SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.22 número43¿Inmoralidad o mal menor? El proyecto de la Lotería Nacional de Beneficencia chilena (1912-1934)Reforma Agraria y cambios territoriales en el centro del estado de Veracruz índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Signos históricos

versión impresa ISSN 1665-4420

Sig. his vol.22 no.43 México ene./jun. 2020  Epub 30-Jun-2020

 

Artículos

Reivindicación, la defensa de la Revolución mexicana magonista por el anarquismo español, 1914-1918

Reivindicación, the defense of the Magonist Mexican Revolution by Spanish anarchism, 1914-1918

*Universitat de Barcelona, Centre d’Estudis Antoni de Capmany d’Economia i Història Econòmica, masjuan@ub.edu


Resumen

Este artículo estudia el debate sobre el carácter económico y político de la Revolución mexicana que representa el Partido Liberal Mexicano, en el seno del anarquismo español durante la Primera Guerra Mundial, un tema casi desconocido, pero que es posible analizar por el acceso a nuevos acervos documentales que llegan hasta 1918. Las fuentes nos permiten establecer algunos de los horizontes de futuro compartido, solidaridades mutuas y transferencias culturales entre el anarquismo español y mexicano de aquellos años. Por ello, se analizan el significado y la trascendencia histórica de unos movimientos que compartían el internacionalismo y, con él, el establecimiento de la justicia social.

Palabras clave: Ricardo Flores Magón; Joaquín Estruch; Regeneración; Primera Guerra Mundial; carrancismo; constitucionalismo

Abstract

This article deals with the debate over the economic and political nature of the Mexican Revolution represented by the Mexican Liberal Party within the Spanish Anarchism movement during the WWI years. Although this is not a widely known topic, new access to a wide variety of documents up to 1918 has allowed a more detailed analysis. This study enables the identification of some shared hopes, mutual solidarities and cultural transfers between Mexican and Spanish anarchism during those years. Thus, this text will explore the meaning and the historical transcendence of these movements, which share the goals of internationalism and the establishment of social justice.

Keywords: Ricardo Flores Magón; Joaquín Estruch; Regeneración; World War One; carrancismo; constitutionalism

Introducción

En la ciudad de Sabadell, donde el planteamiento anarquista de la Revolución mexicana tuvo una gran acogida desde sus inicios, se publicaron periódicos de combate obrerista de renombre internacional como Los Desheredados y El Trabajo; en su Centro Obrero se establecieron escuelas racionalistas, como las que regentó en 1885 José López Montenegro; nacieron en Sabadell líderes como Teresa Claramunt, implicada en la gran huelga conocida como la de las Siete Semanas de 1883. Fue esta, también, ciudad natal de pedagogos anarquistas como Albano Rosell y de sus compañeros de lucha como Mateo Morral (admirado por Ricardo Flores Magón en su discurso conmemorativo del segundo aniversario de la ejecución de Ferrer)1, entre otros muchos obreros anarquistas de renombre de aquellos años.

La Confederación Nacional del Trabajo (CNT), acabada de fundar, tuvo una importante contribución en la huelga general de Sabadell de 1910, mediante la aplicación del sindicalismo revolucionario de sus máximos dirigentes, como José Negre o Tomás Herreros. Se trataba de la línea sindicalista despectivamente llamada pura,2 procedente del internacionalismo decimonónico, la cual persistió en Sabadell hasta 1931.

En La Picota del segundo semestre de 1911 se hallan los primeros artículos dedicados a “La revolución de Méjico y la prensa republicana española”.3 Desde octubre de 1911 hasta 1914, la estructura sindical de la CNT fue declarada ilegal y la organización pasó a la acción clandestina, reafirmando su apoliticismo y la acción directa. En esos años, se intentó crear una nueva Internacional que acogiera en su seno las tesis del sindicalismo revolucionario ausente en la Internacional Socialista. La Confederación Regional del Trabajo de Cataluña (CRT), ilegalizada, pasó a ser gestionada por un grupo de militantes como José Climent, José Negre, Saturnino Meca, Antonio Loredo, Manuel Andreu y Francisco Miranda, personajes relevantes del anarquismo español, afines a la revolución anarquista de México.

Desde ese medio social de raigambre anarquista ibérica se ejerció la defensa de la revolución magonista, ante aquellos sectores del anarquismo español e internacional que, unas veces por las disidencias en el seno del Partido Liberal Mexicano (PLM) y otras por los acontecimientos complejos del periodo, denostaron la propuesta revolucionaria magonista.

La apuesta del anarquismo español, mayoritariamente, fue por “la otra revolución” de 1910-1911, es decir, el movimiento popular encaminado a la destrucción de la propiedad privada y el Estado. Ese fin revolucionario, compartido entre los magonistas mexicanos y españoles, contemplaba la necesidad de la huelga general internacional como medio para la revolución mundial.

El magonismo siempre se mostró intransigente con los pactos entre la clase obrera y el constitucionalismo, como en el caso de la adhesión del sindicalismo revolucionario de la Casa del Obrero Mundial, en 1915, a la revolución carrancista.

Entre 1914 y 1915, la propuesta magonista de revolución libertaria de carácter expropiador representa una corriente minoritaria respecto a las de tipo “caudillista” y política constitucionalista de aquellos años. Lejos quedaba el papel del PLM como desencadenante de la dimisión de Díaz y el inicio de la Revolución entre 1910-1911. De la primera fase por la instauración de la democracia, el movimiento pasó a su fase carrancista por la instauración del Estado de derecho ante el golpe de Estado encabezado por el general Victoriano Huerta contra Madero, con lo que se conformó el Ejército Constitucionalista.

Por su parte, el apoyo de los anarquistas españoles al magonismo durante la Primera Guerra Mundial se vio favorecido por la neutralidad española, aunque no estuvo exento del debate y enfrentamiento entre partidarios de la no intervención y los aliadófilos, lo cual consumió muchas energías. Dicho apoyo se materializó en dos vertientes y etapas diferenciadas: la defensa del magonismo en 1915 y el intento de extensión en 1916 del programa del PLM en España. En 1915 se creó el primer periódico europeo dedicado exclusivamente a la defensa de la revolución magonista “expropiadora” de México: Reivindicación, ante la suspensión gubernativa, en Estados Unidos, del órgano del PLM, Regeneración. Así se podía continuar con la difusión de la revolución magonista y, lo más importante, con la condena y el rebatimiento de las calumnias y traiciones procedentes de la propia red anarquista hispano estadounidense, de la que hicieron eco algunos sectores minoritarios del anarquismo español.

Así, pues, desde la prensa anarquista ibérica, en este texto me ocupo de aquellos acontecimientos que el propio Librado Rivera consignó en el prólogo de la biografía de su compañero de lucha Ricardo Flores Magón, con estas palabras:

Mientras que Cultura Obrera de Nueva York y Les Temps Nouveaux, en Francia, daban cordial bienvenida a las calumnias y dolosas informaciones que de un grupo que se titulaba anarquista establecido en Boston, Mass., nuestros desesperados esfuerzos por impulsar el movimiento de los esclavos mexicanos hacia la Revolución social sufría un inmenso desprestigio, y todo el mundo nos retiró su ayuda debido a la autorizada palabra de los viejos revolucionarios que en más de “cuarenta años de propaganda” no habían podido arrastrar a ningún pueblo a la Revolución contra sus tiranos.

Y la solidaridad nos faltó cuando la persecución burguesa se hacía más tenaz en los Estados Unidos, cuando se le quitaba el registro a Regeneración y cuando sólo unos cuantos entusiastas compañeros que más en contacto estaban con nosotros y con la Revolución fueron los únicos que nos tendieron su ayuda.4

Algunos de los escasos “entusiastas compañeros” que menciona Librado Rivera son los anarquistas españoles de Reivindicación, que desde Sabadell y Barcelona actuaron con su idealismo en la defensa del proyecto revolucionario magonista del PLM y en la salvaguarda del buen nombre de sus miembros en aquellos difíciles años. Es éste el objetivo principal de esta investigación.

El periodo de existencia de Reivindicación coincide con la fase de los caudillos militares de la revolución en México, con el distanciamiento y descrédito del PLM por parte de los anarquistas a nivel internacional, desde Estados Unidos, pasando por Argentina. A ello se añadía el alejamiento forzoso del magonismo del suelo mexicano donde se libraba la revolución, en cuyo cauce el PLM pretendía influir.

Por ello, una vez superada la fase de suspensión de Regeneración en Estados Unidos, Reivindicación toma la responsabilidad de organizar una rama del PLM en España, y de ejercer la oposición al constitucionalismo carrancista desde la perspectiva magonista.

El internacionalismo proletario del PLM, adquirido en las comunidades de obreros exiliados en Estados Unidos desde sus inicios, en 1904, permitió la creación de una amplia red multinacional anarquista y situó al medio mexicano en el proyecto de la primera experiencia anarcocomunista del mundo.5 Éste, como se verá, se revalorizó luego de la situación desencadenada por la Primera Guerra Mundial. Las ansias de lucha del pueblo mexicano por la Tierra y la Libertad fueron vistas por algunos anarquistas de España ―de los que ahora nos ocupamos― como un movimiento civilizatorio superador del darwinismo social y del liberalismo económico basado en la propiedad privada y el Estado de derecho burgués.

Los obreros de Sabadell y su percepción de la Revolución mexicana

El obrerismo anarquista de Sabadell, desde 1911, formó parte de la red de apoyo y difusión de la revolución libertaria mexicana, asociada a su propia realidad social y deseos emancipadores, pues, como escribe Estruch:

Solamente Méjico con su prolongada revuelta actual, por la configuración de los terrenos, por su posición topográfica y por las inmensas riquezas naturales que dicho país contiene puede aventurarse a verificar en aquella región la transformación social, por la que suspiran y luchan aquellas gentes desoladas.6

Por ello se seguía puntualmente el desarrollo del proceso revolucionario mexicano, hasta el punto de que los nombres de los hermanos Flores Magón, Librado Rivera, Anselmo L. Figueroa, Antonio de P. Araujo o Práxedis Guerrero resultaron familiares entre los anarquistas de Sabadell. Fue tal la admiración que no se escatimaron los elogios para unos líderes que plasmaban en la práctica sus deseos emancipadores, con la esperanza de que la revolución expropiadora y ácrata de México se extendiera por todo el mundo. El internacionalismo obrero de Sabadell, consolidado desde los tiempos de la Primera Internacional, coincidía, desde 1911, con el de los miembros del PLM.

Resulta curioso que algunos de los solidarios de Sabadell se denominaran, ya en 1912, zapatistas y mexicanistas. De acuerdo con su interpretación, la Revolución mexicana era la “rebelión más profunda que registra la Historia”.7 Para entonces, el pensamiento de Ricardo Flores Magón había actualizado el concepto de Tierra y Libertad8 como lema de una revolución mexicana anarquista. A través de Regeneración,9 fue adoptado por el zapatismo años más tarde. Era la época de las primeras expropiaciones de tierras ejercidas directamente por el pueblo, cuando la idea de revolución anarquista en México se empezaba a concebir de ámbito mundial, pues algunos grupos de California de la Industrial Workers of the World y otras organizaciones socialistas obreras de Estados Unidos respaldaron el magonismo en la toma de Baja California para instaurar el comunismo anarquista.10

El entusiasmo y la simpatía por la corriente anarquista de la Revolución mexicana fue presentado como un ejemplo práctico del voluntarismo revolucionario realizable en España, más allá de la teoría política:

Si este movimiento fracasa, tened la seguridad que la hora de la emancipación se retardará indefinidamente: él es la resultante de la labor bien dirigida y preparada por conscientes y perseverantes luchadores [...] ¡Basta de teorías! Ha llegado el momento de hacer lo que se dice: prestemos nuestro apoyo a la Revolución.11

Podemos establecer que, a finales de 1912, la adhesión de los obreros de Sabadell era muy importante, a tenor del incremento de las relaciones con la Junta del PLM y del elevado número de personas que le daban su apoyo, que El Trabajo publicaba en cada una de sus ediciones. Gracias a los acontecimientos en México, el proletariado de Sabadell comprendió, por ejemplo, el fenómeno del imperialismo estadounidense, tras la constante amenaza de invasión del territorio mexicano.

Entre 1911 y 1913, por medio de rifas de libros y donativos, el obrerismo de Sabadell fue solidario con la Revolución mexicana, como en otros lugares de Cataluña y España. La cultura de la solidaridad moral y material era un hecho plenamente asumido y consciente.

En el número especial del primero de enero de 1913, Regeneración contó con un dibujo alegórico de la Revolución, de Fermín Sagristá, artista que formaba parte del grupo de Sabadell solidario con México. Sagristá había sido condenado a nueve años de cárcel por dibujar tres postales alegóricas de Francisco Ferrer.12 Tras año y medio de prisión fue puesto en libertad. Mantenía lazos de amistad con Joaquín Estruch, a quien visitaba en Sabadell frecuentemente. A través de Jaime Vidal, de Cultura Obrera de Nueva York, Sagristá había contactado a Ricardo Flores Magón.13 Asimismo, durante su estancia en la cárcel, leyó el periódico Regeneración, que distribuía la Federación Obrera de Sabadell (FOS), y en marzo de 1912 facilitó a esta organización gran cantidad de postales que, como escribía Joaquín Estruch, representaban “la sublime apoteosis de la liberación del pueblo mejicano, libre de la tiranía religiosa, burguesa y gubernamental”: su autor las dedicaba “a los presos por cuestiones sociales”.14 Al mismo tiempo y de acuerdo con Ricardo Flores Magón, Sagristá mandó a la redacción de Regeneración 1 000 postales con el título de ¡Tierra Libre! Como las describe Flores Magón, la temática versaba sobre el triunfo de la Revolución mexicana:

Difícil me es trasmitir, en verdad, describir tan hermoso trabajo [...] con el arte de Sagristá, la Revolución Mexicana se popularizará por todo el mundo y todos los hombres y todas las mujeres inteligentes de la tierra, no verán en el mexicano al ladrón ni al asesino como la prensa burguesa quiere hacer aparecer.15

El Trabajo dejó de publicarse en 1913 debido a la nueva ilegalización de la CNT, y con ello quedó interrumpida momentáneamente la difusión de la corriente anarquista de la Revolución mexicana. En noviembre de 1914, ya iniciada la Primera Guerra Mundial, un grupo de obreros, entre los que se encontraban Joaquín Estruch y su compañera Marina Subirana, deciden crear una agencia para la distribución de Regeneración. La denominada Agencia Regeneración de Sabadell tenía su domicilio en el mismo edificio de la Federación Obrera, en la calle Estrella 110. Su objetivo era difundir la Revolución ante una Europa imbuida de nacionalismo belicista.

Empezaba entonces una época de controversias internas que más desgastaron al movimiento anarquista de España en general, y de Sabadell en particular, como fueron las posiciones ante la guerra: unos a favor de la neutralidad, por tratarse de un enfrentamiento entre potencias industriales; otros partidarios de los Aliados, por representar la democracia burguesa. Todo ello influyó en la atención y apoyo que se venía prestando a la Revolución mexicana.

A su vez, comenzaba en 1915 la adaptación de la CNT hacia nuevas estructuras, así como la renovación de sus dirigentes en Cataluña, todo lo cual reportó, a la organización que transitaba del anarquismo del sindicalismo revolucionario al anarcosindicalista, un espectacular crecimiento en afiliados, al pasar de 30 000 en 1915 a 50 000 en 1916. El aumento del precio de las subsistencias, con la consiguiente conflictividad social de una población obrera creciente concentrada en el área de Barcelona, empujó a los responsables de la CNT al replanteamiento orgánico en busca de nuevas estructuras sindicales, que no se materializaron sino hasta 1918, con la implantación de los sindicatos de industria. En este sentido, cabe destacar que 75 por ciento de esta afiliación se ubicó en los sindicatos de Cataluña, la federación regional de la CNT más estructurada y asentada de España.16 De 1914 a 1918 se registró el enfrentamiento entre nuevos y viejos cenetistas por la orientación que debía tomar la CNT.

Es en este contexto cuando la agencia de Regeneración en Sabadell comenzó lo que, desde abril de 1915, fue la defensa de los valores de la revolución anarquista mexicana ante los medios anarquistas de España y América Latina. Los motivos se encuentran en la controversia en la comunidad anarquista ibérica respecto a la oportunidad que representaba la contienda bélica en Europa para el acceso a una revolución proletaria internacional, un posicionamiento defendido por Ricardo Flores Magón y compartido mayoritariamente por el anarquismo español.

La desafección a la revolución anarquista mexicana en los medios anarquistas españoles desde 1915

Al inicio de la Primera Guerra Mundial, en agosto de 1914, el grupo editor y los diversos núcleos anarquistas de Tierra y Libertad de Barcelona, que desde un primer momento habían dado su apoyo al magonismo, se vieron inmersos en una dilatada campaña en defensa de la neutralidad del anarquismo ibérico ante la guerra, y a su vez partidarios de la insurrección obrera, siguiendo así ―como ya he mencionado― los mismos posicionamientos de Ricardo Flores Magón al respecto. De este modo, el apoyo y seguimiento de los acontecimientos bélicos y la campaña antimilitarista absorbían las fuerzas de Tierra y Libertad, el medio barcelonés del movimiento anarquista en España más importante en aquel momento. Dicha publicación, con su editor Tomás Herreros, había reconocido el movimiento revolucionario mexicano del PLM como anarquista desde 1911, sin que ello hubiese generado discrepancias. El mismo apoyo lo manifestó, a través del órgano de difusión Solidaridad Obrera, la CNT, la cual ―en 1911― ya había divulgado el manifiesto pro anarquista del PLM de septiembre, como modelo para la revolución social que desde México podía expandirse por todo el orbe.

A finales de 1914, surgen las primeras muestras de ridiculización, desprestigio y calumnia hacia los revolucionarios mexicanos. A ello concurría la circunstancia de que el PLM había declarado su apoyo a grupos indígenas como los yaquis, con quienes mantenía relaciones desde 1903 y que llevaban a cabo la revolución expropiadora. También simpatizaba con los zapatistas desde el Plan de Ayala en 1912. Esto acarreó la retirada de suscripciones y donativos para Regeneración procedentes de América Latina y Europa (especialmente de España). Por ello, el grupo editor de Regeneración en Los Ángeles atravesó una profunda crisis económica que le llevó a la suspensión durante más de seis meses (de marzo a octubre de 1915). Esta situación fue aprovechada por un sector del anarquismo ibérico de fuera de Barcelona, partidario del bando aliado, para liquidar ante la opinión pública las esperanzas puestas en la Revolución mexicana.

Éste fue el caso del grupo editor del influyente semanario gijonés ―a nivel teórico― del anarquismo asturiano, Acción Libertaria. Dicho órgano, desde febrero de 1915, calificó el movimiento revolucionario mexicano de falacia, pues, a tenor de la redacción, el “caudillaje” y el “fulanismo vil” eran “consecuencia inevitable del atraso de aquel pueblo”.17 El propio Ricardo Flores Magón rebatió esa tesis desde Regeneración cuando demostraba con hechos la conciencia revolucionaria del pueblo mexicano expropiador de la tierra, y cuando consideraba que, en general, éste no era completamente anarquista por sus componentes, si bien no existía motivo para su denigración. Flores Magón calificó al grupo editor de Gijón como una deshonra para el ideal anarquista.18 Luego de eso, Regeneración dejó de editarse durante siete meses.

A la campaña de desprestigio e insolidaridad con la Revolución mexicana se adhirió el renombrado periódico El Porvenir del Obrero, de Mahón, al que no tardó en sumarse Cultura y Acción, de Zaragoza.19 Todos ellos, partidarios de la intervención en favor de los Aliados en la Primera Guerra Mundial, una aliadofilia en defensa de los debates que tuvieron lugar durante la guerra y que, a su vez, se dieron en defensa y en contra de la revolución en México y que nos permiten ver algunas de las solidaridades mutuas y transferencias culturales entre el anarquismo español y mexicano de aquellos años. En todo caso, se había roto la unanimidad existente en relación al apoyo hacia la revolución en el país azteca llevada a cabo en España durante casi cinco años. La ausencia forzosa de Regeneración coincidió con la intensificación del desprestigio de la Revolución por estos sectores del anarquismo español periférico y minoritario en el seno de la CNT.

Por ello, desde Sabadell, Joaquín Estruch decidió crear, en junio de 1915, el semanario Reivindicación, con la ayuda logística del propio Tomás Herreros. En abril de 1915 se publicó en Sabadell el primer manifiesto del grupo reivindicador de la vertiente anarquista de la Revolución mexicana, mediante aquel periódico que defendió a ésta “abiertamente y con alteza de miras [...], abriendo en sus columnas una viva discusión sobre la actitud asumida por algunos libertarios al comentar en forma desfavorable la revolución citada”.20 Nacía así un órgano específico para rebatir a la disidencia antimagonista de los portavoces reformistas aliadófilos de Asturias, Mahón y Zaragoza. Reivindicación partía con la finalidad de defender el carácter anarquista de la Revolución mexicana y, con ella, el antimilitarismo e internacionalismo de un anarquismo ortodoxo, el cual no desdeñaba los logros en repartos de tierra del zapatismo al grito de ¡Tierra y Libertad! tras la muerte de Madero.

La reivindicacion de la revolución expropiadora

El primer número de Reivindicación salió a la luz el 6 de junio de 1915 con el objetivo de defender “la revolución expropiadora de México” y publicar literatura de “Regeneración Social”, rebatiendo los argumentos de Acción Libertaria (de Gijón), en la misma línea que lo había hecho unos meses antes Ricardo Flores Magón. En su declaración de intenciones, la redacción se alineó con los defensores a ultranza de la neutralidad obrera en la guerra, así como con el pensamiento de Ricardo Flores Magón sobre el asunto bélico:

El verdadero anarquista no es partidario de aconsejar a sus hermanos que vayan al matadero para satisfacer las ambiciones de los capitalistas. El verdadero anarquista aprovecha todas las revueltas para encauzarlas hacia la idealidad. Por eso nosotros somos entusiastas admiradores de la Revolución de Méjico, y, por lo mismo estamos dispuestos a discutir y defender en todos los terrenos la actitud de los rebeldes orientados por el Manifiesto de 23 de septiembre de 1911, que con las armas en la mano se apoderan de todo lo que les pertenece.21

Fuente: Archivo Histórico de La Casa del Ahuizote, Reivindicación, núm. 1 (1915): 1.

Imagen 1 Reivindicación (1915) 

La sintonía ideológica entre el anarquismo español y el mexicano era casi completa si exceptuamos el movimiento periférico a Cataluña, al que más adelante me refiero detalladamente. El idealismo de los anarquistas españoles “puros” era exacerbado, hasta el punto de considerar la revuelta mexicana como la más sublime efectuada por la humanidad. Se pensaba en el PLM como una organización dispuesta a llevar la revolución hasta su fin último, que no era otro que el de la abolición de la propiedad privada. La Primera Guerra Mundial suponía para los ortodoxos anarquistas españoles, junto a Ricardo Flores Magón, el detonante de una anhelada revolución social a escala mundial. Acto seguido, Reivindicación publicó un estudio en el que señalaba el carácter anarquista de la Revolución mexicana, desde una perspectiva kropotkiana y reclusiana. Estruch lo hacía apelando al pasado comunista de los indígenas, un pueblo que con la revolución podía incorporar el progreso científico y técnico a partir de un sistema comunista que le era propio.22 El anarquista gallego Antonio Loredo, desde Tierra y Libertad, defendió en 1914 la misma tesis.

Pero en España no todo el anarquismo se planteó la Revolución mexicana como la vía que pudiera conducir a la futura sociedad anarcocomunista, especialmente al iniciar la Primera Guerra Mundial. Algunas posturas contrarias se apoyaron en las acusaciones que llegaban de México sobre el grupo editor de Regeneración, vertidas a través del disidente magonista Juan Francisco Moncaleano y convenientemente utilizadas por el sector aliancista libertario afecto al bando francés. Acción Libertaria, con sus responsables de redacción: Marcelino Suárez, Pedro Sierra y Eleuterio Quintanilla enjuició la Revolución como una empresa llamada al fracaso por las condiciones de inferioridad cultural del proletariado de ese país.23 Consideraba que la lucha era en beneficio de los intereses existentes por el control del petróleo entre Estados Unidos y Gran Bretaña. De acuerdo con esta idea, caudillos como Emiliano Zapata estarían inmersos en las luchas por la nacionalización del petróleo, según el anarquista español Enrique Nido, afincado entonces en Argentina y que escribía para la publicación gijonesa.24

A la primera afirmación del anarquismo asturiano cabe oponer el desconocimiento de la realidad sociológica del campesinado y proletariado de México, al minusvalorar sus capacidades de apoyo mutuo. El aspecto de la “inferioridad cultural” como hipótesis impugnadora de la revolución expropiadora vendría a suponer para los libertarios de Gijón la renuncia a la soberanía popular sin intermediarios y sin Estado, algo que les aproxima más a las tesis defendidas por los socialistas de México.

Respecto a la segunda afirmación, es conocido que a Zapata le importaban más los asuntos agrarios, especialmente los de su región, por lo que ostentaba el monopolio del ideal agrarista. Sin embargo, es probable que su oposición al hombre que implantó el primer impuesto casi simbólico sobre los hidrocarburos en México, el presidente Francisco I. Madero, en 1912, fuera interpretado por los libertarios de Asturias como favorable a los intereses de las compañías petroleras de Estados Unidos, que explotaban los yacimientos mexicanos sin pagar ningún tipo de impuesto.

Al mismo tiempo que se ocupaba de la defensa de la Revolución mexicana, Reivindicación abrió la controversia con aquella prensa anarquista de España partidaria y apologista del bando aliancista. Desde un primer momento, la publicación acogió trabajos en favor de la neutralidad, de personas muy conocidas del ámbito anarquista de Cataluña, como Francisco Miranda. Dichos textos, aparecidos en el séptimo número de Reivindicación, fueron calificados por Acción Libertaria como “literatura malsana”.25 En la misma dirección, Reivindicación publicó artículos de Eusebio C. Carbó, recién liberado de la cárcel por haber participado en el Congreso Internacional de la Paz de El Ferrol, así como de Agustín Castellá o Jaime Aragó. Se hacía así gran eco de los acuerdos del Congreso internacional antibelicista y antimilitarista de El Ferrol, de abril de 1915. El Congreso fue clandestino por la prohibición gubernativa, lo cual llevó a la creación de una nueva Internacional anarquista y la reafirmación de la neutralidad. Viniendo a coincidir en este asunto con los defensores de la revolución “expropiadora” de México, que era calificada por El Porvenir del Obrero, de Mahón, como de “semanarios barceloneses al servicio del militarismo prusiano”.26 Los acuerdos del Congreso también fueron criticados ásperamente por Acción Libertaria, a través de los asistentes asturianos al mismo, como Pedro Sierra o Eleuterio Quintanilla.27 En todo caso, los redactores responsables de Acción Libertaria extendieron la acusación sobre la cúpula anarcocomunista de la CNT de Barcelona de estar al servicio del imperialismo germánico.28

En agosto de 1915, se puede observar cómo la prensa anarquista española más influyente a nivel teórico y de lucha social se hallaba dividida en dos facciones: la de fuera de Cataluña, proaliancista, y la que se producía en territorio catalán, neutralista, antibelicista y antipatriótica, y que tenía por órganos de expresión Tierra y Libertad, Solidaridad Obrera y Reivindicación.

El atraso del pueblo mexicano y, con éste, su tendencia al bandidaje, como lo venía propagando la prensa conservadora española,29 fueron los argumentos que se utilizaron para el descrédito de la Revolución y que acabaron degenerando en el supremacismo y racismo europeo más burdo. Por ello, algunos de los redactores de Reivindicación, irónicamente, se declararon “aspirantes a indio”. Unos aspirantes que no iban desencaminados en la evaluación de las capacidades del indio mexicano, pues, según Tita Valencia, “su visión de la vida ha sido comunitaria desde siempre, anterior a cualquier adoctrinamiento que hayan podido recibir a partir de la Conquista. Simplemente, con el magonismo redescubrieron lo que practicaban y lo fusionaron a su discurso”.30

Durante la primera etapa de Reivindicación, los acontecimientos de México se reciben en forma de artículos y cartas escritos para el periódico, de parte de Ricardo Flores Magón o de su hermano Enrique. Efectivamente, Ricardo Flores Magón publicó un largo artículo en el cual califica el constitucionalismo de Carranza de mera revolución política, con algunas concesiones sociales por la presión del PLM.31

Al reaparecer Regeneración, en octubre de 1915, tras adquirir una imprenta sufragada por los donativos de los trabajadores, Ricardo Flores Magón se ocupó particularmente de desmentir, con pruebas fehacientes, la serie de calumnias sobre la Revolución vertidas desde Acción Libertaria, El Porvenir del Obrero y Cultura y Acción, si bien ya habían sido rebatidas por el grupo Reivindicación durante la suspensión de Regeneración. Desde el verano de 1915, los medios anarquistas de Asturias, Mahón y Zaragoza se convirtieron en los portavoces de la disidencia del internacionalismo anarquista y de la propuesta de revolución magonista.

No fue sino hasta octubre de 1915 cuando el propio Ricardo Flores Magón, desde Regeneración, pudo rebatir las calumnias que El Porvenir del Obrero (de Mahón) divulgaba en toda España, calificando al grupo editor de Regeneración de compañía de estafadores, y como representantes recaudadores para toda España y la América española a Reivindicación y al PLM. El editor Juan Mir y Mir, desde El Porvenir del Obrero, hablaba así ofensivamente de “las minas de California”. Así mismo se presentaba como partidario del presidente asesinado Francisco I. Madero, a quien atribuía la capacidad única de levantar a un pueblo que ni moral ni intelectualmente podía “pensar en revoluciones sociales, ni siquiera para sostener un régimen político de relativa libertad”. Cínicamente, el editorial de Mir señalaba a Regeneración como “órgano central de la compañía explotadora de la ‘mina revolucionaria’, dado que las suscripciones por la revolución mexicana son una estafa”.32 En septiembre de 1915, El Porvenir del Obrero insistía sobre el error en la apreciación de las cualidades comunistas del “indio mejicano” por parte de Kropotkin, como también se habrían equivocado aquellos que pudieran confiar en la preparación revolucionaria de los anarquistas españoles: “a la primera prueba que precisaba reflexión se han convertido en instrumentos inconscientes del imperialismo germánico en Europa y del militarismo, del clericalismo y del capitalismo en la propia España”. Las afirmaciones de Mir, impensables unos años atrás, hay que situarlas en la evolución de su pensamiento político anarquista hacia el republicanismo y el regionalismo burgués catalán y menorquín. Basta señalar que ya en septiembre de 1915 su racismo, determinismo y etnicismo es apabullante cuando escribe: “pero aquí y en Méjico y en todos los pueblos de sangre española, más o menos mezclada, la ignorancia engendra el fanatismo y del fanatismo sólo nacen calamidades y corrupciones”.33

Para Mir, la aparición de Reivindicación, cuando ya se habían conseguido cortar todas las suscripciones a Regeneración en América Latina, resultó un importante inconveniente, pues era un serio intento de “volver a contar y explotar las glorias de la revolución expropiadora”.34 El asesinato de Madero, en febrero de 1913, fue utilizado por Mir para afirmar reiteradamente la inferioridad cultural del pueblo mexicano, incapaz de abandonar el bandidaje, el latrocinio y la corrupción.35 Por ello Mir califica de “tribu” al magonismo asimilado a bandolerismo revolucionario. El caciquismo y el caudillaje serían para él la causa, y el magonismo el efecto.36

Desde su prensa, el grupo de Mahón empleó todo tipo de calumnias contra la imprenta germinal de Barcelona, regentada por Tomás Herreros, la cual había dado cobijo a Reivindicación. No se le perdonó a este último publicar la información procedente de Mahón donde se divulgaban los pactos encubiertos de Mir con los republicanos y conservadores de Menorca, aspectos a los que Acción Libertaria dio respaldo hasta su desaparición.37

Al reemprenderse Regeneración, desde octubre, Ricardo Flores Magón, en una serie de seis artículos publicados de noviembre a diciembre de 1915 con el título “¡Alto ahí!”, rebatió punto por punto todas las acusaciones vertidas por El Porvenir del Obrero, incluida la publicación de la carta difamatoria por el grupo de Boston Fraternidad. En dicha carta, se afirmaba falsamente que A. P. Araujo había salido para España a redactar Reivindicación.38 La información había sido enviada por el grupo de Boston a Los de Siempre, de Valladolid, pero El Porvenir del Obrero la publicó en su edición del 14 de octubre de 1915. En la misma, se acusaba de explotadores y de enriquecimiento ilícito a los integrantes de la Junta Organizadora del PLM y al grupo editor de Regeneración.39 Estas acusaciones también fueron rebatidas por medio del manifiesto firmado por los sostenedores del periódico Regeneración,40 quienes enfatizaron las calumnias del grupo de Boston, auspiciadas por el anarquista colombiano Juan Francisco Moncaleano.

Esta serie de artículos y la labor del grupo Reivindicación de Sabadell, reconocida y alabada por Ricardo Flores Magón, se cerró con la elocuente réplica de éste al mostrar por qué motivos el gachupín es a quien odia el pueblo mexicano y no al español, “entre los que se encuentran buenos anarquistas”. Así se manifestaba respecto a la actuación de El Porvenir del Obrero: “para denigrar al pueblo mexicano resultó muy infeliz el recurso de sacar a colación el antigachupinismo de aquel pueblo”.41

Para finales de 1915, Juan Mir y Mir suspendió El Porvenir del Obrero y regresó a la fe católica. Terminaba así la vida de un periódico y de un personaje muy bien considerado por el anarquismo español desde 1898, y que había entrado en controversia y declive entre 1914 y 1915, tras su alejamiento del anarquismo.42 El grupo de Acción Libertaria también suspendió la edición a finales de 1915.

Todo ello llevó a Ricardo Flores Magón a escribir:

[...] cuando todos o casi todos condenaban al revolucionario mexicano, Reivindicación izó la bandera de la justicia. Cuando todos o casi todos hincaban los colmillos al PLM y la Junta, y cuando los que no se atrevían a morder rezongaban en la sombra, o con su silencio aprobaban el ataque, Reivindicación apareció como un brazo vengador que sofrena a la canalla.43

Todo fue afecto y reconocimiento para con aquellos entusiastas anarquistas de Sabadell, fascinados por la vertiente mexicana de un anarquismo con el cual se identificaban, y que en España evolucionaba hacia el anarcosindicalismo, en detrimento del anarcocomunismo y del internacionalismo.

El objetivo de defender la revolución expropiadora de México se había cumplido, y ello permitía abrir una nueva etapa de colaboración entusiasta con el anarquismo magonista. Esta segunda fase inició en 1916, de nuevo desde Sabadell, cuando Reivindicación ya se definía como “Semanario anarquista portavoz en España de la Revolución Social de Méjico”. Desde octubre de 1915, la agencia de Regeneración pasó a ser coordinada por Joaquín Estruch en todo el ámbito español, para la distribución del periódico magonista y la recolecta de fondos para sufragarlo.44 Desde entonces, el grupo de Sabadell lanzó la idea de organizar el PLM, rama española que recabaría ayuda para el magonismo.

Fuente: Archivo Histórico de La Casa del Ahuizote, Reivindicación, núm. 1, segunda época (1916): 1.

Imagen 2 Reivindicación (1916) 

En esta segunda etapa, el semanario estaba estrechamente conectado con el grupo de Nueva York de Cultura Obrera, que colaboraba desde sus inicios con el PLM y con Regeneración. Uno de sus miembros relevantes era Jaime Vidal, quien había colaborado y trabado amistad con Joaquín Estruch durante su etapa de militante y corresponsal de Barcelona en El Productor, de 1904 a 1909. También es el caso de Ángel María Dieppa, que desde Nueva York escribía artículos para Reivindicación con el fin de mostrar los logros de la revolución expropiadora y justificarla.45 Estos lazos de colaboración con los magonistas existían desde su estancia en la comunidad internacionalista de Saint Louis, especialmente con la española y con miembros de la recién creada, en 1905, Industrial Workers of the World.

Exiliados políticos ácratas mantuvieron su vínculo con las organizaciones anarquistas de origen, en Barcelona y en otros lugares. Además, fueron reconocidos como fundadores del anarquismo hispano en Estados Unidos. Su solidaridad es la que incorporó el magonismo al anarquismo internacionalista, en las luchas sociales en Estados Unidos y en la Revolución mexicana, propiciando en gran medida el derrocamiento de Porfirio Díaz.

Sabemos que el grupo de Reivindicación fue muy activo y neutralizó a agentes del carrancismo como Rafael Quintero. Este personaje llegó de Estados Unidos para impartir conferencias en los centros obreros de Barcelona, con el fin de hacer proselitismo en favor de la vertiente social revolucionaria carrancista, a lo que el grupo de Sabadell opuso los principios del PLM.46 En la misma línea, el anarquista valenciano Enrique Llobregat -también ampliamente informado de la Revolución mexicana a través de América Latina- fue quien disertó respecto al carácter político y no social del carrancismo,47 una vertiente, como explica Claudio Lomnitz,48 que Ricardo Flores Magón identificaba como continuación del Porfiriato al servicio de Estados Unidos, dispuesta a la sumisión del proletariado al servicio del capital extranjero y nacional.

Tanto el programa de Francisco I. Madero como el carrancismo, situado más a la izquierda, eran considerados por el magonismo como reformistas de un Porfiriato capitalista, ineficaz en lo que atañe a la eficiencia productiva y a las reformas sociales imprescindibles para alcanzar la paz social y, con ello, la modernización del país.

El programa anticapitalista, a través de la irrenunciable lucha de clases del magonismo, no hizo concesiones en el terreno ideológico al reformismo liberal. Esto fue así ante el caso de Madero y, posteriormente, del Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, desde marzo de 1913, Venustiano Carranza, quien tomó parte en la segunda fase de la Revolución mexicana, con el fin de reinstaurar el Estado de derecho en México. Ya como encargado, desde el 14 de agosto de 1914, del Poder Ejecutivo, Carranza buscó pacificar a la nación de las luchas internas de la guerra civil y de las amenazas de ocupación extranjera. Esto dio inicio a la fase de la revolución constitucionalista, después de derrocar al general Huerta y vaciar de contenido las propuestas sociales del zapatismo y el villismo.

Ricardo Flores Magón identificó a Carranza como un elemento contrario a los intereses de los trabajadores, aunque incorporara en su programa algunas reivindicaciones laborales y agrarias, como la distribución de tierras de propiedad estatal previo rescate. Para Ricardo Flores Magón, con la praxis carrancista se mantenía la propiedad privada y, con ella, las cargas impositivas. De ahí que los hermanos Flores Magón afirmaran que habría tierra, pero en ningún caso libertad para el pueblo trabajador mexicano.49

En 1916, en su nueva etapa, Reivindicación incorporó importantes artículos y testimonios anarquistas que dan muestra del aprecio que se tenía en México por la corriente social y antipolítica del magonismo. Es el caso del gallego Enrique T. Chas, que trabajaba como camarero, en tercera clase, de un buque fondeado en Veracruz y distribuía ejemplares de Reivindicación de 1915. Chas relata la importante implantación del PLM, y, al continuar su viaje hacia La Habana, se encargó de repartir ejemplares del manifiesto del PLM de 23 de septiembre de 1911.50

Por su labor, desde principios de 1916, Reivindicación es anunciado con letras de molde en el periódico revolucionario mexicano, donde puede adquirirse, con anuncios como éste: “léase ‘REIVINDICACION’ un buen amigo de la Revolución Mexicana”. Por su parte, el grupo editor de Sabadell había nombrado, desde sus inicios, a Ricardo Flores Magón su agente general en América Latina, y fue éste quien abrió la segunda etapa de Reivindicación explicando el fondo de la Revolución mexicana.51 Desde entonces, la publicación se convirtió en el único periódico de España que apoyaba y difundía la Revolución mexicana en su vertiente anarquista, pues Tierra y Libertad, a criterio de su director, había abandonado ya la campaña, asunto que enfrió las relaciones entre Tomás Herreros y Joaquín Estruch, hasta entonces de máxima colaboración y sintonía ideológica.52

Fuente: Regeneración, núm. 215 (1915): 3.

Imagen 3 Defensa de Reivindicación en Regeneración (1915) 

La epopeya de Reivindicación

La razón de ser del grupo Reivindicación de Sabadell fue defender la revolución expropiadora de México. El momento de su aparición no pudo ser más oportuno, pues ocurrió en el preciso instante de mayor debilidad del magonismo y su órgano de prensa, a partir de marzo de 1915, cuando debió suspender la edición del periódico por falta de recursos económicos. Al mismo tiempo, la aparición de Reivindicación hacía frente a las críticas que dos años antes se habían difundido por el Río de la Plata sobre el proceso revolucionario mexicano. Éstas procedían de Juan Francisco Moncaleano y seguidas por E. G. Gilimón, Rodolfo González Pacheco y Jacinto Huitron, y habían sido rebatidas, dos años antes, por el propio Ricardo Flores Magón.53

Para abril de 1915, el grupo de Sabadell ya contaba con el compromiso de diversos colaboradores reconocidos del anarquismo, con el fin de abrir una viva “discusión sobre la actitud asumida por algunos libertarios al comentar en forma desfavorable la revolución [mexicana]”,54 los mismos que, un año antes, habían creado una agencia para la distribución de Regeneración en la ciudad de Sabadell.

El nuevo semanario también se distribuyó directamente en Barcelona, en ocho puntos de venta de distintas zonas de la ciudad.55 El primer número salió a la luz el 4 de junio de 1915, en la imprenta de J. Canals Doménech, con una tirada de 2 500 ejemplares. La tipografía era la misma de Regeneración, con un claro paralelismo al difundir y defender el ideario de Ricardo Flores Magón; respondía a un estilo que evoca la escritura a mano, bien hecha, en la que subyace una experiencia de aprendizaje y esfuerzo; el remate redondeado de los trazos es definitorio y sugiere adaptabilidad, flexibilidad. De igual manera, la publicación mostraba una portada sin adornos y limpia, para dar realce a la cabecera.

A partir de 1915, en Sabadell y Barcelona se había creado la única prensa de Europa dedicada exclusivamente a informar al proletariado español y americano del auténtico alcance de la Revolución mexicana, desde un acérrimo anarcomagonismo y optimismo, al considerar que ésta podía marcar el camino a seguir para poner fin al capitalismo y al Estado a escala mundial.

El grupo editor de Reivindicación mostró en todo momento su ideología respecto a la gesta revolucionaria. Ésta era interpretada como un movimiento social civilizatorio frente a la barbarie y la muerte en la que Europa se hallaba inmersa. Culturalmente, el grupo de Reivindicación era reclusiano, lo cual era válido para describir e imaginar las condiciones geográfico-sociales del territorio mexicano. Reclus era el inspirador, en el anarquismo ibérico, de un movimiento cultural respecto a la naturaleza que se proponía ser el punto de partida de una futura organización social anarquista.56

Pero, ante todo, la idea más compartida y verdadero núcleo del magonismo fue la del apoyo mutuo kropotkiano, que Joaquín Estruch compartía plenamente con Ricardo Flores Magón, quien lo había adoptado para el medio mexicano a nivel histórico-social. Además, en aquellos años, ambos tenían en común el ascetismo y la supeditación al ideal revolucionario.

Al cabo de un mes y poco, la redacción y administración se tuvo que desplazar a Barcelona (a la calle Vista Alegre, 17. 2º 4ª), para trabajar en la misma imprenta germinal que regentaba Tomás Herreros en la Ronda de San Pablo, 36; lugar donde también se editaba el semanario anarquista Tierra y Libertad. Al parecer, los motivos económicos y el déficit tuvieron mucho que ver con este traslado.

Para entonces, habían comenzado a colaborar en Reivindicación anarquistas de línea anarcocomunista como Francisco Miranda, José Negre o Eusebio C. Carbó, con artículos contra la Primera Guerra Mundial, así como en defensa de la neutralidad del anarquismo y en solidaridad con la colecta de fondos para los refugiados extranjeros.57

Reivindicación desarrolló una intensa campaña en defensa de la revolución social en México, ante la ausencia forzosa de Regeneración, que Ricardo Flores Magón enjuicia de este modo:

El mérito de Reivindicación es grandísimo porque salió a la luz en los momentos en que parecía que la calumnia había triunfado; cuando forzoso es confesarlo, muy raro en aquel que se atrevía a declararse en favor de los rebeldes mexicanos y en los periódicos anarquistas se hacia el silencio más completo alrededor de todo lo que trascendiera a Revolución Mexicana [...] A Reivindicación se debe el hecho verdaderamente honrado de haber salido resueltamente a la defensa de la justicia.58

La idea de publicar Reivindicación “por un puñado de abnegados anarquistas españoles”, según Ricardo Flores Magón, había conseguido evitar la denigración del movimiento revolucionario en México a escala internacional. Con este balance, Reivindicación cerró su primera etapa en Barcelona y de nuevo regresó a Sabadell, donde se erigió como “portavoz de la Revolución Social de Méjico”. En dicha ciudad, abarcó en todo momento la crítica al constitucionalismo carrancista y añadió nuevos proyectos. El más importante fue la organización de una expedición de anarquistas españoles a México, tomando como modelo las procedentes de Cuba, que habían desembarcado en el puerto de Veracruz en diciembre de 1915. Por ello, el periódico de Sabadell, con el fin de influir en el imaginario proletario, incluía fragmentos de la Geografía universal de Reclus, para mostrar la belleza y las bondades climáticas de México, un país con enormes posibilidades por su situación geográfica entre dos océanos y las dos Américas.59 Hasta el 3 de octubre de 1915, se habían publicado 17 números de Reivindicación, como lo atestigua la reproducción de un artículo de “un admirador” del periódico magonista de Sabadell,60 y la publicación del artículo de Marina Subirana referido al valor social de la Revolución mexicana.61

El momento político que se vivía en España por la carestía de los productos de primera necesidad y la persistencia de bajos salarios, a pesar de la acumulación de beneficios industriales, llevó a intensificar la campaña de expedición a México. En los primeros días de 1916, la situación de desesperación en que vivía el proletariado catalán se tradujo en el grito unánime de “¡Antes que la humillación, la frontera!”, una frontera que para Reivindicación no podía ser la de otros estados de Europa, pues eso los llevaría a convertirse en “carne de cañón” o bien en fuerza de trabajo para la reconstrucción tras el fin de la guerra. Por ello, el grupo de Sabadell, a través de Joaquín Estruch, señaló el camino hacia México con estos objetivos:

Pues bien compañeros; en ese país tan sublime descrito por el insigne sabio Reclus hace ya cinco años que sus moradores han empezado su obra de liberación, por el único medio que hay para poder poner a raya los tiranos: la violencia. Allí pensamos dirigirnos nosotros en breve, sin preocuparnos mucho si es grande o pequeño el número de convencidos que nos acompañe.62

Es decir, en México vislumbraban la posibilidad de edificar una sociedad anarquista.

En enero de 1916, la administración de Reivindicación anunciaba que no experimentaba un déficit aplastante, a pesar de la crisis en la que se hallaba sometida la clase trabajadora. Cabe añadir que recibía donativos de trabajadores españoles en el extranjero para el sostenimiento del semanario, así como de la agencia de Regeneración y aquellos a favor de la Revolución mexicana.

Ricardo Flores Magón alentaba y alababa desde Regeneración la segunda época de Reivindicación en Sabadell y sus iniciativas de solidaridad, con el fin de organizar en España el PLM, rama española, para “ayudar en lo práctico a los rebeldes mexicanos”.63

En esta segunda época, la redacción y administración de Reivindicación se ubicaban en una modesta casa de vecindad de la calle Mayor, 55, lugar donde residía un pariente de Joaquín Estruch con cinco familias más. La correspondencia se recibía en la sede de la Federación Obrera de Sabadell, a nombre de la compañera de Joaquín Estruch, Marina Subirana. Es entonces cuando se incorporan nuevos colaboradores, como el anarquista cubano George Gallart, cuyo nombre real era Marcelo Salinas, deportado de Cuba por sus actividades políticas en la isla. Salinas había mantenido relaciones con Ricardo Flores Magón y había actuado como propagandista de la Revolución mexicana; además, encajaba plenamente con el posicionamiento neutralista ante la guerra del anarquismo barcelonés. Esta posición fue adoptada mayoritariamente por el anarquismo cubano y por ello también se acusó al movimiento de germanófilo.

Por su parte, mientras Estruch dedicaba sus esfuerzos a la preparación de la expedición a México, que partiría en marzo de 1916, Ricardo Flores Magón era arrestado y encarcelado, y el grupo que quedaba al frente de Regeneración -especialmente Enrique Flores Magón y Juanita Arteaga-, sería quien se encargaría de las tareas de difusión del quinto, sexto y séptimo número de Reivindicación. Para entonces, éste era un periódico muy apreciado y elogiado en el México libertario, tanto que algunos de los padres revolucionarios escogían para sus hijos el nombre de Reivindicación.64

Fuente: Eduard Masjuan.

Imagen 4 Edificio que ocupó Reivindicación en 1916 

Fuente: Archivo Histórico de La Casa del Ahuizote, Reivindicación, núm. 6 (1916): 1.

Imagen 5 Defensa de la Revolución mexicana en Reivindicación 

En marzo de 1916, Reivindicación iniciaba una tercera etapa (con dos números más conocidos),65 de nuevo desde Barcelona y como “semanario anarquista, portavoz del aspecto social de la revolución mejicana”. El motivo obedecía al hecho de “que el grupo de compañeros que lo publicaba en Sabadell se había dedicado a organizar un grupo de quinientos camaradas abnegados que con la acción y la propaganda fueran a México a ayudar el proletariado de dicha región a emanciparse”.66

De la expedición a México se conocen algunos detalles a través de la correspondencia entre Joaquín Estruch y Ricardo Flores Magón, transcritas y publicadas por el primero en la autoedición de un libro sin distribuir de 1932. En dichas cartas, Estruch expresa al mexicano “su sufrimiento físico y dolor moral durante el viaje”, lo que le había llevado a renunciar al ideal anarquista. Ricardo Flores Magón le suplicaba que no lo hiciera y que reaccionara ante unas eventualidades que ninguno menciona; le anunciaba que continuaban mandando los 250 ejemplares de cada número de Regeneración, y le adjuntaba el drama Tierra y Libertad, con una dedicatoria.

Una carta de Ricardo Flores Magón está fechada en noviembre de 1916, en Los Ángeles, la cual fue respondida por Estruch hasta dos años después, una vez terminada la guerra. En ella, Estruch manifestaba: “[siento] la emoción más profunda que en mi vida he experimentado, pues ya sabes te he considerado siempre sincero noble y leal”. Recordaba que éstos eran algunos de los motivos por los que había fundado Reivindicación, del que, según Estruch, llegaron a publicarse 47 números. Esta cifra parece algo elevada, y hasta el momento no he podido constatarla.

Sabemos que la expedición a México llegó a Francia para embarcar hacia su destino, pero estuvo retenida en el país galo por un tiempo que desconozco.67 La respuesta de Estruch a la carta de 1916 está fechada en Sabadell, y corresponde al 10 de diciembre de 1918. Unos meses antes, Ricardo Flores Magón había ingresado al presidio en el que iba a morir cuatro años después. Estruch calificó a este personaje, tras su muerte en Kansas en 1922, como “uno de los que han contribuido más al actual despertar de Méjico”,68 así finaliza el recuerdo escrito de su admirado amigo.

Como lo atestigua uno de los principales biógrafos de Hermoso Plaja, el periódico Acracia, fundado en 1918 en Tarragona, puede ser deudor de Reivindicación.69 Entonces, éste resultaría haber sido un paradigma para la futura prensa anarquista.

Terminaba así la epopeya del semanario, que todavía en 1958, en el exilio mexicano, salía a relucir, cuando Salvio Aiguaviva70 rememoraba: “formaba parte del ‘cuerpo’ de redacción y mi mayor trabajo consistía en llevar cada semana un pote de pasta para colar las fajas y paquetes y luego depositar el ‘material’ en correos”. La redacción era completamente artesanal y voluntaria, e implicaba la colaboración de sus familias, como lo expresa Hermoso Plaja, antiguo suscriptor del periódico mexicanista y exiliado en México tras la guerra civil.71

La epopeya de Reivindicación fue recordada entrañablemente muchos años después desde el exilio. Las causas de su desaparición se hallan, sobre todo, en la economía deficitaria del semanario, aunque también se puede atribuir, por citar a Plaja, a ciertas “circunstancias especiales”. Esto último puede hacer referencia o no al desenlace del intento de viaje a México iniciado en marzo de 1916. De la expedición y su desenlace no he hallado referencias en la prensa anarquista española de esos años.

Hasta hoy se consideraba que el semanario había tenido una corta existencia y que se habían editado muy pocos números. Por las referencias en España y México, yo he contabilizado un número no inferior a 30, una cifra nada despreciable para la época en la prensa anarquista. Vida corta, pero intensa, del único semanario hasta ahora conocido como defensor y propagandista de la Revolución mexicana en Europa. Un periódico que, en palabras de Joaquín Estruch, hizo honor a su cabecera. En la despedida de su militancia anarquista, Estruch escribe de manera afectuosa y con cierto orgullo de editor fundador a su siempre “admirado amigo sincero, noble y leal” Ricardo Flores Magón:

¿Cómo, si no hubiera sido así, hubiera tomado tanto empeño en defenderte a ti y a la causa que defendías, desde las columnas de Reivindicación, publicación que fundé exclusivamente con tal finalidad y que con tanto entusiasmo fue recibida, cuando se te calumniaba y llenaba de injurias? Y no te defendí por que sí, pues antes de hacerlo quise cerciorarme de tu inocencia, escribiendo multitud de cartas a individuos de diferentes puntos de América, los cuales me contestaron tan a satisfacción y me remitieron tal acopio de datos sobre tu persona y la causa que acaudillabas, que excuso decir que me dieron la tarea hecha, con lo cual pude aplastar a tus detractores y a sus tres periódicos, que quedaron sin suscriptores, ante su pésima labor.72

Joaquín Estruch se apartó del anarquismo militante, pero continuó con el ideal de regeneración del ser humano que compartía con Ricardo Flores Magón. En la década de 1920, fundó en Sabadell un periódico con el título de Regeneración, en recuerdo de su amigo mexicano. No llegó a militar nunca en ningún partido político y se dedicó a la tarea educativa laica, basada en los principios racionalistas y regeneracionistas para la clase trabajadora. Vivió de la venta de periódicos y libros en una modesta vivienda de Sabadell, en la que organizó una pequeña imprenta y biblioteca popular hasta 1969, año de su muerte en dicha ciudad.

Conclusiones

Los imaginarios de una revolución anarquista de alcance global, una vez comenzada la Primera Guerra Mundial, fueron compartidos por los sindicalistas revolucionarios españoles, de acuerdo -entre otras- con las tesis de Ricardo Flores Magón. Los anarquistas españoles vislumbraron un horizonte de futuro compartido con el pueblo mexicano, por ser éste, a su entender, quien representaba en aquellos años un modelo de revolución libertaria que lo identificaban en lo económico y social con los anhelos revolucionarios del proletariado español. Cabe señalar que, tras el fracaso de las huelgas generales de 1902 y la semana trágica de 1909, con la consiguiente ejecución de Francisco Ferrer, verdadera alma mater de la escuela racionalista de corte anarquista, este proletariado se hallaba entre la esperanza y la desesperación ante las pésimas condiciones de vida y laborales que en aquellos años atravesaba el obrerismo industrial y el campesinado español. Tanto las migraciones forzosas del campo a la ciudad, como la represión al sindicalismo, y la renovada probabilidad de que el proletario ibérico fuera proveedor de “carne de cañón” en la Primera Guerra Mundial explican que existiera un respaldo apasionado y mayoritario al magonismo en aquellos años de lucha intensa en México, en aras de alcanzar los fines últimos de la revolución magonista ante el proyecto político liberal carrancista.

La mayoría de los anarquistas españoles apreciaron las aptitudes comunitarias del indio mexicano favorables al establecimiento de un comunismo libertario. Así, México se vislumbraba como el lugar idóneo para la puesta en práctica de las teorías de Kropotkin sobre el apoyo mutuo como la base de renovación social. A ello cabe añadir el factor internacionalista, según el cual aquellos obreros revolucionarios que quisieran residir en México lo podían hacer con plenos derechos, como lo había manifestado Ricardo Flores Magón.

Ello explica, por otra parte, que las solidaridades mutuas se encuentren en el afán de extensión de la Revolución mexicana a escala internacional, como lo hizo la prensa anarquista. Es el caso estudiado de Reivindicación (1915-1916), la única publicación conocida de Europa dedicada exprofeso al apoyo de la Revolución mexicana magonista. Un respaldo básicamente de carácter combativo ante la disidencia hacia el internacionalismo y de apoyo al carácter económico-expropiador ante los medios anarquistas de Asturias, Mahón y Zaragoza, aspectos que el proletariado español contemplaba con anhelo para sí mismo. Por ello, las afinidades ideológicas en lo que respecta a la cultura internacionalista desde la Primera Internacional y su antimilitarismo coincidieron en el fenómeno mexicano magonista.

Un posicionamiento revolucionario radical en aquellos años de enfrentamiento por el poder en México. De ahí el posicionamiento y las iniciativas para neutralizar el constitucionalismo carrancista y a sus agentes destinados en Barcelona para intentar sumar apoyos de los centros obreros.

Los estereotipos de caudillismo, destrucción o bandidaje salvaje con los que es asociada la Revolución mexicana de 1915 a 1916 fueron compartidos por los sectores políticos reformistas y republicanos, así como por una parte del anarquismo español, que, según he mostrado, los identificó con aspectos étnicos, vejatorios tanto para el pueblo mexicano como para el español. Éste fue el caso de Juan Mir y Mir desde Mahón, y de los publicistas de Asturias y Zaragoza. Para estos sectores reformistas, la desaparición del liberal Francisco I. Madero había sido una tragedia para un dolorido e inculto pueblo mexicano. De ahí su oposición a la alternativa de la acción directa y a una soberanía popular sin intermediarios y Estado.

El reformismo anarquista de aquellos años no valoró la vía magonista de la acción directa y su visión anarcocomunista, que constituían los puntos “fuertes” de una revolución más radical que las llevadas a cabo hasta entonces. Contrariamente, los anarquistas radicales españoles la identificaron como la revolución más importante desde la Ilustración.

Asimismo, hemos constatado que el esfuerzo intelectual por la lucha revolucionaria en México y en el anarquismo español se centró, en esos años, en la oposición al carrancismo o constitucionalismo, pues también en España era presentado por socialistas y reformistas como portador de los ideales de la Revolución mexicana. Por el contrario, los anarquistas que junto a Ricardo Flores Magón habían creído que la Primera Guerra Mundial podía ser el inicio de la Revolución Mundial interpretaban que el carrancismo era una reforma burguesa democrática, con unas leyes sociales -promulgadas en 1917- que no se iban a cumplir. A partir de la documentación analizada, se puede concluir que, entre 1915 y 1916, Ricardo Flores Magón y los sindicalistas revolucionarios de España fueron claros opositores a una Revolución mexicana que, como señala James D. Cockcroft, comportó “un campesinado vencido, un movimiento laboral inválido y dependiente, una burguesía sangrante pero victoriosa, y para un pueblo mexicano dividido, un triunfo de papel: la Constitución de 1917”.73

Agradecimientos

Agradezco en grado sumo las opiniones y sugerencias que sobre este texto he recibido de Tita Valencia y Lily Litvak. Una primera versión de este estudio fue leída como ponencia en el 56º Congreso Internacional de Americanistas, celebrado en Salamanca, del 15 al 20 de julio de 2018.

Archivo

Biblioteca Pública Arús [ Links ]

Arxiu Nacional de Catalunya [ Links ]

Archivo Histórico de La Casa del AhuizoteLinks ]

Hemerografía

Acción Libertaria, 1915 [ Links ]

Cultura y Acción [ Links ]

El Porvenir del Obrero, 1915 [ Links ]

El Trabajo, 1912 [ Links ]

La Picota, 1911 [ Links ]

Regeneración, 1910, 1912, 1915-1916 [ Links ]

Reivindicación, 1915-1916 [ Links ]

Solidaridad Obrera, 1915 [ Links ]

Tierra y Libertad, 1915 [ Links ]

Bibliografía

Abelló Güell, Teresa. Les relacions internacionals de l’anarquisme català (1881-1914). Barcelona: Edicions 62, 1987. [ Links ]

Bar Cendón, Antonio. La CNT en los años rojos. Del sindicalismo revolucionario al anarcosindicalismo (1910-1926). Madrid: Akal, 1981. [ Links ]

Barrio Alonso, Ángeles. Anarquismo en Asturias (1890-1936). Santander: Universidad de Cantabria, 1986. [ Links ]

Carbó Darnaculleta, Margarita. “¡Viva la Tierra y Libertad! La utopía magonista”. Boletín Americanista, núm. 47 (1997): 91-100. [ Links ]

Cardona Pons, Florià. Episodis de la Menorca llibertària. Palma de Mallorca: Ateneu Llibertari Estel Negre, 2005. [ Links ]

Cockcroft, James D. Precursores intelectuales de la Revolución mexicana. México: Siglo XXI, 1991. [ Links ]

Delgado Larios, Almudena. “Entre el miedo y la fascinación: la Revolución mexicana en la prensa española”. Revista de Occidente, núm. 354 (2010): 27-49. [ Links ]

Lomnitz, Claudio. El regreso del camarada Ricardo Flores Magón. México: Era, 2016. [ Links ]

Estruch, Joaquín. El cristianismo social. Sabadell: Biblioteca Cristiana Social, 1932. [ Links ]

Gámez, Javier. “Recepción y debate del magonismo en el movimiento anarquista español, 1907-1911”. Pacarina del Sur, año V, núm. 19 (2014). [ Links ]

Íñiguez, Miguel. Esbozo de una enciclopedia histórica del anarquismo español. Madrid: Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo, 2001. [ Links ]

Masjuan, Eduard. “La cultura de la naturaleza en el anarquismo ibérico y cubano”. Signos Históricos, vol. VIII, núm. 15 (2006): 98-123. [ Links ]

Masjuan, Eduard. Medis Obrers i innovació cultural a Sabadell (1900-1939): l’altra aventura de la ciutat industrial. Barcelona: Universitat Autònoma de Barcelona, 2006. [ Links ]

Masjuan, Eduard. Un héroe trágico del anarquismo español. Mateo Morral, 1879-1906. Barcelona: Icaria Antrazyt, 2009. [ Links ]

Rivera, Librado. “Prólogo”. En Ricardo Flores Magón. El apóstol de la Revolución, Diego Abad de Santillana, 37-43. Buenos Aires: Anarres/Terramar, 2011. [ Links ]

Soriano, Ignacio. Hermoso Plaja Saló y Carmen Paredes Sans: el anarquismo silencioso, 1889-1982, tesis de doctorado en Historia. Salamanca: Facultad de Geografía e Historia-Universidad de Salamanca, 2002. [ Links ]

Yankelevich, Pablo. “Los magonistas en La Protesta. Lecturas rioplatenses del anarquismo en México, 1906-1929”. Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, vol. XIX (1999): 53-83. [ Links ]

Entrevista

Entrevista de Eduard Masjuan a Adoració Estruch, Sabadell, 2003. [ Links ]

1 Eduard Masjuan, Un héroe trágico del anarquismo español. Mateo Morral, 1879-1906 (Barcelona: Icaria Antrazyt, 2009), 257-259.

2Antonio Bar Cendón, La CNT en los años rojos. Del sindicalismo revolucionario al anarcosindicalismo (1910-1926) (Madrid: Akal, 1981), 299.

3“La revolución de Méjico y la prensa republicana española”, La Picota, núm. 2 (1911): 1.

4Librado Rivera, “Prólogo”, en Ricardo Flores Magón. El apóstol de la Revolución, Diego Abad de Santillán (Buenos Aires: Anarres/Terramar, 2011), 39.

5Margarita Carbó Darnaculleta, “¡Viva la Tierra y Libertad! La utopía magonista”, Boletín Americanista, núm. 47 (1997): 95-96.

6Joaquín Estruch, “Opresiones y rebeldías”, El Trabajo, núm. 237 (1912): 1-2.

7“Regeneración”, El Trabajo, núm. 241 (1912): 4.

8Lema que Ricardo Flores Magón, como conocedor del pensamiento anarquista ruso y de la realidad social mexicana, incorporó de la tradición de los populistas rusos como los narodniki y de la revista española Tierra y Libertad.

9Véase el término publicado por primera vez en Ricardo Flores Magón, “Tierra”, Regeneración, núm. 5 (1910): 1.

10Carbó Darnaculleta, “¡Viva la Tierra y Libertad!”, 96.

11“La Revolución en México”, El Trabajo, núm. 253 (1912): 4.

12De Fermín Sagristá la historiografía de las relaciones internacionales del anarquismo catalán documenta la campaña en favor de su liberación y de su obra artística durante el proceso Ferrer, pero no incluye su vinculación con la Revolución mexicana anarquista. Véase Teresa Abelló Güell, Les relacions internacionals de l’anarquisme català (1881-1914) (Barcelona: Edicions 62, 1987), 186-188.

13Ricardo Flores Magón, “Sagristá libre”, Regeneración, núm. 86 (1912): 1.

14Joaquín Estruch, “Una visita agradable”, El Trabajo, núm. 226 (1912): 1-2.

15Ricardo Flores Magón, “Una carta de Fermín Sagristá”, Regeneración, núm. 93 (1912): 1.

16Las cifras de afiliación a la CNT en Bar Cendón, La CNT en los años rojos, 338.

17“Para un nuevo colega”, Acción Libertaria, núm. 22 (1915): 2.

18Ricardo Flores Magón, “Falacia revolucionaria”, Regeneración, núm. 205 (1915): 1.

19“Reivindicación y nosotros”, Cultura y Acción, reproducido en El Porvenir del Obrero, núm. 403 (1915): 3.

20“Movimiento anarquista”, Tierra y Libertad, núm. 256 (1915): 4.

21“La redacción”, Reivindicación, núm. 1 (1915): 1.

22Joaquín Estruch, “Acción Libertaria y la Revolución en Méjico”, Reivindicación, núm. 11 (1915): 3.

23“A propósito de la revolución mexicana”, Acción Libertaria, núm. 28 (1915): 2-3.

24Enrique Nido, “Causas de la revolución mexicana”, Acción Libertaria, núm. 24 (1915): 1.

25“Literatura malsana”, Acción Libertaria, núm. 30 (1915): 2-3.

26“¡Eso no puede seguir así...!”, El Porvenir del Obrero, núm. 403 (1915): 2-3.

27De este último no se puede afirmar su participación en el Congreso, pues pudiera confundirse con el anarquista portugués Aurelio Quintanilla, que consta en diversas fuentes como asistente. Para la trayectoria de Eleuterio Quintanilla y su influencia en el anarquismo asturiano véase Miguel Íñiguez, Esbozo de una enciclopedia histórica del anarquismo español (Madrid: Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo, 2001), 502.

28Sobre estas acusaciones no existen pruebas suficientes, véase Ángeles Barrio Alonso, Anarquismo en Asturias (1890-1936) (Santander: Universidad de Cantabria, 1986) y Bar Cendón, La CNT en los años rojos, 342.

29Almudena Delgado Larios, “Entre el miedo y la fascinación: la Revolución mexicana en la prensa española”, Revista de Occidente, núm. 354 (2010): 27-48.

30Correspondencia del autor con Tita Valencia, agosto de 2018.

31Ricardo Flores Magón, “¡Viva Tierra y Libertad!”, Reivindicación, núm. 16 (1915): 2.

32“Las minas de California”, El Porvenir del Obrero, núm. 406 (1915): 1.

33“De la revolución mejicana. Las opiniones ajenas”, El Porvenir del Obrero, núm. 407 (1915): 1.

34“El anarquismo mejicano”, El Porvenir del Obrero, núm. 408 (1915): 1.

35“No tienen razón”, El Porvenir del Obrero, núm. 412 (1915): 1.

36“Documento interesante”, El Porvenir del Obrero, núm. 413 (1915): 1.

37“Contestando a unas alusiones”, Acción Libertaria, núm. 32 (1915): 2.

38Ricardo Flores Magón, “¡Alto ahí!”, Regeneración, núm. 224 (1915): 1.

39“Un documento interesante”, El Porvenir del Obrero, núm. 413 (1915): 3.

40“A los trabajadores del mundo”, Regeneración, núm. 219 (1916): 1.

41Ricardo Flores Magón, “El carácter de la revolución mexicana”, Regeneración, núm. 218 (1915): 1.

42Florià Cardona Pons, Episodis de la Menorca llibertària (Palma de Mallorca: Ateneu Llibertari Estel Negre, 2005), 19.

43Ricardo Flores Magón, “Reivindicación”, Regeneración, núm. 225 (1916): 3.

44“A los compañeros de España”, Regeneración, núm. 208 (1915): 2.

45Ángel María Dieppa, “La revolución expropiadora de Méjico”, Reivindicación, núm. 4, segunda época (1916): 2.

46“¡Anarquistas, alerta!”, Regeneración, núm. 235 (1916): 1. Reproducido de Reivindicación, núm. 7, segunda época (1916).

47Enrique Llobregat, “Carranza y la revolución social en Méjico”, Reivindicación, núm. 1, segunda época (1916): 3.

48Claudio Lomnitz, El regreso del camarada Ricardo Flores Magón (México: Era, 2016), 587-618.

49Ricardo Flores Magón, “Las reformas carrancistas”, Regeneración, núm. 2 (1915): 1. En el mismo sentido doctrinario se manifiesta su hermano Enrique con el artículo “Carranza contra los trabajadores”, Regeneración, núm. 2 (1915): 2.

50Enrique T. Chas, “Insisto en lo mismo la revolución de Méjico es económica”, Regeneración, núm. 231 (1916): 1. Reproducido de Reivindicación, núm. 6, segunda época (1916): 1.

51Ricardo Flores Magón, “El fondo de la revolución mexicana”, Reivindicación, núm. 1, segunda época (1916): 1.

52“De todo y de todas partes”, Reivindicación, núm. 4, segunda época (1916): 4.

53Véase Javier Gámez, “Recepción y debate del magonismo en el movimiento anarquista español, 1907-1911”, Pacarina del Sur, año V, núm. 19 (2014). También Pablo Yankelevich, “Los magonistas en La Protesta. Lecturas rioplatenses del anarquismo en México, 1906-1929”, Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, vol. XIX (1999): 53-83.

54“Movimiento anarquista”, Tierra y Libertad, núm. 256 (1915): 4.

55“Notas varias”, Solidaridad Obrera, núm. 92, tercera época (1915): 4.

56Véase Eduard Masjuan, “La cultura de la naturaleza en el anarquismo ibérico y cubano”, Signos Históricos, vol. VIII, núm. 15 (2006): 98-123.

57Eusebio C. Carbó, “Contra la guerra”, Reivindicación, núm. 11 (1915): 1.

58Ricardo Flores Magón, “¡Alto ahí!”, Regeneración, núm. 216 (1915): 1-2.

59Eliseo Reclus, “Méjico bello”, Reivindicación, núm. 1, segunda época (1916): 3.

60“Regeneración”, Regeneración, núm. 215 (1915): 3. Extraído de Reivindicación, núm. 16 (1915).

61Marina Subirana, “Seamos francos y nobles”, Regeneración, núm. 217 (1915): 2. Reproducido de Reivindicación, núm. 17 (1915).

62Joaquín Estruch, “El actual momento ¡A Méjico a Méjico!”, Reivindicación, núm. 4, segunda época (1916): 1-2.

63Ricardo Flores Magón, “Reivindicación”, Regeneración, núm. 222 (1916): 1.

64“Nacimientos”, Regeneración, núm. 234 (1916): 3.

65En el primer número se publicó la falsa noticia de la muerte de Enrique Flores Magón supuestamente aplastado por un tren. Esta noticia procedía de los cablegramas intervenidos de México o España con el fin de boicotear la acción revolucionaria. Glosa la figura de Enrique Flores Magón, George Gallart (Marcelo Salinas), “Enrique ha muerto”, Reivindicación, núm. 1, tercera época (1916): 1.

66“Reivindicación”, Regeneración, núm. 240 (1916): 3.

67Entrevista de Eduard Masjuan con Adoració Estruch, Sabadell, 2003.

68Joaquín Estruch, El cristianismo social (Sabadell: Biblioteca Cristiana Social, 1932), 188. Sobre Joaquín Estruch existe una biografía en Eduard Masjuan, Medis Obrers i innovació cultural a Sabadell (1900-1939): l’altra aventura de la ciutat industrial (Barcelona: Universitat Autònoma de Barcelona, 2006), 78-99.

69Ignacio Soriano, Hermoso Plaja Saló y Carmen Paredes Sans: el anarquismo silencioso, 1889-1982, tesis de doctorado en Historia (Salamanca: Facultad de Geografía e Historia-Universidad de Salamanca, 2002), 844.

70Carta de Salvio Aiguaviva a Hermoso Plaja, Alés, Francia, 13 de marzo de 1958, en Biblioteca Pública Arús, Barcelona, Fondo: H. Plaja.

71Carta de Hermoso Plaja a Salvio Aiguaviva, México, 1958, en Biblioteca Pública Arús, Barcelona, Fondo: H. Plaja.

72Carta de Joaquín Estruch a Ricardo Flores Magón, Sabadell, 10 de diciembre de 1918, en Estruch, El cristianismo, 177-178.

73James D. Cockcroft, Precursores intelectuales de la Revolución mexicana (México: Siglo XXI, 1991), 217.

Recibido: 27 de Enero de 2019; Aprobado: 31 de Octubre de 2019

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons