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Latinoamérica. Revista de estudios Latinoamericanos

versión On-line ISSN 2448-6914versión impresa ISSN 1665-8574

Latinoamérica  no.49 Ciudad de México jul./dic. 2009

 

Reseñas

 

Adalberto Santana [coord.], Venezuela: política y migración

 

Dalia Correa Guía*

 

México, CIALC–UNAM, 2008,176 pp. (Col. Política, Economía y Sociedad en América Latina y el Caribe, 7).

 

* ICEYS–Venezuela

 

Hablar sobre la República Bolivariana de Venezuela es una referencia obligada en el escenario político mundial de hoy. Escribir sobre ella, es un imperativo. De allí, que la obra Venezuela: política y migración tiene gran relevancia dentro de ese quehacer testimonial de los cambios acelerados que ocurren al interior de esta nación latinoamericana, y que han tenido repercusión importante en los países de la región. Como venezolana siento profundo agradecimiento de que una institución de tantos quilates académicos como el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), galardonada con el Premio Príncipe de Asturias, al reconocerle su excelencia como la mejor universidad de Iberoamérica, haya dedicado uno de sus textos de la Colección Política, Economía y Sociedad en América Latina y el Caribe al caso de Venezuela. Creo que no podía ser de otra manera, su actual director, el Dr. Adalberto Santana, y coordinador de esta obra, es un incansable estudioso de las realidades políticas, sociales, económicas y culturales de América Latina y Venezuela, en ese contexto es una referencia obligada de análisis, dada la vorágine de cambios, ya indicada, que ocurre en esa nación.

Venezuela es un país que ha fundamentado su economía, desde 1928, en la explotación petrolera, lo que ha generado, entre otros efectos, la carencia y/o deficiencia de políticas públicas orientadas hacia otras alternativas de desarrollo socioeconómico. Germán Carrera Damas, en su prólogo al libro de Roberto Briceño León, señala que los efectos perversos del petróleo generaron un tipo de formación socioeconómica que se dio en Venezuela a partir de la aparición de este hidrocarburo, y que propició una conciencia social y económica caracterizada por la expresión "mentalidad rentística".1 En lugar de una economía nacional se produjo, de manera atropellada, una realidad constituida de "urbanización acelerada, marginalidad social, corrupción administrativa agravada, desamparo definitivo del campo, entre otros males".2 Hubo, también, ciertas ventajas derivadas del petróleo como fueron: carreteras, redención de la deuda pública externa, escuelas, hospitales, modernización acelerada de la vida cotidiana, así como la formación de las clases medias y el crecimiento y desarrollo de la clase obrera. Hace una década esa realidad de Venezuela comenzó a cambiar, y hoy se puede afirmar que la imagen del país es otra, tal como se evidencia en la obra Venezuela: política y migración.

Todos los trabajos presentados tienen su articulación en una nutrida e interesante introducción realizada por el coordinador, Adalberto Santana, en la cual se expresa que el objetivo del texto es presentar una visión "sobre el desarrollo de la vida política y de la migración venezolana en los últimos años del siglo XX y en los inicios de siglo XXI".3 Temas como la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA), Petrocaribe, el referéndum de 2007 sobre la reforma constitucional y el fenómeno migratorio venezolano son abordados por Santana con una precisión y actualidad exquisitas, que resultan en una hermenéutica de la realidad política venezolana, que sirve de preámbulo a los demás trabajos compilados en el texto.

Asimismo en este libro se recrea la Venezuela del pasado reciente en la pluma de Felícitas López Portillo Tostado, quien en su texto "La Venezuela de Hugo Chávez (1935–2000)" afirma que: "Venezuela ostentó un sistema democrático de los más antiguos de Sudamérica, y durante gran parte del siglo XX recibió una cuantiosa renta petrolera que fue despilfarrada en clientelismo político, corrupción y ambiciones faraónicas de sus gobernantes".4 La autora elabora una apretada síntesis de los cuarenta años de la llamada democracia representativa venezolana hasta llegar a la etapa histórica del hijo del pueblo, que no es otro que el polémico Hugo Rafael Chávez Frías, a quien la autora le adjudica el periodo denominado por ella "La presidencia neocaudillista"; no obstante, reconoce en el presidente Chávez su "pasión por cambiar las cosas" a través de la Constituyente.5 Finalmente podemos comentar que el análisis del gobierno venezolano únicamente abarca hasta el año 2000.

El texto que escribe Salvador Morales deleita al lector con lo relativo a la política exterior de Venezuela en los comienzos del siglo XXI. Se plantea que Chávez Frías, al ser electo presidente de Venezuela en diciembre de 1998, "emitió las señales más claras de un inminente y sensible cambio en la elaboración y conducción de la política exterior" venezolana.6 Morales señala que: "Hasta 1998 el Estado venezolano era considerado como una pieza más en la órbita de influencias estadounidenses".7 Pero este panorama cambia, cuando se elabora una nueva Carta Magna para Venezuela,8 en la cual se establece, en materia diplomática, "la posibilidad de someter a referendo popular cualquier tratado, convenio o acuerdo que a juicio de los ciudadanos interesados pueda comprometer la soberanía del país o enajenar competencias de orden doméstico a instituciones supra–nacionales".9 La línea política se evidencia en los siguientes puntos clave: no sujeción a los dictados de Washington, reanimación de la OPEP, alianza con el proceso revolucionario cubano, impulso a una forma de integración regional distinta al ALCA (forma que hoy es harto conocida como el ALBA), y acuerdos con países con los cuales tradicionalmente no se tuvo mayor acercamiento como Irán, Rusia, China. Esta línea redefinió la política exterior venezolana en el escenario mundial e impacta en la tendencia de un mundo multipolar, que conlleva "al debilitamiento del ejercicio unipolar de poder por parte de Estados Unidos".10

Lino Morán en su trabajo titulado "Política exterior de Venezuela en los comienzos del siglo XXI" recrea a Venezuela en el estilo de democracia participativa, al manifestar que ese tipo de democracia, propuesta en la Constitución Nacional de la República, "implica la aportación libre del pueblo en la formación y conducción del gobierno. Capacidad y poder de los ciudadanos para incidir en el ejercicio del poder del Estado y de la Administración Pública, sin interferencias de estructuras de mando ajenas a su propia creación".11

Tomás Straka, historiador venezolano, presenta su trabajo "México y Venezuela: cultura y exilio político", en él plantea que es necesario analizar las transacciones ideológicas y los intereses comunes entre ambos países, para comprender el proceso histórico de México y Venezuela. Estos vínculos entre los dos países han tenido sus matices, que en momentos los acercan y en otros los distancian. Esta revisión de las relaciones entre ambos países la logra Straka a través del recuento de diferentes obras de venezolanos en el exilio publicadas en México.

Un trabajo poco tradicional en Venezuela es el que realizan Raquel Álvarez y Dyanna Ruiz, en él plantean un análisis sobre el fenómeno migratorio, para ello consideran dos etapas: la época colonial con la migración agrícola y los años veinte con el petróleo. Afirman las autoras que en su devenir histórico, Venezuela ha sido fundamentalmente un país receptor de migrantes; sin embargo, destacan que a finales del siglo XX e inicios del XXI, se ha convertido en un país expulsor, dado que una parte de la clase media venezolana comienza a mirar hacia otros países como Estados Unidos y España, dada su inconformidad con la política de corte socialista del presidente Chávez. No obstante, a nuestro juicio, las cifras revelan que a pesar de la salida de algunos venezolanos por motivos políticos, principalmente a Miami, no se puede considerar a Venezuela como un país emisor de migrantes.

Finalmente, Yamile Delgado, investigadora venezolana, recrea una visión novedosa de las relaciones laborales venezolanas en el siglo XXI. Plantea que la visión tradicional de la relación patrón–trabajo asalariado está en crisis, dada la globalización del capitalismo. En el caso venezolano la discusión del trabajo y sus implicaciones en el nuevo y complejo escenario del desarrollo y la integración de América Latina es pública y cotidiana, dada la reorientación en el papel del Estado en todos los órdenes de la vida nacional. Existen nuevos elementos para el debate, entre ellos los referidos al cooperativismo, el asociativismo, la propiedad colectiva, la cogestión y la banca popular, lo cual es necesario deslastrar de la diatriba política superficial y mediática, para recolocarlo en un análisis objetivo que permita al interior del mundo del trabajo, el diseño del nuevo modelo de relaciones laborales.

 

NOTAS

1 Roberto Briceño, Los efectos perversos del petróleo, Caracas, Fondo Editorial Acta Científica Venezolana y Consorcio de Ediciones Carriles C. A., 1990, p. 7.        [ Links ]

2 Ibid., p. 8.

3 Adalberto Santana, "Introducción" a Venezuela: política y migración, México, CIALC–UNAM, 2008, p. 11.        [ Links ]

4 Felícitas López Portillo, "La Venezuela de Hugo Chávez (1935–2000)", en Santana, op. cit., p. 28.

5 Ibid., p. 43.

6 Salvador Morales, "Política exterior de Venezuela en los comienzos del siglo XXI", en Santana, op. cit., p. 61.

7 Ibid., p. 63.

8 Las estadísticas electorales oficiales de la República Bolivariana de Venezuela indican que en el referendo del 15 de diciembre de 2009, votó 44.37% de la población electoral inscrita. Los resultados le dieron al SÍ 71.78% y al NO 28.22%, con un porcentaje de votos nulos de 4.55%. En http://www.cne.gob.ve/estadisticas/e012.pdf.

9 Morales, op. cit., p. 65.

10 Ibid. , p. 80.

11 Lino Morán, "Venezuela en la dinámica de la democracia participativa", en Santana, op. cit., p. 86.

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