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Latinoamérica. Revista de estudios Latinoamericanos

versión On-line ISSN 2448-6914versión impresa ISSN 1665-8574

Latinoamérica  no.53 Ciudad de México jul./dic. 2011

 

Reseñas

 

Lucía Chen y Alberto Saladino [comps.], La nueva nao: de Formosa a América Latina. Reflexiones en torno al bicentenario de las independencias latinoamericanas

 

Sofía Reding Blase*

 

Taipei, Universidad de Tamkang, 2010,422 pp.

 

* CIALC-UNAM

 

El texto que aquí se reseña es resultado del continuado esfuerzo de Lucía Chen y Alberto Saladino, quienes nos ofrecen una segunda oportunidad para echar una mirada a las relaciones entre Latinoamérica y Asia Oriental. La obra reúne a varios académicos de uno y otro lado del Pacífico y nos recuerda, desde el título mismo, las travesías y tribulaciones de los galeones que por cerca de 250 años navegaron por el sur hacia América y por el norte en el tornaviaje.

Varios e interesantes son los temas que se abordan en este volumen que comienza festejando los inicios de las luchas independentistas y sus protagonistas. Desde la conquista, desde Malinche y Guadalupe hasta Leona Vicario... mujeres, pero también hombres, especialmente los largamente invisibilizados, los negros y los pueblos originarios casi siempre mal tratados por las élites criollo-mestizas. También son recordados aquelos científicos cuyas pesquisas mostraron que América deseaba lanzar una mirada matiza-dora, racional y calculadora de la realidad, pero que además anhelaban la insurrección frente a la negativa de las metrópolis por integrarla a la historia. Podemos hallar en otro textos la mención a exploradores que trabaron amistad con indígenas en zonas de fronteras a donde ninguno osaba legar y que continuaron dándole duro a utopías, fundando remedos de Europa, y haciéndose lamar altezas serenísimas. Y de igual forma se habla de otros, como Vasconcelos, que preferirán verse inmersos en un frenesí nada sereno para defender una independencia civilizadamente y limpiar el pasado para forjar un futuro distinto, redimido.

En la obra también encontramos estudios sobre la participación de masones gaditanos en las gestas libertarias, y también otros satanizados grupos de los que se decía pretendían adelantar el fin de los tiempos, cosa que anunciaban hasta los cometas... En fin, tan novelada parece la independencia que se antoja leer también El general en su Laberinto.. . Laberinto que por otra parte, como se señala en el libro, ya no será el modelo arquitectónico que prevalezca —como lo es en las antiguas ciudades mediterráneas— sino un plano ajedrezado en el que se reflejarán los intereses y necesidades de la sociedad así como las jerarquías. Como vemos, los primeros textos muestran que el modo en que se ha narrado la historia es incompleto y que desde lo estético, como la arquitectura urbana o la literatura de Ibargüengoitia, falta mucho por decir.

En otra sección se exponen los modos en que se fueron entrelazando Asia y América no sólo desde tiempo atrás, sino hasta la fecha. Se reflexiona, por ejemplo, acerca de las ventajas que pueden traer a los países latinoamericanos esa política pragmática y una diplomacia viable como la que ha adoptado Taiwán frente a China, y con la cual se pueden dinamizar y potencializar las economías latinoamericanas. Por elo se requiere fomentar el interés por los intercambios académicos, especialmente entre estudiantes para que, aunque provisionalmente, puedan ser migrantes.

Porque, finalmente, son los migrantes, los andariegos, quienes con sus experiencias van modificando y construyendo identidades a tal punto novedosas, que no dejan de aparecer interrogantes cada vez más complejas. Las diásporas asiáticas hacia el Caribe han modificado el discurso sobre la identidad e inaugurado nuevas formas de entenderla y nombrarla: la kulitud, por ejemplo, o la creolidad. Identidades que van cambiando tanto que la Doctrina Monroe se queda flotando en el aire, porque al hilo de lo presentado en un par de artículos compilados por Chen y Saladino nos seguimos preguntando ¿quiénes son los americanos? Y más todavía: ahora que aquela doctrina se queda corta ante una economía que cambia ¿qué actitud tomará Estados Unidos de cara al bloque económico que opera en el Cono Sur?

Otro de los artículos incluidos en el libro nos recuerda que no sólo el vecino del norte interesado en el sur parece haber perdido la brújula, puesto que al interior de nuestras sociedades prevalecen problemas difíciles por resolver. Problemas cuya complejidad ha favorecido el surgimiento de movimientos sociales y que le dan nuevos apelidos a una idea de democracia con nombre de pila bien antiguo; movimientos, en fin, que enfrentan lo hegemónico desde lugares insospechados. Se trata, ciertamente, de movimientos con ansias de hacer respetar los derechos humanos, aunque también se habla en el libro acerca de otro tipo de grupos que recuerdan las horas más siniestras de las historias asiática y latinoamericana. Alianzas lúcidas y necesarias, y otras tan oscuras como las que se tejieron entre grupos anticomunistas, tal como se nos señala en otro más de los apartados del libro.

Por cierto, y ahora que el mundo se achica y se asocian hasta los antiguos adversarios, el cambio en las relaciones entre China y Estados Unidos obliga a Latinoamérica a no considerarse ya un patio trasero, sino un suelo donde se juegan relaciones internacionales que incluyen cuestiones de interés global como la seguridad y la energía, y que son temas de los que también se habla en la nueva nao. Relaciones que son, además, de carácter profundamente cultural. Prueba de elo es la gastronomía, pues desde tiempos del Galeón de Manila se fueron mezclando y cocinando lo asiático y lo americano. Galeones naufragados de cuyos restos también se da cuenta en este libro. Especialistas en el área hacen mención a la necesidad de continuar las pesquisas a partir de una arqueología histórica, sobre el flujo de bienes de consumo desde el lejano Oriente a través de las Filipinas, así como la difusión de información sobre personajes poco conocidos y que hicieron la ruta que se señala.

Otro de los aspectos notables y con el que concluye el libro, tiene que ver con las piedras y en concreto con una que es preciosa tanto para Mesoamérica como para China: el jade. Esta gema acompañó en su vida a los miembros de élites, aunque fue a la hora de su muerte cuando se perfiló como accesorio indispensable para adornar tumbas o cadáveres y lenar de extraña poesía los mundos del más allá.

Y mientras siguen los arqueólogos desenterrando lo que ya pasó, los escritores continúan escudriñando imágenes de la vida y de la muerte. Es el caso del último capítulo, en el que se analiza la extraña fotografía de un torturado, cuyo cuerpo fue a tal punto desgarrado que le hizo recordar a un poeta latinoamericano los 64 hexagramas del I Ching. Y es tal vez ese antiquísimo texto, en el que se subraya que los ciclos por los que navegan los hombres se dibujan como rizos enredados sobre sí mismos, el que puede servirnos de pretexto para pedir un tercer volumen que compile más ires y venires de la nueva nao.

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