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Andamios

On-line version ISSN 2594-1917Print version ISSN 1870-0063

Andamios vol.5 n.9 Ciudad de México Dec. 2008

 

Reseñas

 

La situación del I+D en América Latina

 

Pilar Ramiro Esteban*

 

Sebastián, J. (ed.) (2007), Claves del desarrollo científico y tecnológico de América Latina. Madrid: Fundación Carolina/Siglo XXI de España Editores.

 

* Doctora en Filología Hispánica. Correo electrónico: pilar_ramiro2002@yahoo.com

 

El libro Claves del desarrollo científico y tecnológico de América Latina, cuyo editor es Jesús Sebastián, en la primera parte se aboca a varios temas transversales del desarrollo científico en América Latina con una óptica regional; la segunda parte, a casos representativos. El objetivo compartido de los diversos autores latinoamericanos en sus artículos es contribuir al conocimiento de algunas claves y lógicas que han condicionado el desarrollo científico y tecnológico en América Latina.

El texto de cada autor se enfoca a los últimos treinta años de nuestro tiempo, que fue cuando se produjo la institucionalización de la política científica en la mayoría de los países del mundo, siguiendo el modelo propuesto por la Unesco, y cuando, en consecuencia, se crearon los Consejos Nacionales de Ciencia y Tecnología. Es claro que las tres décadas que establecen los artículos para el periodo de estudio de sus análisis son fruto de las décadas anteriores.

En la primera parte, en cinco ensayos de autores diferentes, encontramos algunas de las claves y lógicas que han determinado el desarrollo científico y tecnológico en América Latina: los recursos humanos en la investigación, considerados como una clave para el desarrollo científico de cada país; la interacción de la investigación y el desarrollo en la relación público–privado: el I+D centrado en América Latina, siendo el tema que permite identificar una de las principales debilidades de los sistemas científico–técnicos de los países latinoamericanos, y, finalmente, la vinculación del desarrollo científico con el desarrollo social en América Latina.

Respecto a la relación entre los recursos humanos y la investigación, el libro aporta diferentes visiones a partir de tres artículos. El de Hebe Vesuri analiza las condiciones para la formación de investigadores en América Latina, entre las que destaca el caso de las políticas diseñadas en varios países para fomentar la formación de investigadores especialmente con ayudas económicas y apoyos a programas de doctorado para aumentar las capacidades endógenas de formación: "Se supone que los supervisores o tutores deben ser experimentados en el ejercicio de la escritura profesional en su campo y acompañen al candidato en su proceso de aprendizaje de los componentes explícitos y tácitos" (p. 10). El artículo de Lucas Luchini analiza los flujos internacionales de investigadores como consecuencia de la demanda de países desarrollados y la implicación de la fuga de cerebros: "Algunos países latinoamericanos del siglo XXI son un ejemplo de la emigración [calificada]." (p. 75). Por último, el artículo de Judith Zubieta examina la desigualdad de género en el ámbito de la investigación científica.

Referente a la interacción público–privado y sus injerencias en la investigación científica en América Latina, la obra hace evidentes diagnósticos que muestran la escasa participación en la investigación e innovación por parte de las empresas en América Latina; pone énfasis en la gravedad de la situación, puesto que es una clave para el desarrollo, como puede verse con las aportaciones del conocimiento científico en los países desarrollados. La causa, según Judith Sutz, autora de este artículo, es la carencia de un vínculo entre universidades y empresas, debido a la baja cultura de investigación e innovación de las empresas. Para paliar la carencia, la autora propone la creación de un vínculo basado en la reafirmación de lo social: "El predominio de una visión economicista y tecnicista (cientificista), en las políticas de desarrollo es lo que explica la débil vinculación entre investigación académica y desarrollo social, limitando así la contribución de la ciencia a un bienestar social más universal" (p. 151).

Isabel Licha cierra la primera parte del libro con un artículo que examina la relación entre el desarrollo científico y el social, centrándose en las vinculaciones entre la investigación académica en ciencias sociales y las políticas diseñadas y desarrolladas en los países de América Latina. Concluye en la pobre vinculación y presenta algunas causas.

En la segunda parte de la obra, los artículos describen la situación específica en algunos países por autores residentes en ellos; se profundiza el caso de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México y Venezuela, al analizar la investigación científica en cuanto a la implementación de una política científica, generando una visión desde dentro. El autor Mario Albornoz valora las claves del desarrollo científico y tecnológico de Argentina y pone énfasis en las lógicas inconstantes que han permitido un desarrollo institucional y funcional para la ejecución del I+D, dependientes siempre del entramado político y económico de las últimas décadas en aquel país.

A su vez, Renato Dagnino y sus colaboradores presentan el caso de Brasil a través de la revisión de la política científica y tecnológica, en la que secundariamente intervienen gestores y evaluadores, que le permite establecer unas conclusiones diferentes en las que intervienen matices contextuales. El capítulo sobre Chile, escrito por Guillermo Ramírez, analiza las etapas y peculiaridades del desarrollo científico chileno, donde el predominio de instrumentos sobre las estrategias y políticas demuestra haber fomentado el carácter espontáneo de I+D en aquel país, a lo que se añade la conformación de un sistema multipolar, desde el punto de vista institucional y operativo, sin una clara atribución de la responsabilidad y la política científica y tecnológica de Chile.

Hernán Jaramillo refiere el caso de Colombia, centrándose en la evolución de la investigación científica en dicho país, en el que, como en pocos países de América Latina, la evolución está orientada por influencias conceptuales y financieras externas, así como por la dificultad que supone traducir en acción las prolijas acciones legislativas; de esta forma, da un ejemplo al lector de las características que describen el desarrollo científico y tecnológico latinoamericanos en cuanto a fortalezas y debilidades. Sobre Costa Rica, Eduardo Sibaja analiza la situación de dicho país con una visión prospectiva y propositiva.

Acerca de México, José Luis Solleiro y un equipo de colaboradores del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico de la Universidad Nacional Autónoma de México, presentan la situación del desarrollo científico y tecnológico a partir de la construcción de la institucionalidad y de capacidades para I+D limitadas por la ausencia de prioridades, baja inversión en el sector público y privado, el carácter autocentrado del sector científico y escasa vinculación efectiva de I+D en las estrategias y programas de desarrollo del país. En su texto considera que si se mantienen estas características, el futuro de México quedaría condicionado. Finalmente, en esta segunda sección del libro, aparece el caso de Venezuela con un artículo de Ignacio Ávalos, planteado como un ensayo político que analiza la progresiva transición desde unas políticas de ciencia a otras, en las que la ciencia se incorpora en la política, enfatizando su papel instrumental en el desarrollo social y económico.

Es evidente que los países analizados son sólo una muestra, pero que presentan características comunes a otros de la región no analizados en el libro, a decir de Jesús Sebastián, quien también afirma que en Latinoamérica se constata una escasa política de I+D y fomento de la innovación, que se traduce en los bajos niveles de inversión pública y escaso peso en los planes de desarrollo, si bien existen excepciones en algunos países y en algunos sectores, entre los que hay que citar a Cuba, especialmente en los ámbitos de la salud y de la biotecnología. (p. XVIII).

Tanto en los artículos de la obra como en la misma presentación, se ofrece amplia información que a los académicos y profesionistas latinoamericanos les será interesante; por ejemplo: el hecho de que en nuestra región, el desarrollo científico prime sobre el tecnológico, de donde procede la dependencia de ciertos países, así como que sea Brasil el país que representa casi el 50% de la producción científica en América Latina; o el hecho de que la formación de investigadores en la región esté concentrada y dependa de la formación exterior en nueve de diecinueve países latinoamericanos que no tienen ninguna oferta de formación doctoral o la tienen muy reducida. Para concluir, el I+D no se limita sólo a un campo específico de conocimiento, pero su desarrollo implica a las Ciencias Sociales.

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