Desde un horizonte histórico los apartados temáticos que integran el libro comprenden el análisis político, de personajes, tópicos de religiosidad, educación, filosofía e historia de las ideas en América Latina. Si bien cada uno de ellos corresponde a espacios temporales distintos, su propósito es la búsqueda de elementos que contribuyan a una mayor comprensión no sólo de nuestro pasado sino también de nuestro presente. De manera que en el primer y segundo apartado encontramos investigaciones que corresponden al periodo prehispánico y al de la conquista española; nos referimos al estudio sobre la estrategia militar empleada por los mexicas y a la conversión en indígena del conquistador español Álvar Núñez Cabeza de Vaca hacia 1527. Diego Márquez nos presenta una sugerente lectura de la estrategia militar practicada por el ejército mexica en el periodo de consolidación-expansión tenochca; contraria a la tesis que intenta reducir el sentido de la guerra entre los mexicas al compararla con la visión europea; el autor argumenta que se contaba con distintas formas de ataque tanto en tierra firme como en zona lacustre. Si bien la guerra fue determinante en la conquista española, la historia registra también algunos casos de apropiación de concepciones y prácticas indígenas que el conquistador experimentó en su encuentro con el otro. En este sentido, Carmina García argumenta que Álvar Núñez vivió un proceso de conversión en indígena durante su peregrinaje por la Florida y el norte de lo que actualmente es territorio mexicano; tal aseveración es sustentada en la adopción de la desnudez, creencias, oficios, insignias y seis lenguas que llegó a hablar nuestro personaje durante los diez años que permaneció entre los pobladores indígenas. A partir de estos estudios es posible reflexionar sobre del sentido de la guerra entre las diferentes culturas y la necesidad de un encuentro verdadero con el otro.

Al asumir el compromiso de reflexionar sobre tópicos de nuestra región, los autores plantean una lectura de temas en relación con las circunstancias en que se desarrollaron y su repercusión en el presente. Desde este mirador, la historia de América Latina del siglo XX ocupa una parte central en los trabajos, en ellos se muestra un escenario en el que nuevos actores sociales contribuyeron a la conformación de las naciones en un momento caracterizado por conflictos bélicos, movimientos revolucionarios, gobiernos dictatoriales y procesos de transición a la democracia.

En el apartado sobre análisis político, la década de los veinte del siglo pasado fue el periodo en el que se conformaron nuevos partidos políticos, organizaciones de obreros y campesinos. El estudio dedicado al “Partido Comunista en El Salvador (1925-1932)”, escrito por Edna Puente, y al “Partido Aprista Peruano y el sindicalismo (1939-1948)”, de Eusebio Andújar, muestran un escenario de creciente demanda social alrededor de una apertura política y mejores condiciones de vida.

Es importante señalar que el escenario político de algunos países latinoamericanos no fue el único en presentar cambios significativos. En el ámbito religioso la migración de mexicanos a Estados Unidos a consecuencia de la Revolución mexicana de 1910 representó la ruptura de concepciones y prácticas culturales en el que lo divino resultó determinante. En el estudio sobre “Migración y mensaje religioso en México. Un acercamiento histórico”, Jael De la Luz nos hace partícipes de la conversión de migrantes mexicanos al movimiento religioso del pentecostalismo y su repercusión en la dimensión de lo personal y social. De manera que la conversión tuvo una relación directa con la migración y el mensaje religioso. Mientras en el protestantismo se presentaban nuevas formas de interpretar y asumir el compromiso religioso, hacia la segunda mitad del siglo XX la Iglesia católica también experimentó cambios importantes. La revisión a las “Nociones de pobreza de Gustavo Gutiérrez”, realizadas por Edgar Monreal, problematizan sobre la Teología de la Liberación desde la teoría y práctica, es decir, a partir de revisar las nociones de pobreza y de establecer la participación de los actores sociales, políticos y eclesiales en tal proceso.

En relación a la identidad, la unidad latinoamericana y la construcción de un humanismo incluyente, dos investigaciones aportan elementos para su análisis: “Utopía e identidad: Bolívar, el destino por construir”, de Juan Escalante, así como “Emilio Uranga y su concepción ontológica del mexicano” de Álvaro Malpica. El repensar la unidad y la construcción de un humanismo a partir del pensamiento producido en el subcontinente establece una valoración del pasado para entender y transformar nuestra realidad. La construcción de un proyecto de tal naturaleza deberá tomar en cuenta la diversidad cultural que nos caracteriza, es decir, reconocer la existencia de saberes y prácticas ancestrales como las de las comunidades indígenas, sobre esta cuestión Javier Zúñiga propone el “Análisis de algunas políticas de la filosofía tojolabal”, pueblo maya de Chiapas, para conocer concepciones y prácticas intersubjetivas y “nosótricas.”

El tema de la identidad en América Latina nos remite a considerar dentro de la discusión a la población que migra hacia el norte del continente americano, el estudio de Axel Ramírez en “La identidad de los latinos en los Estados Unidos”, parte de la consideración que los términos hispano, chicano y latino plantean como problema de fondo la cuestión identitaria de cada uno de los grupos que integran las denominaciones; situación que se refleja en las prácticas cotidianas y en la elaboración de políticas de Estado.

Otra de las tareas pendientes en la región se encuentra en el esclarecimiento de las desapariciones forzadas llevadas a cabo por algunos estados latinoamericanos durante el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional. En el trabajo sobre la “Desaparición forzada”, presentado por Nubia Lindo, se parte de la normatividad internacional sobre los Derechos Humanos para realizar un recuento del elevado costo social durante estos años y establecer la participación de Estados Unidos en dichas prácticas. Si bien las demandas por el esclarecimiento de las desapariciones incidió en algunos países al formarse comisiones encargadas de revisar dicho periodo; éstas resultaron poco eficaces en el trabajo que les fue encomendado; razón por la cual el problema de fondo no ha sido resuelto.

Experiencias como las anteriores hacen necesaria la defensa de valores humanos como la dignidad, la justicia y la equidad frente a la implantación del neoliberalismo en el mundo. Tal situación es analizada en “Ideas políticas: la democracia realmente existente en América Latina”, de Mario Magallón Anaya, quien señala de manera aguda que la democracia en la región debe ser pensada a partir de los problemas pendientes en nuestra historia, tales como el económico, el Estado de derecho, la diversidad social y la participación política. En esta ardua tarea de reflexión y construcción de propuestas en relación con la historia, lo escrito por Priscila Pilatowski y Roberto Mora en “Historia de las ideas: una revisión de criterios” nos señala la importancia de conocer los aportes a esta disciplina por parte de nuestros teóricos, así como el de ubicar su nacimiento y las características que adquiere en la región. De manera que la historia de las ideas posibilita el conocernos a través de la historia y buscar soluciones de acuerdo a nuestras propias necesidades.

Entre las alternativas que en el ámbito de la democracia pueden contribuir a pensar asuntos como el de la consolidación de las transiciones, Buatu Batubengue señala en “Las similitudes de la democracia entre África y América Latina”, que la democracia convivencial, entendida como formas de vida, nos permite aglutinar un conjunto de experiencias de los actores sociopolíticos que buscan construir una unidad a partir de la diversidad. Por lo tanto, una de las características que deberá tener la democracia en nuestros países será el de la inclusión y el diálogo entre las diferencias.

En el análisis sobre la democracia, la educación ocupa un lugar central, por eso la modernización educativa planteada con la globalización debe tomar en cuenta aspectos analizados en “Ética para las jóvenes y los jóvenes. Homenaje a Graciela Hierro Pérezcastro”, de José Luis Romero, “Educación, valores y democracia en América Latina”, escrito por Isaías Palacios y “Globalización y modernización educativa en América Latina”, de María del Carmen Jiménez. Los tres autores coinciden en que deben ser discutidos temas como la moral, la política, la religión, la autoridad y el género. Tal esfuerzo debe apuntar a la elaboración de una filosofía de la educación que incida en la formulación de programas y objetivos educativos que contribuyan en la formación de valores en los estudiantes de todos los niveles.

Los trabajos a los que nos hemos referido de manera general y que integran el libro que hemos reseñado son parte de investigaciones que siguieron su curso hasta concretarse en artículos, ponencias, tesis de licenciatura, maestría y doctorado. De esta manera se profundizó en el análisis de dichas temáticas y se consideraron nuevas líneas de investigación a partir de las mismas inquietudes.

Antes de concluir deseo manifestar mi más sincero agradecimiento y afecto al Dr. Mario Magallón Anaya por su atento interés en la formación de quienes integramos el seminario Historia de las ideas. La publicación del presente libro es parte de la motivación constante a que somos invitados en nuestras reuniones de todos los miércoles. Es en palabras del Dr. Magallón “un espacio que nos motiva a la investigación”. Qué mejor motivación para quienes integramos el seminario que ver nuestros trabajos en una obra como la que hoy se reseña. Gracias a quienes contribuyeron en la publicación del libro Historia de las ideas: repensar la América Latina y felicidades a los autores de cada una las investigaciones.