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versión impresa ISSN 1665-4420

Sig. his vol.23 no.45 México ene./jun. 2021  Epub 02-Jun-2021

 

Artículos

Resistencia a la reforma educativa de 1969 en las Normales Rurales de México

Resistance to the educational reform of 1969 in the Rural Normales in Mexico

Yessenia Flores Méndez* 
http://orcid.org/0000-0001-8878-9437

*Universidad Autónoma de Tamaulipas, México. chiquis.azul@hotmail.com


Resumen:

Este artículo expone la resistencia de estudiantes normalistas rurales a la reforma implementada después del movimiento estudiantil de 1968, la cual eliminó 14 Escuelas Normales Rurales (ENR), de las 29 que existían en México, para transformarlas en Escuelas Secundarias Técnicas Agropecuarias (ETA). La Secretaría de Educación Pública (SEP) justificó la reorganización con argumentos pedagógicos de mejorar su función con la separación del ciclo secundario del ciclo normal. El estudio retoma a James Scott, quien propone interpretar la conducta política de los grupos subordinados mediante las estrategias de resistencia. Las fuentes que sustentan este análisis son documentos de la versión pública del ramo de gobernación del Archivo General de la Nación.

Palabras clave: resistencia; educación normal; educación rural; estudiantes normalistas; movimiento estudiantil

Abstract:

The objective of this text is to expose the resistance of rural normalist students to the normal education reform implemented after the 1968 student movement, which eliminated 14 Rural Normal Schools (ENR) of 29 by reorganizing them into Agricultural Technical High Schools (ETA). The Ministry of Public Education (SEP) justified the reorganization with pedagogical arguments to improve its function with the separation of the secondary cycle from the normal cycle. We return to the contributions of James Scott, who proposes to interpret the political behavior of the subordinate groups through resistance strategies. The sources that support this work are documents of the public version of the governing branch of the General Archive of the Nation.

Keywords: repression; normal education; rural education; normal students; student movement

Introducción

Las Escuelas Normales Rurales (ENR) han experimentado varias etapas en su historia, la primera de 1921 a 1940, cuando iniciaron con un plan de estudios de dos años, vinculadas con los principios de la revolución de 1910. En el Cardenismo (1934-1940), tanto las ENR como las Escuelas Centrales Agrícolas (ECA), fueron transformadas en Escuelas Regionales Campesinas (ERC) de tipo mixto, al unir la enseñanza agropecuaria y normalista con un plan de cuatro años. En este periodo, se implementó la educación socialista y las ERC aplicaron un plan de estudios con materias de orientación socialista y materialismo histórico. En 1935, los estudiantes normalistas rurales conformaron la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), y recibieron formación política en los comités estudiantiles.

La segunda etapa, de 1941 a 1969, inició durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho (1940-1946), quien impulsó la política económica de industrialización. La política educativa fue reorientada y la educación rural dejó de ser prioritaria; los planes y programas fueron unificados, y los contenidos se modificaron.1 Entre 1941 y 1943, la reforma administrativa y curricular separó la enseñanza normal de la agrícola; amplió el plan de estudios de maestro rural a seis años (tres de secundaria y tres de normal); las 35 ERC fueron reconvertidas en 20 ENR y 8 Escuelas Prácticas de Agricultura (EPA), y las ENR dejaron de ser mixtas (quedaron 10 de hombres y 10 de mujeres). Sin embargo, en 1959, las EPA no prosperaron y se cambiaron a ENR, por lo que estas últimas aumentaron a 29 planteles.2En 1959, se empezó a independizar la secundaria y se le estableció como requisito para ingresar a las ENR; asimismo, en 1963 se implementó una reforma curricular, y luego vino la participación de las ENR en el movimiento estudiantil de 1968, así como la reforma educativa subsiguiente que disminuyó su número y su matrícula.

El discurso del gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Educación Pública (SEP), argumentó que la reorganización de las ENR buscaba mejorar su funcionalidad. Los líderes estudiantiles y el alumnado rechazaron la reforma, pero, a pesar de las protestas, no pudieron impedir su aplicación. En la tercera etapa de las ENR, de 1969 al presente, siguieron tanto las reformas educativas como los problemas estudiantiles.

Sergio Ortiz afirma que la reforma educativa de 1969 se aplicó bajo argumentos pedagógicos, pero que, en realidad, fue “una medida para someter al normalismo rural que en 1968 jugó un papel protagonista como foco del proselitismo de izquierda y con influencia del Partido Comunista Mexicano”.3 El autor señala que la movilización de las ENR planteaba demandas académicas respecto a las reformas educativas. Marcelo Hernández reconoce que la reforma fue acertada, porque significó un paso importante en la profesionalización del magisterio, pero que, ciertamente, fue efecto del movimiento estudiantil de las ENR.4

Para Thomas Popkewitz, las reformas educativas siempre buscan alguna mejora, porque el cambio propone innovar: está enfocado en la calidad de la enseñanza, el currículo escolar y los resultados de los alumnos, e intenta renovar prácticas y modernizar las instituciones.5 Las reformas administrativas y educativas mejoraron la función de las ENR, pero sólo en el ámbito académico. Además, no siempre han estado directamente vinculadas a los planes de estudio de nivel primaria, y tampoco han logrado mejorar la infraestructura educativa ni incrementar los recursos para los internados, problemas que aún persisten y que son una continua demanda por parte de los estudiantes.

James Scott propone interpretar la conducta política de los grupos subordinados mediante sus estrategias de resistencia. Para Scott, las relaciones de poder son relaciones de resistencia. Los dominadores utilizan la estigmatización. Las técnicas que emplean los subordinados en el discurso público son las protestas.6 Las autoridades educativas desprestigiaron a los estudiantes normalistas rurales por su oposición; ejercieron presión mediante sanciones, y aprovecharon el momento para aplicar una reforma estratégica y terminar el conflicto mediante la disminución de las ENR. Aun así, continuaron las protestas y las huelgas.

Esta investigación está fundamentada en expedientes del archivo personal del profesor Ramón Bonfil -exdirector general de Educación Normal-, para entender los contenidos y argumentos en favor de la reforma educativa de 1969, así como en documentos de la versión pública de la Secretaría de Gobernación, para comprender los instrumentos del Estado contra el activismo político estudiantil. El artículo está estructurado en tres partes: primero, presenta los antecedentes de la reforma, así como la participación de las Normales Rurales en el movimiento estudiantil mexicano; en segundo lugar, expone el diseño y la aplicación de la reforma que reorganizó el subsistema de educación normal rural, y, para finalizar, analiza la resistencia de los estudiantes a la reforma.

Los precedentes reformistas y el movimiento estudiantil en las normales rurales

En la década de 1940, inició la política de industrialización en México, finalizó el modelo económico de sustitución de importaciones y empezó el desarrollo estabilizador.7 El sistema educativo se readecuó a las nuevas necesidades. Por ello, aunque cambió oficialmente la orientación de la educación, en las ENR permaneció la ideología socialista, apoyada por maestros, comités estudiantiles y organizaciones; asimismo, el sistema de internado favoreció la organización política y el autogobierno. Dentro de las escuelas funcionaban clubes de orientación política, y algunas apoyaban la toma de tierras.8

En el avilacamachismo, los estudiantes de las ENR apoyaron la huelga estudiantil del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de la Escuela Nacional de Maestros (ENM), en causas comunes de protesta por la disminución del presupuesto para becas. En el periodo alemanista, solicitaron el aumento de los recursos, pero la falta de respuesta estalló en huelgas y paros en 1947 y 1950, con apoyo de jóvenes del IPN. También apoyaron otros movimientos sociales contra el gobierno, como el magisterial y el ferrocarrilero.9 En 1956, estalló otra huelga en las ENR y en el IPN. En 1959, los estudiantes normalistas rurales participaron en manifestaciones en la capital del país, en solidaridad con la ENM.

La FECSM inició su militancia en 1939, en la Confederación de Jóvenes Mexicanos (CJM).10 En 1956, creció la inconformidad en algunas ENR por la pasividad con la que la CJM defendía sus problemas. Entre 1961 y 1964, las Normales Rurales experimentaron una división: unas se agruparon a la FECSM y otras crearon el Consejo Nacional Permanente (CNP) de ENR. El Partido Comunista Mexicano (PCM) influyó en la creación del CNP, que cuestionó la militancia de las ENR a la CJM y al partido oficial.11 Así, la CJM se dividió y surgió la Central Nacional de Estudiantes Democráticos (CNED), una organización independiente y desligada del gobierno. Más tarde, las ENR del CNP se sumaron para formar la CNED, entre 1963 y 1966.

Del 15 al 17 de mayo de 1963, el PCM llevó a cabo, en la ciudad de Morelia, la I Conferencia de la CNED, en la cual fue emitida la Declaración de Morelia, con la participación del CNP; ahí se denunció la crisis del sistema educativo mexicano, se exigió una reforma nacional en todos los niveles educativos, así como mayores oportunidades de acceso a la educación superior para las clases populares.12 A la II Conferencia de la CNED, en mayo de 1964, acudieron representantes de doce ENR adheridas al CNP. 13

A finales de la década de 1950 y principios de la de 1960, mientras los obreros y el magisterio eran reprimidos, los campesinos de Morelos, Sonora, Nayarit, Baja California y Chihuahua se lanzaron a una lucha por las tierras. En Chihuahua -como en otros estados del país-, la lucha agraria había cobrado impulso con el apoyo del alumnado y el magisterio de las ENR. La modalidad de activismo colectivo más recurrente en Chihuahua fue la toma de tierras. En 1963, esta situación proliferó con la participación tanto de la Unión General de Obreros y Campesinos de México (UGOCM), como de otros partidos políticos y ENR que invadían predios latifundistas. Es decir, campesinos y estudiantes irrumpían. En la de Saucillo, las escuelas normalistas encabezaban las acciones, pues, históricamente, las ENR eran espacios donde había estudiantes muy politizados que hacían circular literatura comunista. Otras organizaciones ya se habían relacionado con estudiantes y maestros rurales de Sonora, Durango, Guanajuato, Guerrero, Estado de México, Morelos, Chiapas, Yucatán y Chihuahua, donde había ENR.14

El gobierno de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) empezó a tener presiones debido a los conflictos sociales acumulados años atrás. El malestar representado por jóvenes, maestros e intelectuales apareció. La incapacidad para resolver el conflicto derivó en la matanza del 2 de octubre de 1968 y el encarcelamiento de los líderes. El Presidente señaló como problema de fondo las deficiencias del sistema educativo y consideró urgente una reforma. Desde 1965, el titular de la SEP -Agustín Yáñez- planteó la necesidad de aplicar una reforma en todos los niveles educativos, la cual, en la práctica, fue parcial. En el sexenio, se habló de nuevos métodos de enseñanza, “aprender haciendo y enseñar produciendo”, retomando la formación activa; asimismo, se adoptó el calendario escolar de verano como único; se promovió la apertura de Secundarias Técnicas, y se crearon ocho Institutos Tecnológicos.15 La reforma en la educación rural consistió en reorganizar las ENR y crear las Escuelas Secundarias Técnicas Agropecuarias (ETA), y dejó proyectada la creación de un subsistema de educación media superior, política que continuó en el siguiente sexenio.

Algunas ENR estuvieron más involucradas con los movimientos sociales en sus demarcaciones, por ejemplo, en Chihuahua, donde la politización y participación solidaria de los estudiantes y maestros normalistas rurales apoyaron el movimiento campesino y guerrillero. Los orígenes de clase y las tradiciones pedagógicas socialistas explican esta adhesión.16 En los estados del sur (Guerrero, Chiapas, Morelos, Oaxaca), las condiciones eran diferentes, por lo que la participación sería parcial.

Las ENR, creadas por el Estado posrevolucionario como un proyecto para el medio rural, eran sostenidas por el gobierno federal, pero el origen de los estudiantes y su conocimiento de la situación social hicieron que simpatizaran con la lucha de obreros y campesinos. En 1965, la asociación de alumnos de la ENR de Teteles (Puebla) exhibía múltiples necesidades y denunciaba la desatención de las autoridades. El pliego de peticiones que presentaron a la SEP incluía: aumentar la ración diaria de alimentos; edificios, mobiliario y materiales para cumplir con la reforma educativa, así como mejores condiciones de estudio.17

En el desarrollo del movimiento estudiantil mexicano, 1966 fue un año clave, y Morelia se convirtió en el epicentro de lo que sucedió dos años después en la Ciudad de México. Las ENR de Tiripetío y La Huerta, Michoacán, se sumaron.18 Los dirigentes del PCM y de la CNED fueron perseguidos y encarcelados, luego de lo cual los estudiantes universitarios y normalistas rurales reclamaron su liberación.

La FECSM apoyó a los estudiantes de Morelia en el paro nacional que convocaron para secundarlo en las ENR, pero sólo respondieron las de Atequiza (Jalisco), Salaices (Chihuahua) y Aguilera (Durango). Al respecto, la FECSM consideró que todo paro entre los estudiantes de las ENR con calendario a no daría resultados, por estar en periodo de exámenes finales, pero sí en las de tipo B, donde podía prosperar algún movimiento. Por ello, se envió una propaganda de la CNED a todas las ENR, al tiempo que se preparaba el pliego petitorio. Con ese pretexto se iniciaría la agitación en todo el sistema de educación normal rural en enero de 1967.19

En marzo de 1967, la CNED convocó al Primer Seminario sobre la Reforma y Democratización de la Enseñanza. En abril, organizó la Jornada por la Democratización de la Educación Superior e invitó a las ENR. En el XXI Congreso de la FECSM, celebrado en la ENR de San Diego Tekax (Yucatán), en mayo, se confirmó la militancia oficial en la CNED. Con la unidad de las ENR en la FECSM, la Juventud Comunista Mexicana (JCM) del PCM logró controlar a todas las sociedades de alumnos; esto modificó la relación entre la SEP y el gobierno de Díaz Ordaz, el cual cambió su discurso político, lo que traería efectos para las ENR.20

A mediados de 1967, la SEP y la Dirección General de Educación Normal (DGEN) llevaron a cabo la Asamblea Nacional de Educación Normal (ANEN), donde prepararon y anunciaron una reforma cuyas propuestas eran las siguientes: orientar a los jóvenes hacia una formación técnica y que no vieran la carrera de maestro rural como única opción de estudios, debido a la sobrepoblación estudiantil que deseaba ingresar a las ENR; reorganizar la enseñanza postprimaria rural, suprimiendo o transformando el ciclo secundario o creando secundarias rurales técnico-agrícolas, y sustituir las ENR por Centros de Educación Normal Rural.21 La SEP proponía eliminar los internados, otorgar becas en efectivo y aumentar un año el ciclo profesional (Normal). La FECSM estuvo de acuerdo con algunos cambios.22

La CNED se recuperó de la detención de sus líderes en 1966 y amplió sus atribuciones con su presencia en las ENR; el 3 de febrero de 1968, las convocó a la “Marcha por la Libertad”, de Guanajuato a Morelia, pero ésta fue bloqueada, pues buscaba reactivar sus acciones en provincia. Las ENR se fueron a la huelga general, con demandas económicas. Las autoridades atendieron las peticiones y les dieron un ultimátum de no sumarse ni provocar agitaciones.

El 20 de abril de 1968 se efectuó la Conferencia Nacional de Clubes de la JCM en las ENR, con asistencia de ochenta delegados, quienes discutieron la crisis en la enseñanza normal rural, el Programa de reforma democrática de la JCM, la disminución de la matrícula en las ENR, así como la democratización de la educación para el acceso de las clases trabajadoras.23 En mayo, la CNED celebró un segundo congreso en la Ciudad de México, que convocó a la movilización, y las ENR pasaron a ocupar el Consejo de vigilancia de dicha organización.24

En mayo de 1968 tuvo lugar el XXII Congreso de la FECSM en la ENR de Mactumactza (Chiapas). Los normalistas exhibieron una crisis tanto en el sistema educativo como en las ENR, y defendieron una reforma a la educación normal, científica, democrática y popular, de acuerdo con sus estatutos. Pero las ENR fueron investigadas por la Dirección Federal de Seguridad, mediante informes de matrícula, directores y comunidades que rodeaban a las escuelas. Hacia 1968, funcionaban 29 ENR (8 de mujeres y 21 de hombres), con cerca de 10 000 estudiantes normalistas rurales (7 253 alumnos y 2 434 alumnas).25

El movimiento estudiantil mexicano inició en julio y finalizó en octubre de 1968. Según Sergio Zermeño, “fue un episodio de lucha democrática, los estudiantes vivían un régimen donde las decisiones eran tomadas por el Estado, buscaban un cambio de sistema, una sociedad democrática y mayor libertad de participación”.26 En la primera etapa del movimiento, la Federación de Estudiantes Técnicos (FNET) del IPN y la CNED organizaron marchas independientes que culminaron el 26 de julio. La FNET llamó a una protesta por la represión y ocupación de sus escuelas. En la segunda etapa, el gobierno se replegó. El 8 de agosto, se unieron la UNAM, el IPN y las Normales Rurales. El movimiento se extendió hasta el 2 de octubre, en Tlatelolco, con el asesinato y detención de los líderes y estudiantes.

En septiembre de 1968, miembros del comité de la FECSM se trasladaron a varias ENR B, para tomar un acuerdo de apoyo al movimiento estudiantil. El ex-secretario Matías Rodríguez aconsejó apoyar a nombre de la CNED. Por su parte, el secretario Rubén Rocha insistió en que debían hacerlo a nombre de las ENR,27 pues algunas escuelas “no aceptaban apoyar ya que les podía afectar, la SEP lo advirtió y en caso de que se lanzaran a otro movimiento, procedería al cierre de algunos planteles y retiro de becas”.28

La FECSM formó parte del Comité Coordinador de Huelga (luego Comité Nacional de Huelga) en agosto de 1968. Las demandas planteaban peticiones propias de las ENR. Según Aurelio Cuevas, durante los sucesos de 1968 en la capital del país, algunas ENR B suspendieron labores, mientras que otras de tipo a fueron ocupadas por el ejército. Como las normales estaban regidas por dos calendarios, su acción fue desorganizada al brindar apoyo al movimiento estudiantil.29

El 8 de noviembre, sólo estaban laborando ocho ENR tipo B: las de Tamatán, Galeana, Hecelchakan, Jalisquillo, Saucillo, Salaices, Tekax y San Marcos, en tanto que las de Atequiza, Ayotzinapa y El Quinto permanecían en huelga. Corrió la versión de un paro en favor del movimiento estudiantil de México, como protesta por la amenaza de Agustín Yáñez de desaparecer las ENR. El 11 de noviembre pararon labores las ENR B por el cierre de las ENR A, las cuales estaban en periodo vacacional. Los estudiantes denunciaron la clausura de las ENR A, así como la aprehensión de ocho compañeros. Las de Ayotzinapa y Cañada fueron rodeadas por el ejército, y las de El Mexe y Panotla, clausuradas.30

Aplicación de la reforma educativa de 1969. desintegración de las normales rurales y creación de las escuelas técnicas agropecuarias

A inicios de 1969, las autoridades oficializaron la Reforma a la Educación Superior que buscaba democratizar la educación para la juventud. En febrero, los normalistas llevaron a cabo el Primer Seminario sobre la Reforma a la Educación Normal, en la ENR de Atequiza (Jalisco); ahí fue redactada la Declaración de Atequiza, en la que la FECSM se pronunció en contra de la Reforma, porque su contenido político afectaba a la educación popular. La CNED pidió solidaridad con las ENR; manifestó “que México necesitaba más y mejores maestros, pero la solución no era desintegrar el subsistema de educación normal rural, ni alargar la carrera, sino una transformación radical del contenido, orientación y métodos”.31

Organizado por la SEP, la DGEN, el Consejo Nacional Técnico de la Educación (CONALTE) y los directores de las normales, del 28 al 30 de abril de 1969 se celebró, en Saltillo, el IV Congreso Nacional de Educación Normal (CNEN), con el que se legitimaba la reforma a las Normales Rurales. Se corrigieron los objetivos del plan de estudios de enseñanza normal y se plantearon las cualidades del buen maestro,32 pues en 1963 se había aplicado un cambio en el plan de estudios y no había satisfacción.

El CONALTE dictaminó hasta el 14 de julio las resoluciones aprobadas en el IV Congreso, y presentó los argumentos pedagógicos de la Reforma. Entre las decisiones, estaban las anunciadas desde 1967, con ligeras modificaciones: la separación del ciclo secundario del ciclo normalista en las escuelas que los mantenían en conjunto (ENR y algunas urbanas), así como la ampliación del plan de estudios de la carrera de profesor rural, de tres a cuatro años.33

El 22 de julio, el oficial mayor de la SEP, Mario Aguilera Dorantes, anunció a la prensa la transformación de 15 ENR, y dio la lista de las escuelas afectadas (aunque no era la definitiva, posiblemente se había decidido desde el IV Congreso). Casi de forma paralela, del 28 de julio al 2 de agosto de 1969, en la Ciudad de México, se efectuó la VIII Asamblea Plenaria del CONALTE, para confirmar la aplicación de las reformas del IV Congreso. El CONALTE revisó el plan de estudios y programas, pues incluía nuevas materias.34

Entre mayo y junio de 1969, se celebró el XXIII Congreso de la FECSM, en la ENR de Ayotzinapa, porque la reforma no fue bien vista por los líderes estudiantiles y convinieron en estudiarla antes de su aplicación, en el orden técnico y pedagógico, y dar opinión a los alumnos e ir a la huelga en protesta.35

En agosto, la SEP expidió y publicó el documento: Reformas fundamentales en el sistema de enseñanza Normal, en el que se explicó la reorganización educativa y se reiteró que las ENR fueron creadas para hijos de campesinos y de maestros rurales, con vocación y aptitudes para ser profesores de educación primaria en las zonas rurales. Se exigirían requisitos rigurosos para el ingreso; asimismo, se prometieron más becas para las ENR y la creación de dos Centros Regionales de Educación Normal (CREEN). Las nuevas ETA funcionarían con internado y becas en efectivo, y cubrirían el nivel de secundaria para la carrera de profesor normalista y otras. Para obtener mejores resultados en la educación primaria, se Enriquecería la formación de maestros con cultura general y técnico profesional, capacitándolos con contenidos y métodos de enseñanza.36

También se imprimió otro documento: Más y mejor educación para los campesinos de México. Las Escuelas Tecnológicas Agropecuarias y las Escuelas Normales Rurales, el cual argumentaba que, para la gente del campo, la carrera de profesor representaba el único camino de movilidad social, pues no existían escuelas de nivel medio y superior en las áreas rurales, ni los campesinos contaban con recursos para enviar a sus hijos a las ciudades. Esto sirvió para que la SEP destinara a la población rural algunas ENR y ETA, y para que incluso ofreciera a los alumnos de las ETA el pase automático a las ENR. Además de impartir secundaria, las ETA prepararían técnicos agropecuarios.37 Ambos documentos contenían las resoluciones aprobadas. Con la separación de las secundarias y las normales, se ordenó mover al alumnado, el cual se concentró en 14 Escuelas Técnicas (10 de hombres y 4 de mujeres) y 15 Escuelas Normales (10 de varones y 5 de señoritas).38

La SEP señaló que la reforma no sólo renovaba a las ENR, sino también a la educación rural; se presentó un nuevo organigrama, con cada uno de sus niveles educativos, proyectando crear nuevas instituciones de educación media superior, las cuales finalmente no se concretaron. Esto implicaba que los niños, al salir de las primarias rurales (seis años), podían continuar sus estudios de secundaria en las ETA (tres años), y, al egresar de éstas, optar por el nivel medio superior (preparatoria o bachillerato, técnico, general y agropecuario), así como por cuatro alternativas de educación superior (normales, universidades, institutos tecnológicos y escuelas superiores de agricultura).

Con la reorganización, algunos estados quedaron con ENR y otros con ETA. En Hidalgo, permaneció la ENR de El Mexe (sede de la FECSM), y se creó la ETA en Huichapan, ambas de varones (tal vez por la influencia de las autoridades locales). La ENR de Roque, en Guanajuato, quedó clasificada como ETA, pero se negoció para convertirla en Escuela Nacional de Capacitación para el Trabajo Agropecuario (ENAMACTA). La ETA de Perote, en Veracruz, no abrió por falta de edificio. Tlaxcala y Oaxaca conservaron sólo una de sus dos ENR (una de mujeres y otra de varones). En Chihuahua quedó una normal de señoritas (Saucillo) y una secundaria de varones (Salaices). En Michoacán, subsistió la ENR de Tiripetío, de varones; en La Huerta, la secundaria pasó a ser de señoritas. La ENR de Atequiza, en Jalisco, se convirtió en plantel de hombres. Puebla, donde había tres normales, desapareció la ENR de Zaragoza y quedó la de mujeres, en Teteles, así como una secundaria de mujeres en Champusco. La trayectoria de cada normal dependía de los poderes regionales.39

¿Cómo decidieron cuáles ENR suprimir y transformar en secundarias?, ¿por qué no lograron cerrar las ENR más luchadoras, como Ayotzinapa, El Mexe y Tiripetío? De las más combativas, sólo afectaron a Salaices, entre otras. Las autoridades, posiblemente, eligieron cerrar las ENR que no estaban rodeadas de comunidades afiliadas a organizaciones disidentes que pudieran provocar una movilización campesina.

El 18 de agosto de 1969, se reunieron directores y profesores con Ramón Bonfil, de la DGEN, quien anunció que los cambios habían sido bien recibidos por los padres de familia.40 Pero no fue así: hubo protestas. La reorganización no fue justa, y la redistribución de los planteles por regiones tampoco fue equitativa, por la ubicación concentrada de las normales en el sur y centro del país.

Represión y resistencia en la reforma, 1969

Se han estudiado las ENR que siguen funcionando hasta la actualidad, pero no se había explicado cómo fue el proceso de cierre y resistencia de las 12 ENR en 1969. Según los informes de la Dirección Federal de Seguridad, el presidente Díaz Ordaz envió agentes contra el estudiantado que se negara a abandonar las escuelas, y le comunicaron las acciones que iniciaron los normalistas tras enterarse de las reformas. El director de seguridad alertó que los comités de lucha de las ENR se estaban reuniendo con el fin de tomar los edificios escolares, el 31 de julio. Las sociedades de alumnos de las normales reclasificadas en secundarias buscaron el apoyo de las comunidades cercanas para posesionarse de los edificios e impedir el cambio.

El comité de la FECSM pidió apoyo a la Normal Superior, a la Escuela Nacional de Maestros (ENM) y a las normales urbanas estatales. El PCM, a través de la propia CNED, hizo un llamado para que el estudiantado defendiera sus planteles, ya que el gobierno quería cerrarlos por su combatividad.41 Los dirigentes de la FECSM dejaron una guardia de 50 alumnos en cada plantel, para evitar que fueran tomados por las autoridades; ante esto, la SEP ejecutó la reforma durante las vacaciones de verano de las ENR B, y en los internados ordenó cancelar alimentación a los estudiantes que se negaran al cierre.42

La FECSM amenazó con apoderarse de las ENR, en protesta contra el plan educativo acordado por la SEP, el Secretario de Gobernación y los gobernadores estatales. Para evitarlo, éstos adoptaron las medidas preventivas. Ante las manifestaciones de los normalistas, entre julio y agosto, el gobierno federal envió al ejército y a la policía, y utilizó a núcleos de campesinos de la Confederación Nacional Campesina (CNC) para ocupar las ENR más combativas, entre ellas, La Huerta (Michoacán), Zaragoza (Puebla), Salaices (Chihuahua) y El Mexe (Hidalgo), donde estaba la sede de la FECSM. Los dirigentes denunciaron que cinco ENR fueron ocupadas, una por el ejército y cuatro por la policía. En algunos planteles fueron desalojados los alumnos de guardia. Las autoridades trataron de negociar, pero los paros y disturbios continuaron hasta septiembre en todas las normales.43

En la Ciudad de México, se concentraron los normalistas. La comisión de la ENR de Roque (Guanajuato) llegó primero y acordó tomar las escuelas con apoyo de la UNAM, el IPN, la Nacional de Agricultura y la Nacional de Maestros (ENM), que estaban ligadas con la CNED, para entonces ya desarticulada. Rubén Rocha, líder de la FECSM, encabezó a siete dirigentes; sólo recibió apoyo de la ENM, y convocó a una Asamblea Plenaria.44 Ante la falta de apoyo del estudiantado en general, los normalistas no se presentaron ante la SEP, pues no querían que las autoridades los identificaran.45

Los dirigentes cuestionaron la manera en la que la SEP resolvía los problemas del estudiantado, y continuaban con la idea de tomar las normales para recuperar las secundarias. Había un ambiente de incertidumbre y temor entre el grupo dirigente. Las comisiones trataron de contactarse con la CNED, en diversas instituciones capitalinas de educación superior, pero fracasaron, pues los estudiantes estaban de vacaciones.46

El 8 de agosto de 1969, la FECSM emitió el Manifiesto de Ayotzinapa, en defensa de las ENR contra la reforma antipopular, en el cual se expuso que el régimen de Díaz Ordaz dirigía una política represiva. En representación de los 12 000 estudiantes normalistas rurales, se denunciaron las reformas impuestas con represión: “compañeros encarcelados y ocupación de escuelas, en represalia por el movimiento del 68. Las ENR eran producto de la revolución, por ello participaban en la lucha por la tierra, por ser hijos de campesinos, su oposición al gobierno era la causa de la represión”.47

Los dirigentes estudiantiles consideraban que, mediante la separación de las secundarias y las normales, el gobierno pretendía dividir y restar fuerza a la FEC-SM ante el fracaso de su control, así como dificultar la formación democrática y revolucionaria de los estudiantes de secundaria. El gobierno buscaba injerencia de la CNC en la selección de alumnos, “pero la medida más grave y antipopular era eliminar el sistema de internado. La SEP planteaba la creación de un sistema de becas en efectivo, el cual sustituiría paulatinamente los servicios asistenciales”.48 El gobierno no aceptaba en las normales el sistema de internado porque, cuando se reunían y convivían los alumnos, se identificaban los problemas sociales y educativos de las distintas regiones de las que provenían. Aunque sí estaba planteado, no lograron eliminar el internado en las ENR (como sí ocurrió en el IPN), quizá por las condiciones económicas de los estudiantes rurales y, sobre todo, por las protestas.

Los líderes estudiantiles reconocieron que el IV Congreso y la VIII Asamblea plenaria del CONALTE eran instrumentos legales que el gobierno utilizaba para sus planes, y que la SEP había impuesto medidas disfrazadas de reforma integral. Los estudiantes aceptaron la creación de la ETA, para ampliar la educación rural, pero propusieron construir edificios nuevos, así como conservar y aumentar las ENR. Los normalistas señalaron otra justificación de la SEP para desintegrar las ENR:

[…] la urgencia y necesidad de unificar la enseñanza media, servir a los intereses de terratenientes, a la demanda de técnicos y mano de obra calificada, poner adelante las necesidades tecnológicas y omitir las clases campesinas. Someter el movimiento estudiantil porque las ENR eran centros de tradición revolucionaria.49

Los líderes normalistas se pronunciaron en contra de la separación de la secundaria y la normal, y de alargar la carrera de maestro y establecer el bachillerato como antecedente; enfatizaban que no se había elaborado ningún nuevo plan de estudios normalista.50 El estudiantado opinaba que una duración mayor de la carrera limitaría el acceso de jóvenes de escasos recursos a niveles superiores de educación. Mantener las 29 ENR y crear ETA por separado.

Desde los primeros meses de 1969 se habían reunido los representantes de 27 ENR, en Panotla, Tlaxcala, donde organizaron un movimiento para anular la reforma, porque afectaba a los jóvenes campesinos, para quienes era difícil estudiar otras carreras; justificaron que, en el conflicto de 1968, se fueron a la huelga en apoyo directo de sus propias demandas.51

Los alumnos normalistas continuaron solicitando ayuda a los estudiantes del país y pueblos circunvecinos de las escuelas; pidieron que no entraran a clases en septiembre. Las escuelas vigiladas por las autoridades no permitían que los normalistas se acercaran, pero llevarían a cabo otras manifestaciones en diferentes estados.52

El comité de la FECSM se dividió y se formó una Comisión permanente, la cual informó que los estudiantes no se habían equivocado contra la previa desaparición de las ENR. La política de la SEP se adelantaba cuando el movimiento estudiantil vivía una nueva etapa después de las grandes jornadas de lucha por la democracia de julio-diciembre de 1968; llamaron a reorganizar el movimiento estudiantil, reconcentrar a los normalistas y posesionarse de las ENR, así como a declarar huelga general el 2 de septiembre, fecha de inicio de clases, con la participación de padres y campesinos, y mediante el despliegue de una propaganda cuidadosa para evitar el enfrentamiento violento con la policía y el ejército. A pesar de cualquier rumbo de la lucha, garantizar la permanencia de la FECSM, con sede en la Escuela de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, convocaron a hacer esfuerzos para que los comités de lucha de la UNAM e IPN otorgaran solidaridad.53

Adolfo Lozano, líder de la FECSM, se presentó a la reunión del director de la DGEN (Ramón Bonfil) y los directores de las ENR, en la SEP, pero no fueron recibidos. La relación institucional entre la SEP y FECSM había terminado.54 Los jóvenes dialogaron con otros funcionarios (entre ellos, Víctor Hugo Bolaños) y dijeron que la reforma era parte de la política represiva del presidente Díaz Ordaz y del secretario de Gobernación, Luis Echeverría; no aceptaban la separación de secundarias, y no permitirían la entrada de ningún alumno a las ENR. Los dirigentes saldrían a diferentes partes del país a formar comités en cada escuela, para seguir luchando políticamente con el estudiantado y el pueblo.55

Cuando la FECSM denunció la desaparición de 11 dirigentes, amenazaron con tomar las 14 ENR convertidas en ETA, e hicieron asambleas el 2 de septiembre de 1969, día de inicio del ciclo escolar, para tratar de impedir que las restantes 15 ENR entraran a clases.56 No intervinieron en las 14 ETA; sólo hubo paro en las 15 ENR subsistentes, pues, en ese sentido, el gobierno no podría intervenir: no los podían obligar a entrar a clase. Esperaban que en el informe del presidente se mencionara la reforma educativa, lo cual consideraron un arma a favor ante el pueblo, para tener apoyo de las ETA. Ningún estudiante de las ENR quiso formar parte de las comisiones que habían planeado enviar a las ETA, por miedo a la represión del gobierno; no obstante, algunos alumnos permanecieron, el 2 de septiembre, afuera de las ETA, explicando el problema a los estudiantes.57

El comité de lucha de la Preparatoria 7, en la Ciudad de México, emitió un boletín en apoyo y defensa de las ENR; de acuerdo con éste, la SEP había dado un golpe al cerrar 14 de los 29 planteles, y esto no era más que una venganza por su participación en el movimiento estudiantil y en las luchas que se presentaban en provincia. La FECSM no estaba de acuerdo con la separación, porque esto destruiría su organización política. Todas las escuelas habían sido ocupadas y los estudiantes de Campeche, Guerrero, Chiapas, Chihuahua y otros estados estaban presos.58

El 3 de septiembre, la FECSM llamó a la solidaridad con la lucha de los estudiantes normalistas rurales. A las seis de la tarde, en todo el país, los 12 000 estudiantes agrupados se pronunciaron en “huelga general activa”, y desplegaron todos sus esfuerzos para enlazar su acción con el movimiento estudiantil nacional y poner alto a la represión que los privaba de sus escuelas. Cuestionaron los argumentos de las autoridades en torno a las reformas para el avance de la educación del campo, y el hecho de que les dieran el título “pomposo” de ETA. El gobierno restringiría el ingreso de alumnos miembros de la CNC para el control político. El fin era dividir a la FECSM, que contaba con más de 30 años de trayectoria combativa. El año anterior, se habían clausurado 15 ENR, pero se logró su reapertura. La mayoría de las escuelas fueron entregadas a la SEP por la policía y el ejército. El objetivo del gobierno era reprimir el movimiento estudiantil y campesino, e impedir que desbarataran a las organizaciones charras (el CJM). Llamaron a los estudiantes del IPN: sólo con la solidaridad nacional de campesinos y estudiantes podían salir adelante y vencer. Habían estado con ellos en la lucha, y ahora les urgía su apoyo. Como el objetivo del gobierno era aislarlos, llamaron a la unidad de estudiantes de la ciudad y del campo.59

El Comité Coordinador de Comités (COCO) de lucha del IPN respondió que, luego de la agresión en contra de sus compañeros de las ENR, el movimiento estudiantil había demostrado que el Estado reprimía enfrentando sectores. Por eso, la lucha de los estudiantes de las ENR los obligaba a estar con ellos. No negaban la combatividad de las ENR; al contrario, sabían que si el Estado atacaba era porque estaban vinculados con los campesinos.60

El 8 de septiembre, la FECSM repartió un volante en el que invitaba a un mitin en la capital del país, pero parece que no tuvo éxito. Con motivo del II pleno del comité ejecutivo de la FECSM, atacaron al gobierno por la reestructuración de las ENR y lanzaron algunas medidas para combatir. Circuló también el volante titulado “Tesis del movimiento estudiantil normalista rural”, el cual informaba que el gobierno había impuesto por la fuerza sus reformas. La SEP, con ayuda de cuerpos de represión gubernamental, desató una ofensiva mediante la supresión de escuelas, la expulsión de alumnos, así como con amenazas y confusión. En sectores de la FECSM existía desconcierto tanto por los objetivos políticos de la reforma, como por la represión gubernamental, cuya meta era mutilar y debilitar el movimiento estudiantil.61

La FECSM declaró que las reformas sólo eran promesas de la SEP, mediante las cuales terminaba con el último reducto de educación popular en México. El estudiantado y las fuerzas democráticas del país debían vincularse para que se escucharan sus demandas, pues, hasta ese momento, la reacción no había hablado. Los estudiantes no servirían de instrumento al aparato gubernamental; llamaron a demostrarlo apoyando las acciones de los normalistas rurales, constituyendo esa unidad de movimiento estudiantil ¡por la no desintegración de las ENR!62

El 23 se septiembre, la comisión permanente de la FECSM llamó a un frente de solidaridad con las ENR; manifestó que no se había obtenido apoyo del estudiantado normalista rural, ni del IPN o la UNAM, sino sólo de la Normal Superior; sin embargo, llamaba a esperar hasta el 2 de octubre para ver lo que se podía lograr.

La mayoría de las ENR y las ETA ya estaban trabajando; las únicas escuelas en paro eran Panotla y Ayotzinapa, que probablemente se rendirían la semana siguiente.63

La Asamblea plenaria estaba programada para el 29 de septiembre, en el auditorio de la unidad Zacatenco del IPN, pero ésta no se llevó a cabo, pues los estudiantes preparaban una concentración en Tlatelolco para conmemorar a las víctimas del año anterior. Además, existía división entre los estudiantes del IPN a raíz de la formación de agrupaciones que querían desconocer a la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET); la desorganización de estos grupos detuvo el apoyo a las ENR. Luego de la represión del 2 de octubre de 1968, y con la detención de los líderes, no había ya posibilidades de apoyo; era difícil incluso organizar reuniones en las instituciones educativas de la capital. El gobierno aprovechó esta situación para reprender a las ENR. Así, la FECSM empezó a operar en la semiclandestinidad.

La resistencia de los normalistas fue infructuosa. Fueron expulsados 500 alumnos (entre ellos, 300 miembros de la Juventud Comunista) y destruidos todos los Comités de Orientación Política e Ideológica (COPI), que la CNED había fundado en las normales rurales. Concluyó así la actuación de las ENR y de la FECSM en la CNED, que desapareció de las luchas estudiantiles del país.64

Las ENR habían sido derrotadas e iniciaron otra etapa. El movimiento de resistencia continuó en la década de 1970 y se ha prolongado hasta el presente. En su sexenio, con su política de apertura democrática, Luis Echeverría intentó conciliar con la sociedad, mediante una reforma educativa en todos los niveles: en la primaria, implementó una reforma curricular; en la educación superior, creó universidades y amplió la matrícula. También, se crearon más Escuelas Tecnológicas Agropecuarias (ETA) y Centros de Educación Tecnológica Agropecuaria (CETA), concebidos como carreras cortas o técnicas, que sustituían al bachillerato requerido para ingresar a la universidad. Sin embargo, en 1971 el movimiento estudiantil resurgió, y fue reprimido. Los estudiantes lograron reabrir dos nuevas ENR, en Tamaulipas y Morelos.

En la década de 1980, el modelo económico neoliberal afectó a las ENR, recortando el presupuesto y la matrícula, lo que movilizó a las normales, con huelgas y protestas. La reforma de 1984 creó el bachillerato pedagógico como requisito de ingreso a la universidad, limitando el acceso a las ENR, las cuales se manifestaron para inmediatamente ser reprimidas. Con la reforma administrativa de descentralización educativa de 1993, la administración de las ENR fue transferida a los gobiernos de los estados; esto redujo aun más la matrícula, pues las Normales fueron regionalizadas a la jurisdicción estatal. La Reforma de la Alianza por la Calidad de la Educación, en 2006, excluyó a las ENR; ante sus protestas, la de El Mexe fue cerrada y el internado de Mactumactza eliminado. Por su parte, la reforma de 2013 aplicó la Ley Secundaria del Servicio Profesional Docente (LSSPD), que estableció como condición para ingresar al magisterio el examen de oposición, así como la permanencia mediante evaluación, y eliminó la asignación automática de plazas a los normalistas.

Durante la alternancia política en 2018, la administración federal canceló la reforma de 2013 y prometió mejorar la educación normal mediante un programa de fortalecimiento, pero el presupuesto fue bajo, para mejorar la educación primaria se deben optimizar las normales formadoras de docentes, además permitirán otorgar plazas de trabajo de preferencia a los egresados de Normales. También, fue reabierta la ENR de El Mexe (ya sin internado), y ha resurgido un movimiento en algunas ENR para exigir más becas y la mejora de los servicios asistenciales. Incluso, inició una lucha por reabrir algunas escuelas desaparecidas en 1969, como Tekax (Yucatán) y Jalisquillo (Nayarit).

Conclusiones

En la década de 1930, los normalistas rurales recibieron una formación política en los órganos de gobierno escolar, en la sociedad de alumnos y en los comités estudiantiles. Posteriormente, al ser abandonado el proyecto educativo, surgió el movimiento estudiantil normalista rural, que utilizó como estrategias de resistencia las huelgas y protestas para exigir al gobierno atención a sus peticiones educativas, económicas y políticas. Las autoridades restaron fuerza a esta lucha estudiantil por medio de la represión.

Tanto los dirigentes como algunos estudiantes simpatizaron con los partidos políticos de izquierda y apoyaron movimientos políticos y sociales. La transición de la FECSM en la CJM, y luego en la CNED, le trajo como consecuencia terminar la relación institucional con el Estado mexicano. En la reforma posterior al movimiento del 68, las autoridades diseñaron la estrategia de refuncionalizar las ENR en secundarias, para reducir el número de escuelas y la matrícula.

Desde su origen, las ENR han experimentado reformas educativas (curriculares) y administrativas que se implementan para mejorar su función. Sus estudiantes exigieron una reforma democrática en 1969, pero ésta no fue justa ni equitativa, como lo prueba la reacción de aquéllos ante los cambios que les afectaban, como el cierre de las ENR y su reemplazo por las ETA, con lo cual los jóvenes de las comunidades afectadas sólo se quedarían con estudios de secundaria y tendrían que trasladarse a otras regiones más alejadas de sus lugares de origen.

El discurso del Estado y de la SEP en torno a la reforma educativa de 1969 en las ENR consistía en defender un plan de transformación como proceso pedagógico necesario para el desarrollo agropecuario y del campo. Este objetivo de rediseñar el sistema de educación rural era genuino, pero el gobierno también tenía la intención de disminuir el número de ENR y terminar la relación institucional con la FECSM para que perdiera fuerza la organización estudiantil.

El discurso de los estudiantes era de rechazo hacia el gobierno, porque vieron afectados sus intereses. Éste reaccionó a las protestas estudiantiles mediante una reforma que pusiera orden en las ENR. Las razones para llevar a cabo dicha reforma eran evidentes: terminar con el conflicto estudiantil; sin embargo, éste continuó, pues ese momento y ese hecho marcaron un antes y un después en la historia de las ENR, que no se olvida.

La reforma administrativa y educativa de 1969 fue un logro parcial en la profesionalización normalista, al cancelar el plan de estudios de seis años -tres de secundaria y tres de normal-, así como al separar ambos niveles educativos, suprimiendo el ciclo secundario que se impartía dentro de las ENR, el cual se convirtió en un requisito de estudios secundarios previos. Consiguió cerrar planteles, pero no pudo establecer el bachillerato como requisito de ingreso.

La reforma de 1969 no resolvió las condiciones materiales de los edificios y servicios de internado, que los estudiantes siguieron demandando. Con el cambio radical, continuó el movimiento estudiantil en las ENR y el conflicto con las autoridades, desde la década de 1970 hasta la actualidad, un tema pendiente de estudiar.

Archivos

Archivo General de la Nación (AGN) [ Links ]

Secretaría de Gobernación (SG) [ Links ]

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1 Cecilia Greaves, De radicalismo a la unidad nacional. Una visión de la educación en el México contemporáneo (1940-1964) (México: El Colegio de México, 2008), 197.

2En 1941, las ERC de Roque (Guanajuato), La Huerta (Michoacán), Aguilera (Durango), El Quinto (Sonora), Mactumactza (Chiapas) y Champusco (Puebla) fueron convertidas en EPAS, y en 1959, en ENR. Otras ENR fueron de nueva creación: San Diego Texax, Yucatán (1946); Zaragoza, Puebla; Santa Teresa, Coahuila (1959), y Atequiza, Jalisco (1950).

3 Sergio Ortiz Briano, Movimiento estudiantil en el normalismo rural mexicano. Del Cardenismo a la apertura democrática. Una mirada desde Cañada Honda, Aguascalientes, 1920-1979, tesis de doctorado en Historia (México: Universidad Autónoma de Zacatecas, 2011), 387.

4 Marcelo Hernández Santos, Tiempos de reforma. Estudiantes, profesores y autoridades de la Escuela Normal Rural de San Marcos frente a las reformas educativas, 1926-1984 (Zacatecas: Universidad Pedagógica Nacional/Universidad Autónoma de Zacatecas, 2015), 240.

5 Thomas Popkewitz, Sociología política de las reformas educativas. El poder/saber en la enseñanza, la formación del profesorado y la investigación (Madrid: Morata, 2000), 30.

6 James Scott, Los dominados y el arte de la resistencia (México: Era, 2000), 81.

7 Salvador Martínez de la Rocca, Estado, educación y hegemonía en México (México: Porrúa, 2010), 285.

8 Evangelina Terán, Del internado a la marcha. Rutinas y participación política de las alumnas de la Normal Rural “Justo Sierra Méndez” de Cañada Honda, Aguascalientes (1939-2009), tesis de doctorado en Historia (México: Universidad Autónoma de Zacatecas, 2009), 177.

9 Terán, Del internado, 195-197.

10La CJM nació en 1939, como un sector juvenil del Partido de la Revolución Mexicana (PRM), después Partido Revolucionario Institucional (PRI). La CJM aglutinaba a la FECSM y a la Federación de Estudiantes Técnicos (FNET) del IPN. La ruptura de la CJM se dio en su VII Congreso, en Guadalajara. En 1964, las ENR se separaron de la CJM para adherirse a la Central Nacional de Estudiantes Democráticos (CNED). J. Aurelio Cuevas Díaz, El Partido Comunista Mexicano, 1963-1973: la ruptura entre las clases medias y el Estado fuerte en México (México: Universidad Autónoma de Guerrero/Universidad Autónoma de Zacatecas/Editorial Línea, 1984), 81-85.

11 Mónica Naymich López Macedonio, Historia de una relación institucional. Los estudiantes normalistas rurales organizados en la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México y el Estado mexicano del siglo XX (1935-1969), tesis de doctorado en Historia (México: El Colegio de México, 2016), 117.

12Cuevas Díaz, El Partido, 157.

13El Mexe, Hidalgo; Aguilera, Durango; Palmira, Morelos; Panotla y Xocoyucan, Tlaxcala; Cañada Honda, Aguascalientes; Saucillo y Salaices, Chihuahua; San Marcos, Zacatecas y Santa Teresa, Coahuila. Faltó Roque (Guanajuato) y Jalisquillo (Nayarit).

14 Laura Castellanos, México armado, 1943-1981 (México: Era, 2007).

15 Josefina Zoraida Vázquez, “Renovación y crisis”, en La educación en México, coordinación de Dorothy Tanck de Estrada (México: El Colegio de México, 2010), 311 y 337.

16 Aleida García Aguirre, La revolución que llegaría. Experiencias de solidaridad y redes de maestros y normalistas en el movimiento campesino y la guerrilla moderna en Chihuahua, 1960-1968 (México: Colectivo Memorias Subalternas, 2015), 49.

17“Peticiones de Escuelas Normales Rurales”, abril de 1965, en Archivo General de la Nación (AGN), Sección: Presidente Díaz Ordaz, caja 117.

18 Sergio Zermeño, México, una democracia utópica. El movimiento estudiantil de 1968 (México: Siglo XXI, 1978), 23.

19““Situación que prevalece entre el estudiantado de las Escuelas normales”, 15 de octubre de 1966, en Archivo General de la Nación (AGN), Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Investigaciones Políticas y Sociales, Sedena. Había dos calendarios escolares: el de invierno (A) iniciaba clases en enero, y el de verano (B), en septiembre. Había catorce ENR A: Champusco, Teteles y Zaragoza, Puebla; Tenería, Estado de México; El Mexe, Hidalgo; Tiripetío y La Huerta, Michoacán; Palmira, Morelos; Panotla, Tlaxcala; Mactumactza, Chiapas; Perote, Veracruz, y Reyes Mantecón y Tamazulapan, Oaxaca. Y el mismo número de ENR B: Ayotzinapa, Guerrero; El Quinto, Sonora; Hecelchakan, Campeche; Jalisco, Nayarit; Aguilera, Durango; Salaices y Saucillo, Chihuahua; San Diego Teyak, Yucatán; San Marcos, Zacatecas; Santa Teresa, Coahuila; Tamatán, Tamaulipas; Atequiza, Jalisco; Cañada Honda, Aguascalientes, y Galeana, Nuevo León. Sumaban 28 y no 29, porque la de Xocoyucan, en Tlaxcala, no pertenecía a la FECSM.

20 López Macedonio, Historia, 226.

21“Pasajes del discurso del secretario de la SEP, Agustín Yáñez, al inaugurar la Asamblea Nacional de Educación Normal Rural”, 3 de julio de 1967, en AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, caja 62, leg. 2/31.

22“Discurso del secretario de la FECSM en la Asamblea Nacional de Educación Normal”, 1967, en AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, caja 62, leg. 2/31.

23 Gerardo Peláez Ramos, “Las luchas estudiantiles y los comunistas (1969-1973)”, disponible en línea en Rebelión.org.

24 Cuevas Díaz, El Partido, 116.

25 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 62, leg. 4/31, julio de 1968.

26 Zermeño, México, 23.

27 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 62, leg. 4/31, 1968-1974, 27 de septiembre de 1968.

28 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 62, leg. 4/31, 1968-1974, 28 de septiembre de 1968.

29 Cuevas Díaz, El Partido, 117.

30 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Investigaciones Políticas y Sociales, 9 de noviembre de 1968.

31 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, CNED-ENR, 1964-1969, caja 285, leg. 1/1, febrero de 1969.

32“IV Congreso Nacional de Educación Normal, Informe de las mesas redondas”, abril de 1969, en Archivo Prof. Ramón Bonfil, Universidad Pedagógica Nacional (ARB), caja 4.

33 ARB, caja 4, DGEN, 1966-1970, 14 de julio de 1969.

34Informe general de los trabajos de la VIII Asamblea del CONALTE, 2 de agosto de 1969, en Antonio Barbosa, Cien años en la educación de México (México: Pax, 1976), 273.

35 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 62, leg. 5/31, 12 de agosto de 1969.

36Reformas fundamentales en el sistema de enseñanza Normal, DGEN, SEP, Agosto, 1969.

37Más y mejor educación para los campesinos de México. Las Escuelas Tecnológicas Agropecuarias y las Escuelas Normales Rurales, DGEN, SEP, Agosto, 1969.

38Las ENR subsistentes fueron 15, 10 de hombres (El Quinto, Sonora; Aguilera, Durango; San Marcos, Zacatecas; Atequiza, Jalisco; Tiripetío, Michoacán; El Mexe, Hidalgo; Tenería, Estado de México; Ayotzinapa, Guerrero; Mactumactza, Chiapas, y Hecelchakan, Campeche) y 5 de señoritas (Cañada Honda, Aguascalientes; Panotla, Tlaxcala; Saucillo, Chihuahua; Teteles, Puebla, y Tamazulapan, Oaxaca). Las ENR clausuradas fueron 14, 10 de hombres (8 refuncionalizadas en ETAS): Jalisquillo, Nayarit; Santa Teresa, Coahuila; Tamatán, Tamaulipas; Xocoyucan, Tlaxcala; Reyes Mantecón, Oaxaca; Tekax, Yucatán; Zaragoza, Puebla; Salaices, Chihuahua; Roque, Guanajuato, que se transformó en Escuela Nacional de Maestros para la Capacitación del Trabajo Agropecuario (ENAMACTA), y Perote, Veracruz, que no abrió por falta de edificio. Y 4 de mujeres: La Huerta, Michoacán; Champusco, Puebla; Palmira, Morelos, y Galeana, Nuevo León.

39 Alicia Civera, “La trayectoria de las Escuelas Normales Rurales: algunas huellas para estudiar”, Heurística. Revista Digital de Historia de la Educación, núm. 1 (2001): 8.

40“La Reforma de la Enseñanza Normal. Discurso pronunciado al inaugurar la reunión de directores, subdirectores y profesores de planta de las Escuelas Normales del país, por el Prof. Ramón Bonfil”, 18 de agosto de 1969, en AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 63, leg. 7/31.

41“Informe al Director Federal de Seguridad”, 24 de julio de 1969, en AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 63, leg. 7/31.

42 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 62, leg. 5/31, 16 de julio de 1969, 354 fs.

43La Voz de México, órgano del PCM, 24 de junio, 19 de agosto y 6 de octubre de 1969, en Cuevas Díaz, El Partido, 1984, p.118.

44 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 62, leg. 5/31, 29 de julio de 1969, 354 fs.

45 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 62, leg. 5/31, 2 de agosto de 1969.

46 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 62, leg. 5/31, 4 de agosto de 1969.

47 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 63, leg. 9/31, 1969-1971, 8 de agosto de 1969, f. 291.

48 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 63, leg. 9/31, 1969-1971, 8 de agosto de 1969, f. 291.

49“En defensa de las normales rurales, contra la reforma antipopular y reaccionaria, mecanografiada”, 8 de agosto de 1969, en AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 63, leg. 9/31, 1969-1971, f. 291; La Voz de México, núm. 1978 (1969): 1-2, y Peláez Ramos, “Las luchas”, 13-14.

50En 1969, el CONALTE formuló muy rápido el plan de estudios. Luego de tres años, en 1972, se rediseñó.

51 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 62, leg. 5/31, 12 de agosto de 1969.

52 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 63, leg. 8/31, 18 de agosto de 1969.

53 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 63, leg. 8/31, agosto de 1969.

54 López Macedonio, Historia, 336.

55 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 63, leg. 8/31, 19 de agosto de 1969.

56 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 63, leg. 8/31, 26 de agosto de 1969.

57 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 63, leg. 8/31, 28 de agosto de 1969, 324 fs.

58 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 63, leg. 8/31, septiembre de 1969.

59 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 63, leg. 8/31, 3 de septiembre de 1969, 324 fs.

60 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 63, leg. 8/31, 6 de septiembre de 1969.

61“Tesis del movimiento estudiantil normalista rural”, México, 14 de septiembre de 1969, mimeo, en AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, p. 1.

62 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 63, leg. 8/31, 1969, 324 fs.

63 AGN, Fondo: Secretaría de Gobernación, Sección: Dirección Federal de Seguridad, FECSM, caja 63, leg. 8/31, 1969, 324 fs.

64 Cuevas Díaz, El Partido, 116.

Recibido: 07 de Julio de 2018; Aprobado: 06 de Febrero de 2020

Yessenia Flores Méndez es doctora en Ciencias Sociales por El Colegio de San Luis, adscrita a El Colegio de Tamaulipas. Área de investigación: Historia de la educación. Publicaciones recientes: “Escuelas Normales Rurales en México: movimiento estudiantil y guerrilla”, Iztapalapa Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, núm. 87/2 (2019); El proceso de creación de los estudios preparatorios y profesionales en Tamaulipas (2019), y “Las Normales Rurales en México: un movimiento que se niega a desaparecer”, en Flavia Ovino y Oresta López (coords.), La educación rural en América Latina (2019). D. R. © Yessenia Flores Méndez, Ciudad de México, enero-junio, 2021.

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