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Revista de El Colegio de San Luis

versión On-line ISSN 2007-8846versión impresa ISSN 1665-899X

Revista Col. San Luis vol.3 no.5 San Luis Potosí ene./jun. 2013

 

Artículos

 

Globalización y patrones migratorios. De circuitos migratorios o biografías de la incertidumbre

 

Eliana Cárdenas Méndez*

 

*Universidad de Quintana Roo, Departamento de Ciencias Sociales. Correo electrónico: elianacardenas@hotmail.com

 

Enviado a dictamen el 15 de agosto del 2012.
Recibido en forma definitiva el 15 de agosto y el 28 de diciembre del 2012.

 

Resumen

La expansión planetaria del capital, con su énfasis tecnocrático y macroeconómico, el libre mercado y la desregularización, así como el subsecuente adelgazamiento del Estado de bienestar no sólo han aproximado países y culturas con el denominador común de la crisis y la inestabilidad, sino que también han emparentado conflictos en países distantes; por otro lado, conflictos locales, propios de las contradicciones históricas y sociales de los territorios nacionales domésticos, han sido apropiados y puestos al servicio del neoliberalismo.

En este escenario, los movimientos migratorios se han disparado en espacios nacionales y transfronterizos, y en algunas ocasiones, lejos de encontrar patrones migratorios propiamente, hemos encontrado multiplicidad de casos en los que migrantes han debido vivir situaciones que describen una variedad de tipos irreductibles a un sólo estándar de movilidad poblacional. Siguiendo la migración forzada de una familia de colombianos y su tránsito por Costa Rica, México y Grecia, el artículo descubre los contextos de llegada de los refugiados como escenarios históricos que poco a poco se han vinculado por la implementación de modelos de desarrollo que capitalizan los entramados de violencia internos nacionales para su reproducción y expansión planetaria, y el saldo subsecuente de vulnerabilidad y debilitamiento de los Estados nacionales.

Palabras clave: migración, patrones migratorios, neoliberalismo, violencia paramilitar.

 

Abstract

The planetarian expansion of capital, with its emphasis on technocracy and macroeconomics, free market and deregulation as well as the subsequent downsizing of the wellfare state , not only brought countries and cultures under the common denominator of crisis and instability, but also related conflicts of distant countries. On the other hand, local conflicts, due to historical and social contradictions in their homelands, have been used and put to the service of neoliberalism.

In this scene, migratory movements have been triggered into national and transnational spaces and in some cases, far from finding own migratory patterns, we can encounter a multiplicity of cases in which the migrants had to experience situations that describe a variety of types or courses and which do not fit into one single standart of population mobility. Following the forced migration of a columbian family on her way through Costa Rica, Mexico and Greece, the article discovers the contexts of the arrival of refugies as well as historical scenes, which gradually become related because of the implementation of developing modells, making capital out of the structure of internal domestic violence to the benefit of its planetarian expansion and the subsequent results of vulnerability and weakening of the national states.

Keywords: migration, migratory patterns, neoliberalism, violence paramilitary.

 

Presentación

Los patrones migratorios internacionales1 dependen de contextos sociohistóricos, de los ritmos temporales y de las distribuciones espaciales específicas en que se establecen. Debido a la naturaleza misma del caso, son los actores sociales, los migrantes, las redes sociales, las motivaciones y estrategias individuales, así como las instituciones los que dinamizan y retroalimentan el fenómeno. La evolución de los patrones migratorios externos es sensible en particular a las coyunturas de expansión o retracción económica, a las contingencias de tipo sociopolítico y a las regulaciones migratorias. Aunque en determinadas coyunturas prevalece un elemento compulsor específico, no se instauran como resultado de la influencia de algún único factor-pobreza, desigualdad, bajo nivel de desarrollo económico y humano, conflictos políticos, militares o desastres ambientales, entre otros, sino que evolucionan como un proceso social sostenido, resultante de condiciones dadas en el contexto global en el que se inserta, en el lugar de origen y de destino de la migración, así como en la dinámica de sus interrelaciones (Sorolla Fernández, 2011).

La diversidad de los patrones migratorios y la complejidad del fenómeno en diferentes países se han afectado y agudizado debido a la heterogeneidad del impacto de la globalización en disímiles espacios geográficos y sociales, así como por la asimetría de los convenios internacionales. En este escenario, los movimientos migratorios se han disparado en espacios nacionales y transfronterizos y en algunas ocasiones, lejos de encontrar patrones migratorios propiamente, encontramos multiplicidad de casos en los que los migrantes han debido experimentar situaciones que describen una variedad de tipos que son irreductibles a un sólo estándar de movilidad poblacional.

Por otro lado, el escenario es propicio para comprender la manera en que los conflictos regionales que otrora fueron causantes específicos de migraciones o movilidades de población internacionales en general se han visto afectados e incluso han llegado a emparentarse no sólo en el nivel macro, sino que es posible seguir el derrotero en las biografías de los migrantes. En determinados momentos de la historia reciente, un conflicto de tipo político o económico en una comunidad emisora podría ser causante de flujos migratorios internacionales, que podrían desahogarse en una comunidad receptora; esto es, sin duda, un escenario atravesado por disímiles conflictos, pero en el que los migrantes descansaban de la impronta acuciante que dio origen al movimiento migratorio. Este trabajo plantea que las circunstancias actuales, la expansión planetaria del capital, generan plataformas de conflictos (económicos, políticos, sociales) entre diversas regiones socioculturales, lo que constriñe el capital de oportunidades para los migrantes.

Tal es el caso que aquí nos ocupa entre países tan diferentes como Colombia, México y Grecia. El conflicto armado colombiano (la violencia política, la violencia del narcotráfico, la violencia paramilitar, entre otras), lejos de aminorarse con los diversos tratados de paz o las experiencias organizativas de la población civil, se ha hecho más complejo por los convenios económicos internacionales y el impulso de megaproyectos de las transnacionales, que han diversificado y ampliado el conflicto, y con ello el aumento de población perseguida por motivos políticos. El escenario en cuestión genera una acumulación progresiva de desventajas,2 que redunda en vulnerabilidad en todos los sectores de participación social y en una amplia porción temporal en las biografías de los migrantes. En México, la violencia, el desmantelamiento del Estado de bienestar, los sucesivos procesos de privatización, las asimetrías de acuerdos económicos con Estados Unidos y Canadá, así como la guerra contra el narcotráfico han generado flujos migratorios regionales e internacionales. Por lo demás, este complejo entramado que vincula corrupción institucional, delincuencia organizada, desregularización en convenios con transnacionales, narcotráfico, entre otros, ha convertido a México, en su condición de lugar de tránsito y residencia de migrantes de múltiples nacionalidades, en un lugar muy inseguro, sobre todo para los migrantes indocumentados.

La bancarrota del Estado griego, decretada apenas hace cerca de dos años, sigue siendo motivo de asombro por tratarse de un país de la comunidad europea. Estamos tan acostumbrados a la idea de que la crisis es parte del acervo histórico, cultural y socioeconómico de los países en desarrollo que ni de cerca podríamos haber avizorado semejante desproporción. El fenómeno, empero, no lo viven solamente los griegos; lo están padeciendo también los españoles, los italianos y los portugueses. El punto es que las patas del asiento económico en el que estaba relativamente acomodado Grecia hasta 2007 han sido serruchadas por los tratos comerciales con sus iguales: Alemania y Francia, dos de sus más importantes socios, que, después de asistir a la aparatosa caída de la otrora cuna de la civilización europea y proponer dietas anoréxicas para el país, han implementado un nuevo modelo de préstamos no para que Grecia se levante y recupere su autonomía, sino para que el Estado alemán y, sobre todo, los banqueros recuperen el capital invertido. Eso implica que Grecia no haya tenido más remedio que otorgar a Alemania, con carácter de exclusividad, las licitaciones en materia de infraestructura, tecnología, armas, telecomunicaciones y hasta productos de consumo para asegurar el pago de la deuda contraída. Grecia es el mayor importador dentro de la Unión Europea (ue) de artículos que producen las fábricas alemanas para asegurar el pago de la nueva deuda contraída, que sumada a la deuda que ha acumulado sería un cuento sin acabar; el país está y seguirá asfixiado por la deuda comprometiendo de esta manera su futuro cercano. Es cierto, el sistema es perverso, pues un país estrangulado económicamente es un país que no podrá consumir; lo que quiere decir que muchos empleados de las empresas —principalmente en Francia y Alemania— que ahora venden sus productos a Grecia en poco tiempo serán desempleados. Si se constriñe la demanda, la oferta no tiene cause, un principio elemental del capitalismo.

Esta expansión planetaria del capital con su énfasis tecnocrático y macroeconómico, el libre mercado y la desregularización, así como el subsecuente adelgazamiento del Estado de bienestar, no sólo ha aproximado países y culturas con el denominador común de la crisis y la inestabilidad, sino que también ha emparentado conflictos en países distantes. Conflictos locales, propios de las contradicciones históricas y sociales de los territorios nacionales, o sea, domésticos, han sido apropiados y puestos al servicio del neoliberalismo. Tal es el caso del paramilitarismo en Colombia,3 utilizado históricamente por las oligarquías locales para la expropiación de tierras, recursos naturales a comunidades negras e indígenas y campesinas, y en la actualidad es una fuerza estimulada por las grandes corporaciones transnacionales para crear su propia fuerza militar a fin de garantizar la ejecución rentable de la inversión,4 ya sea por medio del apoyo de la misma fuerza pública o de escuadrones de seguridad privada; este último no sólo es el mecanismo más socorrido para asegurar el éxito de los megaproyectos (minería, petróleo, biocombustibles, agronegocios) y hacerse de las riquezas del país por medio de la violencia y el despojo, sino que también es una fuerza debilitadora dentro del Estado nacional. Con una fachada distinta pero siguiendo el mismo patrón, la economía mexicana se ha desnacionalizado. Con el ingreso de magaproyectos mineros, como el de San Luis Potosí y la consecuente destrucción de Wirikuta (la tierra sagrada de los huicholes), paralelamente se fortalecen en México grupos como los Zetas, mercenarios ligados al narcotráfico que serán, a la postre, como lo advierte Eduardo Correa (véase Juangarrison, 2010, dic. 21), una fuerza aliada del capital corporativo. Por si esto fuera poco, el Ejército, permeado también por el capital transnacional, no es una institución que pueda garantizar la seguridad de los territorios nacionales de las imposiciones económicas y militares. En otras palabras, el neoliberalismo requiere de una política de desregularización y desmantelamiento del Estado para el alcance de los objetivos macroeconómicos; cualquier restricción en esta dirección precisa, no sólo de la alianza con las oligarquías nacionales, la corrupción institucional, como el Ejército, por ejemplo, sino también del paramilitarismo, una mafia narcoparamilitar, que es la fuerza mercenaria propia de las corporaciones transnacionales dentro de los territorios locales.

El objetivo de este ensayo es presentar, a través de los diagramas biográficos de migrantes forzados por el conflicto bélico colombiano, los circuitos e interconexiones que vinculan países y crisis precipitadas por la implementación y por la expansión de una economía de mercado en países como Colombia, México y Grecia. Igualmente es presentado a través de notas periodísticas y del método biográfico, decisión anclada en la convicción de que las historias de vida son, sin lugar a dudas, un recurso metodológico para identificar la manera en que se han articulado y encarnado los tiempos históricos de larga duración o de aliento sostenido —como el conflicto armado en Colombia, así como la crisis financiera de países como México y Grecia— en el tiempo coyuntural experimentado por las personas.

 

Del encuentro con los refugiados

Una tarde de domingo de 2000, en casa de unos amigos en San Bartolo el Chico, en la ciudad de México, conocí a Fausto y Camila, una pareja de colombianos que habían llegado al país como refugiados políticos, reconocidos por la ACNUR. Después de una presentación en la que se mostraron un poco fríos, tuve la sensación de que estaban en alerta permanente. En este momento, haciendo un esfuerzo por reconstruir ese día, sólo recuerdo la disputa por un juguete que enfrentó a Danko, uno de los dos hijos de los refugiados colombianos, con Víctor, el hijo de un amigo muy cercano. Al ver perdidas sus posibilidades de quedarse con el juguete, Danko, un chico de unos 5 años, nos dejó perplejos: lloraba y saltaba con las piernas dobladas y el impacto contra el suelo lo recibían sus rodillas, nadie atinaba a intervenir y los padres intentaban inútilmente consolarlo. Víctor terminó "entrando en razón" y cedió el juguete. Danko, bañado en llanto y un copioso sudor, empezó a recuperar pronto la calma; en un lapso posterior de 20 minutos yacía dormido en un sofá, aferrado el juguete. No he olvidado el ruido del impacto de sus rodillas contra el piso.

 

De la República de Checoslovaquia

Fausto y Camila se conocieron en 1988 en la entonces República de Checoslovaquia; ambos habían ido a estudiar gracias a una beca que obtuvieron debido a su militancia en la Juventud Comunista (juco). En una conversación que tuve en San José de Costa Rica, en 2005, con doña Blanca, madre de Camila, rememoraba con humor, pero con cierta dosis de decepción, cómo su hija había terminado casada con un colombiano: "imagínese usted, irse a estudiar a la puta mierda después de tanto sacrificio y terminar casándose con un vecino del mismo barrio al que nunca en su vida conoció. Fausto es buena gente y lo que usted quiera, pero hijo de una familia igual de arrancada que nosotros. Se hubiera conseguido un mono de esos de por allá, tal vez así no hubiera tenido que regresar a Colombia".

En efecto, Camila conoció a Fausto en Praga en un estacionamiento de bicicletas. Ambos habían llegado a la República socialista de Checoslovaquia durante el gobierno de Gustáv Husák, en 1986, y aunque ya se sentían los vientos de renovación en la urss por la posterior Perestroika, seguía siendo un país leal a las tendencias ortodoxas de Moscú. Había hecho el recorrido habitual, después de salir de sus prácticas de laboratorio en la Universidad Charles de Praga, hasta el lugar donde dejaba su bicicleta; en breve advirtió que la llanta delantera se había atorado con unos alambres retorcidos que estaban en esa especie de tenedor que sirve para estacionar las bicicletas. Fastidiada y encalambrada de frío murmuró para sí:

—¡Ay! ¡Vidaverraca!

Al instante escuchó la voz de Fausto indagando:

—¿Usted es colombiana? ¡No me diga!

—Llevaba dos años en Praga estudiando, haciendo casi diario este recorrido y nunca había visto este caleño tan lindo —nos contó después Camila, evocando el hecho.

Se casaron casi enseguida, rodeados de amigos de diferentes nacionalidades, varios de ellos estudiantes latinos afiliados al Partido Comunista y migrantes procedentes de Alemania oriental. Tres años después se graduaron en enfermería e ingeniería, respectivamente, y decidieron regresar a Colombia por dos razones: estaban "mamados de aguantar frío" y "la nostalgia ya era insoportable". Se marcharon advirtiendo tangencialmente las renovaciones acaecidas por la Revolución de Terciopelo, aquel movimiento pacífico con el que el país se liberó del régimen totalitario y con el cual transitó a un sistema de libre mercado, que puso en la jefatura del gobierno a Václav Havel, el presidente amante de la música Rock, que iniciaría las negociaciones que desembocaron en la disolución de la República de Checoslovaquia y el nacimiento en 1993 de la República Checa y Eslovaquia, respectivamente.

 

Colombia: vivemos siempre, vivemos a nuestra patria querida...

Aturdidos todavía por el rock de Frank Zappa, el músico rockero estadunidense que se había puesto de moda en Checoslovaquia al ser nombrado ministro cultural honorífico de Václav Havel, Camila y Fausto se encontraron con una Colombia que a pesar del dolor colectivo por el asesinato de Luis Carlos Galán Sarmiento, candidato a la presidencia por el Partido Liberal, a manos de los esbirros del capo de la droga, Pablo Escobar Gaviria, había dejado en suspensión la guerra declarada al narcotráfico por el presidente Virgilio Barco y estaba estrenando la Constitución del 1991, llamada también Constitución de los Derechos Humanos; lo que más les llamaba la atención es que Colombia, un país con tantas asimetrías históricas, se declarara una nación pluriétnica y multicultural, e incluyera explícitamente el derecho a la vida, igualdad, integridad personal, libertad de conciencia, expresión y de información.

Con este paso, a los pocos meses de su gobierno, César Gaviria se había convertido, en palabras de los mismos homosexuales, en el "marica con los huevos mejor puestos en todo el país", pues, durante su gestión, los colombianos habían logrado derogar la constitución vigente desde 1886 y posicionado la Carta Magna más moderna de América Latina. No acababan de desempacar cuando Camila consiguió un empleo como enfermera jefe en el hospital Departamental de Cali, además aceptó un empleo haciendo turnos en la Clínica Valle de Lily. Fausto, por su parte, se conectó rápido en la cvc como ingeniero de obras públicas. Camila estuvo embarazada 20 meses con intervalos de dos meses entre un bebé y otro; tener dos hijos era parte del inventario de sueños de su vida en Colombia. Seis años después de haber llegado a Colombia tenían dos hijos de cuatro y cinco años, un departamento y un carro, y vacaciones periódicas a la Costa Atlántica y por lo menos una vez al mes en fincas vacacionales en el Lago Calima; la situación económica favorecía incluso que ambos incluyeran en sus desembolsos un apoyo mensual para cubrir los gastos de su parentela inmediata, generados por pagos de predial, colegiaturas de hermanos menores y de servicios públicos en general. A pesar de esto, sobre el telón de fondo de la violencia endémica en Colombia se proyectaba, aunque de manera imperceptible, el gran pulpo del paramilitarismo, creado para eliminar a Pablo Escobar Gaviria y los movimientos guerrilleros, principalmente el M-19 y las FARC. De modo gradual, el mundo tuvo noticias de los cientos de tentáculos de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que, como después se supo por las declaraciones de su máximo líder, Salvatore Mancuso, vinculaban ganaderos, hacendados, políticos, narcotraficantes, grupos de ultraderecha, militares y disidentes del grupo del capo Pablo Escobar Gaviria al gobierno de César Gaviria. Este ambiente enrarecido convergió en el famoso escándalo de la Parapolítica, que puso al descubierto estos vínculos con los diferentes gobiernos colombianos desde 1991 hasta 2010, incluyendo la administración de Álvaro Uribe Vélez. En noviembre de 1994 se realizó la Primera Cumbre de las Autodefensas Unidas de Colombia, en la que se aprobó seguir considerando como blancos militares a los cuadros políticos y sindicales de extrema izquierda, así como a sus familiares.

El paramilitarismo se mostró eficaz contra la disidencia política y la guerrilla para tramitar de manera violenta, arbitraria e ilegal los conflictos históricos de tierra a lo largo de todo el territorio nacional. El 18 de diciembre de 1991 ocurrió la tristemente famosa Masacre de Caloto (véase Cajas, 2011), en el norte del Departamento del Cauca, en la que perecieron 20 miembros de la comunidad indígena Páez a manos de grupos paramilitares.

Durante el gobierno del presidente Andrés Pastrana ocurrió el secuestro masivo de empresarios y personas influyentes de la sociedad local. El hecho, conocido como el secuestro de la iglesia La María, ocurrió el 30 de mayo de 1999 a manos del Ejército de Liberación Nacional (ELN), y explica para muchos la presencia de los grupos paramilitares en el Valle del Cauca. Llegaron procedentes de Urabá, bajo el mando de Antonio Londoño Jaramillo, alias Rafa Putumayo, para combatir el Sexto Frente de las FARC y el Frente Jaime Bateman Cayón del M-19, que se encontraban combatiendo hacia el centro norte del departamento vallecaucano. La Fiscalía 18 de Justicia y Paz ha documentado que, durante sus dos primeros meses de existencia, el Bloque Calima realizó varias masacres en las veredas Chorreras, El Placer, Piedrahita, San Lorenzo, La Marina, Naranjal y Morelia, ubicadas en Tuluá, Bugalagrande, San Pedro y Sevilla. En esos hechos iniciales los paramilitares mataron a 37 personas, la mayoría asesinadas con armas blancas, desmembradas, torturadas y señaladas como informantes colaboradores o milicianos de grupos guerrilleros (véase Observatorio Pacífico y Territorio, 2011, feb. 9). Con estas acciones los paramilitares lograron controlar a la población civil por medio del terror y la intimidación, pero también dejaron cientos de desplazados a su paso. Santiago de Cali es en la actualidad la ciudad con más afrodescendientes en todo el país debido a su condición de receptora de las poblaciones negras del Pacífico. Algunos registros de la Fiscalía señalan que en el primer mes del accionar del Bloque Calima por lo menos 162 familias y 730 personas fueron desplazadas de sus sitios de origen.

Por eso cuando Camila colgó, trémula, debido a las amenazas que le profirieron por teléfono, sabía que no se trataba de una broma macabra: "Somos de la AUC, ya sabemos que tus primos son de las FARC, y ésos ya están cargando la lápida en el cuello y vos no te hagas la guevona, ¿crees que se nos olvidó que vos y tu marido fueron comunistas? Vayan abriéndose del parche, lárguense de Colombia hijueputas, desocupen o se mueren todos". Dos primos de Camila eran guerrilleros de las FARC desde hacía mucho tiempo; habían militado, con ella, en la juco, pero, por concepciones diferentes sobre la revolución social en Colombia, ella decidió aceptar la beca a Checoslovaquia y los primos optaron por la lucha armada. La persecución atroz de las AUC encontraron los vasos comunicantes entre los familiares guerrilleros de Camila y la adscripción ideológica de la pareja al Partido Comunista. Fue ella quien tuvo que informar a sus familiares que su primo Miguel Ángel había caído en un combate en las inmediaciones del Lago Calima. Además advirtió a toda la familia, mientras esperaban que les hicieran entrega del cadáver, que la muerte de Luis Eduardo, su otro primo, era cuestión de días, pues los paramilitares tenían cercada la columna guerrillera. Mientras tanto, las amenazas fueron más abarcadoras contra la familia extensa; por lo tanto, Fausto y Camila iniciaron los trámites para que doña Blanca viajara a Costa Rica, donde se reunió con su hermana Elisa, madre de los guerrilleros, quien había dejado el país tres meses antes. Sin embargo, confiaron en poder resistir; no querían engrosar la lista de la estampida del país de los migrantes forzados "dejando todo tirado". La madrugada que sonó el teléfono de la casa nueva, a donde se habían mudado por cuarta ocasión en menos de un año, y cuando incluyeron en la lista de los sentenciados de su familia los nombres de sus hijitos, Alekos y Danko, supieron que el tiempo en Colombia se les había terminado.

 

De paso por Centroamérica y la tierra de Emiliano Zapata

Abandonaron el país siguiendo la usanza de todos los migrantes forzados por conflictos bélicos, "dejar todo tirado", y llegaron a San José de Costa Rica en marzo de 2000. "¿Por qué no nos mataron? No lo sé, tal vez estaban ocupados en el norte del Valle, donde hubo esas masacres tan horrendas, donde estaban destazando personas con motosierras, una cosa espantosa; pero estábamos en la lista, desprotegidos completamente; denunciábamos, pedíamos protección a las autoridades, y parecía que había una línea directa con los paramilitares". Viajaron a Costa Rica porque el país centroamericano estaba ocupado en contener la migración de los nicaragüenses y los hondureños, pero era flexible con los colombianos, que en ese momento era una nacionalidad apestada por el asunto del narcotráfico y nadie quería darles visa. En lo que llegaba el cuarto refrendo de la visa de turistas en Costa Rica, la madre y la tía de Camila trabajaban en soditas como ayudantes de cocina, y los domingos doña Blanca vendía arepas y chontaduros en San José, después de las infaltables lluvias de la tarde; los domingos viajaban hasta Cartago y ponían su puesto ambulante de venta de empanadas o patacones pisados con salsita de aguacate. Debido a la dificultad de insertarse laboralmente y de forma regular en Costa Rica, la pareja decidió pedir asilo en México a través de la ACNUR, debido a la histórica impronta de México como puerto del exilio. A este país llegaron en septiembre de 2000, una semana antes de aquella tarde de domingo en que los conocí en la Colonia San Bartolo chico de la ciudad de México.

El país estaba al mando de Vicente Fox, el candidato del Partido Acción Nacional que obtuvo la mayoría de votos y modificó la historia de una dictadura de partido que tuvo al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la presidencia durante 70 años ininterrumpidos. La razón de este tránsito responde en gran medida al proceso de deterioro de la calidad de vida para las mayorías, a más tardar, cuando México ingresa, con Miguel de La Madrid, al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) en 1986, el apogeo alcanzado con la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari e inicio del gobierno de Ernesto Zedillo, cuando el país entró en una gran crisis debido a la aparatosa caída del peso frente al dólar; sin embargo, durante el sexenio de este último los ideales nacionalistas del pri se vieron disminuidos en los discursos políticos oficiales y se vieron renovados con los términos de globalización y libre mercado. En una declaración oficial, Vicente Fox advirtió que, de ser elegido, propondría ante el Congreso la creación de una comisión para investigar los nexos del narcotráfico con el sector político y las privatizaciones, dicha comisión exhumaría los mecanismos con que se enriqueció la familia Salinas de Gortari y los asesinatos políticos, en alusión específica al asesinato de Luis Donaldo Colosio, el candidato del pri en las elecciones presidenciales de 1994. Dicha comisión no llegó a conformarse nunca y, por lo tanto, ese rendimiento de cuentas ante la opinión pública es un asunto sin resolver hasta el presente. Vicente Fox abiertamente se deslindó de los ideales de la Revolución mexicana y acogió la política de libre mercado iniciada con De la Madrid; consecuentemente, se amplió la oferta política neoempresarial, pragmática y acorde con la nueva realidad de apertura económica, cooperación e integración al espacio económico de las grandes transnacionales. De esta manera quedó desmantelado el Estado de bienestar en la tierra de Emiliano Zapata y Francisco Villa. El exiguo crecimiento económico de México en el sexenio de Vicente Fox, calculado en 2.3 por ciento anual, fue completamente insuficiente para crear el millón trescientos mil puestos que requería el país para satisfacer la demanda de empleo.

El arribo de Camila y Fausto a México no podría haber sido el menos favorable debido a la situación que vivía el país, aún más para ellos. Como refugiados no podían ejercer sus profesiones, y menos Camila, cuya carrera estaba vinculada al sector salud. Treinta meses permanecieron en México, viviendo en un departamento en Tlalnepantla, en el Estado de México. Ella trabajó haciendo guardias nocturnas cuidando ancianos en sus domicilios o asistiendo a particulares en hospitales, contratada por familiares de enfermos terminales. Para Fausto la situación llegó a ser tan crítica que trabajaba como ayudante electricista en obras de arquitectos. Danko tenía frecuentes enfrentamientos en la escuela pública donde hacía la primaria. Alekos, el hijo mayor, en contrapartida, se había convertido en un niño silencioso y ensimismado. Por si esto fuera poco, para Danko los viajes en metro se habían convertido en un suplicio; "todo parece indicar que es una fobia al encierro y al gentío", me dijo Camila alguna vez en un encuentro fortuito.

Una noche al llegar a casa encontré un recado en el contestador: "queremos organizarle una despedida a Fausto y a Camila, que se van para Grecia, y queríamos ver si podíamos organizarla en tu casa"; el argumento era el clima de Cuernavaca y el pequeño jardín de mi casa. En esa despedida se mostraban sonrientes, tan llenos de vigor y alegría, ninguna huella por los días ensombrecidos; en pocas palabras, descansados ante la idea de salir de México. Viajar a Grecia era volver a Europa, "volver a Europa, ¿te imaginas?", era el retorno al lugar donde tan felices habían sido. Fausto nos sorprendió cuando sacó de su bolso de cuero una chiva5 de madera que él había hecho con sus propias manos; con su propia letra le había puesto La caleñita a ese carrito alegórico propio del Valle del Cauca. El carrito incluía al conductor, pasajeros, canastas con frutas, huevos, gallinas, racimos de plátanos, botellitas diminutas de aguardiente donde estaba escrito con primor Aguardiente Blanco del Valle. Mirábamos una y otra vez la chiva, de la marca Ford, repitiendo encantados "Fausto, usted es un artista, hermano".

A través de ACNUR habían logrado visas como refugiados en Grecia, a donde querían marcharse porque habían establecido contacto con antiguos amigos de la época de estudiantes en Checoslovaquia; el país está bastante bien y había empleo. En un vuelo lechero que incluía una parada en Los Ángeles leyeron sobre los acuerdos del 22 de Marzo, firmados en Monterrey por el secretario de Gobernación Santiago Creel y el secretario de Estado estadounidense Colin Powell, una declaración a favor del fortalecimiento tecnológico y la cooperación para promover el flujo seguro y eficiente de personas y bienes a lo largo de la frontera (véase Pintado, 2004). El 11 de septiembre de 2002 dio al traste con los tímidos avances en materia de regularización y derechos migratorios y convirtió a los migrantes en terroristas. El aumento de las remesas de los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, que habían salido del país por la precariedad del empleo, fue reportado posteriormente por Vicente Fox como parte del aumento del PIB.

"Saludos desde España" es el asunto de un correo electrónico que nos envió a los amigos de esa época; allí narraban sucintamente el viaje, los trámites ante el ACNUR y anunciaban que pronto se marcharían a Grecia. Volví a indagar por ellos cuando se decretó la bancarrota del Estado griego.

 

La bancarrota del Estado griego

En 2001 Grecia había llagado al euro, y el mundo escuchaba con admiración del sistema de pensiones que imperaba allí, lo cual hacía imaginar una estabilidad económica. La crisis actual que vive este país europeo se plantea grosso modo en explicaciones de aliento sostenido que se remontan a la II Guerra Mundial por la deuda que no pagó Alemania por indemnizaciones por concepto de la guerra, o las explicaciones coyunturales y muy recientes como la pérdida de confianza de los bancos en los famosos países bajo el rótulo de PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España). Estos países estaban en el punto de mira de los inversionistas y las agencias de calificación debido a que gastaban por encima de sus ingresos; así, para solventar sus gastos y poder cumplir con los satisfactores básicos del Estado de bienestar para sus ciudadanos tuvieron que contraer deudas con interés arriba tres o cuatro por ciento anual, lo cual terminó asfixiando y dejando en banca rota a Grecia. En una reunión del Parlamento europeo, en 2010, Daniel Cohn Bendit señaló a la señora Angela Merkel, de Alemania, y al señor Sarkozy, de Francia, como responsables de dar pábulo a los mercados y a la especulación en detrimento de la sociedad griega.

En lo político, Grecia es un Estado que no goza de consenso debido principalmente a la corrupción de la clase política, de tal manera que formular medidas de constreñimiento y dietas económicas, entre las que destacan una reforma del sistema de pensiones, no hace más que enviar el país al caos; los acreedores tendrían pues que considerar estas prontitudes y dar tiempo al país para restablecer el consenso. En términos económicos, la Unión Europea está ganando dinero con la crisis de Grecia, pues mientras Alemania recibe préstamos con un interés de 1.5 por ciento, máximo tres por ciento, este país a su vez otorga préstamos a Grecia para el pago de la deuda contraída con el Estado y los banqueros alemanes, con intereses que oscilan entre tres y seis por ciento. Paralelamente, subrayó el mecanismo a través del cual la Unión Europea, de manera concreta Francia y Alemania, se han visto beneficiados por el conflicto entre Grecia y Turquía por el control de Chipre, pues otorga dinero para comprar material bélico y alimentar el conflicto armado en la región. Grecia es un país de once millones de habitantes y tiene un ejército con cien mil soldados activos; negar préstamos para la compra de armas, así como negarse a vender armas al país, sería una salida que podría contribuir en gran medida a recuperar la economía sin menoscabo de la sociedad, como la exigencia de recortar sueldos, por ejemplo.

 

Los efectos de la crisis en la población

Para dar cuenta de cómo se han encarnado los efectos de la crisis entre los ciudadanos griegos hemos recurrido a la crónica del diario Sueddeutsche Zeitung, uno de los más importantes de Alemania, editado en Munich, del 20 de febrero de 2012, traducida al español por Karla Ortolf.6 El reportaje presenta los resultados de una gira que da cuenta de la gravedad de la situación:

Uno podría iniciar el recorrido por un país destruido con la descripción que resulta de la visita a una casa para niños, sos, donde padres empobrecidos están entregando a sus niños, y continuar con el retrato de los estudiantes de matemática en Thessaloniky, que en la tarde cuando cierra el mercado revisan los basureros en búsqueda de verdura aprovechable o determinar la situación observando la sección griega de Médicos del Mundo que da cuenta de cómo los griegos retiran a sus médicos de países como Uganda, Etiopía y otros países del Tercer Mundo porque ahora los requieren en casa, pero escenarios como esa casa de niños y de los Médico del Mundo suenan alejados y exóticos, impensables en Europa hasta hace muy poco.

Por esta razón, los corresponsales del Sueddeutsche Zeitung iniciaron el recorrido por un colegio ubicado en el barrio Heliopolios, un sector de clase media en Atenas que hasta hace poco se podría haber definido como la colonia Del Valle o la Condesa en la Ciudad de México. Sus paredes están deterioradas por la humedad y falta de mantenimiento. Los corresponsales del diario indican que hay una reunión del consejo de padres de familia en el salón comunitario, donde los libros han sido sustituidos por fotocopias, las cortinas y el pizarrón han sido conseguidos con donaciones y no hay papel de baño; "cada vez más niños se han desvanecido durante las clases por falta de alimentación, por eso el gobierno ha solicitado las listas de los niños que han pasado por esta situación para enviarlos gratuitamente al comedor de la escuela".

En respuesta ante la desmesura de la crisis en Grecia han surgido miles de asociaciones de autoayuda que brotan por todo el país, como Anopotamon (Contra la Corriente), donde la gente come y se disipa haciendo actividades colectivamente; los grupos ayudan a contener anímicamente. En noviembre, 126 mil personas habían perdido su empleo, Grecia tenía once millones de habitantes, la cuota de desempleo había subido en cuatro semanas de 18.2 a 20.9 por ciento. Éste era sólo el principio, reportaba el diario. "Antes, la crisis afectó a las empresas pequeñas, ahora les tocará a las grandes, las de más de 500 empleados. Casi ninguna empresa puede pagar a su personal. Estimamos que de diez empresas máximo cuatro sobrevivirán", refirió un empleado del instituto financiero más grande de Grecia y que tiene acceso a los datos y al comportamiento de la crisis. El diario registró testimonios varios: de un jefe de proyectos en un ministerio, de un maestro de deportes; ellos no tienen para comer, pero están obligados a pagar impuestos y seguros.

La calle Sophokleous, los atenienses hablan de ella como los neoyorkinos de la Wall Street; es la calle donde estaba, hasta 2007, la bolsa, y hoy es el comedor para pobres más grande del mundo: dos veces por día se reparte comida por parte del municipio y en la tarde por parte de la Iglesia; diario se reparten, a las tres de la tarde, mil quinientas comidas, "pero en agosto del año pasado la cantidad de personas subió; de un momento a otro tuvimos que entregar 40 por ciento más", dijo una de las mujeres que dirige la distribución de comida. En el patio del comedor esperan, en la más completa incertidumbre, personas mayores junto a niños; hay alcohólicos sucios junto a pensionadas recién peinadas; hay paquistanís junto a griegos, y cada vez aumenta la cantidad de griegos.

Hoy hace frío, lo cual es bueno porque pueden subir la bufanda y bajar la gorra y esconder el rostro porque tienen pena. Como, por ejemplo, las madres que van por comida mientras sus hijos van a la escuela y al llegar a casa la ponen en las ollas y hacen parecer como si lo hubiesen cocinado ellas. Antes venían al lugar donde entregan la comida sólo los inmigrantes y uno que otro griego pobre, la gente que viene hoy en día podrían ser mis vecinos, mis amigos, la clase media ha colapsado y cada día hay más personas en el patio, el país está sentado en una bomba de tiempo.

Pero hay historias exitosas. Hay personas que sacan provecho de la crisis, como un empleado que vende accesorios para montañismo, cuyo negocio "anda como nunca, la gente busca cómo escapar de la crisis yéndose al campo, porque de camping o en contacto con la naturaleza se gasta menos dinero". Paralelamente, este hombre toma un curso de producción de quesos en la Escuela Americana de Agricultura, fundada en 1904 por un misionero norteamericano para ayudar a niños de campesinos pobres.

Ese tipo de escuelas son cada vez más demandadas por la gente para la sobrevivencia, cada vez se escucha de más gente que cultiva abejas, ovejas, caracoles o erizos de mar; la jardinería urbana y cooperativa tiene gran auge; el abandono de las ciudades y retorno al campo es también frecuente en los testimonios de la gente, muchos se retiran al pueblo de sus padres o a las islas donde heredaron de sus abuelos dos hectáreas baldías, muchos dicen que regresan a sus raíces ya que Grecia siempre ha sido un lugar de campesinos. Un aspecto colateral de esa tendencia colectiva hacia la autosubsistencia es que en las ciudades huele cada vez más a fuego hollín y madera quemada, mucha gente ha comprado pequeñas estufas porque ya no puede comprar combustible petróleo o luz. Sin embargo, ante este tipo de proyectos autogestivos la unión forestal toca las campanas de la alarma porque hay peligro de una tala indiscriminada de los bosques.

En una noche de lunes, el Parlamento de Atenas decretó una nueva reducción de las pensiones, el salario mínimo se iba a menos de 590 euros, mientras que en los puestos de decisión de los partidos de gobierno seguían las mismas personas que habían llevado el país al borde del abismo, políticos que después se resistirían a las reformas; confrontados con las decisiones siempre optaban por el camino fácil de reducción de sueldos y aumento de impuesto. Dos años tuvo que esperar el pueblo hasta que iniciaron las primeras indagaciones contra los más grandes evasores de impuestos, pero ninguno estuvo ante un tribunal: "los que todo lo despilfarraron nos quitan hasta las virutas".

Manifestaciones de 20 mil personas continuaban protestando contra el paquete de ahorro en la Plaza Aristóteles; la policía utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los estudiantes que protestaban, que se refugiaron en los cines. Los bancos seguían embargando casas y los griegos estaban perdiendo un país entero. Entre tanto, el jefe del grupo europeo declaraba que Grecia no había entregado lo suficiente; el ministro de finanzas de Alemania declaraba que no otorgaría un subsidio mientras Grecia no pusiera un fondo a su barril. "Grecia es un país podrido y una carga insostenible en una comunidad solidaria", señaló el director de bosch, una transnacional alemana. ifo decía que la supervisión europea tendría que asegurarse de que los griegos se apretaran el cinturón.

Poco se sabe de cuántos latinoamericanos viven en Grecia; mucho menos hay datos sobre cómo enfrentan los apremios financieros de esa comunidad receptora. El 23 de julio de 2010, el gobierno decidió cerrar el consulado de Colombia en Atenas por los gastos exorbitantes de representación diplomática en el país debido a la crisis. Curiosamente, la colonia colombohelénica se pronunció ante el representante de la Cámara por la apertura de la Misión Diplomática en Atenas para garantizar los derechos fundamentales de la Comunidad de Colombianos residentes en este país. El retiro de la representación diplomática no sólo dejó a la deriva a los seiscientos colombianos que residen en Grecia, sino que cortó la participación política de los connacionales en su país de origen para participar en los procesos electorales, como la elección de representantes a la Cámara, entre otras formas de participación ciudadana.

 

En conclusión: retornar a México o a Colombia es... ¡volver al futuro!

En México, el proceso de desregularización en materia económica ha dejado un saldo de desempleo y pobreza extrema; ha aumentado la migración irregular a Estados Unidos de mexicanos en grandes condiciones de vulnerabilidad. Por otro lado, la guerra contra el narcotráfico, alentada por el presidente Felipe Calderón, había acumulado hasta el momento en que escribí este artículo un saldo de 60 mil muertos; el fortalecimiento del crimen organizado presenta diversas modalidades que vinculan narcotráfico-trata de personas-asesinatos de migrantes, presunta colusión de altos funcionarios en importantes esferas gubernamentales. En este contexto, se promueven programas como Iniciativa Mérida, un programa de apoyo o de cooperación bilateral entre México y Estados Unidos para combatir el narcotráfico y la delincuencia en general. Sin embargo, el grupo Zetas cada vez se revela, en este contexto, como un grupo de elite vinculado con el narcotráfico y el capital financiero contra el Estado nacional. Un fenómeno similar al paramilitarismo en Colombia.

En Colombia, por otra parte, se ha revelado el vínculo entre paramilitarismo, transnacionales y la ultraderecha. Plan for Peace, Prosperity, and the Strengthening of the State (plan para la paz, la prosperidad y el fortalecimiento del Estado) es el título original del proyecto de Ley s1758 presentado por los senadores Mike DeWine, Grassley y Coverdell, el 20 de octubre de 1999, ante la sesión 106 del Comité de Relaciones Exteriores del Congreso de Estados Unidos. No obstante, su texto original fue elaborado en el último trimestre de 1998, es decir, a los pocos meses de haber resultado electo presidente de Colombia Andrés Pastrana. Promovido como una especie de Plan Marshall de ayuda económica por parte de Estados Unidos para socorrer a las instituciones, a la sociedad colombiana por la devastación de la guerra contra el narcotráfico, dos años después quedó claro que el Plan Colombia era un auxilio económico de Estados Unidos para el combate del narcotráfico y la guerrilla, pero también para combatir cualquier manifestación en contra de la implementación del modelo neoliberal.

De manera que el Plan Colombia no obedece a una iniciativa propia de los colombianos, ni es con propiedad producto de los esfuerzos o acciones gubernamentales del gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana y de sus sucesores, incluida la administración del presidente Álvaro Uribe. Por el contrario, el Plan Colombia forma parte de una estrategia dominadora que ha buscado siempre instaurar el proyecto neoliberal para hacer funcionales los propósitos de la entonces propuesta de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), pero que luego de su derrota y anulación frente al alba, pretende resurgir, con el apoyo del militarismo, bajo el disfraz de la estrategia de los TLC. En tal sentido, Plan Colombia y neoliberalismo son las dos caras de una misma moneda.

Por otro lado, el escándalo conocido como Parapolítica durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez dejó al descubierto el vínculo del Estado colombiano y del ejército con los grupos paramilitares AUC y la sistemática violación a los derechos humanos contra un pueblo indefenso. Ahora en 2012, durante la gestión del actual presidente colombiano Juan Manuel Santos, se han iniciado las pláticas para el comienzo de una fase pos-Plan Colombia, en la que el país se ha considerado un aliado estratégico para ayudar a otros países, como México, a combatir el narcotráfico y el crimen organizado. De hecho, en Colombia se está capacitando a la policía mexicana y cuerpos de seguridad para la guerra de Felipe Calderón contra el narcotráfico. Para estos efectos, el presidente estadounidense Barack Obama solicitó para Colombia 331 millones de dólares del presupuesto fiscal para 2012. No obstante, llama la atención la reforma constitucional adelantada por el presidente Juan Manuel Santos para ampliar el fuero militar, una especie de reforma de la justicia penal militar que dé garantías suficientes a las fuerzas armadas. Mientras tanto, se contrae en materia de derechos humanos contra el pueblo colombiano y cualquier forma de disidencia en contra del sometimiento del país al capital financiero y a favor del reposicionamiento de un Estado de bienestar que garantice los derechos básicos de cualquiera de los ciudadanos. No hay que ser videntes para advertir que Colombia es adicionalmente un aliado estratégico para la consolidación de los intereses transnacionales en la región. La crisis de las economías en Europa, en concreto el colapso del Estado griego, es la prueba del fracaso de la implementación del modelo neoliberal en todas partes, pero la gente ha vuelto la mirada hacia la reciprocidad, el principio fundante de cualquier sociedad: "ahora todos cooperamos, nos mantenemos unidos". Las movilizaciones en España dan fe de ese hartazgo. En la Puerta del Sol, en Madrid, las por lo menos dos mil personas que se han declarado "indignadas" son la muestra de una sociedad que pide política y democracia reales. Millones de personas en todo el mundo luchan y trabajan para lograrlo.

En 1999, entre cincuenta mil y cien mil personas se manifestaron en la ciudad de Seattle, en Estados Unidos, contra la OMC. Otras manifestaciones masivas en contra de las instituciones neoliberales se organizaron en 2000 en las ciudades de Praga, República Checa; en 2001, en Washington, la ciudad de Quebec y Génova. Los centros financieros del mundo han sido alcanzados por multitudes de inconformes. Occupy Wall Street ha puesto en aprietos a Estados Unidos y el Movimiento 15-m a Europa. Millones de personas más que no pudieron estar en esas manifestaciones están trabajando para entender y explicar los principios destructivos del sistema neoliberal, y para proponer y construir formas económicas alternativas, en las que el mercado esté subordinado a los derechos humanos, la justicia para todos y todas, la democracia, y la sustentabilidad medioambiental.

En este contexto, es posible comprender que el modelo económico neoliberal implementado en todo el mundo ha acercado fenómenos sociales que hasta el momento eran parte de los conflictos domésticos dentro de los territorios locales nacionales. Adicionalmente presenciamos réplicas de políticas de control social contra las iniciativas organizativas de la sociedad civil y el progresivo desmantelamiento de los Estados nacionales en favor del capital financiero. Estas circunstancias provocan dinámicas poblacionales que huyen de escenarios nacionales con la aspiración de alcanzar niveles de bienestar, posibles en otros momentos de la historia reciente. Pero en la actualidad los escenarios son cada vez más parecidos y, por consecuencia, hay un aumento de la vulnerabilidad y una disminución de oportunidades de realización personal. El panorama es más incierto para los que se ven forzados a emigrar por razones políticas, vinculadas con la violencia y violaciones de los derechos humanos. Los patrones migratorios por las mismas razones de implementación del modelo económico son cada vez más complejos de tipificar; en su lugar encontramos combinaciones de modalidades migratorias que escapan a la estandarización convencional.

Ante la pregunta telefónica sobre la posibilidad de volver a México o a Colombia, que en principio la desconcierta, contesta rotundamente "¡No!, de aquí no nos movemos", y me queda claro dónde descansa su decisión; para Fausto y Camila volver a Colombia o a México es volver al futuro.

 

Fuentes

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Sorolla Fernández, I. (2011). "Apuntes de un cuaderno de bitácora: Continuidades y cambios en el patrón migratorio externo cubano (2000-2010)". Ponencia presentada en el III Seminario Permanente de Migraciones, auspiciado por el Cuerpo Académico Estudios Antropológicos del Circumcaribe (CIRCAR) de la Universidad de Quintana Roo, México, octubre de 2011.         [ Links ]

 

Notas

1 Para una aproximación al concepto ‘patrón migratorio' véase Ileana Sorolla Fernández, 2011, oct., "Apuntes de un cuaderno de bitácora: Continuidades y cambios en el patrón migratorio externo cubano (2000-2010)". Ponencia presentada en el iii Seminario Permanente de Migraciones, auspiciado por el Cuerpo Académico Estudios Antropológicos del Circumcaribe (CIRCAR) de la Universidad de Quintana Roo, México. "El patrón migratorio identifica las principales características de la evolución y estado del fenómeno migratorio externo, que puede variar de un país a otro, en la medida en que estos difieren en su ubicación geográfica y posición en el sistema migratorio externo, que puede variar de un país a otro, en la medida en que estos difieren en su ubicación geográfica y posición en el sistema de relaciones internacionales, en sus antecedentes de conformación y desarrollo histórico como nación, en el lugar que ocupa la migración en ese proceso, que conforma su propia historia migratoria, así como en las condiciones de su estado y en las políticas y regulaciones migratorias a las que está sujeto".

2 "Acumulación progresiva de desventajas" es un término referido y socorrido en el Cuerpo Académico Estudios Antropológicos del Circumcaribe (CIRCAR) de la Universidad de Quintana Roo para identificar y caracterizar las situaciones de precariedad de diversos grupos sociales en el estado de Quintana Roo. He recurrido usado este término siempre vinculado a la situación concreta de grupos sociales de migrantes internacionales por conflictos bélicos. Acumulación progresiva de desventajas surge, en mis investigaciones, en relación inversa al concepto "dinámica causal acumulativa" de los estudios sobre migraciones transnacionales. Afirmo que así como el capital social está articulado a las redes sociales y a procesos históricos que repercuten exitosamente en las experiencias migratorias internacionales; las migraciones forzadas por conflictos bélicos, más allá del cuerpo legal vigente con la que se articulen los migrantes forzados a la comunidad que les otorgue el refugio, desmontan el andamiaje de redes y relaciones sociales que sostienen el mundo cotidiano de los seres humanos y construyen una secuencia de elementos que aumentan gradualmente las condiciones de vulnerabilidad de los que se ven obligados a migrar para salvar la vida. Las migraciones forzadas indican procesos disruptivos articulados íntimamente a situaciones de violencia y tiene resonancias desventajosas en biografías e historias comunitarias, impactan en el ulterior desarrollo de las personas en el campo emocional, económico, social y político.

3 Para una explicación del paramilitarismo y las multinacionales, véase el excelente artículo del sociólogo y periodista Alfredo Molano Bravo (2012, marzo 3).

4 Sobre el vínculo entre transnacionales, ejército nacional y paramilitarismo en Colombia, véase Pinzón, 2004.

5 En Colombia se le dice chiva a un tipo de autobús de pasajeros.

6 Karla Ortolf es corresponsal en México de German TV Film.

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