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Migraciones internacionales

versión On-line ISSN 2594-0279versión impresa ISSN 1665-8906

Migr. Inter vol.3 no.1 Tijuana ene./jun. 2005

 

Reseña bibliográfica

 

Migraciones y desarrollo en Marruecos

 

María Josefina Pérez Espino

 

Joan Lacomba (coord.), Madrid, Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación/ Universidad Complutense de Madrid, 2004

 

University of Sussex, Dirección electrónica: m.j.perez-espino@sussex.ac.uk

 

La relación entre migración y desarrollo ha sido recientemente analizada desde distintas propuestas académicas. En esta discusión encontramos tanto las alternativas para disminuir la presión de migrar como el diseño de mecanismos que conduzcan al bienestar social y económico de las comunidades transnacionales, elementos básicos que incluye el concepto de codesarrollo.

La cooperación para el desarrollo o codesarrollo es un concepto que se encuentra en los documentos oficiales y propuestas gubernamentales de algunos de los países miembros de la Unión Europea, como Francia, Holanda, Bélgica y España. En la retórica política, este concepto implica considerar al desarrollo como inhibidor de la migración. Sin embargo, no hay vinculación entre las políticas de promoción del desarrollo económico de los países emisores y el fenómeno migratorio o el bienestar de las comunidades transnacionales que acogen los países receptores.

De esta forma, parecería que la relación entre migración y desarrollo tiene que ver más bien con la cooperación económica que apoya el control de flujos migratorios en el marco de una política económica regional. Por esta razón, proyectos como los Acuerdos de Libre de Comercio entre la Unión Europea y los Países del Mediterráneo y los programas MEDA (programas de cooperación económica de la Unión Europea hacia países del Mediterráneo) son cuestionados como verdaderas herramientas de desarrollo económico y por la relación que establecen entre la cooperación regional con África del Norte y el Medio Oriente y las políticas de control migratorio.

En este sentido, el libro de Joan Lacomba nos ayuda a entender la reciente migración marroquí a España y la vinculación de las políticas de inmigración con las políticas de cooperación para el desarrollo de la Unión Europea. Migraciones y desarrollo en Marruecos es producto de la investigación cualitativa y cuantitativa enfocada en el fenómeno de la inmigración marroquí en España. El autor explora y analiza la participación de los diferentes actores en la relación entre migración y cooperación para el desarrollo a través de entrevistas y grupos focales y con la realización, sin ninguna pretensión estadística representativa, de una encuesta a 90 hombres y lo mujeres marroquíes en edad productiva.

El libro está dividido en siete capítulos organizados en dos partes. La primera parte presenta los vínculos existentes entre el fenómeno migratorio y el desarrollo del país, los contextos de emigración e inmigración de los marroquíes, así como los múltiples efectos de la emigración en Marruecos. En el primer capítulo se hace una revisión de las principales posturas teóricas sobre la relación entre el fenómeno migratorio y el desarrollo, haciendo énfasis en el caso de Marruecos, y en el segundo se describe y analiza la emigración marroquí hacia Europa y el proceso de integración en el país receptor.

En la segunda parte Lacomba continúa el análisis de los efectos de la migración marroquí en España, pero ahora se enfoca en el impacto en las diferentes dimensiones sociales y económicas del país de origen. Concluye que las transferencias tanto financieras como de productos, tecnologías e ideas tienen un impacto en las relaciones sociales y en la transformación del espacio urbano en las comunidades de origen.

Lacomba muestra un cambio en el perfil del migrante marroquí y en el destino de los flujos migratorios hacia Europa, para los que España aparece como el nuevo destino principal. Asimismo, descubre un cambio en las regiones de origen, entre las que resaltan la zona centro de Beni Mellal-Khouribga-Khenifra y el área del este de Oujda-Guercifas-Bourfa. Destaca también la mayor participación de las mujeres y de personas con mayor nivel educativo. De acuerdo con estos hallazgos, las razones de orden económico figuran como un importante factor de migración; sin embargo, la investigación de Lacomba permite apreciar en este sentido la importancia de las redes migratorias (que han apoyado una cultura de migración), así como la falta de expectativas de empleo y ascenso social para los jóvenes graduados en universidades. El desequilibrio socioeconómico entre la ciudad y el campo se señala como un factor potencial de migración; por esta razón, el autor subraya el desarrollo rural como una prioridad si se busca disminuir la presión migratoria.

Para el estudio de las causas y efectos de este flujo migratorio, el autor aplica una metodología variada. Resulta interesante la inserción de párrafos en los que se describen las dinámicas de la emigración a España y los entrevistados relatan sus razones tanto de orden económico como social e incluso individual. De ahí que Lacomba concluya que el fenómeno migratorio tiene una causalidad múltiple y que las condiciones de un sistema económico y político en transición en Marruecos no son la única explicación para emigrar. Por un lado, existe una desigualdad entre el espacio urbano y el rural, y por el otro, la influencia que ejercen las redes sociales y el efecto demostrativo de los migrantes que retornan juegan un papel fundamental.

Con respecto a los efectos en Marruecos, la emigración de los jóvenes en edad productiva es considerada positiva por el gobierno marroquí, porque constituye una importante inyección de divisas, que se recibe a través de las remesas, y porque opera como "válvula de escape" para el desempleo de los jóvenes graduados. Lacomba muestra los efectos de las transferencias monetarias, de mercancías, de tecnología y de ideas como un factor de desarrollo. Basado en los resultados de su encuesta, el autor encuentra como factor limitante para las transferencias financieras la misma condición migratoria y laboral del grupo marroquí en España, conformado principalmente por hombres jóvenes.

De acuerdo con el autor, el envío de estas remesas podría ser mayor del que reportan las fuentes oficiales, en las que su monto es inferior al de otras comunidades marroquíes en el extranjero. Si bien esto se podría explicar por el Uso de canales de envío informales gracias a la cercanía geográfica, existe otra explicación, relativa a la baja capacidad de ahorro. En este tenor, los entrevistados hablan de su experiencia en un mercado laboral español que los restringe a sectores como la construcción, los servicios y la agricultura. Hablan también de su condición migratoria irregular y de la discriminación que perciben, teniendo como consecuencia que el grado de educación del inmigrante no corresponda al puesto que logra desempeñar en España.

En la segunda parte del libro el tema central son las políticas de cooperación para el desarrollo que han emprendido los gobiernos de Europa, particularmente España, y la participación tan importante de los inmigrantes y las organizaciones no gubernamentales en estos procesos de cooperación.

Aquí se discute el papel del desarrollo como un elemento inhibidor de la emigración. Lacomba revisa las líneas de acción de las políticas de cooperación para el desarrollo puestas en marcha por la Unión Europea mediante diferentes programas institucionales y su incidencia en el grupo de la población con mayor presión para migrar. Destaca el hecho de que la ayuda multilateral no corresponde a las necesidades de desarrollo de Marruecos sino a intereses de orden geopolítico.

Para explicar la política de codesarrollo para el caso español, el autor analiza este concepto, que surgió a fines de 1998 en los documentos del Ministerio del Interior francés relativos a los contratos de reinserción de los migrantes en sus países de origen. Asimismo, el concepto de codesarrollo está presente en la plataforma de la Delegación Interministerial de Migraciones y Desarrollo, en la que el sociólogo Sami Naïr lo emplea enmarcándolo en una acción de Estado. Esta propuesta plantea la gestión común de los flujos migratorios y la promoción de proyectos de desarrollo entre los países de origen y de destino, en los que el migrante actúa como un vehículo del codesarrollo apoyado por los recursos del gobierno en proyectos locales, en los que se involucran diferentes agentes y niveles de acción, como las comunidades emisoras y las organizaciones no gubernamentales. Sin embargo, la propuesta de Naïr ha sido criticada porque propone el control migratorio y desconoce los beneficios de la migración para el país emisor, como son la disminución de las presiones sobre el mercado de trabajo y la transferencia de recursos que promueven el desarrollo local.

Lacomba cuestiona las políticas de cooperación para el desarrollo basadas en la premisa de que el desarrollo económico puede inhibir la emigración, puesto que el mismo desarrollo puede producir lo contrario en un corto plazo. Específicamente, analiza la política de inmigración española y la política de cooperación para el desarrollo dirigida a diversos puntos geográficos, especialmente al norte de Marruecos. El autor explica que la estrategia de codesarrollo enmarcado en programas como Paidar y Greco de la Cooperación Española carece del conocimiento de las dinámicas migratorias y que su implementación no siempre está dirigida ni a los sectores más vulnerables ni a las zonas geográficas con mayor índice migratorio, sino a aquellos sectores y regiones que responden a intereses geopolíticos.

Por ello el autor describe las estrategias que engloba la política de cooperación para el desarrollo como parte de una política exterior española que busca responder a la del conjunto de los países miembros de la Unión

Europea. Lacomba cuestiona también la falta de participación de todos los actores involucrados en el fenómeno migratorio, y por tal razón revisa las acciones de cooperación transnacional emprendidas, no sólo por los agentes gubernamentales, sino también por los mismos migrantes y las organizaciones no gubernamentales, tanto españolas como marroquíes, que operan simultáneamente en Marruecos y en España.

Basado en un trabajo de revisión documental y de entrevistas con los actores de las organizaciones de la cooperación española, Lacomba presenta un mapa de acción de esta política de codesarrollo descoordinado, incoherente y de bajo impacto con respecto a los objetivos generales. Las razones de este fracaso podrían deberse, en primera instancia, al diseño de una política migratoria que no permite el desarrollo de los migrantes en España mediante una inadecuada política de integración que inhibe su potencial de agente del desarrollo en su lugar de origen. Por otro lado, en el caso de Marruecos, el sistema político en proceso de democratización no ofrece la infraestructura institucional que pueda canalizar la acción de las organizaciones sociales. Lacomba menciona también que hay proyectos exitosos de organizaciones marroquíes, como Migración y Desarrollo, una organización fundada por emigrantes marroquíes en Francia.

Sin embargo, en sus conclusiones Lacomba nos ofrece un panorama más positivo cuando habla de una sociedad civil organizada con vocación comunitaria como medio para la acción transnacional para el desarrollo en zonas de alta emigración. Estas características de organización comunal difieren en las zonas de origen de los migrantes, y el autor ejemplifica el caso de las zonas beréberes del sur, cuyo alto sentido comunitario se basa en prácticas de organización social y política precedentes. En este sentido, la Twiza es un forma asociativa de producción, la Jema'a es la autoridad política local y los Rífenos, una sociedad con miembros mucho más individualistas pero que han reaccionado a las acciones de las organizaciones no gubernamentales españolas.

El autor expone en la última parte de su trabajo una serie de conclusiones y propuestas dirigidas a la búsqueda del diálogo político entre los países que comparten los flujos migratorios. Resalta la necesidad de que las políticas de inmigración y de cooperación para el desarrollo coincidan con los esfuerzos que hacen tanto el país receptor como el emisor en obtener los beneficios de la migración y que, ante todo, aseguren el desarrollo de la comunidad migrante en su dimensión transnacional.

En resumen, la obra de Lacomba nos ofrece un amplio panorama de la migración marroquí en España y de las políticas de cooperación para el desarrollo vinculadas con la política de inmigración. El libro deja espacios abiertos para futuras investigaciones. Por ejemplo, sobre el papel que desempeña España como país miembro de la Unión Europea que busca armonizar su política migratoria con su necesidad de fuerza laboral. Por otra parte, la implementación de la política de cooperación para el desarrollo se vuelve más compleja debido a las características de la administración política de España, en la que intervienen diferentes niveles de gestión pública y política.

 

Información sobre el autor

MARÍA JOSEFINA PÉREZ ESPINO es candidata a doctora en estudios de migración por la Universidad de Sussex, en Inglaterra. Se ha desempeñaado como maestra de asignatura en varias universidades de México y trabajó como asesora del secretario de Desarrollo Económico del gobierno de la ciudad de México y en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Es miembro de la Red de Estudios de Migración en Europa (lMISCOE). Su área de interés es el estudio comparadode las políticas de desarrollo económico y migración.

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