SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.13 número63Palabra y argumento índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Innovación educativa (México, DF)

versión impresa ISSN 1665-2673

Innov. educ. (Méx. DF) vol.13 no.63 México sep./dic. 2013

 

Editorial

 

La lógica es una joven anciana, y su didáctica también. Aunque usamos lógica y argumentamos desde el inicio de la civilización, parece que los primeros tratados de lógica fueron los apuntes de clase de Aristóteles. Desgraciadamente, a cada periodo de desarrollo de la lógica le ha seguido un descuido de siglos. Le pasó a la lógica griega, latina, medieval, india y china. Hiatos (con honrosas excepciones), como el enorme lapso entre el siglo III a. C. y el XI d. C., hacen que la historia de la lógica tenga, en realidad, un corto trayecto. Su enseñanza no ha corrido con mejor suerte: la didáctica de la lógica y la argumentación ha tenido una historia de avances precarios, estancamientos de siglos y terribles retrocesos. Algunas sugerencias, algunas intuiciones pedagógicas aparecen de pasada en las introducciones de los tratados, más preocupados por presentar una teoría correcta y completa que por brindar una enseñanza elegante, fácil, divertida o fácilmente utilizable.

La lógica, igual que la medicina, la física o la filosofía, tiene muchas ramas y muchas especializaciones. Esto, que señala una riqueza de temas, también complica la difusión y la enseñanza. Un curso de lógica en el departamento de informática puede ser completamente diferente al de un seminario teológico, aun cuando ambos se enfrenten a retos didácticos semejantes. No hay una sola manera de enseñar la lógica ni un solo conjunto de conocimientos, habilidades o actitudes que los profesores de lógica traten de fomentar. Una computóloga rara vez enseñará silogismos, y una filósofa no necesita enseñar circuitos booleanos; una matemática puede ignorar la lógica intencional, y una lingüista desconocer la metalógica; se ignora la lógica operatoria entre juristas y se desconocen las lógicas deónticas entre psicólogos piagetianos. Cada profesión enseña una pieza del rompecabezas de la razón abstracta, pero tiende a ignorar las otras piezas.

A la variedad de intereses se une la gama de los aspectos pedagógicos. Los temas de didáctica de la lógica son muy variados, incluyen: ¿para qué enseñar lógica?, ¿qué enseñar? (actitudes, habilidades, conocimientos), ¿en qué orden?, ¿a quién? (al público general, a filósofos, a otros científicos), ¿qué cosas, cuándo? (en primaria, bachillerato, licenciatura, posgrado), ¿cómo aprendemos lógica? (pensamiento crítico, habilidades lógicas generales, estudios sobre la capacidad lógica en diferentes grupos y condiciones, motivación, efectos del trabajo en equipo), ¿cómo la hemos enseñado?, ¿cuáles son los efectos comprobables de estudiar lógica? (proponiendo criterios y estrategias de evaluación de los alumnos y de los docentes, implementando, evaluando y perfeccionando técnicas de enseñanza y cursos pilotos), ¿cómo crear y evaluar materiales de apoyo? (incluidos cómo crear, mantener y localizar repositorios de materiales), etcétera.

La riqueza de lógicas a enseñar y la variedad de aspectos de su enseñanza hacen que ser buenos profesores de lógica implique una doble dificultad. Es doblemente difícil ser buenos en lógica y también en didáctica, sobre todo porque las exigencias han aumentado. La mayoría de los desarrollos lógicos son relativamente recientes, así como las demandas sobre nuestra didáctica. Hay que tener en cuenta que, hasta hace pocas décadas, la mala educación era suficiente. A poca gente le preocupaba que a los estudiantes se los intimidara, que se aburrieran, o incluso fueran golpeados en las clases. Se consideraba parte inevitable del proceso educativo. Ahora, pedimos que la enseñanza de la lógica muestre a los alumnos que puede ser útil, divertida, fácil y bella.

Es hasta hace apenas un par de décadas que la profesionalización de la lógica ha permitido reunir a los maestros de diferentes disciplinas con el fin de trabajar en comunidad para crear una teoría de la didáctica de la lógica y la argumentación. Aparecen materiales en revistas especializadas de matemáticas, filosofía y computación, como Teaching Philosophy. Algunos son presentados en reuniones de profesores, como los de la American Association of Physics Teachers (AAPT). En 1999, apareció un libro enteramente dedicado a ensayos sobre la enseñanza de la lógica: La razón comunicada. A partir de entonces, han aparecido otras tres antologías compiladas por Ariel Campirán, Gabriela Guevara y José Alfredo Amor, todos ellos presidentes de la Academia Mexicana de Lógica, que este 2014 organizará ya la XI Olimpiada de Lógica y el XVII Encuentro Internacional de Didáctica de la Lógica. Paralelamente, desde el año 2000 se difunden las actas del International Congress on Tools for Teaching Logic, organizado ya tres veces por María Manzano en la Universidad de Salamanca, España.

Todavía no hay una universidad en todo el mundo que ofrezca la carrera de profesor de lógica. Esperamos excelencia pedagógica de personas que solamente han sido entrenadas, con suerte, en lógica o en pedagogía, nunca en la pedagogía de la lógica, que es más que la suma de esas partes. Y tienen que ser autodidactas, imitando a sus maestros más por ósmosis que por sistema, descubriendo el hilo negro y el agua tibia a cada paso, sin buenos manuales, apoyos materiales, revistas sobre su profesión o una teoría sistemática y confirmada que fundamente sus técnicas y métodos. Por ello, es bienvenida la iniciativa, en esta revista, de hablar de las habilidades que todos alabamos, que todos esperamos e incluso exigimos que sean inculcadas, sin realmente saber cómo enseñarlas. Es urgente poder ofrecer más y mejores metodologías y estrategias que nos ayuden a enfrentar las problemáticas y aprovechar las posibilidades para la didáctica de la lógica y la argumentación en la enseñanza básica, media y superior.

 

Raymundo Morado
Instituto de Investigaciones Filosóficas
Universidad Nacional Autónoma de México

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons