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Migraciones internacionales

versión On-line ISSN 2594-0279versión impresa ISSN 1665-8906

Migr. Inter vol.5 no.3 Tijuana ene./jun. 2010

 

Artículos

 

Fiesta, identidad y estrategias de una minoría que se organiza: La reina de las flores de una comunidad latina en Texas

 

Fiesta, Identity, and Strategies of an Organized Minority: The Flower Queen in a Texas Latino Community

 

Anna Fernández Poncela* y Lilia Venegas Aguilera**

 

* Universidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco. Dirección electrónica: fpam1721@correo.xoc.uam.mx.

** Instituto Nacional de Antropología e Historia. Dirección electrónica: lilia.venegas@itesm.mx.

 

Fecha de recepción: 12 de Marzo de 2009.
Fecha de aceptación: 8 de Mayo de 2009.

 

Resumen

La Fiesta de las Flores se celebra anualmente en la ciudad fronteriza de El Paso, Texas, bajo el patrocinio de LULAC, una asociación de latinos de base ciudadana. Como organizadora de esta actividad, LULAC entreteje redes sociales dentro de la comunidad hispanohablante, lo que ayuda a construir una identidad comunitaria y una memoria compartida. El certamen de belleza resalta el atractivo y los logros de las jóvenes de la comunidad latina. Los eventos de "la fiesta" están relacionados con asuntos políticos que atañen, de manera central, a la vida de los latinos. Este proyecto involucra a un muy amplio sector de la sociedad, en el que las jóvenes participantes del certamen de belleza son un elemento clave. No sólo serán portadoras de una corona en un juego de simulación, sino que obtendrán recursos para seguir estudiando. Su participación en el concurso interiorizará el orgullo por su color, su lengua materna y la cultura del país de origen. Todo esto echando mano de las pautas y códigos sociales aceptados y vigentes en la sociedad de la que ahora forman parte.

Palabras clave: fiestas populares, reinas de belleza, LULAC, latinos, El Paso, Texas.

 

Abstract

The Fiesta de las Flores is celebrated annually in the border town of El Paso, Texas, under the sponsorship of LULAC, a grass–roots organization. LULAC, as the fiesta's organizer, interweaves social networks within the Spanish–speaking community, which helps to build a shared community identity and common memory. A beauty pageant also highlights the attractiveness and the accomplishments of the community's young Latinas. The Fiesta's events are imbued with political issues that are central to the lives of Latinos. This project involves a broad sector of society, of which the pageant's young contestants are key members. Not only will they wear a crown, they will also receive scholarships to help them further their education. Their participation in the contest enhances their pride for their ethnic origins, their native language, and their culture. All of this draws on the social codes and norms that are accepted and in force in the society of which they are now members.

Keywords: popular festivities, beauty contests, LULAC, Latino community, El Paso, Texas.

 

Fiestas populares

El calendario de las fiestas populares en México se encuentra saturado. Sólo por poner un ejemplo, tómese el caso de Querétaro: más de 365 fiestas al año. No muy diferente de lo que ocurre, por lo demás, en prácticamente el país entero, aunque habría que admitir que, hasta donde sabemos, está por hacerse un atlas de las fiestas populares que pudiera documentar seriamente la geografía y el escalómetro festivo. Con todo, puede afirmarse, aún sin datos duros en la mano, que en México todo se festeja: las fechas memorables –sean religiosas, paganas o cívicas–, los productos de la tierra y el trabajo y, por supuesto y desde antaño, el cambio de las estaciones.

En muchas de estas fiestas tiene lugar, como actividad central, el concurso y la coronación de reinas de belleza. Las participantes se convierten en reinas de las más variadas motivaciones festivas imaginables: reinas de la primavera (en los clubes y escuelas), reinas del carnaval, reinas de la cosecha, reinas de la senectud, reinas de fiestas taurinas, reinas de generación en preparatorias, reinas de centros de readaptación social, reinas de fiestas patronales o de fundación del pueblo. La lista podría ser interminable.

Por lo que hasta ahora sabemos, son celebraciones populares, exitosas y considerablemente arraigadas entre las distintas clases sociales y grupos étnicos. En general, tienen carácter urbano, aunque hay también reinas de comunidades rurales. Aunque los concursos de belleza se encuentran presentes desde la noche de los tiempos y en las más variadas latitudes, rastrear el origen de las coronaciones específicas bajo estudio no ha sido tarea fácil. Se trata de eventos que se popularizan en el siglo XX, aunque algunos reclaman linaje prehispánico (como la Flor más Bella del Ejido, de Xochimilco, o la Reina del Sarape, de Santa Ana Chiautempan, en Tlaxcala). Entre las hipótesis sobre este origen se menciona también la representación de vírgenes del calendario católico (así ocurre con la reina de las Fiestas de Xalpan, en la Sierra Gorda de Querétaro). Sin duda, son muchos los factores que intervienen en la puesta en escena de esta tradición festiva y, por supuesto, de su invención.

Independientemente del origen, la influencia norteamericana contemporánea de los concursos de belleza en los que participan jóvenes de varios países y que se difunden a través de los modernos medios de comunicación ha ejercido una influencia muy importante entre las coronaciones de las fiestas populares, sobre todo de manera reciente. Baste registrar un par de anécdotas: cuando Michael Douglas visitaba la Feria Nacional de San Luis Potosí en 2004, aprovechando que su esposa Catherine Zeta–Jones rodaba la segunda parte de El Zorro, no perdió la oportunidad de saludar a lisett i con un: "Hola reina, ¡congratulations!", y se tomaron una foto que por supuesto circuló en los diarios. Reforma, por su parte, publicó una nota a propósito de la coronación de la actriz Maribel Guardia cuando fue designada reina Patria mexicana en los Ángeles, California:

Orgullosa de llevar a México en su corazón, la costarricense Maribel Guardia representó una vez más al país que la "arropó" y le dio un hijo, durante los festejos del Día de la independencia, ayer en esta ciudad. La cantante y actriz fue nombrada reina del evento, que se celebró en el área donde más mexicanos viven en estados unidos: el este de los Ángeles (estrada, 2004:3e).

En las ciudades estadounidenses, por lo demás, abundan también los certámenes de belleza y la coronación de reinas en los bailes de gala. Estos eventos, sin duda, forman parte del american dream que, en el actual mundo globalizado, se exportan a cualquier rincón del planeta por vía de la transmisión televisiva de concursos, soft operas y largometrajes.1

El asunto, con todo, suele despertar suspicacias. Sirva como ejemplo recordar que el resurgimiento del feminismo en México, durante los primeros años de la década de los setenta del siglo XX, está asociado con la denostación de este tipo de concursos.2 Aun con la filosofía posmodernista y el nuevo feminismo, mucho más abierto a la problematización de la feminidad, el sello de trivialidad sigue acompañando a estos certámenes. No casualmente la campaña contra Sarah Palin (candidata a la vicepresidencia de estados unidos, compañera de fórmula de McCain) incluyó la difusión, en una página de internet (You Tube), de su participación en traje de baño en el concurso Miss Alaska 1984.

Aunque desde la antropología y la historia el estudio de las fiestas ha dado importantes resultados, la figura del reinado no parece haber llamado especialmente la atención. Con todo, la bibliografía sobre el tema se ha incrementado notablemente en los últimos años, con miradas que enfocan el cuerpo como un complejo objeto por descifrar, o por quienes han revisado los concursos de belleza desde la perspectiva de construcciones simbólicas tendientes a reforzar imágenes nacionalistas.3 en el caso de estados unidos encontramos un interesante estudio de Michael Thurgood (1993) sobre la reina de la Fiesta San Antonio (Texas), coronada durante el festival de primavera de la ciudad. Se trata de un evento que data de 1909, en el que las concursantes son jóvenes anglosajonas de elite. Los patrocinadores pertenecen a una asociación social masculina: la orden del Álamo. El derecho a la corona se gana, en este caso, como símbolo de prestigio y estatus socioeconómico. En la investigación de Thurgood se explora el proceso de afirmación de la identidad de la elite y los linajes familiares del lugar. De acuerdo con el autor, el evento ayuda a delimitar y reafirmar el estatus económico y la jerarquía social existentes: "la coronación se basa en las percepciones americanas de la realeza inglesa y de la aristocracia europea. Provee un ritual anual secular alrededor del cual se comparten valores y se actualizan las relaciones sociales" (Thurgood, 1993:178). Un enfoque interesante sobre las imágenes de las mujeres con poder, a través de los concursos de belleza en Filipinas, se encuentra en el libro de mina roces (1998), Women, Power and Kinship Politics. Female Power in Post–War Philippines. La autora sostiene que, sin descartar la importancia que desempeña el estado en la construcción de imágenes de poder femenino, su estudio destaca la participación de otros agentes sociales –como los medios masivos de comunicación (global media)– en esa construcción.4

Por nuestra parte, hemos abordado el estudio de la elección de reinas de belleza a través de seis fiestas tradicionales de México. De cada una de ellas destaca algún aspecto social particular y ofrecen, en conjunto, ventanas antropológicas privilegiadas para observar aspectos de la cultura difícilmente aprehensibles desde otras vías. A través de la fiesta, el certamen y la coronación, se muestran –aun de manera sesgada o encubierta– elementos de la estructura y características específicas de la comunidad en cuestión, señalando pistas sobre los mecanismos de invención, reelaboración o refuncionalización de pautas culturales significativas. Su riqueza es prácticamente inabarcable; permite observar, por ejemplo, algunos de los mecanismos de obtención de prestigio, lealtad y poder; encubre (y descubre) estrategias de posicionamiento en el mercado matrimonial; muestra cómo las jóvenes adquieren entrenamiento para escalar en la carrera de las Misses (Nuestra Belleza México sería la meta dorada) o, al menos, para incursionar en el nicho del empleo de las edecanes.5

A través de la Fiesta de las Flores y la coronación de su reina, festividad que celebra la comunidad latina año con año durante el verano en El Paso, Texas, trataremos de explorar sobre su origen, función y significados posibles. Destaca, sin duda, como su aspecto central, el papel que desempeña en la organización de la fiesta la liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (League of United Latin American Citizens –LULAC–). Entre las preguntas que surgen encontramos, como principales, las siguientes: ¿puede decirse que la Fiesta de las Flores es un ejemplo del planteamiento de Huizinga (2000:259), donde se emplean formas lúdicas más o menos de forma consciente para encubrir un propósito de la sociedad o la política: un "juego falso"? ¿o se trata, más bien, de un juego de símbolos que importa y exporta elementos culturales para construir un sentido de identidad binacional en el marco de cierta atmósfera hostil para esta minoría étnica?; ¿un performance que permite ejercer una práctica política mucho más amplia que la estrictamente partidaria?6

 

Latinos en El Paso

En la Fiesta de las Flores confluyen, al menos, dos grandes vertientes culturales. La primera se refiere a la historia de la comunidad latina en El Paso, acompañada de sus características económicas, sociales y culturales. La segunda se relaciona con la vinculación que esta comunidad mantiene con el país y la cultura de origen.

El Paso es una localidad fronteriza gemela de Ciudad Juárez, Chihuahua. Antes de la anexión de Texas a estados unidos en 1845 –acción que precipitó la guerra con México que desembocaría en el Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848–, el estado pertenecía a la república mexicana. En consecuencia, los descendientes de un antiguo núcleo de pobladores hispanoparlantes conforman una parte de la actual comunidad latina de esta ciudad. Con las distintas oleadas migratorias, registradas a lo largo de siglo y medio y que no se detienen hasta hoy,7 más de 80 por ciento de sus 724 217 pobladores8 pertenecen a esta comunidad. La problemática social de los latinos en El Paso cuenta, así, con una larga y compleja historia. Sólo a manera de ejemplo, baste señalar la pérdida de tierras y poder político que afectó a las familias mexicanas desde la delimitación de la línea fronteriza a mediados del siglo XIX; la falta o ausencia de derechos de ciudadanía de los latinos hasta bien entrado el siglo XX;9 la discriminación de la que ha sido objeto la comunidad hispana en el acceso a los servicios como peluquerías, cines y transporte, y que no empieza a modificarse en su favor sino hasta la cuarta década del siglo XX.10 Por lo demás, no parece exagerado señalar que, hasta hoy, los latinos forman parte del estrato socioeconómico menos privilegiado: "Por cada dólar de riqueza neta en una casa encabezada por un blanco, sólo se tienen 13 centavos en una encabezada por una minoría" (Vick, 2008). En El Paso, 24.9 por ciento de la población vive por debajo de la línea de la pobreza (U.S. Census Bureau, 2009).

La vinculación con México, sus costumbres y cultura, no obstante, se ha mantenido y quizá se refuerza día con día. Esto ocurre, por un lado, en razón de la interrelación que efectivamente tiene lugar entre los pobladores de origen latino y el contacto directo con los recién llegados: inmigrantes que importan hábitos, rituales y prácticas (como las fiestas de las que ya hablamos) que pronto se incorporan, tal cual o transformadas. En la actualización de este vínculo, también desempeñan un importante papel los cotidianos cruces al otro lado, así como los viajes eventuales a diversas regiones de México.11 la conexión con "lo mexicano", por otra parte, se alimenta, además, de un imaginario social, producto de una elaboración propia, más o menos basada en elementos culturales de la nación de origen. Como se ha documentado, la condición de región fronteriza conforma una variable que influye en el contenido de los productos culturales, tanto como en su consumo (Padilla y Pequeño, 2008).

La iniciativa y la organización de la Fiesta de las Flores recae en una organización ciudadana que ha tenido una importante influencia entre la comunidad latina de El Paso.

 

La organización

La League of United Latin American Citizens (LULAC) es una de las organizaciones ciudadanas más importante y de más larga historia en estados unidos.12 Su fundación data de 1929, el año de la Gran Depresión, que ocasionó las deportaciones masivas de trabajadores indocumentados a nuestro país, así como las campañas discriminatorias en su contra.13 En nivel nacional, esta organización cuenta con 700 agrupaciones territoriales llamadas concilios (o concejos). Son agrupaciones autónomas, sin fines de lucro y responsables de recabar sus propios fondos. La sede de LULAC se encuentra en Washington, y sus integrantes se reúnen en convenciones anuales donde, entre otras actividades, discuten los temas prioritarios para la liga. En 2007 se celebró su 78ª edición en la ciudad de Chicago y, de acuerdo con la declaración de su directora nacional en ese año, rosa rosales, entre las principales cuestiones que les ocupan se cuentan la reforma migratoria, la educación para los derechos de la salud de las mujeres y los derechos civiles. Los objetivos de LULAC se orientan a promover el avance de las condiciones económicas, de influencia política, la salud y los derechos civiles de los hispanoamericanos a través de programas de base comunitaria (véase <http://www.lulac.org>).

La presencia de LULAC en el estado de Texas destacó durante la Segunda Guerra mundial, cuando desempeñó un importante papel en la sanción legal contra prácticas discriminatorias que se ejercían contra los pobladores hispanos (Guglielmo, 2006). En la ciudad de El Paso hay actualmente ocho concejos o concilios. El número 132 es el encargado de organizar la fiesta. El interés social y político de la liga queda de manifiesto en el siguiente comentario de un entrevistado:

Estamos siempre peleándonos por las viviendas, la migración, la discriminación, el acceso al sistema jurídico. Precisamente, muchos de los lulaicos nos convertimos14 porque no nos gusta cómo está la situación social, política, y ahí empezamos a juntarnos y nuestra proposición se refleja organizándonos, uniéndonos a una organización, LULAC, y ahí sacamos nuestra frustración, vamos a hablar con los gobiernos, hacemos los boicots y protestas, las marchas, hacemos lo que sea necesario, gritamos, lloramos [...] lo que sea.15

En el ámbito nacional, LULAC se desempeña activamente en el plano político cercano al Partido Demócrata. No casualmente Hillary Rodham Clinton fue conferencista de honor en su Conferencia de Mujeres de 2006.

Los vínculos con la política mexicana, al parecer, tampoco se dejan de lado. De acuerdo con Ray Mancera, Héctor Flores, presidente nacional de LULAC en 2003, en su visita al festival comentó que mantuvo pláticas con el presidente Fox para presionar por una solución al problema de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez. En los comunicados de prensa que LULAC emite, se puede notar la importante presión que ejerce (o intenta ejercer) sobre aspectos de la agenda migratoria, defensa de mexicanos o latinos condenados a muerte, contra sanciones a estudiantes por no hablar inglés, etcétera.16

En contraste, LULAC 132 no establece relaciones institucionales con México, Chihuahua o Ciudad Juárez. Su relación se da con representantes del gobierno de estados unidos:

donde estamos [se refiere al local] precisamente pertenece al gobierno y nos han dado ciertas ventajas y una de las razones es que somos una organización no de lucro... Cuando tenemos la mayoría del gobierno se facilita mucho... Tenemos una buena relación con el gobierno del condado y también con el gobierno de la ciudad... También hay apoyo empresarial, la Ford... La lista de patrocinadores es inmensa (entrevista con Ray Mancera).

Y es que el gobierno ve estas actividades como "muy favorables porque cualquier gobierno busca que haya eventos donde las familias se distraigan, que salgan a una distracción" (entrevista con Ray Mancera).

A lo largo de las entrevistas y a propósito de la celebración de la fiesta, destaca la educación como uno de los temas centrales de LULAC:

Nosotros tenemos que competir con los americanos. Los padres de nosotros eran de rancho, vivían en hacienda y cuando llegaban a los estados unidos no estaban bien educados. LULAC quiere educar a todo el público mexicano–americano, ayudarlo en lo que pueda, porque el futuro de LULAC depende de nuestra gente [y es que] el gobierno federal ayuda a los mexicanos como ha ayudado a otros programas... y nosotros tenemos que hacer lo que podamos para ganar nuestra partecita. Deben ayudar a nuestra gente tanto como le ayudan a todos los demás, a los negritos o a la gente blanca. Así nosotros, los morenitos,17 también tenemos que agarrar nuestra parte que nos corresponde como ciudadanos y como personas que pagamos taxes, impuestos, como cualquier otro grupo... Tenemos que hacer todo lo que podamos para progresar y para aprender a controlar no nada más lo político, lo económico, lo educativo...18

En ese mismo sentido se destaca, como uno de los objetivos, el promover la cultura. La Fiesta de las Flores y la coronación de la reina se ubican en este marco: "reconocer la belleza que tenemos en nuestra gente, en la belleza que existe en la mujer, mexicana o latina. Siempre y cuando sea latina, puede participar" (entrevista con Ray Mancera).

Queda clara, pues, la importancia que se otorga al sentido comunitario expresado en nuestra gente, a pesar de las diferencias que puedan derivar del tipo de inmigración de que se trate, o aun del origen regional o nacional en cuestión. El término latino o hispano extiende la noción de comunidad más allá de los mexicanos, una noción que abarca la amplia gama de origen de los inmigrantes (o antiguos pobladores) de habla hispana. En esta distinción del nosotros frente a los otros, el color de la piel, el aspecto físico o fenotipo, desempeñan un importante papel: los negritos, la gente blanca, nosotros los morenitos.

Cabría tal vez interpretar el uso del diminutivo con cierta orientación de minusvalía. Con todo, elementos de contexto permiten afirmar que no es esa la connotación que el entrevistado otorga al término. La disputa por los recursos estatales, por lo demás, se inscribe dentro del estricto sentido de la política en tanto espacio de negociación donde se decide a quién le toca qué. Conviene destacar que este rasgo de carácter político se ejerce desde un espacio de interés público acotado a una comunidad que responde a un imaginario en construcción: los morenitos pueden abarcar a latinoamericanos, mexicano–americanos, a migrantes recientes o a población de origen latino o hispanoparlante de segunda o tercera generación.

Sobre los objetivos de la Fiesta de las Flores, Ray Mancera señala:

la razón... fueron varias, pero se pudiera decir que una es saber encontrar un método para recaudar fondos. Es mucho trabajo; los miembros del Concilio terminaremos agotados, pero cuando vemos el reflejo de lo que hemos hecho es cuando llega el momento de otorgar las becas. Nosotros, en promedio, damos 40 000 dólares al año en becas a la comunidad.

La opinión de las jóvenes concursantes entrevistadas en relación con la organización fue positiva. Con todo, ninguna aludió a su papel como grupo de presión o cosa parecida. Para ellas, los organizadores de la Fiesta de las Flores son "un grupo de señores hispanos, un club que representa a los latinos y son los que se encargan de la fiesta"; "LULAC es un club muy bien organizado por la comunidad latina".

Marcelo Campos19 comentó también acerca de la organización:

Las jóvenes escogen un estado de México y así son seleccionadas. Entonces es responsabilidad de ellas estudiar ese estado, la historia, la cultura, el vestuario de las mujeres de ese estado. A ellas se les da información; nomás eso. Tienen que estudiar la historia del estado que les seleccionaron. Si es Chihuahua, tienen que estar preparadas porque los jueces les pueden preguntar cosas que tienen que ver con el estado de Chihuahua.

En la Fiesta de las Flores está presente también "el entusiasmo de la celebración de la cultura mexicana" (entrevista con Marcelo Campos). El término utilizado usualmente es latino o spanish.20

Los recursos económicos se obtienen por medio de apoyos gubernamentales, la venta de boletos, la renta de locales a los patrocinadores para venta de comida y, de manera importante, el torneo de golf. En este último se inscriben estadounidenses anglosajones de la elite económica local (entrevista con Jesús Saavedra). Como se puede ver, el impacto de la fiesta y su organización abarcan un amplio espectro de la población de la zona. Así, se tejen redes y alianzas más allá de los límites –por lo demás, difusos– de la comunidad latina. El contacto personal encaminado a la obtención de recursos involucra a otros sectores sociales y gubernamentales en los eventos. Este contacto se establece cada año, con lo cual, probablemente, se trenzan alianzas utilizables no necesariamente circunscritas a motivos festivos.

 

La Fiesta de las Flores

Como se ha dicho antes, el Concilio número 132 de El Paso (uno de los ocho que hay en la ciudad) tuvo la iniciativa de organizar por primera vez, en 1953, la Fiesta de las Flores. Desde entonces lo sigue haciendo año con año en colaboración con otros concilios de El Paso y el estado de Texas. Al inicio se trató de una pequeña fiesta en una iglesia, a partir de la cual creció hasta convertirse en la gran fiesta que hoy se celebra en el parque de El Chamizal21 y el Coliseo de El Paso. Es interesante notar que su origen tuvo lugar durante la posguerra, cuando los gobiernos de México y estados unidos firmaban los famosos convenios de braceros, precisamente un año antes de la operación Wet Back, mediante la cual el gobierno estadounidense repatrió a un importante número de trabajadores indocumentados.22 Sin que se pueda afirmar con certeza, tal parece que las condiciones de hostilidad contra los latinos desempeñaron un importante papel en la instauración de esta tradición festiva. No casualmente el ritual religioso forma parte de la celebración hasta hoy: "tuvimos una misa [el 14 de agosto de 2003 en San Pío]23 y pedimos y fuimos a darle las gracias a la Virgen de Guadalupe [para] que nos ayude... también el adiós a nuestra reina porque es también de San Pío". "la misa de acción de gracias... agradecer el darnos la fuerza de seguir en el certamen y pedirle que nos vaya bien en los próximos días".24

El anuncio de esta fiesta aparece como atractivo turístico de la localidad en los calendarios de fiestas y actividades que pueden encontrarse en internet: "uno de los más grandes festivales de El Paso es el festival anual de las Flores, conocido por sus entretenimientos principales, el concurso de la reina y el campeonato mundial Torneo de Huacha".25 en la página web de LULAC (<http://www.lulacelpaso.org/>) se anuncia como "el más importante evento para mantener vivas las tradiciones y la herencia hispánica en nuestra comunidad". A esta festividad asisten y participan en ella –se dice– todos los estratos sociales de la ciudad, así como visitantes de los estados vecinos, como Arizona y Nuevo México, sin olvidar a los de Ciudad Juárez, México.26 la fiesta inicia en abril con un torneo de golf, en el que participan 45 equipos masculinos. En agosto "jovencitas (young ladies) compiten por el título de Fiesta Queen por medio de la demostración de sus talentos en locales comerciales (malls) de los patrocinadores" (entrevista con Ray Mancera). La presentación formal tiene lugar durante el segundo fin de semana de agosto en el Teatro de la Memoria Nacional en el parque de El Chamizal. Este evento de gala otorga a las candidatas la oportunidad de presentarse en la ciudad de El Paso y adquirir confianza y equilibrio antes de desfilar ante el público y los jueces.

La fiesta, propiamente como tal, es un evento que dura cuatro días, durante los cuales se presentan personajes reconocidos del mundo de los espectáculos, grupos de mariachis, danzas folclóricas y bandas locales. Las concursantes al reinado, que representan distintos estados de México, se presentan con atuendos regionales típicos también cada noche. El domingo, significativamente un día antes del Día del Trabajo, tiene lugar la selección de la reina. Ésta, así como las dos finalistas del segundo y tercer lugar, reciben una beca para asistir a una institución de educación superior de su elección.

Sobre la celebración realizada en 2002, se podía leer en el diario El Norte ("Vive este fin de semana la Fiesta de las Flores", 2002):

El popular Baile de las Flores dio inicio ayer viernes 30 de agosto con la celebración que será adornada por el desfile de las grandes luminarias como Lucero, Conjunto Primavera, Límite y Alicia Villarreal (como solista), entre otros. Este año el festejo es aún más especial, pues celebra su 50 aniversario, por lo que se espera que sea más emotivo, pero no menos divertido que en anteriores ediciones.

Por su parte, El Paso Times (2002:3F) narraba: "Diecinueve jovencitas compitieron por el título de Fiesta de las Flores Queen [...] en el centro de convenciones de El Paso. La ganadora fue Tiffany [sic] Sophia Sedano, de 16 años y estudiante del Franklin High School, hija de Chris Sedano y Jesús Lorenzo Sedano".

En varias entrevistas realizadas un año después (2003), se expresó la emoción de ese 50° aniversario, en el que hubo un gran desfile alegórico por las calles de la ciudad, con la participación de artistas de renombre en los conciertos y bailes organizados. En esa ocasión asistieron "desde la primera reina" y muchas de quienes participaron en el certamen a lo largo de esos años.27

En 2003, la celebración tuvo lugar del 29 de agosto al 1 de Septiembre en el Coliseo 4100 La Paisana. Para el certamen se erigió un podio en un gran descampado, lejos de edificios y a escasos kilómetros del puente que marca la frontera con Ciudad Juárez. Numerosos juegos mecánicos, diversos puestos de venta con artesanías, así como de comida y bebida, recordaban alguna quermés. Viento, algo de polvo y mucho calor fueron las características de esos días.

 

Las concursantes

La motivación expresada por las concursantes consiste, básicamente, en la beca que se otorga para realizar estudios universitarios. También se menciona que "el concurso abre varias oportunidades" o "se abren muchas puertas" (algunas comentaron que reciben ofertas de contratación como modelos para anuncios comerciales, por ejemplo). El primer premio son 1 000 dólares, el segundo 600, y el tercero 400.

La mayoría se enteró y se animó a participar al escuchar la convocatoria en el radio o por medio de amigas, aunque relatan que "ya sabían" porque "el certamen ya lleva varios años y es una tradición aquí en El Paso, que deberíamos seguir todas las muchachas".

Todas las participantes nacieron en El Paso y, aunque sus familias son de origen mexicano, la mayoría de ellas se expresaban mejor en inglés que en español; algunas mostraban problemas e inhibición para comunicarse en esta lengua. Aunque una de las participantes ya había concursado en ediciones anteriores, la mayor parte de las entrevistadas lo hacían por primera vez.

La alegría de las jóvenes dominaba en el evento: "yo sé que hay mucha competencia entre nosotras... todas bien bonitas... pero en vez de separarnos, nos hicimos más unidas, y ahí nos decíamos: 'mira, esto no se te ve bien o esto sí te queda'... y se me hace que nuestro grupo se unió más... yo digo que es lo más bonito de compartir con las muchachas". El sentido de unidad prevalecía sobre el de competencia.

Han aprendido cosas: "Nos ayudaron a hablar enfrente de toda la gente... también han ayudado a desenvolverse a cada quien y también aprenden a caminar correctamente... cómo arreglarse, pintarse,28 la pose...".

Sus familias las apoyan. Incluso una participante comentó: "querían que estuviera y a mí me daba mucha vergüenza... para este año yo vine porque quería, y están muy orgullosos". Otra dijo: "Pues mi mamá no lo podía creer porque soy muy tímida, pero mi tía fue la que nos metió, a mí y a mi prima, y mi mamá y toda la familia nos apoyan a las dos". Y otra más: "Mi mamá me apoya mucho porque ya son varias veces que me meto a concursos de belleza (Miss El Paso, Miss Latina)". Sobre la reacción de sus amigos comentaron: "sí les gusta [que participemos] porque mis amigos son de México y Chihuahua".

La reina del año 2002, Tifani Sedano,29 cuenta su experiencia: "muchas actividades con los niños, por la importancia de la educación, hablar con ellos. LULAC tiene muchos programas y nomás nos llama; la importancia de la cultura y de la comunidad". Interrogada sobre la actividad más importante del año: "no sé, con todos los niños, cada semana tenemos pláticas y cada fin de semana... aprender a platicar en público para comunicar para la posteridad [sic], para representar a la comunidad hispana, vas perfeccionando". Comentó el apoyo recibido de su mamá: "me decía 'tú puedes hacerlo y nada más tienes que rezar y Dios te va a ayudar'... Ella siempre me apoya". Tifani se presentó a concursar por la beca, pues son tres hermanas, y pagar por el estudio de las tres era mucho para su familia.

Lilia Montelongo fue finalista en 1995 y reina en 1996. Ella relata:

ha sido una experiencia muy positiva para mí. Los miembros [de LULAC] han apoyado a las muchachas. Yo cada año venía a ayudar de una forma u otra durante la coronación o parte de la fiesta. La señora que estaba antes con las muchachas se tuvo que ir a otra parte, así que me preguntaron si yo quería ser parte de organizar a las muchachas este año.

A continuación se transcriben algunos comentarios de Lilia Montelongo sobre su propia experiencia:

Estábamos muy contentos; mi familia estuvo aquí, claro, apoyándome. También participé el año anterior... El traje que tenía la reina que ganó este año se lo presté porque ella no tenía un traje mejor. Yo lo hice y todos los dibujos son pintados. Así estaba mi familia, dos o tres de la mañana, trabajando con el vestido, terminándolo para la fiesta. Yo tenía esos trajes y muchas no tenían, así es que yo se los presto [...] mi familia siempre estuvo apoyándome, igual que mis patrocinadores. Ese año estuvieron en todos los eventos, igual los alumnos de mi salón estuvieron en el certamen. mi maestra salió en el periódico, y ellos30 hasta traían los recortes de periódico, y en el desfile los traje a ellos y estuvieron conmigo.

Y añade sonriente: "sí, muy emocionada, y ese día se puso el aire muy feo, y cuando acabó la fiesta y apagaron todo se soltó el aguacero". Entre lo más destacado de su reinado, rememora la fiesta para agradecer a los patrocinadores y a las personas que ayudaron a organizarla, eventos en escuelas con niños y jóvenes, un banquete cuando se entregaron las becas, y el torneo de golf.

 

El proceso del certamen

Se pueden presentar jóvenes de 17 a 25 años de edad y deben ser estudiantes universitarias o graduadas de preparatoria. Se les pide, como requisito, que hablen español y que los padres o sus parientes sean de origen mexicano. Además de la edad, es muy importante que estén estudiando "y tener planes para continuar sus estudios porque, claro, la que se gana la beca, y toda la fiesta es para recaudar dinero para la beca... que no hayan estado casadas, no tengan hijos" (entrevista con Lilia Montelongo).

El señor Marcelo Campos, presidente de LULAC 132, señala acerca del requisito de ser de origen mexicano:

algunos preguntan por qué y mi respuesta es por qué no. muchos otros grupos ayudan a su gente joven con becas y todo eso. Nosotros lo hacemos a los hispanos. Tenemos un porcentaje muy alto de jóvenes que no acaban la escuela, que se salen a trabajar. Son un porcentaje muy bajo los que siguen el colegio. Entonces por eso lo hacemos... Es parte de la oportunidad a la comunidad, a los hispanos, a las mujeres... porque tienen que competir en educación.

Se busca, según Ray Mancera, "que sepan que son bonitas, que son queridas, que pueden hablar y participar como cualquier mujer".

Tras inscribirse, las jóvenes buscan un patrocinador que colabore con los gastos del vestuario. Las concursantes eligen un estado de la república mexicana, y luego buscan el traje tradicional de ese estado. La mayoría lo compran, otras lo rentan, las menos lo hacen ayudadas por sus familias o compañeras, o lo consiguen prestado.

Cuando se les preguntó sobre el significado del traje, las concursantes comentaron:

Cada participante es de origen hispano... representamos nuestro origen, que viene siendo mexicano. Cada una de nosotras tiene un poquito de mexicana y creo que de eso se trata el certamen: de representar esa cultura mexicana, a la vez que la cultura americana, que viene siendo la de aquí, la de El Paso.

Respecto a su conocimiento sobre México y los estados que ellas representan, afirman que "eso es un requisito saber y relacionarnos con el estado que representamos... toma su tiempo estudiar sobre el estado".31

En cuanto a su origen, muchas de las participantes señalaron que su familia viene de Chihuahua, el estado mexicano fronterizo con El Paso. Una de ellas dijo que su padre era de Hawai, y otra, que sus padres nacieron en Texas, uno de ellos en El Paso.

La preparación en la convocatoria del año 2003 la llevó a cabo la ex reina de 1996, Lilia Montelongo:

yo empiezo a trabajar con ellas a primeros de julio y tenemos juntas como una vez por semana, y en cada diferente junta tocamos diferentes aspectos sobre maquillaje, cabello, peinados, cómo caminar, cómo contestar preguntas. Las preparamos durante todo este tiempo para este último evento, y luego también planeamos muchos eventos dentro de la comunidad, diferentes presentaciones. Tienen mucha oportunidad para estar con el público y anunciar la fiesta para que todos vengan aquí.

Con anterioridad a la feria y como preparación para el certamen de reinas, se llevó a cabo la fiesta Viva El Paso, en la cual todas las aspirantes se presentaron vestidas de blanco. Otra actividad consistió en ir al juego de béisbol de los Diablos, donde saludaron a la gente. También estuvieron en las estaciones de radio la Ke Buena y A la Cama 7.50, y concluyeron su preparación presentándose en el Coliseo, coincidiendo siempre la fecha con el Labor Weekend.

En otros años se ha celebrado un desfile por la ciudad, con motivo de la Fiesta de las Flores; sin embargo, en la edición 51, en 2003, éste no tuvo lugar debido a que "los gastos para organizar el paseo por el centro de El Paso son muchos; tenemos que pagar permisos [...]" (entrevista con Marcelo Campos). No obstante, en esta ocasión se organizaron un baile para la tercera edad y actividades con niños. También hubo un torneo de huacha, cuyo premio consistió en 1 000 dólares.

Antes se realiza una cena de gala que, en esta ocasión, tuvo lugar el 8 de agosto, y en la cual las jóvenes fueron presentadas formalmente. El fin de semana siguiente tuvieron entrevistas con los jueces del certamen sobre lo que hacen y su proyecto de vida. Entre las profesiones para las que se preparan o piensan prepararse se cuentan: agente de FBI ("estoy estudiando criminología"), enfermería, medicina, leyes, dentista, educación bilingüe, psiquiatría y pediatría.

Los jueces son personas de la comunidad, profesionistas o propietarios de negocios. La reina de 1996, en funciones de organizadora, señala al respecto:

yo busco diferentes miembros de la comunidad y tener un grupo variado. Por ejemplo, este año tenemos un dentista, una doctora, una enfermera, uno que está en educación, otro en negocios... yo quiero un grupo muy variado, de todas las condiciones porque hay muchachas que tienen diferentes ambiciones, así que quiero que puedan hablar de los diferentes temas y puedan contribuir a la fiesta... yo busco a diferentes personas, y durante el año que conozco a alguien [le digo], "tú podrías ser una buena persona para ser jurado", y entonces eso voy haciendo durante el año. Para el tiempo del verano tengo más o menos quién me ayude.

Los patrocinadores del evento son empresas y empresarios que ayudan a las jóvenes. Por ejemplo, a la reina de 2002, Tifani Sedano, la apoyó económicamente un vecino propietario de negocios de ropa en Ciudad Juárez.

La reina del año 2002 considera que la decisión

legalmente depende de los jueces, pero están buscando una niña que pueda hablar los dos lenguajes, que sea una persona de la comunidad que sepa hablar con las personas y también que pueda representar a la comunidad, porque es muy importante que si vas a ir a un lugar tienes que estar ahí por LULAC, pero también por ti misma.

Y es que la belleza física "en una parte sí importa pero no tanto; no es la única cosa; como que hay cien cosas que se tienen que cumplir para ganar, y esa nada más es una de ellas... cuando dicen que están buscando belleza, pero más de la personalidad". La reina de 1996 añade: "no nomás una cara bonita; no es lo que estamos buscando. Buscamos a alguien que quiera continuar sus estudios y tenga ambición para seguir adelante; no nomás por el físico".32

En el año 2003 ganó una joven con rasgos indígenas o mexicanos y tez morena (Amanda Montalvo); sin embargo, el premio del año anterior fue otorgado a una joven blanca y de origen español, por lo que, al parecer, los rasgos indígenas no son algo importante; es más importante el atuendo regional mexicano.

 

La feria y la coronación

Para la fiesta de 2003 se registraron 15 concursantes, aunque en otros años el número había sido de alrededor de 20. Los estados de México mostrados en su atuendo incluyeron a Chiapas, Veracruz y Chihuahua. Una de ellas portaba un modernizado y algo atrevido traje azteca.

Las jóvenes se presentan el día del certamen y, desde el estrado y ante el micrófono, mencionan su nombre y edad. Los jueces formulan preguntas, que deben ser respondidas en la lengua utilizada por ellos, sea inglés o español. También evalúan el atuendo. Algunas preguntas giran en torno a los planes de las participantes, los problemas de la comunidad, cómo representarían a El Paso, o sobre el estado de México que representan. Para la coronación se selecciona a siete de las concursantes, luego a cinco, y finalmente a tres, de entre las que se elige a la ganadora. El jurado se basa en el desempeño de las jóvenes en las actividades previas, algunas de las cuales ya se mencionaron antes: "salieron bailando en televisión con sus trajes regionales. Tuvieron una entrevista en el escenario y también salieron modelando con vestidos de noche. Desde allí ya estaban acumulando puntos. Es por ello que en la noche del viernes 29 ya se tenía el nombre de las siete finalistas" (entrevista con Lilia Montelongo).

El momento culminante consiste, claro está, en la transmisión de la corona de la reina de la fiesta anterior a la siguiente: "el 51 aniversario de la Fiesta de las Flores, mi nombre, Tifani Sedano, tengo 18 años de edad y este año he tenido el gran honor de representar a LULAC, Concilio 132, como su reina". Así inicia la celebración de la coronación; la joven repite en inglés lo dicho anteriormente y, emocionada, llora un poco. El conductor del evento se dirige a ella enfatizando: "Gracias, congratulations, Tifani, nuestra reina saliente de la Fiesta de las Flores". Luego la llama para que deje el centro del escenario y la despide con la diana, ejecutada por un mariachi. Aparece entonces Amanda Montalvo, la nueva reina, quien también llora emocionada. El conductor grita: "¡Viva la Fiesta de las Flores y vivan las candidatas a la Fiesta de las Flores! ¡La nueva reina: Amanda Montalvo!".

Amanda Montalvo tiene 19 años y estudia en la Universidad de Texas en El Paso. Sobre su triunfo declaró: "me siento muy orgullosa de estar en LULAC, de ser la reina de las Flores, mi primer pensar... no podría ni hablar". Sobre su futuro año de reinado dijo que trataría de combinar actividades: "mi escuela es muy importante para mí, y mi familia es el número uno. El ser reina es un honor, estoy muy contenta". Su paso por el concurso y su trabajo de entrenamiento, nos dice, le sirvieron para hacer amigas.

 

A manera de conclusión

Como se mencionó al inicio de este artículo, la posición del feminismo ha sido más bien crítica o ambivalente, aunque en años más recientes, los estudios de género parecen abordar este orden de problemas con mayor apertura.33

En el estudio en torno a las reinas en las festividades populares, salta a la vista la emotividad del asunto, por supuesto, rodeada de otros aspectos, tales como los fuertes lazos de relaciones de parentesco y amistad; la colocación del fenotipo mexicano en el centro de la fiesta; la voluntad por mantener la identidad étnica y comunitaria; el aspecto religioso, turístico o comercial de la celebración, y, por supuesto, el significado social y personal de convertirse en reina.

Más allá de circunscribirse a una comunidad latina con coordenadas espacio–temporales y a la celebración de la elección de reina en una feria concreta, este trabajo puede ubicarse entre estudios sobre las migraciones y la cultura popular. El primer término debe considerarse, no obstante, en un sentido laxo, ya que la comunidad latina de El Paso involucrada en la fiesta (como organizadores, jóvenes concursantes, público o patrocinadores) puede haber nacido en estados unidos y, tal vez, no hablar español.

Entre los aspectos más importantes de la Fiesta de las Flores y la elección anual de su reina, podríamos decir que:

1. El motivo de las jóvenes concursantes consiste, básicamente, en la obtención de la beca para apoyar sus estudios superiores, al tiempo que se divierten y hacen amistades. Sus puntos de vista se alejan, sin duda, de los expresados por los organizadores, que tienen una clara connotación social y política. Con todo, las jóvenes se acercan, en una atmósfera de reconocimiento y valoración, a un imaginario sobre la cultura que les otorga identidad. Por otro lado, las actividades programadas durante el proceso de selección, así como las que realizan durante el año de reinado, las conectan con ámbitos sociales y políticos a los que difícilmente accederían si no fuera por el rol que desempeñan en la fiesta.

2. La función para sus organizadores es, por un lado, la reproducción de tradiciones mexicano–estadounidenses con objeto de unir simbólicamente a la comunidad hacia el interior y fortalecerla hacia el exterior, una estrategia que echa mano del carácter lúdico de la competencia (de belleza, huacha o golf) para manifestar su fuerza y presencia ante el gobierno de la ciudad y el del condado. La recaudación de fondos y su orientación hacia la educación de las mujeres jóvenes latinas expresa bien parte de los objetivos sociales de la asociación.

3. Para los asistentes y participantes, el sentido consiste, al parecer, en tomar parte en momentos de juego, relajamiento y diversión, disfrutando de la posibilidad de refrendar su pertenencia a una comunidad con un pasado y un futuro comunes. Si bien se realiza la coronación de una reina de la fiesta de manera tradicional, reinventando orígenes que en realidad poco parecen importar, el premio es para el mejoramiento de la educación de las jóvenes integrantes de la comunidad latina, lo cual también tiene la capacidad de dar ejemplo de que las jóvenes sí pueden y deben estudiar y acceder a la educación superior.

Esto último es importante destacarlo, ya que en este tipo de celebraciones en México, los premios consisten en viajes y cosméticos, pero nunca se ha pensado en potenciar los estudios de las concursantes, a pesar de que es frecuente que las jóvenes que participan sean estudiantes.

Desde nuestro punto de vista, el caso descrito reviste especial interés en tanto que permite observar, en una fiesta (evento lúdico por excelencia), el entrecruzamiento de intereses, formas y objetivos "más serios". Se tienen así, por un lado, elementos de diversión y entretenimiento. En este sentido, el certamen y la coronación de la reina no es otra cosa que un juego: simulación y representación festiva de un acto de distinción y consagración ("como si").34 implica, de igual modo, la competencia entre varias jóvenes, que se atienen a ciertas reglas. La puesta a prueba de las virtudes por considerar (belleza física, atuendo, porte, conocimientos, facilidad de expresión) se exacerba en medio de la tensión y la incertidumbre por el resultado (no deben sorprender, así, las lágrimas que derraman las concursantes): "Nos apasiona tanto salir gananciosos que ello amenaza con disipar la ligereza del juego" (Huizinga, 2000:69). Implica también el triunfo. Quien gana se lleva las miradas, el prestigio, el reconocimiento y, por si fuera poco, el premio en efectivo. La familia y los amigos que asisten y las apoyan conforman un equipo o porra que otorga realce e importancia a quienes compiten: son las miradas cómplices que, al mismo tiempo, avalan la equidad y legitimidad de quien gana. Comparten así, por extensión, lo que obtiene la joven reina. Por otra parte, todos estos elementos parecen cumplir un papel de otra naturaleza: la comunidad hispana muestra a la angloamericana la belleza de sus mujeres más allá del espacio acotado de su fiesta (recuérdense las pasarelas en los centros comerciales y las entrevistas en los medios). Cuando una de ellas es coronada, por extensión es la comunidad hispana la que recibe la distinción o reconocimiento. Una fiesta puede leerse, entonces, como un signo o mensaje hacia el interior y el exterior de una comunidad determinada. La repetición del evento, la construcción de éste como "tradicional" (reforzado este carácter por la celebración de los 50 años y con presencia de las ex reinas), el lucimiento de la mejor parte, etcétera, parecen dirigirse hacia la construcción/reconstrucción de un nosotros. Y hacia los otros, como una señal de una presencia activa que tiene claros, al menos, dos objetivos: en contexto racista, destacar la belleza de las "mexicanas" y, funcional y prácticamente, el importante papel de la educación de las jóvenes.

Estudios diversos sobre fiestas populares tradicionales han subrayado algunas de las funciones que éstas cumplen: paréntesis en la cotidianidad; gasto de energía más allá de los márgenes y cánones productivistas; inversión y subversión de las normas, reglas y jerarquías sociales; licencias y expresiones lúdicas que se instalan en el espacio acotado del calendario festivo. Algunas de estas fiestas, sobre todo en el contexto de subordinación cultural y discriminación racial, suelen destacar la identidad propia, solicitando que en el certamen de belleza las concursantes pertenezcan a la comunidad que festeja (así ocurre, por ejemplo, con la reina de las Fiestas Patrias de Ocotepec, Morelos). Se suele solicitar, también, que las concursantes expresen parte de sus discursos en lengua indígena. No es extraño tampoco que se delimite el fenotipo de las concursantes y el atuendo. Otros requisitos son más generalizados: cierto rango de edad, soltería y ausencia de hijos. Así ocurre en la Fiesta de las Flores, donde es el español la lengua en la que se deben expresar las concursantes. El fenotipo, en este sentido, cobra especial relevancia. Para la comunidad mexicana (o latina) de El Paso, este último elemento cumple un papel preponderante, encargado, precisamente, a las jóvenes del lugar. La autorrepresentación de la comunidad que festeja, por otra parte, se acerca tanto como puede al estereotipo de la mexicanidad. El país dejado atrás (al que probablemente nunca se regresará) es referente de raíz e historia común: símbolo identitario al interior de la comunidad, instrumentalizado o exportado como arma política. Un reclamo visual por integrar, en la memoria de la comunidad, un componente de orgullo por las características corporales reivindicadas. Una batalla más contra el racismo.

No deja de llamar la atención la aparente distancia entre la organización informal que da forma a esta nueva tradición y la actitud y percepción más bien ajena y, sin duda, despolitizada de las jóvenes concursantes.

 

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Entrevistas35

Campos, Marcelo; Mancera, Ray; Montalvo, Amanda; Montelongo, Lilia; Saavedra, Jesús; Sedano, Tifani.

 

Notas

1 El tratamiento de algunas de estas películas puede ser sarcástico, como es el caso de Little Miss Sunshine, dirigida por Jonathan Dayton y Valerie Falis (2006); o veladamente crítica pero conciliadora, como Miss Congeniality (2000), dirigida por Donald Petrie.

2 La manifestación de feministas para protestar contra el mito del Día de las madres el 9 de Mayo de 1971 en el monumento a la madre en la ciudad de México, se topó con las concursantes de Miss México que, llevadas en un camión de turismo, acudían a depositar una ofrenda en el monumento. Misses y feministas han aparecido, por tanto, como "contrincantes".

3 Entre otros títulos, se cuentan los de Banet–Wiser (1999) y Fernández y Venegas (2002a y 2002b).

4 Véase, sobre todo, el capítulo titulado "Beauty Queen, Moral Guardian, Inang Bayan, and Militant Nun: Images of Female Power".

5 Las fiestas que han sido estudiadas, hasta ahora, son: la Flor más Bella del Ejido (Xochimilco, D. F.), la Reina del Sarape (Santa Ana Chiautempan, Tlaxcala), la reina del carnaval de Veracruz (puerto de Veracruz), La reina de las fiestas patrias (Ocotepec–Cuernavaca, Morelos), la reina de la Feria de Zacatecas (Zacatecas) y la reina de la Fiesta de Xalpan (Querétaro). Sólo a manera de ejemplo, baste mencionar que el origen de estas festividades puede contrastar notablemente, desde las que surgen de una iniciativa estatal federal y vinculadas a una política nacionalista con matiz agrario, como la Flor más Bella del Ejido, en tiempos de Lázaro Cárdenas, hasta fiestas de claro origen local comunitario, donde la figura de la reina cohesiona los distintos barrios que conforman la unidad política más amplia, como es el caso de la reina de las fiestas patrias de Ocotepec. En contraste con estas dos fiestas mencionadas, la reina de la Feria de Zacatecas se vincula a un origen religioso–gremial y las jóvenes pertenecen a las familias de elite. Todas las fiestas comparten un discurso que apela a un antiguo linaje, en algunas, vinculado a tiempos prehispánicos. En este sentido, en Santa Ana y Ocotepec, las concursantes deben memorizar parlamentos en náhuatl. La puesta al día y el atractivo turístico se expresa, por ejemplo, en el atuendo: a los trajes regionales sigue el largo traje de noche y, en otra etapa de la pasarela, el paseo en traje de baño.

6 Esta primera aproximación al tema fue realizada con base en una revisión bibliográfica, hemerográfica, y observación directa durante 2003, así como aplicación y análisis de entrevistas a organizadores de la Fiesta de las Flores y a jóvenes participantes en el concurso de la reina.

No se refiere el nombre de las jóvenes concursantes entrevistadas cuando se realizaron entrevistas grupales.

7 De los pobladores entrevistados en El Paso, 26 por ciento nacieron fuera de estados unidos (U.S. Census Bureau, 2001). De acuerdo con la 2005–2007 American Community Survey (ACS) [U.S. Census Bureau, 2009], 27 por ciento de sus habitantes nacieron fuera del país y 75.7 de ellos hablan una lengua diferente del inglés (<http://factfinder.census.gov>).

8 En la 2005–2007American Community Survey (ACS) [U.S. Census Bureau, 2009], bajo el rubro Hispanos o Latinos (cualquier raza) se registra a 81.3 por ciento de la población.

9 "Uno de los primeros casos que involucró los derechos civiles de los tejanos ocurrió en 1896 cuando Ricardo Rodríguez, un mexicano que había vivido en San Antonio por diez años acudió al juzgado federal para obtener la aprobación final a su petición de ciudadanía y derecho al voto. En 1897 el juzgado dictaminó a su favor, afirmando legalmente el derecho al voto de los téjanos varones" (Acosta y Winegarten, 2003:61). Para un breve pero interesante panorama sobre las complejas y conflictivas relaciones entre Ciudad Juárez y El Paso, véase "Una narración histórica: los primeros cien años en las relaciones Juárez–El Paso" (Orozco, 2008).

10 Guglielmo (2006) analiza detalladamente la lucha de los latinos, durante la segunda posguerra, por obtener derechos de ciudadanía con base en la disputa por la clasificación racial. La liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos formó parte de esa lucha, de acuerdo con el autor.

11 Es interesante, en este sentido, el análisis que elaboran Padilla y Pequeño (2008) con base en las anécdotas de cruce cotidiano fronterizo de estudiantes de Ciudad Juárez inscritos en la Universidad de Texas en El Paso. Documentar el impacto cultural del contacto constante entre pobladores mexicano–americanos y mexicanos en ambos lados de la frontera ha sido de interés central para una muy amplia bibliografía especializada. Con todo, tal parece que los estudios orientados en ese sentido avanzan a partir de enfoques cualitativos y etnográficos, de manera que cuantificar con precisión ese impacto sería, en el mejor de los casos, una tarea pendiente.

12 Zabin y Escala (2002) estudian la participación de los mexicanos inmigrantes en organizaciones de base voluntarias (grassroots organizations) en estados unidos. Entre las más de 170 organizaciones registradas en el consulado mexicano en los Ángeles ubican a LULAC. En su análisis, los autores destacan la vinculación entre aquéllas y sus líderes a través de las fiestas de gala y coronación de las reinas. Desde su punto de vista, estas organizaciones proporcionan un lente a través del cual explorar los temas más amplios que conciernen a los tipos de cultura cívica y de instituciones que están construyendo los inmigrantes mexicanos en estados unidos y, por tanto, su potencial de participación en la cultura cívica norteamericana y su vida política.

13 En 1930, la ciudad de El Paso contaba con 102 421 habitantes; sin embargo, 10 años más tarde y por influencia de la Gran Depresión, este número decreció a 96 810 (Orozco, 2008:209).

14 Cursivas de las autoras.

15 Entrevista de las autoras con Ray Mancera, presidente del Comité de Relaciones Gubernamentales de LULAC 132, El Paso, Texas, verano de 2003. En 1981, el entrevistado perteneció al Concilio 8. Luego fundó el 3, del cual fue presidente cinco años.

16 Aunque no es posible abundar aquí sobre este punto, tal parece que la diversidad de posiciones y propuestas de las organizaciones de defensa de derechos de ciudadanía también se viven al interior de LULAC. En este sentido, un entrevistado comentó su desacuerdo con la legalización de nuevos migrantes y pidió más derechos para la comunidad latina establecida, y menos competencia laboral con el incremento de nuevos pobladores. No obstante, no podría afirmarse que es una posición consensuada o general de la organización.

17 Cursivas de las autoras.

18 Entrevista de las autoras con Jesús Saavedra, El Paso, Texas, verano de 2003. El entrevistado es miembro del Concilio 132.

19 Entrevista de las autoras con Marcelo Campos, presidente del Concilio 132 en 2003, El Paso, Texas, verano de 2003.

20 Consideran que el término latinoamericanos tiene tendencias de izquierda, y el de hispano, de derecha.

21 El parque de El Chamizal tiene, sin duda, una densa connotación simbólica en la delimitación de la línea fronteriza, como lo señala bien Víctor Orozco (2008:196). Ahí se celebra también la conmemoración de la independencia de México.

22 El número de ilegales arrestados y reportados durante 1954 alcanzó más de un millón (Pellicer de Brody y Mancilla, 1978:75).

23 San Pío es una comunidad de El Paso, de acuerdo con la aclaración del entrevistado.

24 Entrevista de las autoras con jóvenes participantes del concurso a reina de la Fiesta de las Flores, El Paso, Texas, verano de 2003.

25 El Torneo de Huacha (un juego de herraduras), en contraste con el de golf, es una afición popular.

26 Sería interesante analizar la opinión del público que asiste a la fiesta; no obstante, este artículo sólo contempla a los organizadores y a las jóvenes concursantes.

27 Entrevista de las autoras con Lilia Montelongo, reina en 1996 e integrante del Concilio 132, El Paso, Texas, verano de 2003.

28 Una representante de la firma de belleza Mary Kay les enseñó a maquillarse.

29 Tifani comenta: "mi papá es español pero nació en Chihuahua. mi mamá está aquí en este estado, pero toda mi familia vive en México; son hispanics [sic]... mi mamá trabaja en El Paso; mi papá, en Ciudad Juárez, pero vivimos aquí".

30 Se refiere a los alumnos.

31 A diferencia de otras organizaciones informales –como las que estudian Zabin y Escala (2002), y en las que la cohesión del grupo parte del lugar de origen de la migración—, LULAC se nutre de una noción de adscripción más amplia: mexicanos, latinos, hispanoparlantes, etcétera. Con todo, en el imaginario se mantiene lo mexicano como punto cultural de referencia. La diversidad de los trajes regionales alude a esta imagen. Otro de los elementos identitarios que se orientan en ese sentido es la música que se escucha por los altavoces en la fiesta, los mariachis, etcétera.

32 Esta joven era profesora de escuela elemental al concursar, y con el apoyo de la beca y los ánimos de los organizadores obtuvo una maestría en educación. Ahora estudia otra maestría en administración en la Universidad de las Cruces. Actualmente es directora de escuela. Participó por primera vez en 1995 y quedó como finalista; al año siguiente ganó. La animó una maestra de danza folclórica que también había participado en el certamen, y que en esa fecha lo organizaba. También comenta que entró en el Concilio 132 porque la invitó la propia organizadora del concurso, que pertenecía a ese concilio, y además se hizo amiga de su hija, que también participaba en el certamen el año en que ella ganó (1996).

33 Una expresión de este feminismo crítico se encuentra en Adorned in Dreams Fashion and Modernity. La autora, Elizabeth Wilson (1988), estudia la historia del mundo de la moda tomando distancia de la posición que pretendería escapar de la moda para eliminar la máscara de la feminidad. Propone reflexionar sobre la moda como un aspecto de la lucha sobre la construcción de las identidades de género. Otra expresión en este sentido se encuentra en Hollows (2000:159): "mientras que las mujeres pueden experimentar la moda como libertad y placer, las mujeres que se colocan desde la otredad no construyen el sí mismo femenino desde una posición en la que se sienten 'correctas' y 'legítimas' con lo que hacen: ellas están prevenidas de que pueden ser juzgadas y 'carentes' en algún modo".

34 En este sentido, es especialmente sugerente el libro de Johan Huizinga (2000), Homo ludens, capítulo tercero: "Juego y competición, función creadora de la cultura".

35 Todas las entrevistas fueron realizadas en El Paso, Texas, en el verano de 2003.

 

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ANNA MARÍA FERNÁNDEZ PONCELA es doctora en antropología con estudios en historia, sociología y psicología. Actualmente es investigadora y docente del Departamento de Política y Cultura, División Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Xochimilco. El más reciente de entre la decena de sus libros se titula La investigación social: Caminos, recursos, acercamientos y consejos (México, Trillas/UAM, en prensa). Sus intereses se centran en temas relacionados con la participación y la cultura política de hombres, mujeres, adultos, jóvenes e infancia; así como sobre cultura popular, religiosidad popular, antropología y género, patrimonio cultural y turismo. Desde 1995 pertenece al Sistema Nacional de Investigadores, nivel II.

LILIA VENEGAS AGUILERA es maestra en antropología social por la escuela Nacional de Antropología e Historia del INAH. Sus publicaciones versan principalmente sobre estudios de género, cultura política y temas de la frontera norte mexicana. En coautoría con Anna Fernández Poncela, ha escrito los libros Testimonios de participación popular femenina en la defensa del voto, Ciudad Juárez, Chihuahua, 1982–1986 (México, INAH, 1992) y La Flor más Bella del Ejido (México, INAH, 2002). Ha publicado numerosos capítulos en obras colectivas y artículos en revistas especializadas, en los que aborda la temática de las mujeres en Ciudad Juárez y Tijuana: como obreras de la industria maquiladora, pobladoras de colonias populares y participantes de organizaciones políticas. Coordinó en coautoría el libro El siglo XX desde el XXI. Revisando un siglo (INAH, 2008). Actualmente es investigadora de la Dirección de Estudios Históricos del INAH, donde dirigió el área de Historia Contemporánea entre 2003 y 2007. Colabora como docente de cátedra en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).

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