Reseñas

 

David R. Mares. Latin America and the Illusion of Peace

 

Cecilia Costero G.^*

 

Londres: The International Institute for Strategic Studies. 2012.

 

* El Colegio de San Luis. Correo electrónico: ccostero@colsan.edu.mx

 

El punto central de este libro se refiere a que América Latina no se ha consolidado como una "zona de paz" debido a que subsisten problemáticas que hacen que no se establezcan pautas de verdadera transparencia y porque hay poco entendimiento frente a las amenazas y a las estrategias compartidas.

La región ha avanzado gradualmente dentro de un complejo sistema de seguridad en un marco de instituciones nuevas y viejas frente a una visión sobre la seguridad que dista mucho de englobar los intereses comunes de la región latinoamericana.

Después de las guerras de independencia en el s. XIX, el contexto de la seguridad en América Latina ha sido uno de competencia esencial. La arquitectura de la seguridad regional consiste en dos actores principales: Brasil y Estados Unidos, cada uno de los cuales tiene su propia agenda. En el caso de Brasil, los gastos crecientes en materia de seguridad han aumentado, debido entre otras razones al papel de estabilizador regional que ha tenido como un softpower que ha significado contar con un cuerpo profesional de diplomáticos del ITAMARATY, de la intervención presidencial en momentos claves, y de inversiones tanto públicas como privadas de apoyo regional en su deseo por desarrollas pautas e iniciativas de solidaridad con América Latina.

El caso de Estados Unidos no ha logrado fomentar cambios positivos en el continente, por ejemplo, frente al flujo de armas en la región.

El futuro de las democracias latinoamericanas parece ser muy incierto en este contexto de inseguridad que vive la región, a pesar de que América Latina parece haber dejado atrás a gobiernos de corte autoritario.

A lo largo de cuatro capítulos, el autor analiza las fuentes de los conflictos latinoamericanos, las dinámicas de la militarización, los "puntos rojos" de los conflictos y cómo se han venido manejando.

Los conflictos latinoamericanos tienen diversos orígenes: disputas fronterizas, por ejemplo entre Nicaragua y Colombia por las islas San Andrés y Providencia, entre Perú y Chile y por la isla Calero entre Costa Rica y Nicaragua. Otra fuente de conflicto surge del comercio ilegal de drogas y el poder del crimen organizado, pero también subsisten razones de disputas ideológicas interestatales y motivos que hacen referencia a una distribución desigual de los beneficios económicos. La energía y los recursos naturales, son también fuentes de tensión en la región.

La finalización de la Guerra Fría y los procesos de democratización latinoamericanos no han sido suficientes para contener las tensiones ideológicas y políticas que vive la región desde 1998. A partir de que las pasadas guerrillas se convirtieron en partidos políticos como el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y la Alianza Republicana Nacionalista o los Sandinistas en Nicaragua, los problemas subsisten a nivel político.

Al día de hoy, las fronteras son crecientemente porosas debido a la globalización de los mercados en las que los movimientos sociales de reivindicación indígena se enfrentan con intereses privados por ejemplo en el sector minero, llevando a enfrentamientos, a pesar de la falta de cohesión social en la sociedad latinoamericana.

El autor puntualiza que esta región mantiene el nivel más bajo de desigualdad mundial de acuerdo con la distribución de los recursos en su población, por lo que las propias amenazas provienen no sólo del exterior sino también de las características al interior de estos estados.

Uno de los principales temas que enfrenta la región tiene que ver con el poder del crimen organizado así como el mercado desregulado de armas de fuego que se une al flujo legal pero sobre todo al ilegal de connacionales en diversas fronteras (Guatemala hacia México, Bolivia y Argentina, Venezuela y Colombia). Aunque el autor hace mención a los migrantes de origen musulmán en la triple frontera (Paraguay, Argentina y Brasil), los movimientos guerrilleros que existen en el caso de Sendero Luminoso en Perú, o las FARC en Colombia, revisten mayor importancia como fuente de equilibrio social.

Sobre las dinámicas de militarización, son una constante regional, como lo demuestra la incursión de Colombia en Ecuador (2008), la guerra de las Malvinas y los diferendos entre Argentina y Reino Unido y en los casos de Ecuador y Perú, lugares que también ejemplifican los "puntos calientes" de la tensión regional.

La existencia de instituciones regionales, el caso de OEA, UNASUR, SICA, ALBA, no han sido suficientes ni efectivas para afectar el balance militar en la región. Sí mismo los intercambios económicos no son suficientes como para mitigar el balance de militarización creciente de la región (de acuerdo con datos del SIPRI).

Al final de esta publicación, se presentan interesantes apéndices sobre disputas interestatales no resueltas en América Latina y sobre conflictos fronterizos.