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Andamios

versión On-line ISSN 2594-1917versión impresa ISSN 1870-0063

Andamios vol.11 no.26 Ciudad de México sep./dic. 2014

 

Reseñas

 

Interpretaciones sobre la migración humana

 

Amarela Varela Huerta*

 

París Pombo, Dolores María. (coord.) (2013), Migrantes, desplazados, braceros y deportados. Experiencias migratorias y prácticas políticas. México: El Colef/UACJ/UAM-Xochimilco

 

* Profesora investigadora en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Dirección electrónica: janikamarela@yahoo.es.

 

En el libro Migrantes, desplazados, braceros y deportados. Experiencias migratorias y prácticas políticas, coordinado por Dolores París y editado por el Colegio de la Frontera Norte, la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco se problematizan dos tipos de subjetividades: la de los migrantes y la de los asilados políticos. A lo largo de los nueve capítulos que conforman el trabajo, podemos leer experiencias de dichas subjetividades transformadas por el éxodo humano y cómo ello, a su vez, impacta a las sociedades de expulsión, de recepción, de tránsito y de retorno que involucran esta movilidad humana.

Divido en dos grandes líneas o apartados temáticos, este trabajo colectivo presenta investigaciones diversas, todas ellas de corte antropológico y que denotan un trabajo etnográfico de largo aliento. En sus páginas se abordan primero las causas y las consecuencias de las migraciones en zonas de expulsión rurales e indias para, en una segunda parte, analizar la realidad de la frontera norte de México, con cinco millones de deportaciones en la última década, según demuestra Héctor Padilla, uno de los autores de esta obra, y la aparición de la figura de desplazamiento forzado de los "exiliados del miedo", refiriéndose a individuos o poblaciones enteras que huyen de la violencia estatal y paramilitar y de la guerra que cárteles y fuerzas gubernamentales libran en México desde la década pasada.

En términos generales, los capítulos de la primera parte del libro, la que se refiere a "Migraciones y recomposiciones políticas en regiones rurales de expulsión", nos hablan de una realidad rural e india atravesada por el desplazamiento en tiempos de liberalización económica del campo mexicano; de una transformación estructural en la que los pueblos originarios se convierten en pueblos en movimiento y cómo es que la agencia política de los miembros de esas comunidades se ponen en marcha para imaginar estrategias de reconfiguración identitaria, de sobrevivencia y de refundación de pactos sociales rotos por la violencia económica, política o social que se ejercen sobre sus pueblos de origen.

Para ilustrar estos complejos procesos, para pensarlos con densidad, Alejandra Aquino, en su artículo "Cuando los hijos se van al norte... Diálogos en torno a la migración y política", presenta una reflexión sobre los sentires y pensares, los debates entre dos generaciones de zapotecos de la Sierra Norte de Oaxaca, los adultos que dieron vida y forma al autonomismo indio, y sus hijos, que consideran la política como algo descartable si hay que elegir dónde poner la apuesta vital: si entre migración o la autodeterminación indígena.

Por su parte, Dalia Cortés Rivera, en su trabajo "La participación de las jóvenes hñahñu en contextos migratorios. ¿Continuidad, flexibilidad y/o transformación de las estructuras comunitarias", analiza la de la participación de las mujeres jóvenes hñahñus en zonas hidalguenses densamente expulsoras de migrantes. Este apoderamiento femenino complejiza aún más los escenarios en comunidades indígenas pues la autora suma al repertorio de lo político entendido como la autonomía indígena y de lo generacional, la noción diferencia de género en comunidades ya transnacionalizadas por la migración.

El tercer caso de estudio, "Cambio institucional, organización política y migración entre los triquis de Copala", que presenta Dolores París Pombo, es un ejercicio etnográfico de largo aliento que aborda la experiencia de una comunidad en situación de diáspora, luego de padecer una guerra impuesta desde el gobierno y sus instituciones desde principios del siglo XX: los triquis de Copala. Paris Pombo examina las estrategias de las que llama "comunidades madre" para referirse a las prácticas políticas que los miembros de esa diáspora ejercen para, una vez desterrados de su territorio original por la violencia estructural, imaginar nuevas formas de ser comunidad, de ejercer la movilización política, de negociar con las autoridades y los aparatos políticos que circundan los territorios que ahora habitan en el noreste mexicano, hasta reinventarse como comunidades de paz en el exilio.

Cierran esta primera parte del libro los trabajos de Prisca Adriana Martínez, "Prácticas políticas en una organización binacional indígena", sobre el Frente Indígena Oaxaqueño Binacional, y el de Noemí Luján e Isis Ramírez, "Tiene que haber amargura para poder saborear lo dulce. Experiencia migratoria en adultos mayores de Villa López, Chihuahua", que aborda el fenómeno migratorio de los primeros, los que dieron forma a nuestro sistema migratorio actual: los braceros.

En la segunda parte de este libro, "Deportados y desplazados en la frontera México-Estados Unidos", el esfuerzo se dedica a analizar la experiencia de la deportación masiva y los desplazamientos forzados de mexicanos en la frontera norte, con cuatro textos atravesados todos ellos por el fenómeno de la violencia liberalizada que se desató por la guerra entre actores estatales y paraestatales.

Hector Antonio Padilla Delgado, en su trabajo "¿Repatriado? Una historia de visa y su contexto", examina los eufemismos usados para nombrar las deportaciones masivas de millones de personas. Un texto que enfatiza la mirada en tres elementos: el drama de la deportación, no pocas veces nombrada como "repatriación voluntaria", el impacto de este éxodo forzado —y, en sentido contrario, hacia la región fronteriza de México— y la respuesta que este fenómeno ha generado por parte del gobierno mexicano y la sociedad fronteriza.

Con base en historias de vida reflexivamente tejidas con los ejes temáticos centrales, este capítulo ilustra con claridad la realidad contemporánea de quien regresa a un país del que decidió huir o en el que nunca ha vivido, expulsado como consecuencia de ser criminalizado por las leyes que le extranjerizan, arrojado a un territorio en el que es recibido bajo la sospecha de ser un criminal, o de ser un potencial responsable del encarecimiento del ya de por si raquítico aparato estatal de bienestar.

En esa línea, la periodista Zoila Reyes Hernández, interpretada por la antropóloga Gisela Espinoza en su trabajo "Una mixteca indocumentada en la frontera. De sueños, exclusiones y derechos", explica los resultados de una autoetnografía militante, el relato de sus múltiples intentos de cruzar la frontera con los mecanismos que millones de migrantes de México y América Latina intentan burlar el régimen de fronteras estadounidense, poniéndole rostro a las redes de solidaridad y a las lógicas de la industria de la migración ilegal, tan engordada por las lógicas de securtización racializada del vecino del norte.

El siguiente trabajo, "La violencia de ley: la legislación migratoria y el proceso de deportación", a cargo de Alejandra Castañeda, aborda las leyes de extranjería en sus regímenes federales y domésticos en los Estados Unidos; es un texto imprescindible para quien intente comprender con densidad la producción legal de la ilegalidad que padecen los once millones de "sin papeles" en ese país. A través de un didáctico y riguroso recorrido por el andamiaje legal construido desde 1996 y hasta la fecha, la autora explica la biopolítica de la migración y, lo más importante, el efecto que ésta gobernanza tiene sobre los cuerpos, las vidas y la imaginación de los migrantes que la padecen.

Finalmente, el libro cierra con "Rastros del duelo: exilio, asilo político y desplazamiento forzado interno en la frontera norte de México", un trabajo de antropología del terror que Andrea González y Leticia Calderón presentan para reflexionar sobre un fenómeno emergente y que se masifica dolorosamente: el desplazamiento forzado interno de poblaciones nordfronterizas y el exilio del miedo, a los que recurre otra parte importante de los "daños colaterales" de la estrategia "antinarco" del gobierno calderonista.

Así pues, y en síntesis, este libro está atravesado por la urgencia de interpretar el sistema migratorio estadounidense, el más importante por su volumen y antigüedad, por su actual transformación y complejización. Es un libro que asume el desafío de proponer nuevos andamiajes teóricos para interpretar la migración humana, los éxodos y sus resultados, y, sin duda, abre líneas de fuga centrales. La más importante: cómo reflexionamos sobre la migración desde la academia y en qué medida esto puede abonar argumentos y estrategias para desmontar el racismo social y e institucional que están corroyendo la vida de millones de personas, racismos que ponen en tela de juicio nuestros "regímenes democráticos".

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