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Andamios

versión On-line ISSN 2594-1917versión impresa ISSN 1870-0063

Andamios vol.14 no.34 Ciudad de México may./ago. 2017

 

Presentación

Presentación

Cynthia Pech Salvador1 

Virginia Villaplana Ruíz2 

1 Profesora-investigadora en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), México. Correo electrónico: cpech_2000@yahoo.com.

2 Profesora-investigadora en la Universidad de Murcia, España. Correo electrónico: virginia.villaplana@um.es.


En el arte, en la ciencia, en la literatura y en los diversos aspectos de la vida que se mantienen al margen de nuestra existencia cotidiana, somos propensas a investigar, a experimentar y a innovar. Así, tan grande es nuestra reverencia frente a la autoridad que un irracional temor surge entre la mayoría de las personas cuando se les sugiere que experimenten.

Emma Golman (1934), La palabra como arma.

¿Valió la pena vivir mi vida?

En la actualidad, la discusión sobre comunicación y arte está atravesada por la concepción de la mediación. En este sentido, el arte en ocasiones sigue respondiendo a una concepción moderna del sistema de las bellas artes y su sentido universal, en el cual la condición intrínseca del arte —siguiendo la propuesta kantiana— es la de ser un arte bello, es decir, una creación humana con fines meramente estéticos: la contemplación que, a diferencia de la artesanía o la creación utilitaria, con el arte debía enaltecer el espíritu y producir un placer refinado. Sin duda, la propia terminología empleada para apuntalar este sistema se tradujo en una apuesta teórica que pensaba el arte activista y la comunicación tratando de definir las prácticas posmodernas que emergen como prácticas artísticas vinculadas a la ciudadanía y el espacio público, las cuales, paradójicamente, en cierto resquicio de ese sistema del arte, van abriéndose paso hacia un reconocimiento que no es del todo reconocible.

Desde esta perspectiva, la problematización sobre el arte no es instituciones, sino materializaciones cargadas de afectividad, de experiencias y acciones. No obstante, hoy más que nunca creemos que pensar sobre el sistema del arte no aporta demasiado si no se reflexiona sobre el sentido del arte y su poder de hacer que tiene en contextos situados y fuera de los espacios tradicionales. Cabe aquí recordar que en su origen etimológico, la palabra arte deriva del latín ars y del griego techné, que remiten, sin duda, a toda actividad creativa y no a un objeto específico en sí; sin embargo, por tradición, el “arte”, pese a que es creación y mediación, es sobre todo objeto (material o inmaterial) que deviene “arte” fundamentalmente por un valor simbólico adjudicado por una comunidad específica: la del mundo del arte (o campo, según Bourdieu) o por una comunidad ciudadana (autonomía del arte). Sea como sea, lo que hoy llamamos arte es el resultado de una tensión doble: arte-práctica y arte-artefacto. El arte, la educación y la cultura son parte de la esfera de emancipación y transformación social que autores como bell hooks, Mario Kaplún o Paulo Freire han explorado sobre las relaciones entre comunicación como mediación y la creación colectiva.

La discusión teórica sobre estas tensiones es muy nutrida y cronológicamente puede ser ubicada desde perspectivas históricas, sociales, comunicacionales y filosóficas, las cuales han generado visiones y revisiones que más que definir lo que es el arte y responder cuál es su sentido, siguen abonando a la discusión sobre su necesidad, su propósito. El arte, más allá de ser una categoría teórica, sigue haciéndose y desplegando posibilidades diversas que lo acercan a propuestas específicas y fuera de cierta contención teórica y campal. La esfera del arte es, y es en tanto que estas propuestas específicas le dan un sentido que cobra significado en y para los contextos sociales en los que emerge.

Desde esta óptica, el dossier dedicado a “Mediaciones sociales: comunicación participativa, tecnocultura, arte y activismo” cobra relevancia, ya que las cuatro secciones que lo conforman aportan a la reflexión académica sobre el sentido del arte como práctica situada, así también ejemplifica las maneras en que el arte es en sí mediador social, práctica comunicativa y un mecanismo cuya impronta es la de ser herramienta de reivindicación.

Como práctica situada, el arte activa procesos sociales concretos, cuya principal persecución es mediarlos y contribuir con ello al cambio social más que a reproducir el sistema. De este modo, el arte contribuye a los procesos comunicativos mediados en la actualidad por la tecnología, dando lugar a nociones como tecnocultura, tecnopolítica o tecnofeminismo. Desde el punto de vista metodológico, el presente dossier se propuso abrir un espacio en el cruce de los estudios culturales (cultural studies), estudios de los nuevos medios (new media studies), los estudios de género y la práctica artística. Al cruzar estas dos corrientes críticas nos encontramos con un nuevo paradigma que afecta a la concepción del arte, las pedagogías críticas y la creación de mediaciones tecnológicas ya sea en su aplicación artística, educativa, comunicativa o activista.

Como resultado, el dossier conjuga dos cuestiones que en los actuales escenarios sociales se vislumbran necesarias: por un lado, trae a escena las investigaciones que abonan elementos para re-pensar la articulación entre el arte y la vida cotidiana; y, por otro, ofrece investigaciones que reflexionan sobre el valor y la incidencia que el arte y la comunicación participativa tienen como práctica política en los diferentes contextos contemporáneos, como los conflictos sociales en el campo y la ciudad latinoamericana, al explorar las mediaciones sociales y tecnológicas que inciden en el arte como estrategia crítica pedagógica; el arte como medio en los movimientos de emancipación indígena; el arte como estrategia en el activismo feminista y de los transfeminismos que afectan los cuerpos, los afectos y las subjetividades.

La primera sección del dossier comprende cinco artículos. En el primer artículo, “La disputa por el valor simbólico en el arte contemporáneo: ¿nueva configuración en el campo del arte?”, de Vivian Romeu Aldaya, se ensaya una reflexión sobre el contexto del arte contemporáneo y sus lindes con el sistema moderno del arte a partir de la teoría de los campos sociales de Pierre Bourdieu. El recorrido de Roemu comienza justamente por apuntar los ejes principales de dicha teoría y la pertinencia para abordar el arte contemporáneo y dar cuenta de la manera en que está reconfigurando el sistema del arte o campo del arte. Sin duda, este artículo establece un panorama general del arte y también algunas pistas para situar el papel de éste como activador de agencia de las distintas problemáticas sociales que suceden en el mundo.

El segundo artículo entra de lleno a mostrar ejemplos relevantes sobre la articulación entre el arte y la vida cotidiana, y el arte como activador de procesos sociales en contextos específicos. En el artículo “El arte en disputa por la VIH/sida: la obra de Óscar Sánchez”, de Maai Enai Ortíz Sánchez y César Torres Cruz, se analizan algunas producciones artísticas en el campo fotográfico del artista mexicano acerca del VIH/sida desde sus implicaciones corporales y el ejercicio de la autorrepresentación —como estrategias feministas—, con la finalidad de dar cuenta de uno de los usos del arte como mediación social y práctica comunicativa en la visibilización del VIH/sida, y la concientización sobre una de las enfermedades más temidas durante las dos últimas décadas del siglo XX.

A continuación, el tercer artículo “Los tejidos de las mujeres de Mampuján: prácticas estético-artísticas de memoria situada en el marco del conflicto armado colombiano”, de John Gregory Belalcazar Valencia y Nelson Molina Valencia, ofrece una aproximación a los procesos de reconstrucción de memoria histórica que están desarrollando un grupo de mujeres víctimas del conflicto armado del municipio de Mampuján, en Colombia, mediante la elaboración de tapices a partir de la técnica del Quilt (tela sobre tela). Tomando como objeto de análisis uno de sus tapices —valorado como una pieza estético-artística—, se realiza un análisis de contenido discursivo planteando como técnica analítica y de visualización de la producción de grafos narrativos. Dicho análisis muestra cómo, a partir de la visualización de la producción de la memoria en un trabajo narrativo, se subvierte la realidad de las mujeres que fueron victimizadas durante el conflicto armado, como también se interpone un proceso organizativo de resistencia social, cultural y política.

Otro caso ejemplificador de la temática del dossier es el artículo “El rap indígena: activismo artístico para la reivindicación del origen étnico en un contexto urbano”, de Juan Antonio Doncel de la Colina y Emmanuel Talancón Leal, en el cual los autores dan cuenta de la manera en que los jóvenes indígenas de origen náhuatl y emigrados a la ciudad de Monterrey, en el estado mexicano de Nuevo León, utilizan el género musical rap para transmitir y difundir su cultura. En específico, el artículo ofrece un análisis del discurso de algunas canciones de la agrupación Nueva República, para dar cuenta de cómo en sus letras está presente un activismo político y social con el que buscan rescatar, reforzar e implantar las raíces de su identidad étnica, al tiempo que tratan de insertarse en el mundo globalizado en el que se ven inmersos.

El último artículo del dossier, “El cuerpo en la protesta social por Ayotzinapa. Prácticas artísticas y activismo en la toma política y cultural del Palacio de Bellas Artes”, de Manuel Francisco González Hernández, reflexiona sobre el papel que el cuerpo tiene —en cuanto experiencia vivida— como medio de protesta social y su vínculo con el arte y el activismo en algunas de las manifestaciones sociales que se sucedieron a partir de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, en el estado mexicano de Guerrero. Para el arte como práctica artística, el cuerpo cobra sentido, pues sobre todo es un cuerpo extenso que, como sujeto con capacidad de agencia social, es capaz de ejercer expresión colectiva. El artículo se centra en recuperar las acciones dancísticas que ponen el cuerpo como estrategia de activismo artístico para manifestar la inconformidad social y la búsqueda de justicia en el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre de 2014.

La segunda sección incluye una traducción inédita al español del artículo “What is the Para-Sitic Tendency?” (“Parásitos como nosotros: ¿Qué es eso llamado tendencia parasitaria?”) de la investigadora inglesa Janna Graham. El artículo fue publicado en 2015 y resulta ser oportuno en el contexto artístico actual, ya que, a partir del juego de palabras sobre el “parásito”, aporta pistas sobre el papel de los mediadores culturales y artísticos dentro de las instituciones. Janna Graham es, además, escritora, educadora y curadora; ha iniciado proyectos comunitarios, pedagógicos, artísticos y de investigación dentro y fuera de las artes. Actualmente se desempeña como jefa de Programas Públicos e Investigación en Nottingham Contemporary, Reino Unido. Dentro de la institución del arte, Graham se ha desempeñado como curadora de la Serpentine Gallery de Londres, donde participó en la creación del Centro de Estudios Posibles, una residencia artística, un espacio de investigación comunitaria y un Programa de Educación Popular en el barrio de Edgware Road. Graham es miembro del colectivo político internacional Ultra-red. Agradecemos a J. Daniel González Marín por su colaboración en la traducción del artículo.

La tercera sección incluye una entrevista que las coordinadoras del dossier realizamos a Amparo Huertas, doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Es directora del Instituto de la Comunicación en dicha universidad (InCom-UAB) y profesora del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la UAB. Coordina el Grupo Internacional de Estudios sobre Comunicación y Cultura, en el que es responsable de la línea de trabajo “Comunicación, Migración y Ciudadanía”. A partir de su experiencia como experta en los temas de migración y comunicación desde una perspectiva feminista, nos interesó indagar los aspectos que atraviesan sus investigaciones y su apuesta en torno a la intervención social y la acción política.

En la cuarta sección del dossier incluimos una bibliografía especializada sobre el arte y su articulación con la mediación social, la comunicación participativa, la tecnocultura y el activismo. Esperamos que sea de gran utilidad.

Por último, queremos agradecer a cada uno de los participantes que con su trabajo contribuyen, sin duda, al hacer el arte desde el dominio de lo común. Gracias a Pep Companys, quien ha colaborado con sus fotografías en la ilustración de algunas de las secciones de este dossier.

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