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Innovación educativa (México, DF)

versão impressa ISSN 1665-2673

Innov. educ. (Méx. DF) vol.13 no.63 México Set./Dez. 2013

 

Presentación

 

Palabra y argumento

 

Xicoténcatl Martínez Ruiz

 

¿Cómo es mirar el mundo desde el punto de vista de otro y atisbar su complejidad sin anularla? ¿Puede esta habilidad ser considerada como una forma de apertura al diálogo? ¿Acaso no son tanto la capacidad de escuchar razones como de ofrecerlas un fundamento de la ciudadanía? Estas tres cuestiones nos avisan de otra: ¿puede esto aprenderse y enseñarse? Si es así, la atención en los espacios educativos tendrá que dirigirse a cómo se aprende y se enseña a niños y jóvenes a ofrecer razones en defensa de una tesis, una idea o un punto de vista, a escucharlas y examinarlas. ¿Cómo argumentar sin el ejercicio del autoexamen? Este ejercicio puede tener diversos rostros y propósitos. Sin embargo, cuando se somete al autoexamen de las ideas se evita el desvío hacia fines sofísticos y se construye un fundamento de juicio, un ejercicio para entender el mundo.

La preocupación por la didáctica de la lógica en nuestros días no solo ha de limitarse a su contenido en el currículo de los jóvenes contemporáneos. Su lugar es más significativo en este momento. Conlleva una de las herramientas centrales que provee la educación: formar ciudadanos críticos, capaces de apertura y diálogo. El cultivo de la habilidad argumentativa es un eje de la ciudadanía. Intentar abarcar el sentido y la complejidad de la ciudadanía en nuestro tiempo es una labor intrincada y compleja; por ello, únicamente resalto uno de sus aspectos íntimamente relacionados con la disciplina de la lógica: la didáctica de la argumentación.

Un ejemplo tradicional de argumentación y ciudadanía está en la actividad socrática recuperada por Platón en la Apología de Sócrates (Diálogos, 1981). En ese diálogo tan conocido Sócrates construye su defensa mediante razones; al hacerlo, avisa del riesgo de la construcción de un argumento válido, pero falaz. La trascendencia del propósito implícito en un argumento va a ser un tema a debatir, su dimensión axiológica es evidenciada por Sócrates con una conclusión, si bien conocida, sorpresiva, y no se debe olvidar: la habilidad de argumentar -sea o no moralmente neutra- es capaz de convertir una injusticia en algo justo, como refiere la Apología. El autoexamen de las ideas y su unidad con la ética distinguen la argumentación que construye ciudadanía y configura el conocimiento científico que nos ennoblece.

Sócrates no solo argumentó por su vida, sino por defender lo mejor de un ser humano, y por la dignidad de habitar nuestro mundo. Él reconoció ante los jueces que su avanzada edad lo acercaba a la muerte, por lo que sus razones no fueron afectadas por el miedo al aniquilamiento de la individualidad. Un temor que comúnmente desvía el propósito de los argumentos hacia un despeñadero: la sinrazón. Lo que vemos ahora, a la distancia de 2 400 años, entre concepciones y contextos históricos diferentes, es cómo este pasaje de la historia de una ciudad, Atenas, es el prisma que reúne no los dilemas de una ciudad en un contexto histórico, sino los dilemas humanos. Uno de ellos encuentra transparencia y sustento en el ejercicio de la argumentación como herramienta de la ciudadanía.

Hay otros casos en la historia del pensamiento no occidental que ilustran la importancia de la argumentación en diversos planos de nuestro actuar y pensar, incluso en la construcción de las identidades culturales. En uno de los textos sumerios más antiguos encontramos la intrincada historia de la diosa Inanna, quien hace gala del arte de la argumentación ante el dios Enki, para que la deje descender al inframundo -la "casa del polvo"- y después salir. Aunque el propósito de su descenso no es claro y está sujeto a diversas interpretaciones, el mito ofrece un ejemplo de la expresión argumentada, la afirmación de la libertad y el desarrollo pleno de las capacidades de la mujer. Por su parte, en el Mahābhārata (Van Buitenen, 1975), el poema épico más extenso que se haya escrito en sánscrito, tenemos una muestra de diferentes clases y usos de la argumentación, que abarcan desde la argumentación bélica hasta el debate interior, enlazado al autoexamen, para tomar una decisión.

Estos ejemplos nos revelan una enseñanza sencilla e intemporal, transversal a diversas culturas: donde dos personas argumentan se esfuma el olvido de quien no escucha y no ofrece razones, la oscuridad de la sinrazón pierde gravidez. Es en esa ingravidez donde está el espejo, sincero y claro, de la argumentación nutrida por el autoexamen. Una de las metas de la educación en este tiempo es formar a jóvenes capaces de indagar por sí mismos, aun fuera de los muros de la educación formal. Las claves de este tránsito están en las preguntas y situaciones significativas, principalmente, pertinentes a la vida de quien asiste a un aula y logra traducir sus referentes del pensamiento lógico común a la vivencia de todo ser humano; o bien, como lo expresa Raymundo Morado, común a la función social de la lógica en su carácter moralmente neutro (Lógica y compromiso moral, 2013). La capacidad de argumentar es uno de los puentes para ese tránsito y, por ello, es crucial en lo que entendemos como la educación necesaria para un joven contemporáneo.

¿Cómo puede embeber la mente de un estudiante los contenidos de la lógica? ¿Para qué cultivar la habilidad de argumentar en un mundo como el que tenemos hoy? Generar islas incomunicadas es uno de los efectos de la globalización. La incapacidad de argumentar y autoexaminar ideas también se enlaza con otra ausencia: la de ciudadanos con apertura al diálogo, al entendimiento, y con respeto a la diversidad regional. La persistencia de estos efectos asegura la desigualdad social y, finalmente, la pérdida del sentido de una sociedad democrática.

La expresión argumentada es una herramienta de rebelión juvenil. No pretendo con esto exagerar, porque la expresión argumentada a la que me refiero, en tanto palabra comprometida, es una vía para evitar la imposición, la ignominia y la violencia; un sencillo fundamento está en la base: por un lado, se exigen y se ofrecen razones; por el otro, hay quien se abre, escucha y acepta la aventura del entusiasmo intelectual y ético. Posibilidad transformadora para un estudiante es la educación que le permite embeber dicha herramienta de rebelión. Con todo esto hablo del ejercicio de transformar y resignificar nuestras sociedades sobre un mismo eje, tan antiguo pero contemporáneo: educación que forma ciudadanos del mundo.

La manera de fomentar las capacidades críticas y de argumentación en la enseñanza que reciben los jóvenes repercutirá en las relaciones que construimos para un futuro que siempre lleva más incertidumbre. La base para ello será la existencia de interlocutores con capacidades argumentativas y críticas susceptibles de comunicar ideas, de responder desde las profundidades del intelecto y del alma. Para Sor Juana Inés de la Cruz, esto definió su vida. Octavio Paz (Obras completas, 1998) lo describe en estas líneas:

La avidez de Sor Juana por la comunicación escrita revela cierto oportunismo, un ansia inmoderada por conocer y ser conocida. Vanidad, sí, pero asimismo soledad. Ahogo, asfixia: le quedada chico no sólo el convento sino el país. Y más: su mundo. . . . Leer y escribir es conversar con los otros y con uno mismo. En ambos casos nuestro interlocutor es un ausente-presente que nos habla sin lengua y nos oye sin orejas. Sor Juana lo dice con uno de los tropos violentamente retorcidos que su época amaba: "óyeme con los ojos . . . óyeme sordo pues me quejo muda". Pero no conversaba solamente con los fantasmas que brotan de los libros o de la imaginación sino con mucha gente de carne y hueso. (p. 173)

Nuestro tiempo, como todos los tiempos, nos arroja a una búsqueda frenética de interlocutores cada vez más lejanos; aun cuando las tecnologías de la información y la comunicación nos acercan al otro extremo del mundo, también nos alejan del diálogo y de nosotros mismos. Sor Juana es un ejemplo de tal búsqueda de interlocución, autoexamen y argumentación. Ella buscó en su tiempo -con las limitaciones y la falta de equidad que sabemos caracterizaba la Nueva España- aquellos interlocutores capaces de hablar y también oír. Sor Juana se asumió como hablante y escucha de sí misma, esto se ilustra en la relación de Primero Sueño y Respuesta a sor Filotea de la Cruz (1691); ambas sostienen una relación poética y filosófica, la luz de Primero Sueño, posiblemente escrito alrededor de 1685, es la del poema nutrido por el autoexamen, algo necesario en la búsqueda del conocimiento, atisbos claros que revelan el diálogo interno.

La obra poética completa a su contraparte en prosa, la Respuesta. Ésta es una réplica argumentada a la autoridad. La réplica ofrece razones a una propuesta revolucionaria en el siglo XVII, es la muestra del despliegue de capacidades intelectuales de la mujer. Leer lo que está reservado a los filósofos y escribir argumentando ideas y realidades encarnan y anticipan los proyectos del siglo XXI, entre ellos, el reconocimiento de la habilidad de una mujer para argumentar, donde las palabras están nutridas por un examen de conciencia (Paz, 1998, p. 490). ¿Qué distingue a un ser humano educado en nuestro siglo respecto a uno del siglo de Sor Juana? En parte, las diferencias radican en las concepciones del mundo, la vida del sujeto y sus formas de apropiación de este universo; sin embargo, no es todo, y, ahora, cuando tenemos una educación cada vez más multicultural, se exige un ciudadano idealmente abierto al diálogo y al entendimiento de la diversidad.

El número 63 de Innovación Educativa ofrece, en las páginas de la sección Aleph, una serie de artículos que contribuyen a considerar la relevancia de la lógica y la argumentación para un estudiante, y también a reconsiderar el lugar de las humanidades en la educación actual. La Editorial, de Raymundo Morado, da cuenta de las fuentes recientes y materiales para una mejor didáctica de la lógica. Tres artículos conforman la sección Aleph, dedicada a la didáctica de la lógica y la argumentación. El artículo "La argumentación: de la retórica a la enseñanza de las ciencias" abre la sección; entre las formulaciones, los autores recuperan el análisis de la argumentación científica y su lugar en la educación contemporánea y la didáctica de la argumentación. El segundo artículo, titulado "Debate en torno a la enseñanza de la lógica en 1880: una experiencia histórica", elabora un recorrido histórico y recupera el debate en el México de finales del siglo XIX acerca de la enseñanza de la lógica en la Escuela Nacional Preparatoria. Si bien tiene un enfoque de investigación documental, el artículo despliega un tema eje en nuestro tiempo: la relevancia del aprendizaje y la enseñanza de la lógica para la vida cotidiana. La sección cierra con el artículo "Problemas sobre la distinción entre razonamientos deductivos e inductivos y su enseñanza", que aborda puntualmente cómo se comprende y puede enseñarse el razonamiento inductivo. Implícita a esta propuesta, los autores cuestionan la tradicional distinción entre deductivo e inductivo. Es en el ejercicio de abrirse y ofrecer razones para apuntalar una tesis donde ocurre una didáctica perfectible de la argumentación; es allí donde ese ejercicio expone a un joven al desarrollo de estas capacidades que ejercerán un impacto en sus ideas sociales y educativas. Quedan las páginas de este número de Innovación Educativa como la búsqueda de una didáctica de la lógica y la argumentación para nuestro tiempo.

 

Referencias

Inana's descent to the nether world. (2006). Oxford, GB: Oxford University, Faculty of Oriental Studies, The Electronic Text Corpus of Sumerian Literature. Recuperado el 20 de diciembre de 2013, de: http://etcsl.orinst.ox.ac.uk/cgi-bin/etcsl.cgi?text=t.1.4.1#        [ Links ]

Morado, R. (2013). Lógica y compromiso moral. En X. Martínez Ruiz y D. Rosado Moreno (Eds.), Estudios de la juventud y filosofía de la no violencia: conciencia generacional, ciudadanía y argumentación. México, D. F.: Instituto Politécnico Nacional, Colección Paideia Siglo XXI.         [ Links ]

Platón (1981). Diálogos. (1). Madrid, Es.: Editorial Gredos, Biblioteca Clásica Gredos.         [ Links ]

Paz, O. (1998). Obras Completas de Octavio Paz. Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe (tomo 5). México, D. F.: Fondo de Cultura Económica.         [ Links ]

The Mahabharata (1975). (Traducido y editado por Van Buitenen A. B.). Chicago, Ill.: University of Chicago Press.         [ Links ]

The Principal Upanishads. (1994). (Radhakrishnan S. trad.). Nueva Delhi, Ind.: Harper Collins.         [ Links ]

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