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LiminaR

versión On-line ISSN 2007-8900versión impresa ISSN 1665-8027

LiminaR vol.12 no.1 San Cristóbal de las Casas ene./jun. 2014

 

Reseñas

 

Bretón Solo de Zaldívar, Víctor (2012), Toacazo. En los Andes equinocciales tras la Reforma Agraria

 

Andrés Fábregas-Puig

 

Quito: FLACSO-Ecuador/Universitat de Lleida/ABYA YALA/Universidad Politécnica Salesiana.

 

Profesor-investigador en CIESAS-Sureste, México.

 

América Latina es intensamente rural en una parte considerable de su territorio. No son pocos los países del continente latinoamericano que muestran procesos de transformación de las añejas estructuras agrarias que los han caracterizado y que se originan en los años de existencia del régimen colonial español o portugués. El caso del Ecuador es ilustrativo de estos procesos de transformación que conllevan movimientos de reivindicación étnica, nuevas identidades políticas, configuraciones organizativas producto de las mismas luchas y varios procesos que han desencadenado nuevas trayectorias en los rumbos nacionales de nuestros países.

Toacazo, el libro escrito por Víctor Bretón Solo de Zaldívar, es una mirada que, desde el observatorio de una parroquia ecuatoriana, analiza la transformación del régimen de hacienda y la configuración de la etnicidad como un argumento político, eficaz en la movilización y en la articulación de los movimientos populares. Califico el libro como una perspectiva etnohistórica de las transformaciones del agro ecuatoriano, con un uso de las tradiciones orales combinadas con la exploración de las fuentes documentales. Sella esta manera de proceder, la etnografía, tejida a la luz de la evidencia, de los testimonios y de la habilidad de observación del antropólogo. Todo configura una lección de método y coloca a la antropología en la tesitura analítica que permite desentrañar los procesos que en los actuales momentos están transformando las realidades latinoamericanas. Como dice uno de los apartados del libro, se trata de una monografía local con proyección global. Añado que ello se logra a través del manejo de un campo teórico adecuado y una orientación de método congruente.

El libro de Víctor Bretón está dividido en tres partes que vienen precedidas de una presentación y una introducción. En la primera parte se expone la orientación teórica y el contexto, en la segunda parte se describe el desmoronamiento de la hacienda y en la tercera se describe y analiza la relación entre la organización indígena y las agencias de desarrollo. Cierra el libro un epílogo y las referencias documentales utilizadas. Las fotos, cuadros y mapas son un auxiliar que el lector apreciará porque facilitan la lectura y sitúan la narración.

Toacazo es un texto que presenta una forma sugerente para emprender una reflexión de largo alcance acerca de los movimientos indígenas en América Latina. Víctor Bretón escogió bien el escenario: la configuración en la sierra ecuatoriana de una de las plataformas étnico-políticas más complejas que están presentes en la actualidad latinoamericana. Toacazo, una parroquia en los andes equinocciales, es descubierta por la mirada antropológica como un punto de mira para comprender escenarios amplios y reconsiderar categorías de análisis que las ciencias sociales han usado y usan. Víctor Bretón logra describir procesos nuevos porque ha sabido distinguirlos en un "territorio antropológico" que, como el de Los Altos de Chiapas, acusa la intensa presencia de la añeja compañía de los antropólogos.

Una lección importante de esta obra es la congruencia que guarda. El autor no se aleja de su punto de partida sino que lo convierte en un eje que vertebra la narración. No resisto la tentación de señalar las cercanías con la literatura que este texto guarda, no sólo por lo bien escrito, sino por la fidelidad a la guía que hace inteligible la lectura. Ese punto de partida que son los años previos al advenimiento de la primera Ley de Reforma Agraria en Ecuador, le permite a Víctor Bretón una reconstrucción de la naturaleza y las características de la estructura agraria de Toacazo hacia 1960 y, desde aquí, seguir la dicha reforma como un entramado de relaciones políticas, de actitudes culturales, de nudos de relaciones sociales, hasta configurar un panorama de formación de un Estado nacional en cuyo proceso el pasado es parte del presente. Pericia sin duda, bien desplegada, es lo que aquí encontramos. Porque existe en este proceder un reto: deconstruir el metadiscurso del Estado nacional, hacerlo inteligible y, con ello, situar —que no es poca cosa— el paso de una identidad étnica a una fuerza de movilización política. Con ello, Víctor Bretón cumple con el propósito de mirar el mundo desde su observatorio local.

Me parece que este libro encierra sugerencias para los interesados en explicar los nuevos tiempos de Chiapas desde la perspectiva de las transformaciones del ámbito rural. Lo digo porque Víctor Bretón apunta procesos que tienen relación con la etnificación del desarrollo rural, lo que en México y en Chiapas nos retrotrae a las discusiones planteadas por Guillermo Bonfil a través del concepto de etnodesarrollo y del "México profundo". Es decir, el examen de cómo se transita de la lucha por la tierra al "nosotros en desarrollo" desde el punto de vista indígena. Desde este mirador, descubrimos las falacias de categorías que aparentan señalar líneas de decisión propia para descubrir los dogmas neoliberales. La superación de estos dogmas incluye la reflexión crítica incluso acerca de la noción del "buen vivir", manejada por los propios pueblos indígenas. Leo en el argumento de Víctor Bretón un factor de gran significado: Toacazo muestra que es el mundo de la hacienda el que enmarca la politización de la etnicidad y no los planteamientos del neoliberalismo sobre la democracia y la igualdad ante la ley. La hacienda es un universo de dominación en el que emergen la identidad étnica y la capacidad de transformarla en movilización política, en factor de crítica de la condición del dominado. Me parece encontrar aquí una sugerencia que destaco: las propias formas de dominación generan las estrategias de movilización popular. Es un argumento que nos lleva hacia caminos complejos en el debate, que incluye pensar en el papel de las ideologías, las doctrinas políticas, los discursos alusivos a la libertad y los caminos por los que se moviliza la gente.

En Ecuador, y comparando con los procesos sucedidos en México, esa transformación de la hacienda es un suceso de nuestros días. En México, las grandes transformaciones de las haciendas se retrotraen al siglo XIX y, por supuesto, a la Revolución mexicana en los inicios del siglo XX. En Ecuador, estas transformaciones siguieron ritmos distintos, algunos de ellos desde el siglo XIX. Pero en Ecuador no sucedió un movimiento político como el de la Revolución mexicana. Todavía en los años sesenta, los gamonales y las añejas estructuras de la dominación colonial están presentes en el país andino. Será hasta 1964 cuando se aplique la Reforma Agraria en el Ecuador. Y las estructuras no cayeron de la noche a la mañana.

La disolución de las haciendas no siguió un camino único. Víctor Bretón narra, discute y explica cómo operaron los diferentes modelos de transformación de las haciendas ecuatorianas, incluyendo, por supuesto, las que pertenecían a la mismísima Universidad Central del Ecuador. La narración de cómo esta gran universidad se convirtió en terrateniente y cómo dejó de serlo es una de las partes más atractivas del texto de Víctor Bretón y una lección de que ningún surrealismo supera al de América Latina y El Caribe.

También es muy importante sacar a flote las añejas estructuras de dominación configuradas en los tiempos coloniales. Y, por supuesto, la longevidad y tenacidad de las relaciones clientelares, que recorren las formas y las estructuras organizacionales en América Latina y El Caribe. Hasta en los santos patrones están presentes los viejos señores de la tierra, los dominadores. El Ecuador no es la excepción en las prolongaciones del hecho colonial. El percibir este factor permite a Víctor Bretón trazar un proyecto crítico, una antropología basada en ese proyecto, y evitar la idealización de los procesos. En ello, la habilidad del autor facilita cerrar el libro con lo que abrió y retrotraer al lector hacia las bases analíticas que han operado a lo largo del texto, mostrando su eficacia para desvelar los procesos y al final mostrar a los protagonistas: la gente del Ecuador.

En las páginas de Toacazo están presentes las añejas estructuras de ese mundo andino —¿se puede hablar de un mundo tal?— que fue resultado de la situación colonial, de líderes y organizaciones construidas a través de un tiempo que va y viene entre las exigencias del presente y las ataduras del pasado, de un Estado nacional que lejos de debilitarse se ha reconfigurado y fortalecido, erigiéndose como una suerte de nuevo patrón articulador del clientelismo. En el medio de todo ello, los movimientos indígenas del Ecuador muestran signos muy propios y enseñan las transformaciones de la etnicidad al calor de las batallas políticas. Más fascinante no podía ser.

Termino este breve comentario con una pregunta que se hace explícita casi al final del texto pero que está entretejida a lo largo del libro: ¿están América Latina y El Caribe ante un cambio de época? Hablamos de época, no de cambios en las solas relaciones de producción o en las formas políticas. ¿Estamos ante un nuevo tiempo? Allí quedan las preguntas que Toacazo nos alienta a reflexionar. Es probable que no las resolvamos, pero en el camino de responderlas es factible escribir más Toacazos y ofertar a nuestras sociedades un abanico comparativo de sus propias realidades y de los destinos delineados en las entrañas profundas de sus historias.

Una palabra final: Víctor Bretón ha escrito con pasión. Una doble pasión: la que siente por el Ecuador y la que mantiene por la antropología. He notado esas pasiones a lo largo del libro. Allí está el trabajo de campo, el gusto por los paisajes, el manejo de las categorías analíticas, la gente de carne y hueso, y las historias profundas que enlazan al antropólogo con el mundo.

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