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Andamios

versión On-line ISSN 2594-1917versión impresa ISSN 1870-0063

Andamios vol.20 no.53 Ciudad de México sep./dic. 2023  Epub 05-Abr-2024

https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1051 

Reseñas

Isabel Prieto de Landázuri, de Carne y Hueso

Cecilia Colón* 

*Profesora investigadora en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Correo electrónico: cecicolon@prodigy.net.mx

Guzmán, M. 2020. Vida y poesía de una escritora decimonónica. Isabel Prieto de Landázuri (1833-1876). Guadalajara: Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Jalisco


Socorro Guzmán Muñoz es una investigadora capaz de encontrar todos los hechos y detalles relacionados con la literatura mexicana del sigo XIX y nos regala en su libro Vida y poesía de una escritora decimonónica. Isabel Prieto de Landázuri (1833-1876), la jugosa, interesante y bien contada vida de Isabel Prieto, poetisa y dramaturga. También nos da una probada de su poesía, una poesía que, a decir de José María Vigil, estaba entre las mejores de su tiempo, con una calidad comparable con la de Sor Juana Inés de la Cruz.

Cuando nos encontramos con escritoras que, gracias a la vertiente de investigación que tiene que ver con los Estudios de Género, ahora salen a la luz, generalmente nos cuestionamos muchas cosas: ¿quiénes son?, ¿dónde estudiaron?, ¿qué tan amplia es su obra?, ¿dónde y cómo publicaron?, ¿quién las leyó? Hallar las respuestas no es fácil si la autora en cuestión ya murió y sus parientes no reconocen el valor de su trabajo. Para fortuna nuestra, los familiares vivos de esta poetisa sí la valoran y Guzmán Muñoz pudo acercarse a ellos para obtener datos y documentos. Otra gran investigadora, Magdalena González Casillas, también abonó en este aspecto y apoyó a Socorro Guzmán con lo que ya sabía, amén de proporcionarle documentos que cuando alguien profundiza en una investigación de esta índole representan oro molido.

Isabel Prieto de Landázuri (1833-1876) nació en España, sin embargo, muy pequeña llegó a México, específicamente a Guadalajara, donde radicó la mayor parte de su vida. Fue aquí donde creció, estudió, leyó y se casó con su primo Pedro Landázuri, con quien compartía no sólo el sentimiento amoroso, sino también lecturas y pláticas literarias. Ella conoció a José María Vigil, quien, como ya se dijo, tenía en muy alta estima su poesía, al grado de incluirla en la famosa antología que publicó en 1893: Poetisas Mexicanas, siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. Y, como lo dice en el prólogo: “la Exposición con que la gran República de Norte-América se propone celebrar el cuarto centenario del descubrimiento del Nuevo Mundo, nada contribuiría a dar en el exterior más alto y merecido concepto de la cultura literaria alcanzada por la mujer mexicana, que un libro, destinado a presentar composiciones escogidas de nuestras poetisas, desde el período colonial hasta la época presente” (Vigil, 1893). En dicha antología, Vigil presenta los mejores poemas de las poetisas de los siglos XVI al XIX entre ellas se encuentra Isabel Prieto de Landázuri.

Socorro Guzmán no sólo nos habla de la vida de Isabel Prieto, lo interesante es también el recorrido que hacemos los lectores, junto con ella, por las costumbres y la vida cotidiana de aquella Guadalajara de mediados del siglo XIX, situación indispensable si se quiere conocer a qué se enfrentaba una mujer inteligente, culta y que era, además, una buena escritora. El manejo que hace la investigadora para ubicarnos en esos lejanos años la convierten en una guía de cuya mano vamos conociendo esa ciudad decimonónica que fue la cuna de una poetisa notable y ahora poco leída.

En los ejemplos que nos ofrece Socorro Guzmán sobre la poesía de Isabel Prieto nos muestra que no sólo escribía una poesía relativa a la maternidad, también sabía defenderse usando sus versos como espada, como cuando responde con un soneto el ataque de un escritor peruano que, como muchos, criticaba el hecho de que una mujer escribiera y, sobre todo, se atreviera a publicar, situación no bien vista por muchos hombres de la época que quizás no gustaban de la poesía escrita por mujeres porque podía representar una escritura tan buena y a la altura del mejor poeta, que trataban inmediatamente de descalificarla y tacharla de cursi. Miedo, sorpresa o zozobra por parte de ellos son los sentimientos que muchos hombres tratan de ocultar ante la sola idea de que las poetisas resultaran mejores que ellos. Temores ancestrales que, todavía en este siglo XXI, se dejan sentir.

Otro aspecto que cubre Socorro Guzmán en lo relativo a la escritura de Isabel Prieto es la dramaturgia. La poetisa escribió varias obras de teatro, algunas de ellas son: Las dos flores, Los dos son peores y Un lirio entre zarzas.1 Como dice Guzmán: “Las dos flores no sólo marcó el comienzo de su carrera como dramaturga, sino que a nivel nacional se considera que fue la obra que abrió las puertas de imprentas y proscenios a la producción teatral femenina, por lo que Luis Rojo inicia con ella la antología de dramaturgas románticas en México” (2020, p. 52).

Una situación interesante de mencionar es que varias de sus obras teatrales se presentaron en Guadalajara, pero Un lirio entre zarzas se llevó a escena en el Teatro Nacional de México el 21 de junio de 1872. La crítica le fue favorable, sin embargo, ahora difícilmente se le vería representada en el teatro.

Debido al trabajo diplomático de su esposo, en 1874, Isabel Prieto de Landázuri y sus hijos tuvieron que irse con él a Hamburgo, Alemania, lejos del suelo mexicano que ella tanto amaba y que nunca hubiera deseado dejar, no obstante, un año antes de fallecer escribió un poema titulado “Sombras” en donde parece expresar el presentimiento de que moriría lejos de su patria amada. He aquí un fragmento:

No quiero que este cielo nebuloso

De abrigo sirva a mi mansión postrera;

En esta tierra helada y extranjera

No quiero el sueño eterno reposar.

Quiero que me transporten algún día,

Aunque se encuentre por mi mal distante,

A ese rincón de tierra que anhelante

Do quiera el alma en sus ensueños ve.

(Guzmán, 2020, p. 117-118)

Finalmente, la poetisa falleció el 28 de septiembre de 1876 dejando huérfanos a sus dos hijos. Sus restos quedaron en esa lejana y fría tierra alemana en la que ella no quería estar. Con su partida quedó callada la dulce lira de su canto y México perdió a una de sus mejores poetisas del siglo XIX. Y con el libro de Guzmán Muñoz se rescata esa propuesta literaria para que sea del conocimiento de nuevas generaciones.

Fuentes consultadas

Guzmán, M. (2020). Vida y poesía de una escritora decimonónica. Isabel Prieto de Landázuri (1833-1876). Guadalajara: Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Jalisco. [ Links ]

Prieto de Landázuri, I. (1964). Un lirio entre zarzas. México: INBA/ SEP. [ Links ]

Vigil, J. (1893). Poetisas Mexicanas, siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. México: Oficina Tip. De la Secretaría de Fomento. [ Links ]

1De esta obra hubo una edición que hicieron el INBA y la SEP en 1964. Esta edición tiene la gracia de contar con un facsímil del original manuscrito de la propia autora y el programa de mano que se repartió entre los asistentes aquel 21 de junio de 1872. Por cierto, como detalle curioso, la portada del libro de Socorro Guzmán es la primera página del manuscrito de esta obra teatral.

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