SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.4 número2Negocios remeseros en Gabriel Leyva Solano: Una localidad sinaloense de reciente migraciónAsociaciones políticas de inmigrantes peruanos y la "Lima Chica" en Santiago de Chile índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Migraciones internacionales

versión On-line ISSN 2594-0279versión impresa ISSN 1665-8906

Migr. Inter vol.4 no.2 Tijuana jul./dic. 2007

 

Artículos

 

La economía de Tlapanalá

 

Miguel Ángel Corona Jiménez*

 

* Universidad Iberoamericana de Puebla.

 

Fecha de recepción: 29 de marzo de 2007
Fecha de aceptación: 22 de junio de 2007

 

Resumen

Siguiendo la metodología del desarrollo regional, ésta es una investigación cuyo objetivo es dar a conocer los resultados sobre la estructura, funcionamiento e impacto económico de las remesas en la comunidad de Tlapanalá, obtenidos a partir de su matriz de contabilidad social (MCS). El enfoque empleado va de la macroeconomía, con sus agregados más importantes, al nivel microeconómico, donde se explica la economía de los hogares y el mercado laboral de esta comunidad. En este proceso también será posible distinguir el papel de los hogares con remesas en comparación con los que no las reciben. Como principal conclusión, se encuentra que esta economía local es sumamente dependiente del exterior. También es posible afirmar que su sector productivo no está integrado, que su actividad productiva local es muy limitada y que la influencia de los hogares que reciben remesas es crecientemente importante en la economía de la comunidad. Finalmente, este diagnóstico puede ser utilizado para la creación e implementación de políticas públicas focalizadas que efectivamente fomenten el desarrollo de la economía local de la región.

Palabras clave: Tlapanalá, Puebla, impacto económico, matriz de contabilidad social, desarrollo regional, remesas.

 

Abstract

Using the social accountability matrix and regional development methodology, this research presents the results of the economic structure, dynamics and impact of remittances in Tlapanalá. The approach used ranges from macroeconomics and its variables to the microeconomic.level, at which household economies and the labor market of this community are analyzed. This process also compares the role of households that receive remittances with those that do not. The main conclusion is that this economy is highly dependent on the economy of other cities. The productive sector is not integrated, productive activity is limited and households that receive remittances have begun to play an increasingly important role in the economy of the locality. Finally, this diagnosis can be used to create and implement appropriate public policies that promote the development of the local economy in this community.

Keywords: Tlapanalá, Puebla, economic impact, social accountability matrix, regional development, remittances.

 

I. Introducción1

Uno de los ámbitos menos estudiados en el campo de la economía en México es el de las localidades pequeñas.2 Sólo el enfoque del desarrollo regional ha volteado a estudiar dichas economías, porque da la oportunidad de analizar la economía en su ámbito espacial y a quienes habitan en él. Éste es un trabajo que intenta acercarse a la realidad económica de Tlapanalá, Puebla, a partir de la información proporcionada por las personas que ahí se encontraban a principios de 20043 y con la cual fue posible construir una matriz de contabilidad social (MCS).

Tlapanalá es una comunidad representativa de la región de Atlixco, Puebla, caracterizada por circuitos migratorios relativamente recientes en el país;4 además, por ser uno de los lugares de la entidad poblana con alto índice de intensidad migratoria, constituye un caso importante de estudio para conocer y entender los efectos espaciales y regionales del gasto de las remesas en la economía de la comunidad y sus alrededores, en lo que corresponde a la parte centro y hacia el sureste del país, que cada vez experimenta más migración internacional.

Este trabajo está enmarcado en el debate sobre la importancia de las remesas como medio de subsistencia –postura estructural– y como medio para combatir la pobreza e impulsar el desarrollo de las comunidades –postura funcionalista– (Canales, 2005; Binford, 2005).

Partiendo del análisis de la MCS, en este estudio nuestros objetivos son: 1. presentar los resultados sobre la estructura y funcionamiento del sistema económico en la comunidad de Tlapanalá, así como sus relaciones externas; 2. medir el impacto económico de las remesas en la comunidad y fuera de ella, y 3. realizar un análisis comparativo de la economía de los hogares que reciben remesas y la de los que no las reciben, con vistas a identificar con más detalle la influencia de la migración internacional en el comportamiento económico y laboral de los hogares de Tlapanalá.

Lo anterior permitirá encontrar elementos para el diseño de políticas públicas que posibiliten un desarrollo regional más equilibrado y que contribuyan a mejorar el bienestar y reducir las causales de la migración internacional de la población.

El trabajo está constituido por una revisión teórica e hipótesis de trabajo, referencias metodológicas, un análisis de la economía de Tlapanalá (que consiste en una revisión del sistema económico y de la economía de los hogares, incluido el mercado de trabajo) y, por último, una síntesis y reflexión final.

 

II. Revisión teórica e hipótesis de trabajo

En México existe un desarrollo regional desequilibrado, con fuertes contrastes entre zonas de prosperidad, áreas de estancamiento y regiones francamente deprimidas. En efecto, como resultado del modelo de industrialización por sustitución de importaciones y luego de la orientación hacia un modelo exportador, se han ahondado las brechas entre el campo y la ciudad, en la medida en que uno y otra se han ido integrando a los canales de circulación económica del mercado interno y luego de la globalización.

Con la intención de conocer y mejorar la situación en el campo, que ha resultado el renglón más afectado por este desarrollo desigual, se han realizado estudios para conocer la estructura económica de las comunidades campesinas y con ello medir el impacto de las políticas de desarrollo. Al respecto, son relevantes las investigaciones realizadas por la Universidad de California y El Colegio de México (Taylor, Yúnez–Naude y Dyer, 1999; Yúnez–Naude y Barceinas, 2000; Yúnez–Naude, Taylor, Dyer y Becerril, 1996) y los trabajos hechos por la Universidad de Zacatecas (Ramírez, 2004), en los cuales se han identificado los principales elementos que conforman la economía de las comunidades, así como sus conexiones y dependencias, en función de los flujos monetarios que circulan en el interior y que pueden provenir y salir de dicha estructura económica. De este modo se conforma un panorama de la problemática de esas comunidades y de su potencial de crecimiento, con base en el cálculo de los efectos que sobre su economía pueden tener o han tenido los programas de fomento agrícola y de desarrollo rural (Yúnez–Naude y Guevara, 1998; Yúnez–Naude, Taylor y Becerril, 2000).

Los trabajos de referencia han encontrado estructuras económicas orientadas fundamentalmente a las actividades agrícolas y pecuarias, en las que el trabajo familiar y la producción para el autoconsumo tienen un fuerte peso; por esta razón no tienen una oferta diversificada de otros bienes y servicios, y por lo tanto, en la medida en que se expande su consumo más allá de sus cauces tradicionales, la importación de esos otros productos se va haciendo creciente e importante. Con base en los planteamientos anteriores, se proponen las siguientes hipótesis de trabajo.

Primera, en el caso de Tlapanalá, una comunidad campesina con cierto grado de urbanización y gran intensidad migratoria, es de esperarse que los flujos monetarios que llegan de Estados Unidos por las remesas tengan efectos limitados en su economía, en función de contar con una estructura económica orientada por las actividades agrícolas, poco diversificada (incluso en servicios relacionados con la migración, como las casas de cambio) y con muy baja capacidad para absorber la demanda derivada de las fuertes entradas de dólares convertidos en pesos. Lo anterior conducirá necesariamente a que los flujos monetarios en forma de demanda impactarán en los lugares en donde encuentren la oferta de mercado que les dé respuesta.

Segunda, la entrada de remesas a los hogares, sin duda, afectará su posición, su comportamiento y su potencial económico, por lo que es de esperarse que el valor de los multiplicadores del gasto sea mayor en los hogares con remesas y en todas las actividades económicas en que asignan el dinero proveniente de las remesas.

Tercera, la entrada de remesas al hogar representa un aumento en el ingreso de las familias (es parte de un salario internacional), por lo que es de esperarse en general un comportamiento muy semejante al de los hogares sin remesas en lo referente a gastos de consumo básico, pero diferenciado en cuanto a gastos de construcción, si se considera que después de cerrar la brecha de subsistencia lo que persigue el migrante es tener seguridad, que se la brindan en primer lugar la vivienda y después otros bienes.

 

III. Referencias metodológicas

Para determinar el efecto de las remesas en la comunidad de Tlapanalá, que incluye un enfoque sectorial y una dimensión espacial, se utilizó la herramienta de análisis regional más potente por los alcances que tiene, pero que es difícil y costosa por lo que atañe a su construcción: la matriz de contabilidad social (MCS), que no sólo da cuenta de la estructura productiva de una comunidad, sino que avanza sustancialmente en la distribución del ingreso factorial y que, lo más relevante, descubre la participación de las instituciones (en este caso, tanto los hogares con remesas como los sin remesas) en la economía regional. Esta herramienta es tan potente que permite, mediante un modelo de multiplicadores del gasto, cuantificar los efectos de cualquier inyección de flujos monetarios en los sectores productivos, los factores de la producción y las instituciones, así como en las relaciones económicas externas de la comunidad. Es también, por lo tanto, un valioso instrumento para el diseño de políticas públicas para el desarrollo regional.

Para la construcción de la MCS de Tlapanalá (Yúnez–Naude et al., 1999) se aplicó un cuestionario muy extenso a una muestra representativa de 79 hogares de la comunidad, con el que se recolectó información económica cuantificable y con ella se construyó un cuadro de doble entrada:5 las columnas registran los gastos de los hogares y los renglones los ingresos de los mismos. De tal manera, manteniendo el equilibrio contable, de ahí se derivan las demandas y ofertas de la estructura económica de la comunidad, así como sus relaciones con el exterior, más otras ventajas señaladas en el párrafo anterior. Para calcular los efectos de los flujos del exterior en la estructura se construyó un modelo de multiplicadores con la ayuda del álgebra matricial. Por tanto, la MCS resultó ser el mejor instrumento de análisis para los objetivos planteados en este trabajo.

 

IV. El sistema económico de Tlapanalá. Análisis macroeconómico

Para iniciar esta parte es muy importante resaltar algunas cuestiones que permitirán una mejor comprensión de la economía de Tlapanalá.

En primer lugar hay que distinguir que Tlapanalá es un municipio que en el 20006 tenía 8 686 habitantes y que el estudio se realizó en la cabecera municipal del mismo nombre, que para entonces tenía 3 191 habitantes y 673 hogares. Por lo tanto, la referencia a Tlapanalá corresponde a la localidad y no al municipio.

Segundo, la localización de Tlapanalá, muy cercana a Izúcar de Matamoros (2.3 kilómetros), y su condición de cabecera municipal donde se concentra el poder político y religioso, así como un mayor grado de urbanización, que implica, entre otras cosas, capacidad de abastecimiento y ciertos servicios, han estado influyendo en el desarrollo de sus actividades económicas.

Tercero, en el municipio de Tlapanalá la PEA ocupada en el sector primario (actividades relacionadas con el campo) representó 67 por ciento del total en el 2000,7 la del sector secundario (industria, principalmente), 15 por ciento, y la del terciario (comercio y servicios, básicamente), 18 por ciento.

Cuarto, con relación a las actividades económicas que se han realizado en la localidad, no existe información consistente que permita sentar un antecedente; de hecho, una de las justificaciones para la elaboración de la matriz de contabilidad social fue, precisamente, construir una base de datos económicos sobre la economía de Tlapanalá.

Quinto, el planteamiento teórico–metodólogico que subyace en las mediciones siguientes es el del flujo circular de la economía,8 que iguala el producto de todos los sectores (PIB): con el ingreso, en términos de remuneraciones a los factores de producción: tierra (R), trabajo (T), capital (K) y trabajo familiar (TF), y con los gastos hechos por los agentes económicos: consumo (C), inversión (I), gasto del gobierno (G), exportaciones (X) e importaciones (M). La expresión matemática de esto es:

PIB = R + T + K + TF = C + I + G + (X–M)

Teniendo en cuenta lo expuesto, en seguida analizamos producción, distribución y consumo en la localidad en estudio.

 

La producción en Tlapanalá

Para referirnos a esta actividad, el indicador que debemos considerar más apropiado es el producto interno bruto (PIB).9 Las actividades de Tlapanalá que contribuyeron a la producción total fueron las siguientes: la agricultura de traspatio,10 que aportó el equivalente a 1.4 por ciento del total; la agricultura comercial, que participó con la mayor proporción, 42.2 por ciento; la ganadería de traspatio, que tuvo una participación equivalente a 2.5 por ciento; la recolección, cuya contribución fue de 1.6 por ciento; las actividades no agropecuarias, con una aportación de 11.5 por ciento, y finalmente el comercio y los servicios, que también aportaron una parte considerable al PIB: 40.9 por ciento (gráfica 1). Estos datos dejan ver al menos dos cosas que hay que poner de relieve: que la producción agrícola y ganadera de traspatio, destinada principalmente al autoconsumo de las familias, sigue siendo importante para la economía de los hogares y que las actividades orientadas al mercado, la agricultura comercial, las actividades no agropecuarias y el comercio, junto con los servicios, son determinantes en el producto de Tlapanalá.

 

La distribución del ingreso en Tlapanalá

Todos aquellos que participaron en las actividades productivas recibieron un ingreso de acuerdo con su posición en el proceso de producción. En Tlapanalá los pagos que recibieron las personas como factores de la producción fueron los siguientes: el trabajo asalariado recibió 19 por ciento del ingreso total, el trabajo familiar 67 por ciento, los dueños de la tierra 4 por ciento y los del capital 10 por ciento (gráfica 2). Es importante señalar que se trata de la distribución del ingreso factorial entre quienes participaron en la producción, por lo que su correspondencia se verá en el siguiente apartado, cuando se analice el PIB por el lado del gasto.

 

El consumo en Tlapanalá

Ahora bien, analizando el PIB pero por el lado del gasto, esto es, de quienes consumieron los productos (bienes y servicios), la estructura es muy interesante: los hogares consumieron 77 por ciento del gran total de bienes y servicios. Los hogares también realizaron gastos de inversión de dos tipos: en capital físico, como equipo, instalaciones, herramientas y animales, y en capital humano, que incluyó los gastos en educación y salud; ambos gastos alcanzaron la proporción de 19 por ciento. El gasto del gobierno,11 por su parte, representó 2 por ciento. Por último, las relaciones con el exterior, constituidas por las exportaciones (ventas hacia afuera de Tlapanalá) menos las importaciones (compras hechas fuera de Tlapanalá), representaron 2 por ciento (gráfica 3). Lo anterior significa que el mercado en Tlapanalá fue muy importante; es decir, que los hogares hicieron parte de sus compras en la localidad. Lo que no necesariamente implicó que se comerciaran bienes producidos en la localidad; más bien, que la mayoría de los bienes fueron importados de otros lugares. Pero más grandes e importantes fueron las compras que hicieron los hogares fuera de la localidad, principalmente en Izúcar de Matamoros.

 

 

Análisis de las estructuras internas

Para continuar con la visión macro de la economía de Tlapanalá, se hizo un análisis de las estructuras antes descritas a partir de la MCS. Al respecto, se observó en general un aparato productivo poco integrado, con limitada actividad productiva local, orientada fundamentalmente por dos sectores (agricultura comercial y comercio con servicios) hacia la exportación, que realizaba sus operaciones con gran cantidad de importaciones. Como era de esperarse, se trata de un aparato más integrado en el sector primario, con una agricultura de traspatio (principalmente) y una agricultura comercial que proveen de alimento a la ganadería, la cual sirve de base a una pequeña actividad comercial. En tanto que la recolección de leña y de chapulines se destinó específicamente al consumo familiar. Por su parte, la producción no agropecuaria se destinó al consumo de los hogares en el mercado local y en menor cuantía a la venta externa. El comercio y los servicios fueron las actividades más abundantes en Tlapanalá, pues prácticamente le vendieron a todas las actividades insumos para sus operaciones y fueron las que más importaron y exportaron.

Con relación a la estructura productiva (PIB –actividades productivas–), se aprecia una clara "terciarización" de la economía. Si antes fue una economía orientada al sector primario, los bajos precios de los productos agrícolas, su proceso de urbanización, su mayor integración a Izúcar de Matamoros, su emergencia como centro abastecedor del municipio, y más recientemente el proceso de migración que está enfrentando, junto con la influencia que ahora recibe de los propios migrantes, entre otros factores, han orientado a la economía de Tlapanalá hacia el comercio y los servicios.

En la perspectiva del PIB en función del gasto, la economía local descansó fundamentalmente en el consumo de los hogares. Los hogares sin remesas (HSR) fueron los más importantes en cuanto a su número, pero no debe olvidarse que el gasto de los hogares con remesas (HCR) es creciente, debido precisamente a que reciben recursos del exterior y a que su número va en aumento. En lo que respecta a la inversión, la física fue escasa, aunque la inversión en capital humano, principalmente por el rubro de gastos en educación, fue muy importante. El gobierno, por su parte, gastó poco, según la declaración de los hogares. Finalmente, las exportaciones netas (exportaciones menos importaciones) fueron negativas, lo que significa que los habitantes de Tlapanalá compraron más de lo que pudieron vender hacia el exterior, y además utilizaron una buena parte de sus ingresos para adquirir bienes y servicios que no encontraron en la localidad. Esta interesante información podría ser estudiada para desarrollar proyectos que generen mayor producción y valor en la localidad.

 

Análisis de las relaciones externas

Para complementar la visión de conjunto de la economía, se presenta un análisis de las relaciones económicas de Tlapanalá con su exterior (cuadro 1). En un cálculo sencillo, se dividieron las importaciones entre el PIB para obtener un cociente de 1.56, que puede ser interpretado como un indicador del alto grado de dependencia de la economía de Tlapanalá con respecto al exterior, ya que el valor de las importaciones resultó superior al del PIB. En otras palabras, las compras que se realizaron en el exterior fueron incluso mayores que el esfuerzo productivo que se llevó a cabo en la economía de la comunidad. De manera más explícita, ese cociente significa que los recursos monetarios que llegaron a los hogares de la comunidad salieron en buena parte tanto por compras para actividades productivas como para consumo directo de los hogares. Como se mencionó, la demanda de la comunidad se canalizó en gran parte hacia Izúcar de Matamoros, que es el centro urbano más cercano y de mayor jerarquía urbana. En este sentido, destacan las compras que realizaron los HCR.

Por otro lado, dividiendo las exportaciones entre el PIB se obtuvo un cociente de 1.53, lo que indica un alto grado de participación de la economía hacia el exterior. Pareciera también que se trata de una economía volcada hacia las ventas del exterior, y muy abierta, si se considera el monto de las importaciones (gráfica 4). Sin embargo, vale la pena hacer algunas aclaraciones: primero, las mayores exportaciones fueron realizadas por dos actividades la agricultura comercial y el comercio junto con los servicios, y la primera, incluso, vendió al resto del país; segundo, no obstante lo anterior, el monto mayor de exportaciones correspondió al sector terciario, que se dedicó a vender principalmente materiales de construcción, abarrotes y ferretería en el mismo municipio, lo que perfila a la localidad de Tlapanalá como un centro urbano de segundo orden en términos de la jerarquía urbana, después de Izúcar de Matamoros.

Otra relación muy importante en las localidades que registran un índice de intensidad migratoria muy alto es la proporción que guardan las remesas que envían los migrantes con respecto al PIB. En Tlapanalá esta relación alcanzó 54 por ciento, lo que representó una proporción muy importante del ingreso de la localidad. Fueron los HCR los que ejercieron estos recursos (cuadro 1).

 

Impacto de las remesas en la economía de Tlapanalá

En esta parte se presentan los resultados del análisis de los efectos que tendría un aumento de 20 por ciento en el flujo de remesas hacia Tlapanalá, en cada actividad, factor productivo e institución. Éste fue el aumento que había pronosticado el Banco de México acerca de la entrada de divisas al país en 2005.

Los principales aumentos en los montos de sus ingresos serían en la inversión en capital físico (17.5%), los HCR (12.7%), la inversión en capital humano (6.1 %), la ganadería (5.3%) y la agricultura de traspatio (4.8%). Con incrementos menores a 3 por ciento, seguían la renta de la tierra, las actividades de recolección, las actividades no agropecuarias, la renta del capital, los salarios, la agricultura comercial, los HSR, el comercio y los servicios y, por último, el ingreso del trabajo familiar.

Es importante mencionar que los HSR recibirían un incremento de su ingreso muy bajo (1.2%), debido a que no se encontraban muy integrados a la economía productiva local.

Finalmente, estos resultados llevan a concluir que, dadas las condiciones en las que se encuentra la estructura económica de Tlapanalá, mientras más grandes sean los flujos de remesas que reciban los hogares, mayores serían los efectos en los ingresos. Pero en los hechos la poca integración del aparato productivo y de quienes participan en la economía de la localidad impide que haya mayores efectos multiplicadores con el aumento en los flujos de remesas, por lo que una primera recomendación sería la exploración y desarrollo de proyectos productivos en Tlapanalá para ir integrando un aparato productivo que pueda generar oportunidades de empleo y autoempleo, para así capitalizar los ingresos que provienen del exterior, siempre que los gobiernos de los tres niveles generen las condiciones para animar a los hogares a invertir sus ahorros; de lo contrario, seguirán fugándose los ingresos hacia los lugares que cuentan con una oferta de bienes y servicios suficiente y atractiva.

He aquí una veta y un reto para las políticas públicas de desarrollo regional, que deben también orientarse a descentralizar las inversiones públicas en infraestructura para estimular el crecimiento de los mercados locales y con ello animar a las familias que han rebasado los umbrales de la subsistencia a que inviertan sus ahorros en proyectos que generen ingresos y así elevar su calidad de vida.

 

V. La economía de los hogares y el mercado de trabajo. Enfoque microeconómico

Para analizar la economía de los hogares en Tlapanalá12 se utilizó el presupuesto de las familias, en el que se incluyeron los gastos que realizaron para sobrevivir y los ingresos que percibieron. Para tener una idea más precisa sobre el impacto de las remesas en las familias, se continuó con la división de los hogares de acuerdo con su condición en la recepción de remesas; esto último facilitó la comparación y la identificación de patrones de consumo por tipo de hogar.

 

Presupuesto familiar

Con relación al balance entre ingresos y gastos del total de los hogares, en los HSR los gastos fueron superiores a los ingresos, lo que resultó en un déficit, en tanto que en los HCR sucedió lo contrario, es decir, los ingresos, al ser mayores que los gastos, derivaron en un superávit. Para conocer al detalle estos resultados fue necesario analizar los gastos y los ingresos por separado, para en seguida establecer las diferencias en cada caso.

 

Gastos indispensables

El principal gasto que realizaron tanto los HCR como los HSR fue en alimentos y bebidas; la proporción que ocupó este gasto en el total fue de 38 por ciento en los primeros y de 48 por ciento en los segundos. Estos porcentajes son muy lógicos y normales si se considera que se trataba de gastos para la sobrevivencia; no obstante, es importante resaltar que se mueven en función de la mayor o menor disponibilidad de recursos, por lo que, en la medida en que aumenten las remesas en los hogares, tenderán a disminuir (si la dieta está basada principalmente en productos básicos), en tanto que aumentarán los de otros rubros.

El segundo gasto en importancia, también para ambos tipos de hogares, fue en el cuidado de la salud, sólo que se notan diferencias sustanciales: mientras que en los HSR el gasto representó 14 por ciento del total, en los HCR fue de 25 por ciento. Estos gastos se hicieron en su mayoría fuera de Tlapanalá. La razón por la que la proporción del gasto en este rubro fue superior fue la disponibilidad de mayores recursos económicos (remesas) para curarse, no la mayor incidencia de enfermedades.

 

Gastos de inversión

El tercer gasto en importancia para los HSR fue en educación, cuya proporción fue de 12 por ciento; en tanto que en los HCR fue la compra de materiales de construcción, que representó 9 por ciento. El primero de los gastos fue realizado principalmente fuera de la comunidad, en tanto que el segundo se llevó a cabo en Tlapanalá. En este renglón del gasto se nota una diferencia importante entre los dos tipos de hogar: aunque ambos gastos fueron de inversión, el primero fue en capital humano, mientras que el segundo fue en capital físico, debido a que una parte de las remesas se destinó a invertir en la remodelación y/o construcción, que no siempre fue consecuencia de una decisión de ahorro de los familiares, sino en muchos casos fue por mandato de quien envió las remesas.

 

Gastos en servicios

El cuarto gasto en importancia para ambos tipos de hogares fue en servicios como la electricidad y el teléfono. En los HSR representó 6 por ciento y en los HCR fue 7 por ciento.

 

Gastos de movilidad

El quinto gasto en importancia para los HSR en realidad fueron dos, el transporte y el combustible; para los HCR fue la educación, con 6 por ciento, pero los siguientes en importancia para este tipo de hogares fueron también el combustible (5%) y el transporte (4%). Esto está relacionado con los desplazamientos para realizar compras, trámites, y consultas o para ir a trabajar fuera de la localidad.

Con relación al gasto en educación de los HCR, comparándolo con el que realizan los HSR, conviene mencionar que probablemente la educación es concebida por los primeros como un medio para emigrar en mejores condiciones y les basta la educación escolar que se imparte en Tlapanalá, y que los HSR tienen un mayor gasto en educación fuera de la comunidad, principalmente en Izúcar de Matamoros y en menor medida en Atlixco y en la ciudad de Puebla.

 

Gastos en fiestas religiosas y familiares

Otro gasto relevante en el presupuesto de los hogares fue el relacionado con la realización de fiestas muy ligadas a su cultura familiar y a sus tradiciones. Para bodas, bautizos, quince años, primeras comuniones y fiestas religiosas, los hogares gastaron grandes cantidades que en promedio fueron mayores en los HCR que en los HSR. Estas fiestas, además de reunir a los miembros de la familia y de arraigar el sentido comunitario, en el caso de los HCR principalmente, también representan la oportunidad de atraer y reunir a los familiares lejanos y distantes, aquellos que se añoran, que han dejado encargos y que envían remesas. Desde otra perspectiva, estas celebraciones familiares o más comunitarias también representan verdaderas inversiones en capital social, puesto que son puntos de encuentro donde confluyen la información y las invitaciones y se alienta la migración por el efecto demostración de quienes vienen del país del norte hablando y luciendo sus logros.

 

Gastos de migración

Otro dato que se captó de los hogares fue el pago que tuvieron que hacer sus migrantes para pasar la frontera y llegar al lugar de destino. En 2004, los HSR invirtieron una cantidad pequeña con relación a lo que invirtieron los HCR. Los primeros gastaron 11 200 pesos contra 368 241 de los segundos.

Como resultado de lo anterior, se puede afirmar que en general los patrones de gasto de los HCR y de los HSR fueron un tanto similares en función de las proporciones que representaron los rubros de gasto, que reflejaron precisamente la importancia que guardaban en el presupuesto familiar. Y no podría ser de otra manera, ya que las necesidades y la disponibilidad de recursos son distintas en cada familia, pero en ambos tipos de hogares se persigue la sobrevivencia. No obstante, las diferencias sí son más notorias cuando se clasifica a los hogares, por su condición en la recepción de remesas, en HCR y HSR. Enseguida se analizan las fuentes de ingreso de ambos tipos de hogares.

 

El ingreso familiar

Independientemente del número de hogares que se encuestaron de cada tipo, el ingreso promedio por hogar fue muy similar en los HCR y en los HSR (cuadro 2). Sin embargo, las fuentes principales de ingreso fueron distintas para ambos grupos: mientras los HSR recibieron la mayor cantidad de su ingreso (44%) trabajando como peones agrícolas, ganando 100 pesos al día, los HCR la recibieron (71%) precisamente a través del envío de remesas.

La segunda fuente de ingresos (29%) para los HSR fueron las actividades no agropecuarias, situación que contrastó fuertemente con la de los HCR, quienes recibieron pagos por préstamos (8%) que les hicieron a otros hogares y también ellos recibieron préstamos (8%) de otros hogares. Lo cual denota aparentemente una posición muy ventajosa en la generación de ingresos, puesto que sólo esperaban recibir sin esforzarse mucho.

La tercera fuente de ingreso de los HSR fue la venta de tierra (7%) y los préstamos familiares (7%). Los HCR obtuvieron ingresos trabajando como peones agrícolas (7%).

El resto de los ingresos los obtuvieron de fuentes regionales y de subsidios del gobierno. Tanto en el caso de los HSR como en el de los HCR, 1 por ciento de sus ingresos lo obtuvieron del Procampo y de Oportunidades, programas del gobierno federal.

Con relación a las distintas estructuras de ingreso de los HSR y de los HCR, es importante mencionar que los primeros obtuvieron poco más de 80 por ciento de sus ingresos por su trabajo en actividades productivas, en tanto que los HCR recibieron la mayor parte vía remesas y operaciones con dinero, préstamos y cobro de préstamos (gráfica 6 ilegibilidad de origen). La posición aparentemente cómoda de estos hogares puede explicarse por la ausencia en el hogar de las personas jóvenes que podrían trabajar si se encontraran en la casa, y no precisamente por la falta de esfuerzos. También es conveniente entender que es tal la magnitud de remesas que reciben los hogares, que minimizan la proporción de cualquier otra fuente de ingresos; esto último quedará de manifiesto cuando se analice la participación de los hogares en las distintas actividades productivas, que viene en el siguiente apartado.

 

Análisis del mercado de trabajo

¿En qué trabajan los tlapanalenses?

De acuerdo con los datos de la encuesta, la estructura de las ocupaciones de los miembros de los HSR y los HCR fue parecida. Por ejemplo, la mayor proporción de personas ocupadas como peones o jornaleros fue muy similar en uno y otro grupo, 39 por ciento en los HSR y 37 por ciento en los HCR. Algo semejante se presentó con los productores agrícolas, que en los HSR representaron 24 por ciento y en los HCR 27 por ciento. Los comerciantes y los empleados aparecieron con participaciones de 16 por ciento, respectivamente, en los HSR, mientras que en los HCR las proporciones fueron menores: 7 y 3 por ciento en cada caso (gráfica 7). Algo que se debe mencionar es la ausencia casi total de obreros en ambos tipos de hogares. Y finalmente, hay que aclarar que, aunque el dato siguiente no se refiere a ocupación, fue interpretado como tal en varios hogares: en 23 por ciento de los HCR las personas dependen del migrante.

¿Qué actividades desarrollan los hogares?

Por lo que se refiere a las ramas de actividad a las que se dedican los hogares, es decir, donde se encuentra sumergido el trabajo familiar, se encontraron también diferencias significativas: en la agricultura de traspatio participó 41 por ciento de los HSR y 47 por ciento de los HCR. En la agricultura comercial la diferencia no fue tan grande: 24 por ciento de los primeros y 27 por ciento de los segundos. En la ganadería la diferencia sí fue enorme: mientras la participación de los HSR fue de 35 por ciento, la de los HCR alcanzó 67 por ciento, casi el doble. En cuanto a la producción de origen animal, 24 por ciento de los HSR participó, contra 53 por ciento de los HCR. En las actividades no agropecuarias la diferencia volvió a ser muy notoria, pues mientras 2 por ciento de los HSR participó, los HCR lo hicieron en un 17 por ciento. En el comercio las diferencias continuaron, y los HSR tuvieron una participación de 10 por ciento, que contrastó con la de 23 por ciento de los HCR. Los servicios fueron la única actividad donde los HSR tuvieron una participación mayor, 16 por ciento contra 3 por ciento. Por último, en la recolección los HSR participaron en un 35 por ciento contra 43 por ciento de los HCR (gráfica 8).

De los resultados anteriores se puede concluir que, aunque el número de HCR es menor al de HSR, los primeros tienden a participar en más actividades productivas que los segundos, lo que no significa que los HSR sean menos importantes, pues la cantidad de ellos es definitiva. En ambos casos la mayor participación en actividades de traspatio implica que la economía familiar (uso de recursos familiares: tierra, capital y trabajo) es muy importante y puede significar una mejor utilización de sus recursos disponibles y mayor sensación de escasez monetaria, aunque fue más notorio en los HCR.

¿En dónde están los mercados de trabajo?

En un acercamiento final, se analizó la localización del mercado de trabajo para ambos tipos de hogar. Para 92 por ciento de los miembros de los HSR su mercado laboral estuvo en la localidad de Tlapanalá y para 8 por ciento se ubicó principalmente en Izúcar de Matamoros. En el caso de los HCR, el patrón de distribución del mercado laboral fue completamente distinto: para 47 por ciento de sus miembros estuvo en Tlapanalá, para 3 por ciento en el resto del estado, para 10 por ciento en algún estado del resto del país y, finalmente, para 40 por ciento en Estados Unidos (gráfica 9). Estos resultados dejan ver que al menos los miembros de los HCR fueron más proclives al riesgo de trabajar fuera de la localidad y también fueron los que seguramente tuvieron mayor información para hacerlo, factores que retroalimentan la migración.

 

La actividad que más empleo generó y la migración

La economía en Tlapanalá, como en muchos otros lugares rurales de México, tiene una fuerte presencia del sector agrícola. En los alrededores de este lugar una cantidad cuantiosa de campesinos residentes en la localidad tienen parcelas con tierras de temporal y algunas otras de riego. En 2004 las tierras de temporal se utilizaron principalmente para el cultivo de granos básicos, como maíz, frijol y sorgo, en tanto que en las de riego se realizaron cultivos más comerciales, como cacahuate, ejote, cebolla, sandía, etcétera. Cuando la tierra y las condiciones económicas del productor lo permitieron, los cultivos se realizaron en dos ciclos, el de primavera–verano y el de otoño–invierno.

En 2004, la mayoría de los productores recibieron subsidios a través del Procampo.13 Aunque diferenciada y menor para las hectáreas de riego, la ayuda fue muy preciada para todos los campesinos que la recibieron.

Este tipo de agricultura, por lo general, contrató peones de Tlapanalá para realizar los trabajos necesarios en la tierra, desde la preparación del terreno, la siembra, el deshierbe, la fertilización y el combate de plagas, hasta el levantamiento de la cosecha. El pago por jornal de ocho horas durante 2004 fue de 100 pesos. La participación del trabajo familiar fue importante, sobre todo en la labor de supervisión.

El destino de la producción fue diverso; al no ser de traspatio, se dirigió al mercado local, al consumo del propio hogar, al consumo animal y en otros casos al mercado regional y nacional. Es importante mencionar que también una parte pequeña de la cosecha se regaló a otros hogares.

A pesar de que una gran cantidad de personas se ocuparon en la agricultura, la participación en el producto total de la economía fue mucho menor a la participación que alcanzó en el empleo de mano de obra, lo cual es un indicio de que la productividad del trabajo fue baja.

Por otro lado, las condiciones de trabajo en el campo son difíciles, de gran esfuerzo, y los ingresos que percibieron las familias con jornaleros y peones agrícolas fueron muy exiguos, situación que obligó continuamente a los hogares a complementar sus ingresos o sus consumos con actividades de traspatio, pero en el mejor de los casos apenas lograron cubrir sus necesidades básicas. Si a lo anterior se agrega la caída de los precios de las cosechas, que es característica de la crisis que vive el campo mexicano desde hace varias décadas, la situación es más delicada, porque tal vez muchos de esos jornaleros y peones no sean contratados al menos en las mismas condiciones que en el ciclo anterior. De esta manera, las condiciones de empleo en el campo para los campesinos sin tierra se vuelven uno de los mejores alicientes para pensar seriamente en migrar.

Por último, para los campesinos productores con tierras, pero que no logran cubrir sus costos por los bajos precios de venta de sus productos o por los endeudamientos adquiridos para producir y que se vuelven impagables en las condiciones prevalecientes en la economía, la idea de migrar para recuperarse y hacer un ahorro aparece continuamente.

 

VI. Síntesis y reflexión final

La investigación sobre la economía de Tlapanalá arrojó como información importante lo poco integrado y diversificado de su aparato productivo, orientado principalmente por las actividades agrícolas y de comercio, y con una fuerte dependencia del exterior.

En estas condiciones, las remesas que han llegado a Tlapanalá, que representan un aumento de ingreso para los hogares y por lo tanto demanda para comprar, se han gastado en gran parte fuera de la comunidad, en donde las personas han encontrado una oferta diversificada para satisfacer sus necesidades de consumo. Por lo tanto, los efectos multiplicadores del gasto de los HCR, que son altos, salen en buena parte de la comunidad e impactan en el centro urbano más cercano y de mayor jerarquía, Izúcar de Matamoros, lo que limita el crecimiento del aparato productivo local y con ello la generación de empleo. En otras palabras, el mayor impacto de las remesas no ha sido en la comunidad de origen del migrante, razón por la cual los mercados de trabajo para los tlapanalenses han estado en la agricultura, principalmente para los HSR, y complementariamente en el exterior para los HCR. Comparando el desempeño económico de ambos tipos de hogares, se concluyó que la influencia de los hogares que reciben remesas es creciente en la economía de la comunidad. A nivel microeconómico, la importancia que cada gasto tenía en el presupuesto de los hogares fue un tanto similar. Ambos grupos de hogares dedicaron la mayor parte de su ingreso a los alimentos y bebidas, y luego a los cuidados de salud para los HCR y los gastos en educación para los HSR. Una diferencia notable se encontró en el gasto de materiales de construcción, que para los HCR fue el tercero en importancia, en tanto que para los HSR fue el décimo, lo que sustenta que, una vez cerrada la brecha de subsistencia, lo que persigue el migrante y su familia es tener seguridad, y parece que la vivienda se los da, convirtiéndose en su inversión inmediata.

Lo anterior nos debe hacer reflexionar sobre la necesidad de integrar los aparatos productivos de las localidades, de las regiones y del país, para aprovechar mejor los recursos disponibles en los lugares de origen de la migración. Pero las políticas públicas no sólo deberían circunscribirse a promover el desarrollo social y la infraestructura, sino también la actividad productiva, por un lado, y el consumo responsable, por otro, para incentivar el consumo de productos regionales que generen y protejan el empleo, así como un pago más justo para los productores del campo y los trabajadores, con el objetivo de impulsar el desarrollo de economías locales en condiciones de mayor justicia y equidad. De lo contrario, las familias no verán el futuro en su comunidad sino fuera de ella, lo que tendrá como resultado un aumento creciente de la migración hacia Estados Unidos.

 

Bibliografía

Binford, Leigh, "Para salvar la economía mexicana: La trampa de las remesas", ponencia presentada en el "Seminario Problemas y Desafíos de la Migración y el Desarrollo en América", Cuernavaca, 2005.        [ Links ]

Canales, Alejandro, "El papel económico y productivo de las remesas en México. Una visión crítica", ponencia presentada en el Seminario Problemas y Desafíos de la Migración y el Desarrollo en América, Cuernavaca, 2005.        [ Links ]

Corona Jiménez, Miguel Ángel, Para entender la economía mexicana, 3ª ed., México, 2005.        [ Links ]

Hernández Estrada, María Isabel, "Tipología de productores agropecuarios", en Antonio Yúnez–Naude (comp.), Los pequeños productores rurales: las reformas y las opciones, México, El Colegio de México, 2000.        [ Links ]

Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Historia (INEGI), XII Censo General de Población y Vivienda 2000, México, INEGI, 2001.        [ Links ]

Ramírez Torres, Mireya, "Migración, estructura socioeconómica y desarrollo local: Estudio de caso en una localidad del estado de Zacatecas", ponencia presentada en el "Primer Coloquio Internacional Migración y Desarrollo: Transnacionalismo y Nuevas Perspectivas de Integración", realizado en Zacatecas, Zacatecas, los días 23–25 de octubre de 2003. Disponible en http://meme.phpwebhosting.com/~migracion/primer_coloquio/4_4.pdf.        [ Links ]

Reyes Morales, Rafael, Antonio Yúnez Naude, Alicia Sylvia Gijón Cruz y Rosa Reyes Martínez, "Impacto de las remesas internacionales en el desarrollo de las localidades expulsoras de población en Oaxaca", México", en "Reporte Final del Proyecto OAXACALIFORNIA", Instituto Tecnológico de Oaxaca, México, enero de 2001.        [ Links ]

Robinson, Sherman, Mary E. Burfisher, Raúl Hinojosa–Ojeda y Karen E. Thierfelder, "Agricultural Policies and Migration in a U.S.–Mexico Free Trade Area: A Computable General Equilibrium Analysis", Working Paper No. 617, Department of Agricultural and Resource Economics–University of California, Berkeley, diciembre de 1991.        [ Links ]

Rosenzweig, Andrés, "Mexican Agricultural Trade under NAFTA: An Assessment after Five Years of Implementation", ponencia presentada en 7th Policy Disputes Information Consortium Workshop, San Diego, 16–19 de febrero del 2000.        [ Links ]

Sadoulet, Elisabeth y Alain de Janvry, Quantitative Development Policy Analysis, Londres, The Johns Hopkins University Press, 1995.        [ Links ]

Schumacher, Ernst Friedrich, Small is Beautiful: Economics as if People Mattered, Vancouver, Hartley & Marks Publishers, 1999.        [ Links ]

Strauss, John, "Appendix: The Theory and Comparative Statics of Agricultural Household Models: A General Approach", en Inderjit Singh, Lyn Squire y John Strauss (eds.), Agricultural Household Models, Extensions, Applications and Policy, Washington, World Bank/The Johns Hopkins University Press, 1986.        [ Links ]

Taylor, J. Edward, "Remittances and Inequality Reconsidered: Direct, Indirect and Intertemporal Effects", Journal of Policy Modeling, vol. 14, núm. 2, 1992, pp. 187–208.        [ Links ]

––––––––––, "The New Economics of Labour Migration and the Role of Remittances in the Development Process", International Migration, vol. 37, núm. 1, 1999, pp. 63–88.         [ Links ]

–––––––––– e Irma Adelman, Village Economies: The Design, Estimation, and Use of Villagewide Economic Models, Cambridge, Cambridge University Press, 1996.        [ Links ]

Taylor, J. Edward y T. J. Wyatt, "The Shadow Value of Migrant Remittances, Income and Inequality in a Household–farm Economy", Journal of Development Studies, vol. 32, núm. 6, 1996, pp. 899–912.        [ Links ]

Taylor, J. Edward, Antonio Yúnez–Naude y Steve Hampton, "Agricultural Policy Reforms and Village Economies: A CGE Analysis from Mexico", Journal of Policy Modeling, vol. 21, núm. 4, 1999, pp. 453–480.        [ Links ]

Taylor, J. Edward, Antonio Yúnez–Naude y George Dyer, "Agricultural Price Policy, Employment, and Migration in a Diversified Rural Economy: A Village–Town CGE Analysis from Mexico", American Journal of Agricultural Economics, vol. 81, agosto de 1999, pp. 653–662.        [ Links ]

Taylor, J. Edward y Antonio Yúnez–Naude, "Selectivity and the Returns to Schooling in a Diversified Rural Economy", American Journal of Agricultural Economics, vol. 82, núm. 2, mayo del 2000, pp. 287–297.        [ Links ]

Taylor, J. Edward y Philip L. Martin, "Human Capital, Migration, and Rural Population Change", en Bruce L. Gardner y Gordon C. Rausser (comps.), Handbook of Agricultural Economics, vol. 1, Amsterdam, Elsevier, 2001, pp. 457–511.        [ Links ]

Yuñez–Naude, Antonio, J. Edward Taylor, George Dyer y Javier Becerril G., "Elaboración de matrices de contabilidad social para poblaciones agropecuarias: El caso del Chante, Jalisco", Documento de Trabajo núm. VI, Centro de Estudios Económicos, El Colegio de México, 1996.        [ Links ]

Yúnez–Naude, Antonio, J. Edward Taylor et al., "Manual para la elaboración de matrices de contabilidad social con base en encuestas socioeconómicas aplicadas a pequeñas poblaciones rurales", Documento de Trabajo, núm. XIV, Centro de Estudios Económicos–El Colegio de México, México, 1999.        [ Links ]

Yúnez–Naude, Antonio y Alejandro Guevara, "Evaluación de los programas de desarrollo regional en el plano comunitario", reporte de resultados, Centro de Estudios Económicos–El Colegio de México, México, 1998.        [ Links ]

Yúnez–Naude Antonio y Fernando Barceinas, "Efectos de la desaparición de la Conasupo en el comercio y los precios de los cultivos básicos", Documento de Trabajo, Centro de Estudios Económicos–El Colegio de México, México, 2000.        [ Links ]

Yúnez–Naude, Antonio, J. Edward Taylor y Javier Becerril, "Los pequeños productores rurales: características y análisis de impactos", en Antonio Yúnez–Naude (comp.), Los pequeños productores rurales: Las reformas y las opciones, México, El Colegio de México, 2000.        [ Links ]

Yúnez–Naude, Antonio, "Mexican Agricultural Change and Mexico–U.S. Immigration", ponencia presentada en The Conference of the Project Changing Face of Rural California, University of California, Davis, Holtville, California, enero de 2001.        [ Links ]

 

Notas

1Esta investigación se encuentra enmarcada en el Proyecto de Comunidades Transnacionales que la Universidad Iberoamericana Puebla, junto con otras cinco instituciones nacionales, todas auspiciadas por la Fundación Rockefeller, realiza para estudiar tres circuitos migratorios en los estados de Puebla, Veracruz, Oaxaca y Zacatecas.

2 Quizá porque son las menos modernas y por lo tanto menos importantes; sin embargo, también lo pequeño es hermoso, diría Schumacher (1999).

3 A la fecha se sabe al menos de dos personas que fallecieron después del levantamiento de la encuesta y que nos habían brindado, no sólo la información para el cuestionario, sino también sus vivencias en la comunidad y fuera de ella. Esperamos con este trabajo también honrar su memoria.

4 Existen al menos tres tipos de circuitos migratorios: el histórico, que se localiza en las regiones con migración más antigua y que incluye estados como Zacatecas, Michoacán y Jalisco; el indígena, que se ubica en Oaxaca y Guerrero, principalmente, y el emergente, que ocurre en regiones del centro y sureste del país, en donde incluso se combina con los otros circuitos. La migración del estado de Puebla, con excepción de la procedente de la Mixteca y la Sierra Norte, se considera emergente.

5 La base de datos utilizada se elaboró en el programa Excel, en el que se vaciaron los datos económicos y parte de la información sociodemográfica del cuestionario, y después se elaboraron tablas dinámicas para construir la MCS. El procesamiento de los datos y la presentación de la información también se realizó con el mismo programa.

6 Según datos del XII Censo General de Población y Vivienda 2000.

7 Según datos del XII Censo General de Población y Vivienda 2000.

8 Para una explicación más amplia, consultar Corona, 2005.

9 El PIB es la suma final de los bienes y servicios producidos por una economía durante un período, generalmente un año, y contabilizada en unidades monetarias. Representa el esfuerzo económico de la comunidad y su aumento real de un año a otro sirve para medir el crecimiento económico.

10 Las actividades productivas de traspatio son las que se realizan en el hogar utilizando principalmente recursos propios, el trabajo que hacen los miembros del hogar sin remuneración en pequeñas superficies de tierra adjuntas o cercanas a la casa, con utensilios y herramientas sencillas, cuya escala de producción es pequeña y cuyo principal destino es el autoconsumo.

11 Este monto fue el declarado por los hogares.

12 Se analizaron los datos directos de las encuestas sin la aplicación del factor de expansión.

13 El subsidio por hectárea de temporal fue de 1 030 pesos y por hectárea de riego, de 935 (Sagarpa, Distrito de Desarrollo Rural, Izúcar de Matamoros, Puebla).

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons