabajos -pero aclaran- fuera de Filipinas”. Lo que están diciendo: “Vamos a exportar un millón de trabajadores filipinos para toda la flota mercante mundial, enfermeras, trabajadoras domésticas y personas que trabajan en las cadenas globales de cuidado en Europa y Estados Unidos. Esto junto con las políticas de control policiaco y militar, son las políticas que hoy rigen en el mundo hacia los migrantes, sus familias y comunidades de origen.

En términos de experiencias concretas de incidencia en políticas públicas sobre desarrollo, migración y derechos humanos en un intento de tratar de aportar y contribuir a que propuestas como el Programa Especial de Migración se cumpliera, aceptamos que participar en el Comité Técnico del Voto en el Exterior, con los mejores expertos de la UNAM, en cuestiones jurídicas e informática, y con brillantes colegas “migrantologos” de la Universidad de Guadalajara, el Instituto Mora y Universidades de Estados Unidos, excelente experiencia de trabajo en equipo de enero a junio de 2003, en que estuvimos trabajando de manera intensa quince personas con especialidades en el tema migratorio y le demostramos al IFE que el voto electrónico era viable, seguro y más económico, que 4 millones de mexicanos en Estados Unidos podrían votar con esa modalidad, si el gobierno federal a través de la Secretaria de Gobernación y de Relaciones Exteriores credencializaban masivamente con propuestas técnicas y económicas aportadas por el mismo Comité Técnico. El gobierno mexicano, la clase política nacional, no quisieron en los hechos realizar esa credencialización para incluir a esos 4 millones, en los procesos electorales siguientes de forma masiva, y siguen ofreciendo el voto postal, caro, lento, obsoleto y fallido como su oferta “democrática” de participación electoral a los mexicanos en el exterior.

Los 12 millones de mexicanos en Estados Unidos en 20 años enviaron al país 335 000 millones de dólares de remesas familiares, en 2015 enviaron 25 000 millones de dólares, 30% más que las exportaciones petroleras, pero, se les niega el voto electrónico por el temor a un voto de castigo masivo en contra del partido oficial y sus aliados, responsables de la expulsión masiva de esos 12 millones de mexicanos del país.

La segunda experiencia ha sido ser Consejero Ciudadano del INM. Este año termino mi posición como consejero, estos son nombramientos honoríficos, nosotros siempre hemos planteado que pagamos nuestros propios gastos para mantener nuestra independencia ciudadana. En este espacio se ha logrado avanzar en transparencia sobre el funcionamiento y uso de los recursos en el INM y en exigir mayor respeto a los derechos humanos por parte del INM en todo el país.

La última fue una desafortunada experiencia en haber aceptado ser Consejero Ciudadano del Consejo de Políticas Sociales de SEDESOL y la Secretaría de Gobernación, donde supuestamente deben de ser líderes sociales, gente de las ONGs, migrantes y académicos los protagonistas para proponer y evaluar las políticas sociales. Pero es un organismo perversamente diseñado para simplemente aprobar lo que viene haciendo el Gobierno Federal y cuando intentamos criticar o proponer, de una manera burda nos dijeron: “ya la agenda está organizada y no se modifica”. La situación fue peor cuando se nombró a Roque Villanueva al frente de la Subsecretaría de Asuntos de Migratorios, Población y Religiosos, caracterizado por su ignorancia en esos temas y por ser promotor de la corrupción electoral en país durante 40 años de migración. Ante tal situación, la renuncia era la única opción decorosa como ciudadano y académico realmente comprometido con el diseño de verdaderas políticas sociales en el país.

Lo anterior también ha sido una experiencia valiosa de cuando los académicos transitan de la vida académica a las políticas de incidencia, a las políticas de tratar de incidir en el tema de las políticas públicas dentro de las instituciones y donde la mecánica del poder es implacable: “Te subordinas, te aceptamos; si vienes con planteamientos críticos, vete por donde viniste”. No sé si los demás académicos que han participado en la incidencia institucional en nuevas políticas públicas de desarrollo económico, migración y desarrollo social los hayan tratado de otra manera, pero me temo que la respuesta no ha sido distinta. Pese a ello, no podemos renunciar a seguir colaborando en esas propuestas, en el cambio de las instituciones, en la construcción de una nueva institucionalidad para el desarrollo humano integral y la erradicación de la pobreza y todas las violencias en México.

En el tema de la migración de retorno nosotros fuimos de los primeros que empezamos a decir: “Cuidado, el país no está preparado para los impactos de la migración de retorno”, rápidamente dijimos: “Obama nos engañó cuando lo vimos negrito, delgado, buena onda, progresista, lo confundimos con San Martín de Porres, pero llegó la gran crisis y se acabó la imagen de Obama y en este momento nos ha deportado más de dos millones 750 mil mexicanos y el país no está preparado para integrarlos en términos económicos, sociales, de empleo, alimentación, salud y educación.

Afortunadamente el trabajo en equipo y lo que llevamos en el disco duro de 40 años sobre el campo, sobre comunidades migrantes, sus redes sociales en Estados Unidos y las relaciones con otros colectivos académicos y de la Sociedad Civil, nos permitió hacer un proyecto de investigación de seis estados, “Los impactos de la migración de retorno y la propuesta de un programa específico de apoyo a los migrantes retornados”. Un proyecto muy interesante de tres años, inicialmente con respaldo de la fundación MacArthur, posteriormente con respaldo de CONACYT. Iniciamos con tres estados: Zacatecas, Michoacán y Oaxaca; posteriormente agregamos Puebla, Guerrero y Chiapas. Un proyecto que contó con la participación del Colegio de Michoacán, Iniciativa Ciudadana, Voces Mesoamericanas, organizaciones sociales, organización de migrantes, las oficinas de migrantes y seis equipos de diferentes regiones.

Aprendimos mucho, hubo dificultades, tuvimos que resolverlas y, finalmente, tuvimos el resultado, una propuesta de Programa de Apoyo a la Reintegración Integral de los Migrantes y sus Familias (PARIMYF) y un libro que saldrá próximamente por Miguel Ángel Porrúa el próximo mes de mayo. Hicimos propuestas y las presentamos a INDESOL, al Congreso, a los Congresos estatales, pero como si no se hubieran presentado. Nuevamente entendimos que no basta con tener las propuestas serías, fundamentadas, si no se tiene poder político para que éstas sean tomadas en cuenta en la agenda y los presupuestos públicos.

Hace aproximadamente cuatro meses cuando presentamos los resultados de la investigación en Chicago, nos preguntó la ejecutiva de la Fundación MacArthur: “Ahora que se acabó la investigación, ¿qué va pasar?, ¿todos los resultados se van a perder?” y nosotros le dijimos: “No, usted debe recordar que en esta investigación participaron organizaciones sociales y de migrantes de cinco estados: Puebla, Oaxaca, Chiapas, Michoacán y Zacatecas.

De los 40 impactos más importantes que ha generado la migración de retorno, hay cuatro temas centrales: empleo, educación, salud y reintegración familiar en comunidad. A los cuatro temas, las organizaciones sociales con las de migrantes y académicos, de acuerdo a nuestras propias fuerzas, estamos trabajando en estas nuevas propuestas en cada uno de esos estados. En Guerrero ha sido imposible por la tragedia de violencias y descomposición institucional que sufre esa entidad. Y de oficio seguimos comunicando nuestros avances ante los Congresos estatales buscando informarlos, sensibilizarlos, promoviendo alianzas con otros actores sociales y políticos para buscar que nuestras propuestas sean integradas a futuro en la agenda y los presupuestos públicos.

Hoy todos nos damos cuenta que en 2016 estamos en medio de la mayor crisis de la economía mexicana -creo que todos los que estamos aquí somos economistas- y en general como dicen los andaluces: “En México se juntó el hambre con las ganas de comer”. Toda la etapa recesiva que ya veníamos padeciendo: caída en el precio del barril de petróleo, devaluación, elevación en las tasas de interés y un menor crecimiento. Ahora tenemos la cuarta mentira el Acuerdo Transpacífico (TPP) como la nueva panacea para el progreso, el desarrollo económico y la solución de los problemas.

En ese contexto creo que todos nos cuestionamos: “Lo que estamos haciendo ¿para qué sirve”, y más con las reflexiones que tuvimos el día de ayer y hoy en el Seminario sobre Asia. Todos los que heroícamente nos están acompañando en este evento, y que nos han estado acompañando aquí, vienen cansados, más que físicamente vienen cansados porque todos nuestro disco duro se saturó de una información formidable y estamos intentando armar, lo que se ha planteado en un artículo Rolando Cordera, La gran transformación, aquí diríamos: La gran restructuración geopolítica del mundo, a partir de la intervención que hicieran los Doctores José Ramírez Bonilla y José Déniz, de cómo se está reorganizando el bloque de poder y la hegemonía norteamericana con el Acuerdo Transatlántico sobre Comercio e Inversión (TTIP), acuerdo de comercio y finanzas mundiales, de cómo se está organizando China, cómo se está organizando Rusia y qué pasa en el Sur y dónde quedamos nosotros como México en la estrategia geopolítica de Estados Unidos de fortalecer sus hegemonía mundial

Terminó con las siguientes reflexiones: A todo esto lo que ha sido el neoliberalismo en México y en el mundo, los economistas y todos los que participamos en el Programa de Desarrollo en Zacatecas cada vez más le estamos llamando la economía de la muerte. Que en Zacatecas en los últimos meses hayan asesinado a 95 personas -me refiero al Estado de Zacatecas- es porque estamos en esta economía de la muerte que azota a todo México y que azota a todo el mundo. Es parte de los 140 mil asesinados en México y es parte de los 40 mil desaparecidos en el país.

Frente a todo esto, decimos: “Frente a la economía de la muerte, los economistas críticos y los economistas sociales, que somos todos los que estamos aquí, tenemos que luchar permanentemente por la democracia y la economía de la vida”. La lección es que, después de cuarenta años sin poder ciudadano, sin poder popular, el ogro filantrópico del Estado mexicano deviene ogro exterminador de la producción, el empleo, la cohesión social, de país independiente y la vida. Creo que los economistas críticos tenemos que seguir luchando solidariamente con los migrantes, los campesinos, los trabajadores, las amas de casa, los colonos, los jóvenes, los viejos y los excluidos en la construcción de un proyecto de desarrollo humano integral y sustentable donde quepan todos los México y todos mexicanos.

Miren Etxezarreta, Maestra y colega antes citada, sacó un libro el año pasado en Paidos que se llama ¿Para qué sirve realmente la economía? y se contesta: “La economía como disciplina debe servir para el bienestar de todos, debe servir para resolver los problemas de la humanidad, pero la economía no se puede entender sin las clases sociales y el Estado” y esto nos lleva a un terreno en disputa de lo público. Al mismo tiempo en las conclusiones de ese texto, dice: “Quienes estamos en el ámbito de la economía crítica somos un reducido sector de la sociedad porque no somos funcionales a la hegemonía y a los grupos dominantes. Somos un pequeño sector comprometido y utópico porque pensamos que podemos crear un mundo diferente, un mundo para todos”. Ella no es zapatista, pero podríamos decir, que lo que Miren quiso decir, es: “Un mundo donde quepan todos los mundos” y un mundo donde se acaben estas violencia sistémicas y las violencias emergentes.

En lo que respecta a mi trabajo, yo me he tenido que preguntar con frecuencia lo que en algún momento se preguntó la Maestra Joan Robinson: “¿Me he ganado la vida honestamente?” y yo podría decir: “Por lo menos lo he intentado”. Aquí retomó una frase de la amiga y compañera, Doctora Antonieta Barrón aquí presente, que siempre pone en sus correos: “Quien hace lo que puede hacer no tiene la obligación de hacer más” y cuando uno ha hecho lo que pueda hacer creo que ha cumplido con sus retos y misión colectiva en la vida.

Me asumo como un economista social comprometido con los trabajadores, con los más pobres, con los excluidos, con quienes estamos trabajando con otros colegas como Ustedes, como artesanos en la forja de la historia en la construcción social de un proyecto alternativo para Zacatecas, para México y el mundo.

Comparto con Ustedes una satisfacción académica y profesional, no con una soberbia de un académico pedante, que me ha tocado junto con Roberto Soto y otros muchos académicos de la Universidad Autónoma de Zacatecas, lograr algo que le platicaba la maestra Ifigenia: en 50 años en Zacatecas nunca la izquierda tuvo la capacidad previa a un proceso electoral de hacer un proyecto alternativo de desarrollo. En los últimos tres años articulamos, con un bloque de doce diputados de oposición del PAN, del PRD, del PT, de Morena, con académicos y con organizaciones sociales, organizaciones del campo, el magisterio democrático y los exbraceros, una amplia alianza social para hacer propuestas en el Congreso estatal para los problemas de becas educativas, apoyos para el campo, generación de empleo y presupuestos alternativos para el estado. Recientemente en 2015, de agosto a diciembre de 2015 hicimos diez foros regionales en todo el estado sobre los problemas económicos y sociales más importantes y sus propuestas de solución. Le robamos tiempo al sueño, le ganamos tiempo al descanso, trabajamos mucho y logramos hacer un proyecto que se llama Plan de Desarrollo Humano, Integral y Sustentable para Zacatecas. Llegamos a esta propuesta inédita dos meses antes de que se inicie el proceso electoral por la gubernatura del estado, ahora cuando ese proceso está en marcha frente al mismo proyecto oficialista del extractivismo y la corrupción, aportamos a los zacatecanos una propuesta de desarrollo alternativo, de cambio estructural en la matriz productiva mediante educación, ciencia y tecnología; cambio institucional con reformas de gobierno, de gabinete, revocación de mandato, Tribunal de Cuentas e independencia del Poder Judicial. Una propuesta de verdadero desarrollo humano integral y sustentable cuyas premisas centrales son la democracia y la participación ciudadana permanente.

El Plan referido, producto del trabajo colectivo está en la web www.forozac.com, donde recuperamos 1800 propuestas de los trabajadores, los campesinos, los migrantes, los jóvenes, los profesores, amas de casa y otros sectores, personalmente, considero es un aporte social, incluso transgeneracional de ciudadanos del campo, la ciudad, la academia, la empresa y los servicios, sindicatos y ONGs. Es el esfuerzo por construir la utopía de Zacatecas con democracia, empleo y bienestar para todos. Este trabajo, esfuerzo y producto colectivo, es cuando valoro mi labor como docente-investigador de una universidad pública, creo que ha valido la pena mi participación desde la academia con los diferentes sectores sociales en la construcción de un Zacatecas, México y un mundo diferente.

A nivel personal yo podría decir, como Pablo Neruda y Violeta Parra, confieso que he vivido y gracias a la vida por las oportunidades, las experiencias, retos, y satisfacciones laborales y personales de los últimos cuarenta años.

Estoy satisfecho con lo que me ha tocado vivir, con mi trabajo, con mi familia, con mi esposa Dolores, con mis hijos Miguel, Montserrat y Rodolfo, con las cuatro “talibanas” de mis nietas Paula, Karen, Valeria y Victoria. Estoy orgulloso de contar con Ustedes; estoy contento de cuando yo hablaba de mi doble mochila y los amigos y colegas que me dispensan su amistad como los aquí presentes y muchos ausentes dispersos por el mundo. Estoy honrado de contar con la amistad y apoyo de colegas solidarios de la Dra. Correa, la Dra. Girón, Gregorio Vidal, Arturo Guillen y muchos otros, con quienes, en los últimos 20 años, hemos construido algo parecido a un social task forcé de apoyo para organizaciones sociales en el diseño de propuestas de desarrollo económico alternativo: no puedo olvidar que en 1994, en plena crisis de las Carteras Vencidas cuando quebraron las cinco Uniones de Crédito Ejidal en Zacatecas, llegaron sus líderes a la Escuela de Economía de la UAZ y nos dijeron abruptamente “Queremos una propuesta de restructuración de nuestras deudas”. Nosotros impactados le llamamos a la Dra. Alicia, a la Dra. Eugenia, al Dr. Gregorio, les dijimos ayúdenos a enfrentar esta exigencia inédita. Llegaron, hicimos un sobre Foro Carteras Vencidas, una propuesta de restructuración de las deudas y el primer bosquejo de un proyecto alternativo de desarrollo para Zacatecas con énfasis en el campo, justo en el umbral de la crisis económica de 1994.

Nos ayudaron a construir lo que nos estaban pidiendo los ejidatarios: una propuesta de reestructuración, que fue la primera propuesta de restructuración de la deuda en el estado para las Uniones Regionales (hay una foto en un libro que se llama México en el laberinto de la modernidad con cien tractores ocupando la avenida central de Zacatecas reflejo de la crisis en ese momento). A partir de allí nace este pequeña social task forcé, en la cual hemos estado permanentemente aprendiendo de lo financiero, lo migratorio y el desarrollo. El equipo UNAM-UAM nos ha nutrido de lo financiero. Nosotros les hemos compartido el tema de la migración y hoy resulta que este equipo de social task force hace proyectos de migración, de desarrollo, financieros, de microfinanzas en México, en varios países y aquí estamos reunidos con múltiples amigos más y la honrosa y motivante presencia de una gran cantidad de estudiantes de la UNAM que nos acompañan.

Finalmente, para mí es muy satisfactorio formar parte de este grupo de trabajo. Sus productos académicos y de investigación de la Universidad de Zacatecas, de la Facultad de Economía de la UNAM, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UAM, están prácticamente en todo el mundo, están en las redes académicas y sociales, forman parte del nuevo andamiaje, de la construcción de un nuevo proyecto de Zacatecas, México y el mundo, donde quepan todos los mexicanos y todos los mundos. Yo los invito a todos a que sigamos trabajando en la fragua de la historia para construir y poner en funcionamiento esa utopía planetaria.

Muchas gracias.

* Conferencia Magistral realizada con motivo de la recepción del Reconocimiento Ifigenia Martínez, otorgada por la Facultad de Economía de la UNAM, el día 30 de marzo de 2016.

Recibido: 02 de Abril de 2016; Aprobado: 17 de Abril de 2016

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